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Grandes Retos Globales en Desastres y Emergencias. Una charla con Loyce Pace, nueva directora regional de la IFRC para América

¿Cómo influirá la tecnología en nuestra forma de responder a las emergencias? ¿Qué es la "biología humana" y qué relación tiene con los derechos humanos? ¿Cuáles son los grandes retos de la salud mundial en estos tiempos de incertidumbre? Loyce Pace, nueva directora regional de la IFRC para América, está bien situada para explorar estas cuestiones. Con una larga experiencia en la promoción de la salud comunitaria y mundial, recientemente ocupó el cargo de subsecretaria de asuntos globales en el departamento de salud y servicios humanos de los Estados Unidos. Anteriormente desempeñó funciones clave en la coordinación de la respuesta mundial de Estados Unidos a las crisis sanitarias. Sintonice con nosotros para ver cómo ve los grandes retos a los que se enfrenta el continente americano, desde los desastres relacionados con el clima hasta la migración, los brotes epidémicos y mucho más.

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Mujeres liderando la respuesta a emergencias: un camino de formación y empoderamiento en la Cruz Roja.

Paula ingresó a la Cruz Roja Uruguaya en 2020, justo antes de la pandemia del COVID-19, en la dirección de comunicación. Fue un momento de ponerse "manos a la obra", en el que todo el personal tuvo que desempeñar diversas funciones para responder a acontecimientos que cambiaban rápidamente.Muy pronto, Paula empezó a colaborar estrechamente con el departamento de gestión de riesgos y desastres y a implicarse más en las operaciones sobre el terreno. En 2022, asumió la coordinación de gestión de riesgo y desastres y a los pocos meses de asumir el cargo, Uruguay sufrió una sequía intensa. Gracias al apoyo financiero de una asignación del Fondo de Emergencia para la Respuesta a Desastres de la IFRC (IFRC-DREF), la Cruz Roja Uruguaya se movilizó rápidamente.Era la primera vez que Paula dirigía un equipo en una emergencia, y la primera operación del IFRC-DREF a nivel global enfocada en evaluación. Esta experiencia reforzó la convicción de Paula sobre la importancia de contar con mujeres en funciones operativas de liderazgo."El que existan mujeres en las operaciones y mucho más en roles de liderazgo, transforma la forma en que se brinda asistencia humanitaria a mujeres y niñas en las comunidades afectadas por desastres y emergencias", menciona Paula.Desde su rol de coordinación, Paula tiene claro que cuando las mujeres lideran los procesos de participación comunitaria, es más probable que se escuchen y atiendan las necesidades de mujeres y niñas en condiciones vulnerables, incluyendo aspectos como la seguridad, la higiene menstrual o la atención diferenciada a mujeres embarazadas y en periodo de lactancia.Poco después de finalizar la operación, Paula trabajó como pasante en la oficina regional de la IFRC en Panamá, junto al equipo de gestión del IFRC-DREF, una experiencia que le permitió consolidar aún más su desarrollo dentro de la red de la IFRC.La pasantía formó parte de la Iniciativa Equidad y Liderazgo, implementada por la IFRC y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.El programa, lanzado en 2020, tiene un objetivo claro: aumentar el número de mujeres en puestos de liderazgo humanitario en el continente americano."La pasantía me ayudó muchísimo a ver desde el otro lado un montón de situaciones, conocer las áreas de trabajo, conocer cómo funcionan los mecanismos de la IFRC, conocer a los equipos y poder aportar conocimientos y experiencias desde la perspectiva de la Cruz Roja Uruguaya", comenta Paula.Como parte de esta alianza, la oficina de la IFRC en América promueve un programa para acoger como pasantes a miembros del personal y/o voluntariado de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja.Estas pasantías tienen dos propósitos: fortalecer las capacidades de la Cruz Roja en cada país y desarrollar las habilidades de liderazgo de las personas que forman parte del mecanismo global Surge.Este mecanismo de capacidad extendida es la vía que utiliza nuestra red humanitaria global para desplegar personal especializado de respuesta rápida, cuando es necesario extender la capacidad de respuesta ante un desastre de mediana o gran escala.Esto significa que personas como Paula pueden seguir desarrollándose y compartiendo sus conocimientos con otras personas. Además de crear capacidades técnicas, las pasantías también impulsan el empoderamiento y desarrollo profesional y personal que permite a quienes participan utilizar todos sus conocimientos y habilidades para aliviar el sufrimiento humano.Crecer para liderarGrettel Perez también formó parte del programa de pasantías. Grettel ingresó a la Cruz Roja Panameña como socorrista voluntaria hace casi 30 años, movida por el deseo de servir y salvar vidas, y hoy lidera uno de los cuerpos técnicos más importantes de la institución."El hecho de que yo ganara el puesto de la dirección nacional del cuerpo de socorristas, después de 53 años donde nunca hubo una mujer, marcó un hito muy grande dentro de la unidad y dentro de la institución", cuenta con orgullo.Además, Grettel es presidenta del comité local de chepo de la Cruz Roja Panameña, y punto focal de salud mental y apoyo psicosocial, pues además de ser cruzrojista, es psicóloga clínica de profesión.Grettel fue pasante en la unidad de gestión de desastres en agosto de 2023. Y según cuenta, la pasantía le permitió fortalecer su liderazgo personal y ampliar la perspectiva de todo lo que implica la gestión de emergencias.“En el desarrollo de acciones en terreno nuestra visión de las cosas que hay que hacer ha crecido, no es la misma que teníamos antes", reflexiona Grettel. "La pasantía nos ha abierto oportunidades y nos ha dado visión para trabajar más de cerca con las poblaciones en las comunidades”.La trayectoria de Grettel es un claro ejemplo de que cuando las mujeres lideran, aportan una mirada integral que incorpora los cuidados y toma en cuenta las necesidades específicas de cada persona."Dentro de mi equipo hay mujeres madres y a veces dicen que no pueden asistir a los cursos porque no tienen con quién dejar a sus hijas e hijos pequeños. Ante eso, creamos espacios aparte donde las infancias puedan pasar el día para que ellas no pierdan la oportunidad de capacitarse”, cuenta Grettel.“Todo el tiempo trato de incluir esos espacios seguros en las actividades que hacemos. Tenemos competencias, sólo necesitamos generar condiciones para poder ejercerlas”.Este enfoque no solo permite la participación de más mujeres en las formaciones, sino que rompe con estigmas sobre los roles de género y demuestra que ser madre no es incompatible con liderar respuestas humanitarias.Una red que sostiene y multiplicaDetrás de cada lideresa, hay una red de apoyo que se ha ido tejiendo con los años. Como dice Paula:"Nosotras hablamos mucho de la red de mujeres que se genera en torno a emergencias, programas y operaciones. Entre todas nos vamos conectando, y al final las amigas de tus amigas terminan siendo tus amigas."Esta red no solo brinda acompañamiento emocional, sino que también es una fuente de conocimientos y apoyo profesional. Como Paula menciona, a veces basta con una llamada o un mensaje para resolver una duda o recibir un consejo.Para todas las mujeres que sueñan con liderar, el mensaje de estas admirables lideresas es claro y contundente:"Tenemos que animarnos, tirarnos al charquito", dice Paula entre risas. "Si te lo proponés, si lo querés hacer, hacelo, porque vas a tener toda una red de mujeres que también te van a estar apoyando y que van a ser hinchas de vos"."Lo primero ante todo es creer en una misma. Cuando una cree en sí, fortalece quién es y, por ende, puede conquistar el mundo” concluye Grettel. “A veces el camino es cansado, pero la satisfacción de lograr nuestras metas no tiene precio. Al final, lo que vivimos y pasamos en el camino se vuelve pequeño frente a lo que alcanzamos"Lea más historias del Día Internacional de las Mujeres:Cómo invertir en el liderazgo humanitario de las mujeres ha dado resultados en las AméricasMejores amigas para siempre: Dos mujeres, amigas desde la infancia, dedican su vida a ayudar a otras personasDía Internacional de las Mujeres: "Al principio tenía miedo, pero he aprendido que con determinación todo es posible".El camino de Patricia desde la exclusión hasta "un profundo sentimiento de pertenencia".

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Humanidad en las Américas: Cómo la Cruz Roja apoya a las personas en movimiento

La historia de América Latina y el Caribe está marcada por la migración. Miles de personas se mueven todos los días de norte a sur, de sur a norte, entre países del Caribe y entre el continente y otras regiones del mundo.Las personas en movimiento, y las comunidades que las acogen, no están solas. En los países de origen, tránsito y destino, los equipos locales de la Cruz Roja les ofrecen asistencia y protección.A lo largo de las rutas migratorias, las Sociedades Nacionales miembros de la IFRC en la región operan una red de Puntos de Servicio Humanitario que brindan apoyo esencial en salud, nutrición y apoyo psicosocial a personas en situaciones muy vulnerables, independientemente de su edad, género o creencias, de sus motivos para abandonar su hogar o de la dirección en que viajen.Esto incluye a las personas migrantes que están siendo deportadas a sus países de origen por las autoridades nacionales de migración de otros países.Protección y asistencia para quienes retornanUn ejemplo es la labor que realiza la Cruz Roja en Honduras.En 2024, casi 47.000 personas migrantes hondureñas regresaron a su país, lo que equivale a más de 128 personas al día, según la Organización Internacional para las Migraciones. En enero de 2025, 90 personas hondureñas regresaron diariamente, sumando un total de 2.700.En estrecha coordinación con las autoridades estatales, la Cruz Roja Hondureña gestiona dos albergues públicos que reciben diariamente a personas que no pudieron completar su viaje hacia el Norte, incluyendo niños, niñas y adolescentes no acompañadas.En estos centros, la Cruz Roja proporciona información, asesoría legal y se ocupa de la salud física y mental de las personas. Las personas que retornan suelen tener miedo de volver a sus comunidades, por lo que la Cruz Roja también ofrece apoyo para evaluar los riesgos y ayudar a las personas a encontrar un camino hacia una reintegración segura y satisfactoria.En el 2024, sólo en el Centro de Atención para Niñez y Familias Migrantes de Belén, la Cruz Roja atendió a más de 14.300 personas, de las cuales el 59% eran menores de edad. El año anterior, en 2023, el centro también atendió a miles de migrantes, un gran porcentaje de los cuales eran menores. Las palabras de la mujer que gestiona el centro para la Cruz Roja Hondureña siguen siendo válidas hoy en día."Todos los casos en el centro son difíciles de escuchar, todos”, dijoGabriela Oviedo en aquel momento. “Las personas vienen frustradas, molestas porque no lograron el objetivo de llegar a su destino”Historias similares se están viviendo en otros países latinoamericanos. La Cruz Roja Mexicana, por ejemplo, ha activado su plan nacional de emergencia en respuesta al posible aumento de retornos este año. El plan prevé atención prehospitalaria, primeros auxilios psicológicos, kits de higiene, kits de alimentos y otros artículos de emergencia para quienes los necesiten en los estados de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas.En Colombia, la Cruz Roja Colombianaya ha prestado asistencia en el Aeropuerto El Dorado a más de 200personas que arribaron en los primeros vuelos con personas forzadas a retornar desde Estados Unidos, ofreciendo asistencia en salud, apoyo psicosocial y orientación, con especial atención a niñas, niños y adolescentes.Al mismo tiempo, en Ecuador, los equipos de la Cruz Roja también están coordinando con las autoridades nacionales para prestar asistencia humanitaria en los aeropuertos de Manta y Guayaquil al momento de llegada de los vuelos de deportación.La Cruz Roja Venezolana también ha empezado a brindar asistencia humanitaria a las personas migrantes en su regreso a Venezuela. Sus servicios se centran en la atención primaria de salud y el apoyo psicosocial, en coordinación con las autoridades nacionales.El equipo de 40 personas voluntarias multidisciplinarias, personal médico y socorristas también proporcionaron kits de higiene personal, refrescos y medicamentos a las personas que llegaron en los dos primeros vuelos de personas retornadas que aterrizaron en el aeropuerto internacional Simón Bolívar en Maiquetía, Venezuela.La inclusión social también es claveColombia y Ecuador son también ejemplos de países donde los equipos de la Cruz Roja prestan otro servicio indispensable para el bienestar de las personas migrantes: el apoyo en la inclusión social y económica.En Colombia, por ejemplo, más de 2.8 millones de personas venezolanas se han instalado en el país en los últimos seis años. De ellas, el 52 por ciento son mujeres y casi la mitad de ellas tienen necesidad de protección.En Cundinamarca y Bogotá, la Cruz Roja Colombiana fortalece la resiliencia de esas mujeres a través de casas de acogida donde les ofrece servicios especializados en salud sexual y reproductiva, distribución de kits de protección y capacitación para prevenir la violencia de género. También, promueve iniciativas comunitarias contra la xenofobia y la discriminación.Esta intervención está dirigida a mujeres de todas las edades, incluidas mujeres y niñas desplazadas por la violencia, e incluye además evaluaciones nutricionales, acceso a medicamentos y espacios seguros que promuevan su bienestar emocional."Tenemos un espacio seguro para la niñez, donde pueden jugar, divertirse y atravesar el duelo mientras sus padres asisten a cursos de formación sobre empleabilidad y a talleres de habilidades sociales y para la vida, para que puedan empezar de nuevo", explica Erika Cardona, Directora de Asuntos Humanitarios de la Cruz Roja Colombiana.Si las mujeres migrantes y desplazadas deciden quedarse temporal o permanentemente en la comunidad, este Centro Integral de Atención y Desarrollo las apoya en la búsqueda de empleo y les ofrece espacios para continuar con su proceso de escolarización.En Ecuador, la Cruz Roja trabaja en la inclusión social de las personas migrantes que han decidido establecerse en el país, facilitándoles el acceso a servicios de salud, educación y empleo."Para las personas que han decidido quedarse permanente o temporalmente en el país, hemos creado asociaciones libres y voluntarias", dice Roque Fabián Soria Vasco, presidente de la Cruz Roja Ecuatoriana. "A través de nuestra bolsa de trabajo, pueden acceder a empleos de acuerdo a sus capacidades, por ejemplo panadería, sastrería, belleza, entre otras opciones".Usualmente, quienes acaban de llegar no tienen medios para comprar alimentos, productos básicos o pagar un alquiler. Allí, la Cruz Roja Ecuatoriana proporciona asistencia en efectivo y apoyo a los pequeños negocios de la población migrante y de acogida.Cruz Roja, siempre ahíCada país enfrenta retos únicos alrededor de los flujos migratorios. La prioridad de la IFRC es prestar apoyo a las personas en movimiento que se encuentran en situaciones vulnerables, en función de sus necesidades e independientemente de su estatus migratorio, poniendo en práctica nuestros Principios Fundamentales.En total, son 22 países de América en los que los equipos locales de la Cruz Roja trabajan incansablemente para asegurar que la dignidad y los derechos de las personas migrantes sean respetados y protegidos.Entre los servicios que ofrecen se incluyen:Atención prehospitalaria: Primeros auxilios, monitoreo de salud y asistencia médica.Atención médica básica: Curación de ampollas, suministro de sueros de hidratación y evaluación de signos y síntomas.Suministro de ayuda humanitaria: Entrega de kits de alimentos, higiene personal y otros insumos básicos.Apoyo psicológico básico: Orientación y contención emocional.Restablecimiento del contacto familiar: Se facilitan herramientas y medios de comunicación para promover la reunificación familiar y el contacto con seres queridos.Información sobre servicios disponibles: Se brinda orientación sobre los recursos y servicios disponibles en las diferentes zonas para apoyar la reintegración de las personas forzadas a retornar a su país de origen.Para conocer más, visite la página de programas de migración de la IFRC

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"No perdí sólo mi casa, perdí mi comunidad"

“No perdí sólo mi casa, perdí mi comunidad”Esas fueron las palabras de Dale, un músico de jazz cuya vida -su casa, sus recuerdos, sus instrumentos musicales, manuscritos de jazz y una valiosísima colección de arte- quedó reducida a cenizas en los incendios forestales que arrasaron Los Ángeles a principios de enero. Él y su esposa se cuentan entre las miles de personas que lo perdieron todo y que encontraron seguridad en el refugio del Centro de Convenciones de Pasadena, donde la Cruz Roja Americana, junto con los socios de la ciudad, están proporcionando apoyo y consuelo. Conduciendo por la zona quemada de Altadena, la devastación era abrumadora. El fuego había sido selectivo: algunas casas habían quedado reducidas a escombros y cenizas, mientras que otras parecían intactas. Pero ni siquiera las casas que quedaron en pie se salvaron. El impacto tóxico del humo, los daños causados por el calor y la exposición a sustancias químicas hicieron que muchas de ellas no fueran seguras para ser habitadas. La aleatoriedad de la destrucción era difícil de entender, dictada por los cambiantes vientos de Santa Ana y la implacable sequedad del clima. Me recordó a las secuelas del huracán Katrina en 2005. Diferentes desastres, pero la misma realidad desgarradora: familias desplazadas, vidas destrozadas y una inmensa necesidad de ayuda.Abundancia de solidaridadSin embargo, en medio de la destrucción, también hubo algo más: un despliegue de solidaridad y la presencia inquebrantable del personal y el voluntariado de la Cruz Roja Americana. Alrededor de 14.000 personas de todo el país se ofrecieron como voluntarias y se unieron a la Cruz Roja Americana de la región de Los Ángeles para prestar socorro inmediato. En el lugar de distribución de servicios de la Cruz Roja, vi de primera mano cómo la ayuda humanitaria se convierte en el salvavidas de las comunidades en crisis. Los equipos voluntarios distribuyeron alimentos, agua, guantes, baldes y proporcionaron información sobre cupones de asistencia en efectivo, todos elementos esenciales que no sólo aportan ayuda material, sino también una sensación de estabilidad en un momento que, de otro modo, sería caótico.Una frase resonaba continuamente en el lugar de la entrega de servicios: «Gracias, Cruz Roja, por su amabilidad». En tiempos de angustia, la amabilidad es el bien más preciado. Es lo que define a la Cruz Roja y a la Media Luna Roja. Puede que la gente no siempre piense en la Cruz Roja en tiempos de estabilidad, pero cuando ocurre un desastre, cuando su mundo queda reducido a brasas o es arrasado por las aguas, es a la Cruz Roja a quien recurren.De cara al futuro, debemos preguntarnos: ¿Estamos haciendo lo suficiente para prepararnos y responder a la creciente amenaza de incendios forestales, especialmente en las zonas urbanas? El cambio climático ha hecho que los incendios forestales sean más frecuentes, más intensos y más devastadores. La respuesta que vimos en Los Ángeles fue un testimonio del poder de la acción humanitaria, pero también resaltó áreas en las que debemos reforzar nuestro enfoque:Invertir en la preparación de las comunidades: necesitamos comunidades más resilientes a los incendios. Esto significa ampliar los programas de educación contra incendios, crear un plan familiar de desastres, promover espacios defensivos alrededor de las casas y garantizar que las poblaciones vulnerables -especialmente la población adulta mayor, las familias con bajos ingresos y las personas con discapacidad- tengan planes de evacuación.Aumentar la capacidad de respuesta ante desastres: Aunque la Cruz Roja y otras organizaciones movilizaron a miles de personas voluntarias, la escala y la velocidad de estos incendios forestales exigen una capacidad de respuesta aún mayor. El desastre requiere más personal capacitado, una mejor coordinación con los gobiernos locales y suministros y kits de emergencia almacenados previamente en las zonas de alto riesgo.Mejorar los sistemas de alerta temprana: La diferencia entre la vida y la muerte en un incendio forestal puede reducirse a minutos. Es fundamental reforzar los sistemas de alerta, mejorar las rutas de evacuación y garantizar que las alertas lleguen a todas las comunidades, especialmente a las que no hablan inglés y a los grupos marginados.Apoyar la recuperación a largo plazo: La respuesta a los desastres no termina cuando se extinguen las llamas. Muchos supervivientes de incendios forestales se enfrentan a meses, incluso años, de reconstrucción. La salud mental, la ayuda a la vivienda y el apoyo financiero deben mantenerse mucho después de que la crisis inmediata desaparezca de los titulares.Hacer frente a la crisis climática: Los incendios forestales ya no son desastres estacionales; se están convirtiendo en amenazas durante todo el año. Abordar las causas profundas significa abogar por políticas que mitiguen el cambio climático, invertir en estrategias de gestión forestal y garantizar que las organizaciones humanitarias estén equipadas para responder a los desastres provocados por el clima.Para Dale y las miles de personas que, como él, se han visto afectadas por esta crisis, el camino que queda por recorrer es incierto. Reconstruir una casa es una cosa, reconstruir una comunidad es otra. Pero en presencia del voluntariado y el personal de la Cruz Roja, de los vecinos y de quienes acuden con el corazón abierto, ya se están poniendo los cimientos de esa comunidad.La Cruz Roja estará presente antes, durante y después de cada crisis, como siempre. Pero para proteger verdaderamente a las comunidades, también debemos reforzar los sistemas que impiden que los desastres se conviertan en catástrofes. La bondad siempre estará en el centro de nuestra respuesta, pero la preparación y la acción deben guiar el camino a seguir.

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Estados Unidos: El voluntariado de la Cruz Roja lleva esperanza tras los incendios forestales en el sur de California

Originario de Colombia, Kennis Eduardo Díaz perdió su casa y todas sus posesiones en los incendios. Sin otro lugar adonde ir, encontró refugio en un nuevo albergue temporal gestionado por la Cruz Roja Americana.El refugio en este caso es una sección del Centro de Convenciones de Pasadena. Las enormes salas del centro, que normalmente se utilizan para grandes reuniones de negocios y ferias comerciales, se han transformado en un refugio temporal para cientos de personas evacuadas.Aquí, Kennis ha recibido algo más que comida y un lugar seguro donde dormir. También ha encontrado un camino hacia la recuperación gracias al apoyo del voluntariado local de la Cruz Roja."Me están dando la ayuda que no tenía", dice Kennis.Una de esas voluntarias es Gracie Castro, de la sección de San Bernardino de la Cruz Roja Americana, que forma parte de un equipo que ayuda a quienes evacuaron, como Kennis, a hacer frente a tareas administrativas, encontrar ayuda financiera y obtener derivaciones a servicios que ayudan a propietarios e inquilinos a encontrar soluciones de vivienda a largo plazo, entre otras cosas."Mi papel es ver cómo podemos llevarle adonde quiere ir", dice Gracie. Historias de resiliencia y generosidadLa historia de Blanca Pérez es otro testimonio del poder de la comunidad y la solidaridad.Junto con su marido Antonio, su hija y el novio de su hija, Blanca tuvo que evacuar su apartamento en Altadena con sus mascotas a cuestas, dejando atrás su casa y la querida tienda de ropa de Blanca.Días después, se enteraron de que tanto su casa como la tienda de ropa habían sido destruidas por las llamas.A pesar de esta profunda pérdida, Blanca encontró consuelo en el apoyo proporcionado por la Cruz Roja. Cuando recibió la noticia de que su tío había fallecido a causa de los incendios, un voluntario le ofreció apoyo emocional inmediato, la ayudó a superar el duelo y la puso en contacto con servicios de atención espiritual."He hecho nuevas amistades en el refugio, y las personas voluntarias de la Cruz Roja han mostrado tanta amabilidad y un interés genuino por nuestro bienestar", comparte Blanca. Pequeños gestos, como recibir material de tejer para mantener sus manos ocupadas, le han aportado momentos de paz en medio del caos.Estas son sólo dos de las muchas historias que se desarrollan en los refugios de la Cruz Roja en el área metropolitana de Los Ángeles. En total, unas 580 personas se alojan en los refugios de emergencia de la Cruz Roja y cada una de ellas tiene necesidades específicas. Hasta ahora, la Cruz Roja ha proporcionado más de 11.300 noches de alojamiento y más de 102.000 comidas y meriendas con el apoyo de sus socios.Voluntariado de todo el paísLa respuesta de la Cruz Roja a los incendios forestales del sur de California no sería posible sin el apoyo de personas voluntarias de todo el país. Fernando Fernández, voluntario de servicios en casos de desastre de la sección de la costa del golfo de Texas, viajó a California para ofrecer atención espiritual a las personas que se vieron obligadas a evacuar.Voluntario desde hace 15 años y veterano de la Guardia Costera estadounidense, Fernando comprende la importancia de ser una presencia reconfortante. "La mayoría de las personas a las que he ayudado sólo necesitan que alguien les escuche", afirma. Más del 60% de las personas a las que ha ayudado en esta crisis han sido hispanas, afirma, lo que subraya el papel vital de la atención culturalmente sensible en la respuesta a los desastres.Más allá del refugio: asistencia a largo plazoEl apoyo de la Cruz Roja va más allá del refugio inmediato. Ya están en marcha programas de asistencia económica para la población de numerosos municipios que se han visto gravemente afectados por los incendios. Esta ayuda económica ayuda a las personas evacuadas a cubrir sus necesidades básicas, desde la reposición de productos de higiene hasta la compra de ropa adecuada.Todos los servicios están a disposición de las personas independientemente de su nacionalidad, raza, sexo o estatus de ciudadanía, reafirmando el compromiso de la organización con la inclusión."Si necesitas ayuda, no tengas miedo de pedírsela a la Cruz Roja", exhortó Fernando, el voluntario de la sección de la costa del golfo de Texas, haciendo eco de un sentimiento compartido por muchas personas voluntarias y sobrevivientes.Mientras las comunidades comienzan a reconstruirse tras los incendios forestales, la Cruz Roja se mantiene firme en su misión de proporcionar esperanza, seguridad y recursos a quienes los necesitan. De hecho, esas necesidades son inmensas y es probable que no disminuyan aunque se contengan los incendios.Más de 16.000 estructuras han sido destruidas por los incendios, por lo que la gente necesitará refugio temporal durante algún tiempo. Mientras tanto, las lluvias anticipadas plantean la perspectiva de nuevas amenazas: inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra sobre las zonas quemadas.En cualquier caso, la Cruz Roja seguirá al lado de las personas necesitadas. Alrededor de 580 socorristas de la Cruz Roja se aseguran de que la gente no esté sola.Mientras se reabren las comunidades, la Cruz Roja también presta apoyo con artículos de limpieza, linternas, mascarillas, guantes, agua y otros artículos de primera necesidad. A finales de enero se habían distribuido casi 22.000 artículos de emergencia.

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Centroamérica: Cruz Roja responde al mayor brote de dengue con educación y prevención.

El dengue ha sido una de las principales amenazas para la salud pública en América Latina durante décadas, con epidemias que se producen de forma cíclica cada tres a cinco años.Transmitido por las hembras del mosquito Aedes aegypti, este virus afecta a millones de personas cada año, pero nunca como ahora.En lo que va del año, se han reportado más de 12,7 millones de casos sospechosos de dengue en la Región de las Américas, una cifra récord en la historia de la enfermedad.En Centroamérica y México, sólo en la última semana de noviembre se notificaron más de 17.000 nuevos casos sospechosos de dengue. Esto equivale a 100 casos cada hora, un aumento del 198% respecto a la media de los últimos cinco años.Este aumento en la propagación del dengue es un reto para los sistemas de salud en una región que enfrenta condiciones climáticas y sanitarias complejas.Los efectos de la crisis climática, las temperaturas extremas y los fenómenos meteorológicos más intensos – como los huracanes Eta e Iota en 2020, las olas de calor históricas de inicios de este año, o la reciente tormenta tropical Sara - están transformando los hábitos de miles de familias centroamericanas que viven en condiciones de riesgo y vulnerabilidad.El aumento de la pobreza y la desigualdad, sumado a servicios de agua y saneamiento insuficientes e inadecuados, empujan a la población a almacenar la poca agua a la que tienen acceso. Muchas veces el agua se almacena de forma incorrecta, por falta de información o por falta de insumos adecuados para almacenarla de forma segura.Esta y otras prácticas como la deficiente gestión de residuos sólidos, pueden facilitar la creación de criaderos de mosquitos en objetos como contenedores de agua sin tapa, neumáticos, macetas, pilas y canales.En medio de este desafío multifactorial, la Cruz Roja se ha destacado por su respuesta integral, que abarca diversas estrategias centradas en la prevención y la educación.Durante el 2023 y el 2024, nuestros equipos locales han implementado seis operaciones de respuesta al dengue en Centroamérica, con apoyo del Fondo de Emergencia para la Respuesta a Desastres de la Federación (IFRC-DREF).Este año, también se han realizado acciones contra el dengue en las operaciones de respuesta al incendio en el hospital de Roatán, en Honduras; y a las inundaciones en junio en El Salvador.Gracias a estas ocho operaciones del IFRC-DREF, llegaremos a más de 182.000 personas en Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica y Panamá con acciones de respuesta, pero también de prevención para futuros brotes.Prevención y educación comunitariaUna de las principales iniciativas de la Cruz Roja ha sido la sensibilización de las comunidades sobre los peligros del dengue y la importancia de eliminar los criaderos de mosquitos.Las personas voluntarias trabajan directamente en las comunidades, encoordinación con los entes reguladores de salud realizan intervenciones comunitarias orientadas hacia la prevención y el control vectorial.Las principales acciones incluyen charlas educativas, identificación y eliminación de criaderos de mosquitos, aplicación de larvicidas en pilas y contenedores de agua, la ejecución de campañas de fumigación y limpieza, y visitas domiciliarias.Durante estas acciones, la población aprende cómo prevenir la acumulación de agua estancada, cuáles con los sitios preferidos de los mosquitos para poner huevos; y cómo promover medidas prácticas y efectivas como la inversión de recipientes y la limpieza regular de sistemas de drenaje.Además, la respuesta incluye la distribución de contenedores para el almacenamiento seguro de agua y kits de limpieza para hogares, así como filtros de agua, repelentes y mosquiteros para grupos en riesgo de salud como mujeres embarazadas, niños y niñas menores de 5 años, población adulta mayor, personas con discapacidad y/o con movilidad reducida.Comunidades fuertes y preparadasLa Cruz Roja también trabaja con la mirada puesta en el largo plazo, en la capacitación del personal local para fortalecer las capacidades comunitarias en la lucha contra el dengue.A través de talleres y entrenamientos, las personas voluntarias aprenden cómo identificar los síntomas del dengue, cómo evitar los brotes de manera eficaz y cómo implementar programas sostenibles de control de mosquitos.Además, el personal voluntario ha contribuido a la creación y capacitación de Comités Comunitarios de Salud, para promover la vigilancia epidemiológica a nivel comunitario.En distintos lugares, la capacitación también se extiende al personal local de salud, quienes reciben formación en el manejo clínico de pacientes con dengueA través de su enfoque integral de educación y prevención, la Cruz Roja ha desempeñado un papel clave en la lucha contra el dengue en Centroamérica, una región altamente vulnerable debido a factores climáticos, sociales y sanitarios.Las acciones llevadas a cabo por el voluntariado y el personal capacitado no sólo han permitido responder a emergencias, sino también preparar a las comunidades para futuros brotes.Desde la eliminación de criaderos y la distribución de suministros hasta la formación en gestión clínica y estrategias sostenibles de control de vectores, estas intervenciones han fomentado la resiliencia de las comunidades. En algunos lugares, las acciones de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja en apoyo a los ministerios de salud de la región han permitido reducir los casos de dengue.En Panamá, por ejemplo, se ha registrado una reducción de los casos de dengue en las últimas semanas, que podría estar vinculada a los esfuerzos de varios actores, entre ellos el Ministerio de Salud, la Cruz Roja Panameña, otros organismos internacionales y las propias comunidades.Algunas comunidades también han proporcionado testimonios que sugieren que los esfuerzos de educación y disminución del dengue están marcando la diferencia.A pesar de los avances, el dengue sigue siendo un desafío, lo que subraya la importancia de continuar adaptando nuestras estrategias de respuesta a los cambios climáticos y sociales que afectan la salud pública en la región.

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Nota de prensa

Hasta siete de cada diez migrantes en América necesitan atención integral en salud

Ciudad de Panamá, 3 de diciembre -La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) advierte sobre las apremiantes necesidades de salud que enfrentan las poblaciones migrantes vulnerables, en particular las mujeres, la niñez, las personas adultas mayores o con discapacidad. Según el estudio de la IFRC publicado hoy,«Migración y Salud en las Américas: evaluación de necesidades y servicios», estos grupos deben sortear barreras crecientes para acceder a los servicios de salud y sufren una falta de atención sanitaria integral en los países de tránsito y destino.El estudio recopila datos de 2021 a 2023 y explora el estado nutricional, las tasas de vacunación, las tasas de enfermedades crónicas e infecciosas, la salud mental y el comportamiento de búsqueda de salud de los migrantes por grupo de edad. Una de las principales conclusiones es que la insuficiencia de los servicios sanitarios y las barreras para acceder a ellos están poniendo vidas en peligro, exacerbando las desigualdades sanitarias y ejerciendo una inmensa presión sobre los ya frágiles sistemas nacionales de salud."El acceso a la asistencia sanitaria es un derecho humano fundamental, y las barreras a las que se enfrentan las personas migrantes -ya sea por su situación irregular, la falta de documentación o el miedo a la deportación- deben ser desmanteladas. Es esencial prestar una asistencia sanitaria integral que responda a sus necesidades, desde la atención médica básica hasta los tratamientos especializados para afecciones crónicas, el apoyo a la salud mental y los servicios para las personas con discapacidad", dijo Pedro Porriño, Coordinador de Salud en Situaciones de Emergencia de la IFRC en América.Independientemente de la edad, la asistencia sanitaria sigue siendo un problema crítico para las personas migrantes, tanto en los países de tránsito como en los de destino. En el caso de las personas migrantes en tránsito, entre el 60 y el 70% necesitan asistencia sanitaria, siendo los servicios médicos generales los más necesarios. La atención sanitaria sexual y reproductiva también es una prioridad, ya que más del 40% de estas personas manifiestan necesitar estos servicios. En los países de destino, hasta el 74% necesita servicios sanitarios, como atención materna y pediátrica, tratamiento de enfermedades crónicas, servicios de salud mental y atención especializada.Estos hallazgos del estudio son confirmados por los equipos de la Cruz Roja que prestan atención a personas migrantes en 22 países de América Latina y El Caribe. En Panamá, los puntos de servicio humanitario de la Cruz Roja han prestado casi 750.000 servicios en los últimos seis años, la mayoría de ellos a migrantes que necesitaban primeros auxilios, medicina general, apoyo de salud mental, acceso a agua potable, vacunas y atención de salud sexual y reproductiva.En Ecuador, El Salvador y Guatemala, el voluntariado de la Cruz Roja ha prestado asistencia humanitaria, principalmente atención primaria de salud (el primer punto de contacto con un sistema sanitario), a casi 200 migrantes al día en los dos últimos años, con un total de 143.438 personas atendidas. En Argentina, Honduras y en la frontera sur de México, los equipos de la Cruz Roja prestaron asistencia médica a más de 6.500 migrantes, sólo en los seis primeros meses de este año."Atender las necesidades de salud de las personas migrantes debe ser una prioridad y reconocer el papel de los equipos locales de la Cruz Roja en la prestación de asistencia, protección y dignidad es una oportunidad para que los gobiernos y los donantes garanticen el derecho de las personas migrantes a la salud. Al asociarse con la Cruz Roja, los países no sólo pueden facilitar la asistencia humanitaria, sino también aliviar la presión sobre sus sistemas de salud pública", dijo Martha Keays, Directora Regional de la IFRC para las Américas.Los puntos de servicio humanitario de la IFRC seguirán prestando asistencia humanitaria en los países de origen, tránsito y destino en los próximos meses, ya que se prevé que el número de personas que se dirigen hacia el norte seguirá siendo uno de los retos humanitarios más grandes y con menos recursos del continente.Nota para la ediciónSegún un estudio de la IFRC, financiado por la Cruz Roja Noruega, éstas son las principales necesidades sanitarias de los migrantes por grupos de edad:Necesidades sanitarias de niñas, niños y adolescentesEntre los más vulnerables se encuentran los niños y niñas migrantes, que se ven afectados de forma desproporcionada por deficiencias nutricionales, con tasas de desnutrición crónica clasificadas entre moderadas y altas. La desnutrición hace que estos jóvenes migrantes sean más susceptibles de sufrir complicaciones de salud a largo plazo, pero las intervenciones siguen siendo inadecuadas. Aunque algunos reciben evaluaciones nutricionales, medicación antiparasitaria o micronutrientes, rara vez se proporcionan tratamientos más completos, como la gestión de la desnutrición aguda.La salud mental de niñas, niños y adolescentes de las comunidades migrantes también es motivo de preocupación. Aunque la prevalencia de la ansiedad y la depresión en este grupo no está totalmente documentada, las necesidades de salud mental no suelen estar cubiertas, lo que les hace vulnerables a traumas psicológicos a largo plazo derivados del proceso migratorio.Necesidades sanitarias de las mujeres migrantes y embarazadasLa tasa de mortalidad materna entre las mujeres migrantes duplica la media nacional en países como Colombia y Brasil. Sólo en Colombia, cada semana se registran 73 casos extremos de morbilidad materna entre la población migrante. Además, se ha documentado violencia obstétrica en varios países, lo que complica aún más la ya precaria situación sanitaria de las mujeres migrantes.El estado nutricional de muchas migrantes embarazadas también es motivo de gran preocupación. Un tercio padece anemia moderada o grave, lo que las deja a ellas y a sus bebés vulnerables a complicaciones de salud a largo plazo, aumentando su susceptibilidad a enfermedades agudas y crónicas.La salud sexual y reproductiva es un problema crítico para las mujeres migrantes. Resulta alarmante que una de cada diez mujeres migrantes venezolanas esté embarazada de una menor de edad, lo que pone de manifiesto un grave problema de salud pública. Muchas mujeres también afirman que sus embarazos no son deseados: dos tercios de las mujeres migrantes embarazadas en Brasil, por ejemplo, no tenían intención de quedarse embarazadas. Además, las infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH, afectan a las mujeres migrantes el doble que a la población general, y sólo el 38% y el 50% reciben tratamiento en Colombia y Perú, respectivamente.Necesidades sanitarias de personas migrantes mayores o con discapacidadEntre el 62 y el 78% de las personas migrantes venezolanas de 60 años o más padecen enfermedades crónicas como hipertensión y diabetes. Sin embargo, sólo entre el 22% y el 39% de esas personas adultas mayores reciben un tratamiento constante para sus enfermedades.Los problemas de salud mental son frecuentes en este grupo: hasta el 56% sufre ansiedad y depresión de moderada a grave. Sin embargo, carecen de servicios de salud mental, por lo que muchos de ellos tienen que soportar sus luchas en soledad. También corren un mayor riesgo de sufrir violencia, sobre todo durante el tránsito, y muchas viven con discapacidades (hasta el 66%).Las personas migrantes con discapacidad se enfrentan a retos únicos que a menudo no se tienen en cuenta en la respuesta humanitaria. A pesar de la alta prevalencia de la discapacidad entre los migrantes mayores y una proporción menor pero significativa de adultos, hay pocas intervenciones, si es que hay alguna, diseñadas para satisfacer sus necesidades.Para más información y concertar una entrevista, contacte a:[email protected] Panamá -Susana Arroyo Barrantes +50769993199En Ginebra -Tommaso Della Longa +41797084367 Hannah Copeland +41762369109

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Nota de prensa

Los Estados deben abordar el impacto humanitario de la pérdida de biodiversidad reduciendo el riesgo de desastres y fortaleciendo la resiliencia

Bogotá, Ginebra - 21 de octubre de 2024.Al inicio de la Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP16), la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) exhorta a los Estados parte del Convenio a abordar la interrelación entre la degradación ambiental, el cambio climático, los desastres y los impactos que éstos causan en las personas, la naturaleza y el patrimonio cultural. Todo ello contribuirá a alcanzar los objetivos del Marco Global de Biodiversidad (MGB)."La pérdida de biodiversidad, el cambio climático y la contaminación deben ser entendidas también como crisis humanitarias. Estas tres crisis aumentan el riesgo de escasez de agua y alimentos, epidemias y pandemias, desastres más frecuentes e intensos, así como la migración y el desplazamiento forzado” dijo Martha Keays, Directora Regional de la IFRC para América. “Llamamos a los gobiernos locales y nacionales, a la sociedad civil y a todos los participantes en la COP16 para que se incrementen los compromisos técnicos y financieros en la reducción del riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático.”Dos metas específicas del MGB son fundamentales para evitar una situación en la que, para 2050, 200 millones de personas requieran ayuda humanitaria internacional cada año como resultado de una combinación de desastres relacionados con el clima, la degradación del medio ambiente y los impactos socioeconómicos resultantes. La «meta 8» pretende aumentar la resiliencia climática de los ecosistemas y los medios de vida mediante la mitigación, la adaptación y la reducción del riesgo de catástrofes, o soluciones basadas en la naturaleza. La "meta 11" pretende restaurar, conservar y mejorar la contribución de la naturaleza al bienestar humano."Es crucial acelerar la acción conjunta para salvar la naturaleza y salvar vidas. La experiencia de la Cruz Roja y su rol clave en la reducción del riesgo de desastres, la adaptación y el fortalecimiento de la resiliencia de las comunidades puede apoyar directamente los esfuerzos para proteger, restaurar y utilizar de manera sostenible la biodiversidad”, explicó Keays.Los equipos locales de la Cruz Roja en toda América ya están aplicando medidas como la protección de los manglares para reducir el impacto de las inundaciones, la restauración de los arrecifes de coral, la reforestación de bosques y cuencas hidrográficas y la protección de las fuentes de agua. Estas soluciones basadas en la naturaleza se complementan con sistemas de acción temprana, anticipación basada en pronósticos y protocolos de acción temprana que permiten a la red de la IFRC proteger a las personas y la naturaleza antes de que se produzcan los desastres. Los ejemplos de este trabajo incluyen: El trabajo de la Cruz Roja Argentina en apoyo a la restauración de más de 25.000 hectáreas de vegetación natural tras los destructivos incendios de la provincia de Corrientes en 2022.El desarrollo por parte de la Cruz Roja Mexicana de una medición participativa y localizada de la resiliencia que considera y destaca la interconexión entre sistemas y sectores, facilitando el análisis y la acción colectiva a través de los capitales físico, humano, social, financiero y natural.El apoyo de la Cruz Roja Canadiense a varias organizaciones indígenas en la restauración de sus tierras tras los desastres para aumentar la resiliencia.La colaboración de cruzrojistas canadienses con la Cruz Roja de Belice para apoyar a comunidades locales en la restauración de su cultura y sus bosques y en el aumento de la resiliencia al cambio climático mediante la plantación de árboles de Nuez Maya.El trabajo de la Cruz Roja Hondureña y la Cruz Roja Suiza para ayudar a reducir los riesgos de desastres combinando la bioingeniería del suelo y la reforestación para reducir el riesgo de deslizamientos con actividades de agroecología para ayudar a recuperar zonas productivas, aumentar la seguridad alimentaria y ofrecer oportunidades económicas.En Colombia, República Dominicana, Jamaica y Granada, la acción de la Cruz Roja para promover la gestión sostenible y la restauración de los ecosistemas de manglares para reforzar la resiliencia ante inundaciones, reduciendo los riesgos de desastre y contribuyendo a la vez a conservar la biodiversidad.“Instamos a los Estados a integrar las estrategias de conservación de la biodiversidad y las iniciativas de desarrollo sostenible en la reducción del riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático”, dijo la Dra. Judith Carvajal de Álvarez, Presidente Nacional de la Cruz Roja Colombiana."Como auxiliares de los poderes públicos la Cruz Roja puede apoyar a fortalecer la resiliencia de las comunidades, promoviendo el dialogo de saberes entre las comunidades biodiversas, y el conocimiento científico."La COP16 tendrá lugar en Cali, Colombia, del 21 de octubre al 1 de noviembre de 2024.Para mayor información por favor contacte a: [email protected] Colombia – Rafael Payares +573135644837 / Angie Rodríguez +573204314860En Panamá - Susana Arroyo Barrantes +50769993199En Ginebra – Tommaso Della Longa +41797084367 / Hannah Copeland +41762369109Nota al editor:En la actualidad, la IFRC está ampliando su trabajo sobre la adaptación dirigida a nivel local, la reducción del riesgo de desastres y el cambio climático en el marco de su Plataforma Global de Resiliencia Climática, apoyada por la ruta hacia la acción climática de la IFRC, que tiende un puente entre la financiación y el apoyo climático, humanitario, de desarrollo, privado e innovador para fortalecer la resiliencia de las comunidades y adaptarse a los riesgos relacionados con el clima. En las Américas, esta iniciativa incluye enfoques sobre Programación Climáticamente Inteligente, Sistemas de Alerta Temprana, Acción Anticipatoria y Soluciones Basadas en la Naturaleza en comunidades en condiciones de vulnerabilidad debido a los impactos del cambio climático. Este trabajo cuenta con el apoyo de la Cooperación Española, IRISH AID, USAID, y donantes del sector privado como la Fundación Z Zurich.Como líderes de la Carta sobre el Clima y el Medio Ambiente para las Organizaciones Humanitarias, la IFRC también se ha comprometido a reducir la huella medioambiental de sus operaciones y programas.

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Artículo

Paraguay: Tecnología, educación y confianza en la preparación para desastres

Paraguay es un país conocido por su calor. En el verano, la temperatura puede llegar a los 45 Cº, pero con la crisis climática los termómetros pueden llegar a niveles inimaginados.En los últimos 40 años, las olas de calor en el país se han multiplicado por tres y en comunidades como Santa Ana y Barcelona II, en la ciudad de Asunción, esto supone mássequías e incendios que amenazan el bienestar de sus habitantes.A los extremos del verano, se suman los del invierno. Durante la época lluviosa esas mismas comunidades suelen quedar sumergidas por las inundaciones, lo que obliga a muchas familias a desplazarse temporalmente a otros barrios o zonas del país.“Acá estamos en la ribera del río Paraguay y, en ciertas épocas, hay bastantes inundaciones y mi comunidad y otras cercanas quedan totalmente bajo el agua”, comenta Domingo, vecino de Santa Ana. “Además, hay mucha gente que rellena el terreno con basuras y capas de tierra que se pueden convertir fácilmente en un foco de incendio”, añade.Aún en medio de la adversidad, estas comunidades sueñan con un futuro en el que la resiliencia climática no sea solo una meta, sino una forma de entender el desarrollo y organizar la vida de barrios, comunidades y países enteros.Este sueño, aunque parece ambicioso, puede ser posible gracias a iniciativas como la que Cruz Roja Paraguaya, IFRC e Irish Aid impulsan en Paraguay. Expandiendo la Alerta Temprana y Acción Temprana es un proyecto que busca fortalecer las capacidades de las comunidades para prepararse y responder ante desastres, promoviendo laresiliencia climática a largo plazo.Pero, ¿cómo lucirían Santa Ana y Barcelona II si fueran comunidades 100% resilientes a la crisis climática?En el futuro ideal, las personas en estos dos lugares no estarían exentas a los efectos de los desastres, pero contarían con herramientaspara anticiparlos, actuar de forma rápida y poner a salvo su vida, la de sus seres queridos y los bienes necesarios para continuar con sus actividades tras el desastre. “El sistema de alerta temprana modificará significativamente las capacidades de las comunidades para dar respuesta a diferentes desastres: inundaciones, sequías, tormentas, o epidemias; yesto es fundamental para generar lazos de interacción en las diferentes comunidades”, menciona Héctor Guex, Director de Programas y Operaciones de la Cruz Roja Paraguaya.El camino hacia ese futuro resiliente ya está en marcha. Según Guex, la estrategia propuesta por la Cruz Roja Paraguaya se basa en tres componentes: la incorporación de tecnología, la educación; y la generación de confianza a través de mecanismos de participación comunitaria. Tecnología y Educación: Pilares de la PreparaciónEn una comunidad resiliente, utilizar herramientas tecnológicas y asegurar que sean accesibles permitiría que toda la comunidad reciba información en tiempo real, a través de los canales de su preferencia.“Para construir el sistema de alerta temprana hemos identificado qué canales de comunicación usan las personas, y de qué fuentes reciben o podrían recibir información sobre desastres relacionados al clima que puedan afectar a toda la comunidad”, explica Jorge Olmedo, voluntario de la Cruz Roja Paraguaya.“Por ejemplo, en el barrio Divino Niño hay una radio comunitaria que funciona como el medio oficial para alertar a la comunidad en caso de desastre”.La educación también juega un rol central en la ruta hacia la resiliencia climática. En el futuro que soñamos la formación en primeros auxilios y prevención de incendiostransformaría a la población en agentes de su propio resguardo.Confianza y participación comunitariaPara llegar a este futuro resiliente, la colaboración entre la Cruz Roja y las comunidadeses clave paragenerar lazos de confianza y responsabilidad compartida.“Con las personas voluntarias de la Cruz Roja, el primer trabajo que hicimos fue el reconocimiento de toda la zona, las familias, la infraestructura y también un conversatorio con toda la comunidad sobre cuáles son las preocupaciones y amenazas más frecuentes”, recuerda Domingo, vecino y líder comunitario de Santa Ana.Después de reunir esa información, la comunidad se está organizando en comités a los que la Cruz Roja asesora sobre cómo alertar y prepararse para responder a la llegada de un posible desastre. Esta cohesión no solo mejora la acción temprana,también promuevela colaboración y el bienestar general.“Nosotros cada vez que llueve nos contamos todo en el chat grupal porque hay muchas casas en las que se vuelan los techos y entonces vamos a auxiliar a la familia con la tormenta. Cuando llueve ya estamos en alerta”, comenta Ruth, vecina de la comunidad Barcelona II.Hacer posible el cuidado de la salud y los sueños del futuroConvertir en realidad los futuros resilientes que imagina la población de Santa Ana y Barcelona II es una tarea que ninguna comunidad, ninguna organización y ningún país pueden llevar adelante por su cuenta. Consciente de esto, la Cruz Roja Paraguaya y varias instituciones públicas co-organizan una plataforma nacional de diálogo multisectorial sobre alerta temprana y acción temprana, conformada porla sociedad civil, el sector humanitario, la academia y la comunidad científica; y otras organizaciones que trabajan en la gestión de riesgos de desastres a nivel local o nacional.Este espacio impulsa el conocimiento de los riesgos de desastre, la detección, observación, seguimiento, análisis y previsión; la difusión y comunicación de las alertas y el fortalecimiento de las capacidades de preparación y de respuesta ante emergencias.“La crisis climática está echando huellas en nuestras vidas y es un desafío que trasciende generaciones”, concluye el Director de Programas y Operaciones, Héctor Guex. “Tenemos que poner la vista y los esfuerzos en generar mejores condiciones para las futuras generaciones”.Conozca las iniciativas que impulsa la IFRC en materia de Alerta Temprana y Acción Temprana:Alerta temprana, acción tempranaAlertas tempranas para TodosPrograma Global de Resiliencia ClimáticaHub de Anticipación

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Emergencia

Argentina: Crisis Económica

Argentina se enfrenta a una de sus crisis socioeconómicas más complejas de los últimos años, marcada por el aumento del número de personas que viven en la pobreza y la pobreza extrema, el acceso limitado a los servicios de salud y a los alimentos, y las importantes dificultades para mantener los medios de subsistencia. A través de este Llamamiento de Emergencia, la Cruz Roja Argentina busca brindar asistencia humanitaria, protección y apoyo para la recuperación de las familias y personas sin hogar más afectadas por la crisis. La operación está diseñada para beneficiar a 20.000 personas durante un período de 12 meses, concentrándose inicialmente en la asistencia integral y la salud.

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La Cruz Roja en Centroamérica une fuerzas para llevar agua potable a las comunidades afectadas por desastres relacionados con el clima

Centroamérica es una región donde el acceso al agua es cada vez más desafiante: en 2023, Panamá enfrentó la sequía más prolongada de su historia reciente; el corredor seco de Guatemala sufre una persistente escasez de agua; y los desastres relacionados con el clima, como los huracanes, a menudo causan inundaciones que interrumpen los servicios de agua.En 2020, los huracanes Eta e Iota dejaron más de siete millones y medio de personas en necesidad de ayuda humanitaria y nuestra red global se vio forzada a prestar asistencia en siete países simultáneamente.En todos ellos, era vital el acceso a agua limpia, servicios de saneamiento seguros y dignos y a información sobre correctas prácticas de higiene.Era tal la escala del desastre, que nuestra red global activó sus mecanismos internacionales de apoyo. Gracias a ellos, por ejemplo, la Cruz Roja Alemana movilizó su unidad de emergencia especializada en provisión de agua segura, para aumentar la capacidad de respuesta de la Cruz Roja Hondureña.Al mismo tiempo en Honduras, los equipos locales también hicieron lo propio por ampliar sus servicios y llegaron a rehabilitar las plantas potabilizadoras de aguaque estaban en uso desde el paso del huracán Mitch, 22 años atrás.Conscientes del poder que supuso trabajar de forma coordinada y de la alta probabilidad de que grandes desastres como Eta e Iota se repitan, la Cruz Roja Costarricense, Guatemalteca, Hondureña, Panameña y Salvadoreña, y la IFRC, decidieron dar vida a un centro que les permitiera multiplicar su capacidad para prestar servicios de agua, saneamiento e higiene (WASH) en la región.Bienvenida al ‘Wash Hub’Así nació el WASH Hub, un centro de conocimiento y equipamiento enmarcado en laDeclaración de Guatemala para el Fortalecimiento y Cooperación en Agua, Saneamiento y Promoción de la Higiene (WASH) para la gestión de programas y la respuesta a situaciones de emergencias, desastres y crisis.Esta declaración, firmada en abril de 2023, busca identificar y potenciar al personal, los equipos, las metodologías y conocimientos que los países de Centroamérica tienen para ofrecerse unos a otros.“La iniciativa es unir: unir los esfuerzos del personal voluntario y de los colaboradores del equipo para que al momento de que llegue algún evento adverso, algún desastre, podamos unir nuestras fuerzas como Sociedades Nacionales y apoyar a un país vecino que necesite apoyo en el área de agua, saneamiento, e higiene”, comenta Danny Escoto Lagos, Referente Nacional de WASH para la Cruz Roja Hondureña.El WASH Hub desarrolla su trabajo basado en cinco pilares estratégicos: desarrollo de capacidades, equipamiento y mantenimiento, planificación y abogacía, activación y despliegue, y sostenibilidad.Los equipos logísticos se encuentran divididos entre las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja que conforman el WASH HUB, siendo la Cruz Roja Hondureña de los primeros en movilizar equipo, gracias a la capacidad logística instalada. Con su inventario actual de recursos, este Hub tiene capacidad para producir 114 metros cúbicos de agua segura por hora. Esto permitiría atender alrededor de 182.400 personas al día.“Con el impacto de Eta e Iota acá en Centroamérica se reconoció que las Sociedades Nacionales de esta región tienen el talento y las capacidades instaladas para hacer frente a necesidades en el tema de WASH en cualquier país vecino”, comenta Lagos, el punto focal WASH de la Cruz Roja Hondureña.Garantizar una respuesta rápida y regionalPero Eta e Iota también ayudaron a reconocer que el personal era escaso y debía profesionalizarse mucho más. Por eso, desde diciembre de 2023 hasta hoy, el Hub ha apoyado varias iniciativas de formación técnica, como talleres básicos, escuelas de campo y entrenamientos de alto nivel.Hasta la fecha, cerca de 200 personas de la región han sido parte de los entrenamientos del WASH Hub Centroamérica, incluyendo participantes de las Sociedades Nacionales de Colombia, Ecuador y Argentina.“El WASH Hub va a permitir una movilización más oportuna y más rápida a un país cercano de Centroamérica, o en su momento también de Sudamérica para el despliegue de un equipo WASH”, dice Danny.En sus tres primeros años, el WASH Hub se centrará en la profesionalización del personal y el equipamiento de las unidades de respuesta a emergencias WASH, con el apoyo técnico y financiero de la Cruz Roja Alemana y en el marco de la Alianza Programática entre la IFRC y la Unión Europea.El poder del WASH Hub no es sólo que podremos llegar a más personas, sino que también vamos a fortalecer nuestra red, un movimiento de personas con diversas experiencias y conocimientos, que cuando se reúnen pueden responder a las necesidades de las personas afectadas por desastres, cuando lo necesitan y donde lo necesitan.

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Islas del Caribe: Huracán Beryl

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La menstruación no se detiene durante los desastres

Cuando las fuertes lluvias provocaron inundaciones masivas en el estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, en mayo de 2024, la vida normal de 2,3 millones de personas se paralizó.Mientras los daños en la infrastructura paralizaron las cadenas de suministro y dificultaron el acceso a los artículos de primera necesidad, no interrumpieron el ciclo menstrual de la mitad de las personas afectadas por las inundaciones.“Uno de los problemas a los que nos enfrentamos en la atención de la emergencia por las inundaciones en Brasil, es la dificultad de acceder a productos de higiene y salud menstrual”, reportó la Dra. Julia Klock, médica que pausó su trabajo habitual para colaborar como voluntaria con la Cruz Roja Brasileña durante las inundaciones.Aunque la menstruación es tan natural como comer o dormir, con demasiada frecuencia la gente se resiste a hablar de la falta de productos esenciales para la salud menstrual porque a veces este tema se considera embarazoso o incómodo, algo que hay que ocultar. "En muchas comunidades, este tema sigue siendo tabú", señala la Dra. Klock. Para ayudarnos a desentrañar este tema, le pedimos a Katherine Fuentes, coordinadora de protección, género e inclusión de la IFRC en las Américas, que nos dijera cuáles son los principales temas de los que se debería hablar cuando se trata de salud menstrual durante y después de un desastre.Acceso a productos de higiene menstrual.Cuando ocurre un desastre, como las inundaciones en Brasil, el acceso a productos menstruales se vuelve más difícil.Por eso los artículos de emergencia que distribuimos incluyen productos de higiene menstrual, considerando cuántas personas en edades menstruantes se han visto afectadas por el desastre.Estos productos de higiene pueden ir desde compresas, tampones, y copas menstruales, hasta calzones menstruales, compresas de tela, baldes para la higiene, entre otros.Instalaciones limpias, seguras y privadas:Procuramos que las personas que están menstruando tengan acceso a agua potable, baños limpios y espacios privados para cambiarse y desechar los residuos de forma adecuada e informada. Educación y sensibilizaciónTrabajamos para que las personas se informen sobre el ciclo menstrual, que sepan cómo manejar su higiene menstrual en condiciones difíciles, dónde acceder a los productos y cómo desecharlos.Para asegurar la salud menstrual, es clave la participación de toda la comunidad, incluyendo a los niños y los hombres. Conocer sobre el ciclo menstrual ayuda a reducir el estigma, promueve el acompañamiento colectivo, y ayuda a cuidar la salud y promover el bienestar.Algunas acciones en esta área son encuentros grupales y procesos de consulta para conocer las necesidades específicas de las personas menstruantes.Apoyo psicosocialEs posible que durante las emergencias la menstruación sea estigmatizada, por eso es necesario brindar apoyo psicosocial y crear un entorno donde las personas puedan hablar abiertamente, sin tabúes, con un enfoque de Protección, Género e Inclusión que considere las necesidades individuales de cada persona.Para brindar una atención adecuada, debemos preguntarnos cuáles estereotipos y roles de género están presentes, cuáles son las ideas y prácticas en la comunidad sobre la higiene menstrual y cómo nuestros programas de asistencia humanitaria pueden atender las necesidades de las personas que menstrúan". Para más información, consulte los siguientes enlaces a las guías y herramientas de la IFRC para la gestión de la salud menstrual de las personas afectadas por emergencias y desastres. Estándares mínimos para PGI en emergenciasAbordaje de las necesidades del Manejo de la Higiene Menstrual (MHM)Para donaciones o más información sobre las inundaciones en Brasil, visite nuestro Llamamiento de Emergencia

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Bolivia: El reto de acceder a agua potable entre sequías e inundaciones

En el último año, la población boliviana ha tenido que hacer frente a inundaciones devastadoras, al año más caluroso y la mayor sequía de toda su historia. Más de dos millones de personas sufrieron los efectos de la falta de lluvia, mientras que las tormentas dejaron más de 50 muertes y 430 mil personas afectadas. Estos datos parecen confirmar lo que hace tiempo anunciaba la ciencia: Bolivia es el país más vulnerable a la crisis climática en América del Sur.Sequías prolongadasLa frecuencia e intensidad de los episodios de sequía es cada vez mayor tanto en el altiplano como en las llanuras del país. En 2023, llegó el período seco más prolongado de su historia, consecuencia de las altas temperaturas y la crisis climática, intensificada por el fenómeno de El Niño.En siete de los nueve departamentos de Bolivia (La Paz, Potosí, Cochabamba, Oruro, Chuquisaca, Tarija y Santa Cruz), cerca de dos millones de personas vieron como la falta de lluvia secaba sus campos, agotaba sus ahorros y lastimaba su salud física y mental.Los efectos fueron particularmente graves en las zonas rurales, donde los ingresos y los empleos dependen de la agricultura y la ganadería de camélidos, ovejas y vacas. Los reservorios de agua se secaron por completo, las cosechas de papa y otros alimentos básicos se perdieron; y las llamas y las alpacas empezaron a enfermar e incluso a morir de sed.“Cada vez que muere una llama, aparte de la pérdida emocional, estamos perdiendo como $100 USD, el equivalente a lo que necesitamos para vivir un mes en nuestro sector”, narra Evaristo Mamani Torrencio, vecino de Turco, en el departamento de Oruro.“Por familia más o menos perdemos entre 15-20 llamas. Es bastante dinero y eso es una pérdida no solamente para la comunidad, es una pérdida para el pueblo, porque de ahí viene el dinero para comprar nuestras cosas en Oruro. Si no hacemos ese movimiento económico y si no tenemos recursos, entonces simplemente no vamos a mover el mercado.”La escasez de agua puede provocar restricciones de uso, aumento en su precio y disminución en la calidad. Esto reduce la frecuencia de hidratación, debilita las medidas de higiene y aumenta la propagación de enfermedades estomacales e infecciosas.En casos como el de Evaristo y otras comunidades apoyadas por la Cruz Roja Boliviana, el largo tiempo que toma la recuperación tras la sequía, también puede llevar a las familias a tomar decisiones con efectos irreversibles sobre su vida, como vender su tierra, endeudarse o migrar.Inundaciones devastadorasMientras tanto, en otras partes de Bolivia, las repentinas inundaciones también están afectando gravemente al acceso de la población al suministro de agua potable. Elpasado 27 de febrero el nivel del río Acre en la ciudad de Cobija, frontera con Brasil, superó su máximo histórico y provocó la inundación de 16 sectores urbanos y 3 comunidades rurales. “Los deslizamientos asociados a las precipitaciones en el 90% del país, contrastan con una progresiva disminución anual de las lluvias registrada porServicio Nacional de Meteorología e Hidrologíaen los últimos años”, comenta Julian Pérez, Coordinador de Programas y Operaciones de la IFRC en los países andinos.“Algo que preocupa a la IFRC es que ambos eventos, sequías e inundaciones, tienen severosimpactos a largo plazo en la comunidad, afectando la producción de alimentos, la seguridad alimentaria y generando déficit hídrico y desnutrición”.Además de los daños en los campos e infraestructura, la población enfrenta ya casos de dermatitis, infecciones respiratorias y diarreas, mientras se prepara para evitar enfermedades transmitidas por mosquitos.“Sólo en el primer trimestre del 2024, Bolivia ha registrado un total de 11.000 casos de dengue”.Cruz Roja Boliviana en acciónEn ambos casos extremos, el acceso a agua potable y a servicios esenciales es vital para mantener la salud y evitar la propagación de enfermedades.Con apoyo de la Cruz Roja Boliviana y del Fondo de Emergencia para la Respuesta a Desastres (IFRC-DREF), 6.500 personas afectadas por las sequías e inundaciones podrán protegerse de enfermedades, hacer un uso seguro del aguay decidir cómo recuperarse,al recibir dinero en efectivo para atender sus necesidades más urgentes.“Bolivia necesita urgentemente implementar medidas de adaptación al cambio climático, como la reforestación y la construcción de infraestructuras adecuadas,así como mejorar el sistema de alerta temprana y apoyar los esfuerzos del Estado para fortalecer la gestión de desastres”, concluye Pérez.

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Cómo invertir en el liderazgo humanitario de las mujeres ha dado resultados en las Américas

Hace sólo cinco años, el 99% de las operaciones de respuesta a desastres llevadas a cabo por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) en las Américas, fueron dirigidas por hombres. ¿Por qué tal disparidad? En gran parte, porque muchas de las mujeres que podrían participar en la formación y las operaciones necesarias para ocupar esos puestos tienen a su cargo niñas y niños, personas mayores o con discapacidad. Esto limita su disponibilidad para participar en la respuesta a emergencias.Por eso, en 2020, la IFRC y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) lanzaron la iniciativa Equidad y Liderazgo con un objetivo claro: aumentar el número de mujeres en puestos de gestión y liderazgo humanitario en las Américas.El proyecto comenzó como una oportunidad para crear una red entre iguales en la que las mujeres pudieran compartir y crecer juntas, tanto en puestos de liderazgo como a nivel local. A lo largo de los años, las mujeres que han participado en el programa han recorrido un camino de liderazgo -que incluyó formación en gestión y tutoría- a través del cual ampliaron sus competencias para dirigir operaciones en casos de desastre y emergencia."Quizás haya pocas mujeres liderando operaciones humanitarias por falta de oportunidades y motivación", dijo Karla Vogt, voluntaria de la Cruz Roja Boliviana que participó en la iniciativa. "Soy voluntaria de la Cruz Roja desde hace 11 años y siento que aún es necesario promover políticas internas de equidad de género".El programa, añadió, dio a las mujeres la oportunidad de "generar espacios para mostrar lo mejor que tenemos, ser ejemplo para otras mujeres y ejercer nuestras capacidades, muchas veces invisibilizadas por razones de género".La inversión da resultadosLos resultados han sido notables. Gracias a esta colaboración, el número de mujeres que dirigen operaciones humanitarias en América aumentó en 2020 al 48% y luego al 50% en 2021. Las respuestas de la IFRC a los huracanes Eta e Iota en 2020, la erupción del volcán La Soufrière en abril de 2021 y el terremoto de Haití en 2021 también fueron dirigidas por mujeres.La propia Vogt fue desplegada en 2021 como coordinadora sobre el terreno de la operación de respuesta a las inundaciones en Bocas del Toro (Panamá). Ese mismo año, la operación de respuesta a la crisis migratoria en Darién, Panamá, también fue dirigida por una mujer.Pero la cosa no acaba ahí. La dirección regional de la operación de respuesta al COVID-19, así como la respuesta a la pandemia en Perú, Argentina y Centroamérica estuvieron en manos de mujeres expertas en acción humanitaria, lo que supone una mejora sustancial respecto a las cifras de 2019."El corazón de la operación del volcán La Soufrière fueron y siguen siendo las mujeres que dieron y siguen dando su ser a la respuesta de emergencia", dijo Rhea Pierre, coordinadora de preparación para desastres y crisis climáticas de la IFRC en el Caribe de habla inglesa y holandesa. Pierre fue desplegada en 2021 como gestora de desastres como parte de la respuesta a la erupción del volcán La Soufrière en San Vicente y las Granadinas."Creo que programas como este han puesto de relieve el papel vital que desempeñamos en estos contextos de emergencia. En mi caso, me empujó a salir de mi zona de confort y me demostró que sí, que puedo lograrlo, que puedo ser un actor en este espacio y contribuir positivamente a mejorar la vida de la gente."En 2022, el 48% de las operaciones fueron dirigidas por mujeres, pero en 2023 esta cifra se redujo al 30%, lo que indica que la labor de equidad de género es algo que se gestiona continuamente, no se soluciona de una vez. Esta es una de las razones por las que la región de las Américas traza continuamente el progreso de la equidad de género en su respuesta a emergencias, a través de un sitio web que se actualiza periódicamente.Gracias al compromiso constante, en 2024 este número volvió a aumentar, con el 45% de las operaciones lideradas por mujeres.Aunque la iniciativa ha permitido aumentar el número de mujeres formadas, desplegadas y que ocupan puestos de liderazgo en las operaciones humanitarias de la región, sigue siendo necesario avanzar en el diseño, la aplicación y la normalización de medidas que atiendan las necesidades relacionadas con el balance entre el trabajo y la vida personal, y la distribución del trabajo doméstico.El trabajo continúaDecenas de mujeres de las Sociedades de la Cruz Roja en las Américas han participado en programas de formación y mentoría, y han contribuido a la cocreación de un programa de formación de competencias."A las mujeres que inician su carrera humanitaria les digo: te necesitamos",dice Diana Oviedo, Coordinadora de Operaciones de la IFRC en Centroamérica, designada como Coordinadora de la respuesta a la pandemia por COVID-19 en Centroamérica. ”Necesitamos tu voz, tu visión del mundo, tus aportes para reducir el sufrimiento de quienes más lo necesitan".“Sos suficiente, tu experiencia, formación y calidad humana son suficientes, no dudés de vos misma. No sintás miedo de dar tu opinión, tengás o no una posición de liderazgo. Estamos en este mundo humanitario porque nos une un sentimiento común de humanidad, confiá en tu equipo, escuchá las soluciones que otras personas te ofrecen, acercate a otras mujeres que te inspiren y aprendé de sus experiencias.”.

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Crisis climática Q&A: ¿Por qué algunas tormentas recientes han ganado tanta fuerza, tan rápidamente?

Una entrevista con Juan Bazo, meteorólogo del Centro del Clima de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, por Susana Arroyo Barrantes, Gerente Regional de Comunicación para IFRC en las Américas.Susana Arroyo: En octubre del 2023, el huracán Otis causó gran impacto en cobertura mediática por las consecuencias humanitarias, y llamó la atención del mundo de la ciencia porque causó mucho asombro, que pudiera pasar de una tormenta tropical a un huracán de categoría 5, en apenas 12 horas. Según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, fue el huracán más potente jamás registrado en la costa del Pacífico mexicano. ¿Tuvo El Niño algo que ver con la rápida intensificación de Otis?Juan Bazos: Se trató de una combinación de océanos cálidos, junto con el fenómeno de El Niño.Además, todo el borde costero pacífico de México, El Salvador, Honduras y las costas de Costa Rica, han estado muy calientes; esto ha permitido la formación de ciclones y tormentas. Incluso, algunas de estas tormentas han pasado desde el Atlántico, hacia el Pacífico.En relación a la intensificación, esto ya ha pasado antes, el huracán Patricia en el 2015, también tuvo esta intensificación muy rápida en menos de 12 horas frente a la costa pacífico de México, solo que el impacto no fue en una zona muy habitada.Para la ciencia, es cada vez más difícil pronosticar este tipo de intensificación. La mayoría de los modelos, por no decir todos, fallaron en el pronóstico de corto plazo, que es uno de los pronósticos más seguros que tenemos en meteorología. Esto se debe a distintos factores: la rápida intensificación, condiciones atmosféricas muy locales; y la temperatura del agua del océano en esta parte de la costa mexicana.Cada vez más, la intensificación no sólo se está dando en la parte del Pacífico y Atlántico de nuestra región, en el océano Índico también se está dando. En Filipinas se ha tenido muchas veces este tipo de intensificaciones muy rápidas que son todo un desafío, tanto para los servicios climáticos, como para la respuesta humanitaria.SA: Sí, es un desafío inmenso, porque de hecho algo de lo que dependemos para tomar decisiones que salven vidas es de los pronósticos rigurosos, precisos, efectivos. Si avanzamos hacia una era de mayor incertidumbre, pues hay que que buscar también la forma de ver cómo anticipamos por otros frentes. ¿Qué podríamos esperar para este año que inicia?JB: En los meses siguientes estaríamos normalmente entrando a un periodo neutral y pasando rápidamente a un fenómeno de La Niña. Y esto también traerá sus consecuencias, cambiando todo el panorama. Podría ser que este año debamos prepararnos para una temporada de huracanes quizás mayor de lo normal. Entonces tenemos que seguir monitoreando, tomando en cuenta la crisis climática, y un océano Atlántico que aún se mantiene muy cálido.SA: Desde la meteorología, Juan, Cruz Roja ha tratado de hacer cada vez más alianzas, con institutos, con instituciones que se dedican a investigar, monitorear y entender el clima. ¿Es ese uno de los caminos hacia el futuro, estrechar más esa alianza?JB: Cada vez más la Cruz Roja tiene como sus aliados principales a las entidades técnicas científicas, para tomar decisiones confiables. Y creo que esa es la forma en la que debemos seguir trabajando. La información científica nos va a traer datos para nuestros programas y operaciones a diferentes escalas de tiempo, a muy corto, mediano y largo plazo.No hay dejar de lado las proyecciones climáticas, si no planificar cómo podemos adaptarnos sabiendo que el clima va a mudar. Esto lo hacemos, es parte de nuestro trabajo desde las políticas hasta en nuestras intervenciones cuando llegamos a las comunidades, y creo que la Cruz Roja lo hace muy bien. Sin embargo, necesitamos empoderarnos más, acercarnos más hacia las entidades técnicas científicas, la academia, son nuestros aliados que nos puede traer mucha más información, mucho más rica, mucho más localizada. Y este es, el siguiente paso que tenemos que dar.SA: Se vienen muchos cambios también en la meteorología. Ahora, usando la inteligencia artificial, la big data, cambios para mejorar la predicción. Son cosas que ya se están viendo. Creo que podíamos ver una luz para tener pronósticos más confiables sobre la intensificación.JB: La inteligencia artificial abre mucho espacio para la innovación. La meteorología no es 100% precisa, siempre hay ese grado de incertidumbre y va a haber fallos. Es parte del caos atmosférico de nuestro planeta, de la complejidad, de tantas variables que están en juego en los pronósticos meteorológicos. En ese sentido la AI será un gran valor agregado para la mejora de los pronósticos.Esto pone sobre la mesa la necesidad de 1) una mayor inversión en sistemas de acción temprana basados en pronósticos, 2) sistemas de alerta temprana más ágiles, flexibles y capaces de informar y movilizar a la población en un tiempo récord, y 3) ayuda humanitaria preposicionada para responder a los desastres en el momento en que se producen.La IFRC lidera la iniciativa Alerta Temprana para Todos, que proporcionará alertas tempranas a personas de todo el mundo para 2027. Más información.

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Nota de prensa

Estudio mundial de la IFRC sobre COVID-19: el banco de vacunas es un "elemento esencial" para la próxima respuesta a una pandemia

Ginebra/Ciudad de Panamá/Buenos Aires - 31 de enero de 2024Los gobiernos deben prepararse para la próxima pandemia creando un "banco de vacunas" internacional que garantice la disponibilidad y distribución de vacunas de forma equitativa en todas las regiones del mundo.Esa es la recomendación central de un nuevo informe elaborado tras un enorme estudio sobre el impacto del COVID-19 y las reacciones de las autoridades ante la pandemia. El informe se publica exactamente cuatro años después del primer llamamiento mundial de emergencia de la IFRC, el 31 de enero de 2020.La Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) encargó a investigadores del Observatorio Humanitario, un Centro de Referencia de la IFRC gestionado por la Cruz Roja Argentina, la realización de un importante proyecto de investigación. Para ello, realizaron entrevistas a 16.027 personas, en colaboración con 90 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.Se preguntó a personas de distintos sectores sobre sus experiencias durante la pandemia de COVID-19. También colaboraron en la realización de las encuestas socios estratégicos del sector privado y sindicatos. Las personas participantes fueron elegidas para representar a quienes trabajan o forman parte de seis sectores sociales: salud, academia/educación, transporte, organizaciones no gubernamentales (ONG), sector empresarial y medios de comunicación. El estudio buscaba tanto tendencias comunes como contrastes entre geografías y sectores. Su objetivo era elaborar recomendaciones para que la próxima pandemia pueda afrontarse mejor que la anterior.El estudio - "Insights Gained by Strategic Sectors During the Pandemic"- constató:Casi el 70% de las personas de todos los sectores y regiones tenían un elevado temor a contraer el virus COVID-19. Las personas de las Américas y/o que trabajaban en el sector sanitario tenían el mayor temor.Más de la mitad de las personas encuestadas afirmaron que sus finanzas personales se habían visto afectadas por la pandemia. El 54% de las personas participantes dijo que su gobierno manejó bien la pandemia. El porcentaje fue mayor en África y menor en América. Casi la mitad de participantes que trabajaban en la atención sanitaria y los medios de comunicación sintieron "discriminación" por el papel que desempeñaron durante la pandemia. La gran mayoría de personas afirmaron que no se les dio prioridad en la vacunación a pesar del importante papel que desempeñaron durante la pandemia. Las principales recomendaciones del informe incluyenCrear un banco mundial de vacunas y antídotos para garantizar la disponibilidad y distribución de suministros de forma equitativa en todas las regiones.Establecer prioridades para la vacunación o la entrega de medicamentos a quienes permiten a la ciudadanía mundial recibir alimentos, atención médica, noticias y educación.Llevar a cabo una campaña de comunicación desde un organismo supranacional que valore las acciones de los sectores esenciales para legitimar sus tareas y reconocer su labor.En palabras de José Scioli, Director del Observatorio Humanitario de la Cruz Roja Argentina:"Algunas de las respuestas a los principales desafíos requieren establecer procesos eficientes a escala global. Por eso es tan central tomar estas lecciones globales para asegurarnos de que todas las personas -como humanidad en su conjunto- podamos aprender de nuestra experiencia y fortalecernos. Estamos convencidos de que somos capaces de aprender de nuestro pasado para mejorar el presente y el futuro. Con las enseñanzas del estudio del Observatorio Humanitario, podemos promover el intercambio de información para mejorar nuestras sociedades".Xavier Castellanos, Secretario General Adjunto de la IFRC, declaró:"La pandemia de COVID-19 provocó la mayor perturbación mundial de la vida normal en una generación. Pero sus repercusiones fueron desproporcionadas. A menudo, por ejemplo, las vacunas se distribuyeron en función del dinero, no de las necesidades. Quienes más contribuyeron a ayudar a las personas más vulnerables durante la pandemia, recibieron con demasiada frecuencia el peor trato. Este importante estudio ofrece una vía para gestionar mejor la próxima pandemia. Por su ambición y escala, sus recomendaciones tienen peso. "El informe completo puede descargarse en inglés aquí, y desde aquí a través del enlace "Descargar Informe" en español, francés y árabe.Hay gráficos y animaciones descargables para añadir a la cobertura aquíPara más información o solicitar una entrevista: [email protected] Ginebra: Andrew Thomas +41 76 367 65 87En Buenos Aires: Jose Scioli +54 911 64551193En Panamá: Susana Arroyo Barrantes +507 6999 3199

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Discurso

Discurso del Secretario General en la Conferencia Interamericana 2023

Excelencias, damas y caballeros, Es muy bueno estar aquí en las hermosas Bahamas. Bahamas - gracias por acoger esta conferencia. Aprovecho esta ocasión para felicitar a las Bahamas por los 50 años de su Independencia. Presidenta Terez Curry, Vicepresidente de la IFRC Miguel Villarroel, Dra Judith Carvajal, Vicepresidenta del CORI, miembros del Consejo de Dirección y presidentes de las Comisiones y Comités de la IFRC, George Weber Vicepresidente de la Comisión Permanente, Giles Carbonier Vicepresidente del CICR, líderes de las Sociedades Nacionales, personal y voluntariado; y mi increíble equipo de la Secretaría de la IFRC dirigido por Martha Keays - rindo homenaje a ustedes, que han demostrado un liderazgo increíble en estos últimos años - a través de la pandemia COVID-19 y tantas otras crisis agravantes. Les doy las gracias por centrarse en hacer lo correcto para las personas a las que servimos y por su inquebrantable compromiso con sus comunidades. La región de las Américas es vibrante, rebosante de comunidades diversas y de una extraordinaria capacidad de recuperación. También es una de las regiones más desiguales del mundo, azotada por una compleja red de crisis que está incrementando las necesidades humanitarias y repercutiendo negativamente en la vida, los medios de subsistencia y la dignidad de las comunidades. La crisis climática, con el aumento de las temperaturas, los fenómenos meteorológicos extremos y la degradación del medio ambiente, está causando estragos en las comunidades y sus medios de subsistencia en toda la región. La violencia endémica ha destrozado comunidades dejando cicatrices que perduran durante generaciones. Ha aumentado la desigualdad y empeorado las condiciones socioeconómicas. Está empujando a la gente a huir de sus hogares y ha contribuido directamente a la crisis migratoria más grave a la que se enfrenta la región de las Américas en su historia reciente. En la actualidad, 3 de cada 10 migrantes o solicitantes de asilo abandonan su país de origen por amenazas de violencia. Lamentablemente, las mujeres e infancias se llevan la peor parte de esta terrible crisis. Las trágicas y espeluznantes historias de las personas que conocí haciendo el peligroso viaje a través del paso del Darién el pasado agosto, se quedarán conmigo para siempre. Cada día, alrededor de 1000 personas emprenden este peligroso camino en el tapón del Darién, en busca de seguridad, esperanza y nuevas oportunidades. Sin soluciones políticas a la vista y con menos recursos disponibles, el sistema humanitario mundial se tambalea bajo la presión de satisfacer las necesidades de asistencia y protección de las personas en estas circunstancias. Sin embargo, 35 Sociedades Nacionales de esta región, lamentablemente sólo 34 en la actualidad, han demostrado que podemos hacer frente a estos retos prestando una amplia gama de servicios que atienden las necesidades básicas de las comunidades. Desde la gestión de bancos de sangre, clínicas, hospitales y ambulancias hasta la dirección de operaciones de búsqueda y rescate, el apoyo a las personas que se desplazan, la gestión de instituciones de enfermería y el desarrollo de soluciones para hacer frente a la crisis climática y la violencia, las Sociedades Nacionales desempeñan un papel crucial. IFRC se enorgullece de apoyar estos esfuerzos a través del Fondo de Emergencia de Respuesta a Desastres, el Fondo de Desarrollo de Capacidades, los Llamamientos de Emergencia y nuestros planes unificados anuales. Para hacer frente a las crecientes necesidades migratorias, estamos ampliando nuestros Puntos de Servicio Humanitario (PSH) para prestar servicios integradores y que salvan vidas a lo largo de las rutas migratorias. Colectivamente, hemos llegado a millones: Más de un millón de personas a través de programas para migrantes y comunidades de acogida. Otro millón de personas a través de la respuesta a catástrofes, Más de 3,5 millones de personas a través de programas de salud y bienestar. Y los millones de personas alcanzadas durante la respuesta al COVID-19 y los esfuerzos de inmunización relacionados. Pero no podemos dormirnos en los laureles. Hoy nos enfrentamos a serios retos, tanto en nuestra capacidad para satisfacer las crecientes necesidades humanitarias como en nuestra capacidad para salvaguardar nuestros principios fundamentales. En este contexto, hoy nos reunimos en esta XXII Conferencia Interamericana reconociendo la responsabilidad que tenemos, la solidaridad que debemos fomentar y el impacto que podemos crear en conjunto. En primer lugar, la responsabilidad que tenemos es nuestra oportunidad de contribuir a algo más grande que nosotros mismos. Nuestra red de la IFRC no se parece a ninguna otra. Formamos parte de las comunidades a las que servimos. Y somos la red humanitaria mundial más grande y mejor conectada. Esta suma de acción local y alcance mundial convierte a las Sociedades Nacionales en auxiliares eficaces de sus poderes públicos en el ámbito humanitario. Nuestra responsabilidad es llevar a cabo una acción humanitaria de calidad que marque una diferencia positiva en la vida de las personas, que reduzca sus riesgos y vulnerabilidades, y que potencie sus capacidades y su potencial. Sólo tendremos éxito si nos mantenemos fieles a nuestros Principios Fundamentales. Son los cimientos de una acción humanitaria justa e integradora. Son los cimientos de la unidad, la confianza y la cooperación en nuestro Movimiento. Son nuestra brújula moral. Sin ellos, nuestra credibilidad queda en entredicho y nuestra capacidad para llevar a cabo una acción humanitaria neutral, independiente e imparcial se ve amenazada. Debemos reafirmar nuestros Principios Fundamentales. Pongámoslos en práctica en nuestro trabajo, hablemos de ellos en nuestros debates, vivamos según ellos, enseñémoslos, ayudemos a las comunidades, a los socios y a los donantes a comprenderlos. En segundo lugar, la solidaridad está en el centro de todo lo que hacemos en toda la red de la IFRC. La solidaridad y el compromiso con nuestra Estrategia 2030 y la Agenda para la Renovación nos han permitido responder a las múltiples crisis y desastres en esta región, prestar socorro a los necesitados y apoyar a las comunidades en su recuperación y reconstrucción. La solidaridad también significa que mantenemos la unión dentro del movimiento. Significa que anteponemos las necesidades de las personas a quienes servimos y que trabajamos para aliviar su sufrimiento. La solidaridad nos permite aprovechar nuestros recursos colectivos, experiencia e influencia para llegar a más personas necesitadas, defender sus necesidades y aspiraciones y amplificar sus voces. La solidaridad no es una opción. Es un deber moral. Lo necesitamos ahora más que nunca. En tercer lugar, nuestro impacto. Nuestro éxito se mide por los resultados que conseguimos para las personas a las que servimos. En esta era de cambios acelerados y divisiones políticas cambiantes, debemos centrarnos en la rendición de cuentas, la agilidad, el compromiso y la innovación, que son elementos importantes de nuestra Agenda para la Renovación. Para ello, la IFRC trabaja para y con las Sociedades Nacionales. Hemos invertido en la ampliación de la digitalización, la gestión de riesgos, los nuevos modelos de financiación para una mayor agilidad, rendición de cuentas e impacto para llegar a las comunidades a las que servimos. Utilizamos estos recursos para fomentar el aprendizaje y fortalecer las capacidades de las Sociedades Nacionales, para que sean líderes en el ámbito humanitario, no solo en la respuesta, sino también en el fomento de la resiliencia, los datos, la influencia, la colaboración y la innovación. Esto me lleva a hablar de nuestro voluntariado, la cuerda de salvamento y el latido de nuestra red. Más del 50% de nuestras personas voluntarias son menores de 30 años. Las personas jóvenes aportan energía, conocimientos tecnológicos y soluciones innovadoras. Aprovechemos hoy sus capacidades, démosles oportunidades para que nos guíen hacia un futuro más justo y equitativo. Colegas, nuestro impacto debe consistir en ampliar nuestra actuación, garantizando al mismo tiempo la calidad, la pertinencia y la sostenibilidad de nuestras acciones. Ninguno de los obstáculos a los que nos enfrentamos hoy es insuperable. Disponemos de los conocimientos, los recursos, la experiencia y las capacidades para lograr el cambio. Como dijo una vez la Madre Teresa: "Yo sola no puedo cambiar el mundo, pero puedo arrojar una piedra sobre las aguas para crear muchas ondas". Colegas, al igual que la Madre Teresa, atrevámonos todos a lanzar una piedra sobre el agua que cree colectivamente millones de ondas para hacer de este mundo un lugar mejor para todas las personas. Gracias.

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Nota de prensa

IFRC: 210.000 migrantes en Centroamérica y México necesitan con urgencia asistencia y protección esencial para su sobrevivencia

Ciudad de Panamá, 1 de agosto de 2022.La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC) intensificará aún más su respuesta para proporcionar con urgencia asistencia humanitaria y protección a 210.000 personas que se desplazan por tierra hacia el norte a través de Centroamérica y México. A lo largo de las rutas migratorias, muchas sufren accidentes y lesiones, se enfrentan a extorsión y a violencia sexual, o desaparecen y son separadas de sus familias. Otras son asesinadas o mueren a causa de enfermedades o condiciones ambientales. Según datos oficiales, desde enero de 2022, hay un aumento preocupante del número de personas migrantes y refugiadas en Centroamérica y México, en comparación con años anteriores. La migración irregular ha aumentado un 85% en Panamá, 689% en Honduras y 108% en México. Si esta tendencia al alza se mantiene en los próximos meses, se estima que alrededor de 500.000* personas requerirán asistencia humanitaria. Roger Alonso, Jefe de la Unidad de Desastres, Crisis y Clima de la IFRC en América, dijo: "Los equipos locales de la Cruz Roja, desde Panamá hasta México, confirman este dramático aumento del número de migrantes que se desplazan hacia Norteamérica. Estamos especialmente preocupados por las mujeres, la niñez, las personas mayores, con discapacidad y LGBTIQ. Estos grupos corren un riesgo extremo y necesitan asistencia médica y de salud mental, acceso a alimentos y agua, información, conectividad y recursos para cubrir gastos vitales como el pago de lugares seguros para dormir". La mayoría de los migrantes y refugiados en tránsito por la región proceden de Cuba, Venezuela y Haití. A la vez, los nacionales de Honduras, Guatemala, Nicaragua y México siguen dejando sus países camino al norte. Sus principales motivos para migrar incluyen mejorar sus ingresos, escapar de la violencia, reunirse con sus familiares y recuperarse del impacto de los desastres recurrentes y fenómenos meteorológicos extremos. En Panamá, sólo en junio de 2022, 15.000 migrantes cruzaron el peligroso tapón del Darién: 500 personas al día. De cada 100, 16 son menores. En Costa Rica, 441 personas al día entraron desde Panamá en mayo de 2022, un aumento del 158% en comparación con abril de 2022. Casi 24.000 cubanos llegaron a Nicaragua de enero a mayo de 2022, mientras que en El Salvador, Guatemala, Honduras y México hay un aumento significativo de las salidas, pero también del número de retornados. Ante ese difícil contexto, la IFRC ha lanzado un llamamiento de emergencia de 28 millones de CHF** para apoyar a 210.000 personas en movimiento durante los próximos 12 meses. Las Sociedades de la Cruz Roja de Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y México proporcionarán a las personas migrantes, refugiadas y retornadas atención médica y salud mental, acceso a servicios de agua y saneamiento, y dinero en efectivo para que puedan cubrir gastos esenciales, como el alojamiento o la alimentación. Martha Keays, Directora Regional de la IFRC para las Américas, dijo: Es inaceptable que la migración siga costando a las personas su dignidad y su vida. Por eso estamos ampliando nuestra respuesta actual y reforzando nuestro apoyo vital de emergencia a lo largo de las rutas migratorias. Pedimos a los gobiernos, a nuestros socios y a los donantes que se sumen a esta acción humanitaria. Proteger a las personas que migran en una situación desesperada y defender sus derechos, sin tener en cuenta su estatus, es un imperativo humanitario y un deber colectivo. Los devastadores efectos socioeconómicos de la pandemia de COVID-19, la crisis climática, las continuas crisis políticas y las catástrofes seguirán aumentando exponencialmente los movimientos de población. El reto que tenemos por delante es titánico". La respuesta de la Cruz Roja priorizará la atención a lo largo de la ruta, donde la mayoría de la personas migrantes y desplazadas se enfrentan a barreras burocráticas, climas hostiles, estigma, discriminación, violencia, inseguridad e incluso a la muerte. El apoyo se brindará a través de la red de 20 Puntos de Servicio Humanitario*** de la Cruz Roja en Centroamérica y México. Se trata de espacios neutrales y seguros -ya sean fijos o móviles- en los que se presta asistencia sanitaria y de salud mental información y otros servicios. En Panamá, por ejemplo, los Puntos de Servicio Humanitario ubicados en Darién proporcionan a las personas que migran primeros auxilios, atención de salud materno infantil y salud mental, artículos de higiene, agua potable, acceso a teléfonos móviles e información sobre los riesgos y servicios que pueden encontrar a lo largo de su viaje. Las personas que requieren apoyo sanitario especializado son derivadas a los servicios públicos de salud. Ante el aumento de los flujos migratorios en la región, este modelo seguirá salvando vidas y reduciendo el sufrimiento. La IFRC y su red también trabajarán con las comunidades de origen, de tránsito y de acogida para abordar los problemas relacionados con el medio ambiente, el clima y los medios de subsistencia que pueden desencadenar los movimientos de población. Para más información o concertar entrevistas, por favor, contacten con: Panama: Susana Arroyo Barrantes, [email protected] Panama:Maria Langman,[email protected],+507 6550 1090 Geneva:Jenelle Eli,[email protected],+1 202 603 6803 *Las 500.000 personas posiblemente afectadas se han estimado teniendo en cuenta las entradas y denuncias de cruces irregulares de julio a diciembre de 2021, considerando un escenario de aumento del 45% (la mayoría de los países están por encima del 100% de aumento) y al menos un agregado de 173.176 de enero a junio de 2022. **USD 29.2 millones. ***Seis en Guatemala, ocho en México, cinco en Honduras y uno en Panamá.

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IFRC urge a gobiernos y actores humanitarios a proteger vidas ante el inicio de una activa temporada de huracanes en las Américas

Panamá/Ginebra, 31 de mayo de 2022 –La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) está intensificando las acciones de preparación ante el inicio de la temporada de huracanes del Océano Atlántico que, una vez más, estará más activa de lo normal. La IFRC insta a los gobiernos y a actores humanitarios a proteger vidas, invirtiendo en sistemas de alerta temprana, acciones tempranas basadas en pronósticos y planes coordinados de respuesta a desastres. Del 1 de junio al 30 de noviembre de 2022, América del Norte, América Central y el Caribe esperan entre 14 y 21 tormentas con nombre, de las cuales entre seis y diez podrían convertirse en huracanes, incluidos entre tres y seis huracanes de categoría tres o superior. La IFRC y su red están trabajando para asegurar que las comunidades estén mejor preparadas para enfrentar los efectos de las fuertes lluvias, deslizamientos de tierra e inundaciones que estos fenómenos meteorológicos podrian causar durante los próximos seis meses. Martha Keays, Directora Regional de la IFRC para las Américas, dijo: "Se preven hasta seis huracanes de categoría tres o superior para la región, pero recordemos que basta una sola tormenta para destruir comunidades que ya están lidiando con la pobreza, la desigualdad y los efectos devastadores de la pandemia del COVID-19. Por ello, cientos de equipos de la Cruz Roja en más de 20 países están compartiendo mensajes de alerta temprana y coordinando las medidas de preparación con gobiernos locales y líderes comunitarios. “Paralelamente, la IFRC está combinando las previsiones meteorológicas con sus análisis de riesgos para adoptar medidas tempranas antes de que lleguen los huracanes, en lugar de limitarse a responder a sus efectos. Este enfoque nos permite anticiparnos a los desastres, disminuir su impacto en la medida de lo posible y evitar el sufrimiento y la pérdida de vidas y medios de subsistencia". La IFRC está prestando especial atención a las necesidades de las mujeres, la niñez y personas migrantes y retornadas, que sufren crisis superpuestas en Centroamérica. Esta región aún se está recuperando de la pandemia y de los huracanes Eta e Iota, que dejaron 1,5 millones de personas desplazadas sólo en Nicaragua, Honduras y Guatemala. En Colombia, Honduras, Guatemala y Haití, las comunidades vulnerables expuestas a huracanes y tormentas también corren el mayor riesgo de inseguridad alimentaria debido a la actual crisis mundial de escasez de alimentos. En este desafiante escenario, la IFRC aboga por marcos regulatorios que favorezcan la entrega ágil de la ayuda humanitaria a las zonas afectadas por los desastres. También, ha posicionado ya bienes humanitarios en Panamá y en el Caribe para dar respuesta inmediata a las necesidades humanitarias de hasta 60.000 personas en zonas costeras del Pacífico y del Atlántico. Según el Centro del Clima de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, la temporada de huracanes 2022 en el Atlántico y el mar Caribe se predice más activa de lo normal debido a la influencia del patron climático de La Niña. Este fenómeno está activo por tercer año consecutivo y hace que las temperaturas del mar en esta cuenca estén por encima del promedio. Esta condición permite un desarrollo más activo de ciclones, como se ha visto en los años 2020 y 2021. Para mayor información: En Panama Susana Arroyo Barrantes | Comms Manager Americas [email protected] María Victoria Langman | Senior Comms Officer Americas [email protected]

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América: IFRC lanza un plan regional para brindar asistencia humanitaria y protección a 2.2 millones de migrantes y desplazados

Ciudad de Panamá, 23 de mayo de 2022 - La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC) lanzó hoy un plan de cuatro años para intensificar su asistencia y protección a personasmigrantes y desplazadas en las rutas migratorias de mayor complejidad, riesgo y preocupación humanitaria en América Latina y el Caribe. Este nuevo plan reúne a las Sociedades de la Cruz Roja de 22* países de América que trabajarán con la IFRC para apoyar a más de 2,2 millones de personas en Centroamérica, el Caribe y las regiones andina y del Cono Sur entre 2022 y 2025. La red de la Cruz Roja seguirá centrando su respuesta en las mujeres, la niñez, personas mayores, con discapacidad y LGBTIQ, independientemente de su estatus legal. Este plan también apoyará a las personas retornadas y las comunidades de acogida. Martha Keays, Directora Regional de la IFRCpara las Américas, dijo: "En los últimos años, hemos apoyado a personas en movimiento en toda América y hemos sido testigos de las marcas que la migración y el desplazamiento han dejado en los cuerpos, las mentes y las vidas de millones de seres humanos. La respuesta a sus necesidades, que siguen sin ser satisfechas a pesar de los esfuerzos de múltiples actores, debe ser ágil, eficaz, innovadora y, sobre todo, humana y dignificante. Esto es lo que hace la Cruz Roja, al tiempo que prioriza la atención a lo largo de las rutas en las que migrantes y desplazados se enfrentan a barreras burocráticas, climas hostiles, estigmatización, discriminación, violencia, inseguridad e incluso la pérdida de su vida." El núcleo del enfoque basado en las rutas de la IFRC es su red de Puntos de Servicio Humanitario. Se trata de espacios neutrales y seguros -ya sean fijos o móviles- en los que la Cruz Roja presta asistencia sanitaria, apoyo psicosocial e información, entre otros servicios. Con el aumento de los flujos migratorios debido a los efectos socioeconómicos de la pandemia del COVID-19, la crisis climática, las continuas crisis políticas, los desastres y las desigualdades y vulnerabilidades preexistentes en la región, este modelo sigue salvando vidas y reduciendo el sufrimiento a lo largo de las rutas migratorias. Las principales áreas de intervención del plan de la IFRC incluyen la prestación de primeros auxilios, servicios de salud primaria, nutrición, agua y saneamiento, y la implementación de asistencia en efectivo y con vales para la salud, la alimentación, el alquiler y otras necesidades esenciales. También serán actividades prioritarias las campañas a favor de la inclusión y contra la xenofobia, el establecimiento de sistemas de derivación seguros para los migrantes y las víctimas, y la mejora de la gestión de la información sobre las necesidades de los migrantes y los flujos migratorios. El plan pretende mejorar el sistema de preparación en las zonas transfronterizas, promover los servicios educativos en las comunidades de acogida, aumentar los procesos participativos a nivel local y fomentar los medios de subsistencia mediante el desarrollo de capacidades en sintonía con las necesidades del mercado.  La IFRCsolicita 99.7 millones de francos suizos (100.99 millones de dólares) para poner en marcha este plan cuatrienial que complementará los millones de servicios humanitarios que la organización ha prestado a personas migrantes en América desde 2018. El continente americano alberga a casi 73 millones de migrantes y desplazados de diferentes orígenes y procedencias. En 2021, solo en Panamá, migrantes de más de 40 países cruzaron el peligroso paso del Darién. Llegaron principalmente de Haití, Cuba, Chile, Brasil y Venezuela, de donde han salido más de seis millones de personas desde 2017. Otros llegaron de naciones asiáticas y africanas como Angola, Burkina Faso, Mauritania, Nigeria, Pakistán y Uzbekistán. -- *El plan de migración y desplazamiento 2022-2025 de la FICR se implementará enGuatemala, Honduras, El Salvador, Costa RicaPanamá, Argentina,Brasil, Chile, Uruguay, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela,Haití,República Dominicana, Cuba, Guayana, Jamaica, Surinam, Belice y Trinidad y Tobago. Para más información y para concertar entrevistas, póngase en contacto con: En Latinoamérica y el Caribe: Susana Arroyo Barrantes [email protected] +507 69993199 En Ginebra: Anna Tuson [email protected] +41 79 8956924

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Américas: IFRC insta a gobiernos a salvar vidas de migrantes en Reunión Regional de Alto Nivel sobre Migración

Hay casi 73,5 millones de migrantes en todo el continente americano, más de una cuarta parte de las personas migrantes en todo el mundo, y seguimos viendo flujos migratorios sin precedentes en la región. Solo en 2020, aproximadamente 4,7 millones de personas fueron desplazadas en el continente debido a desastres, el nivel más alto visto en 10 años. En Panamá, apenas el año pasado, unas 134.000 personas cruzaron el peligroso Tapón del Darién, de las cuales más de 22.000 eran niños y niñas. En el marco de la Reunión de Alto Nivel sobre Migración convocada por las autoridades panameñas el 20 de abril de 2022, la Directora Regional para las Américas de la IFRC, Martha Keays, expresó: “Los Estados, las organizaciones humanitarias, las agencias internacionales y la sociedad civil en las Américas enfrentan un enorme desafío: proteger la dignidad y atender las necesidades humanitarias de los migrantes más vulnerables y marginados que continúan enfrentando trata, discriminación, violencia y acceso limitado a servicios esenciales. y mecanismos de protección. La IFRC y sus miembros, las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja del continente, como auxiliares de las autoridades públicas, hacen un llamado a los gobiernos de todos los países de las Américas para que faciliten el trabajo de la Cruz Roja para atender las necesidades de las personas migrantes y en situación de vulnerabilidad en las Américas, independientemente de su estatus migratorio, de conformidad con nuestro mandato como la red humanitaria más grande del mundo. En los últimos años, miles de voluntarios de la Cruz Roja han brindado a millones de personas en movilidad en 17 países de las Américas servicios esenciales, que incluyen atención médica de emergencia y materna, apoyo psicosocial, agua, higiene y saneamiento, acceso a la información y prevención y tratamiento frente al COVID-19. Sin embargo, nuestra experiencia y alcance local nos dice que el trabajo no ha terminado y que aún tenemos un desafío titánico por delante. Factores como los efectos socioeconómicos devastadores de la pandemia de COVID-19, la crisis climática, las continuas crisis políticas y desastres como los recientes huracanes Eta e Iota y el terremoto en Haití, han aumentado y seguirán aumentando los movimientos de población, exacerbando las vulnerabilidades existentes. Instamos a los gobiernos a salvar vidas, garantizar el acceso de las personas migrantes a los servicios esenciales, ampliar el apoyo a las personas en riesgo de desplazamiento relacionado con los desastres y la crisis climática, e incluir a las personas migrantes y refugiadas en todos los aspectos de la sociedad. Es un imperativo humanitario y una responsabilidad regional compartida garantizar que nadie se quede atrás”.

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Américas: Reestablecer la confianza de las comunidades vulnerables es clave para una recuperación justa e inclusiva después de dos años de pandemia - IFRC

Panamá, 23 marzo de 2022 – La baja confianza reportada antes de la pandemia por parte de las personas migrantes, las comunidades que les acogen y las poblaciones indígenas en las autoridades locales y tomadores de decisiones, se ha reducido a un tercio después de dos años. Así lo evidencia ‘’COVID-19 en las Américas: escuchando a los más vulnerables’’, un estudio desarrollado por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC) en nueve países de América Latina y el Caribe, que analizó las diversas maneras de percibir la COVID-19 en las comunidades más vulnerables. El reporte destaca que el personal humanitario ha emergido como el segundo actor en quien más se confía tras los científicos, y que la desconfianza en las instituciones gubernamentales y en la vacuna, tanto a nivel de seguridad como de eficacia parecen estar relacionados, es decir, que las personas que reportan una confianza alta o moderada en los líderes gubernamentales, muestran una mayor confianza en las vacunas. Diana Medina, gerenta de Participación Comunitaria y Rendición de Cuentas a la Comunidad de la IFRC en las Américas, dijo: ‘’Tres cosas son indispensables para fortalecer la confianza alrededor de la vacuna y la protección de las personas contra la enfermedad: escuchar permanentemente a las comunidades, utilizar la data para diseñar intervenciones ajustadas a los contextos cambiantes de la pandemia y tener enfoques locales en la respuesta. Sin confianza en la vacuna y sin acceso a ella, será difícil que las personas pasen de la voluntad a la acción. Confiamos en que los hallazgos y recomendaciones de este reporte sirvan de base para la redefinición de las estrategias en terreno y de los procesos de abogacía, necesarios para asegurar que las campañas de inmunización lleguen hasta la última milla”. El estudio también identificó que, a pesar de una alta predisposición por vacunarse, las personas migrantes y las comunidades indígenas enfrentan grandes dificultades de acceso a la vacuna como las largas distancias, largas listas de espera o dificultades en los procesos de registro. De hecho, las poblaciones indígenas expresaron haber recibido menos información que el resto de la población consultada y un mayor nivel de renuencia hacia adoptar todas las medidas de protección de la COVID-19. Maria Franca Tallarico, Gerenta Regional de Salud y Cuidado para las Américas de IFRC, dijo: ‘’Aun cuando hay avances significativos en el control del contagio del COVID-19, la pandemia todavía no acaba. Quedan muchas personas sin vacunar o con pautas de vacunación incompletas. Entender qué piensan esos grupos sobre el virus y la vacunación es esencial para mantener el diálogo, abordar a las comunidades de manera contextualizada con el fin de facilitar la puesta en práctica de comportamientos y hábitos saludables, favorecer una recuperación justa e inclusiva y aumentar la tasa de vacunación, reduciendo así el riesgo de proliferación de nuevas variantes.’’ Con relación a la información brindada, se identificó que la mayoría de las personas encuestadas perciben los mensajes de salud relacionados con la COVID-19 como útiles y efectivos, no obstante, se evidenció la importancia de considerar las diferencias que existen dentro de una misma comunidad. De hecho, los hallazgos ponen de manifiesto la urgente necesidad de abogar frente a tomadores de decisiones y autoridades locales para un mayor diálogo con las comunidades vulnerables, que permitan implementar estrategias de respuesta a la COVID-19 diferenciadas, contextualizadas y que atiendan a las necesidades de grupos específicos como las comunidades indígenas, los migrantes y refugiados. Para mejorar la efectividad de la información sobre el virus y las vacunas, la IFRC alienta el uso de mensajes adaptados, comprensibles y en idiomas nativos, utilizando a los actores más confiables como voceros ante las comunidades. También sugiere articular actividades con personal de salud y de las organizaciones humanitarias como actores clave que pueden reforzar la confianza para promover la mayor adopción de las medidas de protección y vacunación contra la COVID-19. Dar continuidad a los esfuerzos de abogacía para garantizar el acceso universal y pronto a las vacunas, también seguirá siendo vital para superar la pandemia, así como fomentar la implementación de medidas de recuperación socioeconómica que atiendan las necesidades de los hogares y grupos más vulnerables. Este estudio fue realizado entre junio y octubre de 2021 y está basado en una encuesta a 7.743 individuos en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Guatemala, Jamaica, Nicaragua, Panamá y Trinidad and Tobago. En esos países, los equipos locales de la Cruz Roja, que desempeñan un rol clave basado en las relaciones duraderas con las comunidades, exploraron las percepciones de poblaciones especialmente vulnerables, respecto a cuatro ejes: el acceso e impacto de la información sobre COVID-19, conocimiento y percepción sobre la vacunación, confianza en la vacuna contra la COVID-19, y el impacto socioeconómico de la pandemia. Notas e información adicional: Tras dos años del primer caso de COVID-19, la región de las Américas registra 2.7 millones de muertes asociadas, 1.7 billones de dosis de vacunas administradas, y retrocesos de cerca de 30 años en los niveles de pobreza extrema de América Latina y el Caribe, así como en el incremento en la desigualdad de género. Desde el inicio de la pandemia la Cruz Roja ha contribuido en las Américas al acceso equitativo de vacunas e implementado programas de respuesta al COVID-19 que incluyen: La comunicación de riesgo a través de acercamientos adaptados y contextualizados a las comunidades, así como movilización comunitaria y actividades de promoción de higiene a 52 millones de personas; en específico 10 millones han recibido información sobre la vacuna de COVID-19. La implementación de actividades de saneamiento e higiene involucrando 13 millones de personas. El apoyola inmunización de 3.4 millones de personas. La entrega de asistencia de alimentación o de otro tipo a 86 millones. La asistenciaa 358 mil individuos con servicios de salud mental y apoyo psicosocial. Para más información o agendar entrevistas con especialistas en la situación de COVID-19 en la región de las Américas, contacte a laOficina Regional para las Américas: David Quijano, +57 310 559 2559, [email protected] Susana Arroyo, [email protected]

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Américas: Cinco millones de personas adicionales en extrema pobreza y altamente expuestas a desastres después de dos años de pandemia de COVID-19

Panamá, marzo 11 de 2022 -A dos años del inicio de la pandemia por COVID-19, las cinco millones de personas adicionales que han caído en pobreza extrema en América Latina y el Caribe, también estarían más expuestas al impacto de otras emergencias y desastres, advierte la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC). Esto eleva el número total de personas en extrema pobreza en la región a 86 millones, perjudicando especialmente a las mujeres, las personas migrantes y a habitantes de zonas urbanas vulnerables. Desde el inicio de la pandemia, la IFRC y su red de sociedades de la Cruz Roja en las Américas han prestado servicios de agua, saneamiento e higiene comunitarios a más de 10 millones de personas, llevado información sobre el coronavirus y las vacunas a más de siete millones y promovido la vacunación de 1.5 millones de individuos. También ha respondido en paralelo a las necesidades humanitarias de más de 680 mil personas afectadas por desastres. Martha Keays, directora de IFRC para América, dijo: “Los ingresos, ahorros y poder adquisitivo de las familias más vulnerables han disminuido y mientras no actuemos, en 2022 seguiremos atestiguando esos efectos en forma de hambre, exclusión y acceso desigual a las vacunas contra la COVID-19. Para evitarlo, es urgente proteger los medios de vida de los más vulnerables, garantizar el acceso universal a la vacuna en los países de bajos y medios ingresos, e impulsar su aceptación entre la ciudadanía”. Este nivel de pobreza extrema, no visto desde hace 27 años, deja a las comunidades y grupos vulnerables más expuestos al impacto de las emergencias, como las recientes lluvias e inundaciones en América del Sur, u otros desastres asociados a la crisis climática. También, incrementa su riesgo de desplazamiento y migración. Sólo en 2020, al menos 1,5 millones de personas fueron desplazadas en Centroamérica como consecuencia de desastres relacionados con el clima, incluidos los huracanes Eta e Iota. A nivel global, desde el inicio de la pandemia al menos 139 millones de personas se han visto doblemente afectadas por la pandemia y los desastres relacionados con el clima. Ghotai Ghazialam, gerente operativa de COVID-19 para las Américas de IFRC, dijo: “Durante la respuesta a la pandemia de COVID-19 en los últimos 24 meses, hemos atestiguado como el incremento en la desigualdad y la pobreza afectó a las comunidades, mientras debían enfrentar en paralelo otros desastres y emergencias relacionadas con eventos climáticos; esto afectó a las personas que ya se encontraban en una situación crítica. Para fortalecer su resiliencia ante estas crisis superpuestas y evitar que caigan en una precariedad irreversible, es fundamental acelerar y apoyar su recuperación socioeconómica, garantizar su acceso a vacunas y a servicios integrales de salud.” En 2022, los equipos locales de Cruz Roja seguirán promoviendo la preparación y reducción de riesgo de desastres, así como el acceso equitativo a vacunas e implementando sus programas de respuesta al COVID-19. Estos programas tendrán continuidad especialmente en las zonas donde los índices de vacunación continúan siendo bajos, como en la región del Caribe, a través de transferencias de efectivo, la vacunación de poblaciones aisladas, la investigación continua del impacto de la pandemia en el bienestar de las poblaciones y el fortalecimiento de la confianza ciudadana en las vacunas en provecho de la alta credibilidad con la que cuentan las organizaciones humanitarias entre las comunidades. Notas e información adicional: Reciente informe científicoalerta que el clima contribuye a las crisis humanitarias en contextos vulnerables y provoca desplazamientos en todas las regiones del mundo. El Reportede la Comisión Económica para América Latina y el Caribe indica el incremento de pobreza extrema. IFRC alerta sobre los devastadores efectos socioeconómicos de la pandemia por COVID-19 en elreporte ‘’Al borde del abismo’’. 2 años de COVID-19 / 11 momentos sin precendes: Colección de fotografías y momentos clave en el bienio de la pandemia. Para más información o agendar entrevistas con especialistas en la situación de COVID-19 en la región de las Américas, contacte a: Oficina regional Américas en Panamá: David Quijano, +57 310 559 2559, [email protected] Susana Arroyo, [email protected]

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“Necesitamos hacerlo mejor”: un informe de la Federación Internacional revela brechas en la protección infantil durante desastres relacionados con el clima

Kingston, Jamaica - 19 de noviembre de 2021. La abrumadora mayoría de los adolescentes sienten que no tienen la información necesaria para estar a salvo de posibles actos de violencia, abuso y explotación en desastres relacionados con el clima. Este es uno de los principales hallazgos de “Necesitamos hacerlo mejor: desastres relacionados con el clima, protección infantil y acción de localización en el Caribe”, un estudio reciente realizado por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC). El informe ha revelado que, aunque los desastres relacionados con el clima afectan a todas las personas de la región, los niños están particularmente en riesgo. Constituyen una gran parte de la población del Caribe y son más vulnerables a la violencia, el abuso y la explotación en situaciones de desastre, mientras que los sistemas para protegerlos no siempre funcionan. El estudio también destaca que no existen leyes específicas para proteger a los niños de la violencia, el abuso y la explotación cuando ocurren desastres. Gurvinder Singh, Asesor Principal de Protección Infantil de la Federación Internacional y uno de los autores del informe, dijo: “Si bien los niños tienen potencialmente una gran capacidad de liderazgo e innovación, desafortunadamente, sus voces rara vez se buscan o se escuchan. Además, existe un enorme déficit de oportunidades significativas para que los niños participen en las decisiones que les afectan. Esto es especialmente importante en las etapas de preparación y respuesta a desastres. Los adolescentes creen que incluso si participan, es posible que los adultos no tomen en serio sus opiniones”. Al poner las voces, perspectivas e ideas de los niños al frente, el informe busca comprender las relaciones generalmente inexploradas entre los desastres relacionados con el clima y las preocupaciones de los niños en torno a la violencia, el abuso, la explotación y los desafíos de salud mental. También envía una advertencia a los gobiernos y organizaciones cívicas para que desempeñen un papel más activo en la promoción y el respeto de los derechos del niño, especialmente en lo que respecta al tema del abuso infantil y la necesidad de programas de prevención urgentes y eficaces. Ariel Kestens, jefe de delegación de la Federación Internacional para el Caribe de habla holandesa e inglesa, dijo: “Es fundamental que los gobiernos mejoren las leyes nacionales, inviertan en sistemas de protección infantil, mejoren la coordinación local, capaciten al personal de respuesta local, incluyan la protección y el cambio climático en el plan de estudios escolar y recopilen datos desglosados ​​por sexo, edad y discapacidad en las respuestas a desastres. La Red de la Federación Internacional en todo el Caribe está lista para apoyarlos para que continúen esforzándose por satisfacer el interés superior de cada niño afectado por desastres climáticos cada vez más frecuentes y destructivos ". El informe también recomienda acciones prácticas para el sector humanitario, como el diseño de comunicaciones adaptadas a los niños, la implementación de mecanismos de retroalimentación de la comunidad, incluida la protección infantil en la acción anticipatoria, la integración de la protección infantil en la preparación, las evaluaciones y la planificación, y la creación de espacios para que los niños y adultos participen, se apoyen mutuamente y encuentren soluciones viables a los riesgos de protección. El estudio se basó en discusiones y una encuesta en línea con 198 adolescentes de 14 a 17 años en las Bahamas, Jamaica y Trinidad y Tobago; entrevistas con 30 adultos de diferentes agencias de protección infantil y de desastres, e investigación de antecedentes. Es parte de la campaña "Necesitamos hacerlo mejor" de la Federación Internacional para mejorar la protección de los niños en desastres relacionados con el clima. El informe completo está accesibleaquí. El resumen del informe para adolescentes estáaquí. Para más información pueden contactar con: En Jamaica: Trevesa DaSilva | +876 818-8575 | [email protected] En Panamá: Susana Arroyo Barrantes | + 506 8416 1771 | [email protected]