Pluvial/Inundación repentina

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Tanzania: Inundaciones

Las lluvias torrenciales han provocado enormes deslizamientos de tierra cerca del monte Hanang, en el norte de Tanzania, arrasando casas, carreteras, puentes, escuelas y tierras de cultivo, además de cobrarse la vida de al menos 67 personas. Más de 100 personas han resultado heridas y miles de familias han perdido sus hogares y medios de subsistencia. Tanzania ya venía luchando contra las inundaciones desde mediados de noviembre, y se esperan más precipitaciones en los próximos meses como consecuencia del fenómeno de El Niño. La IFRC y sus miembros solicitan 4 millones de francos suizos ( de los cuales se espera que 3 millones sean recaudados por la Secretaría de la IFRC) para apoyar a la Cruz Roja de Tanzania, con el fin de que 75.000 personas reciban asistencia para salvar sus vidas.

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IFRC en la COP 28: Los impactos están aquí, el momento de actuar es ahora

Ya sea por la creciente fuerza de las tormentas, la proliferación de los incendios forestales, el empeoramiento de las olas de calor y las sequías -o el desplazamiento de comunidades enteras debido a todo lo anterior-, los impactos de la crisis climática nos acompañan desde hace tiempo. Por ello, la IFRC se dirige una vez más a la Cumbre Mundial sobre el Clima, COP28, en los Emiratos Árabes Unidos, con un mensaje urgente: no hay más tiempo que perder. El momento de actuar es ahora y la acción debe ser audaz. Así como los líderes mundiales deben acordar reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para prevenir impactos humanitarios aún peores, también debemos ampliar enormemente las acciones de adaptación a nivel local, para llegar a las personas más expuestas y afectadas, según la IFRC. Martha Makaniko, una agricultora de la aldea de Chiwalo, en la ciudad de Mulanje (Malawi); perdió su casa y todos sus cultivos a principios de año, debido a las inesperadas inundaciones provocadas por el ciclón Freddy. Después de eso, las lluvias normales no llegaron y ahora el fenómeno de El Niño amenaza con hacer que la próxima temporada de escasez sea aún más escasa. [Enlace al artículo en IFRC.org]. "Año tras año, cada vez es más difícil obtener buenos rendimientos agrícolas y buenos ingresos", afirma Makaniko. "Ya no confiamos en los patrones climáticos regulares. Antes obtenía ocho sacos de maíz de mi campo. Ahora tengo suerte si consigo dos". Este tipo de historias son cada vez más comunes en las comunidades donde está arraigada la red de la IFRC. También son la razón por la que la IFRC ha intensificado sus propios esfuerzos para trabajar con las comunidades locales y las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja a fin de aliviar el sufrimiento inmediato -proporcionando dinero en efectivo, alimentos, agua, higiene y apoyo sanitario- y, al mismo tiempo, prevenir y reducir los riesgos en el futuro. Por ello, la IFRC insta a los líderes mundiales reunidos en la Cumbre sobre el Clima COP 28 a que adopten las siguientes medidas urgentes: dar prioridad a la acción local aumentar la financiación para ayudar a las comunidades a adaptarse ampliar la acción temprana y las medidas que ayuden a las comunidades a anticiparse a los riesgos reforzar los sistemas sanitarios resilientes al clima y ayudar a las personas a evitar, minimizar y hacer frente a las pérdidas y daños provocados por fenómenos relacionados con el clima. Empeora antes de mejorar Es fundamental invertir mucho más en todos estos ámbitos para ayudar a las comunidades a hacer frente a la situación, que probablemente empeorará antes de mejorar. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) confirma que el cambio climático ya está contribuyendo a aumentar el número de crisis humanitarias (con una temperatura media mundial de 1,15 °C por encima de la media de 1850-1900). Y ahora existe una amenaza muy real de que las temperaturas suban aún más. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, con las políticas actuales, el mundo va camino de alcanzar un calentamiento global de 2,8 °C en 2050. A corto plazo, se espera que el fenómeno de El Niño de este año agrave el impacto del cambio climático inducido por la acción humana, empujando las temperaturas globales a un territorio desconocido, según la Organización Meteorológica Mundial. Razones para tener esperanza Sin embargo, hay motivos para la esperanza. Si se adoptan medidas urgentes, existe la posibilidad de ralentizar o detener el aumento de las temperaturas y, al mismo tiempo, hacer que las comunidades sean mucho menos susceptibles a las crisis relacionadas con el clima. En toda la red de la IFRC, que incluye 191 Sociedades Nacionales, hay numerosos ejemplos de comunidades que trabajan con la IFRC y otros organismos para aumentar su resiliencia y evitar así la inseguridad alimentaria, los riesgos para la salud y los impactos económicos de los desastres relacionados con el clima. En Jamaica, por ejemplo, la Cruz Roja trabajó con una escuela para estudiantes con discapacidad auditiva, en un proyecto climáticamente inteligente para reforzar su granja autosuficiente del campus, con un sistema de riego alimentado por energía solar. En Somalia, la IFRC y la Media Luna Roja Somalí trabajaron con la aldea de Cuun para restablecer pequeñas granjas con la ayuda de un nuevo pozo de agua potable, y un sistema de bombeo para ayudarles a hacer frente a varios años de sequía. "Nos costaba acceder a agua limpia para beber, cocinar, bañarnos y mantenernos", dice uno de los líderes de la comunidad, Yasiin Maxamed Jamac. "Esto repercutía negativamente en nuestra salud y bienestar, y nos dificultaba el cultivo de cosechas, frutas, verduras y la cría de ganado". Ahora más de 100 hogares tienen sus propias granjas pequeñas -de 100 metros por 100 metros- donde cultivan diversas frutas, verduras y cosechas.

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Temor por la lluvia y el mar: La salud mental, una bomba de tiempo en Libia tras las devastadoras inundaciones

Por Mey Al Sayegh, Jefa de Comunicaciones de IFRC MENA Algo tan cotidiano como los días lluviosos y las costas cercanas se han convertido tristemente en una fuente de temor para quienes viven en el este de Libia, especialmente para quienes vivieron en primera persona las inundaciones masivas que arrasaron sus casas, coches y seres queridos en un abrir y cerrar de ojos, la noche del 11 de septiembre. No es exagerado decir que la mayoría de la ciudadanía en Derna, la ciudad más afectada, cuyos recuerdos están cargados de imágenes dolorosas, necesitan algún tipo de apoyo psicosocial o de salud mental. En Derna, e incluso en la cercana ciudad de Bengasi, donde la mayoría de las familias huyeron de la devastación, se han convertido en sucesos nocturnos los signos de trauma experimentado, como los gritos de las niñas y niños mientras duermen, o el sonambulismo. Se necesita ayuda urgente en salud mental En un ejemplo conmovedor de la semana pasada, dos voluntarios de la Media Luna Roja Libia, con experiencia en hacer frente a desastres, corrieron aterrorizados a la sucursal de Derna y cerraron apresuradamente las puertas tras de sí, porque había empezado a llover. "La gente asocia la lluvia con la muerte", explica Ali Gharor, responsable de salud mental y apoyo psicosocial de la Media Luna Roja Libia. "Todos los grupos de personas de la ciudad necesitan apoyo psicológico, incluido el personal voluntario". Incluso quienes han buscado seguridad en Bengasi se ven afectados. Haya Al-Hadar, voluntaria de la Media Luna Roja Libia, cuenta cómo la Media Luna Roja intentó proporcionar un chalé a una familia junto al mar, pero se negaron rotundamente: "Nunca olvidaré aquella noche. Recibí una llamada a la 1:30 de la madrugada y me informaron de que el hombre se negaba a quedarse cerca del mar, por miedo a las zonas costeras", recuerda. "Insistió en volver con su mujer y sus hijos al lugar de donde venían. Les proporcionamos un apartamento fuera de la ciudad". A pesar de que la Media Luna Roja Libia presta apoyo psicosocial y primeros auxilios psicológicos, la necesidad de profesionales de la salud mental en la región es urgente. "Las infancias y personas adultas mayores visitan mi clínica a diario y piden apoyo psicológico en este hospital de campaña", dice el Dr. Al-Siddiq Al-Haj Ali, jefe de salud mental del Centro de Misrata, afiliado al Ministerio de Salud de Libia, quien también es voluntario en Derna. "El tiempo es esencial. Si las personas afectadas no reciben apoyo psicológico durante los próximos tres a seis meses, podemos esperar ver más trastornos psicológicos, e incluso casos de suicidio." Voluntariado de la Media Luna Roja entre las personas afectadas Las visitas de la IFRC a las zonas afectadas y las conversaciones mantenidas con las personas voluntarias de la Media Luna Roja Libia, pusieron de manifiesto que también necesitan urgentemente apoyo en materia de salud mental, ya que algunas personas han perdido a sus familias, a sus seres queridos y sus hogares. Para el voluntario Hamdi Ahmed Belaid, uno de los primeros en responder a la catástrofe, el tiempo se ha detenido desde la noche del 11 de septiembre, cuando una llamada telefónica que recibió de su madre aproximadamente a las 2:15 de la madrugada resultó ser la última vez que escuchó su voz. Cuando Hamdi regresó a su barrio quedó desolado al ver que su casa había sido arrasada, llevándose por delante las vidas de sus padres y sus tres hermanos, así como la de muchos vecinos. A pesar de su tragedia personal, Hamdi insiste en continuar su labor de apoyo a las personas afectadas: "Ayudar a otras personas afectadas enfría el fuego de mi corazón", añade. Ali Gharor, responsable de salud mental y apoyo psicosocial de la Media Luna Roja Libia, comprende muy bien la situación de Hamdi. "Desgraciadamente, parece que el personal voluntario no tiene tiempo para hacer el duelo, y es probable que esto se refleje negativamente en sus vidas más adelante", dice. "Nuestras costumbres y tradiciones también impiden que muchas personas muestren debilidad, pero es necesario dejar que el duelo se tome su tiempo". La unidad especializada en salud mental de la IFRC apoyará a la Media Luna Roja Libia Dadas las ingentes necesidades, la IFRC y otros asociados del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja han acordado con la Media Luna Roja Libia prestar apoyo en este ámbito crítico, teniendo en cuenta el contexto cultural y las costumbres en relación con el apoyo a la salud mental en el país. La IFRC se está preparando para enviar muy pronto a las zonas afectadas una unidad de intervención de urgencia especializada en salud mental y apoyo psicosocial. Raja Assaf, Jefe de Operaciones de Emergencia de la IFRC en Libia, explica que la unidad incluirá especialistas en salud mental, medicamentos y otros equipos, así como un equipo para formar a más personal y voluntariado local de la Media Luna Roja Libia en la prestación de apoyo psicosocial. "Para nosotros y para la Media Luna Roja Libia, se trata de una clara prioridad, ya que intentamos evitar cualquier bomba de tiempo de salud mental y atender a las personas afectadas lo mejor que podamos", concluye.

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| Nota de prensa

Los cadáveres causados por desastres naturales no suelen representar riesgos para la salud, según la Cruz Roja y la OMS

Ginebra – Ante la terrible pérdida de vidas en situaciones de desastres y conflictos armados, suelen aflorar miedos infundados y generarse malentendidos en relación con los cuerpos de los fallecidos. Por lo tanto, es importante que las comunidades cuenten con las herramientas y la información necesarias para gestionar los cadáveres de manera segura y digna, en parte, para poder transitar el camino hacia la recuperación, tal como señalaron hoy la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (Federación Internacional), el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Cuando se produce un alto número de muertes en desastres naturales o conflictos armados, la presencia de los cadáveres resulta perturbadora para las comunidades afectadas. Hay quienes tienden a apurarse para enterrar los cuerpos, por ejemplo, en fosas comunes, a veces, en su afán de resolver esa perturbación y otras, por miedo a que esos cuerpos representen una amenaza sanitaria. Proceder de esta manera puede ser perjudicial para la población, según afirman estas organizaciones. Si bien las autoridades y comunidades pueden sentirse muy presionadas para inhumar rápidamente los cadáveres, las consecuencias de una gestión deficiente de esos cuerpos van desde malestar psicológico a largo plazo para los familiares hasta problemas sociales y jurídicos. Las inhumaciones bien gestionadas se caracterizan por la disposición de tumbas individuales fácilmente localizables y debidamente documentadas en lugares de entierro bien delimitados. El objetivo es que se tenga conocimiento de la ubicación exacta de cada cadáver, así como de la información relacionada y de las pertenencias personales, tal como lo establecen las directrices elaboradas por las organizaciones, en particular el manualLa gestión de cadáveres en situaciones de desastre, publicación conjunta del CICR, la Federación Internacional y la OMS. No deberían realizarse cremaciones sin que se haya identificado con seguridad a la persona. A fin de contribuir a una mejor gestión de los cadáveres, las organizaciones brindan insumos y conocimientos especializados a las autoridades locales para ayudarlas a gestionar la tarea a veces abrumadora de enterrar a las personas fallecidas. En este momento, en Libia, hay equipos de la Cruz Roja y la OMS que están trabajando directamente con las autoridades, las comunidades y la Media Luna Roja Libia, prestando ayuda en forma de orientación, material y capacitación. Tanto el CICR como la OMS están entregando bolsas mortuorias en Libia para ayudar con el tratamiento digno de los fallecidos. Los cadáveres de quienes fallecieron por heridas resultantes de un desastre natural o un conflicto armado casi nunca representan una amenaza de salud para las comunidades. La razón es que las víctimas fallecidas por traumatismos, ahogo o incendio no suelen albergar organismos que provoquen enfermedades si se toman las precauciones habituales. La excepción sería si la muerte se produce por una enfermedad infecciosa como el ébola, la enfermedad de Marburgo o el cólera o bien si el desastre ocurre en una zona donde alguna de estas enfermedades sea endémica. En cualquier circunstancia, los cadáveres que se hallan en las cercanías o al interior de fuentes de abastecimiento de agua pueden generar problemas sanitarios, ya que pueden despedir heces y contaminar las aguas, y así provocar riesgo de diarrea u otras enfermedades. Los cuerpos no deben dejarse en contacto con fuentes de agua potable. "La creencia de que los cadáveres provocan epidemias no está respaldada por ninguna evidencia. Vemos muchísimos casos de confusión en los medios de comunicación e, incluso, entre algunos profesionales médicos", comentó Pierre Guyomarch, jefe de la Unidad Forense del CICR. "Es más probable que quienes sobreviven a un desastre natural transmitan enfermedades que los cadáveres." "Rogamos a las autoridades en las comunidades afectadas por este tipo de tragedias que no se apresuren a realizar entierros o cremaciones en masa. La gestión digna de cadáveres es importante para las familias y las comunidades, y, en el caso de conflictos armados, suele ser un componente importante para acelerar el fin los enfrentamientos", señaló el Dr. Kazunobu Kojima, responsable médico de bioseguridad y bioprotección del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS. "Un apuro innecesario en la disposición final de los cuerpos de quienes fallecieron en desastres o conflictos armados priva a las familias de la posibilidad de identificar y llorar a sus seres queridos, y no aporta ningún beneficio en el plano de la salud pública. El tratamiento digno de los cadáveres exige dedicar el tiempo necesario a la identificación de los fallecidos, al duelo de los familiares y a la organización los ritos funerarios correspondientes a las normas culturales y sociales locales", resaltó Gwen Eamer, encargada superior de Salud Pública en Emergencias para la Federación Internacional y responsable de operaciones de emergencia para la respuesta ante terremotos en Marruecos. El CICR, la IFRC y la OMS desean recordar lo siguiente a las autoridades y las comunidades: Si bien resulta perturbador ver cadáveres, los dirigentes o autoridades de la comunidad no deben apresurarse a enterrar los cuerpos en fosas comunes o realizar cremaciones en masa. Los procedimientos de inhumación o cremación deben atender a consideraciones culturales, religiosas y familiares. Los cadáveres de quienes fallecen a causa de desastres naturales o conflictos armados no suelen ser fuente de enfermedades. A menos que la persona haya fallecido por una enfermedad altamente infecciosa, el riesgo para la población general es insignificante. Sin embargo, existe un riesgo de diarrea por la ingesta de agua contaminada por materia fecal de los cadáveres. La desinfección del agua mediante los procedimientos habituales bastará para evitar enfermedades transmitidas por ese medio. Los entierros o las cremaciones que se realizan de manera apresurada e irrespetuosa dificultan y, a veces, imposibilitan la identificación de los fallecidos y la notificación a los familiares. El único caso en que los cadáveres representan un riesgo de epidemia es cuando las muertes son resultado de enfermedades infecciosas o cuando ocurre un desastre natural en una zona donde alguna de esas enfermedades es endémica. La cal en polvo no acelera la descomposición, y como en desastres o conflictos armados los cadáveres no suelen representar un riesgo de infección, no es necesario desinfectar esos cuerpos. Luego de haber tenido cualquier contacto con un cadáver, una persona debe lavarse las manos con agua y jabón o bien higienizárselas con alcohol en gel si no hay suciedad visible. El CICR, la IFRC y la OMS ruegan a todas las partes en conflictos armados y al personal de primera respuesta ante desastres, que se atengan a los principios establecidos para la gestión de cadáveres, por el bien de toda la sociedad, y han ofrecido apoyo adicional conforme sea necesario. Más información: Oficina de medios de comunicación del CICR:[email protected] Oficina de medios de comunicación de la IFRC:[email protected] Oficina de medios de comunicación de la OMS:[email protected]

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| Tipo de emergencia

Inundaciones

Las inundaciones ocurren cuando el agua se desborda de los límites normales de un arroyo, río u otro cuerpo de agua o se acumula en un área que generalmente está seca. Hay dos tipos principales de inundaciones: las inundaciones lentas, que se desarrollan durante horas o días, mientras que las inundaciones repentinas ocurren de golpe, a menudo sin previo aviso, generalmente debido a las fuertes lluvias. Aunque las inundaciones anuales son un fenómeno natural en muchas partes del mundo, las prácticas de uso de la tierra y de construcción han provocado un aumento en la frecuencia y magnitud de las inundaciones. También se prevé que las inundaciones serán aún más frecuentes y graves en el futuro debido al cambio climático. Las inundaciones pueden ser extremadamente peligrosas y causar daños humanos, ambientales y materiales masivos a las comunidades.

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