La IFRC nació de la pandemia de 1918, y la preparación y respuesta ante epidemias son parte de nuestro ADN.
Tenemos una oportunidad histórica para reformar la arquitectura mundial de la salud este año. Permítanme proponer 3 lentes a través de las cuales debemos medir el éxito:
- Primero, las epidemias prosperan en las desigualdades socioeconómicas y geográficas, que afectan los niveles de confianza, el acceso a los servicios de salud y la calidad de la vigilancia; no ignoremos esto y medicalicemos en exceso nuestras discusiones.
- Segundo, es crucial que las leyes y los marcos nacionales sobre desastres, incluidas las emergencias de salud pública, vayan más allá de las capacidades del RSI (Reglamento Sanitario Internacional) para ser verdaderamente integrales e inclusivas.
- Finalmente, tener vacunas, pruebas y tratamientos efectivos disponibles a escala es fundamental, pero no garantizará su aceptación o disponibilidad en las comunidades. La participación de la comunidad y los sistemas de salud son clave para no dejar a nadie atrás.
La IFRC y sus 192 Sociedades Nacionales miembros están listas para compartir su experiencia y recomendaciones legales y de salud para garantizar que las reformas no solo sean poderosas en el papel, sino transformadoras en la realidad.
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