Por el Centro del Clima
El lunes 12 de febrero, la IFRC aprobó una operación del Fondo de Emergencia para la Respuesta a Desastres (DREF), por un valor de medio millón de francos suizos para ayudar a la Cruz Roja Chilena a prestar asistencia a casi 10.000 personas afectadas por los incendios, que, según la organización, han tenido "profundas consecuencias" y son notablemente peores que los de hace un año.
La Cruz Roja Chilena sigue prestando asistencia a miles de personas afectadas por los incendios forestales que, según la ONU, se consideran los más mortíferos registrados en el país, recogiendo ayuda en especie donada por residentes de todo el país; y asociándose con un banco local para agilizar las donaciones en línea.
La Cruz Roja también está prestando asistencia sobre el terreno con primeros auxilios y ha creado una línea telefónica para ayudar a las familias separadas por los incendios a restablecer el contacto.
Foto: Cruz Roja Chilena
Un relato completo de la respuesta de la Cruz Roja Chilena al desastre -que el Presidente Gabriel Boric describió a principios de esta semana como la "mayor tragedia" desde el terremoto de 2010- ya está disponible (en español) a través de un espacio en la cuenta de X/Twitter de la IFRC.
"La población de Viña del Mar, de Quilpué, de Villa Alemana, han vivido y están viviendo una situación tremendamente catastrófica, excepcional, inédita y dolorosa", dijo el presidente Boric.
Las autoridades chilenas informaron el martes de que se habían recuperado 131 cadáveres de los barrios incendiados.
Temporadas Destructivas
Los incendios en Chile se producen dos semanas después de que Colombia declarara estado de desastre, a causa de los casi 30 incendios forestales que siguen arrasando el país, como parte de los más de 300 incendios que se han producido desde noviembre, señaló el UNDRR, que añadió que, un informe de 2022 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente preveía un aumento mundial de los incendios extremos de hasta el 14% para 2030 "debido al cambio climático y al cambio en el uso de la tierra".
En Chile, los incendios forestales "han aumentado drásticamente en los últimos años", según un estudio publicado a finales del mes pasado en la revista Nature, en el que se investigaba la temporada de incendios del verano de 2022-23 en el hemisferio sur. Según el estudio, casi dos millones de hectáreas han sido arrasadas por incendios forestales en los últimos diez años, tres veces más que en la década anterior, y todas menos una de las siete temporadas más destructivas, se han observado desde 2014.
"Las condiciones meteorológicas de los incendios (incluyendo altas temperaturas, baja humedad, sequía y fuertes vientos) aumentan el potencial de que los incendios forestales, una vez encendidos, se propaguen rápidamente", escriben los autores de Nature, mientras que "la concurrencia de El Niño y las sequías y olas de calor provocadas por el clima, aumentan el riesgo local de incendios; y han contribuido decisivamente a la intensa actividad incendiaria observada recientemente en Chile central."
Megasequía
Juan Bazo, representante regional del Centro del Clima para América Latina, declaró hoy: "Hay pruebas claras de que el cambio y la variabilidad climáticos, incluido el fenómeno del Niño/Oscilación del Sur (ENOS), tienen una relación significativa con los incendios en Chile, especialmente en la última década, en la que han sido cada vez más extremos".
"Las sequías y olas de calor de una gravedad sin precedentes están estrechamente relacionadas con los incendios forestales y están teniendo un grave impacto en las comunidades más vulnerables".
Las inversiones adicionales en adaptación y resiliencia que pueden ser necesarias a la luz de la intensificación de los impactos climáticos "incluyen la mejora del Sistema de Alerta Temprana (SAT) del país, una herramienta crítica para tomar medidas tempranas, reducir el riesgo de desastres y apoyar la adaptación climática", añade el artículo de Nature.
"Estos sistemas permiten prever fenómenos meteorológicos peligrosos y ayudan a minimizar los impactos informando oportunamente a gobiernos, comunidades y ciudadanía".
Durante gran parte de la última década, Chile también ha sufrido lo que se denomina una megasequía, la más larga desde que se tienen registros, lo que aumenta aún más el riesgo.