Hace sólo cinco años, el 99% de las operaciones de respuesta a desastres llevadas a cabo por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) en las Américas, fueron dirigidas por hombres.
¿Por qué tal disparidad? En gran parte, porque muchas de las mujeres que podrían participar en la formación y las operaciones necesarias para ocupar esos puestos tienen a su cargo niñas y niños, personas mayores o con discapacidad. Esto limita su disponibilidad para participar en la respuesta a emergencias.
Por eso, en 2020, la IFRC y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) lanzaron la iniciativa Equidad y Liderazgo con un objetivo claro: aumentar el número de mujeres en puestos de gestión y liderazgo humanitario en las Américas.
El proyecto comenzó como una oportunidad para crear una red entre iguales en la que las mujeres pudieran compartir y crecer juntas, tanto en puestos de liderazgo como a nivel local. A lo largo de los años, las mujeres que han participado en el programa han recorrido un camino de liderazgo -que incluyó formación en gestión y tutoría- a través del cual ampliaron sus competencias para dirigir operaciones en casos de desastre y emergencia.
"Quizás haya pocas mujeres liderando operaciones humanitarias por falta de oportunidades y motivación", dijo Karla Vogt, voluntaria de la Cruz Roja Boliviana que participó en la iniciativa. "Soy voluntaria de la Cruz Roja desde hace 11 años y siento que aún es necesario promover políticas internas de equidad de género".
El programa, añadió, dio a las mujeres la oportunidad de "generar espacios para mostrar lo mejor que tenemos, ser ejemplo para otras mujeres y ejercer nuestras capacidades, muchas veces invisibilizadas por razones de género".
Foto: IFRC
La inversión da resultados
Los resultados han sido notables. Gracias a esta colaboración, el número de mujeres que dirigen operaciones humanitarias en América aumentó en 2020 al 48% y luego al 50% en 2021. Las respuestas de la IFRC a los huracanes Eta e Iota en 2020, la erupción del volcán La Soufrière en abril de 2021 y el terremoto de Haití en 2021 también fueron dirigidas por mujeres.
La propia Vogt fue desplegada en 2021 como coordinadora sobre el terreno de la operación de respuesta a las inundaciones en Bocas del Toro (Panamá). Ese mismo año, la operación de respuesta a la crisis migratoria en Darién, Panamá, también fue dirigida por una mujer.
Pero la cosa no acaba ahí. La dirección regional de la operación de respuesta al COVID-19, así como la respuesta a la pandemia en Perú, Argentina y Centroamérica estuvieron en manos de mujeres expertas en acción humanitaria, lo que supone una mejora sustancial respecto a las cifras de 2019.
"El corazón de la operación del volcán La Soufrière fueron y siguen siendo las mujeres que dieron y siguen dando su ser a la respuesta de emergencia", dijo Rhea Pierre, coordinadora de preparación para desastres y crisis climáticas de la IFRC en el Caribe de habla inglesa y holandesa. Pierre fue desplegada en 2021 como gestora de desastres como parte de la respuesta a la erupción del volcán La Soufrière en San Vicente y las Granadinas.
"Creo que programas como este han puesto de relieve el papel vital que desempeñamos en estos contextos de emergencia. En mi caso, me empujó a salir de mi zona de confort y me demostró que sí, que puedo lograrlo, que puedo ser un actor en este espacio y contribuir positivamente a mejorar la vida de la gente."
En 2022, el 48% de las operaciones fueron dirigidas por mujeres, pero en 2023 esta cifra se redujo al 30%, lo que indica que la labor de equidad de género es algo que se gestiona continuamente, no se soluciona de una vez. Esta es una de las razones por las que la región de las Américas traza continuamente el progreso de la equidad de género en su respuesta a emergencias, a través de un sitio web que se actualiza periódicamente.
Aunque la iniciativa ha permitido aumentar el número de mujeres formadas, desplegadas y que ocupan puestos de liderazgo en las operaciones humanitarias de la región, sigue siendo necesario avanzar en el diseño, la aplicación y la normalización de medidas que atiendan las necesidades relacionadas con el balance entre el trabajo y la vida personal, y la distribución del trabajo doméstico.
Foto: IFRC
El trabajo continúa
Decenas de mujeres de las Sociedades de la Cruz Roja en las Américas han participado en programas de formación y mentoría, y han contribuido a la cocreación de un programa de formación de competencias.
"A las mujeres que inician su carrera humanitaria les digo: te necesitamos", dice Diana Oviedo, Coordinadora de Operaciones de la IFRC en Centroamérica, designada como Coordinadora de la respuesta a la pandemia por COVID-19 en Centroamérica. ”Necesitamos tu voz, tu visión del mundo, tus aportes para reducir el sufrimiento de quienes más lo necesitan".
“Sos suficiente, tu experiencia, formación y calidad humana son suficientes, no dudés de vos misma. No sintás miedo de dar tu opinión, tengás o no una posición de liderazgo. Estamos en este mundo humanitario porque nos une un sentimiento común de humanidad, confiá en tu equipo, escuchá las soluciones que otras personas te ofrecen, acercate a otras mujeres que te inspiren y aprendé de sus experiencias.”.