La evidencia científica más actualizada, incluido el último informe del IPCC, confirma la veracidad de estas palabras. Nuestro planeta está en un período de crisis climáticas y ambientales aceleradas, y todos sentimos sus efectos. Como organizaciones humanitarias, lo vemos a diario en nuestro trabajo.
Mientras el mundo se prepara para reunirse en la COP26 que tendrá lugar en Glasgow en noviembre, instamos a los negociadores a tener presentes las consecuencias humanitarias de sus decisiones. Los desastres climáticos prácticamente se han duplicado en los últimos veinte años y las amenazas de origen meteorológico son ahora el principal motivo de los desplazamientos internos, ya que afectan de manera más evidente a las personas más pobres y marginadas. La crisis climática suma estrés a las organizaciones humanitarias, que ya están más exigidas que nunca. Se necesitan medidas urgentes y ambiciosas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los riesgos crecientes, y de ese modo evitar las consecuencias funestas para las personas y el medio ambiente. Sin una acción climática ambiciosa, será difícil para las organizaciones humanitarias responder a las necesidades crecientes.
Sabemos que, aun en las hipótesis más favorables para los próximos años, habrá cierto grado de cambio climático y degradación ambiental, y que es probable que sus consecuencias aumenten en el plano humanitario. Debemos tener en cuenta las características individuales, como la edad, el género y el estatuto jurídico, y las condiciones estructurales que afectan la exposición de las personas al riesgo, para que las más vulnerables a esas consecuencias reciban el apoyo que necesitan para protegerse a sí mismas y a sus medios de subsistencia.
Cuando firmamos la Carta, nos comprometimos a reforzar nuestra acción, reducir los riesgos y vulnerabilidades, y dar apoyo a quienes corren mayores riesgos. Nos comprometimos a basar nuestra acción en el liderazgo y la experiencia locales, a invertir en respuestas duraderas, y a acoger y ampliar la sabiduría indígena y local. Prometimos reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, minimizar el daño que causamos al medio ambiente y reducir nuestros desechos, así como transmitir información, conocimiento y recursos para ampliar los efectos de nuestro esfuerzo.
Sabemos que es necesaria una transformación radical. Tenemos la determinación de actuar, a través de medidas urgentes y deliberadas, y llamamos a todos aquellos que forman parte del sector humanitario y de otros, a hacer lo mismo.
Firman,
Signatarios de la Carta sobre el clima y el medio ambiente para organizaciones humanitarias.
La Carta está abierta a la firma de todas las organizaciones humanitarias. Para recibir información sobre la Carta y orientación sobre su implementación, visite la página www.climate-charter.org.