Día Internacional de las Mujeres

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Mujeres liderando la respuesta a emergencias: un camino de formación y empoderamiento en la Cruz Roja.

Paula ingresó a la Cruz Roja Uruguaya en 2020, justo antes de la pandemia del COVID-19, en la dirección de comunicación. Fue un momento de ponerse "manos a la obra", en el que todo el personal tuvo que desempeñar diversas funciones para responder a acontecimientos que cambiaban rápidamente.Muy pronto, Paula empezó a colaborar estrechamente con el departamento de gestión de riesgos y desastres y a implicarse más en las operaciones sobre el terreno. En 2022, asumió la coordinación de gestión de riesgo y desastres y a los pocos meses de asumir el cargo, Uruguay sufrió una sequía intensa. Gracias al apoyo financiero de una asignación del Fondo de Emergencia para la Respuesta a Desastres de la IFRC (IFRC-DREF), la Cruz Roja Uruguaya se movilizó rápidamente.Era la primera vez que Paula dirigía un equipo en una emergencia, y la primera operación del IFRC-DREF a nivel global enfocada en evaluación. Esta experiencia reforzó la convicción de Paula sobre la importancia de contar con mujeres en funciones operativas de liderazgo."El que existan mujeres en las operaciones y mucho más en roles de liderazgo, transforma la forma en que se brinda asistencia humanitaria a mujeres y niñas en las comunidades afectadas por desastres y emergencias", menciona Paula.Desde su rol de coordinación, Paula tiene claro que cuando las mujeres lideran los procesos de participación comunitaria, es más probable que se escuchen y atiendan las necesidades de mujeres y niñas en condiciones vulnerables, incluyendo aspectos como la seguridad, la higiene menstrual o la atención diferenciada a mujeres embarazadas y en periodo de lactancia.Poco después de finalizar la operación, Paula trabajó como pasante en la oficina regional de la IFRC en Panamá, junto al equipo de gestión del IFRC-DREF, una experiencia que le permitió consolidar aún más su desarrollo dentro de la red de la IFRC.La pasantía formó parte de la Iniciativa Equidad y Liderazgo, implementada por la IFRC y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.El programa, lanzado en 2020, tiene un objetivo claro: aumentar el número de mujeres en puestos de liderazgo humanitario en el continente americano."La pasantía me ayudó muchísimo a ver desde el otro lado un montón de situaciones, conocer las áreas de trabajo, conocer cómo funcionan los mecanismos de la IFRC, conocer a los equipos y poder aportar conocimientos y experiencias desde la perspectiva de la Cruz Roja Uruguaya", comenta Paula.Como parte de esta alianza, la oficina de la IFRC en América promueve un programa para acoger como pasantes a miembros del personal y/o voluntariado de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja.Estas pasantías tienen dos propósitos: fortalecer las capacidades de la Cruz Roja en cada país y desarrollar las habilidades de liderazgo de las personas que forman parte del mecanismo global Surge.Este mecanismo de capacidad extendida es la vía que utiliza nuestra red humanitaria global para desplegar personal especializado de respuesta rápida, cuando es necesario extender la capacidad de respuesta ante un desastre de mediana o gran escala.Esto significa que personas como Paula pueden seguir desarrollándose y compartiendo sus conocimientos con otras personas. Además de crear capacidades técnicas, las pasantías también impulsan el empoderamiento y desarrollo profesional y personal que permite a quienes participan utilizar todos sus conocimientos y habilidades para aliviar el sufrimiento humano.Crecer para liderarGrettel Perez también formó parte del programa de pasantías. Grettel ingresó a la Cruz Roja Panameña como socorrista voluntaria hace casi 30 años, movida por el deseo de servir y salvar vidas, y hoy lidera uno de los cuerpos técnicos más importantes de la institución."El hecho de que yo ganara el puesto de la dirección nacional del cuerpo de socorristas, después de 53 años donde nunca hubo una mujer, marcó un hito muy grande dentro de la unidad y dentro de la institución", cuenta con orgullo.Además, Grettel es presidenta del comité local de chepo de la Cruz Roja Panameña, y punto focal de salud mental y apoyo psicosocial, pues además de ser cruzrojista, es psicóloga clínica de profesión.Grettel fue pasante en la unidad de gestión de desastres en agosto de 2023. Y según cuenta, la pasantía le permitió fortalecer su liderazgo personal y ampliar la perspectiva de todo lo que implica la gestión de emergencias.“En el desarrollo de acciones en terreno nuestra visión de las cosas que hay que hacer ha crecido, no es la misma que teníamos antes", reflexiona Grettel. "La pasantía nos ha abierto oportunidades y nos ha dado visión para trabajar más de cerca con las poblaciones en las comunidades”.La trayectoria de Grettel es un claro ejemplo de que cuando las mujeres lideran, aportan una mirada integral que incorpora los cuidados y toma en cuenta las necesidades específicas de cada persona."Dentro de mi equipo hay mujeres madres y a veces dicen que no pueden asistir a los cursos porque no tienen con quién dejar a sus hijas e hijos pequeños. Ante eso, creamos espacios aparte donde las infancias puedan pasar el día para que ellas no pierdan la oportunidad de capacitarse”, cuenta Grettel.“Todo el tiempo trato de incluir esos espacios seguros en las actividades que hacemos. Tenemos competencias, sólo necesitamos generar condiciones para poder ejercerlas”.Este enfoque no solo permite la participación de más mujeres en las formaciones, sino que rompe con estigmas sobre los roles de género y demuestra que ser madre no es incompatible con liderar respuestas humanitarias.Una red que sostiene y multiplicaDetrás de cada lideresa, hay una red de apoyo que se ha ido tejiendo con los años. Como dice Paula:"Nosotras hablamos mucho de la red de mujeres que se genera en torno a emergencias, programas y operaciones. Entre todas nos vamos conectando, y al final las amigas de tus amigas terminan siendo tus amigas."Esta red no solo brinda acompañamiento emocional, sino que también es una fuente de conocimientos y apoyo profesional. Como Paula menciona, a veces basta con una llamada o un mensaje para resolver una duda o recibir un consejo.Para todas las mujeres que sueñan con liderar, el mensaje de estas admirables lideresas es claro y contundente:"Tenemos que animarnos, tirarnos al charquito", dice Paula entre risas. "Si te lo proponés, si lo querés hacer, hacelo, porque vas a tener toda una red de mujeres que también te van a estar apoyando y que van a ser hinchas de vos"."Lo primero ante todo es creer en una misma. Cuando una cree en sí, fortalece quién es y, por ende, puede conquistar el mundo” concluye Grettel. “A veces el camino es cansado, pero la satisfacción de lograr nuestras metas no tiene precio. Al final, lo que vivimos y pasamos en el camino se vuelve pequeño frente a lo que alcanzamos"Lea más historias del Día Internacional de las Mujeres:Cómo invertir en el liderazgo humanitario de las mujeres ha dado resultados en las AméricasMejores amigas para siempre: Dos mujeres, amigas desde la infancia, dedican su vida a ayudar a otras personasDía Internacional de las Mujeres: "Al principio tenía miedo, pero he aprendido que con determinación todo es posible".El camino de Patricia desde la exclusión hasta "un profundo sentimiento de pertenencia".

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Día Internacional de las Mujeres: En la región del extremo norte de Camerún, los clubes de madres ofrecen un modelo para construir un futuro más sano y próspero.

En una región donde enfermedades como el cólera y la malaria siguen siendo un riesgo importante para la vida, los clubes de madres proporcionan a las comunidades información esencial sobre salud e higiene, al mismo tiempo que están atentas a los signos de posibles problemas de salud o brotes epidémicos."En el pasado, muchas mujeres no comprendían la importancia de la vacunación, la higiene menstrual o las consultas prenatales", afirma Tchinabi Thérèse, presidenta del club de madres de Kodek y madre de seis hijos."Hoy, gracias a la formación impartida por la Cruz Roja, sabemos cómo explicar estos temas a nuestra comunidad y convencerla de que adopte buenas prácticas".El trabajo de los clubes de madres va más allá de las cuestiones de salud. Colaboran con los padres locales, por ejemplo, para que las niñas puedan permanecer en la escuela y apoyan una amplia gama de proyectos generadores de ingresos que proporcionan a las mujeres fuentes confiables de ingresos.Los proyectos incluyen una granja comunitaria que cultiva mijo y caupí, un proyecto en el que los miembros producen aceites artesanales (sésamo, balanites, moringa), una granja que cría ovejas y muchas otras iniciativas.Las actividades cuentan con el apoyo de la llamada Alianza Programática, una colaboración plurianual entre la IFRC, las Sociedades Nacionales miembros y la Unión Europea para ayudar a las comunidades de todo el mundo a estar mejor preparadas para los desastres y las emergencias sanitarias.Impulsar comunidades seguras y sanasEn el extremo norte de Camerún, los resultados son tangibles: las autoridades locales de salud informan que ahora más mujeres visitan regularmente su centro de salud local, los partos en hospitales han aumentado y las prácticas de higiene adecuadas se están generalizando."Esta iniciativa ha ayudado mucho en la zona de salud de Kodek", explica Manasse Kouchakbe, comadrona y responsable interina del centro de salud de Kodek. "Los clubes de madres han sido muy útiles para sensibilizar a los hogares y también nos ayudan a identificar enfermedades con potencial epidémico en las comunidades"."Por ejemplo, el paludismo: gracias a la sensibilización, las personas voluntarias han logrado que los miembros de la comunidad utilicen más los mosquiteros tratados con insecticida. Ahora, el número de casos de paludismo ha descendido significativamente".En situaciones de emergencias de salud, los clubes de madres también se movilizan."Cuando un niño fue mordido por un perro, alertamos inmediatamente a la Cruz Roja y aconsejamos a la madre sobre las medidas necesarias», cuenta Aïssatou Dahirou, presidenta del club de madres de Dougoï. «Gracias a esta rápida intervención, el niño recibió atención médica a tiempo".Con el apoyo de la Cruz Roja, estas mujeres no son simples receptoras de ayuda humanitaria, sino que se han convertido en defensoras de la salud pública dentro de sus propias comunidades.Promover la equidad, la educación y la autonomíaMás allá de su papel a la hora de abordar cuestiones de salud e higiene, los clubes de madres también están ayudando a empoderar a las mujeres -especialmente a las jóvenes y a las niñas- para que tengan más control sobre su futuro y su bienestar.Uno de los mayores retos, por ejemplo, es la práctica continuada del matrimonio infantil, en el que las niñas se casan antes de terminar la escuela. Para ayudar a cambiar estas prácticas, la Cruz Roja y los clubes de madres colaboran activamente para cambiar las actitudes de la comunidad y convencer a las familias de que permitan a las niñas terminar su educación. "En el pasado, las niñas se casaban a los 12 o 13 años", explica Aïssatou Dahirou, presidenta del club de madres de Dougoï. "Hoy, gracias a los esfuerzos de sensibilización, cada vez más familias permiten a sus hijas continuar su educación".Con el apoyo de la Cruz Roja, los clubes de madres organizan sesiones de sensibilización en escuelas y barrios para animar a los padres a mantener a sus hijas en la escuela. Su mensaje: una niña con estudios puede ayudar a toda su familia a salir de la pobreza.Soureya, una de esas madres, cambió de opinión tras visitar el club de madres de Kodek."Tuve que dejar la escuela en mi primer año de primaria", dice. "Hoy quiero que mis hijas lleguen más lejos que yo. Gracias a la Cruz Roja, he comprendido la importancia de la educación, y hago todo lo que puedo para que mis hijas sigan yendo a la escuela".Apoyo al empoderamiento económico de las mujeresLa Cruz Roja de Camerún y los clubes de madres también apoyan el empoderamiento económico de las mujeres a través de un programa de apoyo a las actividades generadoras de ingresos (AGI), que permite a los clubes de madres desarrollar iniciativas económicas locales.En Kodek, las mujeres cultivan en una granja comunitaria mijo y caupís, lo que les garantiza una fuente estable de ingresos.En Dougoï, han establecido una producción de aceites artesanales (sésamo, balanites, moringa).También han puesto en marcha un proyecto de cría de ovejas, posible gracias a una financiación de 600.000 FCFA proporcionada por la Cruz Roja."Empezamos con cinco ovejas, y hoy hemos conseguido ampliar nuestro rebaño. Después de la fiesta del Sacrificio, venderemos nuestros animales y generaremos beneficios", explica Aïssatou Dahirou.Sin embargo, siguen existiendo dificultades, la alimentación de los animales es costosa y las mujeres aún carecen de equipos suficientes para reforzar sus actividades. A pesar de estos obstáculos, siguen decididas a ampliar sus AGIs y garantizar su autonomía financiera.Con el apoyo de la Cruz Roja, no sólo se están volviendo económicamente independientes, sino que también están reforzando su papel en la toma de decisiones dentro de sus hogares y comunidades.

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Día Internacional de las Mujeres: El camino de Patricia desde la exclusión hasta "un profundo sentimiento de pertenencia".

Nacida en una zona rural agrícola del sur de Zambia, Patricia Choongo Moolo tenía sólo tres años cuando un día se despertó con fiebre muy alta. Tampoco podía caminar ni hablar.Su madre la llevó a la clínica más cercana, a cinco kilómetros de distancia, donde le diagnosticaron polio. Desde entonces, perdió el uso de las dos piernas.Como consecuencia, Patricia ha tenido que afrontar y superar muchos retos importantes: discriminación, dificultades económicas, acceso limitado a la educación y la exclusión social causada por un estigma social profundamente arraigado.Las amistades y la familia de sus padres, por ejemplo, les desanimaron para que no enviaran a Patricia a la escuela, diciendo que nunca podría ser buena en nada. Afortunadamente, los padres de Patricia se negaron a seguir este consejo. Defendieron a su hija y se aseguraron de que terminara sus estudios.Ahora, muchos años después, Patricia, de 49 años, es una mujer muy respetada en su comunidad, conocida como una valiente defensora de la autonomía de las mujeres.De hecho, se ha convertido en una voz destacada en su comunidad y desempeña un papel activo e importante a la hora de reforzar la preparación y la resiliencia de su comunidad ante los desastres naturales y las emergencias sanitarias.Su viaje desde la exclusión social al corazón de la vida comunitaria, dice, recibió un impulso significativo en los últimos años gracias a un proyecto que garantiza que las personas en situaciones vulnerables -incluidas las personas con discapacidad- tengan voz y un papel en la preparación ante las crisis."Debido a mi discapacidad y a mi baja autoestima, antes no podía participar en las reuniones de la comunidad", dice, “pero con la introducción de este proyecto experimenté un profundo sentimiento de pertenencia y empoderamiento”.El proyecto al que se refiere forma parte de una colaboración mundial más amplia (conocida como Alianza Programática) entre la IFRC, muchas de sus Sociedades Nacionales miembros y la Unión Europea.Según Patricia, la iniciativa le ha permitido participar activamente en los esfuerzos de desarrollo local y contribuir significativamente a las decisiones que se toman en su comunidad. Por ejemplo, es la representante de las personas con discapacidad en el comité local de gestión de desastres.En ese papel, participa en sesiones de formación sobre gestión de desastres y en actividades de sensibilización de la comunidad. Durante la campaña Acabemos ya con el cólera, fue puerta por puerta con información sobre higiene y prevención, y recorre regularmente los barrios para informar sobre los sistemas de alerta temprana y la reducción del riesgo de inundaciones."Una discapacidad no significa una in-capacidad"Al mismo tiempo, Patricia también trabaja para mantenerse a sí misma y a su familia. Trabaja en el campo recogiendo y vendiendo productos en las carreteras locales. También vende piedras para proyectos de construcción que ella misma rompe a mano.Para hacer su trabajo diario, Patricia tiene dos sillas de ruedas, una normal y otra triciclo que puede ir por terrenos abruptos. Esta última la utiliza para trabajar sobre el terreno. En su día a día, Patricia se relaciona a menudo con muchas personas, algunas de ellas con alguna discapacidad, y anima diciendo que «una discapacidad no significa una in-capacidad»."Mi discapacidad me permite llegar a mucha gente, y especialmente a las personas con discapacidad", dice. "Se animan al verme y se dan cuenta de que con determinación todo se puede conseguir".Sobre el proyecto Alianza: Más allá de la participaciónLa Alianza en Zambia incluye a la Unión Europea, la Cruz Roja de Zambia, la IFRC y la Cruz Roja Holandesa. Gran parte de su trabajo se realiza a través de los comités satélites de gestión de desastres, que funcionan como parte de la unidad de gestión y mitigación de desastres de Zambia.Un elemento clave de la iniciativa es la participación de la población local en cada etapa de la planificación y ejecución de las medidas de preparación ante los desastres y reducción de riesgos. Así se garantiza que las medidas adoptadas respondan a las necesidades específicas de la comunidad.También garantiza la conexión de la comunidad con el gobierno nacional. Entre los miembros del comité hay liderazgos comunitarios, antiguos representantes del gobierno, partes interesadas locales y personas de grupos en condiciones vulnerables. Se presta especial atención a las mujeres, la niñez y las personas con discapacidad.Pero el programa va un paso más allá. Los esfuerzos de inclusión implican acciones concretas para eliminar las barreras físicas, sociales y económicas que impiden la plena participación de las personas con discapacidad. Esto se hace mediante debates comunitarios, narración de cuentos, sensibilización e implicando a las personas con discapacidad en todos los aspectos del trabajo.Superar estigmas y dudasAl principio, Patricia se enfrentó a la resistencia de algunas personas de la comunidad que dudaban de su capacidad para asumir este papel. Pero Patricia perseveró. Al comprometerse con su comunidad, pudo hacer frente con éxito a ideas erróneas y estigmas.Pero abordar estas cuestiones no es un reto fácil. En muchas partes de Zambia, las mujeres y las niñas -especialmente las que viven con alguna discapacidad- se enfrentan a graves problemas. Entre ellos están el mayor riesgo de violencia de género, la exclusión económica y la falta de acceso a servicios esenciales como la atención de la salud, la educación y las oportunidades de empleo.Muchas mujeres con discapacidad siguen luchando contra normas de género arraigadas que limitan su autonomía y su acceso a los recursos, mientras que la dependencia económica también obstaculiza la plena participación de muchas mujeres con discapacidad.Para muchas mujeres con discapacidad, esta exclusión es aún más pronunciada, ya que a menudo se les niegan perspectivas de matrimonio, derechos de herencia y la capacidad de participar plenamente en la vida económica. Estas prácticas nocivas tienen efectos duraderos, dejando a muchas mujeres con discapacidad en condiciones económicas vulnerables y socialmente aisladas.Además, existen muchas barreras estructurales, como la limitada accesibilidad física en los espacios públicos o la falta de dispositivos de asistencia.A pesar de las muchas barreras estructurales, Patricia dice que mientras tenga su triciclo y determinación, y la confianza que la comunidad tiene en ella, puede cumplir cualquier tarea que se le encomiende."Me he convertido en un modelo para muchas mujeres que dudan en participar activamente en las reuniones y actividades de la comunidad", afirma. "Al tomar yo misma la iniciativa, pretendo demostrar que si yo puedo hacerlo, ellas también pueden, independientemente de sus circunstancias".Lea nuestras otras historias del Día Internacional de las Mujeres:Cómo invertir en el liderazgo humanitario de las mujeres ha dado resultados en las AméricasMejores amigas para siempre: Dos mujeres, amigas desde la infancia, dedican su vida a ayudar a otras personasDía Internacional de las Mujeres: "Al principio tenía miedo, pero he aprendido que con determinación todo es posible".

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Mejores amigas para siempre: Dos mujeres, amigas desde la infancia, dedican su vida a ayudar a otras personas

Cho Cho Aye y Phu Ngon Wai son amigas desde la infancia.Ahora, ambos tienen 26 años y comparten algo más que recuerdos de la infancia: comparten un profundo compromiso con el servicio humanitario como voluntarias en la filial de la Cruz Roja del municipio de Kyite Ma Yaw, en el estado de Mon.Su trayectoria en la Cruz Roja comenzó en 2014, justo después de terminar la escuela secundaria y asistir a una sesión de formación básica de la Cruz Roja en su comunidad. Además de su labor humanitaria, Cho es costurera y diseña y confecciona ropa, mientras que Phu dirige un negocio en línea de venta de ropa de mujer.Un compromiso compartidoTambién comparten un profundo compromiso de apoyo a su comunidad a través de su labor de voluntariado humanitario. Y conocen de primera mano las graves consecuencias que las crisis relacionadas con el clima, como las tormentas y las inundaciones, pueden tener en las personas y las comunidades.Cho recuerda vívidamente una experiencia desgarradora durante las inundaciones de junio de 2024."La planta baja de mi casa se inundó y mi familia quedó atrapada dentro", recuerda. "No podía salir, pero estaba segura de que mis amigos estaban fuera rescatando gente. En comparación con otras casas, la mía aún estaba en buenas condiciones. En cuanto me puse en contacto con ellos, me uní a las tareas de rescate, evacuando a las personas inundadas y distribuyendo comida y agua".“Se trata de reconocer los esfuerzos que no se ven... Siempre intento ser quien pueda dar apoyo para que puedan vivir sin depender de nadie”.Phu Ngon Wai, voluntaria de la Cruz Roja de MyanmarMyanmar es uno de los países más propensos a los desastres de Asia. Durante la estación de los monzones, de mayo a octubre, el país es especialmente vulnerable a inundaciones y deslizamientos de tierra generalizados, que afectan a miles de personas. De hecho, casi el 95% del total de las precipitaciones anuales del país se producen durante la estación monzónica, a menudo acompañadas de tormentas tropicales.En julio de 2024, las fuertes lluvias monzónicas provocaron el desbordamiento de múltiples ríos y cursos de agua, lo que causó graves inundaciones en todo el país. Estas inundaciones sin precedentes se cobraron vidas y afectaron a más de 100.000 personas en zonas rurales y urbanas de todo el país.La Cruz Roja de Myanmar y la IFRC respondieron rápidamente. Con el apoyo de una asignación de 825.000 francos suizos del Fondo de Emergencia para la Respuesta a Desastres de la IFRC (IFRC-DREF), la Cruz Roja de Myanmar prestó socorro inmediato y asistencia para la recuperación temprana en las zonas más afectadas.“Ver sus sonrisas nos hace felices. Es esta mentalidad de la Cruz Roja la que nos hace seguir adelante: estar ahí para las personas que más nos necesitan”.Cho Cho Aye, voluntaria de la Cruz Roja de MyanmarEstos desastres suelen provocar desplazamientos masivos en pueblos y ciudades, especialmente en zonas bajas como el municipio de Kyite Ma Yaw, en el estado de Mon, al sureste de Myanmar, donde se encuentra el barrio de Cho y Phu, compuesto por 100 hogares. Como parte de un equipo de personas jóvenes voluntarias de la Cruz Roja, la mayor parte del trabajo de Cho y Phu consiste ahora en colaborar con las comunidades locales para prepararse antes de que se produzca el desastre.Ambas voluntarias han pasado gran parte de su vida adquiriendo habilidades para mantenerse a salvo, cambiar su comunidad y prosperar. A lo largo de su trayectoria en la Cruz Roja, por ejemplo, han recibido una amplia formación en primeros auxilios y técnicas de rescate acuático que son cruciales durante las intervenciones de emergencia.“Crecí nadando, así que no le tengo miedo al agua. Es mi punto fuerte. Creo que si los hombres pueden hacerlo, las mujeres también” afirmó Cho con confianza.Ambas comparten la firme creencia de que las mujeres desempeñan un papel clave como líderes en la capacitación de la comunidad. "Hay un dicho que dice: 'Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer", dice Phu. "Pero, ¿por qué detrás? Hay una brecha. Se trata de reconocer los esfuerzos que no se ven. No sólo para nuestra comunidad, sino para mis colegas y amigos, siempre intento ser quien pueda dar apoyo para que puedan vivir sin depender de nadie. El apoyo debe ir en ambos sentidos".Ya sea rescatando a personas durante las inundaciones o entregando provisiones esenciales, Cho y Phu nunca dudan en responder a la llamada de ayuda, ya sea de la filial de la Cruz Roja o de otros grupos benéficos. Su dedicación les ha hecho muy conocidas y respetadas en el municipio.“Cuando llevamos comida a sus casas, ya están esperando en la puerta”, dice Cho. “Ver sus sonrisas nos hace felices. Es esta mentalidad de la Cruz Roja la que nos hace seguir adelante: estar ahí para la gente que más nos necesita”.Aunque Cho sueña con convertirse en diseñadora de moda y Phu aspira a ampliar su negocio en línea, su compromiso con la labor humanitaria sigue siendo inquebrantable.“Estamos decididas a seguir colaborando como voluntarias con la Cruz Roja mientras vivamos”, afirma.Su dedicación ha fortalecido la filial de la Cruz Roja del municipio de Kyite Ma Yaw, inspirando a otras personas a unirse a ella. En la actualidad, su filial cuenta con 20 personas voluntarias, y muchas mujeres jóvenes han dado un paso al frente para convertirse en humanitarias.“Creo que juntas podemos construir un futuro más inclusivo y empoderado”, dijo Phu.¿Cómo involucrarse?Más información sobre el voluntariado en la red de la IFRCMás información sobre la preparación para desastres en la red de la IFRCMás información sobre el Día Internacional de la Mujer en la IFRCLea nuestras otras historias del Día Internacional de las Mujeres:Cómo invertir en el liderazgo humanitario de las mujeres ha dado resultados en las AméricasDía Internacional de las Mujeres: "Al principio tenía miedo, pero he aprendido que con determinación todo es posible".Día Internacional de las Mujeres: El camino de Patricia desde la exclusión hasta "un profundo sentimiento de pertenencia".

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Día Internacional de las Mujeres: "Al principio tenía miedo, pero he aprendido que con determinación todo es posible".

Rania siempre había soñado con tener una peluquería, un lugar lleno del aroma fresco de los productos para el cabello, el sonido de las tijeras al cortar y la satisfacción de ver a sus clientes marcharse con una sonrisa en la cara. Pero durante mucho tiempo ese sueño pareció inalcanzable.Empezando desde cero, Rania se enfrentó a obstáculos que hacían que el progreso pareciera imposible. Sin equipo, estabilidad financiera ni un lugar de trabajo adecuado, luchaba por seguir adelante. Aun así, se negaba a abandonar su pasión.Todo cambió cuando se enteró de la existencia de un programa de apoyo a pequeños emprendimientos a través de la Media Luna Roja Árabe Siria (SARC). Lo vio como una oportunidad única, lo solicitó con esperanza y, cuando se lo aprobaron, lo sintió como un antes y un después. Con la primera entrega de ayuda financiera, seleccionó cuidadosamente lo esencial -tijeras, maquinilla, tintes y productos de peluquería- y poco a poco fue haciendo realidad su sueño.La oportunidad llegó en un momento clave. Las personas desplazadas por 13 años de hostilidades quieren regresar. Las necesidades humanitarias ya eran considerables y siguen aumentando a medida que la gente regresa sólo para encontrar viviendas e infraestructuras gravemente dañadas o destruidas. Por esta razón, la IFRC lanzó un llamamiento de emergencia para apoyar los esfuerzos de la Media Luna Roja Árabe Siria para prestar asistencia vital a 5 millones de personas en toda Siria.Aún con la primera pequeña subvención de la Media Luna Roja, a Rania le quedaban muchos retos por delante. Justo cuando su negocio cobraba impulso, surgió un nuevo reto: los frecuentes cortes de electricidad."Yo era la única que no tenía generador", recuerda. "Cuando se iba la luz, tenía que dejar de trabajar. Los clientes se iban y yo no podía hacer nada".Decidida a no dejar que los contratiempos la definieran, Rania utilizó la segunda partida de ayuda de la Media Luna Roja Árabe Siria para invertir en una batería y un panel solar. Con la ayuda de su hermano, instaló una fuente de energía confiable, garantizando que su salón pudiera permanecer abierto incluso durante los largos apagones. Esa decisión lo cambió todo.Su negocio floreció, los clientes aumentaron y por fin ganó lo suficiente para alquilar su propio local. Más que un éxito económico, se ganó el reconocimiento y la confianza de su comunidad. Dejó de ser una simple peluquera para convertirse en una inspiración para otras personas."Al principio, tenía miedo", admitió Rania, “pero he aprendido que, con determinación, todo es posible”.El viaje de fuerza e independencia de HasnaNo muy lejos de Rania, otra mujer estaba construyendo algo propio. Al igual que Rania, Hasna conocía el peso de la lucha. Pero también sabía que rendirse no era una opción.Hasna siempre había creído en seguir adelante, por muy difícil que fuera la vida. "No hay lugar para la desesperación", decía. "Tenía que seguir adelante: trabajar, aprender, construir algo mejor".“Ya no dependo de nadie: me valgo por mí misma”.Hasna, empresaria, madre y proveedora del hogar.Antes gastaba el dinero sin pensar demasiado, sin pensar nunca en ahorrar o invertir. "No tenía un plan", admite. Eso cambió cuando asistió a un curso de gestión financiera organizado por la Media Luna Roja Árabe Siria que la introdujo en la elaboración de presupuestos, el cálculo de ganancias y hábitos financieros más inteligentes.Lo que empezó como pequeños pasos cuidadosos pronto se convirtió en un progreso real. Hasna puso en marcha un modesto negocio desde casa, comprando y revendiendo productos. Con el tiempo, al aplicar sus nuevos conocimientos financieros, su negocio creció. Pero más que una fuente de ingresos, le dio confianza, un propósito y una sensación de independencia."Ya no dependo de nadie, me valgo por mí misma", dice con orgullo. Hasta sus nietos la ayudaron. "Nada me hace más feliz que oírles llamarme 'Teta'".Más allá de la estabilidad financiera, Hasna también descubrió el poder del conocimiento y el apoyo. A través de la Media Luna Roja Árabe Siria, participó en sesiones de concienciación jurídica, programas de apoyo psicológico y grupos de empoderamiento de las mujeres."Estas sesiones cambiaron mi mentalidad", dice. "Aprendimos cosas que nos ayudaron, no sólo económicamente, sino también emocionalmente. Ojalá las hubiera encontrado antes".Para Hasna, los ánimos que recibió fueron tan importantes como la ayuda económica. Incluso en los días difíciles, asistir a esas sesiones le daba fuerzas."No importaba cómo me sintiera al entrar, siempre salía sintiéndome más fuerte", reflexionó. "Ese apoyo cambió mi vida".Ahora tiene un mensaje para otras mujeres que se enfrentan a dificultades:"Nunca dejes de seguir adelante", dice. "Tanto si estás divorciada, viuda o soltera, levántate sobre tus propios pies y sigue adelante. Las cosas mejoran con el tiempo y el esfuerzo. Yo empecé poco a poco, pero no voy a parar aquí. No se trata sólo de ganarse la vida, sino de construir algo duradero. Y créeme, cuanto más pones, más te devuelve la vida".Involúcrese:Apoye el llamamiento de emergencia de la IFRC para Siria, que respalda los esfuerzos de la Media Luna Roja Árabe Siria para prestar asistencia vital a 5 millones de personas en toda Siria.Obtenga más información sobre los programas de medios de subsistencia en toda la red de la IFRC.Lea nuestras otras historias del Día Internacional de las Mujeres:Cómo invertir en el liderazgo humanitario de las mujeres ha dado resultados en las AméricasMejores amigas para siempre: Dos mujeres, amigas desde la infancia, dedican su vida a ayudar a otras personasDía Internacional de las Mujeres: El camino de Patricia desde la exclusión hasta "un profundo sentimiento de pertenencia".

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Voluntarias recorren largas distancias para llevar agua y salud a comunidades remotas en las montañas nepalíes

Primera parte de una serie de reportajes con motivo del Día Mundial del Agua: Viernes 22 de marzo.Por Shriluna Shrestha y Rachel PunithaPara Muna, voluntaria de la Cruz Roja Nepalesa, los senderos empinados y sinuosos de las zonas rurales de Nepal se han convertido en una especie de viaje habitual. Camina hasta zonas remotas para educar a las comunidades, en particular a mujeres y niñez, sobre prácticas de higiene y saneamiento que pueden mantenerles a salvo de enfermedades transmisibles."Aunque tardo entre cuatro y cinco horas en llegar a la escuela, en lo alto de la colina, no me preocupa", dice. "Todo mi cansancio se desvanece cuando por fin me encuentro con las niñas y los niños y con la comunidad".Las sesiones de salud e higiene de Muna para escolares, adolescentes y grupos de madres se centran en el lavado de manos, la higiene personal y menstrual, y el saneamiento comunitario.Amplía su impacto formando a voluntarias sanitarias de la comunidad, nombradas por el gobierno, que luego desempeñan un papel crucial impartiendo sesiones de salud e higiene en sus propias comunidades.Una de esas voluntarias de salud comunitaria es Indira."En la sesión, educamos a las madres en prácticas de salud e higiene y hablamos a fondo de sus problemas de salud", dice Indira. "Sienten curiosidad y practican lo que han aprendido"."La formación me ayudó a mejorar mis habilidades y aprendí a impartir la sesión a grupos diversos", añade.En las primeras fases del proyecto, Muna y el equipo de la Cruz Roja Nepalesa se enfrentaron a importantes retos. Costó mucho trabajo convencer a la población local de que modificara sus prácticas de higiene y saneamiento.Pero el equipo de la Cruz Roja se esforzó continuamente por generar confianza. Reclutaron a las autoridades locales, formaron comités comunitarios y organizaron actividades para involucrar a la gente y obtener su opinión.Sus esfuerzos han dado resultados positivos. Las comunidades, antes reacias, se han convertido ahora en entusiastas partidarias."Disfruto participando en las sesiones comunitarias y sanitarias organizadas en el marco de esta iniciativa", afirma Nirmaya, una de las participantes. "Estas reuniones reúnen a las mujeres y ofrecen una plataforma para compartir experiencias y aprender mutuamente"."Para nosotras, estas sesiones son como un respiro de las responsabilidades domésticas. Nos permiten entablar debates profundos sobre diversos temas de salud e higiene.""Un simple cambio en los hábitos de salud puede conducir a una vida sana. Ese es mi mayor aprendizaje de las sesiones".Una casa, un grifoMientras Muna y su equipo se centran en la higiene y los cambios de comportamiento, el equipo de agua, saneamiento e higiene (WASH) de la Cruz Roja Nepalesa se encarga de otro componente vital del programa: garantizar el acceso al agua potable a todos los hogares del distrito.En línea con la campaña gubernamental "Ek dhara, ek ghar" -que se traduce como "una casa, un grifo"-, la Cruz Roja Nepalesa, la IFRC, la Cruz Roja Británica, la Cruz Roja Finlandesa y la Cruz Roja de Hong Kong desempeñan un papel de apoyo a la iniciativa.En pocas palabras, así es como funciona. La Cruz Roja Nepalesa trabaja con las autoridades locales y la comunidad mediante un enfoque de cofinanciación. La IFRC aporta el 60 por ciento de la inversión en materiales como tuberías, grifos y cemento, y ofrece asistencia técnica y formación para mejorar las competencias necesarias para completar el proyecto.El 20% restante de la ayuda financiera procede de las autoridades locales, mientras que el 20% restante proviene de las comunidades a través de contribuciones de mano de obra y esfuerzos de mantenimiento.En la actualidad, más de 250 hogares del distrito de Okhaldhunga disponen de grifos al aire libre, lo que evita que las mujeres y menores tengan que hacer largas caminatas para buscar agua.Un impacto en crecimientoEstos proyectos de agua, saneamiento e higiene en Nepal se han ejecutado en tres distritos -Okhaldhunga, Ramechhap y Sindhuli- del este del país. Estos son los resultados obtenidos hasta la fecha:- Más de 9.000 personas de los distritos se benefician de sesiones de salud e higiene.- Más de 700 hogares tienen ahora acceso a agua potable.- Seis escuelas, dos puestos de salud y una oficina de la autoridad local tienen estaciones de agua en sus locales.- 37 personas, entre ellas ocho mujeres, han recibido formación en fontanería y mantenimiento."El fácil acceso al agua ha mejorado nuestra vida cotidiana, ya que nos ahorra el tiempo que antes dedicábamos a buscar agua", dice Jeena, miembro de la comunidad que construyó uno de los grifos con el apoyo de la Cruz Roja Nepalesa. "Ahora, podemos utilizar eficientemente el agua para cultivar hortalizas en nuestro patio trasero y mantener un entorno más limpio y una mejor higiene".

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Para estas dos humanitarias de Madagascar, invertir en las mujeres significa romper las barreras y los estigmas de género.

A sus 23 años, Valisoa Liesse Razafisalama ya tiene un impacto significativo como estudiante de tercer año de comunicación en el Centro Nacional de Teleeducación de Madagascar y como voluntaria de la Cruz Roja Malgache.Gracias a su participación en el Equipo Nacional de Respuesta a Desastres, Valisoa ha adquirido una valiosa experiencia en sensibilización y formación tras las recientes tormentas tropicales.Sin embargo, ha sido su iniciativa de cuestionar las normas sociales en torno a la menstruación lo que realmente ha puesto de manifiesto su dedicación a derribar barreras."Como miembros del movimiento de la Cruz Roja, activas en el sector humanitario, abogamos por un mayor reconocimiento del papel de las mujeres", afirma Valisoa, que forma parte del aproximadamente 42% del personal del Equipo Nacional de Respuesta a Desastres de la Cruz Roja Malgache que son mujeres."Fomentamos la inclusión equitativa de las mujeres en la toma de decisiones de la comunidad, rompiendo con la tendencia a dar prioridad a los hombres. Persistimos en nuestros esfuerzos porque, como mujeres voluntarias, contribuimos significativamente al bienestar de las comunidades en las que operamos." No es un asunto solo de mujeresValisoa observó que los hombres de su comunidad mostraban desinterés por las discusiones sobre la menstruación y la consideraban un asunto exclusivamente de mujeres. Decidida a cambiar esta perspectiva, organizó sesiones de sensibilización para hombres y mujeres, haciendo énfasis en los aspectos naturales y normales de la menstruación.Al fomentar un entendimiento compartido dentro de la comunidad, Valisoa contribuyó a eliminar los estigmas asociados a la menstruación y a promover la igualdad de género. En muchas situaciones posteriores a desastres, el miedo a hablar de la menstruación o de otros problemas de salud, puede hacer que las mujeres simplemente no reciban toda la atención y los cuidados que necesitan para mantenerse sanas.Desafiar los estereotipos culturales Con formación en biodiversidad y medio ambiente y amplia experiencia en labores humanitarias, Lova Arsène Linà Ravelohasindrazana, de 33 años, es un ejemplo de resistencia y determinación a la hora de desafiar los estereotipos de género.Lova trabaja como gestora de proyectos para la Cruz Roja Malgache y supervisa las intervenciones en la región de Anosy, donde las barreras culturales suelen obstaculizar la participación de las mujeres en puestos de liderazgo.A pesar de la resistencia, Lova promueve activamente la capacitación de las mujeres, garantizando su participación en la toma de decisiones y en las iniciativas comunitarias. El 7% de las personas que toman decisiones en el equipo directivo de la Sociedad Nacional son mujeres, y Lova está entre ellas."Durante las intervenciones, ya sea en las comunidades o entre las personas a las que superviso, la cultura sigue dificultando que acepten a las mujeres que dirigen", afirma. "Como gestora de proyectos, hay momentos en los que lo noto más"."Pero también intento comprender cómo funcionan estas comunidades en las que trabajo. Cómo puedo hacer que sean más conscientes de lo que yo y otras personas podemos aportar, cómo enfocar mejor las cosas y cuáles son los planteamientos para no herir la sensibilidad de la gente en relación con su cultura". La dedicación de Lova a la defensa de los derechos de las mujeres va más allá de su vida profesional. También conversa con las mujeres sobre sus derechos y fomenta su participación activa en diversas iniciativas, contribuyendo así a una sociedad más equitativa.

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Día Internacional de las Mujeres

Para el Día Internacional de las Mujeres 2025, nos unimos en torno al lema "Para TODAS las mujeres y niñas: Derechos. Equidad. Empoderamiento". Ha llegado el momento de desbloquear la igualdad de derechos, poder y oportunidades para todas las personas, garantizando que nadie se quede atrás. Únete al llamado, comparte (#ParaTodasLasMujeresYNiñas) y lee las historias a continuación que presentan a mujeres inspiradoras y a sus alianzas con la Red de la IFRC en todo el mundo.

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Invertir en las mujeres significa "acceder a recursos para superar los retos"

Gloria Lombo sabe lo que se necesita para llegar al más alto nivel de liderazgo humanitario en su país, y comprende la importancia crítica de proteger a las mujeres durante las crisis.Como Secretaria General de la Cruz Roja de la República Democrática del Congo (RDC), se siente tan cómoda con un traje de negocios como con un casco, con una pala en la mano o repartiendo suministros de ayuda.Gracias a sus años como activista y voluntaria, también entiende el poder de la gente y tiene las habilidades y la experiencia necesarias para inspirar a otras personas humanitarias.¿Puede contarnos una historia personal o una situación en la que haya conseguido romper estereotipos "femeninos" o expectativas sociales?Claro que sí. En África, y en la República Democrática del Congo en particular, cualquier ascenso profesional de las mujeres se atribuye a lo que suele llamarse "el sofá de los ascensos", que significa salir con tu superior o tu jefe en lugar de la meritocracia.Es posible romper con este pensamiento, y mi caso lo ilustra, por lo que me siento cómoda compartiendo mi experiencia personal.Mi carrera profesional en la Cruz Roja de la RDC comenzó en 2014 como Jefa de la División de Género y Juventud, y luego de la División de Género y Diversidad, donde velé por la participación y la representación equilibrada de las mujeres, las personas jóvenes y las minorías en las actividades llevadas a cabo por la Cruz Roja de la RDC.Luego, a mediados de 2019, [ejercí] como directora encargada de Servicios Generales (Administración y Logística) y en 2020 como Directora de Programas y Alianza. Desde diciembre de 2022, desempeño el cargo de Secretaria General.Todo esto se consiguió porque la gente pudo seguir mi trayectoria de profesionalidad, experiencia adquirida y capacidades. La elección del personal para el cargo actual también está sujeta a pruebas y evaluaciones de determinados criterios objetivos por parte del Comité de Gestión de la Sociedad Nacional.¿Hay algo que haga en su vida diaria, ya sea en el trabajo o en su vida privada, para defender los derechos de las mujeres?Soy activista de derechos humanos, defensora de los derechos de las mujeres y las niñas, facilitadora y formadora multidisciplinaria en diferentes temas como la prevención de la explotación y el abuso sexual y la violencia sexual y de género.Ayudo a mujeres y niñas a descubrir su potencial y cómo desplegarlo para ser útiles en la comunidad. Animo a las candidatas a presentarse a cualquier convocatoria de contratación que se publique en nuestra institución, con el objetivo de que haya una distribución más o menos equitativa en los distintos puestos de mando y dirección de la institución que dirijo.¿Por qué cree que debemos invertir en las mujeres? ¿Y cómo deberíamos hacerlo?Las mujeres son seres humanos que deben prosperar del mismo modo que los hombres. Deben ser autónomas y resistentes. Invertir en las mujeres también significa darles acceso a los distintos recursos necesarios para ayudarlas a superar los diversos retos a los que se enfrentan. Así podrán construir un mundo en el que puedan hacer realidad sus derechos prosperando en todos los ámbitos (financiero, profesional, etc.).Para mí, invertir en las mujeres se resume en 3 ideas: acceso a los recursos, realización y prosperidad.¿Cómo invertir?Reforzando sus capacidades mediante formación, educación, etc. "Educar a una mujer es educar a toda una nación", como decimos en mi país, la República Democrática del Congo.Posicionar e incentivar a las mujeres en empleos y sectores bien remunerados.Y proporcionarles protección social dándoles un acceso mucho mayor a la información, a internet, a los derechos sobre las tierras agrícolas, etc.¿Cómo ayuda a la gente a entender los retos a los que se enfrentan las mujeres en situaciones de emergencia en la RDC y en otros lugares?La Cruz Roja de la RDC utiliza la herramienta de Estudio de Vulnerabilidades y Capacidades Mejoradas, que organiza, mediante principios de inclusión social, entrevistas comunitarias para debatir la cuestión de las mujeres en general y durante las emergencias. Estas discusiones se centran en temas como: la capacidad de las mujeres para hacer frente a las emergencias; la comprensión de la emergencia (naturaleza y consecuencias) para que puedan ser asistidas adecuadamente; la actitud a adoptar durante una emergencia y las acciones que los hombres pueden llevar a cabo para apoyar a las mujeres durante las emergencias.Todo pasa por este mecanismo, que es a la vez un ejercicio de evaluación y de sensibilización.

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"Incluso en los momentos más oscuros, las mujeres son fuertes y perseverantes".

Como responsable de medios de comunicación y portavoz de la Media Luna Roja Palestina, Nebal Farsakh ha sido la voz de la Media Luna Roja Palestina en uno de sus momentos más difíciles y oscuros.Para quienes ven televisión, seguidores de las redes sociales y personas oyentes de radio de todo el mundo, el rostro, los mensajes y la voz de Farsakh han resaltado con claridad los retos humanitarios cotidianos -y a menudo mortales- a los que se enfrentan la población de Gaza y sus colegas.Con motivo del Día Internacional de las Mujeres, hemos pedido a Nebal Farsakh que reflexione sobre el papel que están desempeñando las mujeres en la respuesta humanitaria, así como sobre su propio enfoque de la vida como mujer profesional durante un conflicto devastador."Creo que las mujeres son capaces de todo, y este es realmente mi enfoque de la vida.Estoy casada y tengo un hijo de diez años y una hija de cuatro. Como familia, no tenemos estereotipos sobre las mujeres; con mi marido compartimos las tareas domésticas y el cuidado familiar.Y, por supuesto, intento transmitir esto también a mi hijo e hija, es decir, enseño a mi hijo a comportarse con su hermana y a no pedirle que "le sirva". Soy partidaria de que haya igualdad entre ambos, y hago hincapié en que las mujeres deben defender todos sus derechos, ya sea el derecho a la educación, a la herencia u otros derechos.En lo profesional, rompo los estereotipos de género con mi trabajo como responsable de medios de comunicación y portavoz de la Media Luna Roja Palestina. Hay quien puede pensar que las mujeres no son lo suficientemente fuertes, o incapaces de trabajar muchas horas o de estar disponibles fuera del horario laboral, pero yo llevo trabajando sin descanso desde que empezó la guerra en Gaza hace cinco meses, apareciendo en los medios de comunicación, difundiendo noticias e intentando ser una fuente de apoyo y un oído atento para mis colegas de Gaza".Romper estereotipos"La guerra de Gaza me confirmó que las voluntarias y empleadas de la Media Luna Roja Palestina son un ejemplo perfecto de mujeres que rompen estereotipos. Tenemos mujeres paramédicas que están presentes sobre el terreno, prestando primeros auxilios y apoyo médico, a pesar de los peligros y las dificultades.Por ejemplo, una paramédica continuó con su labor de salvar vidas a pesar de que su marido estaba detenido, y a pesar de todos los demás retos, como proporcionar alimentos y agua potable a sus hijos. Se mostró fuerte y poderosa para llevar a cabo su misión humanitaria.Y nuestra colega Hidaya Hamad, que fue asesinada mientras se encontraba en su oficina de la sede de la Media Luna Roja Palestina. Huda, que era la directora de voluntariado, estuvo presente en el Hospital Amal hasta el último momento; fue una fuente de apoyo y fuerza para las personas voluntarias y sus colegas hasta su último aliento.Hidaya y las empleadas y voluntarias de la Media Luna Roja Palestina son el mejor ejemplo de que las mujeres son fuertes y capaces de romper los estereotipos de género. Incluso en los momentos más oscuros, las mujeres son fuertes y perseverantes, no sólo los hombres".

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Cómo invertir en el liderazgo humanitario de las mujeres ha dado resultados en las Américas

Hace sólo cinco años, el 99% de las operaciones de respuesta a desastres llevadas a cabo por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) en las Américas, fueron dirigidas por hombres. ¿Por qué tal disparidad? En gran parte, porque muchas de las mujeres que podrían participar en la formación y las operaciones necesarias para ocupar esos puestos tienen a su cargo niñas y niños, personas mayores o con discapacidad. Esto limita su disponibilidad para participar en la respuesta a emergencias.Por eso, en 2020, la IFRC y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) lanzaron la iniciativa Equidad y Liderazgo con un objetivo claro: aumentar el número de mujeres en puestos de gestión y liderazgo humanitario en las Américas.El proyecto comenzó como una oportunidad para crear una red entre iguales en la que las mujeres pudieran compartir y crecer juntas, tanto en puestos de liderazgo como a nivel local. A lo largo de los años, las mujeres que han participado en el programa han recorrido un camino de liderazgo -que incluyó formación en gestión y tutoría- a través del cual ampliaron sus competencias para dirigir operaciones en casos de desastre y emergencia."Quizás haya pocas mujeres liderando operaciones humanitarias por falta de oportunidades y motivación", dijo Karla Vogt, voluntaria de la Cruz Roja Boliviana que participó en la iniciativa. "Soy voluntaria de la Cruz Roja desde hace 11 años y siento que aún es necesario promover políticas internas de equidad de género".El programa, añadió, dio a las mujeres la oportunidad de "generar espacios para mostrar lo mejor que tenemos, ser ejemplo para otras mujeres y ejercer nuestras capacidades, muchas veces invisibilizadas por razones de género".La inversión da resultadosLos resultados han sido notables. Gracias a esta colaboración, el número de mujeres que dirigen operaciones humanitarias en América aumentó en 2020 al 48% y luego al 50% en 2021. Las respuestas de la IFRC a los huracanes Eta e Iota en 2020, la erupción del volcán La Soufrière en abril de 2021 y el terremoto de Haití en 2021 también fueron dirigidas por mujeres.La propia Vogt fue desplegada en 2021 como coordinadora sobre el terreno de la operación de respuesta a las inundaciones en Bocas del Toro (Panamá). Ese mismo año, la operación de respuesta a la crisis migratoria en Darién, Panamá, también fue dirigida por una mujer.Pero la cosa no acaba ahí. La dirección regional de la operación de respuesta al COVID-19, así como la respuesta a la pandemia en Perú, Argentina y Centroamérica estuvieron en manos de mujeres expertas en acción humanitaria, lo que supone una mejora sustancial respecto a las cifras de 2019."El corazón de la operación del volcán La Soufrière fueron y siguen siendo las mujeres que dieron y siguen dando su ser a la respuesta de emergencia", dijo Rhea Pierre, coordinadora de preparación para desastres y crisis climáticas de la IFRC en el Caribe de habla inglesa y holandesa. Pierre fue desplegada en 2021 como gestora de desastres como parte de la respuesta a la erupción del volcán La Soufrière en San Vicente y las Granadinas."Creo que programas como este han puesto de relieve el papel vital que desempeñamos en estos contextos de emergencia. En mi caso, me empujó a salir de mi zona de confort y me demostró que sí, que puedo lograrlo, que puedo ser un actor en este espacio y contribuir positivamente a mejorar la vida de la gente."En 2022, el 48% de las operaciones fueron dirigidas por mujeres, pero en 2023 esta cifra se redujo al 30%, lo que indica que la labor de equidad de género es algo que se gestiona continuamente, no se soluciona de una vez. Esta es una de las razones por las que la región de las Américas traza continuamente el progreso de la equidad de género en su respuesta a emergencias, a través de un sitio web que se actualiza periódicamente.Gracias al compromiso constante, en 2024 este número volvió a aumentar, con el 45% de las operaciones lideradas por mujeres.Aunque la iniciativa ha permitido aumentar el número de mujeres formadas, desplegadas y que ocupan puestos de liderazgo en las operaciones humanitarias de la región, sigue siendo necesario avanzar en el diseño, la aplicación y la normalización de medidas que atiendan las necesidades relacionadas con el balance entre el trabajo y la vida personal, y la distribución del trabajo doméstico.El trabajo continúaDecenas de mujeres de las Sociedades de la Cruz Roja en las Américas han participado en programas de formación y mentoría, y han contribuido a la cocreación de un programa de formación de competencias."A las mujeres que inician su carrera humanitaria les digo: te necesitamos",dice Diana Oviedo, Coordinadora de Operaciones de la IFRC en Centroamérica, designada como Coordinadora de la respuesta a la pandemia por COVID-19 en Centroamérica. ”Necesitamos tu voz, tu visión del mundo, tus aportes para reducir el sufrimiento de quienes más lo necesitan".“Sos suficiente, tu experiencia, formación y calidad humana son suficientes, no dudés de vos misma. No sintás miedo de dar tu opinión, tengás o no una posición de liderazgo. Estamos en este mundo humanitario porque nos une un sentimiento común de humanidad, confiá en tu equipo, escuchá las soluciones que otras personas te ofrecen, acercate a otras mujeres que te inspiren y aprendé de sus experiencias.”.