Los desastres y las crisis pueden tener efectos devastadores en la seguridad alimentaria y los medios de vida de las personas. Pueden aumentar la vulnerabilidad socioeconómica de las personas y afectar seriamente su capacidad de recuperación, lo que a su vez afecta su capacidad para hacer frente a futuras conmociones y tensiones.
Cuando las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja ayudan a las personas afectadas por desastres o crisis, comienzan por realizar evaluaciones de las necesidades de emergencia. Estas evaluaciones les ayudan a comprender el alcance y el impacto del daño que ha causado un desastre o una crisis, así como la capacidad de la población afectada para satisfacer sus necesidades inmediatas de supervivencia.
Por Olivia AcostaDiego Gómez tiene 38 años, es técnico de emergencias médicas, y desde hace 9 años ejerce su labor como paramédico en el Comité Metropolitano de la Cruz Roja Costarricense, en el Cantón de San José, la capital del país. Cada día realiza su actividad en una Unidad de Soporte Avanzado, en la que, junto con un conductor, realiza traslados de pacientes al hospital, muchos de ellos con sintomatología compatible con la COVID-19. Según Diego, las cosas han cambiado mucho desde que comenzó la pandemia. “Normalmente atendemos casos médicos de urgencias, pero con el inicio de la pandemia aumentaron mucho las llamadas relacionadas con el virus… había muy poca información, y rápidamente se saturó el sistema de salud. Nos dimos cuenta que había mucha gente asustada pensando que había contraído el coronavirus y muchos se sentían muy solos y angustiados sin saber qué hacer”.El servicio en el que trabaja Diego consta de 4 ambulancias y desde que llega el aviso de atención urgente, se inicia el protocolo para saber si la persona que va a ser atendida podría estar infectada por el virus. La familia o el propio paciente informa sobre su sintomatología y se comprueba si ha tenido contactos estrechos con personas afectadas por el coronavirus. Cuando el equipo llega al domicilio del paciente y se confirma la sospecha de posible contagio, se organiza su traslado al centro médico disponible más cercano. “Muchos de los pacientes que atendemos son adultos mayores con patologías previas, como obesidad o diabetes. Lo más duro es que tienen que viajar solos en la ambulancia y mucha gente mayor se tiene que despedir de la familia, porque no están permitidos los acompañamientos por motivos de seguridad en el contexto de la pandemia… es un momento duro para ellos y para nosotros también”.Diego también nos cuenta que él y tres de sus compañeros tuvieron que hacer cuarentena durante 15 días, debido al contacto con un paciente que tuvo que ser atendido en la ambulancia por un paro cardíaco, y resultó ser COVID positivo.Según nos cuenta Diego, durante los días de aislamiento su sentimiento era de frustración, y luego de vulnerabilidad, “por primera vez me vi en el lado de los enfermos y eso me afectó bastante, tuve que asimilar que es parte del trabajo que realizamos. Ahora tenemos nuevos protocolos, y todos los casos que atendemos son tratados como sospechosos, hasta que se demuestre lo contrario, por eso utilizamos mascarillas con filtro de protección, una bata quirúrgica, lentes de protección etc. Yo vivo con mi madre que es mayor, y siempre intento respetar las medidas de seguridad… aunque tengamos que guardar distancia física con nuestros mayores, eso no significa que tengamos que guardar distancia emocional. Siempre es posible demostrar afecto por teléfono, o cambiar abrazos por videollamadas”, concluye.La Cruz Roja Costarricense ha estado trabajando en primera línea de atención a la emergencia sanitaria, hasta el momento se han traslado más de 8000 casos de pacientes confirmados o sospechosos por la COVID-19 y se han efectuado más de 41000 incidentes por la misma causalidad, también se han realizado campañas en las comunidades impulsando la puesta en práctica de las medidas sanitarias.
Sandra no podía conciliar el sueño. Era la noche del 31 de mayo, el agua caía por toneladas del cielo y el viento parecía quebrar la estructura de las paredes de su casa. La Tormenta Amanda se impuso en la comunidad La Anona de San Luis La Herradura en el departamento de La Paz. Esa misma noche el caudal del Rio Comapa reventó y cubrió con agua y lodo los poblados aledaños. Entre las casas afectadas estuvo la de Sandra y su familia. “Esa misma noche tuvimos que salir en búsqueda de refugio”, comenta. “El agua se metió a la casa e inundó todo”.Al día siguiente ella, al igual que miles de familias en todo el país, se ubicó en una escuela cercana que fue utilizada como albergue temporal. Al momento existen 152 albergues abiertos por el Gobierno Nacional con cerca de 5.400 albergados.Sandra ya salió de este centro de resguardo y ha regresado a su tierra. Su casa y condiciones de vida están afectadas y se enfrenta a una situación sanitaria compleja. Dichas condiciones la hacen vulnerable en medio de un escenario marcado por el brote del COVID-19. “De por si estábamos muy complicados con la pandemia. Muchos vecinos que viven de la venta ambulante no podían salir a vender”, comenta mientras espera su turno para recibir kits de alimentos entregados por la Cruz Roja Salvadoreña en su comunidad. “Con la tormenta esto se ha empeorado. Las tierras agrícolas ya no han podido ser trabajadas y todo lo que teníamos ahí se perdió. Se perdieron sembríos, se perdieron animales y no tenemos ingresos”.Desde el inicio de las inundaciones la Cruz Roja inició con labores de rescate y entrega de ayuda humanitaria. Al momento la Sociedad Nacional trabaja directamente con 30 albergues del país y 5 centros de resguardo en donde ha entregado kits de higiene y de aseo, así como colchones y frazadas. También está trabajando en comunidades que se encuentran fuertemente afectadas. En estas actividades han participado más de mil voluntarios que se han movilizado a 10 departamentos del país desde la sede central y diferentes filiales de la Sociedad Nacional. Sin embargo, el cierre de carreteras por deslaves ha complicado la movilización del personal de la Cruz Roja al interior de El Salvador.Al momento las lluvias han disminuido en el país, pero lo más fuerte está por venirse. Existen miles de familias que han perdido sus hogares y otras que están regresando a sus casas expuestas a riesgos por deslaves y con condiciones complicadas de salubridad. “Muchas personas de la comunidad están con gripe y fiebre, y están teniendo que irse a los centros de salud para hacerse la prueba (de la COVID-19).”, señala Sandra”. “Los mosquitos están por todos lados y tenemos miedo de que nos de dengue”, añade. Con el bajar de las aguas el riesgo de brotes de enfermedades empieza a incrementarse y surge la necesidad de brindar soporte alimenticio, apoyo psicosocial, provisión de agua y saneamiento, entre otras necesidades surgidas en las personas afectadas. La Cruz Roja Salvadoreña está formulando un proyecto para poder brindar apoyo en algunas de estas áreas. “Con este proyecto se pretende trabajar con tres comunidades del departamento de La Libertad apoyando en algunas de estas áreas de acción”, indica Valle.La intensidad de los efectos generados por la tormenta ha cobrado treinta vidas. Sin embargo, este fue el primer golpe dado por la emergencia. El trabajo de recuperación implica un gran esfuerzo para apoyar a estas poblaciones que se han visto afectadas por los efectos generados por la pandemia de la COVID-19 y las inundaciones.“Esta es la primera vez que tenemos que enfrentarnos a una emergencia de estas características, pero ahí estaremos”, afirma Valle.
Es un día normal de fin de semana. Mientras muchas personas descansan, la Doctora Roselbis Gonzáles se despierta, prepara el desayuno para su pequeña de 5 años y para su esposo, toma su botella de agua y se sienta en el escritorio de la sala. Allí, abre su computador y se conecta a la Línea de Apoyo de WhatsApp donde responde preguntas y calma la ansiedad de muchas personas que están llenas de inquietudes y dudas debido a la crisis por la pandemia de COVID-19. La Línea de Apoyo de WhatsApp es una iniciativa de la Federación Internacional de Cruz Roja (FICR) que se desarrolla en Perú.Roselbis es parte del equipo de doctoras y comunicadoras que atiende consultas virtualmente a través de WhatsApp. La línea recibe diariamente preguntas sobre COVID-19, sus síntomas, medidas de prevención y orientación general para tratar la enfermedad. Durante los dos primeros meses de labor, la plataforma ha enviado más de 19.600 mensajes a 874 usuarios resolviendo preguntas, temores y clarificando rumores sobre COVID-19.Para Roselbis, cambiar la consulta persona a persona, por una atención virtual se convirtió en un desafío, “al inicio dudaba un poco, pero al final me ha gustado porque siento que ayudo despejado dudas y orientando a la población, en especial a personas migrantes”. La empatía que la doctora Gonzáles siente se debe a que ella también es una persona migrante.Roselbis nació en Venezuela, país que tuvo que dejar hace tres años “debido a la crisis económica, social y política que está pasando”, para migrar hacia Perú. Su vocación de ayuda surgió cuando cursaba la etapa secundaria del colegio. “Estudiaba en un colegio público y muchos de mis compañeritos pasaban hambre, siempre les compartía mi desayuno”, recuerda. Esa motivación de ayudar a los demás la llevó a estudiar medicina y, aunque los primeros años de la carrera fueron muy duros, no se desanimó.Hoy, con 8 años ejerciendo como doctora, recuerda con cariño a “sus pacientitos” y cada momento vivido con ellos. Una de las experiencias que más recuerda, fue la primera vez que atendió un parto, “traer un niño a la vida quedó muy grabado en mí porque al ver al bebé llorando me alegró y marcó mi vida”.Esa ayuda a mujeres gestantes, que antes la realizaba en persona, ahora se ha transformado en consultas virtuales. “He atendido diversos casos, los que más me han llegado son los de mujeres embarazadas que me indican que sus familiares están con síntomas, que quieren evitar contagiarse y que no han podido asistir a sus controles médicos, pienso cómo harán esas personas que viven trabajando del día a día, cómo se estarán alimentando, cómo estarán viviendo”.La Línea de WhatsApp de la FICR atiende diversos tipos de preguntas y poblaciones, que quieren informarse sobre los síntomas y medidas de prevención de COVID-19. El 49% de mensajes provienen de personas en situación de vulnerabilidad, como migrantes (32%), personas con enfermedades crónicas (9%) y con discapacidades (8%).Mientras atiende las consultas virtuales, Roselbis investiga, lee las noticias y los últimos reportes de la Organización Mundial de la Salud, toma agua y come algún snack saludable. La Línea de WhatsApp atiende mensajes todos los días de 08:00 a 18:00. Así transcurre su turno, al finalizar registra sus atenciones y se une a su esposo y su hijita quienes juegan en el segundo piso de su casa.
A la atención de los colegas de las organizaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna RojaEstimados amigos:En este Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, con particular orgullo dejamos constancia de nuestro reconocimiento para con los voluntarios y miembros del personal que, desde la primera línea del frente, atienden a las crecientes necesidades de las comunidades afectadas por la pandemia de COVID-19. Siembran amabilidad y solidaridad en todo el mundo y son fuente de esperanza y dignidad en medio de la angustia. La extraordinaria fortaleza de espíritu de nuestros voluntarios alrededor del mundo durante esta crisis es motivo de admiración y, además, manantial de inspiración para la participación de otras personas en este empeño.La celebración del Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja brinda la oportunidad para expresar nuestra gratitud colectiva para con los trece (13) millones de voluntarios por su ejemplar dedicación a la causa humanitaria y a los principios fundamentales, y para agradecerles su gentileza, su valentía y su desinteresada labor.Aunque este 8 de mayo coincide con circunstancias de distanciamiento físico, nuestra proximidad es mayor que nunca en el sendero humanitario. Estamos auténticamente unidos en esta crisis. El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se ha mantenido siempre junto a las personas que más nos necesitan, en los momentos más difíciles, y cuando la esperanza parecería desvanecerse.En estos difíciles momentos, las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja han demostrado que permanecemos unidas en nuestro afán por ayudar a las personas en medio de la angustia. La intención original que animara a Henry Davison, uno de los precursores de la fundación de nuestra organización a raíz de la pandemia de influenza en 1918, permanece válida en nuestro empeño, hoy. ‘Aunamos fuerzas para encontrar la manera de aportar al mundo el beneficio de nuestra experiencia con el fin de coordinar los esfuerzos de las Sociedades Nacionales del mundo en pro del interés de la humanidad’.Este año, atravesamos un periodo sin precedentes que nos obliga a adaptarnos a nuevas modalidades de servicio voluntario, de cooperación interna y de colaboración con las comunidades. Aunque nuestra manera de estar próximos a las comunidades se transforme, seguimos marcando la diferencia en la vida de las personas. Incluso en esta época de distanciamiento social, hemos aprendido a aportar consuelo y solidaridad desde la distancia. Seguimos forjando vínculos sociales y fomentando el sentido de pertenencia.Nuestra aptitud para reaccionar ante la crisis determina las consecuencias de esta para las poblaciones vulnerables en particular, y para todos, en general. Hemos de abordar esta pandemia bajo el enfoque de que “nadie estará a salvo mientras no estemos todos a salvo”. Como nunca antes, la seguridad y el bienestar de cada uno reviste fundamental importancia para la seguridad y el bienestar de todos en el mundo.El mundo contemporáneo se encuentra en un estado de constante perturbación y crisis permanente. No obstante, ya se trate de una catástrofe natural o de la crisis climática, de situaciones de conflicto o de migración, los voluntarios de las organizaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja son los embajadores visibles de la paz y la solidaridad y los artífices directos de la configuración del futuro de nuestros países y comunidades. En esta época particularmente difícil, permanecen sólidas y firmes la determinación y la dedicación de los voluntarios en calidad de agentes locales y de primera intervención empeñados en aliviar el sufrimiento humano.Celebramos en este día la labor de todos y cada uno de los hombres, mujeres, jóvenes y adultos mayores que cada día plasman en la realidad la idea que anima a las organizaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Celebramos los esfuerzos que invertimos para abarcar en nuestra labor a las personas más vulnerables, de manera que nadie quede rezagado. Celebramos el apoyo de nuestras familias en nuestra dedicación a la causa humanitaria. Celebramos a la familia de organizaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Sin ambages, cabe decir que nuestra presencia es necesaria como nunca antes en la historia. Recordando las palabras de nuestro fundador, Henry Dunant, ‘todos, de una u otra manera, cada uno en su esfera y de conformidad con sus fortalezas, podemos aportar un granito de arena en esta constructiva labor’.Nuestro agradecimiento y nuestro aplauso conjunto y solidario. ¡Feliz Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja! Agradeceríamos que los presidentes y secretarios generales de todas las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja den a conocer este mensaje a los voluntarios y miembros del personal de estas.Atentamente,Jagan Chapagain Francesco RoccaSecretario General Presidente
Informe de los Auditores Independientes al Presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) sobre los Estados Financieros Consolidados 2022, realizado por Mazars.
Los proyectos de Sistemas de Alerta Temprana y Riesgo Climático (CREWS, por sus siglas en inglés) tienen como objetivo aumentar el acceso de los Países Subdesarrollados (LCDs) y los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS) a alertas meteorológicas tempranas e información sobre riesgos para salvar vidas y medios de vida.
Esta guía ofrece consejos y recomendaciones sobre cómo las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y la IFRC pueden involucrarse en los proyectos CREWS.
El Acuerdo de Coordinación del Movimiento para el Impacto Colectivo (Acuerdo de Sevilla 2.0) fue aprobado en el Consejo de Delegados de 2022 y establece las responsabilidades de coordinación de los componentes del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
Sustituye al original "Acuerdo de Sevilla sobre la organización de las actividades internacionales de los componentes del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja" (Acuerdo de Sevilla) de 1997 y a las "Medidas complementarias para mejorar la aplicación del Acuerdo de Sevilla" (Medidas complementarias) de 2005.
La Respuesta Verde: Guía Rápida Ambiental explica los fundamentos de la respuesta verde y ofrece consejos prácticos sobre cómo las Sociedades Nacionales y los socios pueden mejorar la sostenibilidad ambiental de su trabajo y de sus organizaciones en general.
Incluye ejemplos de cómo diferentes Sociedades Nacionales han "ecologizado" sus operaciones para proporcionar ideas e inspiración a otros que buscan mejorar su impacto ambiental.
To ensure their continuous development in an ever-changing world, it's important for National Societies to assess their performance and capacities. Assessment is one of several ways a National Society can identify how it can improve the services it provides to communities and make sure they are sustainable.
This guidance for Red Cross and Red Crescent Societies provides an overview of the different types of assessment and development processes and tools available to them, and how they can best use them to become stronger and more sustainable organizations.