Las comunidades son el corazón de la resiliencia ante la crisis climática

Reducing risks and reinforcing resilience means communities can focus on things that move the community forward – or that bring joy and meaning – rather than repeatedly recovering from disasters.

Reducir los riesgos y reforzar la resiliencia significa que las comunidades pueden centrarse en cosas que hacen avanzar a la comunidad -o que aportan alegría y significado- en lugar de recuperarse repetidamente de los desastres.

Foto: IFRC/Cruz Roja Panameña

En los últimos cincuenta años, Panamá ha experimentado un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, como lluvias intensas y prolongadas, tormentas de viento, inundaciones, sequías, incendios forestales, deslizamientos de tierra, ciclones tropicales y los efectos de los fenómenos de El Niño y La Niña.  

Ahora mismo, Panamá enfrenta una grande sequía; y en los años recientes, a finales del 2020, los huracanes Eta e Iota inundaron las regiones de Soloy y Tierras Altas, en Chiriquí, que son parte del territorio indígena Ngäbe.  Esta es, además, una de las principales zonas agrícolas en Panamá, y una de las que se vio más afectada por estos huracanes, lo que impulsó a la comunidad a prepararse ante posibles eventos similares. 

A partir de eso, la gestión del riesgo frente a desastres se ha convertido en una labor fundamental, impulsada por la participación activa de lideresas y líderes indígenas comunitarios como Dalia, Eusebio y Wilfredo de la comunidad de Soloy, el compromiso de vecinas como Doña María que vive en Las Nubes, Tierras Altas, y el acompañamiento de actores locales como la Cruz Roja Panameña.  

En la Cumbre Mundial sobre el Cambio Climático (COP28) que se celebra esta semana, la IFRC sigue insistiendo en que las comunidades deben estar en el centro de la preparación para desastres y crisis climática. Aquí exponemos tres de las razones principales:

1. Volverá a ocurrir: Prepararse para catástrofes recurrentes
Doña María, residente de Las Nubes, comunidad de Tierras Altas, preparó un plan de evacuación familiar para proteger su hogar y a sus seres queridos de futuras inundaciones.

Doña María, residente de Las Nubes, comunidad de Tierras Altas, preparó un plan de evacuación familiar para proteger su hogar y a sus seres queridos de futuras inundaciones.

Foto: IFRC/Cruz Roja Panameña

"Una de las situaciones que se dan para la temporada de invierno son las inundaciones de los ríos, porque nosotros tenemos gran cantidad de ríos en la comunidad; y también los deslizamientos, que dejan casas y carreteras afectadas”, comenta Eusebio Bejarano, líder comunitario de Soloy.   

Es por eso que la Cruz Roja Panameña trabajó junto a la comunidad en la preparación de una evaluación y estableció Brigadas de Respuesta Comunitaria. Además, han empezado a utilizar una herramienta llamada Nexus Environmental Assessment Tool (NEAT+), que ayuda a identificar rápidamente los problemas medioambientales antes de diseñar intervenciones de emergencia o recuperación a más largo plazo.

“Es una herramienta de evaluación medio ambiental que nos ha permitido conocer el contexto de las actividades que desarrolla la comunidad y sobre todo, cómo podemos trabajar para la protección de los medios de vida de esta comunidad, que es rural y que depende mucho de la agricultura de subsistencia”, explica Daniel González, Jefe de Gestión de Riesgos de la Cruz Roja Panameña.

A nivel familiar e individual, también se pueden tomar acciones para proteger nuestras viviendas. Como Doña María, que vive cerca de la orilla del río y ha trabajado en un plan familiar de evacuación. Ahora está preparada para actuar en caso de inundación. 

 2. La población local es la primera en responder: Reforzar la capacidad de respuesta de las comunidades
Dalia vive en Soloy y dirige una brigada local de respuesta a desastres, centrada en el apoyo psicosocial.

Dalia vive en Soloy y dirige una brigada local de respuesta a desastres, centrada en el apoyo psicosocial.

Foto: IFRC/Cruz Roja Panameña

Parte de los procesos de preparación requieren que las comunidades fortalezcan sus aprendizajes, capacidades técnicas y de liderazgo, para adaptarse mejor a las situaciones de crisis que van a vivir. Las organizaciones comunitarias son las primeras en responder cuando ocurren desastres y, a menudo, tienen acceso a áreas que los actores internacionales no tienen.  

Su presencia dentro de los territorios antes, durante y después de las crisis, significa que generalmente tienen la capacidad de responder de manera inmediata, pero también de fomentar la preparación y la recuperación a largo plazo. 

“Debemos prepararnos en Primeros Auxilios, las autoridades deben estar capacitadas, el personal docente y la comunidad", dice Dalia, lideresa de la Brigada de Apoyo Psicosocial. "La Cruz Roja ha traído diferentes tipos de capacitaciones, en las que han participado jóvenes, pero necesitamos que se involucren más comunidades y más jóvenes”. 

La implementación de proyectos educativos, como las escuelas azules, que incorporan aprendizajes sobre agua, saneamiento e higiene (WASH), reciclaje y huertos escolares; son una muestra de las acciones que las comunidades de esta zona están llevando a cabo, con el apoyo de la Cruz Roja Panameña. 

“Hemos capacitado a la Brigada de Extinción de Incendios, la Brigada de Primeros auxilios; pero también hemos trabajado en el fortalecimiento de la resiliencia en tres centros educativos de Alto bonito, Boca de Remedio y Soloy", comenta Daniel González, Jefe de Gestión de Riesgo de la Cruz Roja Panameña.  . "Además, les hemos dotado de botiquines de primeros auxilios y tablas rígidas, acompañado de la capacitación a docentes y a la comunidad educativa”.

Daniel González, Jefe de Gestión de Riesgos de la Cruz Roja Panameña, ha estado trabajando junto a la comunidad indígena de Soloy, que se está preparando para hacer frente a las crecientes perturbaciones relacionadas con la crisis climática.

Daniel González, Jefe de Gestión de Riesgos de la Cruz Roja Panameña, ha estado trabajando junto a la comunidad indígena de Soloy, que se está preparando para hacer frente a las crecientes perturbaciones relacionadas con la crisis climática.

Foto: IFRC/Cruz Roja Panameña

3. Las comunidades saben lo que está en juego: Fortalecer la resiliencia comunitaria

Las comunidades son el corazón de la preparación ante la crisis climática porque saben lo que está en juego: su entorno y la supervivencia de sus medios de vida.  Ante la crisis climática y los escenarios cada vez más inciertos, la Cruz Roja trabaja con las comunidades para fortalecer la resiliencia local ante los choques relacionados con el clima.

“Hemos trabajado de la mano con la Cruz Roja, organizando y preparándonos para situaciones que se vienen dando con la crisis climática, enfocándonos bastante en la comunidad, trabajando con liderazgos, trabajando con las autoridades y visitando las comunidades”, comenta Eusebio Bejarano, Líder Comunitario. 

La resiliencia comunitaria permite a las comunidades prepararse para hacer frente a los desastres y crear un futuro seguro, saludable y próspero. Para eso debemos registrar información sobre todas las amenazas pertinentes, así como sus causas, amenazas a la salud, peligros, conflicto, violencia, crisis climática, degradación ambiental. Únicamente así podremos establecer prioridades en conjunto, y decidir cuál es la mejor manera de abordarlas.  

Otro de los líderes comunitarios, Wilfredo, resalta la importancia de promover la empatía y el cuidado colectivo, y destaca la importancia de cuidar la naturaleza, enfatizando que las montañas y ríos son fundamentales para la vida comunitaria. La población indígena Ngäbe también ha puesto sobre la mesa la necesidad de tomar en cuenta elementos culturales como el idioma, a la hora de plantear acciones de preparación.  

Una comunidad resiliente es aquella que cuenta con experiencia, es saludable y puede satisfacer sus necesidades básicas, tiene oportunidades económicas, cuenta con infraestructura y servicios bien mantenidos y accesibles; y puede manejar sus bienes naturales en armonía con el ambiente. 

También se están llevando a cabo acciones de preparación ante desastres y resiliencia comunitaria en Guatemala, Honduras, El Salvador y Ecuador, gracias a la Alianza Programática entre la red de la IFRC y la Unión Europea, que proporciona financiación estratégica, flexible, a largo plazo y predecible, para que las Sociedades Nacionales puedan actuar antes de que ocurra una emergencia. 

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