La IFRC es un proveedor reconocido de servicios globales de la cadena de suministro humanitario, tanto para los miembros del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja como para las organizaciones humanitarias y los Estados de todo el mundo.
Máximo y George son dos gemelos Hondureños de 27 años que, ante el desempleo y la falta de oportunidades, tomaron la difícil decisión de migrar hacia el norte en busca de un futuro mejor. Sin embargo, su viaje no salió como habían planeado.“Quedamos varados, sin dinero, sin nada, pero decidimos continuar. En el camino nos asaltaron y sufrimos extorsión, casi perdemos la vida. Nos pusieron una pistola diciéndonos “ustedes pagan tal cuota, o si no, aquí no más va a quedar un saco”, cuenta George.Historias como esta son, por desgracia, demasiado comunes a lo largo de la ruta migratoria centroamericana. La violencia generada por grupos criminales, el incremento del desempleo, el alza en el costo de la vida, entre otras razones; alientan a la población a migrar. No sólo de sur a norte, sino también de norte a sur.Honduras es un territorio de origen, retorno y tránsito de personas migrantes. Cada día, cientos de personas -a veces miles- abandonan el país, muchas otras lo atraviesan rumbo a Norteamérica; y hay quienes regresan a él tras haber migrado tiempo atrás.En el 2023, más de 56.000 personas migrantes hondureñas, como Máximo y George, regresaron a su país, lo que equivale a más de 150 personas por día.“Una de las causas por las que regresan las personas, según las entrevistas que hemos realizado, es reunirse con su núcleo familiar”, explica Nicol Palacios, Asistente de Protección del Centro de Atención al Migrante Retornado (CAMR) ubicado en Omoa, al noroeste de Honduras.“Inciden mucho los retos que enfrentan en la ruta migratoria: sufrir violencia, los largos trayectos que tienen que caminar, pasar la noche en la calle, no tener alimentación o al menos no la alimentación que se acostumbra en su país. El cansancio también es otro de los motivos por los que paran; y si se sienten abatidas deciden entregarse a las autoridades para que les retornen a Honduras”, añade.Desde la frontera de Corinto, entre Honduras y Guatemala, la Cruz Roja Hondureña (CRH) facilita el transporte de las personas migrantes hacia el CAMR de Omoa, donde les atiende el personal y voluntariado de la CRH y del Instituto Nacional de Migración.“Este Centro les da la oportunidad a las personas retornadas, de sentir un abrazo de calidez al regresar a su país”, mencionó Mario Alberto Ávila, Director del CAMR de Omoa.Al mismo tiempo, en el municipio de Belén, la Cruz Roja Hondureña gestiona el Centro de Atención para Niñez y Familias Migrantes en alianza con el Instituto Nacional de Migración y la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia, donde recibe a núcleos familiares y niñez no acompañada que ingresan vía aérea desde el Aeropuerto Internacional Ramón Villeda Morales.“Todos los casos en el centro son difíciles, todos. Las personas vienen frustradas, molestas porque no lograron el objetivo de llegar a su destino”, narró Gabriela Oviedo, Administradora del Centro-Belén, Cruz Roja Hondureña.“Lo que a nosotras nos ha impactado más es recibir a bebés tan chiquitos de días, de meses; a niñas y niños que no saben ni hablar. Les recibimos en el centro y les damos ese trato amoroso que se merecen hasta que los entregamos al familiar que les espera”, nos cuenta.Salvar vidas y atender las necesidades de las personas migrantes a lo largo de las rutas migratorias, es cada vez más urgente. La prioridad de la IFRC es ofrecerles asistencia de calidad y adaptada a las necesidades específicas de los grupos en situación de mayor vulnerabilidad; sin importar su estatus migratorio o el motivo de su migración.Y es que las rutas migratorias irregulares agudizan las condiciones vulnerables que muchas personas ya viven cuando inician su travesía. Es el caso de Marilyn, una mujer joven hondureña que trabajaba en un restaurante, pero perdió su empleo debido la pandemia del COVID-19. La condición de desempleo, sumada a la pérdida de su vivienda tras las inundaciones causadas por los huracanes Eta e Iota en el 2021, la empujaron a migrar.Tener que separarse de sus dos niñes no fue fácil. Marilyn ha cruzado la frontera varias veces con la meta de llegar a Norteamérica. Desafortunadamente, no ha tenido éxito. En la ruta ha pasado por asaltos, hambre, fracturas en sus dos pies, el vuelco de una lancha; hasta el cruce de un pantano que le tapaba hasta la cintura.“Mi sueño es en unos 5 años tener mi propia casa. Poner mi negocio y que mis hijos estén bien, ponerles a estudiar. Que tengan mejores oportunidades que las que yo tuve”,dice Marilyn.La red de la IFRC se esfuerza por prestarles asistencia y protección a las personas retornadas que, al igual que Marilyn, Máximo y George, buscan un mejor futuro. Incluso sabiendo que las condiciones que les impulsaron a migrar siguen allí; y no han mejorado.De julio 2022 a mayo 2023, el llamamiento de emergencia lanzado por la IFRC para abordar la crisis migratoria en México y Centroamérica, le ha permitido a la CRH atender a más de 59,000personas y brindarles múltiples servicios; incluyendo asistencia en salud, apoyo psicosocial, acceso a servicios de agua y saneamiento, y dinero en efectivo para que las personas destinatarias puedan cubrir gastos urgentes, como alojamiento o comida.El desafío es inabarcable, pero seguiremos trabajando para defender los derechos y la dignidad de las personas migrantes, y prestándoles servicios humanitarios vitales. Sean quienes sean y estén donde estén.
Ginebra/Beirut, 26 de marzo de 2024El Hospital Al-Amal y la sede de la Media Luna Roja Palestina (MLRP) en Khan Yunis han dejado de funcionar. Durante más de 40 días, las hostilidades sostenidas en el Hospital Al-Amal y sus alrededores, han puesto en grave peligro la vida de pacientes críticos, civiles heridos, personal médico y equipos de la MLRP, transformando el hospital en un campo de batalla cuando debería ser un santuario.Todo el personal de la MLRP y cientos de personas gravemente heridas y desplazadas que buscaban refugio y tratamiento dentro de su complejo, se vieron obligados a evacuar. Estas mismas personas, que ya llevan las cicatrices del desplazamiento, se enfrentan a la desalentadora tarea de encontrar nuevos refugios en medio de la incertidumbre.Dado que la MLRP es uno de los principales proveedores de servicios sanitarios en la Franja de Gaza, los cierres forzosos de sus dos hospitales operativos, Al-Quds y ahora Al-Amal, han hecho que sus servicios sanitarios críticos dejen de funcionar. Los servicios sanitarios del norte de Gaza han quedado prácticamente destruidos, y el sistema sanitario del sur de la Franja está al borde del colapso. El cese de las operaciones en la mayoría de los hospitales del norte, debido a la grave escasez de combustible, la ausencia de medicamentos y equipos médicos, junto con la falta de acceso seguro, ha sido catastrófico. El cierre forzoso del hospital Al-Amal, uno de los pocos centros médicos que quedan en el sur, tiene profundas implicaciones, pues deja innumerables vidas en peligro.Marcado claramente con el emblema de la media luna roja, el Hospital Al-Amal está protegido por el Derecho Internacional Humanitario. Los emblemas de la Cruz Roja, la Media Luna Roja y el Cristal Rojo representan la neutralidad y la asistencia humanitaria imparcial, y prometen protección en tiempos de conflicto y desastre.Hacemos un llamado a todas las partes para que se adhieran a sus obligaciones en virtud del Derecho Internacional Humanitario, garantizando la protección de la población civil, el personal sanitario y las instalaciones. Pedimos el paso rápido y sin obstáculos de la ayuda humanitaria y el acceso seguro y sin trabas del personal humanitario.La IFRC se solidariza con la MLRP, abogando por la protección de todas las instalaciones y el personal médico. Honramos la valentía de su personal voluntario y paramédico, muchos de los cuales han sufrido pérdidas personales o han sido detenidos, pero siguen respondiendo desinteresadamente a las necesidades de las personas. Desde el comienzo del conflicto, hemos perdido a 18 miembros de nuestra red: 15 de la MLRP y tres de Magen David Adom. Cualquier ataque contra el personal sanitario, las ambulancias y las instalaciones médicas es inaceptable.Más información al correo: [email protected] Beirut:Mey Alsayegh: +961 3 229 352En Ginebra:Mrinalini Santhanam: +41 76 381 50 06Andrew Thomas: +41 76 367 65 87
Como la mayor red mundial de organizaciones humanitarias y voluntariado con base local, la IFRC está en una posición única para garantizar que su donación de Zakat o Sadaqah llegue a las personas y comunidades que más lo necesitan. Estamos plenamente acreditados para recibir donaciones del Zakat y estamos presentes en las comunidades junto a quienes apoyamos. Actuamos antes, durante y después de los desastres y las emergencias sanitarias para satisfacer las necesidades y mejorar la vida de las personas vulnerables, llegando a millones de personas cada año.
Los desastres y las emergencias cobran un precio enorme no solo en la salud física de las personas, sino también en su salud mental y su bienestar. Abordar las necesidades psicosociales y de salud mental a nivel mundial es una parte vital del trabajo que hace la Federación Internacional para apoyar a las comunidades a estar saludables.
Primera parte de una serie de reportajes con motivo del Día Mundial del Agua: Viernes 22 de marzo.Por Shriluna Shrestha y Rachel PunithaPara Muna, voluntaria de la Cruz Roja Nepalesa, los senderos empinados y sinuosos de las zonas rurales de Nepal se han convertido en una especie de viaje habitual. Camina hasta zonas remotas para educar a las comunidades, en particular a mujeres y niñez, sobre prácticas de higiene y saneamiento que pueden mantenerles a salvo de enfermedades transmisibles."Aunque tardo entre cuatro y cinco horas en llegar a la escuela, en lo alto de la colina, no me preocupa", dice. "Todo mi cansancio se desvanece cuando por fin me encuentro con las niñas y los niños y con la comunidad".Las sesiones de salud e higiene de Muna para escolares, adolescentes y grupos de madres se centran en el lavado de manos, la higiene personal y menstrual, y el saneamiento comunitario.Amplía su impacto formando a voluntarias sanitarias de la comunidad, nombradas por el gobierno, que luego desempeñan un papel crucial impartiendo sesiones de salud e higiene en sus propias comunidades.Una de esas voluntarias de salud comunitaria es Indira."En la sesión, educamos a las madres en prácticas de salud e higiene y hablamos a fondo de sus problemas de salud", dice Indira. "Sienten curiosidad y practican lo que han aprendido"."La formación me ayudó a mejorar mis habilidades y aprendí a impartir la sesión a grupos diversos", añade.En las primeras fases del proyecto, Muna y el equipo de la Cruz Roja Nepalesa se enfrentaron a importantes retos. Costó mucho trabajo convencer a la población local de que modificara sus prácticas de higiene y saneamiento.Pero el equipo de la Cruz Roja se esforzó continuamente por generar confianza. Reclutaron a las autoridades locales, formaron comités comunitarios y organizaron actividades para involucrar a la gente y obtener su opinión.Sus esfuerzos han dado resultados positivos. Las comunidades, antes reacias, se han convertido ahora en entusiastas partidarias."Disfruto participando en las sesiones comunitarias y sanitarias organizadas en el marco de esta iniciativa", afirma Nirmaya, una de las participantes. "Estas reuniones reúnen a las mujeres y ofrecen una plataforma para compartir experiencias y aprender mutuamente"."Para nosotras, estas sesiones son como un respiro de las responsabilidades domésticas. Nos permiten entablar debates profundos sobre diversos temas de salud e higiene.""Un simple cambio en los hábitos de salud puede conducir a una vida sana. Ese es mi mayor aprendizaje de las sesiones".Una casa, un grifoMientras Muna y su equipo se centran en la higiene y los cambios de comportamiento, el equipo de agua, saneamiento e higiene (WASH) de la Cruz Roja Nepalesa se encarga de otro componente vital del programa: garantizar el acceso al agua potable a todos los hogares del distrito.En línea con la campaña gubernamental "Ek dhara, ek ghar" -que se traduce como "una casa, un grifo"-, la Cruz Roja Nepalesa, la IFRC, la Cruz Roja Británica, la Cruz Roja Finlandesa y la Cruz Roja de Hong Kong desempeñan un papel de apoyo a la iniciativa.En pocas palabras, así es como funciona. La Cruz Roja Nepalesa trabaja con las autoridades locales y la comunidad mediante un enfoque de cofinanciación. La IFRC aporta el 60 por ciento de la inversión en materiales como tuberías, grifos y cemento, y ofrece asistencia técnica y formación para mejorar las competencias necesarias para completar el proyecto.El 20% restante de la ayuda financiera procede de las autoridades locales, mientras que el 20% restante proviene de las comunidades a través de contribuciones de mano de obra y esfuerzos de mantenimiento.En la actualidad, más de 250 hogares del distrito de Okhaldhunga disponen de grifos al aire libre, lo que evita que las mujeres y menores tengan que hacer largas caminatas para buscar agua.Un impacto en crecimientoEstos proyectos de agua, saneamiento e higiene en Nepal se han ejecutado en tres distritos -Okhaldhunga, Ramechhap y Sindhuli- del este del país. Estos son los resultados obtenidos hasta la fecha:- Más de 9.000 personas de los distritos se benefician de sesiones de salud e higiene.- Más de 700 hogares tienen ahora acceso a agua potable.- Seis escuelas, dos puestos de salud y una oficina de la autoridad local tienen estaciones de agua en sus locales.- 37 personas, entre ellas ocho mujeres, han recibido formación en fontanería y mantenimiento."El fácil acceso al agua ha mejorado nuestra vida cotidiana, ya que nos ahorra el tiempo que antes dedicábamos a buscar agua", dice Jeena, miembro de la comunidad que construyó uno de los grifos con el apoyo de la Cruz Roja Nepalesa. "Ahora, podemos utilizar eficientemente el agua para cultivar hortalizas en nuestro patio trasero y mantener un entorno más limpio y una mejor higiene".
En Kazajistán, el invierno puede ser extremadamente duro, con temperaturas que descienden hasta los -40 C por la noche. Esto supone un reto para todas las personas, pero especialmente para los grupos más vulnerables: personas sin hogar, personas adultas mayores solas, personas con discapacidad y familias monoparentales."Mi marido y nuestros dos hijos han muerto y mis parientes viven lejos, por lo que ahora estoy sola en este mundo", dijo una mujer de 81 años a un equipo de la Media Luna Roja. "Agradezco a las personas voluntarias de la Media Luna Roja que me hayan traído sopa, panes y arroz pilaf; me lo comeré con gusto y guardaré un poco para mañana".Quienes se quedan atrapados en la carretera también pueden encontrarse en una situación difícil.Siempre que el frío se vuelve extremo, la Media Luna Roja de Kazajstán está lista para ayudar a las personas necesitadas gracias a un sistema iniciado por la IFRC, que les permite movilizar recursos en cuanto se prevé una ola de frío intenso.Adelantarse a las olas de fríoMediante la activación del Protocolo Simplificado de Acción Temprana (PAT) para Olas de Frío, la Media Luna Roja recibe 68.000 francos suizos de la IFRC que se utilizarán en los próximos tres meses para financiar acciones anticipatorias de apoyo a 2.000 personas en las regiones más afectadas y llegar a otras 80.000 con actividades de sensibilización.El PAT se puso en marcha a raíz de la ola de frío del 11 de diciembre, cuando el servicio nacional de previsión meteorológica pronosticó temperaturas inferiores a -40 grados en el norte de Kazajistán."Este protocolo simplificado de acción temprana nos permite apoyar a las personas que sobreviven al frío extremo en las condiciones más difíciles, y hacerlo rápidamente", dijo Lena Kistaubayeva, Directora del Departamento de Situaciones de Emergencia de la Media Luna Roja de Kazajistán."Distribuir ropa de abrigo de las reservas almacenadas y organizar comidas calientes para las personas sin hogar y las personas mayores que viven solas son las actividades clave en este momento", añadió. "Seguimos vigilando las previsiones meteorológicas, para responder a tiempo y atender nuevas necesidades en esta y otras regiones objetivo del país, a través de nuestras filiales locales".Comidas calientes, ropa y mantasDurante todo el invierno, los equipos de la Media Luna Roja han estado ayudando a las personas sin hogar a llegar a refugios cálidos y les han proporcionado comidas calientes y artículos básicos como ropa de invierno, zapatos y mantas. Las personas voluntarias también están prestando primeros auxilios en los refugios de abrigo."Desde que era niño, he pasado la mayor parte del tiempo en la calle y cuidando de mí mismo", dijo un hombre sin techo de 54 años. "Acabé con malas compañías y pasé diez años en la cárcel, pero al menos allí tenía comida y una cama. Ahora vuelvo a estar solo y no sé adónde ir. El personal voluntario me llevará a un centro de alojamiento y me ayudarán con el registro".La IFRC lidera la iniciativa Alerta Temprana para Todos, que proporcionará alertas tempranas a personas de todo el mundo para 2027. Más información.
Adoptado en respuesta a la pandemia de COVID-19, el programa EU4Health de la Comisión Europea pretende impulsar la preparación frente a pandemias y crear sistemas sanitarios más fuertes, resistentes y accesibles. Una parte fundamental del programa EU4Health incluye una histórica y ambiciosa alianza con la IFRC para prestar primeros auxilios psicológicos y servicios de salud mental a personas de toda Europa afectadas por el conflicto de Ucrania.
En el último año, la población boliviana ha tenido que hacer frente a inundaciones devastadoras, al año más caluroso y la mayor sequía de toda su historia. Más de dos millones de personas sufrieron los efectos de la falta de lluvia, mientras que las tormentas dejaron más de 50 muertes y 430 mil personas afectadas. Estos datos parecen confirmar lo que hace tiempo anunciaba la ciencia: Bolivia es el país más vulnerable a la crisis climática en América del Sur.Sequías prolongadasLa frecuencia e intensidad de los episodios de sequía es cada vez mayor tanto en el altiplano como en las llanuras del país. En 2023, llegó el período seco más prolongado de su historia, consecuencia de las altas temperaturas y la crisis climática, intensificada por el fenómeno de El Niño.En siete de los nueve departamentos de Bolivia (La Paz, Potosí, Cochabamba, Oruro, Chuquisaca, Tarija y Santa Cruz), cerca de dos millones de personas vieron como la falta de lluvia secaba sus campos, agotaba sus ahorros y lastimaba su salud física y mental.Los efectos fueron particularmente graves en las zonas rurales, donde los ingresos y los empleos dependen de la agricultura y la ganadería de camélidos, ovejas y vacas. Los reservorios de agua se secaron por completo, las cosechas de papa y otros alimentos básicos se perdieron; y las llamas y las alpacas empezaron a enfermar e incluso a morir de sed.“Cada vez que muere una llama, aparte de la pérdida emocional, estamos perdiendo como $100 USD, el equivalente a lo que necesitamos para vivir un mes en nuestro sector”, narra Evaristo Mamani Torrencio, vecino de Turco, en el departamento de Oruro.“Por familia más o menos perdemos entre 15-20 llamas. Es bastante dinero y eso es una pérdida no solamente para la comunidad, es una pérdida para el pueblo, porque de ahí viene el dinero para comprar nuestras cosas en Oruro. Si no hacemos ese movimiento económico y si no tenemos recursos, entonces simplemente no vamos a mover el mercado.”La escasez de agua puede provocar restricciones de uso, aumento en su precio y disminución en la calidad. Esto reduce la frecuencia de hidratación, debilita las medidas de higiene y aumenta la propagación de enfermedades estomacales e infecciosas.En casos como el de Evaristo y otras comunidades apoyadas por la Cruz Roja Boliviana, el largo tiempo que toma la recuperación tras la sequía, también puede llevar a las familias a tomar decisiones con efectos irreversibles sobre su vida, como vender su tierra, endeudarse o migrar.Inundaciones devastadorasMientras tanto, en otras partes de Bolivia, las repentinas inundaciones también están afectando gravemente al acceso de la población al suministro de agua potable. Elpasado 27 de febrero el nivel del río Acre en la ciudad de Cobija, frontera con Brasil, superó su máximo histórico y provocó la inundación de 16 sectores urbanos y 3 comunidades rurales. “Los deslizamientos asociados a las precipitaciones en el 90% del país, contrastan con una progresiva disminución anual de las lluvias registrada porServicio Nacional de Meteorología e Hidrologíaen los últimos años”, comenta Julian Pérez, Coordinador de Programas y Operaciones de la IFRC en los países andinos.“Algo que preocupa a la IFRC es que ambos eventos, sequías e inundaciones, tienen severosimpactos a largo plazo en la comunidad, afectando la producción de alimentos, la seguridad alimentaria y generando déficit hídrico y desnutrición”.Además de los daños en los campos e infraestructura, la población enfrenta ya casos de dermatitis, infecciones respiratorias y diarreas, mientras se prepara para evitar enfermedades transmitidas por mosquitos.“Sólo en el primer trimestre del 2024, Bolivia ha registrado un total de 11.000 casos de dengue”.Cruz Roja Boliviana en acciónEn ambos casos extremos, el acceso a agua potable y a servicios esenciales es vital para mantener la salud y evitar la propagación de enfermedades.Con apoyo de la Cruz Roja Boliviana y del Fondo de Emergencia para la Respuesta a Desastres (IFRC-DREF), 6.500 personas afectadas por las sequías e inundaciones podrán protegerse de enfermedades, hacer un uso seguro del aguay decidir cómo recuperarse,al recibir dinero en efectivo para atender sus necesidades más urgentes.“Bolivia necesita urgentemente implementar medidas de adaptación al cambio climático, como la reforestación y la construcción de infraestructuras adecuadas,así como mejorar el sistema de alerta temprana y apoyar los esfuerzos del Estado para fortalecer la gestión de desastres”, concluye Pérez.
Estas orientaciones están destinadas a las Sociedades Nacionales interesadas en presentar una solicitud de apoyo a la Alianza para la inversión en las Sociedades Nacionales (en adelante, “la Alianza”) para el fomento de su desarrollo a mediano y largo plazo.Las orientaciones se aplican al ciclo de financiación de 2024 y serán ampliadas conforme a las nuevas experiencias y enseñanzas que se adquieran.
"Me levanto temprano, a las siete de la mañana, para atender las necesidades de la familia, y luego me dirijo al mercado cercano, que está a un kilómetro de distancia. Busco algo para alimentar a mis hijas e hijos hambrientos".Así empieza un día típico para Youssef Khoder, voluntario de la Media Luna Roja Palestina del norte de Gaza. Youssef procede de una familia de personas voluntarias. Su madre es enfermera obstétrica y sus hermanos Mahmoud e Ibrahim también son enfermeros."Trabajamos en el punto médico de la MLRP en Jabalia desde su creación", cuenta. "Fuimos desplazados y tuvimos que trasladarnos a un centro de acogida, pero ahora la situación ha cambiado y hemos vuelto a nuestras casas".Después de comprar comida en el mercado, Youssef y su mujer encienden un fuego para preparar la comida de sus hijos pequeños. La hija mayor, Ayloul, tiene 6 años. Mohammed tiene 4 y Ghaith, 2. Después, Youssef se va a reunir con sus hermanos en el punto médico de Jabalia."Caminamos 2 kilómetros de ida y vuelta todos los días para llegar al punto médico donde somos voluntarios", dice. "Llevamos a cabo nuestro trabajo porque es nuestro deber humanitario, seguir sirviendo a nuestra gente en el norte de Gaza".Un punto vital para la salud comunitaria en medio del conflictoEl punto médico consiste en una gran tienda de campaña, en cuyo interior hay una docena de camillas o camas de hospital rodantes. El puesto médico de Jabalia, en el norte de la Franja de Gaza, ha permanecido operativo y ha prestado servicios médicos y sanitarios a miles de personas afectadas incluso cuando hospitales clave dejaron de funcionar; sigue prestando servicios a pesar de la escasez de medicamentos.Mientras sus hermanos atienden pacientes, Youssef toma fotos como parte de sus responsabilidades documentando el trabajo de sus colegas de la Media Luna Roja Palestina. Se trata de una función importante para documentar las necesidades humanitarias e informar al mundo de lo que hace la Media Luna Roja para tratar de satisfacerlas.Esto no es tan fácil como parece. Con los cortes de electricidad y la infraestructura de comunicaciones dañada, el simple acto de enviar las fotografías a la sede no es tan sencillo."Después de la oración de la tarde, camino un kilómetro hasta un lugar situado a gran altitud para poder captar señal y tener acceso a Internet. Paso media hora enviando archivos a la administración antes de volver al punto médico. Pasamos una hora con los colegas antes de regresar, y a veces nos detenemos en el mercado para comprar algo de comida para la tarde y para el día siguiente. Sin embargo, la comida escasea y los precios son muy altos".Durante el Ramadán, todo esto se hacía mientras ayunaban de sol a sol. Después del trabajo, volvían a casa antes de romper el ayuno (iftar). "Mi familia y yo nos sentamos juntos. Rompo el ayuno con ellos, rezo la oración del Magreb, tomo el té y vuelvo a pie al punto médico. Trabajo unas horas antes de volver tarde a casa.En cuanto a la escasez de alimentos, es como si lleváramos 6 meses ayunando, así que no es sólo durante el Ramadán.Seguimos trabajando con mayor determinación que antes, y rezamos para seguir pudiendo servir a la gente, y para que los días oscuros de Gaza pasen pronto."
"Nunca querrás convertirte en la última víctima del Zika, el síndrome de Guillain Barre, el dengue o el chikungunya, así que cúbrete, tómate un tiempo y haz algo de limpieza". Pegajoso, melódico y acompañado de los dulces sonidos de la percusión de acero, suena como el inicio de un calipso interesante, pero una conversación con el cantante revela que es mucho más que eso. Es un jingle, es una llamada de atención para el oyente, lo más importante es que es una lección a la que hay que prestar atención. Ajamu es un nombre de origen africano/nigeriano que significa "un hombre que lucha por lo que quiere", por lo que no debe sorprender que Edson Mitchell, mejor conocido como Ajamu, luchara por su vida. El nueve veces rey de Calypso de Granada fue una de las personas infectadas con el virus Zika que posteriormente desarrolló el síndrome de Guillain-Barre.Según la Clínica Mayo, el síndrome de Guillain-Barré es un trastorno poco frecuente en el que el sistema inmunológico del cuerpo ataca los nervios. La debilidad y el hormigueo en las extremidades suelen ser los primeros síntomas. Estas sensaciones pueden diseminarse rápidamente y, finalmente, paralizar todo el cuerpo".La Clínica Mayo afirma además que “la causa exacta del síndrome de Guillain-Barré es desconocida. Pero a menudo es precedido por una enfermedad infecciosa. No hay cura conocida. La mayoría de las personas se recuperan del síndrome de Guillain-Barré, aunque algunas pueden experimentar efectos persistentes, como debilidad, entumecimiento o fatiga".El 16 de agosto de 2017 es una fecha que Ajamu nunca olvidará, ya que fue cuando cayó enfermo, pero a decir verdad, se había sentido mal antes de eso. Diariamente sentía fuertes dolores de cabeza que iniciaron en marzo o abril, simplemente tomó medicamentos y pensó poco en ello. Programado para actuar en Toronto a mediados de agosto, reservó un vuelo a Canadá. El día del vuelo se despertó temprano, como la mayoría de los viajeros, pero no prestó atención a la sensación extraña en sus manos. Sin embargo, era una señal de lo que vendría, ya que se encontró en el aeropuerto con sus pantuflas, un error inusual que debería haber indicado que algo estaba mal, pero simplemente se echó a reír.Fue durante el vuelo cuando experimentó lo que describió como "el peor dolor de cabeza de mi vida" cuando tomó la decisión de ver a un médico. Para ese momento ya era demasiado tarde, cuando el avión aterrizó tuvo que ser hospitalizado ya que sus piernas ya no soportaban su cuerpo. Esta primera hospitalización fue seguida por dos períodos más cuando fue dado de alta a pesar de tener una presión arterial muy alta. Fue su esposa Lucy quien vino a Toronto y lo llevó de regreso a su hogar en Virginia, a pesar de que se consideraba riesgoso para él volar. Después de dos días y una cantidad de pruebas, Ajamu finalmente tuvo su diagnóstico. Fue el síndrome de Guillain-Barré. Esta era una enfermedad que nunca había escuchado, así que fue su hija, una enfermera, quien investigó un poco y lo educó.Casi dos años después, todavía se pone sentimental cuando habla de eso porque hubo una noche particularmente difícil en la que esencialmente se rindió. Él asegura que no estaría aquí hoy si no fuera por la gracia de Dios y el apoyo de su "bendición más grande", Lucy.Ajamu ha recuperado completamente su movilidad, sin embargo, está experimentando los efectos persistentes. Se fatiga fácilmente y su memoria y vista nunca regresaron realmente a sus estados anteriores. Él también nota que su sonrisa no es la misma. La buena noticia es que su mayor temor no llegó a suceder y puede utilizar plenamente sus manos, ya que todas sus habilidades de motricidad fina han regresado. De hecho, los miembros de su banda dicen que él es un mejor músico ahora que antes. Puede sonar extraño para algunos, pero para este ingeniero de sonido y músico autodidacta, la vida en una silla de ruedas hubiera sido preferible a la vida sin la capacidad de tocar música. Él dice: "No sé cómo sería mi vida si no pudiera volver a tocar música". A pesar de que ahora está de regreso con sus amados instrumentos, no está recuperado al 100% como esperaba. Las temperaturas frías lo afectan, por lo que debe tener esto en cuenta ahora al programar sus actuaciones.Acceder a una solicitud para cantar un jingle para la Cruz Roja de Granada para ayudar en la lucha contra el mosquito Aedes Egypti no fue difícil para él, ya que hacer música es lo que hace. El hecho de que lo llevara un paso más allá y grabara un video para crear conciencia, (su sugerencia) sobre el cambio de comportamiento necesario es algo sorprendente. “Mi mayor amor es para Dios y la humanidad. Dios es la humanidad", es el razonamiento que él ofrece. Si uno mirara a la humanidad a través de la lente de la Cruz Roja, su motivación se alinea perfectamente con el primer principio fundamental. Que no deseara su experiencia ni a su peor enemigo y que haría cualquier cosa para evitar que le sucediera a otra persona, refleja el deseo de prevenir y aliviar el sufrimiento humano y proteger la vida y la salud.La perspectiva de Ajamu sobre su experiencia es una que le recuerda un dicho de su abuela que dice: "es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad". En lugar de lamentarse por las cartas que le tocaron, elige difundir un mensaje. Él cree que es su responsabilidad educar a las personas, que este es su propósito, la razón por la que todavía está aquí. La Agencia de Salud Pública del Caribe (CARPHA) predice que el Caribe verá un retorno del dengue, que también se propaga por el mosquito Aedes Egypti, en un futuro cercano y Erin Law, Asesar Global de Zika, explica que de estas enfermedades, el Zika, el dengue y chikungunya, "son cíclicas, y que se espera que haya un nuevo brote", por lo tanto debemos estar preparados. Ajamu espera que si la gente puede aprender algo de su experiencia sea no dar nada por sentado, porque la vida es muy frágil. Alentó a los granadinos y personas del Caribe a minimizar las oportunidades para que el mosquito se reproduzca a pesar de que "los mosquitos y los humanos tienen que coexistir", dice con una sonrisa.Mira el video aquí.