Marejada ciclónica

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Emergencia

Suroeste del Océano Índico: Ciclón tropical Chido

El ciclón tropical Chido, una tormenta equivalente a la categoría 4 con vientos y lluvias devastadores, impactó gravemente en la región suroeste del Océano Índico, causando al menos 117 muertes y afectando a más de un millón de personas en Madagascar, las Comoras, Mayotte, Mozambique y Malawi. Chido es la tercera tormenta con nombre de la temporada de ciclones 2024-2025, que se espera que continúe hasta mayo de 2025. Su donación ayudará a las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja de Mozambique, Madagascar, Comoras y Malawi a brindar asistencia para salvar vidas y mejorar la preparación para futuras tormentas.

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Artículo

Filipinas: La Cruz Roja se mantiene firme en su apoyo a las comunidades en proceso de reconstrucción tras seis tifones consecutivos

"¿Aún podemos con esto? Solo llevemos esta carga. Llevémosla, aunque sea pesada. No nos rindamos, podemos superarlo de algún modo".Las palabras de Janet Menes, de Camarines Sur, resuenan profundamente en Filipinas, donde familias como la suya se esfuerzan por reconstruir sus vidas después de que seis tifones sin precedentes azotaran el país en menos de un mes a finales del año pasado.Tres meses después, el personal y el voluntariado de la Cruz Roja de Filipinas siguen trabajando incansablemente para ayudar a la gente a volver a ponerse en pie. En uno de los países más expuestos a desastres del mundo -con una media de 20 ciclones tropicales al año- proporcionan asistencia vital antes, durante y después de las emergencias.Apoyo crítico en medio de la devastación Entre octubre y noviembre de 2024, los tifones y supertifones Kristine, Leon, Marce, Niko, Ofel y Pepito (todos ellos nombres locales) arrasaron el país, dejando más de 14 millones de personas afectadas.Las lluvias torrenciales, los vientos huracanados y los deslizamientos de tierra destruyeron viviendas, dañaron infraestructuras y perjudicaron los medios de subsistencia. Comunidades enteras como la de Janet fueron golpeadas repetidamente, apenas recuperándose de un desastre antes de que llegara el siguiente.En Albay, Jeanette y Jefferson Mata Septo experimentaron una devastación que nunca antes habían vivido. "Fue una tormenta muy fuerte. No esperábamos que el agua subiera tanto en nuestra zona", recuerda Jeanette.La crecida de las aguas les obligó a buscar refugio en múltiples lugares, incluidas las casas de personas vecinas. Cuando las aguas subieron demasiado, no había otro lugar al que ir que la autopista. Allí, junto a la carretera, esperaron empapados, exhaustos y con los pocos documentos que habían conseguido salvar.Cuando Jefferson volvió a su casa después de que bajaran las aguas para salvar lo que pudo, no podía creer lo que veía. "Esa mañana, cuando regresó a nuestra casa, las aguas seguían altas. Estaba intentando salvar nuestras pertenencias, y creo que el estrés de la situación le provocó un derrame cerebral", cuenta Jeanette.Tras una visita de urgencia al hospital local, Jefferson tuvo que empezar a tomar medicación de por vida para evitar otro derrame cerebral.La Cruz Roja de Filipinas demostró ser un salvavidas, proporcionando medicamentos para la hipertensión de Jefferson, junto con kits de cocina y de higiene para ayudar a la familia a reconstruir. "Los medicamentos de la Cruz Roja fueron de gran ayuda. Los medicamentos son caros", explica Jeanette.Ayudar a las familias a reconstruir desde ceroEn la vecina provincia de Camarines Sur, Janet, su marido Albiz y sus seis hijos se enfrentaron a la misma situación devastadora causada por el tifón Kristine. Pero mientras caían las fuertes lluvias, a Janet le había subido la fiebre y estaba demasiado enferma para evacuar a un refugio adecuado."Por la noche, el agua subió", recuerda. "Mi marido ayudó a trasladar nuestras cosas a un terreno más elevado, pero algunas de nuestras pertenencias se perdieron. Yo no pude ayudar mucho debido a mi fiebre".La familia buscó refugio en el cementerio cercano, donde soportaron días de aguas altas y duras condiciones.La familia regresó a casa y encontró su vivienda en ruinas, de la que sólo quedaba el techo. Una vez más, la Cruz Roja de Filipinas les brindó asistencia vital."Antes de Navidad, recibimos 5.000 pesos (unos 100 dólares) de la Cruz Roja", explica Janet. "Lo utilizamos para arreglar el techo y la cocina. Ahora hemos hecho algunos cuartos: un salón, una cocina y luego las paredes".Apoyo todo el tiempo que sea necesarioLa Cruz Roja de Filipinas, apoyada por un Llamamiento de Emergencia de la IFRC, ha estado a la vanguardia de los esfuerzos de respuesta y recuperación tras el tifón Kristine y los otros cinco grandes tifones consecutivos que azotaron el país.Desde las misiones de búsqueda y rescate hasta el apoyo a las personas que viven en centros de evacuación, sus esfuerzos han sido fundamentales para mantener la salud y el bienestar tras el paso del tifón.En los centros de evacuación se distribuyeron comidas calientes compuestas de arroz, huevos cocidos y sardinas, así como agua potable limpia. Esto es crucial porque cuando la gente pierde sus pertenencias en un tifón, también suelen perderse las cocinas y los utensilios de cocina.La niñez fue supervisada en espacios acogedores, con actividades para colorear, cantar y bailar, y la oportunidad de hablar con personas voluntarias capacitadas sobre sus necesidades y preocupaciones. En los mostradores de salud se realizaron revisiones médicas, incluida la toma de la presión arterial. Cuando fue necesario, se suministraron medicamentos para prevenir la propagación de enfermedades e infecciones que suelen aparecer con el clima extremo.A medida que las comunidades se recuperan, la Cruz Roja seguirá aportando lo que la gente necesita: dinero en efectivo para reconstruir viviendas y comprar artículos de primera necesidad, apoyo a los medios de subsistencia para que la gente pueda volver a trabajar, y el apoyo psicosocial del personal y voluntariado integrado en sus propias comunidades locales.Janet dice que ahora habla con sus hijos sobre cómo prepararse para futuros desastres, y sus palabras son tanto para los niños y niñas como para ella y Albiz."No nos rindamos: podemos salir de esta, de alguna manera".

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Emergencia

Filipinas: Tifones e inundaciones

Filipinas se ha visto afectada por seis tifones tropicales en menos de un mes, un fenómeno meteorológico extremo sin precedentes que ha devastado comunidades sin dejarles tiempo para recuperarse. La destrucción de hogares, escuelas y medios de subsistencia ha dejado a las comunidades vulnerables en situación de urgente necesidad de artículos de primera necesidad como alimentos, agua y refugio, y la temporada de ciclones aún no ha terminado. Este llamamiento de emergencia ayudará a marcar una diferencia significativa para las 97.250 personas que reciben apoyo de la Cruz Roja de Filipinas en esta respuesta.

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Emergencia

Vietnam: Tifón Yagi

El tifón Yagi tocó tierra en Vietnam el 7 de septiembre, dejando tras de sí graves inundaciones y deslizamientos de tierra, particularmente en las provincias montañosas del norte y en zonas urbanas como Hanoi. La Cruz Roja de Vietnam, con el apoyo de la IFRC, se propone ofrecer asistencia humanitaria a 130.000 de las personas más afectadas por el tifón mediante intervenciones en las áreas de agua, saneamiento e higiene, refugio, seguridad alimentaria, medios de subsistencia y salud en las siete provincias seleccionadas.

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Huracán Beryl: Para las islas más afectadas, la preparación dio sus frutos con una rápida respuesta. Pero la recuperación se complica por los daños generalizados.

Mucho antes de que el huracán Beryl tocara tierra en las islas caribeñas de Jamaica, Granada y San Vicente y las Granadinas, el voluntariado de la Cruz Roja, las autoridades locales y la población habían trabajado duro para prepararse para lo peor.Anticipándose a los bloqueos de carreteras, los cortes de electricidad y la escasez de agua potable y alimentos, los equipos de la Cruz Roja estaban preparando paquetes de socorro y trasladando suministros lo más cerca posible de los lugares con más probabilidades de necesitarlos después de la tormenta.Cuando el huracán Beryl tocó tierra en Granada, San Vicente y las Granadinas y Barbados, estaba clasificado como huracán de categoría 4. Los fuertes vientos derribaron árboles y tendidos eléctricos. Los fuertes vientos derribaron árboles y tendidos eléctricos, arrancaron tejados enteros de las casas y, en algunos casos, volaron edificios completamente de sus cimientos.En las islas de Carriacou y Petite Martinique, más del 95% de las viviendas resultaron dañadas o destruidas, según las estimaciones oficiales. Las fotos aéreas mostraron grandes franjas de destrucción donde antes había barrios. La tormenta tampoco perdonó a las instalaciones sanitarias, los edificios aeroportuarios, las escuelas o las gasolineras.Cuando el huracán Beryl llegó a Jamaica, causó grandes daños en toda la isla. Las carreteras quedaron bloqueadas por árboles caídos, tendidos eléctricos derribados y deslizamientos de tierra, mientras que los cortes de electricidad y los daños estructurales en importantes instalaciones públicas dificultaron los esfuerzos de respuesta."Este es el huracán más fuerte que ha azotado Jamaica en casi 17 años, desde el huracán Dean en 2007", dijo Rhea Pierre, responsable de desastres de la IFRC para el Caribe de habla inglesa y neerlandesa.En todas las islas, las labores de socorro y rescate se complicaron por la persistencia del mal tiempo, los cortes de electricidad, los bloqueos de carreteras y los daños en las infraestructuras. En muchos casos, las zonas más afectadas también quedaron aisladas de los servicios básicos.Gracias a las alertas de tormenta, miles de personas se refugiaron en lugares seguros. Pero la tormenta también se cobró vidas. Las autoridades han confirmado hasta ahora al menos 15 muertes: cinco en Granada, cinco en San Vicente y las Granadinas, dos en Jamaica y tres en Venezuela. Pero la cifra podría aumentar a medida que continúe la evaluación.La preparación dio frutosA pesar de los daños, el trabajo previo dio sus frutos. Tras el paso del huracán, los equipos de personas voluntarias estaban listos para actuar, visitando las comunidades más afectadas y evaluando detalladamente las necesidades de la gente. Repartieron suministros, ofrecieron primeros auxilios y escucharon a las personas que se enfrentaban a sus pérdidas."Estamos distribuyendo lonas y bidones, así como cintas de limpieza y alimentos para las familias afectadas por el huracán", explica Zoyer John, voluntaria de la Cruz Roja de Granada, frente a una casa gravemente dañada."La mayor parte de los daños en nuestro estado triinsular se produjeron en las islas de Carriacou y Petite Martinique. Pero aquí en la isla principal, en el norte de la isla, mucha gente también se vio afectada".En Jamaica, el personal voluntario de la Cruz Roja también estuvo sobre el terreno realizando evaluaciones rápidas y distribuyendo suministros que habían preparado al principio de la temporada de huracanes. A medida que se acercaba el huracán, esas reservas se trasladaron a almacenes seguros cerca de los lugares donde se preveía que el impacto sería más fuerte.Todo este trabajo anticipado se vio reforzado por una asignación de 1,7 millones de francos suizos del Fondo de Emergencia para la Respuesta a Desastres de la IFRC (IFRC-DREF), basada en las necesidades previstas de las personas en la trayectoria de la tormenta. Este desembolso anticipado significó que las comunidades podían contar con ayuda de emergencia sin tener que esperar a la recaudación de fondos después de la tormenta.En los días posteriores al huracán, la IFRC también lanzó un llamamiento de emergencia de 4 millones de francos suizos para prestar asistencia humanitaria inmediata, protección y apoyo a la recuperación de las familias más afectadas. La operación prestará apoyo a 25.000 personas (5.000 hogares) durante un año.En los primeros días, la atención se centrará en la distribución de artículos de socorro y soluciones de refugio a corto plazo que cubran las necesidades inmediatas de las personas. Con el tiempo, sin embargo, el plan es llevar a cabo también intervenciones que ayuden a las personas a garantizar el acceso a un refugio digno y seguro -centrándose en reconstruir mejor-, así como el suministro de asistencia en efectivo y cupones para bienes específicos.También se prestarán distintos apoyos para restablecer los medios de subsistencia. Debido al impacto de la tormenta en las infraestructuras, muchas personas de las islas se han quedado sin ingresos. En Barbados, la industria pesquera y los pequeños empresarios de las costas meridionales se vieron muy afectados por las marejadas de la tormenta, que causaron daños generalizados.También se prevén intervenciones sanitarias para prevenir la transmisión de enfermedades infecciosas. Las Sociedades Nacionales se centrarán en apoyar las necesidades de higiene de la población, así como de agua potable, principalmente mediante la entrega de equipos domésticos para el tratamiento del agua.Más tormentas por venirEn las mentes de todas las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja de la región está el hecho de que la temporada de huracanes acaba de comenzar. Esta es una de las razones por las que el llamamiento de emergencia también apoya intervenciones destinadas a reducir la vulnerabilidad de las personas a futuros desastres y a mejorar la respuesta comunitaria a los desastres.Una semana después del paso del huracán Beryl, la población local debe intentar rehacer su vida y, al mismo tiempo, prepararse para lo que pueda venir después.Esta es la nueva realidad a la que se enfrentan las pequeñas naciones insulares del Caribe, ya que las temperaturas del agua más altas de lo normal en el sur del Atlántico y el Caribe actúan como combustible para las tormentas, haciendo que se intensifiquen rápidamente hasta convertirse en grandes huracanes. Esto da a las comunidades menos tiempo entre tormentas para recuperarse y prepararse."Este tipo de eventos ya no se producen una sola vez y esto demuestra la necesidad de que los actores locales lideren la preparación y la acción anticipatoria", añadió Rhea Pierre, responsable de desastres de la IFRC para el Caribe de habla inglesa y neerlandesa. "Estamos viendo ese tipo de preparación en acción ahora mismo".

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Emergencia

Huracán Beryl (San Vicente y las Granadinas, Granada, Barbados y Jamaica)

El huracán Beryl tocó tierra en Granada y San Vicente y las Granadinas el 1 de julio como huracán de categoría 4 y desde entonces ha dejado un rastro de devastación en todo el Caribe. A través de este llamamiento de emergencia, la IFRC y sus miembros se proponen apoyar a las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja de San Vicente y las Granadinas, Granada, Barbados y Jamaica en su respuesta al huracán mediante la prestación de asistencia humanitaria inmediata, protección y apoyo para la recuperación de las familias más afectadas. La IFRC y sus miembros prestarán apoyo a 25.000 personas (5.000 hogares) durante un período de 12 meses.

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Crisis climática Q&A: ¿Por qué algunas tormentas recientes han ganado tanta fuerza, tan rápidamente?

Una entrevista con Juan Bazo, meteorólogo del Centro del Clima de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, por Susana Arroyo Barrantes, Gerente Regional de Comunicación para IFRC en las Américas.Susana Arroyo: En octubre del 2023, el huracán Otis causó gran impacto en cobertura mediática por las consecuencias humanitarias, y llamó la atención del mundo de la ciencia porque causó mucho asombro, que pudiera pasar de una tormenta tropical a un huracán de categoría 5, en apenas 12 horas. Según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, fue el huracán más potente jamás registrado en la costa del Pacífico mexicano. ¿Tuvo El Niño algo que ver con la rápida intensificación de Otis?Juan Bazos: Se trató de una combinación de océanos cálidos, junto con el fenómeno de El Niño.Además, todo el borde costero pacífico de México, El Salvador, Honduras y las costas de Costa Rica, han estado muy calientes; esto ha permitido la formación de ciclones y tormentas. Incluso, algunas de estas tormentas han pasado desde el Atlántico, hacia el Pacífico.En relación a la intensificación, esto ya ha pasado antes, el huracán Patricia en el 2015, también tuvo esta intensificación muy rápida en menos de 12 horas frente a la costa pacífico de México, solo que el impacto no fue en una zona muy habitada.Para la ciencia, es cada vez más difícil pronosticar este tipo de intensificación. La mayoría de los modelos, por no decir todos, fallaron en el pronóstico de corto plazo, que es uno de los pronósticos más seguros que tenemos en meteorología. Esto se debe a distintos factores: la rápida intensificación, condiciones atmosféricas muy locales; y la temperatura del agua del océano en esta parte de la costa mexicana.Cada vez más, la intensificación no sólo se está dando en la parte del Pacífico y Atlántico de nuestra región, en el océano Índico también se está dando. En Filipinas se ha tenido muchas veces este tipo de intensificaciones muy rápidas que son todo un desafío, tanto para los servicios climáticos, como para la respuesta humanitaria.SA: Sí, es un desafío inmenso, porque de hecho algo de lo que dependemos para tomar decisiones que salven vidas es de los pronósticos rigurosos, precisos, efectivos. Si avanzamos hacia una era de mayor incertidumbre, pues hay que que buscar también la forma de ver cómo anticipamos por otros frentes. ¿Qué podríamos esperar para este año que inicia?JB: En los meses siguientes estaríamos normalmente entrando a un periodo neutral y pasando rápidamente a un fenómeno de La Niña. Y esto también traerá sus consecuencias, cambiando todo el panorama. Podría ser que este año debamos prepararnos para una temporada de huracanes quizás mayor de lo normal. Entonces tenemos que seguir monitoreando, tomando en cuenta la crisis climática, y un océano Atlántico que aún se mantiene muy cálido.SA: Desde la meteorología, Juan, Cruz Roja ha tratado de hacer cada vez más alianzas, con institutos, con instituciones que se dedican a investigar, monitorear y entender el clima. ¿Es ese uno de los caminos hacia el futuro, estrechar más esa alianza?JB: Cada vez más la Cruz Roja tiene como sus aliados principales a las entidades técnicas científicas, para tomar decisiones confiables. Y creo que esa es la forma en la que debemos seguir trabajando. La información científica nos va a traer datos para nuestros programas y operaciones a diferentes escalas de tiempo, a muy corto, mediano y largo plazo.No hay dejar de lado las proyecciones climáticas, si no planificar cómo podemos adaptarnos sabiendo que el clima va a mudar. Esto lo hacemos, es parte de nuestro trabajo desde las políticas hasta en nuestras intervenciones cuando llegamos a las comunidades, y creo que la Cruz Roja lo hace muy bien. Sin embargo, necesitamos empoderarnos más, acercarnos más hacia las entidades técnicas científicas, la academia, son nuestros aliados que nos puede traer mucha más información, mucho más rica, mucho más localizada. Y este es, el siguiente paso que tenemos que dar.SA: Se vienen muchos cambios también en la meteorología. Ahora, usando la inteligencia artificial, la big data, cambios para mejorar la predicción. Son cosas que ya se están viendo. Creo que podíamos ver una luz para tener pronósticos más confiables sobre la intensificación.JB: La inteligencia artificial abre mucho espacio para la innovación. La meteorología no es 100% precisa, siempre hay ese grado de incertidumbre y va a haber fallos. Es parte del caos atmosférico de nuestro planeta, de la complejidad, de tantas variables que están en juego en los pronósticos meteorológicos. En ese sentido la AI será un gran valor agregado para la mejora de los pronósticos.Esto pone sobre la mesa la necesidad de 1) una mayor inversión en sistemas de acción temprana basados en pronósticos, 2) sistemas de alerta temprana más ágiles, flexibles y capaces de informar y movilizar a la población en un tiempo récord, y 3) ayuda humanitaria preposicionada para responder a los desastres en el momento en que se producen.La IFRC lidera la iniciativa Alerta Temprana para Todos, que proporcionará alertas tempranas a personas de todo el mundo para 2027. Más información.

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Nota de prensa

Cambio climático: la Cruz Roja pide más inversiones en acción local mientras los líderes europeos y africanos se reúnen en Bruselas

Nairobi, Kenia. 17 de febrero de 2022 – Mientras partes del sur de África se están recuperando de los impactos de las tormentas tropicales y los ciclones y otras partes del continente se enfrentan a graves sequías, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) pide inversiones urgentes en acción local para combatir los efectos del cambio climático. La convocatoria se produce antes de la 6.ª Cumbre Unión Europea-Unión Africana (UE-AU) que comienza hoy en Bruselas, Bélgica. Recientemente, la tormenta tropical Ana en Mozambique, Malawi y Madagascar, y el ciclón Batsirai en Madagascar nuevamente, dejaron a cientos de miles de personas desplazadas, hogares destruidos y daños a infraestructura por valor de miles de millones de dólares. Al mismo tiempo, organizaciones humanitarias en África advirtieron esta semana sobre una catastrófica crisis de hambre en el Cuerno de África (Kenia, Somalia y Etiopía) donde se teme que más de 20 millones de personas enfrenten la hambruna a causa de la prolongada sequía. El Sahel y África occidental, en particular Nigeria, también se enfrentan a una situación de seguridad alimentaria en deterioro. Mohammed Mukhier, Director Regional de la IFRC África, dijo: “Lo que estamos presenciando es una manifestación del impacto del cambio climático en el continente. Necesitamos fortalecer las inversiones en medidas preventivas locales que desarrollen la capacidad de las personas para hacer frente a estos desastres cada vez más intensos”. Los países de África solo son responsables del cuatro por ciento de las emisiones mundiales de carbono y, al mismo tiempo, se ven afectados de manera desproporcionada por las consecuencias generalizadas del cambio climático y la degradación ambiental acelerada. Sin embargo, la financiación climática prometida por los líderes mundiales tarda en llegar a las personas sobre el terreno que están más expuestas a los riesgos climáticos. Antes de la Cumbre, la IFRC pide esfuerzos renovados para construir e implementar una nueva Asociación África-UE que responda a las necesidades de las personas más vulnerables expuestas a los impactos del cambio climático y la crisis ambiental, fortalezca la seguridad alimentaria y sanitaria y aborde la migración forzada. A más largo plazo, se debe fortalecer el papel de los actores locales para ayudar a las comunidades a desarrollar resiliencia y abordar los desafíos humanitarios y de desarrollo en el continente. Las comunidades en África y en otros lugares también se ven cada vez más afectadas por múltiples peligros además del cambio climático, que agravan sus vulnerabilidades y afectan su capacidad para hacer frente. “Las comunidades difícilmente pueden recuperarse antes de que se vean afectadas por otro desastre. Madagascar es un ejemplo en el que vimos una sequía devastadora el año pasado, y antes de que esos efectos pudieran aliviarse, algunas de esas mismas comunidades se vieron afectadas por el ciclón Batsirai recientemente”. dijo Andoniaina Ratsimamanga, Secretaria General de la Sociedad de la Cruz Roja Malgache. Para ayudar a los países a hacer frente, existe una necesidad urgente de abordar las vulnerabilidades subyacentes en las comunidades, incluida la pobreza y la marginación, y brindar apoyo a los más expuestos a los impactos del cambio climático. Al mismo tiempo, existe un potencial increíble dentro del continente africano para abordar estos desafíos, incluidos los enfoques innovadores de los jóvenes y las mujeres en temas como la restauración de tierras y el uso de plataformas digitales. Para más información o concertar entrevistas, por favor, contacte con: En Nairobi: Euloge Ishimwe, +254 735 437 906, [email protected] En Sudáfrica: Thandie Mwape, +27 66 486 8455, [email protected]

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Nota de prensa

Madagascar: más de 4 millones de personas en riesgo por el paso del ciclón tropical Batsirai por la costa este

Antananarivo/Nairobi, 4 de febrero de 2022: se espera que el ciclón tropical Batsirai azote mañana la región de Atsinanana en Madagascar, solo unas semanas después de que la tormenta tropical Ana causara estragos en el país. Antes de que toque tierra, los equipos de la Cruz Roja de Madagascar en la región están preparando artículos de socorro de emergencia y ayudando a las comunidades en el camino del ciclón a trasladarse a áreas seguras. Andoniaina Ratsimamanga, Secretaria General de la Cruz Roja de Madagascar dijo: “Las comunidades de la región de Atsinanana están preocupadas por los posibles daños generalizados que podría causar el ciclón. Muchas familias necesitan con urgencia refugios temporales, especialmente aquellas cuyas casas están ubicadas en las áreas que probablemente se verán afectadas por el ciclón. Se prevé que alrededor de 4,4 millones de personas estén en riesgo en 14 distritos; se espera que alrededor de 595.000 se vean directamente afectados y más de 150.000 probablemente sean desplazados. Los equipos de la Cruz Roja de la región de Atsinanana se apresuran a hacer los preparativos necesarios, con miras a salvar tantas vidas como sea posible. “Los equipos y socios de la Sociedad de la Cruz Roja de Madagascar se encuentran en alerta máxima y están desplegados en las comunidades, advirtiéndoles de la tormenta que se aproxima. Los equipos de la Cruz Roja están trasladando existencias de emergencia preposicionadas desde el área de Grand Tana (Ananalamanga) a Tamatave (Atsinanana), para facilitar el acceso. Estamos preocupados por el tamaño y el impacto proyectado de este intenso ciclón. Nuestras actividades de respuesta inmediata se centrarán en salvar vidas e incluirán operaciones de búsqueda y rescate”, agregó Ratsimamanga. Además, los equipos de la Cruz Roja están trabajando con el Gobierno para identificar y establecer edificios seguros que se utilizarán como centros de alojamiento de emergencia. Con los esfuerzos de respuesta de emergencia aún en curso debido al impacto de la tormenta tropical Ana que azotó Madagascar a fines de enero, el impacto de Batsirai podría empeorar la situación humanitaria general del país. Los esfuerzos de respuesta de emergencia del país están sobrecargados y la situación sigue siendo crítica debido al impacto de las recientes inundaciones generalizadas, el estancamiento del agua y los deslizamientos de tierra causados ​​por la tormenta tropical Ana. Se han registrado al menos 55 muertes y más de 130.000 personas se han visto obligadas a huir de sus hogares a albergues temporales o familias de acogida en las últimas semanas. El país todavía está lidiando con una crisis de hambre prolongada desde 2021. La IFRC y sus socios están intensificando los esfuerzos de preparación y respuesta para ayudar a más personas, tanto las afectadas por Ana como las que probablemente se verán afectadas por Batsirai, dijo el Coordinador de Programas y Operaciones de la IFRC en Madagascar, Denis Bariyanga, quien supervisa los esfuerzos de preparación para emergencias. “Ya estamos ayudando a 2.000 familias afectadas por la tormenta tropical Ana para satisfacer sus necesidades inmediatas. Con la llegada de Batsirai, muchas más familias del país requerirán artículos de socorro de emergencia, como mantas, colchonetas, utensilios de cocina, agua, saneamiento e higiene, entre otros”. La Federación Internacional ya había liberado 428.609 francos suizos de su Fondo de Reserva para el Socorro en Casos de Desastre (DREF) el 26 de enero de 2022, para ayudar a la Cruz Roja de Madagascar a proporcionar servicios de agua, saneamiento e higiene, atención médica y apoyo psicosocial, así como asistencia en efectivo para alojamiento, medios de subsistencia y necesidades básicas. Se necesitan más recursos financieros para satisfacer las crecientes necesidades sobre el terreno. La Federación Internacional está revisando su llamamiento de emergencia para financiar la respuesta a la crisis. Para obtener más información o solicitar una entrevista, comuníquese con: En Madagascar Mialy Caren Ramanantoanina, +261 329 842 144, [email protected] Ny Antsa Mirado Rakotondratsimba, +261 34 54 458 76, [email protected] Denis Bariyanga, (WhatsApp: +250 786 527 056), [email protected] María Mercedes Martínez; +261 32 1132 624, [email protected] En Nairobi Euloge Ishimwe, +254 735 437 906, [email protected]