Desarrollo del voluntariado

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Mejores amigas para siempre: Dos mujeres, amigas desde la infancia, dedican su vida a ayudar a otras personas

Cho Cho Aye y Phu Ngon Wai son amigas desde la infancia.Ahora, ambos tienen 26 años y comparten algo más que recuerdos de la infancia: comparten un profundo compromiso con el servicio humanitario como voluntarias en la filial de la Cruz Roja del municipio de Kyite Ma Yaw, en el estado de Mon.Su trayectoria en la Cruz Roja comenzó en 2014, justo después de terminar la escuela secundaria y asistir a una sesión de formación básica de la Cruz Roja en su comunidad. Además de su labor humanitaria, Cho es costurera y diseña y confecciona ropa, mientras que Phu dirige un negocio en línea de venta de ropa de mujer.Un compromiso compartidoTambién comparten un profundo compromiso de apoyo a su comunidad a través de su labor de voluntariado humanitario. Y conocen de primera mano las graves consecuencias que las crisis relacionadas con el clima, como las tormentas y las inundaciones, pueden tener en las personas y las comunidades.Cho recuerda vívidamente una experiencia desgarradora durante las inundaciones de junio de 2024."La planta baja de mi casa se inundó y mi familia quedó atrapada dentro", recuerda. "No podía salir, pero estaba segura de que mis amigos estaban fuera rescatando gente. En comparación con otras casas, la mía aún estaba en buenas condiciones. En cuanto me puse en contacto con ellos, me uní a las tareas de rescate, evacuando a las personas inundadas y distribuyendo comida y agua".“Se trata de reconocer los esfuerzos que no se ven... Siempre intento ser quien pueda dar apoyo para que puedan vivir sin depender de nadie”.Phu Ngon Wai, voluntaria de la Cruz Roja de MyanmarMyanmar es uno de los países más propensos a los desastres de Asia. Durante la estación de los monzones, de mayo a octubre, el país es especialmente vulnerable a inundaciones y deslizamientos de tierra generalizados, que afectan a miles de personas. De hecho, casi el 95% del total de las precipitaciones anuales del país se producen durante la estación monzónica, a menudo acompañadas de tormentas tropicales.En julio de 2024, las fuertes lluvias monzónicas provocaron el desbordamiento de múltiples ríos y cursos de agua, lo que causó graves inundaciones en todo el país. Estas inundaciones sin precedentes se cobraron vidas y afectaron a más de 100.000 personas en zonas rurales y urbanas de todo el país.La Cruz Roja de Myanmar y la IFRC respondieron rápidamente. Con el apoyo de una asignación de 825.000 francos suizos del Fondo de Emergencia para la Respuesta a Desastres de la IFRC (IFRC-DREF), la Cruz Roja de Myanmar prestó socorro inmediato y asistencia para la recuperación temprana en las zonas más afectadas.“Ver sus sonrisas nos hace felices. Es esta mentalidad de la Cruz Roja la que nos hace seguir adelante: estar ahí para las personas que más nos necesitan”.Cho Cho Aye, voluntaria de la Cruz Roja de MyanmarEstos desastres suelen provocar desplazamientos masivos en pueblos y ciudades, especialmente en zonas bajas como el municipio de Kyite Ma Yaw, en el estado de Mon, al sureste de Myanmar, donde se encuentra el barrio de Cho y Phu, compuesto por 100 hogares. Como parte de un equipo de personas jóvenes voluntarias de la Cruz Roja, la mayor parte del trabajo de Cho y Phu consiste ahora en colaborar con las comunidades locales para prepararse antes de que se produzca el desastre.Ambas voluntarias han pasado gran parte de su vida adquiriendo habilidades para mantenerse a salvo, cambiar su comunidad y prosperar. A lo largo de su trayectoria en la Cruz Roja, por ejemplo, han recibido una amplia formación en primeros auxilios y técnicas de rescate acuático que son cruciales durante las intervenciones de emergencia.“Crecí nadando, así que no le tengo miedo al agua. Es mi punto fuerte. Creo que si los hombres pueden hacerlo, las mujeres también” afirmó Cho con confianza.Ambas comparten la firme creencia de que las mujeres desempeñan un papel clave como líderes en la capacitación de la comunidad. "Hay un dicho que dice: 'Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer", dice Phu. "Pero, ¿por qué detrás? Hay una brecha. Se trata de reconocer los esfuerzos que no se ven. No sólo para nuestra comunidad, sino para mis colegas y amigos, siempre intento ser quien pueda dar apoyo para que puedan vivir sin depender de nadie. El apoyo debe ir en ambos sentidos".Ya sea rescatando a personas durante las inundaciones o entregando provisiones esenciales, Cho y Phu nunca dudan en responder a la llamada de ayuda, ya sea de la filial de la Cruz Roja o de otros grupos benéficos. Su dedicación les ha hecho muy conocidas y respetadas en el municipio.“Cuando llevamos comida a sus casas, ya están esperando en la puerta”, dice Cho. “Ver sus sonrisas nos hace felices. Es esta mentalidad de la Cruz Roja la que nos hace seguir adelante: estar ahí para la gente que más nos necesita”.Aunque Cho sueña con convertirse en diseñadora de moda y Phu aspira a ampliar su negocio en línea, su compromiso con la labor humanitaria sigue siendo inquebrantable.“Estamos decididas a seguir colaborando como voluntarias con la Cruz Roja mientras vivamos”, afirma.Su dedicación ha fortalecido la filial de la Cruz Roja del municipio de Kyite Ma Yaw, inspirando a otras personas a unirse a ella. En la actualidad, su filial cuenta con 20 personas voluntarias, y muchas mujeres jóvenes han dado un paso al frente para convertirse en humanitarias.“Creo que juntas podemos construir un futuro más inclusivo y empoderado”, dijo Phu.¿Cómo involucrarse?Más información sobre el voluntariado en la red de la IFRCMás información sobre la preparación para desastres en la red de la IFRCMás información sobre el Día Internacional de la Mujer en la IFRCLea nuestras otras historias del Día Internacional de las Mujeres:Cómo invertir en el liderazgo humanitario de las mujeres ha dado resultados en las AméricasDía Internacional de las Mujeres: "Al principio tenía miedo, pero he aprendido que con determinación todo es posible".Día Internacional de las Mujeres: El camino de Patricia desde la exclusión hasta "un profundo sentimiento de pertenencia".

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Día Internacional del Voluntariado: En Filipinas, las personas voluntarias aportaron un apoyo inquebrantable frente a seis tifones devastadores.

En el transcurso de sólo dos meses -de octubre a noviembre de 2024-, Filipinas sufrió una implacable avalancha de tifones destructivos, cada uno de los cuales provocó inundaciones y deslizamientos de tierra que devastaron comunidades.Con más de 10 millones de personas afectadas, los desastres han dejado un rastro de destrucción y dolor. Pero a pesar de todo, el voluntariado de la Cruz Roja Filipina ha estado allí, en las comunidades de todo el país, ofreciendo apoyo y consuelo a quienes lo necesitaban.Felisa Buquel, voluntaria de la filial de Isabela, ha estado allí todos los días, trabajando en los centros de evacuación, hablando, escuchando y evaluando los daños para garantizar que las personas reciban el apoyo que necesitan para recuperarse y reconstruir. Con motivo del Día Internacional del Voluntariado [5 de diciembre], compartimos con ustedes su historia de perseverancia, compasión y coraje."Mi trayectoria con la Cruz Roja Filipina comenzó en la escuela, donde nos animaron a mis compañeros y a mí a realizar labores de voluntariado. Nos involucramos por primera vez en el Día Mundial de la RCP (reanimación cardiopulmonar), donde nos enseñaron lo básico. Durante la formación, pensamos: ¡Vaya, son tan hábiles a pesar de ser tan jóvenes! Después pensé: Quiero saber cómo funciona este voluntariado; quiero probarlo yo misma.Aún recuerdo la lluvia de cenizas: fue tan intensa que no podía respirar. Yo estaba temblando, y pensé: Dios, ¿ha llegado el momento? ¿Me pondré bien?Me di cuenta de que ser voluntario de la Cruz Roja no consiste sólo en presentarse: hay mucha formación necesaria. Al principio me parecía un pequeño esfuerzo, pero con el tiempo se volvió más retador y significativo.Después de trabajar como voluntaria en la delegación de Marikina durante un tiempo, me preguntaron si quería participar en un despliegue. Mi primer despliegue me llevó a la erupción del volcán Taal [en la provincia de Batangas].Mi primera tarea fue preparar comidas calientes. Entonces ni siquiera sabía cocinar bien. Pero en la Cruz Roja, como me dijo una vez un dirigente, tienes que ser multitarea, no puedes saber sólo una cosa.Nunca olvidaré el despliegue de Taal. Aún recuerdo la lluvia de cenizas: fue tan intensa que no podía respirar. Estaba temblando y pensé: Dios, ¿ha llegado el momento? ¿Me pondré bien?Cada vez que me incorporaba a un despliegue, se me pasaba por la cabeza: ¿Y si pasa algo y no vuelvo con mi familia?Pero cuando veo a la gente de la comunidad que realmente necesita ayuda, siento que todo lo demás deja de importar. Cuando veo cuánto están sufriendo, puedo dejar a un lado mis miedos y hacer lo que pueda para ayudar.Con los tifones, he ayudado de muchas maneras, sobre todo en los centros de evacuación. Lo importante es que la gente sepa que para nosotros no son sólo un número, una estadística.Queremos de verdad saber cómo se sienten y hacer lo que podamos para ayudarles. Para los niños y niñas, el impacto de las tormentas consecutivas ha sido especialmente abrumador. Cada vez que llueve, aunque solo sea un poco, veo que se asustan: temen que vuelva a inundarse.Cuando veo que las niñas y niños se divierten, me siento aliviada. Pero a veces, cuando empiezan a aburrirse o a enfadarse, es cuando sé que tengo que intervenir e idear una nueva actividad o estrategia para mantenerles animados.Cantar y bailar canciones como «Baby Shark» puede parecer sencillo, pero ver sus rostros felices hace que todo merezca la pena. Su alegría me recuerda por qué hacemos este trabajo: para llevar consuelo, aunque sea en pequeñas cosas, cuando todo lo demás parece perdido.Aunque llevamos suministros esenciales, creo que lo que hace que nuestro servicio sea único es que también aportamos apoyo y consuelo. Una persona dijo: ''Se han convertido en una familia para nosotros''. Sintieron que se les cuidaba y ayudaba como nunca antes.Su alegría me recuerda por qué hacemos este trabajo: para dar consuelo, aunque sea en pequeñas cosas, cuando todo lo demás parece perdido.En definitiva, estoy orgullosa de trabajar para la Cruz Roja. Estoy orgullosa de los despliegues en los que he participado, y estoy agradecida a mis mentores en la Cruz Roja, que han sido como unos segundos padres para mí, siempre apoyándome en mis estudios y en mi crecimiento personal.Cuando alguien expresa su gratitud, diciendo: 'Gracias, señora, por venir', incluso cuando no le has dado mucho -un simple saludo, preguntarle cómo está-, eso es algo que no puedes olvidar. Esos momentos en los que puedes demostrarles que alguien se preocupa por ellos, es cuando me doy cuenta de lo que significa el voluntariado».La Cruz Roja de Filipinas ha desplegado más de 4.000 personas voluntarias para apoyar a las comunidades en respuesta a los seis tifones que azotaron el país entre octubre y noviembre de 2024. Mientras prosigue su labor, la IFRC ha lanzado un llamamiento de emergencia para apoyar el trabajo de la Cruz Roja Filipina ayudando a las comunidades a recuperarse y reconstruir.

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Día Internacional del Voluntariado: Cada día, voluntarias como Ange brindan «una primera respuesta que salva vidas».

En la parte este de la República Democrática del Congo, Ange Mulanga y un equipo voluntario de la filial de Kivu Norte de la Cruz Roja ofrecen una respuesta de emergencia rápida a una serie de crisis casi a diario.No importa cuál sea la emergencia, allí están presentes. Acuden para prestar servicios de primeros auxilios, agua y refugio, como hicieron con la población desplazada por una erupción volcánica que ocurrió en 2021. O para ayudar a detener la propagación de Mpox, Covid-19 u otras enfermedades infecciosas, como hicieron en múltiples ocasiones en los últimos años.En la actualidad, Ange y su equipo suelen prestar ayuda crítica a algunas de las casi 1,7 millones de personas de su región que se han visto desplazadas por el actual conflicto interno."Después de ir a las comunidades para hacer una evaluación, trabajamos rápidamente para dar una primera respuesta que salve vidas", dice Mulanga, voluntaria de la filial de Kivu Norte de la Cruz Roja de la República Democrática del Congo."En general, se trata de artículos de primera necesidad. Artículos para el hogar y ropa de cama y medicinas para los centros de salud, que están en pleno proceso de recibir a las personas desplazadas".Pero hacer este trabajo no suele ser fácil.En la zona donde trabaja Ange hay combates constantes entre el gobierno y los grupos armados, y tensiones por motivos étnicos y tribales. Los lugares más necesitados suelen ser los mismos en los que estalla la violencia entre estos grupos. El personal humanitario y la población civil se ven a menudo atrapados entre dos fuegos.Para llevar servicios humanitarios a las personas que viven en estas zonas, los equipos de la Cruz Roja actúan de enlace tanto con las autoridades gubernamentales como con los grupos armados para garantizar un paso seguro, y se comunican con liderazgos locales para que todas las partes entiendan que la misión de la Cruz Roja es puramente humanitaria, independiente y neutral."Se vuelve un poco complicado", dice Ange."No sólo porque hay que preparar la respuesta muy rápidamente con las autorizaciones [del gobierno y de los grupos armados], sino porque también hay que mantener una relación positiva con las y los líderes y grupos comunitarios que pueden facilitar o entorpecer los esfuerzos de socorro"."A veces parece que vamos de un país a otro" añade, refiriéndose al trabajo de conseguir autorizaciones para pasar controles de carretera y entrar en zonas controladas por distintos grupos.Una de tantasAnge no está sola. Es sólo una de las muchas personas voluntarias dedicadas en la RDC -y en todo el mundo- que asumen tareas críticas de ayuda a personas en situaciones muy difíciles. Mientras el mundo humanitario celebra el Día Internacional del Voluntariado el 5 de diciembre, la IFRC rinde homenaje a voluntarias como Ange, que emplean una profesionalidad, persistencia y compasión increíbles para llevar humanidad a personas en situaciones de extrema vulnerabilidad.En el caso de Kivu del Norte, la región se ha visto afectada durante mucho tiempo por crisis humanitarias, incluida la violencia, en la vecina Ruanda y en el cercano Burundi.En febrero de 2024, la IFRC lanzó un llamamiento de emergencia a raíz del creciente número de ataques en el este de la RDC que provocaron una nueva ronda de desplazamientos a gran escala. El llamamiento solicita 50 millones de francos suizos para apoyar a la Cruz Roja de la RDC en su labor de prestar asistencia alimentaria, servicios de salud, agua, saneamiento e higiene y servicios de protección a 500.000 personas desplazadas y a sus comunidades de acogida en Kivu del Norte y Kivu del Sur.Los combates en esta zona han obstaculizado gravemente la capacidad de la población para acceder a las tierras de cultivo y cultivarlas, obtener suministros y entregar mercancías. La inflación se ha visto agravada por la devaluación del franco congoleño, lo que ha provocado un aumento sustancial de los precios de los alimentos.El hacinamiento en los campos de personas desplazadas ha dejado a la población en condiciones extremadamente desesperadas. Las mujeres representan alrededor del 60% del total de la población desplazada, y las infancias menores de 5 años alrededor del 18%.Lamentablemente, voluntarias como Ange no siempre reciben todo el apoyo que necesitan para llevar a cabo su labor. El llamamiento de emergencia sigue estando significativamente subfinanciado, lo que pone en peligro gran parte de la respuesta de emergencia prevista, mientras que diversos factores siguen obstaculizando el trabajo de voluntariado. Gracias a la reputación de la Cruz Roja, al poder de la marca Cruz Roja y a la dedicación de personas como Ange, las y los voluntarios de la filial consiguen responder."Pero no siempre es fácil porque, por desgracia, sobre el terreno hay gente que no entiende que estamos ahí sólo para ayudar a la población desplazada", señala Ange. En una situación en la que casi todo el mundo está de un lado u otro, a mucha gente le cuesta creer que haya personas que se mantengan independientes, imparciales y neutrales."A veces nos preguntan: '¿De verdad son neutrales?", continúa Ange.‘No podíamos acercarnos a la niñas y niños’Además de sortear los controles de carretera, realizar el duro trabajo de entregar suministros de socorro, instalar puestos de agua o transmitir mensajes sanitarios, también deben trabajar constantemente para combatir el flujo constante de desinformación.Un ejemplo de ello fue la pandemia de Covid-19. "En mi parte del mundo, la gente pensaba que el COVID-19 había llegado por culpa de la gente occidental", señaló Ange. "Así que cuando íbamos a los pueblos a hablar del COVID-19 y de cómo evitarlo, y la gente veía nuestros coches, pensaba que les llevábamos el COVID".Esta percepción es en cierto modo comprensible. Cada vez que hay un brote, llegan profesionales de la salud y personal humanitario, a menudo en robustos vehículos utilitarios blancos con logotipos (incluida la Cruz Roja, para repartir vacunas, servicios de higiene y otras intervenciones.Ange recuerda que cuando los equipos de la Cruz Roja acudieron a una comunidad para tratar el problema de la desnutrición, algunos padres desconfiaban de los trabajadores de la Cruz Roja."No podíamos acercarnos a los niños y niñas", recuerda Ange. "Incluso empezaron a llorar. Entendimos que para la comunidad, que tocáramos a la población infantil significaba que traíamos el COVID y otras enfermedades, incluido el ébola. Porque incluso cuando el Ébola golpeó, estuvimos entre las organizaciones que respondieron muy activamente a esa epidemia".Hacer frente a este reto no es fácil. Una buena parte de las acciones de la Cruz Roja y la IFRC en situaciones como ésta se enmarcan en lo que se denomina Participación Comunitaria y Rendición de Cuentas, o CEA, en la que el voluntariado escucha las preocupaciones de la comunidad y desarrolla mecanismos regulares de retroalimentación para mostrar a la gente que sus preocupaciones son escuchadas y atendidas.También dedican el tiempo necesario a explicar a la gente, mediante visitas puerta a puerta, reuniones comunitarias y programas de radio, en qué consiste la Cruz Roja."La comunicación es clave", dice Ange. "Pero como en muchas partes de Kivu del Norte no hay conexiones de telefonía móvil ni Internet, transmitir el mensaje es difícil".Con estos y otros retos a los que se enfrenta cada día el voluntariado, es fundamental que reciban el apoyo, el respeto y la protección que necesitan y merecen.Para saber más sobre el voluntariado en la red de la IFRC y nuestros esfuerzos por garantizar el respeto de una labor humanitaria imparcial y neutral, visite los siguientes enlaces:#ProtegerLaHumanidadEn memoria: Lista de personas voluntarias de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja fallecidas en acto de servicio.Día Internacional del Voluntariado

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"Estamos listos": Para el personal hospitalario del sur del Líbano, los años de formación se enfrentan a una nueva prueba cuando el conflicto llega a sus puertas.

La actual crisis en Medio Oriente, desencadenada por el conflicto entre Israel y Gaza, ha provocado conmociones en toda la región, afectando a países vecinos y comunidades mucho más allá de la zona de conflicto inicial.En la ciudad de Sidón, en la Gobernación Sur de Líbano, el personal y voluntariado del hospital Al-Hamshari de la Media Luna Roja Palestina (MLRP) se ha estado preparando para los peores escenarios, ya que los bombardeos ocurren regularmente justo en su puerta y la región sur de Líbano se ve cada vez más afectada por la escalada de las hostilidades.Al-Hamshari es uno de los dos hospitales de la Media Luna Roja Palestina en el sur del Líbano, y atiende a personas refugiadas palestinas y de todas las nacionalidades. También es el mayor de los cinco hospitales de la MLRP en Líbano, lo que significa que es un centro sanitario crucial, especialmente en tiempos de conflicto, cuando más se necesitan sus servicios.Este entorno volátil ha obligado a la Media Luna Roja Palestina en el Líbano a prepararse para un aumento de las necesidades, movilizando recursos y estando en alerta máxima para responder a la crisis que se está desencadenando."Tenemos más de 300 personas entre el voluntariado y el personal que han recibido formación en el marco de nuestro plan de emergencia", explica el Dr. Ziad El Ainen, Director del Servicio de Emergencias y Ambulancias de la filial libanesa de la Media Luna Roja Palestina.Una parte importante de esa formación se ha realizado con la Cruz Roja Libanesa, que también tiene una gran experiencia en la respuesta a incidentes con víctimas masivas. "La Cruz Roja Libanesa ha formado bien [al personal del hospital] para responder eficazmente en tiempos de conflicto", dice El Ainen.Para reforzar su capacidad de responder eficazmente a la escalada del conflicto, el hospital Al-Hamshari de la MLRP puso en marcha un amplio programa de formación, que abarcaba una serie de conocimientos esenciales, como soporte vital básico, soporte vital cardíaco avanzado, ecocardiografía de urgencia, triaje de víctimas masivas y técnicas avanzadas de primeros auxilios. Estas formaciones dotaron al personal del hospital de los conocimientos y habilidades necesarios para mitigar el impacto de las lesiones relacionadas con el conflicto y garantizar una intervención médica oportuna y adecuada.Una persona que se ha beneficiado de estas formaciones y está preparada para servir a su pueblo, especialmente durante este conflicto, es Hossam Sabha, de 58 años, un socorrista que lleva casi 40 años en la Media Luna Roja Palestina del Líbano."Como unidad de Servicios Médicos de Emergencia de la Media Luna Roja Palestina en el Líbano, hemos tomado todas las precauciones y medidas necesarias para responder a cualquier emergencia", dice Hossam."Hemos completado nuestra formación y estamos preparados para movilizarnos en cualquier momento. Tenemos un plan de emergencia para el sur y Beirut, y todos nuestros equipos están preparados. No tenemos miedo".No es sólo Hossam quien está impulsado por un sentido de humanidad. Su propia hija, Saja, ha heredado la valentía de su padre. El conflicto no le impedirá prestar servicios que salvan vidas, dice."No tengo ningún miedo. Vengo al hospital todos los días porque quiero ayudar a otras personas, incluyendo a mis colegas", dice Saja, de 22 años, voluntaria en el hospital Al-Hamshari y estudiante de enfermería. Considera que el voluntariado no se parece a nada de lo que ha vivido hasta ahora."Cuando eres voluntaria, estás expuesta a tanta gente, ves lo que ocurre en el mundo real. No hay nada como la expresión de gratitud y alivio en la cara de una persona después de haberle proporcionado la ayuda que necesita".Sin embargo, no hay que avergonzarse de sentir miedo, y tanto el personal como las personas voluntarias del hospital reciben formación para ayudarse mutuamente a sobrellevar sus reacciones emocionales ante los acontecimientos que se desarrollan a su alrededor. Saja trabaja estrechamente con Nagham Chanaa, de 20 años, la interna más joven del hospital Al-Hamshari, que persigue su sueño de ser médica.A pesar de la naturaleza estresante de su trabajo y de la turbulenta situación del país, Nagham se las arregla para sonreír a pesar de todo."Soy una persona muy ansiosa", dice. "Sentí mucho miedo cuando oí una explosión hace unos días -que resultó ser un falso ataque aéreo-, pero todos en el hospital vinieron a verme e intentaron consolarme. Recibo mucho apoyo mental de mis colegas de aquí. Nos apoyamos mutuamente y transmitimos ese apoyo también a quienes atendemos".Aunque profesionales de la medicina como Nagham y Saja son esenciales para prestar asistencia de emergencia, cualquiera puede contribuir a su comunidad en momentos de necesidad. Todo lo que se necesita es un corazón solidario y la disposición de practicar el voluntariado.Ahmad Marwan El Issa, de 19 años, que estudia Ingeniería Mecánica, es un buen ejemplo de ello. Es voluntario de la Media Luna Roja Palestina en Líbano como técnico de urgencias médicas, y lo hace sabiendo los riesgos que implica."La situación asusta porque es impredecible", dice. "No sabemos cuándo caerá un ataque aéreo ni dónde, pero estamos listos para servir a quienes lo necesiten, pase lo que pase".

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Únase a nosotros para proteger a la humanidad

La violencia contra el personal humanitario y el voluntariado debe cesar. Pero no podemos ponerle fin sin tu ayuda. La campaña Protege a la Humanidad necesita tu voz, tu participación y tu acción para ayudarnos a poner fin a la violencia contra quienes arriesgan su vida para ayudar a otras personas. Debemos proteger a quienes responden primero y a las personas voluntarias que lo dan todo para protegernos. En conjunto podemos #ProtegerLaHumanidad.

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"Estaremos allí para apoyarles": En las comunidades más vulnerables a las tormentas, el voluntariado asume el reto.

En los campos de Cox's Bazar, en Bangladesh, donde los ciclones suponen una amenaza constante, un grupo extraordinario de personas se convierte en el héroe anónimo de la Preparación y respuesta ante desastres.Unas 3.300 personas voluntarias de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja son la base de la preparación comunitaria y la intervención de emergencia en los campamentos.Dil Mohammed, de 46 años, es uno de ellos. "La gente sabe que estaremos a su lado si nos necesitan durante cualquier desastre", afirma.Tras recibir formación y preparación de la Sociedad de la Media Luna Roja de Bangladesh y la IFRC, Dil Mohammed y sus compañeros voluntarios desempeñan un papel fundamental en la difusión de información de alerta temprana de ciclones y la facilitación de acciones anticipatorias para reducir las pérdidas y los daños sin precedentes que pueden ocasionar los ciclones.Las temporadas de ciclones en Bangladesh, que abarcan de abril a mayo y de octubre a noviembre, son periodos de máxima alerta. Desde 2018, estas voluntarias han recibido formación sobre preparación ante desastres y sobre el sistema de alerta temprana del campamento, así como material de seguridad y equipos de alerta temprana.Cuando se acercó el ciclón Mocha en mayo de 2023, por ejemplo, entraron en acción. Dil Mohammed recuerda su rápida respuesta: "Cuando se anunció la señal 1 del ciclón, recibimos inmediatamente la noticia y empezamos a enviar mensajes verbales a la gente que vivía en mi campamento. Tras recibir el anuncio de la señal de ciclón 4, izamos la bandera de señal de ciclón y difundimos la información de la señal a través de megáfonos por todo el campamento".Mientras que los hombres voluntarios se centraron en informar a la comunidad en general, sus compañeras desempeñaron un papel vital en la concienciación de las mujeres de la comunidad del campamento."Fuimos de puerta en puerta y tuvimos un impacto tremendo en nuestra comunidad, donde el 52% de la población son mujeres", dice Dil Kayas, una voluntaria del campo 8W.Minara, otra voluntaria del campo 7, afirma que "lo aprendido me ha permitido ayudar a la gente de mi comunidad cuando lo necesita".Junto con otras personas voluntarias, Minara ayuda a facilitar sesiones de concienciación a nivel de bloque, asegurándose de que incluso quienes no pudieron asistir a eventos a gran escala reciban información vital sobre la preparación para el ciclón.Minara también utilizó su formación en primeros auxilios para prestar asistencia inmediata a su sobrino herido, mostrando el impacto en el mundo real de las iniciativas de mejora de la capacidad dentro de los campamentos.Cuando la amenaza del ciclón se intensificó, el voluntariado redobló sus esfuerzos. Dil Mohammed explica: "Cuando oímos que se anunciaba la señal 8, izamos 3 banderas de señalización y empezamos a utilizar sirenas, megáfonos, micrófonos de mezquitas y todas las herramientas de comunicación disponibles para asegurarnos de que cada habitante del campamento supiera del peligro inminente".Reconociendo que las mujeres, la niñez, la población adulta mayor y las personas con discapacidad son los grupos más vulnerables durante los desastres, las personas voluntarias idearon un plan para garantizar su seguridad. Mantenían una lista de hogares con «personas extremadamente vulnerables» y, una vez izada la primera bandera, visitaban cada uno de esos hogares, tranquilizándoles y ofreciéndoles ayuda.En una ocasión, una mujer embarazada se acercó expresando su preocupación por la capacidad de su frágil refugio para resistir el ciclón. Las personas voluntarias, en coordinación con la dirección del lugar, organizaron su traslado al refugio de una familia cercana, dando prioridad a su seguridad y bienestar.Dil Kayas y Dil Mohammed prosiguieron sus esfuerzos, utilizando megáfonos para difundir información sobre las señales. Aconsejaron a los miembros de la comunidad que aseguraran sus refugios y protegieran los documentos importantes en bolsas de plástico.También destacaron la disponibilidad de refugios comunales para casos de emergencia. Como resultado de sus mensajes, la comunidad participó activamente en asegurar sus refugios, con las mujeres desempeñando un papel proactivo.Tras el paso del ciclón, pasaron rápidamente a ocuparse de las responsabilidades posteriores al ciclón, realizando evaluaciones para medir el alcance de los daños en sus respectivos campamentos e identificando a quienes necesitaban ayuda de emergencia. También se dedicaron a la exigente tarea de despejar carreteras y caminos, garantizando el acceso y la comunicación dentro de los campamentos."Tras la llegada a tierra del ciclón Mocha, empezamos a limpiar las carreteras de los bloques de los campamentos", cuenta Mahabu Alam, un joven voluntario del campamento 1W. "Los árboles estaban arrancados y los escombros esparcidos, dificultando la accesibilidad".Historias similares en otros asentamientosCox's Bazar no es el único lugar donde la población desplazada de Myanmar está marcando la diferencia en sus propias comunidades. En algunos casos, entre el voluntariado hay personas cuyas familias llegaron a Bangladesh desde Myanmar en años anteriores.En el asentamiento de Basan Char, Jafor Alam, voluntario de la Media Luna Roja de Bangladesh, lleva una bicicleta llena de herramientas para limpiar los escombros de los canales de agua. Si estos canales se bloquean durante las fuertes lluvias, el resultado puede ser una inundación repentina.Mientras tanto, personas voluntarias como Nur Hossain desempeñan un papel importante para garantizar el mantenimiento y la funcionalidad de la infraestructura esencial de los refugios. Capataz experimentado, Hossain ha trabajado en varios lugares de Chittagong, una de las ciudades más grandes del país.Además de mantener los refugios para garantizar su solidez y seguridad, organiza sesiones de sensibilización y resuelve los problemas que surgen en la comunidad bajo la dirección del equipo de la Sociedad de la Media Luna Roja de Bangladesh.Muchas de estas personas también tienen una gran experiencia en sus campos. Abdul Hamid, que vive con su familia en Bhasan Char, se incorporó a la operación Bhasan Char de la Sociedad de la Media Luna Roja de Bangladesh como voluntario de Agua, Saneamiento e Higiene (WASH) en 2021.Gracias a sus conocimientos técnicos y a su experiencia en iniciativas de biogás, se convirtió en voluntario de apoyo a la gestión del sitio, responsable del mantenimiento de los servicios de biogás en Bhasan Char.De este modo, Abdul Hamid desempeña un papel importante a la hora de garantizar el mantenimiento y la funcionalidad de la infraestructura esencial de biogás, contribuyendo significativamente a los esfuerzos de sostenibilidad de su comunidad.Con sus acciones, todas estas personas voluntarias no sólo protegen a sus vecinos, sino que también capacitan a sus comunidades para afrontar los ciclones y los peligros asociados a ellos con resiliencia y preparación.Historia escrita por Farhan Arafin KarimFotos: Humayra TasnimEditado por Al-Shahriar Rupam y Rachel Punitha

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#PasaLaAntorcha: Personas voluntarias de todo el mundo se reúnen en Solferino, Italia, para encender el espíritu de la humanidad

Miles de miembros y personas voluntarias de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se reunieron en Solferino, Italia, el sábado 22 de junio, para participar en una emotiva procesión con antorchas denominada "Fiaccolata", que sigue el camino que Henry Dunant y las enfermeras voluntarias locales siguieron en su respuesta a la Batalla de Solferino, en el norte de Italia, hoy hace 165 años.Fue esa batalla, y el sufrimiento que Dunant presenció entre miles de soldados heridos, lo que inspiró su misión, que duró años, de crear un cuerpo humanitario neutral e imparcial de personas voluntarias que ayudaran a todas las personas que sufrieran a causa de un conflicto."Voluntariado entusiasta y entregado"Habiendo sido testigo de las horribles secuelas de la batalla de Solferino, Dunant se inspiró también para escribir Un recuerdo de Solferino y más tarde puso en marcha un proceso que condujo a la creación de los Convenios de Ginebra y al establecimiento de la Cruz Roja Internacional (CICR) en 1863."¿No sería posible", escribió, "en tiempos de paz y tranquilidad formar sociedades de socorro con el fin de que personas voluntarias, entusiastas, comprometidas y plenamente cualificadas se ocuparan de atender a las personas heridas en tiempo de guerra?".Una semana de festividadesLas festividades, de una semana de duración, incluyen conferencistas, una academia de aprendizaje, entretenimiento, actos en grupo y visitas guiadas que culminan en la Fiaccolata.La ruta de la Fiaccolata sigue los pasos de las mujeres de la ciudad de Castiglione delle Stiviere tras la batalla, cuando transportaron a 600 soldados desde Solferino a una iglesia cercana en Castiglione delle Stiviere.Henry Dunant organizó estas mujeres para que prestaran primeros auxilios y cuidados a los numerosos heridos que quedaron tendidos en aquel campo de batalla. No prestaron atención a la nacionalidad de los soldados y sentaron así las bases de una acción humanitaria neutral e imparcial.Esta celebración del movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en Solferino se celebra cada año desde 1992. Para la IFRC y las 191 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja que la integran, el aniversario es el momento de volver a encender la llama de la humanidad, de renovar nuestro impulso humanitario para ayudar a otras personas y de dar las gracias a los 16 millones de personas voluntarias de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja que dedican su tiempo, su pasión y que a menudo arriesgan su vida para salvar la de las demás personas.Más información sobre la Batalla de Solferino y los actos de esta semana.

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El poder de la juventud: En Vanuatu, personas jóvenes voluntarias mantienen el agua fluyendo

Jean Philipe Clement, de 58 años, se sumerge hasta los tobillos en el río que tantas noches le quita el sueño a él y a su comunidad.Mientras rebusca lentamente entre los escombros dejados por las recientes inundaciones, siente amargura al pensar en las próximas lluvias, sabiendo que llegarán tarde o temprano, y que probablemente traerán nuevas inundaciones a su comunidad.Agarra con una mano el mango de su fiel cuchillo de caña y con la otra sujeta el tallo de la rama de un árbol. Cuando balancea la afilada hoja metálica en la base de la rama, se oye un crujido al desprenderse la rama del árbol. Es el único momento en que se ahogan los sonidos de los mosquitos."Estamos podando algunas copas de los árboles para que la luz del sol pueda pasar y secar el agua que quede después de las inundaciones", explica."La principal causa de las inundaciones es la eliminación incorrecta de la basura. La gente no tira la basura en el lugar adecuado y es su descuido lo que está bloqueando el drenaje y provocando las inundaciones.""El agua estancada también ha provocado la cría de mosquitos".‘No hay otra opción’Aunque el agua ha retrocedido con el tiempo, no es nada comparado con la aterradora experiencia que supone el agua vertida en los portales de la cercana Solwe, una comunidad de 900 personas situada en Luganville, en la isla de Santo, a 45 minutos de vuelo de la capital de Vanuatu, Port Vila."Cuando llueve, el agua viene de las colinas y las plantaciones. Luego se junta en el centro, donde se encuentra Solwe. Debido a los escombros que obstruyen el río, se ha interrumpido el flujo del agua"."No hay salida para el agua y, como resultado, el agua no tiene adónde ir y los niveles empiezan a subir y a abrirse camino tierra adentro, hasta las casas".Una vez que la inundación ha llegado a las casas, la niñez no puede desplazarse a la escuela porque las carreteras están bajo el agua."La mayoría de las veces el nivel del agua llega hasta las ventanas de las casas. La gente tiene que entrar y salir de sus casas usando tablones de madera", dice Philipe."No tienen otra opción".Jóvenes toman acciónJusto cuando menguaban sus esperanzas de encontrar una solución para las frecuentes inundaciones, personas jóvenes voluntarias de la Cruz Roja de Vanuatu decidieron pasar a la acción.La juventud voluntaria de la Cruz Roja de Vanuatu en Solwe completó la formación en "Y-Adapt", un plan de estudios para jóvenes que consiste en juegos y actividades diseñadas para ayudarles a entender el cambio climático y a tomar medidas prácticas para adaptarse al cambio climático en su comunidad.A partir de ahí, tomaron la iniciativa de ayudar a personas como Philipe a prepararse para las próximas lluvias, limpiando los escombros del río y podando las copas de los árboles para que la luz del sol seque el agua estancada.Con el apoyo de la IFRC y la Cruz Roja Japonesa, el grupo de voluntariado completó el programa Y-Adapt y pudo adquirir una desbrozadora, una motosierra, rastrillos, una carretilla y guantes para ayudar en su campaña de limpieza."Si seguimos limpiando los escombros que interrumpen el flujo del agua y hacemos nuevos desagües, el agua fluirá hacia el río y no directamente a las casas de la gente", dice Tiffanie Boihilan, de 27 años, una de las voluntarias de la Cruz Roja que vive en Solwe.Y-Adapt anima a las personas jóvenes a centrarse en intervenciones de bajo costo que no requieran inversiones o tecnología a gran escala, pero que puedan reducir los efectos de los fenómenos meteorológicos extremos.‘Si tenemos suerte’En la cercana estación de Mango se desarrolla una historia similar, aunque en condiciones muy diferentes. Aquí, el cielo es azul y el suelo está seco. Las cabezas se vuelven hacia el cielo para ver el menor atisbo de una nube oscura que podría traer la lluvia.En días así, los huertos se ven azotados por el calor del sol de mediodía.Los animales buscan la sombra donde pueden. Cubos vacíos en cada mano mientras los miembros de la comunidad pisan el terreno seco y polvoriento rumbo al arroyo más cercano, a una hora de distancia.Eric Tangarasi, de 51 años, es el jefe de la estación de Mango. Casado y con seis hijos, dice que espera que llueva pronto. La lluvia rellenará el único depósito de agua que abastece a más de 900 personas.La estación de Mango depende del suministro público de agua, pero éste ha sido irregular. Algunos días no hay agua. El río más cercano se encuentra a una hora de camino por terreno accidentado, por lo que la mejor y más segura opción para esta comunidad es el agua de lluvia."En la comunidad hay un gran problema con el agua", dice Eric. "A veces no hay agua durante dos o tres días. A veces puede durar hasta un mes"."Si tenemos suerte, el suministro de agua llega hacia medianoche hasta las 2 de la madrugada, que es cuando cada hogar almacena agua suficiente para cocinar y beber"."Actualmente sólo tenemos un tanque de agua para la comunidad, y con más de 900 personas viviendo aquí, debemos usar el tanque con moderación asegurándonos de dejar suficiente para que las demás personas lo usen".Una vez más, las personas jóvenes voluntarias de la Cruz Roja de Vanuatu entraron en acción.Como parte de sus actividades Y-Adapt (y de nuevo con el apoyo de la IFRC y la Cruz Roja Japonesa), el equipo de voluntariado de la Cruz Roja en Mango empezó a abordar los problemas de escasez de agua a nivel comunitario."Hay 17 personas que viven con discapacidades y es difícil para ellas cuando se acaba el agua", dice Pascalina Moltau, de 26 años, ella es una voluntaria de la Cruz Roja de Vanuatu que vive en la comunidad de Mango y ha formado parte de este proyecto desde el principio. "No pueden desplazarse hasta el arroyo cercano porque la accesibilidad es un gran problema, no es seguro para estas personas"."También debemos pensar en las personas mayores. No son lo bastante fuertes para soportar las dificultades del terreno para llegar al arroyo cercano y luego acarrear agua todo el camino de vuelta".Tras debatir con la comunidad la mejor forma de actuar, compraron un depósito de agua adicional de 10.000 litros para complementar el existente, de 6.000 litros. Las personas voluntarias, junto con la comunidad, comenzaron su plan de implementación de Y-Adapt construyendo los cimientos del depósito de agua."Este depósito de 10.000 litros ayudará a la comunidad a hacer frente a la creciente demanda de agua", afirma Eric. "Ahora no tenemos que esperar hasta medianoche para almacenar agua y podemos ser más capaces de gestionarla".

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"Incluso en los momentos más oscuros, las mujeres son fuertes y perseverantes".

Como responsable de medios de comunicación y portavoz de la Media Luna Roja Palestina, Nebal Farsakh ha sido la voz de la Media Luna Roja Palestina en uno de sus momentos más difíciles y oscuros.Para quienes ven televisión, seguidores de las redes sociales y personas oyentes de radio de todo el mundo, el rostro, los mensajes y la voz de Farsakh han resaltado con claridad los retos humanitarios cotidianos -y a menudo mortales- a los que se enfrentan la población de Gaza y sus colegas.Con motivo del Día Internacional de las Mujeres, hemos pedido a Nebal Farsakh que reflexione sobre el papel que están desempeñando las mujeres en la respuesta humanitaria, así como sobre su propio enfoque de la vida como mujer profesional durante un conflicto devastador."Creo que las mujeres son capaces de todo, y este es realmente mi enfoque de la vida.Estoy casada y tengo un hijo de diez años y una hija de cuatro. Como familia, no tenemos estereotipos sobre las mujeres; con mi marido compartimos las tareas domésticas y el cuidado familiar.Y, por supuesto, intento transmitir esto también a mi hijo e hija, es decir, enseño a mi hijo a comportarse con su hermana y a no pedirle que "le sirva". Soy partidaria de que haya igualdad entre ambos, y hago hincapié en que las mujeres deben defender todos sus derechos, ya sea el derecho a la educación, a la herencia u otros derechos.En lo profesional, rompo los estereotipos de género con mi trabajo como responsable de medios de comunicación y portavoz de la Media Luna Roja Palestina. Hay quien puede pensar que las mujeres no son lo suficientemente fuertes, o incapaces de trabajar muchas horas o de estar disponibles fuera del horario laboral, pero yo llevo trabajando sin descanso desde que empezó la guerra en Gaza hace cinco meses, apareciendo en los medios de comunicación, difundiendo noticias e intentando ser una fuente de apoyo y un oído atento para mis colegas de Gaza".Romper estereotipos"La guerra de Gaza me confirmó que las voluntarias y empleadas de la Media Luna Roja Palestina son un ejemplo perfecto de mujeres que rompen estereotipos. Tenemos mujeres paramédicas que están presentes sobre el terreno, prestando primeros auxilios y apoyo médico, a pesar de los peligros y las dificultades.Por ejemplo, una paramédica continuó con su labor de salvar vidas a pesar de que su marido estaba detenido, y a pesar de todos los demás retos, como proporcionar alimentos y agua potable a sus hijos. Se mostró fuerte y poderosa para llevar a cabo su misión humanitaria.Y nuestra colega Hidaya Hamad, que fue asesinada mientras se encontraba en su oficina de la sede de la Media Luna Roja Palestina. Huda, que era la directora de voluntariado, estuvo presente en el Hospital Amal hasta el último momento; fue una fuente de apoyo y fuerza para las personas voluntarias y sus colegas hasta su último aliento.Hidaya y las empleadas y voluntarias de la Media Luna Roja Palestina son el mejor ejemplo de que las mujeres son fuertes y capaces de romper los estereotipos de género. Incluso en los momentos más oscuros, las mujeres son fuertes y perseverantes, no sólo los hombres".

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Día Internacional de las Personas Voluntarias: Gracias por aportar esperanza y humanidad

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Día Mundial de la Ayuda Humanitaria 2023

El 19 de agosto es el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria. En su calidad de mayor red humanitaria del mundo, el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria es un momento importante para que la IFRC reflexione sobre la labor de nuestros más de 16 millones de voluntarios y miembros del personal, que salva y cambia vidas. En todos los rincones del mundo, encontrará a un voluntario de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja haciendo cosas increíbles por su comunidad local. Ya sea prestando primeros auxilios o servicios médicos de urgencia a las víctimas de un desastre. Ofreciendo un oído amigo y atento a las personas que luchan con su salud mental. Ayudando a las personas que se desplazan a acceder a servicios humanitarios vitales a lo largo de sus viajes, para que no estén solas. Reunir a las familias que han perdido a sus seres queridos a causa de un conflicto o una crisis. Establecer sistemas de alerta temprana para que las comunidades sepan cuándo se aproximan peligros y cómo mantenerse a salvo. O preparar comidas calientes y crear refugios para personas que han perdido su hogar. Todos ellos se dedican a servir, apoyar y cuidar a las comunidades. En resumen: no importa la crisis, no importa lo difícil que sea el reto, no importa quién necesite ayuda y no importa dónde se encuentre, nuestro personal humanitraio de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja están ahí para las comunidades. #NoImportaQué Damos las gracias de todo corazón a todas y cada una de nuestras personas voluntarias por hacer de nuestro mundo un lugar mejor, más seguro y más solidario. Porque ante el aumento de las catástrofes y los retos, el mundo necesita a las personas humanitarias más que nunca. Involúcrese Obtenga más información sobre cómo hacer voluntariado humanitario en el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Participe en la conversación sobre el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria en las redes sociales siguiéndonos en X, Facebook, InstagramyLinkedIn usando elhashtag #NoMatterWhat. Descubra los Principios Fundamentales del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja que guían nuestra labor humanitaria.

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La Cruz Roja Polaca organiza el ejercicio internacional de rescate más grande que se ha realizado en Polonia para prepararse ante los desastres

"Un minuto es mucho tiempo. En un rescate, un minuto puede ser decisivo", dice Agata Grajek, del Grupo de Rescate Médico de la Cruz Roja Polaca, con sede en Wrocław. Ella es una de los 300 socorristas de siete Sociedades de la Cruz Roja de Europa que se reunieron el mes pasado en Malczyce, un pequeño pueblo del suroeste de Polonia, para participar en el mayor ejercicio de rescate de la Cruz Roja jamás realizado en el país. El ejercicio tuvo lugar en una fábrica abandonada para simular un desastre urbano que requiriera una respuesta urgente y compleja de búsqueda y rescate. Durante 30 horas ininterrumpidas, tanto de día como de noche, el agotador ejercicio puso a prueba hasta el límite a los equipos voluntarios y perros de rescate de la Cruz Roja. Personas reales, en lugar de maniquíes, se hicieron pasar por ciudadanos heridos en un edificio derrumbado para que las labores de rescate fueran lo más realistas posible. "Practicamos sobre todo las técnicas de búsqueda en la zona, coordinación de las operaciones de búsqueda y rescate y evacuación de las víctimas de los pisos superiores", explicó Marcin Kowalski, jefe del equipo de rescate de la Cruz Roja Polaca. El ejercicio fue la séptima reunión nacional de los 19 grupos de rescate especializados de la Cruz Roja Polaca repartidos por todo el país. Por primera vez, también acogieron a equipos de rescate de Lituania, Alemania, Croacia, Hungría, España y Finlandia para practicar el trabajo conjunto eficaz durante una intervención. "Si se produce un desastre humanitario, de construcción o natural en algún lugar, siempre estamos dispuestos a ayudar", afirma Pasi Raatikainen, socorrista de la Cruz Roja Finlandesa que participó en el ejercicio. Como casi todos los socorristas de la Cruz Roja, Pasi es voluntario. Dirige un equipo de rescate de cuatro personas en Helsinki y participa en ejercicios, todo ello en su tiempo libre. "En Finlandia no hay muchas sesiones de formación dedicadas a los rescates urbanos con técnicas de cuerdas, así que los ejercicios de Polonia fueron muy instructivos", dice. Pero no fueron sólo los equipos de búsqueda y rescate los que se pusieron a prueba. 60 personas voluntaria,s recientemente reclutadas en el marco de la iniciativa de Grupos de Ayuda Humanitaria de la Cruz Roja Polaca, también participaron en el ejercicio para practicar la instalación de refugios, la distribución de ayuda y la prestación de apoyo psicosocial a las personas afectadas. "Me llena el corazón ver a cientos de personas tan comprometidas con la idea de la Cruz Roja", declaró la Directora General de la Cruz Roja Polaca, Katarzyna Mikołajczyk. Basándose en la experiencia y las enseñanzas extraídas del ejercicio, las siete Sociedades de la Cruz Roja que participaron en él, han elaborado un marco de cooperación para poder colaborar más eficazmente en la búsqueda y el rescate en el futuro, cuando se produzcan catástrofes en toda Europa. Nadie espera que se produzca una catástrofe, ni espera tener que poner en práctica su formación. Pero en un mundo en el que las catástrofes son cada vez más frecuentes y complejas, es más importante que nunca, que dediquemos tiempo a practicar y prepararnos para poder estar a disposición de la gente, sea cual sea la catástrofe, y tan pronto como nos necesiten. -- Más información sobre cómo se prepara la IFRC para los desastres en nuestra página de preparación para desastres.

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Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja 2023

Henry atendiendo a heridos en Solferino; Hilda ayudando a víctimas de un huracán en Port Vila; Mohamed examinando el estado nutricional de los detenidos en la prisión de Baidoa; Yulima enseñando primeros auxilios a personas con discapacidad en Maracay; Luna rescatando migrantes en las costas de Ceuta: todos ellos, al igual que muchos voluntarios de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en todo el mundo, ofrecen una mano compasiva, atención y un soplo de humanidad que cambia la vida de los más vulnerables. #DelCorazón Hoy, en el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, celebramos el legado de Henry Dunant – cuya visión llevó a la creación del Movimiento de la Cruz Roja y Media Luna Roja - así como de los innumerables voluntarios que vinieron después de él. Su férreo compromiso y ejemplar dedicación para ayudar a cualquiera que lo necesite, en cualquier lugar y defender nuestros Principios Fundamentales en todo momento, ya sea respondiendo a desastres naturales, crisis climáticas, conflictos armados, emergencias de salud, desplazamientos de población o migraciones, despierta admiración en todo el mundo. No obstante, nuestra acción humanitaria se enfrenta a enormes retos en un mundo de incertidumbre y de tantas crisis complejas y multidimensionales. La atención internacional se desvía de las crisis prolongadas y poco visibles y faltan recursos para garantizar la continuidad de la ayuda a las personas que más lo necesitan y sostener la acción local de las organizaciones y trabajadores humanitarios que trabajan más cerca de las comunidades afectadas. Las catástrofes naturales y climáticas y las emergencias sanitarias se multiplican y alcanzan una magnitud sin precedentes. Las partes en conflictos armados y situaciones de violencia ignoran algunas de las normas más básicas del derecho humanitario y obstaculizan el acceso libre y seguro de la ayuda humanitaria neutral e imparcial a las personas vulnerables. Aunque, hay quienes cuestionan la noción de principios humanitarios, la acción humanitaria basada en principios sigue siendo tan vital como siempre. Nuestra familia de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja está a la vanguardia de la asistencia humanitaria y garantiza la protección de quienes más la necesitan. El mundo ha sido testigo de la creciente eficacia de nuestro Movimiento para responder a crisis superpuestas y prestar asistencia humanitaria basada en principios. Nuestra fortaleza radica en nuestra unidad, nuestra determinación de impulsar los ideales de acción humanitaria neutral, imparcial e independiente y nuestro compromiso con la causa humanitaria. Hoy, celebramos a los millones de voluntarios y personal de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, quienes día tras día en sus respectivos países, regiones y comunidades, llevan adelante la voluntad de Henry Dunant de procurar esperanza y dignidad a las personas en situaciones de vulnerabilidad, sin distinción ni interés personal. ¡Feliz Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja! #DelCorazón -- Mirjana Spoljaric, Presidenta del Comité Internacional de la Cruz Roja Mercedes Babé, Presidenta de la Comisión Permanente Francesco Rocca, Presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

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Cruz Roja Hondureña: la humanidad brilla en las comunidades locales

Son las 8 de la mañana de un apacible domingo en Copán Ruinas, una pequeña y pintoresca localidad del oeste de Honduras que fue una de las ciudades más poderosas del Imperio maya. Los comerciantes empiezan a abrir sus puertas. Un puñado de mujeres y niños juegan en la plaza principal. Y muchos habitantes, con sus característicos sombreros de vaquero, salen a dar sus paseos matutinos. Pero un hombre destaca con su chaleco y su gorra de color rojo vivo. Un gran emblema de la Cruz Roja y las palabras Cruz Roja Hondureña lucen orgullosos en la espalda. Observo un momento cómo charla con la gente del pueblo, que parece saludarle cordialmente con un apretón de manos o un choque de puños. Lo alcanzo, le saludo amistosamente "¡Hola, amigo!" y me entero de que se llama Stanley. Es voluntario de la Cruz Roja desde hace más de 22 años y se dirige a una reunión con otras personas voluntarias y miembros del personal de toda la región. Me invita a visitar la filial local esa misma tarde para informarme de lo que hacen. Y así lo hice. Y la bienvenida no pudo ser más cálida. Durante el almuerzo supe que se habían reunido procedentes de toda la región para compartir sus historias, conocimientos y experiencias de apoyo a sus comunidades locales a través de diversas crisis y retos cotidianos. Permítanme hablarles de tres de las personas que conocí: Mirian, Napoleón y Loany. Mirian Mirian es la orgullosa presidenta de la Cruz Roja local de Copán y lleva más de 10 años como voluntaria. Su filial gestiona las dos únicas ambulancias de toda la ciudad, lo que significa que cuando alguien tiene problemas, es su equipo el que responde a la llamada. Sin embargo, supervisa mucho más que los servicios sanitarios de urgencia. Su sección hace mucho por ayudar a la población local, incluidos los grupos indígenas que viven en las colinas de los alrededores y los escolares, para que estén preparados ante crisis, como huracanes e inundaciones. Su filial también brinda asistencia al creciente número de personas migrantes que pasan por Honduras en su camino hacia el norte, entre otras cosas, a través de los Puntos de Servicio Humanitario, espacios estratégicamente situados donde las personas que migran pueden acceder a un apoyo seguro y fiable durante sus travesías. "Me motiva el humanitarismo, ver cómo la Cruz Roja es una organización llena de amor por los demás. Que somos personas dispuestas a darlo todo. Para mí, es lo mejor que me ha pasado: ser miembro de la familia de la Cruz Roja", dice Mirian. Napoleón Napoleón vive en San Pedro Sula, la segunda ciudad más grande de Honduras. Es un antiguo cámara que lleva cinco años trabajando como conductor voluntario para la Cruz Roja Hondureña. Hace un par de años, Napoleón fue uno de los muchos voluntarios de la Cruz Roja Hondureña que respondieron a los devastadores huracanes Eta e Iota que asolaron la región. Describe cómo condujo un gran camión de rescate a través de aguas tan profundas que el vehículo estuvo a punto de desaparecer. A pesar de las traicioneras condiciones, pudo llegar y ayudar a rescatar a muchas personas varadas, sus pertenencias y mascotas. También colaboró en las enormes tareas de recuperación y reconstrucción, ayudando a rehacer las vidas y los hogares de la gente. Napoleón lleva el orgullo del voluntariado escrito en la cara. Su sonrisa se dibuja de oreja a oreja cuando habla de apoyar a sus compañeros voluntarios y unirlos durante una crisis. "Me gusta ser voluntario porque donas parte de tu vida y compartes sentimientos al ayudar a la humanidad. Te hace sentir bien, sentirte satisfecho, el hecho de poder ayudar", dice Napoleón. Loany Loany también trabaja en San Pedro Sula, pero su función es un poco diferente. No es voluntaria, sino empleada de la Cruz Roja Hondureña para ayudar a los voluntarios. Trabaja con las filiales locales, como la de Copán, para mejorar su gobernanza, gestión financiera y movilización de recursos, de modo que sus voluntarios puedan prestar mejor atención y apoyo a sus comunidades. Aunque no suene tan impresionante como vadear las aguas de una inundación para rescatar supervivientes, el trabajo de Loany no es menos importante. Unas filiales locales fuertes son la base de la red de la IFRC. Sin ellas, no podemos prestar el apoyo rápido, eficaz y local que las comunidades en crisis realmente necesitan. Con un año de experiencia, Loany es relativamente nueva en la familia de la Cruz Roja. Le pregunté qué significa para ella trabajar en la Cruz Roja y si piensa seguir haciéndolo: "Para mí significa amor, porque querer hacer las cosas bien, querer ayudar a otras personas vulnerables o en riesgo, nos hace dar lo mejor de nosotros mismos como personas. Entramos al mundo de la Cruz Roja y luego no queremos salir!", afirma. Al final de la reunión de voluntariado, el grupo se disuelve y se despide afectuosamente. Emprendo el camino de vuelta a la plaza principal de Copán, pensando en una palabra que utilizamos a menudo en el sector humanitario: ‘localización’. Es un término de jerga. Pero, ¿qué significa realmente? Me doy cuenta de que, para mí, significa Mirian, Napoleón y Loany: tres personas que trabajan duro dentro de sus comunidades locales para hacer que la vida sea mejor, más segura y más brillante para quienes les rodean. Y significa Stanley: un hombre que lleva años recorriendo las mismas calles de su ciudad natal con su chaleco de la Cruz Roja. Un hombre conocido, de confianza y respetado por su comunidad local, y que está a su lado, en los buenos y en los malos momentos.

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Día Internacional del Voluntariado 2022: Cree en el poder de la amabilidad

Las personas voluntarias de la Cruz Roja y la Media Luna Roja están en todas partes.Las encontrarás en tu calle, en tu comunidad local, en cada rincón del mundo.Incluso puede que usted sea una de ellas. Cada día, nuestros millones de voluntarios llevan la amabilidad y la bondad a quienes las necesitan, sin importar quiénes sean o dónde estén. Ya sea ofreciendo una bebida caliente o comida, Escuchando a alguien y apoyando su bienestar mental, Llevando suministros esenciales o dinero en efectivo a comunidades remotas, Ofreciendo o enseñando primeros auxilios para salvar vidas, Ofreciendo a las personas que se desplazan un espacio seguro para descansar, O ayudar a las comunidades a adaptarse al cambio climático. Actos de humanidad como estos, aunque a veces parezcan pequeños, marcan una enorme diferencia en la vida de las personas en crisis. Porque la amabilidad y la bondad son poderosas.Y contagiosas: un pequeño acto puede llevar a otro, y a otro, y a otro. "A lo largo del año, nuestros millones de voluntarios han llevado esperanza y ayuda a cientos de millones de personas en todo el mundo". Jagan Chapagain Secretario General de la IFRC En la IFRC, creemos en nuestros voluntarios. Creemos en el poder de la amabilidad y la bondad. La Humanidad, nuestro primer Principio, comienza con la amabilidad. Y creemos que todos podemos ser amables, tener humanidad y bondad. Por ello, #SeamosAmables. "Quiero dar las gracias a nuestras personas voluntarias de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja que están respondiendo a todas las emergencias, en todos los rincones del mundo, también en este mismo momento". Francesco Rocca Presidente de la IFRC En el Día Internacional del Voluntariado, como cada día del año, agradecemos profundamente a nuestros increíbles e imparables voluntarios. Se les aprecia. Se les apoya. Se les valora.

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La IFRC se creó para aportar amabilidad, y la amabilidad es más necesaria que nunca

"El mundo se desangra y necesita ayuda ya". Duras palabras de advertencia de un líder humanitario sacudido por una guerra brutal y que vive bajo la sombra de una pandemia mundial. Estas palabras no las escribí yo. Fueron escritas en 1919 por Henry Davison, el líder de la Cruz Roja Estadounidense. Su gran idea era que las sociedades de la Cruz Roja de todo el mundo -que se establecieron después de que el Movimiento fuera creado por el Premio Nobel Henry Dunant en 1863- debían unirse como una fuerza para el bien en todo momento, y no sólo durante las guerras. Davison creía firmemente que la amabilidad, la bondad y la experiencia de las personas voluntarias de la Cruz Roja debían beneficiar a la humanidad también en otros momentos. Así nació la Liga de Sociedades de la Cruz Roja, el 5 de mayo de 1919. Las Sociedades de la Cruz Roja fundadoras fueron cinco: las de los Estados Unidos de América, Italia, Japón, Francia y el Reino Unido. A finales de ese año, la Liga contaba con 30 miembros. La Liga cambió su nombre por el de Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja -la IFRC- en 1991. Ahora tenemos 192 Sociedades Nacionales miembros, y más en formación. El núcleo de la idea sigue siendo el mismo, mientras que el alcance de la red de la IFRC ha crecido enormemente, tanto en dimensión como en impacto. En 2020, 14,9 millones de personas voluntarias de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja prestaron asistencia a más de 688 millones de personas en casos de desastre y otras intervenciones de emergencia; a unos 306 millones en actividades de salud, y a 125 millones en asistencia de agua potable y saneamiento. Son cifras impresionantes, pero la magnitud de las necesidades humanitarias sigue creciendo cada año. En estos momentos, innumerables personas de todo el mundo necesitan ayuda urgente. El conflicto en Ucrania y la presión ejercida sobre sus países vecinos es sólo un ejemplo. Los persistentes daños físicos, sociales y económicos infligidos por la pandemia mundial de COVID-19 es otro. Junto a estas catástrofes está la amenaza siempre presente, y cada vez más grave, del cambio climático. Con retos como estos, ¿puede una idea sencilla -como la que dio lugar en 1919 a lo que hoy se conoce como la IFRC- seguir ayudando a sanar el mundo? Creo que sí, y lo hará. Sabemos lo que funciona, y lo hemos demostrado durante más de un siglo. Es un ser humano que tiende la mano para apoyar a otro ser humano en crisis, a nivel comunitario, donde siempre es más necesario. Es garantizar que el voluntariado y las organizaciones locales tengan los recursos, la formación y el apoyo internacional que necesiten para responder a las catástrofes y las crisis. Es asegurarse de que sus voces sean escuchadas y sus intereses representados en la escena internacional. Y es trabajar para llevar ese apoyo a las comunidades y personas más marginadas, sin importar dónde se encuentren y sin discriminar quiénes son. Es, sencillamente, amabilidad y bondad. Me incorporé a mi Sociedad Nacional, la Cruz Roja de Nepal, como voluntario hace más de tres décadas. Se confiaba en mí -y por lo tanto podía conocer y apoyar a las personas más necesitadas- porque formaba parte de su comunidad, hablaba su idioma y entendía sus preocupaciones. Y la clave para entender lo que la gente necesitaba era la amabilidad. A lo largo de los años, la IFRC ha evolucionado junto a las comunidades a las que apoyamos. Hemos adaptado nuestras formas de trabajo, ampliado nuestra experiencia a medida que surgían diferentes vulnerabilidades y factores de estrés, y hemos sido lo suficientemente ágiles como para ser pioneros y luego incorporar nuevos enfoques de apoyo humanitario. Hemos liderado el desarrollo y la aceptación generalizada de la asistencia en efectivo como la forma más eficaz y respetuosa de apoyar a las personas necesitadas. Después de todo, las personas que lo han perdido todo en una catástrofe o un conflicto no deberían perder también su dignidad. Además, estamos impulsando un cambio en la forma de gestionar y reducir los riesgos de catástrofe a través de la acción anticipatoria, en la que se apoya a las comunidades locales para que reduzcan sus riesgos y se puede activar la financiación inmediata una vez que se alcanzan los umbrales medidos científicamente. Nada de este trabajo sería posible sin la amabilidad de nuestros 14,9 millones de voluntarios comunitarios de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. En el Día Mundial de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, el 8 de mayo, animaremos a las personas de todo el mundo a creer en el poder de la amabilidad y la bondad y a que #SeamosAmables. El mundo sigue sangrando. Sigue necesitando ayuda. Pero hay casi 15 millones de razones para creer en la bondad, y para tener esperanza. -- Si quieres leer más sobre la historia de la IFRC, visita nuestra página de historia y archivos. Y consulte el hashtag #SeamosAmables en todos los canales de redes sociales esta semana para ver cómo nuestras Sociedades Nacionales están celebrando el Día Mundial de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.

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Día Internacional del Voluntariado

El Día Internacional del Voluntariado (5 de diciembre de cada año) es una oportunidad para celebrar y agradecer a las personas de todo el mundo que dedican su valioso tiempo y esfuerzo al servicio voluntario. Para la IFRC, también se trata de solidarizarse y exigir que se respete, proteja y apoye al personal voluntario en su labor humanitaria de salvar vidas.

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Hacer voluntariado

Tiene el poder de marcar una diferencia real en su comunidad y apoyar a quienes más lo necesitan. Al unirse a la Sociedad de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja local, puede salvar vidas y cambiar de opinión. ¡Únase hoy!

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Nuestro voluntariado

Nuestros más de 16 millones de personas voluntarias en todo el mundo son el corazón de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC). Son nuestra fuerza. Son quienes nos definen. Y ayudan a hacer del mundo un lugar más seguro y pacífico todos los días.

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Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

A la atención de los colegas de las organizaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna RojaEstimados amigos:En este Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, con particular orgullo dejamos constancia de nuestro reconocimiento para con los voluntarios y miembros del personal que, desde la primera línea del frente, atienden a las crecientes necesidades de las comunidades afectadas por la pandemia de COVID-19. Siembran amabilidad y solidaridad en todo el mundo y son fuente de esperanza y dignidad en medio de la angustia. La extraordinaria fortaleza de espíritu de nuestros voluntarios alrededor del mundo durante esta crisis es motivo de admiración y, además, manantial de inspiración para la participación de otras personas en este empeño.La celebración del Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja brinda la oportunidad para expresar nuestra gratitud colectiva para con los trece (13) millones de voluntarios por su ejemplar dedicación a la causa humanitaria y a los principios fundamentales, y para agradecerles su gentileza, su valentía y su desinteresada labor.Aunque este 8 de mayo coincide con circunstancias de distanciamiento físico, nuestra proximidad es mayor que nunca en el sendero humanitario. Estamos auténticamente unidos en esta crisis. El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se ha mantenido siempre junto a las personas que más nos necesitan, en los momentos más difíciles, y cuando la esperanza parecería desvanecerse.En estos difíciles momentos, las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja han demostrado que permanecemos unidas en nuestro afán por ayudar a las personas en medio de la angustia. La intención original que animara a Henry Davison, uno de los precursores de la fundación de nuestra organización a raíz de la pandemia de influenza en 1918, permanece válida en nuestro empeño, hoy. ‘Aunamos fuerzas para encontrar la manera de aportar al mundo el beneficio de nuestra experiencia con el fin de coordinar los esfuerzos de las Sociedades Nacionales del mundo en pro del interés de la humanidad’.Este año, atravesamos un periodo sin precedentes que nos obliga a adaptarnos a nuevas modalidades de servicio voluntario, de cooperación interna y de colaboración con las comunidades. Aunque nuestra manera de estar próximos a las comunidades se transforme, seguimos marcando la diferencia en la vida de las personas. Incluso en esta época de distanciamiento social, hemos aprendido a aportar consuelo y solidaridad desde la distancia. Seguimos forjando vínculos sociales y fomentando el sentido de pertenencia.Nuestra aptitud para reaccionar ante la crisis determina las consecuencias de esta para las poblaciones vulnerables en particular, y para todos, en general. Hemos de abordar esta pandemia bajo el enfoque de que “nadie estará a salvo mientras no estemos todos a salvo”. Como nunca antes, la seguridad y el bienestar de cada uno reviste fundamental importancia para la seguridad y el bienestar de todos en el mundo.El mundo contemporáneo se encuentra en un estado de constante perturbación y crisis permanente. No obstante, ya se trate de una catástrofe natural o de la crisis climática, de situaciones de conflicto o de migración, los voluntarios de las organizaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja son los embajadores visibles de la paz y la solidaridad y los artífices directos de la configuración del futuro de nuestros países y comunidades. En esta época particularmente difícil, permanecen sólidas y firmes la determinación y la dedicación de los voluntarios en calidad de agentes locales y de primera intervención empeñados en aliviar el sufrimiento humano.Celebramos en este día la labor de todos y cada uno de los hombres, mujeres, jóvenes y adultos mayores que cada día plasman en la realidad la idea que anima a las organizaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Celebramos los esfuerzos que invertimos para abarcar en nuestra labor a las personas más vulnerables, de manera que nadie quede rezagado. Celebramos el apoyo de nuestras familias en nuestra dedicación a la causa humanitaria. Celebramos a la familia de organizaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Sin ambages, cabe decir que nuestra presencia es necesaria como nunca antes en la historia. Recordando las palabras de nuestro fundador, Henry Dunant, ‘todos, de una u otra manera, cada uno en su esfera y de conformidad con sus fortalezas, podemos aportar un granito de arena en esta constructiva labor’.Nuestro agradecimiento y nuestro aplauso conjunto y solidario. ¡Feliz Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja! Agradeceríamos que los presidentes y secretarios generales de todas las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja den a conocer este mensaje a los voluntarios y miembros del personal de estas.Atentamente,Jagan Chapagain                                                         Francesco RoccaSecretario General                                                      Presidente