Los vecinos “Brisas de amor”
Desde el cálido y entrañable oriente venezolano llegó a Perú un grupo de vecinos del estado de Anzoátegui, Venezuela. Karen, la autora de la idea de migrar en caravana, comenta entre risas “Hace unas semanas, toqué la puerta de cada uno de ellos y les dije que teníamos que irnos juntos a buscar un nuevo futuro, que en otro país podíamos comenzar nuestra nueva vecindad”. No pasó más de dos días y Carmen, Yerida, Irene y ella decidieron vender todo lo poco que tenían para poder comprar un pasaje hacia Cúcuta, después de eso todo era incierto. Ellas cuentan que la necesidad y la falta de alimento hicieron que no importe abandonar sus casas en Barcelona, Anzoátegui y decidir buscar un nuevo camino fuera de Venezuela. “Nos estamos yendo todos, mis hijos y mis vecinas, lo demás ya no es importante” comenta Irene después de secarse las lágrimas. “Si usted supiera todo lo que ha pasado este grupo de vecinos; hemos caminado bajo el aguacero, hemos sentido un frío al que no estábamos acostumbrados, hemos comprendido lo que significa tener un par de buenos zapatos para poder hacer un viaje tan largo; pero mírenos ahora, estamos sanitos en Perú” subraya.
A pesar de haber dejado atrás una vida, los vecinos “Brisas de amor” como se hacen llamar, cuentan que nunca se dejaron ganar por la amargura o la tristeza y que, si hasta el día de hoy mantienen su fortaleza es porque descubrieron que unidos pueden más. “Ni siquiera el peso de las 12 maletas que cargamos nos van a vencer” asegura Yerida mientras enseña sus bolsos.
Viajar en equipo les ha permitido sentirse más seguros y protegidos. Hoy, los vecinos han pasado por el control de vacunación en el Centro Binacional de Atención en Frontera, CEBAF, y comentan entre risas, cómo entre todos se dan ánimos para no pensar en las inyecciones. Irene, la mayor de la tropa con 42 años, hace una pausa a la risas y explica lo importante que es para ellos cuidar de su salud. “Hasta uno de los guerreros más pequeñitos del grupo, con tan solo 5 años, nos cuida y cada vez que encuentra por la calle una posta médica nos dice para entrar y es que es verdad, si no tenemos salud, no podremos llegar a nuestro destino final, la ciudad de Lima”. En una oportunidad, llegando a Quito, el hijo mayor de Karen, con de 19 años, sintió cólicos estomacales y ese frágil problema no les permitió seguir avanzando. Cuentan que en ese momento decidieron tener un pacto como equipo: si uno de ellos se enfermaba, todos tenían que protegerlo y así nunca dejar de lado a ningún miembro de la vecindad.
La hija de Yerida de 11 años, se atreve a hablar y cuenta que en las carreteras, cuando les toca caminar por largas horas, mucha gente les grita desde los autos “¡Fuerza Venezolanos, no se cansen!”, y que esas palabras siempre alientan a todo el grupo. En ese momento, Carmen saca de su billetera un papel escrito a mano donde se lee “Nunca deben rendirse, juntos van a salir adelante”. Ella comenta que esa nota se los entregaron los voluntarios de la Cruz Roja en Bucaramanga y que hasta el día de hoy los usan para darse ánimos. “Estamos en Perú y hasta ahora los guardo para momentos especiales como este”.
Declaración de la Federación Internacional sobre la solicitud de evacuación del hospital Al- Quds en Gaza
Con profunda preocupación hemos tenido conocimiento de que, esta mañana, se ha reiterado la solicitud dirigida a las unidades de la Media Luna Roja Palestina en el hospital Al-Quds con respecto a la evacuación inmediata de este. Los hospitales son lugares de asistencia y refugio y deben ser protegidos a toda costa.
El hospital Al-Quds de la Media Luna Roja Palestina en la ciudad de Gaza presta atención sanitaria a cientos de personas heridas, confinadas en cama, y bajo tratamiento a largo plazo. La evacuación de pacientes, incluidas las personas en unidades de cuidados intensivos, con sistemas de respiración asistida y en incubadores pediátricos, es inviable, por no decir imposible, bajo las actuales circunstancias. Nuestro personal también señala la existencia de violentos enfrentamientos y bombardeos a proximidad del hospital, con el consiguiente peligro para las personas. El hospital Al-Quds funciona bajo la responsabilidad de la Media Luna Roja Palestina, un componente del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, y al igual que otras misiones e instalaciones médicas, goza de protección bajo el derecho internacional humanitario.
La seguridad de los pacientes, los trabajadores de salud y varios miles de personas que han buscado refugio en el hospital Al-Quds es motivo de profunda preocupación. Los trabajadores sanitarios jamás deberían encontrarse ante la terrible disyuntiva de abandonar pacientes, o arriesgar su vida al permanecer en el hospital.
En las última semanas, hemos exhortado de manera reiterada a la protección de la población civil, los agentes sanitarios y los hospitales. Además de constituir una obligación moral, se trata de un imperativo jurídico. Dirigimos un llamamiento a todas las partes para que demuestren mesura y cumplan con las obligaciones que les incumben a tenor del derecho internacional humanitario. Existe la urgente necesidad de la reducción de tensiones a fin de salvar vidas, con inclusión de medidas de garantía para el funcionamiento seguro de los hospitales y el flujo continuo y sin impedimentos de la ayuda humanitaria destinada a Gaza.
Imposible reiterarlo con mayor vehemencia. Es necesario proteger la vida de las personas civiles. Es necesario proteger a los hospitales, asi como al personal médico y de enfermería. Hemos de preservar la humanidad.
Declaración de los miembros de la junta de gobierno de la Federación Internacional
Nosotros, los miembros de la Junta de Gobierno de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (Federación Internacional), expresamos nuestra profunda preocupación por la situación humanitaria que ha surgido como resultado de la dramática escalada de las hostilidades en Israel y los Territorios Palestinos Ocupados. Esta crisis ha provocado un trágico número de víctimas, incluido el angustioso número de muertes y personas heridas en el Hospital Bautista Al-Ahli en Gaza, y ha provocado un inmenso sufrimiento y devastación para la población civil. Es nuestro deber moral alzar la voz en su nombre.
Estamos profundamente conmocionados y horrorizados por las crecientes necesidades humanitarias y la pérdida cada vez mayor de vidas humanas. Esta situación subraya la importancia crítica del acceso a todas las y los civiles, incluyendo a quienes permanecen bajo secuestro. Instamos a todas las partes implicadas a que den prioridad a la seguridad y el bienestar civil; y a que se comprometan a garantizar un acceso rápido, seguro y sin trabas, incluida la apertura del paso fronterizo de Rafah, para que las organizaciones humanitarias puedan proporcionar asistencia humanitaria esencial y garantizar la protección.
Hacemos hincapié en el imperativo humanitario de proteger las vidas civiles. Instamos a que se protejan las instituciones esenciales, los hospitales y las escuelas, así como las infraestructuras y los vehículos vitales, las redes de agua y electricidad y las ambulancias, que deben permanecer libres de todo daño, para velar por el bienestar, la seguridad y el transporte de las personas. Estas instituciones también sirven como piedras angulares de esperanza y estabilidad en tiempos de crisis. La población civil, los establecimientos de salud y las infraestructuras civiles deben ser respetadas y protegidas en todo momento en virtud del derecho internacional humanitario.
Además, pedimos que se garanticen la seguridad y la protección del personal humanitario, con un reconocimiento especial al voluntariado y al personal de la Media Luna Roja Palestina y del Magen David Adom en Israel. Su compromiso de prestar asistencia esencial y atención médica a las personas afectadas por esta crisis es invaluable, y su capacidad de resistencia y recuperación ante la adversidad es excepcional. Se les debe proteger y garantizar un acceso seguro y sin impedimentos a la población civil para que lleven a cabo una labor vital sin temor a sufrir daños. Su dedicación inquebrantable encarna el espíritu de humanidad y sentido del humanitarismo, inherentes a nuestra familia de organizaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
Nos entristece profundamente la trágica pérdida de los tres voluntarios y personal del Magen David Adom en Israel, así como de los cuatro voluntarios de la Media Luna Roja Palestina. Su voluntad de llegar a lugares difíciles y a menudo peligrosos para ayudar a las personas que les necesitan, constituye un ejemplo de los más altos ideales de la humanidad. Su legado será una inspiración duradera para todos nosotros.
Como miembros de la Junta de Gobierno de la Federación Internacional, nos mantenemos unidos en nuestro llamamiento a la acción urgente para abordar la crisis humanitaria que se viene desarrollando dramáticamente ante nuestros ojos. Abrigamos la esperanza de que, mediante esfuerzos concertados, se pueda encontrar una solución política duradera para aliviar el sufrimiento de los pueblos de Israel y de los Territorios Palestinos Ocupados; y promover un camino hacia la paz.
Nunca se han necesitado tanto la paz y estabilidad duraderas.
Esperanza en medio del calor: Voluntarias como Fatema Khatun ayudan a su vecindario a superar las sofocantes olas de calor en Bangladesh.
Mientras el sol brilla sin piedad sobre el barrio de Bajakajla, en la ciudad de Rajshahi (Bangladesh), Fatema Khatun recuerda vívidamente su infancia, cuando el tiempo era distinto y la vida más cómoda.
"Cuando iba a la escuela primaria, la temperatura no era tan alta, vivíamos bien", cuenta. "Solíamos sentarnos junto al cauce del río y el tiempo era diferente. Llovía con frecuencia. La temperatura era baja".
Las frecuentes lluvias y las bajas temperaturas hacían que jugar junto al lecho del río fuera un pasatiempo alegre. Pero con el paso del tiempo, cada verano que pasaba parecía más caluroso e insoportable.
"Ahora la temperatura media es de 42-43 grados centígrados", dice Fatema, de 19 años, que vive con su familia en una pequeña casa con tejado de chapa. "A veces sube a 45 grados centígrados. Debido a las altas temperaturas, tengo problemas en los ojos. No puedo leer correctamente".
Las olas de calor son especialmente duras para las personas adultas mayores. "Nunca había visto una ola de calor así", dice la abuela de Fatema, Shohor Banu Bewa, de 75 años, que siente intensamente el impacto de la canícula y tiene dificultades para dormir por las noches. "Cuando sube la temperatura, me siento junto al cauce del río".
Muchas familias, como la de Fatema, luchan contra la picazón, los sarpullidos y otras enfermedades relacionadas con el calor. Y a menudo carecen de recursos para hacer frente a las consecuencias sanitarias.
"La gente de nuestra zona es pobre", dice Fatema. "La mayoría trabaja en el servicio doméstico. Tienen muchos problemas para mantener a sus familias y criar a la niñez. No pueden darles educación, comida y ropa debido a la pobreza".
Techos de lata caliente
Sayma Khatun Bithi, voluntaria comunitaria de la Media Luna Roja de Bangladesh en Rajshahi, añade que las casas son especialmente vulnerables al calor.
"Quienes viven en la zona de suburbios tienen sus casas hechas de lata", dice Sayma, que junto con Fatema se hizo voluntaria después de recibir formación en primeros auxilios de la Sociedad de la Media Luna Roja de Bangladesh. "La hojalata absorbe más calor. El calor se ha vuelto insoportable para las niñas y niños, las personas adultas mayores y las mujeres embarazadas".
Para ayudar a las personas que viven en situaciones vulnerables en algunas partes de la ciudad de Rajshahi, la Sociedad de la Media Luna Roja de Bangladesh se propone proteger a la ciudadanía de los efectos adversos de las olas de calor. Mediante un proyecto financiado por la Unión Europea, en colaboración con la IFRC, la Sociedad de la Media Luna Roja de Bangladesh, la Cruz Roja Alemana y la Cruz Roja Danesa.
"La Media Luna Roja de Bangladesh nos informó de muchas cosas a través de anuncios y programas de radio", dice Fatema. "Nos enseñaron cómo ayudar a alguien si cae inconsciente debido a una ola de calor. Yo escuchaba la información que daba la Media Luna Roja de Bangladesh en la radio. Comparto la información con todo el mundo".
Centros de enfriamiento
Fatema también recibió formación en primeros auxilios de la Sociedad de la Media Luna Roja de Bangladesh y, junto con Sayma Khatun Bithi y otras, se convirtió en voluntaria comunitaria.
Abu Md Zubair, funcionario de campo de la Sociedad de la Media Luna Roja de Bangladesh, destacó la importancia de la concientización pública. Su equipo proporcionó centros de enfriamiento, instalaciones médicas y puso en marcha programas de sensibilización, enseñando a la comunidad cómo mantenerse sana durante las olas de calor. Un programa de radio comunitario, presentado por Jannatun Nahar Joti, difundió estos mensajes a toda la ciudad.
Gracias a los esfuerzos combinados de personas como Fatema Bithi y organizaciones como la Media Luna Roja, las enfermedades y muertes relacionadas con el calor empezaron a disminuir. Aunque el calor era implacable, la gente está aprendiendo a gestionar el calor extremo, apoyándose y cuidándose mutuamente.
Temor por la lluvia y el mar: La salud mental, una bomba de tiempo en Libia tras las devastadoras inundaciones
Por Mey Al Sayegh, Jefa de Comunicaciones de IFRC MENA
Algo tan cotidiano como los días lluviosos y las costas cercanas se han convertido tristemente en una fuente de temor para quienes viven en el este de Libia, especialmente para quienes vivieron en primera persona las inundaciones masivas que arrasaron sus casas, coches y seres queridos en un abrir y cerrar de ojos, la noche del 11 de septiembre.
No es exagerado decir que la mayoría de la ciudadanía en Derna, la ciudad más afectada, cuyos recuerdos están cargados de imágenes dolorosas, necesitan algún tipo de apoyo psicosocial o de salud mental. En Derna, e incluso en la cercana ciudad de Bengasi, donde la mayoría de las familias huyeron de la devastación, se han convertido en sucesos nocturnos los signos de trauma experimentado, como los gritos de las niñas y niños mientras duermen, o el sonambulismo.
Se necesita ayuda urgente en salud mental
En un ejemplo conmovedor de la semana pasada, dos voluntarios de la Media Luna Roja Libia, con experiencia en hacer frente a desastres, corrieron aterrorizados a la sucursal de Derna y cerraron apresuradamente las puertas tras de sí, porque había empezado a llover.
"La gente asocia la lluvia con la muerte", explica Ali Gharor, responsable de salud mental y apoyo psicosocial de la Media Luna Roja Libia. "Todos los grupos de personas de la ciudad necesitan apoyo psicológico, incluido el personal voluntario".
Incluso quienes han buscado seguridad en Bengasi se ven afectados. Haya Al-Hadar, voluntaria de la Media Luna Roja Libia, cuenta cómo la Media Luna Roja intentó proporcionar un chalé a una familia junto al mar, pero se negaron rotundamente:
"Nunca olvidaré aquella noche. Recibí una llamada a la 1:30 de la madrugada y me informaron de que el hombre se negaba a quedarse cerca del mar, por miedo a las zonas costeras", recuerda. "Insistió en volver con su mujer y sus hijos al lugar de donde venían. Les proporcionamos un apartamento fuera de la ciudad".
A pesar de que la Media Luna Roja Libia presta apoyo psicosocial y primeros auxilios psicológicos, la necesidad de profesionales de la salud mental en la región es urgente.
"Las infancias y personas adultas mayores visitan mi clínica a diario y piden apoyo psicológico en este hospital de campaña", dice el Dr. Al-Siddiq Al-Haj Ali, jefe de salud mental del Centro de Misrata, afiliado al Ministerio de Salud de Libia, quien también es voluntario en Derna. "El tiempo es esencial. Si las personas afectadas no reciben apoyo psicológico durante los próximos tres a seis meses, podemos esperar ver más trastornos psicológicos, e incluso casos de suicidio."
Voluntariado de la Media Luna Roja entre las personas afectadas
Las visitas de la IFRC a las zonas afectadas y las conversaciones mantenidas con las personas voluntarias de la Media Luna Roja Libia, pusieron de manifiesto que también necesitan urgentemente apoyo en materia de salud mental, ya que algunas personas han perdido a sus familias, a sus seres queridos y sus hogares.
Para el voluntario Hamdi Ahmed Belaid, uno de los primeros en responder a la catástrofe, el tiempo se ha detenido desde la noche del 11 de septiembre, cuando una llamada telefónica que recibió de su madre aproximadamente a las 2:15 de la madrugada resultó ser la última vez que escuchó su voz. Cuando Hamdi regresó a su barrio quedó desolado al ver que su casa había sido arrasada, llevándose por delante las vidas de sus padres y sus tres hermanos, así como la de muchos vecinos.
A pesar de su tragedia personal, Hamdi insiste en continuar su labor de apoyo a las personas afectadas: "Ayudar a otras personas afectadas enfría el fuego de mi corazón", añade.
Ali Gharor, responsable de salud mental y apoyo psicosocial de la Media Luna Roja Libia, comprende muy bien la situación de Hamdi. "Desgraciadamente, parece que el personal voluntario no tiene tiempo para hacer el duelo, y es probable que esto se refleje negativamente en sus vidas más adelante", dice. "Nuestras costumbres y tradiciones también impiden que muchas personas muestren debilidad, pero es necesario dejar que el duelo se tome su tiempo".
La unidad especializada en salud mental de la IFRC apoyará a la Media Luna Roja Libia
Dadas las ingentes necesidades, la IFRC y otros asociados del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja han acordado con la Media Luna Roja Libia prestar apoyo en este ámbito crítico, teniendo en cuenta el contexto cultural y las costumbres en relación con el apoyo a la salud mental en el país.
La IFRC se está preparando para enviar muy pronto a las zonas afectadas una unidad de intervención de urgencia especializada en salud mental y apoyo psicosocial. Raja Assaf, Jefe de Operaciones de Emergencia de la IFRC en Libia, explica que la unidad incluirá especialistas en salud mental, medicamentos y otros equipos, así como un equipo para formar a más personal y voluntariado local de la Media Luna Roja Libia en la prestación de apoyo psicosocial.
"Para nosotros y para la Media Luna Roja Libia, se trata de una clara prioridad, ya que intentamos evitar cualquier bomba de tiempo de salud mental y atender a las personas afectadas lo mejor que podamos", concluye.
Declaración de la IFRC en la Reunión de Alto Nivel sobre la Financiación para Sudán y la Región
Excelencias,
La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja ha estado trabajando estrechamente con la Media Luna Roja Sudanesa, en estrecha coordinación con otros asociados del Movimiento, antes y desde el inicio de este conflicto.
La Media Luna Roja Sudanesa es la mayor organización humanitaria del país. Cuenta con más de 40.000 voluntarios capacitados. Tiene acceso y alcance en los 18 Estados y en ambas partes del conflicto para prestar asistencia que salva vidas.
La IFRC ha lanzado llamamientos de emergencia para ampliar la respuesta en apoyo de la Media Luna Roja Sudanesa y las Sociedades Nacionales de los países vecinos a fin de prestar asistencia digna y segura a las personas que se desplazan.
Excelencias, hoy hago un llamamiento a la comunidad internacional para que asuma los siguientes compromisos:
Primero - Garantizar la protección: La IFRC hace un llamamiento a todas las partes en el conflicto para que tomen todas las precauciones necesarias a fin de evitar lesiones y pérdidas de vidas de civiles, y garanticen la protección de las infraestructuras civiles esenciales.
Segundo - Garantizar el acceso: La Media Luna Roja Sudanesa y otros actores socorristas deben disponer del espacio humanitario necesario para llevar a cabo su labor de salvar vidas.
La IFRC está profundamente preocupada por los informes sobre el aumento de los casos de violencia que afectan a la población civil y los informes sobre el aumento de los casos de violencia sexual y de género.
Tercero - Garantizar los recursos: Instamos a los líderes mundiales a que aumenten urgentemente su financiación para que las organizaciones locales, incluida la Media Luna Roja Sudanesa, dispongan de recursos suficientes para salvar vidas.
El pueblo de Sudán necesita nuestro apoyo hoy y en las próximas semanas y meses. Sus vidas están en juego. El mundo no puede permitirse mirar hacia otro lado.
Muchas gracias.
Alianza de Inversión en las Sociedades Nacionales: abierta la convocatoria de candidaturas para 2023
La quinta ronda de solicitudes para la Alianza para Inversión en las Sociedades Nacionales (NSIA) ya está abierta.
La NSIA es un mecanismo de financiación mancomunada, gestionado conjuntamente por la IFRC y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Proporciona financiación flexible y plurianual para apoyar el desarrollo a largo plazo de las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, en particular las que se encuentran en situaciones de emergencia complejas y crisis prolongadas, a fin de que puedan aumentar el alcance y el impacto de sus servicios humanitarios.
La NSIA puede conceder hasta un millón de francos suizos de financiación aceleradora a cualquier Sociedad Nacional durante un período de cinco años. Además, la financiaciónde hasta 50.000 francos suizos durante 12 meses pueden ayudar a las Sociedades Nacionales a preparar el terreno para futuras inversiones de la NSIA o de otras fuentes.
¿Cómo aplicar?
Las Sociedades Nacionales interesadas deben presentar su solicitud utilizando este formulario en línea, donde también se encuentran todos los documentos de solicitud.
La fecha límite para la presentación de solicitudes es la medianoche (CET) del martes 11 de julio de 2023.
Si tiene alguna pregunta sobre el proceso de solicitud, póngase en contacto con la Oficina de la NSIA: [email protected]
Más información
Visite nuestra página dedicada a la Alianza para Inversión en las Sociedades Nacionalespara obtener más información sobre cómo funciona la NSIA, cómo se financia y detalles de las asignaciones de años anteriores. También puede leer nuestro último Informe Anual de la NSIA.
Y haga clic aquí para obtener más información sobre nuestra labor de apoyo al Desarrollo de las Sociedades Nacionales.
Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja 2023
Henry atendiendo a heridos en Solferino; Hilda ayudando a víctimas de un huracán en Port Vila; Mohamed examinando el estado nutricional de los detenidos en la prisión de Baidoa; Yulima enseñando primeros auxilios a personas con discapacidad en Maracay; Luna rescatando migrantes en las costas de Ceuta: todos ellos, al igual que muchos voluntarios de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en todo el mundo, ofrecen una mano compasiva, atención y un soplo de humanidad que cambia la vida de los más vulnerables. #DelCorazón
Hoy, en el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, celebramos el legado de Henry Dunant – cuya visión llevó a la creación del Movimiento de la Cruz Roja y Media Luna Roja - así como de los innumerables voluntarios que vinieron después de él. Su férreo compromiso y ejemplar dedicación para ayudar a cualquiera que lo necesite, en cualquier lugar y defender nuestros Principios Fundamentales en todo momento, ya sea respondiendo a desastres naturales, crisis climáticas, conflictos armados, emergencias de salud, desplazamientos de población o migraciones, despierta admiración en todo el mundo.
No obstante, nuestra acción humanitaria se enfrenta a enormes retos en un mundo de incertidumbre y de tantas crisis complejas y multidimensionales.
La atención internacional se desvía de las crisis prolongadas y poco visibles y faltan recursos para garantizar la continuidad de la ayuda a las personas que más lo necesitan y sostener la acción local de las organizaciones y trabajadores humanitarios que trabajan más cerca de las comunidades afectadas.
Las catástrofes naturales y climáticas y las emergencias sanitarias se multiplican y alcanzan una magnitud sin precedentes.
Las partes en conflictos armados y situaciones de violencia ignoran algunas de las normas más básicas del derecho humanitario y obstaculizan el acceso libre y seguro de la ayuda humanitaria neutral e imparcial a las personas vulnerables. Aunque, hay quienes cuestionan la noción de principios humanitarios, la acción humanitaria basada en principios sigue siendo tan vital como siempre.
Nuestra familia de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja está a la vanguardia de la asistencia humanitaria y garantiza la protección de quienes más la necesitan. El mundo ha sido testigo de la creciente eficacia de nuestro Movimiento para responder a crisis superpuestas y prestar asistencia humanitaria basada en principios. Nuestra fortaleza radica en nuestra unidad, nuestra determinación de impulsar los ideales de acción humanitaria neutral, imparcial e independiente y nuestro compromiso con la causa humanitaria.
Hoy, celebramos a los millones de voluntarios y personal de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, quienes día tras día en sus respectivos países, regiones y comunidades, llevan adelante la voluntad de Henry Dunant de procurar esperanza y dignidad a las personas en situaciones de vulnerabilidad, sin distinción ni interés personal.
¡Feliz Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja! #DelCorazón
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Mirjana Spoljaric, Presidenta del Comité Internacional de la Cruz Roja
Mercedes Babé, Presidenta de la Comisión Permanente
Francesco Rocca, Presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Apoyo a las personas sin hogar en España: Los voluntarios y voluntarias de la Cruz Roja Española ofrecen un cálido abrazo en las frías noches de invierno
Las cuatro velas que reinan sobre una desvencijada mesa son la calefacción y la iluminación de la infravivienda, que es como ahora se llama a las cuatro paredes que se sostienen de milagro y entre las que viven, o lo intentan, Sonia y José Antonio.
Como iluminación, las velas cumplen su cometido, al menos para el minúsculo espacio vivienda. Como calefacción, las velas no dan la talla: fría noche de 6 grados fuera, y dentro.
Los repetidos tosidos secos de Sonia, de 38 años, son otra consecuencia de la falta de calor. El frío se te mete hasta los huesos.
“Le tendrían que dar una tarjeta VIP en el hospital”, bromea José Antonio, mientras enumera la lista de afecciones pulmonares de ella.
Son pareja desde hace cuatro años, casi los mismos que llevan entre estas cuatro paredes en medio de un solar que, en su día, llegó a ser una importante fábrica de carrocerías para camiones a las afueras de Alcalá de Henares, Madrid.
Esta noche, como tantas otras, reciben la visita de Juani y de Basilio, dos voluntarios de los equipos de atención a personas sin hogar de Cruz Roja. Han traído algo de comida, como intuyen los dos pequeños cachorros de mastín que no paran de buscar los mimos de los voluntarios.
“Vamos, baja de ahí”, reprende José Antonio a uno de los mastines callejeros, “no tenéis que ser cariñosos, debéis defender el hogar”, se lamenta. Hace poco que les robaron un generador y, con él, el calor.
Los voluntarios de Cruz Roja asesoran a la pareja sobre algunas ayudas que pueden recibir y otros trámites administrativos para acceder a las mismas, pero, sobre todo, comparten su tiempo.
“Nuestra principal labor es escuchar, que se abran. Imagina que vives solo, en la calle, y que no tienes a nadie con quien hablar desde que te levantas y hasta que te acuestas”, destaca Basilio, ex militar, que cumple ahora 2 años de voluntario en este programa de Cruz Roja.
La ruta de Juani y Basilio los lleva ahora a los vestuarios no acabados de una instalación deportiva del municipio. No hay ventanas, ni puertas, ni luz, ni agua. El actual ‘inquilino’, Javier, llega poco después en bicicleta.
A la luz de los teléfonos móviles, caminando entre los escombros, se ven colchones rotos, ropa desechada y latas de comida vacías.
Pero empiezan las risas. Javier se ha echado novia y enseña orgulloso fotos de ella en su móvil a los voluntarios Juani y Basilio. Está muy contento con ella. Su anterior novia le pegaba.
"Ese es el principal problema, las dependencias que arrastran muchas de las personas con las que trabajamos y la violencia que las acompaña", señala Basilio.
La ruta nocturna de Juani y Basilio les lleva después a una vieja nave de un polígono industrial de Alcalá. Allí volverán a echarse unas risas y unas bromas con Moisa, de 68 años y origen rumano.
Moisa ha conseguido convertir el viejo almacén en algo parecido a un hogar. Incluso tiene un televisor en el que ve películas de vaqueros, de las antiguas, las que a él le gustan.
Mientras se enciende un cigarrillo, ante la mirada desaprobadora de Juani y Basilio, empiezan a hablar de lo divino y lo humano y rápidamente pasan de la política a temas más ligeros, como la cantante Carla Bruni.
Tras dejar algo de comida y otros enseres, Basilio y Juani emprenden el viaje de vuelta a la sede de la Cruz Roja en Alcalá.
Están un poco tristes, dicen. Hace poco perdieron a un amigo de la calle. Un "familiar", le llaman. Porque, para ellos, todos son como de la familia.
"Al menos no murió en la calle, pudieron llevarlo al hospital y falleció en una cama", subraya Basilio.
"A pesar de todo, hay que seguir adelante, no podemos llevarnos los problemas a casa y dejar que las situaciones que vivimos nos rompan; yo puedo ayudar si estoy bien, si sonrío", dice Juani, que en el pasado pasó un tiempo de baja cuando falleció otra persona a la que apoyaba.
Apoyo integral a las personas sin hogar
Juani y Basilio son dos de los más de 5.000 voluntarios de Cruz Roja Española que trabajan con personas sin hogar en España.
Para ello, Cruz Roja Española dispone de 77 Unidades de Emergencia Social (UES) en cerca de 40 provincias. Además, ofrece 800 plazas en alojamientos temporales para momentos críticos y gestiona 31 centros de día en los que ofrecen duchas, lavandería o servicio de comedor cuando es necesario.
Como parte de una red más amplia de organizaciones que prestan apoyo a las personas sin hogar, también pueden derivar o transportar a las personas que necesitan ayuda a otros alojamientos o servicios, según sea necesario.
"El objetivo de nuestra intervención no es sólo proporcionar bienes básicos como alimentos y productos de abrigo o higiene, sino también trabajar por la inclusión social de las personas sin hogar", afirma Raquel Zafra, responsable del programa en Alcalá de Henares.
"Nuestro fin es siempre que las personas acudan a diferentes espacios donde podamos prestarles un apoyo más profundo en forma de atención social, seguimiento y acompañamiento, información y orientación, mediación o actividades formativas", subraya Zafra.
A través de las Unidades de Emergencia Social, Cruz Roja Española atendió a más de 18.000 personas en 2022.
Migración en África Occidental: Cruz Roja ofrece un oasis de ayuda y esperanza a los migrantes en Kolda, Senegal
"Están expuestos a la violencia, explotación, abusos, riesgos de seguridad, violencia sexual y de género, y todo tipo de peligros a lo largo de sus rutas migratorias; aquí les ofrecemos esperanza, además de protección, asistencia, orientación y asesoramiento".
Así resume Mariama Mballo, trabajadora social, el trabajo que se lleva a cabo en el Punto de Servicio Humanitario (PSH) de Kolda, gestionado por la Cruz Roja Senegalesa y la IFRC en el sur de Senegal.
"El PSH de Kolda es un centro de escucha, apoyo psicosocial, asesoramiento y asistencia a los migrantes. Ofrece un espacio anónimo, confidencial y gratuito de acogida y asesoramiento", explica esta socióloga de formación de 30 años, que trabaja allí desde febrero de 2022.
Senegal, considerado históricamente un país de destino para los migrantes en África Occidental, se ha convertido en un país de tránsito. Debido a su situación geográfica, los migrantes, especialmente los procedentes de África Occidental, pasan por Senegal en su viaje hacia el norte, hacia los países del Magreb o Europa, en busca de una vida mejor.
La importancia del apoyo psicosocial
Viajar por rutas migratorias peligrosas puede tener un profundo impacto en la salud física y mental de los migrantes.
El objetivo del apoyo psicosocial prestado en Kolda es ayudar a las personas en tránsito a recuperar cierta normalidad, el equilibrio mental y, sobre todo, animarlas a ser activas y a comprometerse con su propia recuperación, encontrando mecanismos de defensa y protección que funcionen para ellas.
Cuando los migrantes en tránsito tienen necesidades que no pueden cubrirse en el PSH, se les deriva a otros servicios asociados externos.
"La clave del proyecto son sus voluntarios, de hecho, son la 'puerta de entrada', los que primero reciben a los migrantes, los escuchan y luego los dirigen al trabajador social para una escucha activa y en profundidad", subraya Mariama.
El personal que trabaja en Kolda también puede sentirse a veces desbordado al escuchar las experiencias que les cuentan los migrantes durante las sesiones de asesoramiento.
"Sí, hay historias que nos impactan, pero tenemos la capacidad de superarlas para ofrecer a los migrantes la orientación y el apoyo que necesitan", dice Mariama.
Satisfacer las más diversas necesidades
Las personas que se desplazan pueden acceder a otras ayudas vitales, como alimentos y agua en Kolda. Muchos de los migrantes que llegan, entre ellos mujeres y niños, han pasado días sin comer mientras emprendían sus largos viajes por zonas a menudo inhóspitas.
Los voluntarios y el personal de Kolda también ofrecen a las personas consejos útiles y asesoramiento sobre cuestiones como la trata de seres humanos, la recuperación del contacto con sus familias o la tramitación de documentos de viaje importantes.
Y, en caso necesario, los migrantes también pueden recibir asistencia jurídica, siempre con la máxima confidencialidad y protección, así como ayuda básica en materia de ropa e higiene para garantizar su salud y bienestar.
"Las personas que llegan al PSH se encuentran a menudo en una situación de vulnerabilidad avanzada, por lo que hacemos todo lo posible para atender inmediatamente sus necesidades más acuciantes", apunta Mariama.
Los voluntarios no se limitan a apoyar a los inmigrantes. También llevan a cabo una intensa labor con la comunidad local para concienciar y sensibilizar sobre el respeto de los derechos y la dignidad de los migrantes.
Esta importante labor se lleva a cabo con la máxima confidencialidad, siempre en consonancia con nuestros principios fundamentales y la política de migración de la IFRC.
Asistencia y protección de los migrantes más vulnerables en África Occidental
Kolda es sólo un ejemplo de los más de 600 Puntos de Servicio Humanitario gestionados por las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja a lo largo de las principales rutas migratorias del mundo. Son espacios neutrales que ofrecen un entorno acogedor y seguro para que los migrantes puedan acceder a servicios esenciales, independientemente de su situación y sin temor a ser detenidos o denunciados a las autoridades.
Desde la puesta en marcha del PSH de Kolda en 2020, que incluye otros pequeños puestos en Tanaff, Salikégné, Diaobé y Pata, los voluntarios han acogido y apoyado a más de 1.500 migrantes.
Se creó en el marco del proyecto "Asistencia y protección de los migrantes más vulnerables en África Occidental". Financiado por la Unión Europea, el proyecto cubre diferentes rutas migratorias muy transitadas a través de Burkina Faso, Gambia, Malí, Níger y Senegal. Además de las Sociedades Nacionales de estos países, en el proyecto también participan la IFRC, Cruz Roja Española, Cruz Roja Danesa y Cruz Roja Luxemburguesa.
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Para más información, visite nuestra página web sobre migración y desplazamiento y conozca mejor las políticas, programas y operaciones de la IFRC en materia de migración
La IFRC anuncia cambios en el emblemático Fondo de Emergencia para la Respuesta a Desastres (DREF)
Hoy, la IFRC lanza nuevos e importantes cambios en nuestro emblemático Fondo de Emergencia para la Respuesta a Desastres (DREF).
El DREF es nuestro fondo central de dinero a través del cual podemos liberar fondos rápidamente a las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja para la acción temprana y la respuesta inmediata a los desastres. Es la forma más rápida, eficiente y transparente de obtener fondos directamente para los actores humanitarios locales, y ha apoyado a más de 200 millones de personas en crisis desde su lanzamiento en 1985.
A día de hoy:
El DREF es ahora un fondo compuesto por dos "pilares": un Pilar de Anticipación, antes conocido como "Acción Basada en la Previsión del DREF" y un Pilar de Respuesta. Esta nueva estructura da a las Sociedades Nacionales más oportunidades de actuar antes de un peligro y una mayor capacidad de respuesta rápida cuando se produce una catástrofe.
Hemos introducido una nueva modalidad de financiación del DREF para evaluar y hacer frente a los desastres de evolución lenta, como la sequía y la inseguridad alimentaria.
Hemos aumentado los topes de financiación disponibles para las Sociedades Nacionales, de modo que puedan ampliar y acceder a la cantidad adecuada de financiación requerida, en el momento oportuno, para satisfacer las necesidades de las comunidades en riesgo y afectadas.
Hemos facilitado a las Sociedades Nacionales la solicitud de financiación del DREF mediante el establecimiento de un proceso de solicitud en línea en nuestra plataforma de operaciones de emergencia, IFRC GO. Esta transformación digital hace que el proceso de solicitud sea aún más rápido, eficiente y transparente.
El Secretario General de la IFRC, Jagan Chapagain, se refirió a los cambios en el DREF:
"Las necesidades humanitarias están creciendo exponencialmente. También lo hace la presión sobre nuestra red de la IFRC para anticiparse y responder a crisis más grandes y complejas. Nuestro DREF está evolucionando para satisfacer estas necesidades".
Para más información sobre estas mejoras del DREF, póngase en contacto con Florent Delpinto, Director del Centro de Operaciones de Emergencia de la IFRC:[email protected]
"El hambre es uno de los sufrimientos más indignos de la humanidad": la lucha contra la inseguridad alimentaria en África y más allá
La inseguridad alimentaria no es un fenómeno nuevo. Pero la reciente escalada en la gravedad y la extensión geográfica del hambre crónica es un serio motivo de alarma.
La crisis del hambre se hace sentir con mayor crudeza en el continente africano, donde muchas regiones, en particular el Cuerno de África, el Sahel y el Lago Chad, sufren la peor crisis alimentaria de las últimas décadas.
Millones de personas se enfrentan al hambre en toda África, lo que ha llevado a la IFRC a lanzar llamamientos de emergencia para las crisis de hambre en Nigeria, Somalia, Kenia, Etiopía, Níger y Angola, todo ello en el último año.
En mayo, conocí a algunos de los afectados mientras visitaba las zonas afectadas por la sequía en el condado de Marsabit (Kenia), donde los niveles de malnutrición se encuentran entre los más altos del continente.
Vi de primera mano el nivel de sufrimiento causado por la grave falta de lluvias durante cuatro temporadas consecutivas, junto con la vulnerabilidad preexistente en algunas partes del condado. Los niños, las madres jóvenes y los ancianos son los más afectados y se enfrentan a la casi desaparición de sus medios de vida.
Aunque esta crisis del hambre es, en gran medida, inducida por el clima, también está impulsada por los efectos de las nubes de langostas generalizadas, los brotes de enfermedades, los conflictos y la inseguridad, y las desaceleraciones económicas, incluidas las provocadas por el COVID-19.
Además, el conflicto en curso en Ucrania está perturbando el comercio mundial de alimentos, fertilizantes y productos petrolíferos, y los precios de los productos agrícolas están alcanzando máximos históricos. África oriental, por ejemplo, obtiene el 90% de su trigo importado de Rusia y Ucrania (fuente: PMA), y el conflicto ha provocado una importante escasez. La crisis de Ucrania también ha desviado la atención y los recursos de otras crisis.
Aunque Ucrania es una crisis extremadamente preocupante, que afecta a millones de personas, no podemos permitirnos perder de vista otras crisis urgentes en todo el mundo. Una de ellas es el rápido deterioro de la situación de la seguridad alimentaria en muchas partes de África. El tiempo corre y pronto puede ser demasiado tarde para evitar una tragedia generalizada.
Así que la pregunta que debería preocuparnos a todos es: ¿Qué podemos hacer, como colectivo humanitario, para evitar que se repita la trágica historia de principios de los años 80?
Necesitamos una acción urgente y masiva para ampliar la asistencia que salva vidas a millones de personas al borde del colapso, pero también para abordar con decisión las causas profundas de esta crisis mediante compromisos a más largo plazo.
La IFRC tiene un papel importante y único que desempeñar. Con nuestro alcance comunitario y nuestra experiencia sin parangón, nuestros más de 100 años de experiencia humanitaria, nuestra capacidad de actuar tanto a nivel local como mundial, y el estatus especial de nuestras Sociedades Nacionales como auxiliares de los poderes públicos, podemos cambiar esta situación. Pero necesitamos los recursos para hacerlo.
Nuestra prioridad colectiva inmediata es reunir apoyo para salvar vidas, dentro y fuera de nuestra red de la IFRC, durante los próximos seis meses, prestando especial atención al Cuerno de África, el Sahel Central y otros puntos conflictivos del continente.
Durante esta fase de emergencia, centraremos nuestro apoyo en lo que sabemos por experiencia que marcará la mayor diferencia en la vida y los medios de subsistencia de las personas afectadas: asistencia alimentaria, programas de dinero en efectivo y apoyo nutricional.
Al mismo tiempo, desarrollaremos una programación a más largo plazo, junto con las Sociedades Nacionales interesadas, para abordar las causas profundas de la inseguridad alimentaria. Nos basaremos en nuestros éxitos anteriores y trabajaremos en apoyo de los planes y marcos de los gobiernos para restablecer la resiliencia de las comunidades más empobrecidas, incluidas las poblaciones desplazadas.
Todo lo que hagamos se apoyará en datos sólidos y en un compromiso significativo con la comunidad para garantizar que nuestra respuesta se basa en pruebas y está hecha a medida.
El hambre es uno de los sufrimientos más indignos de la humanidad. Para aliviar el sufrimiento humano, debemos estar a la altura de este reto mediante la movilización y la acción colectivas, tanto en lo inmediato como a largo plazo.
No podemos permitirnos hacer demasiado poco y demasiado tarde.
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Desde 2020:
La red de la IFRCllegó a 4,8 millones de personas con asistencia alimentaria y artículos no alimentarios, combinando todas las operaciones de respuesta humanitaria (Llamamientos de Emergencia, DREFs y nuestra respuesta COVID-19)
Más de 20 Sociedades Nacionales africanas han puesto en marcha proyectos relacionados con la seguridad alimentaria como parte de su programación habitual
33 Sociedades Nacionales africanas han aumentado su capacidad para prestar asistencia en efectivo y con vales
Haga clic aquí para saber más sobre la labor de la IFRC en materia de seguridad alimentaria y medios de subsistencia.
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'Para superar las crisis de hambre en África, hay que empezar por la planificación a largo plazo'- artículo de opinión en Devex del Director Regional de la IFRCpara África, Mohammed Omer Mukhier-Abuzein
'Por el hambre, estoy aquí': reportaje fotográfico de la revista de la Cruz Roja y la Media Luna Roja sobre los refugiados angoleños que huyen a Namibia por la sequía y la consiguiente falta de alimentos y agua
Y desplácese hacia abajo para saber más sobre nuestros llamamientos de emergencia activos para la inseguridad alimentaria en África y otros lugares.
La IFRC amplía la asistencia en efectivo a las personas afectadas por el conflicto en Ucrania
Tres meses después del comienzo del conflicto en Ucrania, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) ha distribuido asistencia financiera por un total de más de 4,3 millones de francos suizos a miles de personas desplazadas.
La Jefa de Operaciones de Emergencia de la IFRC para la respuesta en Ucrania, Anne Katherine Moore, dijo:
"Cuanto más dure el conflicto, mayores serán las necesidades. El coste de los productos de primera necesidad, como la fruta y las verduras frescas, está aumentando. También se están registrando aumentos en el coste del combustible y del alquiler de apartamentos. Millones de personas han perdido sus empleos y sus ahorros están disminuyendo. A través de una nueva aplicación móvil, hemos podido aumentar nuestro apoyo para ayudar a las personas que se enfrentan a estos retos financieros."
La nueva tecnología permite a la IFRC y a las Sociedades Nacionales que responden llegar a las personas a gran escala y prestar asistencia en efectivo por vía digital. Introducida con éxito en Rumanía, la aplicación móvil permite a los refugiados registrarse por sí mismos para recibir asistencia en línea, lo que evita la necesidad y el coste de tener que desplazarse a un lugar central.
La aplicación se ampliará pronto a Polonia y Eslovaquia, donde ya se presta asistencia en efectivo mediante métodos más tradicionales, como el registro en persona, así como a Ucrania y otros países vecinos.
"Es la forma más rápida de entregar dinero en efectivo a esta escala. Tiene el potencial de cambiar las reglas del juego para nuestro trabajo, no sólo en esta respuesta, sino también en futuras operaciones", continuó Moore.
La ayuda en efectivo es una forma digna y eficiente de apoyar a las personas afectadas por el conflicto, permitiéndoles comprar artículos específicos para sus necesidades individuales, al tiempo que se apoya a las economías locales. Es una parte de nuestra respuesta integrada y de amplio alcance de la Cruz Roja y la Media Luna Roja al conflicto, que también incluye la prestación de asistencia sanitaria, primeros auxilios, apoyo psicosocial y la distribución de artículos de primera necesidad.
Hablando de los próximos pasos, Moore dijo: "No existe una solución a corto plazo para las necesidades de los más de 14 millones de personas que se han visto obligadas a huir de sus hogares. Sabemos que aunque el conflicto terminara mañana, la reconstrucción y la recuperación llevarán años. Las personas han perdido sus hogares, sus medios de subsistencia y el acceso a la atención sanitaria oportuna. La IFRC, en apoyo de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja de la región, estará allí ayudando a la gente ahora, y en los meses y años venideros".
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Vea: nuestra respuesta 3 meses después
Durante los últimos tres meses:
Juntos, hemos llegado a más de 2,1 millones de personas con ayuda para salvar vidas dentro de Ucrania y en los países vecinos. Se trata de 1 de cada 10 personas que han tenido que huir de sus hogares a causa del conflicto.
A lo largo de las rutas de viaje dentro y fuera de Ucrania, hemos establecido 142 Puntos de Servicio Humanitario en 15 países para proporcionar a los que huyen un entorno seguro. Allí reciben servicios esenciales como alimentos, artículos de higiene, mantas, agua para lavar, primeros auxilios, apoyo psicosocial, información y asistencia financiera.
En total, distribuimos 2,3 millones de kilos de ayuda.
71.000 voluntarios y voluntariasde la Cruz Roja y la Media Luna Roja están respondiendo a la crisis.
De camino a Europa no temía a la muerte, sólo a morir sin intentarlo
Este artículo ha sido publicado originalmente en Politico, aquí.
Buscaba seguridad. Ese era mi destino. No pensaba en ciudades o pueblos europeos. Sólo quería estar a salvo.
Por eso dejé mi país. Por eso tampoco me detuve en las cercanías: tenía que seguir avanzando. Primero a través de Sudán y Libia, luego en un barco de madera a través del Mar Mediterráneo, donde finalmente me recogió un barco de rescate.
Han pasado más de 10 años desde entonces y ahora vivo en Italia. Pero a través de mi trabajo, me encuentro reviviendo esa experiencia una y otra vez.
La parte más importante de mi trabajo es decir a las personas que rescatamos: "Estáis a salvo". Es como si también se lo dijera a sus madres, a sus hermanos y hermanas y a todos sus pueblos. Celebro este momento con ellos; celebro sus vidas con ellos. Porque demasiados otros nunca llegan a escuchar esas palabras.
En los últimos meses, hemos visto una enorme solidaridad con los que huyen de la guerra en Ucrania; es increíblemente inspirador. Sin embargo, ser testigos de la voluntad generalizada de ayudar a las víctimas de esta crisis, mientras tantos que huyen del sufrimiento y la persecución en otros lugares terminan en el fondo del mar, plantea la pregunta: ¿realmente las vidas humanas tienen un valor tan diferente?
Nunca fue mi primera opción emprender un viaje tan peligroso para buscar seguridad tan lejos de casa. Pero la falta de canales legales disponibles para acceder a la protección internacional hizo que fuera mi única opción: era una necesidad. Y mientras los Estados discuten sobre las políticas y prácticas migratorias, para nosotros, los voluntarios, se trata simplemente de salvar vidas y aliviar el sufrimiento.
Cuando salí de Eritrea hace 20 años, huyendo del servicio militar obligatorio y de los programas de trabajos forzados, no sabía dónde estaba Europa, cómo era o cómo llegar a ella. Tampoco se me ocurrió que me estaba despidiendo de mi familia, y de mi país, por última vez. Al igual que mis hermanos y hermanas de Ucrania hoy, mi única preocupación era evitar las balas. Y soy uno de los relativamente pocos de mi parte del mundo que tuvo la suerte de llegar a un lugar seguro al final.
Cuando viajaba por el desierto de Libia, recuerdo haber visto a un grupo de personas -mujeres, hombres y niños- que yacían arrugados unos encima de otros, desnudos. Le pregunté al conductor por qué estaban desnudos, y me dijo que su coche se había averiado y habían quemado todo para intentar llamar la atención, incluida su propia ropa.
¿De qué sirve la ropa cuando uno se enfrenta a la muerte? Eran sólo unos desconocidos, que vinieron al mundo desnudos y se fueron desnudos. Personas tan fuera del radar que tuvieron que quemar todo con la esperanza de ser vistos.
Sin embargo, ni siquiera eso fue suficiente.
En Libia también conoces a los mercaderes de la muerte, los que organizan los viajes para salir en barco, que son tu única esperanza de escapar de ese infierno. Cuando experimentas lo horrible que es la vida allí -las cárceles, la tortura, las bandas y los mercados de esclavos- no tienes miedo a la muerte, sólo a morir sin intentarlo.
Cuando por fin llegué a la costa y me dirigí hacia el barco que me esperaba, apenas podía caminar tanto por el miedo como por la esperanza. Vi a las madres arrojar a sus hijos al barco y seguirlos. No me pregunté por qué una madre arrojaría a su hijo dentro de este pequeño bote. Estaba segura de que lo que había visto debía ser más terrible que el mar y su oscuridad.
Salimos de noche. Al final, llega el momento en que no puedes ver a nadie, ni siquiera a ti mismo, pero los rezos, los llantos y los gemidos permanecen. En ese momento, los sonidos de los niños son la única fuente de certeza de que sigues vivo.
Estuvimos así en el mar durante tres días hasta que el barco de rescate nos encontró.
Uno podría preguntarse por qué alguien decide pasar por todo esto. Pero basta con ver lo que ocurre en los países de los que la gente viene: el sufrimiento causado por los conflictos, el hambre, la pobreza, el cambio climático y muchos otros factores que a menudo están presentes también en sus países vecinos.
Y los que se van no lo hacen sólo por sí mismos: son una inversión para sus familias y comunidades. Uno de mis amigos envía el dinero que gana a su país para construir una escuela en su pueblo. Otro ha financiado el acceso al agua potable. El dinero que los emigrantes de todo el mundo envían a casa es tres veces mayor que el que proviene de la ayuda.
La crisis ucraniana y la respuesta a la misma nos han mostrado ahora lo que es posible cuando ponemos a la humanidad en primer lugar, cuando existe la solidaridad mundial y la voluntad de ayudar y proteger a los más vulnerables. Esto debe extenderse a todos los necesitados, vengan de donde vengan.
Nadie debería tener que experimentar lo que yo he vivido, en mi propio país, en mi viaje migratorio o cuando llegué a Europa.
Todo el mundo merece escuchar las palabras: "Estás a salvo".
Las acciones deben hablar más alto que las palabras: Cinco llamados para lograr la equidad en la entrega de vacunas
En junio de 2020, unos meses después del inicio de la pandemia de la COVID-19, las Naciones Unidas y el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja pidieron conjuntamente a los gobiernos, el sector privado, las organizaciones internacionales y de la sociedad civil acelerar sus esfuerzos para desarrollar, probar y producir una “vacuna popular” segura y asequible para proteger a todos y a todas, en todas partes y poner fin a la crisis.
Una vacuna popular debe proteger a las personas ricas y pobres, a las mayores y a las jóvenes, a aquellas desplazadas por la fuerza, migrantes independientemente de su situación migratoria y a otras poblaciones a menudo desatendidas, tanto en las zonas urbanas como en las comunidades rurales.
Quince meses después, gracias a los extraordinarios avances científicos y tecnológicos, así como a la colaboración global y la confianza mutua en los aspectos regulatorios, múltiples vacunas seguras se encuentran disponibles y están siendo administradas contra la COVID-19 en países alrededor del mundo.
Sin embargo, a pesar de la elevada retórica sobre la solidaridad mundial, el objetivo de una "vacuna popular" está lejos de alcanzarse. La distribución equitativa de vacunas es una prioridad política, moral y económica que hasta ahora se ha descuidado en gran medida.
Las ganancias y la visión sesgada sobre el nacionalismo de las vacunas continúan triunfando sobre la humanidad en lo que respecta a la distribución equitativa de las vacunas. Aunque más del 48% de la población mundial ha recibido al menos una dosis de la vacuna, ese porcentaje se reduce a apenas el 3% en los países de bajos ingresos. La situación es particularmente preocupante en los países en crisis humanitaria que necesitan casi 700 millones de dosis más para alcanzar el objetivo de la Organización Mundial de la Salud de vacunar al 40% de su población antes de fin de año.
Más de la mitad de los países con un llamamiento humanitario no tienen dosis suficientes para vacunar ni siquiera al 10% de su población. Siete de los más pobres del mundo solo tienen dosis suficientes para llegar a menos del 2% de su población (Burundi, Camerún, Chad, República Democrática del Congo, Haití, Sudán del Sur y Yemen).
Los países ricos con acceso a grandes cantidades de vacunas se han comprometido generosamente a donar sus dosis excedentes a países de ingresos bajos y medianos a través de COVAX. Sin embargo, se han recibido muy pocas de estas donaciones. El suministro de dosis a las personas más vulnerables sigue teniendo limitaciones por las restricciones a la exportación y la falta de voluntad de los países de ceder su lugar en la línea de suministro de producción a COVAX, incluso si no pueden utilizar esas dosis de inmediato.
El Búfer humanitario, que forma parte de la instalación COVAX, ha estado abierto para solicitudes desde junio de 2021. El Búfer es una medida de último recurso para garantizar que se llegue a las poblaciones desplazadas y otras vulnerables del mundo con las vacunas contra la COVID-19. También forma parte de los esfuerzos para frenar la desigualdad, que de otro modo pondría en peligro la recuperación social y económica en contextos humanitarios. Por lo tanto, necesitamos impulsar urgentemente el suministro, compartir vacunas y asegurarnos de que todas las personas tengan acceso.
Pero tener dosis de vacunas disponibles es solo una parte de la solución a esta crisis. Debemos asegurar que la vacuna llegue desde la pista del aeropuerto a los brazos de las personas más vulnerables, incluidas las refugiadas, las migrantes, las solicitantes de asilo, los grupos marginados, las personas apátridas y aquellas que viven en áreas controladas por grupos armados y/o afectados por conflicto armado. Debe haber una mayor inversión en los mecanismos y la capacidad de entrega local, no solo para garantizar que las vacunas se entreguen de manera rápida y justa, sino también para fortalecer los sistemas nacionales de salud para una preparación y respuesta más efectivas ante una pandemia.
Alrededor del mundo, los esfuerzos para frenar la pandemia se ven socavados por la desconfianza que conduce a la indecisión sobre las vacunas. Más que nunca, es importante trabajar con y dentro de las comunidades, incluyendo las redes sociales y las comunitarias, para generar confianza y fortalecer la certeza en la eficacia y seguridad de las vacunas. Las actividades que fortalecen el apoyo a los actores locales y abordan la desinformación son clave para garantizar la entrega exitosa de vacunas a las comunidades locales, especialmente a las que están en mayor riesgo.
Las Naciones Unidas y el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se mantienen firmes en su compromiso de garantizar un acceso equitativo y eficaz a las vacunas COVID-19 alrededor del mundo. Dado que la pandemia requiere que la comunidad internacional tome medidas extraordinarias, hoy unimos nuestras voces nuevamente para decir que es hora de que las acciones hablen más alto que las palabras.
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Es un imperativo humanitario y nuestra responsabilidad compartida garantizar que las vidas en todas partes estén protegidas, no solo en los pocos países que tienen los medios para comprar protección. Hacemos un llamado a los gobiernos, socios, donantes, el sector privado y otras partes interesadas:
aumentar el suministro de la vacuna COVID-19 y el acceso a COVAX, incluso a través de donaciones de países de altos ingresos para donar vacunas a aquellos países y regiones que siguen recibiendo servicios de manera desigual;
aumentar el financiamiento y el apoyo a los actores locales para garantizar que las vacunas salgan de los aeropuertos de la capital y lleguen a todas las personas, incluso a través de la inversión tanto en los sistemas de salud locales necesarios para la entrega como en la participación de la comunidad para mejorar la aceptación y la confianza en las vacunas COVID-19 también como de otras vacunas en general;
fortalecer la capacidad de producción y distribución de la vacuna COVID-19 en todo el mundo, particularmente en países de ingresos bajos y medianos;
acelerar la transferencia de tecnología y conocimientos: las inversiones realizadas ahora durarán mucho más allá de esta emergencia de salud pública y fortalecerán la capacidad mundial de respuesta a futuras epidemias y pandemias;
solicitar el levantamiento de todas las barreras restantes (por parte de los fabricantes) para permitir que las agencias humanitarias accedan a las dosis de COVID-19, incluso mediante la exención del requisito de indemnización, particularmente donde las poblaciones más vulnerables solo pueden ser alcanzadas por las agencias humanitarias que utilizan el Búfer Humanitario COVAX.
Para más información, por favor contactar a:
Tommaso Della Longa, IFRC, +41 79 708 43 67, [email protected]
Crystal Ashley, ICRC, +41 79 642 80 56, [email protected]
Anna Jefferys, UNOCHA, + 1 347 707 3734, [email protected]