Declaración en el Debate Abierto Ministerial del Consejo de Seguridad de la ONU sobre cambio climático, paz y seguridad

Two women in southern Madagascar take part in a livelihood restoration project, which involves planting trees and vegetable gardens, run by the Malagasy Red Cross to help communities cope during ongoing drought.

Dos mujeres del sur de Madagascar participan en un proyecto de restauración de los medios de subsistencia, que consiste en plantar árboles y huertos, dirigido por la Cruz Roja de Madagascar para ayudar a las comunidades a hacer frente a la actual sequía.

Foto: IFRC/Caren Ramanantoanina

Declaración pronunciada en Nueva York, el 13 de junio de 2023.

En nombre de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) y de nuestras 191 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja miembros, me complace dirigirme al Debate Abierto Ministerial del Consejo de Seguridad.

Las personas voluntarias de nuestras Sociedades Nacionales en las comunidades locales nos dicen que la crisis climática es la crisis humanitaria número uno a la que se enfrentan en todo el mundo, y que amenaza la seguridad humana.

Actualmente, el 90% de todos los desastres están relacionados con el clima y la meteorología, lo que ha provocado la muerte de más de 410.000 personas en la última década y ha afectado a 1.700 millones de personas.

Los efectos de la crisis climática están agravando otras crisis -inseguridad alimentaria, brotes de enfermedades, escasez de agua y grandes desplazamientos de población-, invirtiendo los avances en materia de desarrollo y afectando así a la paz y la seguridad mundiales.

Aunque la crisis climática nos afecta de forma global, la ciencia y los datos demuestran que no nos afecta a toda la gente por igual. Debemos centrarnos en las comunidades más afectadas y en mayor riesgo, especialmente las que se encuentran en entornos frágiles.

Sra/Sr Presidente,

Aunque sabemos que no existe una solución única para reducir los riesgos climáticos, la IFRC propone tres cambios importantes para abordar la magnitud de la crisis climática que tenemos ante nosotros:

Es esencial invertir en la reducción del riesgo de desastres, la mitigación del cambio climático y la adaptación a gran escala, a nivel comunitario, donde más se necesita y donde tiene el mayor impacto potencial.

Las organizaciones locales son fundamentales para diseñar e implementar la acción climática y canalizar la financiación climática a los lugares adecuados, a los más necesitados. Deben impulsar el cambio.

Subsanar los déficits de financiación - Unos 30 de los países más vulnerables al clima -la mayoría de los cuales son contextos frágiles- reciben sólo un dólar por persona al año en financiación para la adaptación al clima.

Debemos cambiar la forma de financiar la acción por el clima.

Debe haber un enfoque más integrado de la financiación humanitaria, del desarrollo, del clima y de la paz, poniendo en el centro las necesidades de las comunidades.

La financiación debe llegar al ámbito local para crear y potenciar las capacidades y soluciones institucionales y de respuesta locales. Las comunidades locales empoderadas constituyen la base de las sociedades pacíficas.

Previsión y acción anticipatoria - Debemos ampliar los sistemas de alerta temprana y acción anticipatoria que proporcionen a las comunidades información y financiación para actuar antes de que los fenómenos climáticos se conviertan en catástrofes.

Esto significa dar a las organizaciones locales un acceso más directo a la financiación y a los procesos de toma de decisiones a través de mecanismos como el Fondo de Reserva para la Respuesta a Desastres (DREF) de la IFRC, que proporciona financiación directa a las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja que desempeñan un papel clave en la protección de las personas frente a los impactos del cambio climático.

Todas y todos, ya sea que pertenezcamos a los sectores humanitario, del desarrollo, del clima o de la paz- debemos trabajar en conjunto para abordar tanto las necesidades inmediatas como reforzar la resiliencia a largo plazo para prevenir y aliviar el sufrimiento humano y contribuir así al mantenimiento de la dignidad humana y la paz en el mundo.

Muchas gracias.

 

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