En los últimos cincuenta años, Panamá ha experimentado un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, como lluvias intensas y prolongadas, tormentas de viento, inundaciones, sequías, incendios forestales, deslizamientos de tierra, ciclones tropicales y los efectos de los fenómenos de El Niño y La Niña.Ahora mismo, Panamá enfrenta una grande sequía; y en los años recientes, a finales del 2020, los huracanes Eta e Iota inundaron las regiones de Soloy y Tierras Altas, en Chiriquí, que son parte del territorio indígena Ngäbe. Esta es, además, una de las principales zonas agrícolas en Panamá, y una de las que se vio más afectada por estos huracanes, lo que impulsó a la comunidad a prepararse ante posibles eventos similares.A partir de eso, la gestión del riesgo frente a desastres se ha convertido en una labor fundamental, impulsada por la participación activa de lideresas y líderes indígenas comunitarios como Dalia, Eusebio y Wilfredo de la comunidad de Soloy, el compromiso de vecinas como Doña María que vive en Las Nubes, Tierras Altas, y el acompañamiento de actores locales como la Cruz Roja Panameña.En la Cumbre Mundial sobre el Cambio Climático (COP28) que se celebra esta semana, la IFRC sigue insistiendo en que las comunidades deben estar en el centro de la preparación para desastres y crisis climática. Aquí exponemos tres de las razones principales:1. Volverá a ocurrir: Prepararse para catástrofes recurrentes"Una de las situaciones que se dan para la temporada de invierno son las inundaciones de los ríos, porque nosotros tenemos gran cantidad de ríos en la comunidad; y también los deslizamientos, que dejan casas y carreteras afectadas”, comenta Eusebio Bejarano, líder comunitario de Soloy.Es por eso que la Cruz Roja Panameña trabajó junto a la comunidad en la preparación de una evaluación y estableció Brigadas de Respuesta Comunitaria. Además, han empezado a utilizar una herramienta llamada Nexus Environmental Assessment Tool (NEAT+), que ayuda a identificar rápidamente los problemas medioambientales antes de diseñar intervenciones de emergencia o recuperación a más largo plazo.“Es una herramienta de evaluación medio ambiental que nos ha permitido conocer el contexto de las actividades que desarrolla la comunidad y sobre todo, cómo podemos trabajar para la protección de los medios de vida de esta comunidad, que es rural y que depende mucho de la agricultura de subsistencia”, explica Daniel González, Jefe de Gestión de Riesgos de la Cruz Roja Panameña.A nivel familiar e individual, también se pueden tomar acciones para proteger nuestras viviendas. Como Doña María, que vive cerca de la orilla del río y ha trabajado en un plan familiar de evacuación. Ahora está preparada para actuar en caso de inundación.2. La población local es la primera en responder: Reforzar la capacidad de respuesta de las comunidadesParte de los procesos de preparación requieren que las comunidades fortalezcan sus aprendizajes, capacidades técnicas y de liderazgo, para adaptarse mejor a las situaciones de crisis que van a vivir. Las organizaciones comunitarias son las primeras en responder cuando ocurren desastres y, a menudo, tienen acceso a áreas que los actores internacionales no tienen.Su presencia dentro de los territorios antes, durante y después de las crisis, significa que generalmente tienen la capacidad de responder de manera inmediata, pero también de fomentar la preparación y la recuperación a largo plazo.“Debemos prepararnos en Primeros Auxilios, las autoridades deben estar capacitadas, el personal docente y la comunidad", dice Dalia, lideresa de la Brigada de Apoyo Psicosocial. "La Cruz Roja ha traído diferentes tipos de capacitaciones, en las que han participado jóvenes, pero necesitamos que se involucren más comunidades y más jóvenes”.La implementación de proyectos educativos, como las escuelas azules, que incorporan aprendizajes sobre agua, saneamiento e higiene (WASH), reciclaje y huertos escolares; son una muestra de las acciones que las comunidades de esta zona están llevando a cabo, con el apoyo de la Cruz Roja Panameña.“Hemos capacitado a la Brigada de Extinción de Incendios, la Brigada de Primeros auxilios; pero también hemos trabajado en el fortalecimiento de la resiliencia en tres centros educativos de Alto bonito, Boca de Remedio y Soloy", comenta Daniel González, Jefe de Gestión de Riesgo de la Cruz Roja Panameña.. "Además, les hemos dotado de botiquines de primeros auxilios y tablas rígidas, acompañado de la capacitación a docentes y a la comunidad educativa”.3. Las comunidades saben lo que está en juego: Fortalecer la resiliencia comunitariaLas comunidades son el corazón de la preparación ante la crisis climática porque saben lo que está en juego: su entorno y la supervivencia de sus medios de vida. Ante la crisis climática y los escenarios cada vez más inciertos, la Cruz Roja trabaja con las comunidades para fortalecer la resiliencia local ante los choques relacionados con el clima.“Hemos trabajado de la mano con la Cruz Roja, organizando y preparándonos para situaciones que se vienen dando con la crisis climática, enfocándonos bastante en la comunidad, trabajando con liderazgos, trabajando con las autoridades y visitando las comunidades”, comenta Eusebio Bejarano, Líder Comunitario.La resiliencia comunitaria permite a las comunidades prepararse para hacer frente a los desastres y crear un futuro seguro, saludable y próspero. Para eso debemos registrar información sobre todas las amenazas pertinentes, así como sus causas, amenazas a la salud, peligros, conflicto, violencia, crisis climática, degradación ambiental. Únicamente así podremos establecer prioridades en conjunto, y decidir cuál es la mejor manera de abordarlas.Otro de los líderes comunitarios, Wilfredo, resalta la importancia de promover la empatía y el cuidado colectivo, y destaca la importancia de cuidar la naturaleza, enfatizando que las montañas y ríos son fundamentales para la vida comunitaria. La población indígena Ngäbe también ha puesto sobre la mesa la necesidad de tomar en cuenta elementos culturales como el idioma, a la hora de plantear acciones de preparación.Una comunidad resiliente es aquella que cuenta con experiencia, es saludable y puede satisfacer sus necesidades básicas, tiene oportunidades económicas, cuenta con infraestructura y servicios bien mantenidos y accesibles; y puede manejar sus bienes naturales en armonía con el ambiente.También se están llevando a cabo acciones de preparación ante desastres y resiliencia comunitaria en Guatemala, Honduras, El Salvador y Ecuador, gracias a la Alianza Programática entre la red de la IFRC y la Unión Europea, que proporciona financiación estratégica, flexible, a largo plazo y predecible, para que las Sociedades Nacionales puedan actuar antes de que ocurra una emergencia.
RC3 es una red distribuida de entidades e iniciativas de investigación, académicas o científicas dentro del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Reúne a cada uno de sus conocimientos específicos y les ayuda a unir fuerzas para apoyar a nuestro Movimiento con el fin de alcanzar sus objetivos y misión.
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Los miembros de la Junta de Gobierno de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (Federación Internacional), profundamente preocupados ante el cada vez más elevado tributo humano que se cobran los conflictos y la violencia alrededor del mundo, dirigimos hoy un llamado a todas las partes para que velen por la seguridad y la protección de los trabajadores humanitarios y de las personas civiles, y permitan el acceso irrestricto por parte de las organizaciones humanitarias, a fin de que presten asistencia fundamental.En medio de circunstancias en extremo difíciles, con inclusión de conflictos armados y crisis mundiales relegadas, 2023 fue un año marcado por la mayor cantidad de muertes de trabajadores humanitarios registrada en la historia, con más de 400 vidas perdidas. En los primeros cuatro meses de 2024, observamos la constante y sombría trayectoria de trabajadores de asistencia humanitaria que ven sus vidas segadas mientras prestan servicios a otras personas. En los últimos seis meses,las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja han lamentado el deceso de 30 dedicados voluntarios y miembros del personal enArgelia, Etiopía,Irán, Israel, Libia, Palestina y Sudán. Vivimos el luto de la muerte de estas personas y honramos su labor de servicio. Eran más que colegas, eran amigos y miembros queridos de sus familias, víctimas de una trágica muerte mientras intentaban ayudar a otras personas. Se trata de algo inaceptable de conformidad con el derecho internacional humanitario y nuestros principios fundamentales, e inaceptable para la humanidad, en general. En este contexto, reiteramos nuestra exhortación para que se conceda a los voluntarios y miembros del personal de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja acceso y espacio seguros e irrestrictos para que presten servicios humanitarios de conformidad con nuestros principios fundamentales de neutralidad, imparcialidad e independencia.El imperativo de salvaguarda de las personas civiles se extiende a las instituciones de vital importancia, con inclusión de los hospitales, las escuelas, y la infraestructura de carácter crucial. Se debe amparar de todo daño a estas instituciones a fin de que sea posible mantener la estabilidad, proporcionar servicios esenciales, y aportar esperanza en los momentos más aciagos de una crisis o un conflicto. Los voluntarios y miembros del personal de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja despliegan esfuerzos infatigables para prestar asistencia vital y atención médica, y necesitan condiciones de seguridad para cumplir con su labor que salva vidas. Su protección, sin impedimento, reviste importancia capital.Lamentamos la pérdida de nuestros dedicados miembros del personal, y aprovechamos este momento para celebrar su inquebrantable dedicación como un símbolo de los más elevados ideales de la humanidad. Los miembros de la Junta de Gobierno de la Federación Internacional, instamos unidos a la búsqueda de soluciones políticas para salvaguardar a las personas civiles y para garantizar la protección de los trabajadores de ayuda humanitaria, a fin de avanzar en dirección de la paz y la estabilidad duraderas.
Descubra información sobre la respuesta de los donantes a nuestros programas y llamamientos en los últimos años.Esta página se actualizará en breve con los informes correspondientes a 2023.
La Alianza Programática es una colaboración innovadora y ambiciosa de tres años entre la Federación Internacional, muchas de nuestras Sociedades Nacionales miembros y la Unión Europea. Juntos, ayudamos a las comunidades de todo el mundo a reducir sus riesgos y estar mejor preparados para los desastres y las emergencias sanitarias.
Eran las 4:17 de la madrugada del 6 de febrero de 2023 cuando dos potentes terremotos sembraron el caos en el sureste de Türkiye y el norte de Siria, matando a más de 50.000 personas y destruyendo instantáneamente los medios de subsistencia.
Los que tuvieron la suerte de salir de sus edificios se despertaron con una devastación absoluta. Lo único más aterrador que la visión de los edificios derrumbados era el silencio ensordecedor.
Aunque la Media Luna Roja Árabe Siria y la Media Luna Roja Turca respondieron con rapidez, la inmensa magnitud de la catástrofe puso de manifiesto la urgente necesidad de ayuda adicional.
Afortunadamente, el apoyo regional y mundial de la red de la IFRC fue rápido, y Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja de todo el mundo enviaron ayuda en menos de 24 horas.
Las Sociedades Nacionales de la región de Oriente Medio y Norte de África (MENA, por sus siglas en inglés) fueron algunas de las primeras en llegar al lugar. Equipos de emergencia de la Media Luna Roja y la Cruz Roja de Argelia, Egipto, Irán, Irak, Kuwait, Líbano, Libia, Palestina, Túnez, Arabia Saudí, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos fueron enviados inmediatamente para apoyar las misiones de búsqueda y rescate y prestar socorro urgente.
Conozcamos la respuesta de algunos de ellos y sus puntos de vista sobre la crisis:
La Media Luna Roja Iraquí actuó rápidamente, con equipos de emergencia y envíos de artículos de socorro por aire y tierra. Su presidente, el Dr. Yassin Ahmed Abbas, declaró:
"Dos aviones iraquíes cargados con toneladas de artículos de socorro aterrizaron en Siria aproximadamente 8 horas después del terremoto. También enviamos un equipo de 150 voluntarios -apoyados por ambulancias y clínicas móviles- a Türkiye para ayudar en las labores de búsqueda y rescate y primeros auxilios. Hasta el momento hemos logrado proporcionar más de 300 toneladas de suministros de socorro -tanto a Siria como a Türkiye- y aún quedan más por llegar".
Al mismo tiempo, la Media Luna Roja Argelina movilizó rápidamente sus recursos, desplegando un equipo de emergencia y enviando dos cargamentos por un total de 185 toneladas de artículos de socorro que incluían alimentos, agua, ropa, mantas, colchones, tiendas de campaña y generadores.
Nabyl Daas, coordinador del Equipo de Respuesta de Emergencia de la Media Luna Roja Argelina, declaró:
"Formamos un equipo de 26 voluntarios que incluía dos cirujanos ortopédicos y un equipo de especialistas en salud mental y apoyo psicosocial. Prestamos servicio en 4 zonas distintas de Alepo, pero las condiciones eran extremadamente difíciles, ya que la mayoría de los edificios corrían peligro de derrumbarse, lo que dificultó enormemente nuestra labor".
Algo parecido le ocurrió al equipo de voluntarios de la Media Luna Roja de Kuwait, que no era consciente de los inmensos retos que le aguardaban.
"Sentimos muchas réplicas durante nuestras misiones de búsqueda y rescate, lo que hizo nuestro trabajo más difícil de lo que ya era. La réplica más intensa fue de magnitud 6,4 y causó más muertes y destrucción", dijo Adnan Haidar, voluntario de la Media Luna Roja de Kuwait.
"No había dónde dormir porque todo estaba destruido, casas, hoteles, todo. La gente hacía cola en las gasolineras para conseguir combustible para sus coches, que se convirtieron en viviendas provisionales. Hacía mucho frío, así que la gente usaba las calefacciones de sus coches para calentarse. Luego apagaban los coches para dormir porque tenían demasiado miedo para volver a entrar en un edificio o porque sus casas estaban completamente destruidas", añadió Adnan.
Además de enviar las tan necesarias tripulaciones de apoyo, la Media Luna Roja de Kuwait firmó un acuerdo de cooperación internacional por valor de 5 millones de USD para prestar ayuda urgente en las zonas afectadas de Siria, que incluía alimentos, suministros médicos, mantas, tiendas de campaña, electrodomésticos y casas prefabricadas.
Sin embargo, se necesita más apoyo a pesar de los esfuerzos en curso, según la Media Luna Roja Palestina (MLRP), que envió un equipo de 14 personas especializadas en gestión del riesgo de desastres, salud mental y apoyo psicosocial, y primeros auxilios.
La MLRP evaluó la situación en Siria y pudo detectar varias deficiencias, entre ellas la escasez de determinados artículos de socorro.
Rana Faqih, coordinadora de Gestión de Riesgos de Desastre de la Media Luna Roja Palestina, declaró:
"Pudimos asistir a miles de personas a través de nuestros diferentes servicios; sin embargo, hay una necesidad desesperada de más apoyo."
"Está llegando mucha ayuda, pero no es suficiente. Hay muchos paquetes de alimentos y comidas calientes, y son suficientes para todos, pero notamos una insuficiencia en otros artículos de socorro, como leche maternizada, ropa infantil, kits de higiene y kits de dignidad. Tenemos que hacer más".
No obstante, hay luz al final del túnel, como afirma Abdallah Zgheib, que formó parte del equipo de búsqueda y rescate de la Cruz Roja Libanesa:
"No puedo describir la sensación que tuvimos cuando rescatamos a una mujer embarazada y a su hijo de debajo de los escombros. Nunca imaginé que me sentiría tan alegre y agradecido en medio de tanta devastación. Todos los que presenciamos este momento estallamos en celebración. Celebramos la esperanza".
"El poder de la humanidad es lo que nos dio esperanza y nos mantuvo en marcha, sin parar; nos mantuvo en marcha a temperaturas bajo cero y nos mantuvo saciados a pesar de que apenas comimos nada durante 4 días seguidos".
Un mes después de esta desgarradora crisis, los equipos de la Cruz Roja y la Media Luna Roja de Oriente Medio y Norte de África siguen apoyándose mutuamente ante unas circunstancias difíciles y cambiantes.
Aunque sigue habiendo mucha incertidumbre para los afectados por los terremotos, nuestras personas voluntarias son una constante y estarán ahí para la gente mientras se les necesite.
Esta crisis ha demostrado, más que nunca, que la unión hace la fuerza. La fuerza de trabajar juntos. Y la fuerza de nuestra red IFRC.
Desde que estalló la violencia armada en Israel y la Franja de Gaza el 7 de octubre, el trabajo de los equipos de los servicios de emergencia no ha cesado, a menudo en las circunstancias más desgarradoras.
Cada día, los equipos de ambulancias de la Media Luna Roja Palestina (MLRP) salen a las calles de Gaza, salvando vidas y arriesgando la suya propia, ya que incluso ambulancias y hospitales han sido objeto de ataques.
Desde el principio, los equipos de la MLRP han respondido incansablemente, prestando primeros auxilios y apoyo psicosocial, transportando a las víctimas mortales y distribuyendo ayuda esencial mientras prosiguen los combates.
Lamentablemente, cuatro voluntarios de la MLRP perdieron la vida mientras estaban de servicio, lo que dificulta aún más el trabajo de sus colegas, que intentan hacer frente a la pérdida.
"Para ser totalmente sincero, tengo miedo, como todo el mundo", Haitham Deir, paramédico de la MLRP que trabaja en la delegación de Rafah. "Dejé a mis hijos en casa sin acceso a comida, agua o electricidad. Cuando estoy de servicio, les llamo periódicamente para ver cómo están, y esta preocupación constante es abrumadora, a lo que se suma el hecho de que nos enfrentamos a disparos y bombardeos constantes, y algunos de nosotros resultamos heridos o morimos.
"Todos estos retos pasan factura a nuestro bienestar psicológico. Sin embargo, persistimos. Es una obligación moral, y yo seguiré trabajando hasta el final".
‘Nuestros ojos y oídos’
Además de los incesantes bombardeos y tiroteos, los equipos de la MLRP han tenido que lidiar con cortes intermitentes en las comunicaciones, lo que significa que a menudo no hay forma de que la gente llame para pedir una ambulancia cuando se produce un ataque.
Esto ha dificultado enormemente su respuesta. Sin embargo, los equipos de ambulancias de la MLRP han encontrado formas creativas de garantizar que los paramédicos puedan encontrar a la gente cuando hay una necesidad urgente.
"Colocamos nuestras ambulancias estratégicamente y tuvimos que usar nuestros ojos y oídos para estar atentos a los bombardeos", explica Mohammed Abu Musabih, director de operaciones y emergencias de la MLRP en la franja de Gaza. "Luego se enviaron equipos a las zonas bombardeadas, porque es allí donde es más probable que la gente necesite ayuda".
"También colocamos ambulancias cerca de los hospitales, y confiamos en que las ambulancias que llegaban con personas heridas nos dieran información sobre el lugar del que procedían", continuó. "A continuación, los equipos de ambulancias se dirigían al lugar".
Por desgracia, en la mayoría de los casos, incluso los intentos más creativos han sido ineficaces, ya que los equipos de la MLRP tienen enormes dificultades para llegar a las personas necesitadas debido a los daños en las infraestructuras, los bloqueos de carreteras y los asedios militares que se están produciendo en varias partes de la ciudad.
Se acaban las provisiones y llega el invierno
La situación dentro de los hospitales de Gaza ha sido aún más trágica, ya que el personal médico y de enfermería ha recurrido a la medicina tradicional a medida que se agotaban los suministros. Muchos hospitales se vieron obligados a suspender sus servicios por falta de combustible.
La población palestina también ha buscado refugio en los hospitales, pero tras el asedio, muchas personas -entre ellas enfermas y heridas- tuvieron que ser evacuadas, sin tener adónde ir.
Gran parte de las personas afectadas en Gaza viven actualmente en tiendas de campaña o en espacios abiertos, lo que les deja en una situación extremadamente vulnerable a medida que se acerca el invierno, y con él la amenaza de inundaciones y la posible propagación de enfermedades. Los equipos de ambulancias y voluntariado de la MLRP estarán allí haciendo todo lo posible para garantizar que la gente reciba la mejor atención posible dadas las circunstancias.
Hasta el 11 de diciembre, los equipos de la MLRP habían prestado asistencia de emergencia a más de 11.000 personas y habían trasladado los cadáveres de más de 3.500 personas fallecidas a causa de los combates. Los equipos de Cisjordania han atendido a más de 3.000 personas heridas y han transportado a más de 80 cadáveres de personas fallecidas en el conflicto.
"Desde que comenzaron las hostilidades, los equipos y personas voluntarias de la Media Luna Roja Palestina estuvieron en primera línea salvando vidas, día tras día, sin descanso", afirma Hossam Elsharkawi, director regional para Oriente Medio y Norte de África.
"El nivel sin precedentes de los retos a los que se enfrentaron es incomprensible. Les rendimos un gran homenaje; han mostrado lo mejor de la humanidad. Paralelamente, hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que acelere soluciones diplomáticas que aborden las causas profundas, incluido el fin del inhumano asedio a Gaza, y permitan que llegue más ayuda humanitaria a todas las partes de Gaza, incluido el combustible."
Desde que se despierta hasta el momento de acostarse, Jane Pacheco concentra toda su energía y recursos para estimular y cuidar a su niña, la pequeña Milagro, de dos años y medio. Sus hermanas, otros miembros de la familia, vecinos y personal de la Cruz Roja la apoyan día a día, dado que criar a un bebé nunca es una tarea fácil, aún menos si está afectado por el síndrome congénito del Zika.“Tengo mucha suerte porque he recibido mucho apoyo de mi familia”“Tengo mucha suerte porque he recibido mucho apoyo de mi familia. Mis hermanas me han ayudado demasiado, los vecinos y mi papá también. Me ayudan a cogerla, me la cuidan cuando yo me achicopalo y me acompañan. Cuando yo no puedo asistir a la terapia por algún motivo, ellos la llevan. Mi papa me colabora con la plata del transporte para ir a terapia mientras que mis hermanas me colaboran con la comida u otros productos, para que a la niña no le falte nada”, explica Jane, sentada con sus dos hermanas y una vecina en su casa en el barrio Bolivariana de Santa Marta, Colombia.A Dana Milagro le gusta comer pollo, verdura, purés y arroz, que desde hace unos meses puede finalmente deglutir. Disfruta brincar, que le hagan cosquillas y sobre todo ama la piscina. Determinada a que su hija reciba todo el cuidado que esté a su alcance, Jane ha logrado inscribirla a un programa de hidroterapia para estimular sus capacidades motoras. Dana disfruta mucho la piscina y gracias a los ejercicios en el agua ha progresado mucho.Para estimular a Milagro, Jane cuenta también con el apoyo de su familia. Grey, su hermana menor, detalla: “Cuando viene de la fundación, mi hermana nos enseña los ejercicios de estimulación y los repetimos. Nos dice cómo moverla, de hablarle mirándola en la cara para que nos identifique. Ahora que está caminando la ponemos mucho parada para que fortalezca sus piernas.”“Cuando mis hijos estaban chiquitos, ella les brindaba mucho amor. Imposible ahora que la dejemos sola. Si ella necesita de mí, en cualquier cosa, yo le voy a ayudar, siempre le digo que aquí estoy. Nos dijeron que Mila no iba a caminar. Pero nosotros hemos luchado y hemos visto mucha evolución. Ella ahora está caminando” añade Magola, su otra hermana.“Nunca, antes de que llegara la Cruz Roja, me habían preguntado cómo me sentía”Mientras observa a su hija dando algunos pasos con determinación, Jane, emocionada, relata un momento muy importante tanto para ella como para la familia entera: “El 31 de diciembre ella se paró sola y empezó a caminar. Estaba con el papá en el piso, se levantó y vino donde estaba yo. Nosotros nos quedamos sin palabras, porque nos habían dicho que no iba a poder caminar. Fue una emoción inmensa, y yo empecé a llorar.”Al ver caminar a su hija, Jane llamó a familiares y vecinos, y también contactó a una referente de la Cruz Roja que la ha estado acompañando desde hace varios meses. “Ahora que puede caminar, me siento muy feliz. Y me siento bien porque me felicitan a mí, porque lo estoy haciendo bien. Estoy más motivada”, añade, hablando de sus sentimientos.La carga emocional para las familias de niños que sufren de complicaciones debido al síndrome congénito del Zika es significativa, sobre todos para las madres, que, desde el nacimiento, o desde el embarazo ya experimentan inquietud, ansiedad y temores por tener un hijo o hija “diferente” y no siempre cuentan con sistemas de apoyo adecuados. Para cuidar a Milagro, Jane puede contar con sus hermanas y otras personas de la comunidad, sin embargo, la Cruz Roja Colombiana enfoca su atención tanto en el bienestar de la niña como en el de la mamá.“He sentido más que todo que la Cruz Roja me ha estado dando apoyo a mí. Porque como yo no hablo con nadie, nadie se interesa de cómo me siento. Nunca, antes de que llegara la Cruz Roja, me habían preguntado cómo me sentía. Y esto es muy importante. El otro día me sentí mal, me levanté asustada y me sentí mejor haciendo los ejercicios de respiración que me han enseñado. Me apoyan tanto cómo mi familia”, explica Jane, agradecida.En la foto: Dana Milagro con su tía Magola
La abuelita Ana es una de los personajes más queridos de la comunidad de Mirador de la Lagunita. A sus 94 años de edad, Ana ya no puede caminar por sí sola y requiere de la ayuda de su familia y de sus vecinos cuando la visitan. Hace unos días perdió el equilibrio y cayó al piso provocándole heridas en su rodilla, tobillo y sobre todo en su ojo, el cual lastimosamente perdió.Al enterarse de esta noticia, Idanic y Marylin, voluntarias de la Cruz Roja Venezolana la han venido brindando asistencia y atención pre hospitalaria para que las heridas provocadas por la caída no sigan empeorando. Anita, la abuelita consentida de todos, solo se deja curar por estas dos voluntarias que nunca le fallan a la hora de brindarle los primeros auxilios.Idanic Álvarez quien lleva más de dos décadas vinculada a la Cruz Roja Venezolana como voluntaria, dice que trabajar en las comunidades y cuidar de seres humanos como la abuelita Ana, le han permitido entender el verdadero significado de la solidaridad y amor por el prójimo.Mientras la abuelita Ana la observa, Idanic nos cuenta que es importante reconocer las necesidades de los otros y verse reflejada en ellas a través de su labor humanitaria de la cual aprende todos los días.Marylin Marín, socorrista y voluntaria desde hace 16, es también una profesional de enfermería perioperatoria. A su llegada a la comunidad, atendió inmediatamente las heridas de la abuelita Ana que están sanando poco a poco, gracias a sus cuidados y recomendaciones. Marylin dice que poner su granito de arena para la recuperación de Ana, la abuelita de todos, la llena de alegría y siente que a veces quisiera hacer más por ella. Gracias a sus cuidados y las medicinas que le ofrecen, va recuperando su salud. Entre bromas y curaciones llega el momento de despedirse; la Abuelita Ana lo hace con un beso y una bendición a Idanic y Marylin, sus voluntarias preferidas.
A primera vista María Elena es una mujer tímida, reservada y que habla poco. No puede esconder su sonrisa de felicidad cuando se percata de la llegada de Idanic y Marilyn, voluntarias de la Cruz Roja Venezolana que vienen apoyando a la comunidad en el desarrollo del proyecto de medios de vida que permitirá que esta comunidad fortalezca sus capacidades locales y sea más resiliente.
María Elena vive en la comunidad del Mirador de la Lagunita, un poblado ubicado a una hora y treinta minutos de Caracas. En esta pequeña colectividad, esta líder comunitaria es clave a la hora de organizar a sus compañeros y vecinos en el trabajo comunitario.
Respira hondo cuando recuerda que tuvo que regresar hace dos años desde República Dominicana para cuidar a su padre que se encontraba delicado de salud. Regresó con siete meses de embarazo, ahora su hijo va a cumplir un año de nacido y solo espera que su pareja de origen dominicano pronto esté con ellos en el Mirador de la Lagunita.
Entre risas y gestos de agradecimiento hacia los voluntarios de la Cruz Roja Venezolana María Elena sueña con una comunidad saludable y feliz. Idanic y Marylin, voluntarias de Cruz Roja Venezolana la animan constantemente a seguir adelante, ella por su parte, no deja de recordarles que la actividad planificada con los niños en los próximos días, quiere realizarlas con sus voluntarias preferidas. María Elena es también docente en la escuelita de la comunidad y la promotora de la “Olla Comunitaria”. Con gran entusiasmo nos cuenta que ha asumido el gran reto de levantar a su comunidad en compañía de las lideresas que, como ella, trabajan de la mano junto a Cruz Roja Venezolana.