Soluciones basadas en la naturaleza

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Para aumentar la resiliencia ante los desastres climáticos, la naturaleza está en el centro de las soluciones

República Dominicana es un país con una biodiversidad única. Sus numerosos ecosistemas terrestres, costeros y marinos se caracterizan por un alto porcentaje de especies de plantas y animales que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo.Esta biodiversidad es esencial para que la isla disponga de casi todo lo necesario para la vida: alimentos, aire limpio, agua en cantidad y calidad suficientes, suelos sanos y barreras naturales que protegen a la población de los desastres. Estos recursos son vitales en un país altamente vulnerable a los desastres relacionados con el clima. "República Dominicana es uno de los países que más siente los impactos del cambio climático" comenta Ángel Ortiz, punto focal de clima y ambiente de la Cruz Roja Dominicana. "Sus impactos están reduciendo el acceso a agua limpia, aumentando las inundaciones, produciendo sequías más prolongadas y reduciendo los ingresos de las comunidades".A medida que los ecosistemas se degradan, la biodiversidad disminuye y las comunidades se vuelven más vulnerables a desastres relacionados con el clima, que afectan su bienestar y amenazan sus fuentes de ingreso.“Una de las principales amenazas es la deforestación y la caza irracional de peces y flamencos”, afirma Betania Luisa Guevara, vecina de El Cajuil, un pueblo cercano a la Laguna de Oviedo. “Otro gran problema es la falta de agua, la sequía. Aquí, al ser un lugar árido, llueve muy poco y no tenemos tuberías para acceder al agua potable”. Se estima que la República Dominicana ha sufrido una disminución de hasta el 50% de los niveles de lluvia promedio en los últimos 60 años. Esto viene acompañado de una reducción significativa de sus bosques y una exposición recurrente a huracanes y tormentas. “Cuando llueve mucho, al subir el río, se desborda e inunda la comunidad porque no hay drenaje para que el agua salga”, dice Ana María Frómeta, de la comunidad de Acapulco en Río San Juan. “Cuando el mar no está bravo, el agua sale inmediatamente. Pero si el mar está bravo, el agua se queda porque las dos chocan y no hay salida”. A pesar de las amenazas y los riesgos, estas comunidades sueñan con un futuro en el que las comunidades se fortalezcan protegiendo la naturaleza. La naturaleza, a su vez, estaría entonces lo suficientemente sana para protegerles también.La biodiversidad, el cambio climático y la Cruz Roja están interconectadas.La Cruz Roja forma parte de las comunidades, por lo que conoce de primera mano la relación entre las comunidades y sus ecosistemas. Por ello, la Cruz Roja Dominicana, la IFRC y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) están trabajando con tres comunidades (El Cajuil, en la provincia de Pedernales; Hato de Mana, en la provincia de La Altagracia; y Acapulco, en la provincia de María Trinidad Sánchez) para identificar las oportunidades que ofrece la naturaleza para mejorar su bienestar y reducir su vulnerabilidad.“En estos tres sitios hemos aplicado diagnósticos comunitarios para poder escuchar a la comunidad e identificar cuáles son las preocupaciones y posibles soluciones para abordar estas problemáticas”, explica Lilian Ayala, Oficial Senior de Acción Climática y Resiliencia Comunitaria de la IFRC.En El Cajuil, por ejemplo, una de las principales preocupaciones de la comunidad es la pérdida del ecosistema de la laguna de Oviedo, la principal atracción turística de la zona, su mayor reservorio de pesca y, por tanto, su principal fuente de ingresos. Esa laguna hipersalina está amenazada por la contaminación, la destrucción de manglares y la sobreexplotación pesquera.La Cruz Roja está actuando sobre esa realidad, al implementar, entre otras medidas, soluciones basadas en la naturaleza (SBN). Las SBN son acciones que ayudan a las comunidades a reducir los riesgos de desastres, adaptarse al cambio climático y generar recursos económicos. A la vez que protegen, restauran y gestionan de forma sostenible los ecosistemas.En el caso del Cajuil, la recuperación y preservación del bosque manglar, la gestión de desechos, los huertos familiares y la recuperación de las especies de la laguna le permitirían a la comunidad seguir viviendo del uso sostenible de la laguna y reducir el impacto de las inundaciones, gracias a la barrera protectora que crean los manglares.¿Cómo sería una comunidad que construye su resiliencia apostando por las soluciones basadas en la naturaleza?“Mi comunidad soñada sería una donde la relación que tendríamos con la naturaleza sería una hermandad, una ayuda mutua”, imagina Betania Luisa Guevara.“Nosotros aportando en la preservación de la naturaleza, y ella brindándonos su sombra, los frutos, los peces. Sería un lugar donde toda la gente esté capacitada para combatir la deforestación, hacer un buen manejo de la basura, racionalizar el agua y cuidar la naturaleza”“Sería una comunidad con fuentes de empleo sostenibles; en el sector turístico nos capacitaríamos al 100 por ciento para brindar un mejor servicio. Y tendríamos excelentes condiciones en educación y en salud”, concluye.Por su parte, Ana María, visualiza a Acapulco como una comunidad limpia, con manglares completamente restaurados que actuarían como barreras naturales contra el mar. Además, tendrían sistemas de drenaje que evitarían el desbordamiento de los ríos.El futuro que soñamos se construye en colectivoEl camino hacia un futuro sostenible y resiliente está claro: solo a través de la colaboración entre las comunidades, autoridades locales, instituciones públicas y los equipos locales de la Cruz Roja, podremos conservar la biodiversidad y mantener las comunidades y sus medios de vida a salvo ante los desafíos del cambio climático.-Esta iniciativa forma parte del Programa Global de Resiliencia Climática. En total, 23 Sociedades Nacionales forman parte de este proyecto en la región de las Américas.

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Nota de prensa

Alianza innovadora entre IFRC y The Nature Conservancy equipa a las comunidades caribeñas para combatir la crisis climática

Ginebra/Panamá, 21 de febrero de 2024: La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) y The Nature Conservancy (TNC) han preparado con éxito a más de 3.000 personas en la República Dominicana, Granada y Jamaica para adaptarse a la crisis climática. Aprovechando los hábitats costeros para reducir el riesgo, esta iniciativa fusiona la ciencia de la conservación de última generación con la preparación ante desastres.Un elemento central de este éxito es el Proyecto Resilient Islands (Islas Resilientes), una colaboración entre la IFRC y TNC que redefine la resiliencia comunitaria, utilizando el poder protector de la naturaleza contra la crisis climática. Este enfoque es fundamental en el Caribe, donde la proximidad del 70% de la población a la costa subraya su vulnerabilidad.En Granada, el proyecto ha diseñado una instalación para pescadores, con inteligencia desde el punto de vista climático. Cuenta con veintiún compartimentos, y capacidad para recoger agua de lluvia y energía solar para la generación de electricidad. Otras ventajas son: un muelle para facilitar el acceso a las embarcaciones de pescadores; y la siembra de vegetación costera para mejorar el hábitat cercano a la costa, reducir la erosión y filtrar el agua de la corriente. Estas soluciones hacen que la pesca artesanal sea más segura y sostenible.Eddy Silva, Gerente de Proyecto de The Nature Conservancy, subraya las implicaciones más amplias:"Las lecciones aprendidas de Resilient Islands aumentarán la conciencia sobre la resiliencia climática y ayudarán a ampliar los esfuerzos a nivel local y nacional en todas las pequeñas islas en desarrollo del Caribe. En un momento en que los peligros relacionados con el clima y el aumento de la temperatura de los océanos son cada vez más extremos y destructivos, este programa ha demostrado que los manglares, los arrecifes de coral y la reforestación pueden salvar vidas y medios de subsistencia."Proteger, gestionar y restaurar estos ecosistemas es clave para limitar la exposición y vulnerabilidad de las personas a los peligros. La IFRC y TNC muestran que esto debe hacerse mediante leyes, políticas y planes de desarrollo resilientes al clima que promuevan la toma de decisiones con base científica, mejoren los sistemas de alerta temprana y anticipen los desastres relacionados con el clima. En Jamaica, el programa Resilient Islands ha mejorado el actual índice nacional de clasificación de la vulnerabilidad incluyendo indicadores de los ecosistemas. Esto permite a los organismos supervisar y medir no sólo los niveles de vulnerabilidad de las comunidades, sino también la capacidad de los hábitats para proteger a las personas y los medios de subsistencia.Las comunidades y organizaciones locales también han desempeñado un papel fundamental a la hora de garantizar que las soluciones al cambio climático respondan a las necesidades locales y sean inclusivas y sostenibles. Martha Keays, Directora Regional de la IFRC para las Américas, destaca el papel indispensable de la participación local:"Una importante lección aprendida por el programa Resilient Islands es que no hay resiliencia sin localización. Las soluciones basadas en la naturaleza son soluciones basadas en la comunidad, y los actores locales, incluidas las personas voluntarias de la Cruz Roja, deben estar en el centro de su diseño e implementación. También hemos aprendido que el cambio es más probable cuando organizaciones complementarias trabajan juntas. La alianza entre la IFRC y TNC es un modelo de la innovación, generosidad y visión que el mundo necesita para abordar la crisis climática, posiblemente el mayor reto de nuestro tiempo."El Dr. Rob Brumbaugh, Director Ejecutivo de The Nature Conservancy Caribbean, reflexiona sobre la sinergia única de la Alianza:"El proyecto es un enfoque modelo para reunir a organizaciones con capacidades muy diferentes pero muy complementarias. TNC, con experiencia en la avanzada ciencia de la conservación, datos y técnicas de conservación, y la IFRC, líder mundial en planificación y respuesta a desastres."El Proyecto Resilient Islands es una iniciativa de cinco años ejecutada en conjunto por la IFRC y TNC con el apoyo de la Iniciativa Internacional sobre el Clima (IKI) del Gobierno de Alemania. El programa finalizó oficialmente con una ceremonia de clausura y revisión del proyecto en Ciudad de Panamá el 20 de febrero de 2024.Para solicitar una entrevista u obtener más información, póngase en contacto con:The Nature Conservancy - Claudia Lievano [email protected] - [email protected]

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Jamaica: Estudiantes con discapacidad auditiva aprovechan el poder de la agricultura climáticamente inteligente con el apoyo de la Cruz Roja

Plantar, regar, deshierbar, cosechar y alimentar a los animales forman parte de la vida del Centro Cristiano Caribeño para Personas Sordas (CCCD) de Manchester (Jamaica) desde hace mucho tiempo. Un día cualquiera, el personal y estudiantes del campus Knockpatrick de la escuela pueden estar cosechando frijoles, calabazas y vegetales como parte del programa educativo nutricional y de subsistencia.Pero cuando las consecuencias económicas de la pandemia de Covid-19 hicieron que disminuyeran los ingresos de las empresas y las donaciones a la escuela, la administración se centró aún más en utilizar sus tierras para ayudar a producir parte de sus demandas internas de alimentos. Mientras tanto, había otros retos: la sequía persistente significaba que simplemente no había suficiente agua para regar adecuadamente el invernadero del campus y los cultivos de campo abierto.Fue entonces cuando la escuela recurrió a la agricultura "climáticamente inteligente". Con el apoyo de la Cruz Roja de Jamaica (CRJ), el campus de Knockpatrick utiliza ahora bombas alimentadas con energía solar para ayudar a cosechar y almacenar agua para su invernadero y granja. El CCCD ya había instalado un sistema de captación de agua en los años sesenta, pero el sistema estaba en mal estado.Tyreke Lewis, uno de los 130 estudiantes que viven en el campus de Knockpatrick, de 130 hectáreas, afirma que las modificaciones han cambiado las cosas para mejor. "La escuela también podrá producir más bienes para vender a la comunidad y a otras partes interesadas", afirma. "Los ingresos adicionales nos ayudarán a pagar nuestras facturas y otros gastos. Nos permitirá desarrollar nuestras capacidades para ser más autosuficientes en el futuro".Una isla que se está secandoEl Campus Knockpatrick no es el único que se enfrenta a los impactos del cambio climático. Según los Servicios Meteorológicos de Jamaica, todas las zonas recibieron precipitaciones por debajo de lo normal en diciembre de 2022.En combinación con el COVID-19, los cambios en el clima han tenido importantes consecuencias humanitarias, y las personas más pobres y vulnerables son las que más sufren sus efectos a través de la pérdida de vidas, los contratiempos económicos y la pérdida de medios de subsistencia.Como parte de sus planes para ayudar a las personas afectadas por la crisis climática y los efectos socioeconómicos del COVID-19, la CRJ se puso en contacto con el CCCD a través de la Autoridad de Desarrollo Agrícola Rural (RADA)."En nuestras conversaciones con el CCCD, nos dimos cuenta de que la sequía y la escasez de agua existentes, unidas a la menor generación de ingresos debido al COVID-19, agravaban la crisis alimentaria, empujándoles a producir más para sí mismos", explica Leiska Powell, Project Manager de la CRJ. "Pero, para ello, necesitaban ayuda para gestionar el agua con el fin de mejorar y aumentar la producción. Queríamos encontrar la forma de ayudarles a conseguirlo".Agricultura climáticamente inteligentePara conseguirlo, la CRJ contrató a una empresa local que ofrece soluciones energéticas alternativas para instalar la bomba de agua solar; y proporcionó cuatro depósitos de agua de 1.000 galones para facilitar el almacenamiento de agua adicional.La iniciativa consistió en construir una rampa para albergar los cuatro depósitos de agua e instalar una bomba de agua solar para trasladar el agua del actual depósito de captación a los nuevos bidones de almacenamiento, para abastecer de agua al invernadero.John Meeks, responsable de empresas sociales del CCCD, señaló que esta alianza con la Cruz Roja marca el primer paso en su apuesta estratégica por desarrollar un programa agrícola resistente al clima y climáticamente inteligente."Sin riego, no podemos plantar ni criar animales", afirma. "Esta iniciativa, por tanto, supone un paso clave en la dirección correcta y nos permitirá ampliar nuestra producción de cultivos de 2-3 hectáreas a hasta 10 hectáreas, porque ahora contamos con el sistema de riego".En la siguiente fase de la iniciativa, la CRJ colaborará con RADA para ofrecer formación sobre agricultura climáticamente inteligente a estudiantes y al personal del CCCD, con el fin de reforzar su capacidad en agricultura sostenible y gestión del agua. También hay planes para ampliar la iniciativa de agricultura climáticamente inteligente a otros campus del CCCD, una vez que se consiga financiación adicional."La alianza ahora también forma parte central de las actividades emprendidas a través de la iniciativa de recuperación de medios de subsistencia climáticamente inteligentes COVID-19, llevada a cabo por la CRJ y apoyada por la IFRC", añadió Keisha Sandy, Oficial Técnica de Sostenibilidad Climática y Ambiental de la IFRC para el Caribe."La red de la Cruz Roja está comprometida a ayudar a las personas en las comunidades a hacer la transición de la recuperación inmediata de los impactos socioeconómicos del COVID-19, a soluciones de medios de subsistencia climáticamente inteligentes a largo plazo; orientadas a aumentar la resiliencia sostenida de las comunidades a las que servimos", dice Keisha.

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Personal joven voluntario de Irán planta 100.000 árboles para proteger a las personas y el planeta.

Irán es muy vulnerable al cambio climático. En los últimos años, el país ha sufrido graves inundaciones y sequías relacionadas con el calentamiento del planeta. Sólo en julio de 2022, las inundaciones repentinas causaron la muerte de 90 personas, destruyeron comunidades, viviendas y medios de subsistencia en todo el país y desplazaron a miles de personas. El voluntariado local de la Media Luna Roja Iraní tiene experiencia en responder a desastres de este tipo, desplegándose rápidamente para prestar primeros auxilios y servicios de rescate, alimentos, agua, refugio, servicios sanitarios y apoyo a largo plazo para la recuperación. Pero además de responder a desastres relacionados con el clima, la Media Luna Roja Iraní trabaja cada vez más para prepararse para ellos e incluso prevenir o reducir su impacto en las comunidades. Y para ello trabaja con la naturaleza. Concretamente, con los superhéroes de nuestro planeta: los árboles. Los árboles desempeñan un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático. La mayoría de la gente sabe que, al absorber carbono, producir oxígeno, proporcionar sombra y refrigeración y mantener la salud del suelo, los árboles contribuyen a la salud general de nuestro planeta. Pero ¿sabías también que los árboles pueden ayudarnos a protegernos de las catástrofes meteorológicas? Los árboles pueden: Absorber el exceso de agua durante las inundaciones y evitar o ralentizar la escorrentía. Retener el agua de lluvia en el suelo para reducir los daños causados por las sequías Proteger a las comunidades costeras de las marejadas Ayudar a detener o ralentizar avalanchas y flujos de lodo. Retienen el suelo para estabilizarlo en caso de terremoto o corrimiento de tierras. Consciente del poder de los árboles para proteger a las comunidades, la Media Luna Roja iraní lanzó a principios de año una campaña nacional de plantación de árboles para ayudar a mitigar los efectos del cambio climático en todo el país. Juntas, las personas jóvenes voluntarias plantaron la asombrosa cifra de 100.000 árboles en apenas 20 minutos. Equipadas con palas, regaderas, sacos de tierra y plantones de árboles, más de 10.000 personas jóvenes voluntarias se pusieron manos a la obra para cavar hoyos y plantar árboles a un ritmo increíble, mostrando unidad y acción positiva frente a la crisis climática. "Cada persona puede marcar la diferencia, ya sea colaborando de forma voluntaria con organizaciones locales, apoyando políticas que promuevan la sostenibilidad o cambiando su estilo de vida. Animo a todo el mundo a unirse y actuar frente al cambio climático." - Movahed Najjar Nahavandi, joven voluntario de la Media Luna Roja Iraní de la provincia de Mazandarán. El cambio climático es un problema complejo que requiere medidas urgentes a nivel local, nacional y mundial. Pero trabajando en conjunto y con la naturaleza, podemos marcar la diferencia y ayudar a proteger nuestras comunidades. -- La Media Luna Roja Iraní no está sola en la acción climática. Visite nuestra página dedicada a las soluciones basadas en la naturaleza o consulte nuestro informe Recurso a la Naturaleza para Proteger a las Personas para saber cómo la red de la IFRC está trabajando con la naturaleza para reducir el cambio climático y los desastres relacionados con el clima. También puede visitar nuestra página sobre Reducción del riesgo de desastres con soluciones climáticamente inteligentes para obtener más información sobre cómo nuestra red está previniendo o minimizando el impacto del cambio climático y otros peligros en las comunidades.

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Nota de prensa

La IFRC lanza la Plataforma Mundial de Resiliencia Climática para apoyar a 500 millones de personas en la primera línea de la crisis climática

Ginebra, 9 de noviembre de 2022 - A medida que avanza la COP27, queda claro lo que se necesita con mayor urgencia: acelerar la inversión en las comunidades que se encuentran en la primera línea de la crisis climática. En un momento decisivo, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) lanza hoy su Plataforma Mundial de Resiliencia Climática para aumentar la resiliencia de las comunidades más vulnerables al cambio climático. La nueva iniciativa tiene por objeto apoyar a 500 millones de personas mediante la recaudación de al menos mil millones de francos suizos a través de una iniciativa mundial de cinco años de duración centrada en la alerta temprana y la acción anticipatoria, las soluciones basadas en la naturaleza y las redes de seguridad y la protección social que responden a los impactos. El Secretario General de la IFRC, Jagan Chapagain, dice:   "Hemos lanzado la Plataforma Mundial de Resiliencia Climática para crear un cambio transformador a través de un inmenso aumento de la inversión a nivel de la comunidad local, atendiendo al llamamiento para realizar esfuerzos más rápidos y amplios para hacer frente a la crisis climática.   "El verdadero cambio sostenible sólo puede producirse cuando las personas afectadas son las que toman las decisiones. Financiar la acción climática local sin tener que pasar por múltiples niveles es crucial si queremos tener verdadero éxito en la construcción de la resiliencia desde la base."  A través de la plataforma, la red de la IFRC apoyará la participación significativa y el liderazgo activo de las mujeres, las comunidades locales, los pueblos indígenas, los jóvenes y otros grupos marginados y/o subrepresentados en el desarrollo y la aplicación de la acción climática dirigida localmente en 100 países más vulnerables al cambio climático. El Presidente de la IFRC, Francesco Rocca, dice: "El reto fundamental de esta década es cómo apoyar y financiar las iniciativas de resiliencia climática a escala mundial. La clave se encuentra en el traspaso de poder y recursos a los actores locales". El Informe de la IFRC Making it Count: Smart Climate Financing for the Most Vulnerable People ha descubierto que muchos países altamente vulnerables no están recibiendo el apoyo a la adaptación al clima que necesitan y se están quedando atrás. Por término medio, recibieron menos de una cuarta parte de la financiación para la adaptación por persona que se destinó a los países de baja o muy baja vulnerabilidad. Además, se calcula que sólo un 10% de la financiación se concede a nivel local, ya que los donantes favorecen los proyectos de infraestructuras nacionales a gran escala que corren el riesgo de no beneficiar a las comunidades locales. La subsecretaria general de la IFRC, Nena Stoiljkovic, dijo que la plataforma se centraba en las áreas clave que habían sido identificadas como las que tenían el mayor potencial de impacto transformador a escala a través de una mayor inversión y que se esperaba que generaran múltiples dividendos, incluyendo -en primer lugar- salvar vidas. Señaló que la iniciativa vinculará las fuentes de financiación de los fondos humanitarios, de desarrollo y climáticos, así como los mecanismos de financiación innovadores con la participación del sector privado, para alcanzar sus ambiciosos pero críticos objetivos. El aumento de la resiliencia también estimula el desarrollo sostenible y la innovación y es un enfoque más eficiente en la respuesta humanitaria: invertir un dólar en resiliencia climática en las comunidades puede ahorrar seis dólares de inversiones en la respuesta a los desastres. Contactos para medios: En Ginebra: Jenelle Eli, +1 202 603 6803,[email protected] En Washington: Marie Claudet, +1 202 999 8689, [email protected]

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Afrontar las causas medioambientales de la crisis alimentaria en África

Este blog se publicó originalmente en el sitio web del WWF aquí. África se enfrenta a su peor crisis alimentaria en 40 años. Casi 114 millones de personas en el África subsahariana -una cifra que se aproxima a la mitad de la población de Estados Unidos- se enfrentan a una grave inseguridad alimentaria. En África oriental, 50 millones de personas están en peligro. En el Sahel, el número de personas que necesitan ayuda alimentaria de emergencia se ha cuadruplicado hasta alcanzar los 30 millones en los últimos siete años. Las causas de esta crisis actual son múltiples. Los conflictos y la recesión económica provocada por la pandemia del COVID-19 han desempeñado su papel. Pero lo más importante es que el continente se ha visto asolado por sequías prolongadas, inundaciones y nubes de langostas del desierto, peligros naturales que se han visto agravados por el cambio climático provocado por el hombre y la degradación de la naturaleza. Son los más vulnerables los que se llevan la peor parte de la actual crisis del hambre. Los hombres y las mujeres pierden sus medios de vida a medida que se pierden las cosechas, los animales se mueren de hambre o de sed, y el suelo es arrasado. Los niños pasan hambre y se abandona su educación. Las mujeres comen menos, y la sequía hace que las necesidades dietéticas, especialmente de las niñas, las mujeres embarazadas y lactantes, y la higiene menstrual queden relegadas. Hay una necesidad urgente de ayuda humanitaria para salvar vidas en todos los países de África. Organizaciones como las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja están intensificando sus acciones, con la IFRC, los gobiernos y los socios, para proporcionar esta ayuda urgente. Pero reconocen, al igual que el WWF, la necesidad de crear también resiliencia ante las crisis y de abordar las causas profundas de la inseguridad alimentaria. Un clima cambiante Las causas subyacentes de la doble crisis medioambiental del clima y de la pérdida de la naturaleza se suman a las crisis provocadas por factores como la pobreza y los conflictos. Los crecientes niveles de gases de efecto invernadero en nuestra atmósfera -principalmente procedentes de los países ricos y de renta media del Norte global- están impulsando aumentos de temperatura que alteran los patrones meteorológicos y climáticos y degradan los ecosistemas naturales. El cambio climático está empeorando los fenómenos meteorológicos extremos, haciéndolos más frecuentes y transfronterizos. Está cambiando los patrones de precipitación, socavando la seguridad hídrica y alimentaria. Está afectando a la salud humana, así como ejerciendo una presión adicional sobre la naturaleza y la biodiversidad, exacerbando las presiones del cambio de uso del suelo, la sobreexplotación, la contaminación y las especies invasoras. En la actualidad, alrededor del 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero proceden de los sistemas alimentarios. La elección de los alimentos en las zonas urbanas ricas no sólo está provocando una crisis sanitaria de obesidad y enfermedades no transmisibles, sino que el consumo excesivo de alimentos producidos de forma insostenible y los comportamientos ineficientes y de despilfarro en todas las cadenas de valor están contribuyendo directamente a la inseguridad alimentaria en África. Esto subraya el imperativo urgente de que los países ricos reduzcan sus emisiones lo antes posible. Incluso si todos los demás sectores se descarbonizan linealmente de aquí a 2050, los sistemas alimentarios que siguen funcionando representarán casi todo el presupuesto de carbono de un futuro de 2 grados. Mientras que unos 89 países se han comprometido a alcanzar las emisiones netas cero para mediados de este siglo (lo que aún no permitiría reducir las emisiones necesarias para limitar el calentamiento a 1,5 °C), pocos han desarrollado aún el conjunto de políticas y normativas que los situarán en una trayectoria neta cero. Muchas comunidades vulnerables de África necesitan ser apoyadas frente a los choques climáticos, reforzando su capacidad de respuesta, reduciendo su exposición al riesgo y aumentando su resiliencia. Es mucho lo que puede y debe hacerse para ayudar directamente a las comunidades y ecosistemas vulnerables de África hoy y en las próximas décadas. Hay que invertir urgentemente para ayudar a las comunidades vulnerables a adaptarse a los impactos actuales del cambio climático y a ser más resistentes a las crisis climáticas que están por venir. Para ello es fundamental llegar a un entendimiento común, asegurar la financiación y promulgar políticas favorables para que los gobiernos, las ONG y el sector privado de África puedan reconocer las amenazas que suponen los impactos del cambio climático y aplicar las soluciones urgentes necesarias para ayudar a la población local a adaptarse. El vínculo entre el clima y la naturaleza También existen soluciones significativas que utilizan la naturaleza tanto para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero como para ayudar a las comunidades a adaptarse y ser más resilientes al clima. La tierra, los océanos y los sistemas de agua dulce del mundo ya absorben y almacenan la mitad de las emisiones que la humanidad produce cada año: proteger, restaurar y mejorar los ecosistemas será fundamental para hacer frente al cambio climático. Los sistemas alimentarios también pueden ser una parte importante de la solución a las crisis de la naturaleza y el clima. La inversión en soluciones basadas en la naturaleza -como la adopción de prácticas agroecológicas de producción de alimentos, la conservación de los bosques, la protección de los humedales o la mejora de los ecosistemas costeros- puede ayudar a almacenar las emisiones, proteger a las comunidades de los fenómenos meteorológicos extremos y proporcionar alimentos, empleos y hábitats. Estas soluciones, si son de alta calidad, están bien diseñadas y cuentan con la financiación adecuada, pueden contribuir a aumentar la resiliencia climática. Pero además de los proyectos individuales, los impactos y las vulnerabilidades climáticas, así como la protección de la naturaleza, deben integrarse en la toma de decisiones de los sectores público y privado a todos los niveles en todo el continente. La magnitud del desafío que suponen el clima y la pérdida de la naturaleza significa que deben ser considerados en todos los niveles de la toma de decisiones y por los actores económicos grandes y pequeños. La actual crisis alimentaria a la que se enfrentan millones de personas en toda África exige una ayuda humanitaria urgente. Pero, sin una respuesta mucho más amplia y a largo plazo, dirigida localmente y centrada en las personas, al cambio climático y a la pérdida de biodiversidad, los recursos humanitarios se verán desbordados. --- La IFRC se ha asociado con WWF, la mayor organización de conservación del medio ambiente del mundo, para trabajar con la naturaleza y proteger a las personas de la crisis climática. Haga clic aquí para saber más sobre nuestra asociación.

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Nota de prensa

La IFRC y el WWF piden una acción global para proteger la naturaleza con el fin de salvar vidas y hacer frente a la crisis climática

Estocolmo, 2 de junio de 2022 - Un nuevo informe muestra que las soluciones basadas en la naturaleza podrían reducir la intensidad de los peligros relacionados con el clima y la meteorología en un asombroso 26%, en un mundo en el que más de 3.300 millones de personas viven en lugares muy vulnerables al cambio climático. El estudio de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) y el WWF pone de relieve que se está pasando por alto el poder de la naturaleza para proteger a las personas. El informe "Trabajar con la naturaleza para proteger a las personas: cómo las soluciones basadas en la naturaleza reducen el cambio climático y los desastres relacionados con el clima" muestra cómo las soluciones basadas en la naturaleza pueden reducir la probabilidad de que se produzcan eventos relacionados con el cambio climático y el clima. Expone cómo se pueden salvar vidas trabajando con soluciones basadas en la naturaleza para prevenir la exposición a estos peligros y apoyar a las comunidades vulnerables para que se adapten y resistan los peligros de un mundo que se calienta. Por primera vez, el análisis de la IFRC y el WWF muestra que estas soluciones podrían proporcionar a los países en desarrollo una valiosa protección contra el coste económico del cambio climático, ahorrando al menos 104.000 millones de dólares en 2030 y 393.000 millones en 2050. Las comunidades de todas las regiones del mundo ya están experimentando el empeoramiento y el aumento de los impactos del cambio climático, siendo las personas vulnerables de los países de bajos recursos las más afectadas, y las mujeres y los niños a menudo los más expuestos. Sólo entre 2010 y 2019, los desastres repentinos relacionados con el cambio climático y las condiciones meteorológicas mataron a más de 410.000 personas. Jagan Chapagain, Secretario General de la IFRC, dijo: "La crisis climática está impulsando múltiples crisis humanitarias en todo el mundo. Su impacto en la vida y los medios de subsistencia de millones de personas se está intensificando. Reverdecer la naturaleza; restaurar los bosques, las tierras de cultivo y los humedales son algunas de las formas mejores y más rentables de apoyar a las comunidades vulnerables para que se adapten a los riesgos e impactos que ya afrontan. Proteger la naturaleza protegerá a las personas". Marco Lambertini, Director General de WWF, dijo: "Seamos claros. Si no intensificamos urgentemente los esfuerzos para limitar los impactos de un mundo que se calienta, se perderán más vidas y se verán afectadas las economías y los medios de subsistencia. La naturaleza es nuestro mejor aliado y también un amortiguador crucial contra el cambio climático. Si la restauramos y protegemos, podemos ayudar a los ecosistemas a desarrollar su resiliencia y a seguir prestando servicios cruciales a la humanidad y, en particular, a las comunidades más vulnerables. "Las soluciones basadas en la naturaleza desempeñan un papel fundamental a la hora de abordar el cambio climático, pero los beneficios potenciales de estas soluciones disminuyen a medida que aumenta la temperatura global, por lo que cada momento y decisión son importantes para reducir las emisiones y darnos la mejor oportunidad de construir un futuro más seguro y equitativo." Entre los ejemplos de soluciones eficaces basadas en la naturaleza que abordan el cambio climático se encuentran: Conservar los bosques para restaurar las tierras degradadas, proporcionar alimentos, protegerse de las sequías y proteger a las comunidades de los fuertes vientos. Restaurar llanuras aluviales y humedales sanos para reducir el impacto de las inundaciones y promover la agricultura sostenible para protegerse de las sequías. Restaurar los manglares y los arrecifes de coral para proporcionar una barrera protectora contra las tormentas, absorber el dióxido de carbono que calienta el planeta y proporcionar alimentos a las comunidades locales y hábitats para la vida marina. El informe pone en marcha una alianza entre la IFRC y el WWF. El informe se presentará en Estocolmo+50, una reunión de la ONU sobre el medio ambiente en la que los líderes reflexionarán sobre 50 años de acción multilateral. La asociación se propone sensibilizar sobre las soluciones basadas en la naturaleza y animar a los gobiernos, las comunidades, los donantes, los profesionales y el sector privado a incorporar la naturaleza en su planificación de la adaptación al clima y la reducción del riesgo de desastres. -- Notas para los editores: Las soluciones basadas en la naturaleza son acciones para proteger, gestionar de forma sostenible y restaurar los ecosistemas naturales o modificados que abordan los desafíos sociales y el cambio climático de forma eficaz y adaptativa, al tiempo que proporcionan beneficios para el bienestar humano y abordan la pérdida de biodiversidad. Obtenga más información aquí. El informe completo está disponible para su descarga aquí. El informe se presentará en un acto en Estocolmo+50 el 3 de junio a las 13:00 CEST. Esta reunión de las Naciones Unidas sobre el medio ambiente ofrece a los líderes la oportunidad de reflexionar sobre 50 años de acción multilateral para lograr el progreso audaz y urgente que se necesita para asegurar un futuro mejor en un planeta sano. El informe describe los factores favorables que han apoyado el éxito de las iniciativas de soluciones basadas en la naturaleza y los desafíos que impiden la ampliación de estas soluciones. Una serie de estudios de casos destaca el trabajo de la IFRCy el WWF en este ámbito, muestra el potencial de las soluciones basadas en la naturaleza, proporciona lecciones clave para guiar a los profesionales en la futura implementación, y presenta cómo los marcos legales y políticos de apoyo son fundamentales para ampliar las soluciones basadas en la naturaleza para la creación de resiliencia al clima y a los desastres. Para más información o entrevistas, por favor, contacten con: WWF Internacional. Equipo de Prensa: [email protected] IFRC: Melis Figanmese, +41 79 202 2033, [email protected] IFRC: Melissa Winkler, +41 76 240 0324, [email protected]

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Naturaleza para las personas

La IFRC se asocia con WWF, la mayor organización mundial de conservación del medio ambiente, para trabajar con la naturaleza y proteger a las personas de la crisis climática.

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Nota de prensa

La Federación Internacional y TNC instan a los gobiernos a invertir en medidas de adaptación al cambio climático para abordar la crisis climática

Kingston, Jamaica - 15 de noviembre de 2021.La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) y The Nature Conservancy (TNC) piden a los gobiernos que inviertan urgentemente en medidas de adaptación al cambio climático para abordar la creciente crisis climática en el Caribe. La convocatoria sigue a dos eventos climáticos clave: la 26ª Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP26) y la 7ª Plataforma Regional para la Reducción del Riesgo de Desastres en las Américas y el Caribe (RP21). En el Caribe, las tormentas representan un promedio anual de pérdidas de US $ 7 mil millones (o US $ 135 mil millones entre 1990 y 2008). Las investigaciones indican que el 70% de la población del Caribe vive cerca de la costa, donde la vulnerabilidad al cambio climático es mayor. Los estudios también han demostrado que los impactos del cambio climático se ponderan de manera desigual contra las personas más desatendidas: las que son las más pobres, las más expuestas y tienen menos recursos para resistir los impactos y las tensiones climáticas. Además, los datos del Informe Mundial sobre Desastres 2020 de la Federación Internacional revelan que las finanzas internacionales para la reducción del riesgo de desastres y el clima no están a la altura de las necesidades de adaptación climática en los países de bajos ingresos, y los países con el riesgo más alto y las capacidades de adaptación más bajas no están siendo priorizados. De hecho, se puso a disposición menos de 1 dólar estadounidense por persona para la financiación de la adaptación climática en países de alta vulnerabilidad. “La prioridad y el enfoque deben ser las comunidades que están más expuestas y vulnerables a los riesgos climáticos y la región del Caribe ha demostrado ser una de las más susceptibles a los desastres relacionados con el clima. Por lo tanto, los gobiernos deben garantizar que todos los esfuerzos y acciones para abordar el cambio climático deben priorizar, y no dejar atrás, a los más propensos a sus impactos”, dijo Velda Ferguson Dewsbury, Gerente de Proyectos de la Federación Internacional para las Islas Resilientes por Diseño (RI) imitativo en el Caribe. Las sociedades de la Cruz Roja están a la vanguardia en ayudar a las comunidades a prepararse, responder y recuperarse de desastres relacionados con el clima y ver, todos los días, los crecientes riesgos para las personas vulnerables. A través de proyectos como las Islas Resilientes, la Federación Internacional, en asociación con TNC, ha estado trabajando con las comunidades para ayudarlas a encontrar medidas de adaptación y reducción de riesgos innovadoras, de bajo costo y sostenibles basadas en la naturaleza. “El cambio climático no es una amenaza lejana, está sucediendo ahora. Todos hemos visto los impactos visibles del cambio climático ante nuestros ojos, como el clima más extremo y los desastres naturales, la sequía crónica y la inestabilidad económica. Si bien nuestro trabajo con la Cruz Roja ayuda a las comunidades en riesgo en todo el Caribe a adaptarse al cambio climático, con el poder de la naturaleza, necesitamos más inversiones en estas y otras comunidades y necesitamos acciones conjuntas de todas las partes interesadas relevantes”, dijo Eddy. Silva, Gerente de Proyectos de TNC RI. La Federación Internacional y TNC están trabajando con comunidades en la República Dominicana, Granada y Jamaica ayudándolas a proteger y restaurar hábitats naturales, como los manglares, que ayudan a reducir el impacto de tormentas e inundaciones severas. Los estudios indican que hasta un 65% del aumento de las pérdidas económicas proyectadas debido al cambio climático podría evitarse mediante una adaptación oportuna al cambio climático. Además, las soluciones basadas en la naturaleza para minimizar el cambio climático pueden reducir el 37% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030. Las Islas Resilientes incorporan medidas de reducción del riesgo de desastres basadas en ecosistemas (Eco-RRD), que aprovechan los sistemas naturales para prevenir y reducir los peligros naturales y los impactos del cambio climático. Por ejemplo, protegiendo y apoyando el crecimiento de los arrecifes de coral que proporcionan barreras naturales rentables, protegiendo nuestras costas de olas, tormentas e inundaciones, o plantando más árboles de mangle, que desarrollan raíces que mitigan la erosión costera, brindan alimentos y otros servicios. y sirven como viveros para una diversidad de especies de peces. Estas acciones ayudan a las comunidades a reducir su exposición a las amenazas identificando y disminuyendo sus vulnerabilidades y, al mismo tiempo, mejorando sus fuentes de sustento, así como desarrollando sus capacidades y resiliencia para prepararse y responder a emergencias. La iniciativa de RI tiene como objetivo proteger a los caribeños contra los impactos del cambio climático no solo promoviendo el uso de hábitats costeros y marinos naturales para reducir los riesgos, sino también ayudando a los gobiernos, socios y comunidades a implementar planes de desarrollo sostenible que prioricen la naturaleza. Resilient Islands es parte de la Iniciativa Climática Internacional (IKI). El Ministerio Federal de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear (BMU) apoya esta iniciativa sobre la base de una decisión adoptada por la Cámara Baja del Parlamento alemán. Para más información, contacten con: En Jamaica: Trevesa DaSilva | +876 818-8575 | [email protected] En Panamá: Susana Arroyo Barrantes | + 506 8416 1771 | [email protected] En Washington, D.C.: Claudia Lievano | +1 786 230-6144 | [email protected] En Ginebra: Marie Claudet | +33 7 86 89 50 89 | [email protected]

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Soluciones basadas en la naturaleza

La Federación Internacional está ayudando a las comunidades de todo el mundo a tomar medidas para gestionar de forma sostenible su entorno natural para protegerse de los riesgos de desastres. Nuestro objetivo es que 100 Sociedades Nacionales implementen soluciones basadas en la naturaleza dentro de sus comunidades para 2025.