Primera parte de una serie de reportajes con motivo del Día Mundial del Agua: Viernes 22 de marzo.
Por Shriluna Shrestha y Rachel Punitha
Para Muna, voluntaria de la Cruz Roja Nepalesa, los senderos empinados y sinuosos de las zonas rurales de Nepal se han convertido en una especie de viaje habitual. Camina hasta zonas remotas para educar a las comunidades, en particular a mujeres y niñez, sobre prácticas de higiene y saneamiento que pueden mantenerles a salvo de enfermedades transmisibles.
"Aunque tardo entre cuatro y cinco horas en llegar a la escuela, en lo alto de la colina, no me preocupa", dice. "Todo mi cansancio se desvanece cuando por fin me encuentro con las niñas y los niños y con la comunidad".
Las sesiones de salud e higiene de Muna para escolares, adolescentes y grupos de madres se centran en el lavado de manos, la higiene personal y menstrual, y el saneamiento comunitario.
Amplía su impacto formando a voluntarias sanitarias de la comunidad, nombradas por el gobierno, que luego desempeñan un papel crucial impartiendo sesiones de salud e higiene en sus propias comunidades.
Foto: Merit Maharjan/IFRC
Una de esas voluntarias de salud comunitaria es Indira.
"En la sesión, educamos a las madres en prácticas de salud e higiene y hablamos a fondo de sus problemas de salud", dice Indira. "Sienten curiosidad y practican lo que han aprendido".
"La formación me ayudó a mejorar mis habilidades y aprendí a impartir la sesión a grupos diversos", añade.
En las primeras fases del proyecto, Muna y el equipo de la Cruz Roja Nepalesa se enfrentaron a importantes retos. Costó mucho trabajo convencer a la población local de que modificara sus prácticas de higiene y saneamiento.
Pero el equipo de la Cruz Roja se esforzó continuamente por generar confianza. Reclutaron a las autoridades locales, formaron comités comunitarios y organizaron actividades para involucrar a la gente y obtener su opinión.
Foto: Merit Maharjan/IFRC
Sus esfuerzos han dado resultados positivos. Las comunidades, antes reacias, se han convertido ahora en entusiastas partidarias.
"Disfruto participando en las sesiones comunitarias y sanitarias organizadas en el marco de esta iniciativa", afirma Nirmaya, una de las participantes. "Estas reuniones reúnen a las mujeres y ofrecen una plataforma para compartir experiencias y aprender mutuamente".
"Para nosotras, estas sesiones son como un respiro de las responsabilidades domésticas. Nos permiten entablar debates profundos sobre diversos temas de salud e higiene."
"Un simple cambio en los hábitos de salud puede conducir a una vida sana. Ese es mi mayor aprendizaje de las sesiones".
Foto: Merit Maharjan/IFRC
Una casa, un grifo
Mientras Muna y su equipo se centran en la higiene y los cambios de comportamiento, el equipo de agua, saneamiento e higiene (WASH) de la Cruz Roja Nepalesa se encarga de otro componente vital del programa: garantizar el acceso al agua potable a todos los hogares del distrito.
En línea con la campaña gubernamental "Ek dhara, ek ghar" -que se traduce como "una casa, un grifo"-, la Cruz Roja Nepalesa, la IFRC, la Cruz Roja Británica, la Cruz Roja Finlandesa y la Cruz Roja de Hong Kong desempeñan un papel de apoyo a la iniciativa.
En pocas palabras, así es como funciona. La Cruz Roja Nepalesa trabaja con las autoridades locales y la comunidad mediante un enfoque de cofinanciación. La IFRC aporta el 60 por ciento de la inversión en materiales como tuberías, grifos y cemento, y ofrece asistencia técnica y formación para mejorar las competencias necesarias para completar el proyecto.
El 20% restante de la ayuda financiera procede de las autoridades locales, mientras que el 20% restante proviene de las comunidades a través de contribuciones de mano de obra y esfuerzos de mantenimiento.
Foto: Merit Maharjan/IFRC
En la actualidad, más de 250 hogares del distrito de Okhaldhunga disponen de grifos al aire libre, lo que evita que las mujeres y menores tengan que hacer largas caminatas para buscar agua.
Un impacto en crecimiento
Estos proyectos de agua, saneamiento e higiene en Nepal se han ejecutado en tres distritos -Okhaldhunga, Ramechhap y Sindhuli- del este del país. Estos son los resultados obtenidos hasta la fecha:
- Más de 9.000 personas de los distritos se benefician de sesiones de salud e higiene.
- Más de 700 hogares tienen ahora acceso a agua potable.
- Seis escuelas, dos puestos de salud y una oficina de la autoridad local tienen estaciones de agua en sus locales.
- 37 personas, entre ellas ocho mujeres, han recibido formación en fontanería y mantenimiento.
"El fácil acceso al agua ha mejorado nuestra vida cotidiana, ya que nos ahorra el tiempo que antes dedicábamos a buscar agua", dice Jeena, miembro de la comunidad que construyó uno de los grifos con el apoyo de la Cruz Roja Nepalesa. "Ahora, podemos utilizar eficientemente el agua para cultivar hortalizas en nuestro patio trasero y mantener un entorno más limpio y una mejor higiene".
Foto: Merit Maharjan/IFRC