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Ecuador: Una ayuda que llega a tiempo

Por Melissa Monzón“Gracias a la ayuda de Cruz Roja podremos proteger nuestra salud, ya no solo por el COVID, sino también por la caída de ceniza volcánica. No habíamos recibido ayuda; las herramientas las usaremos para cultivar, para la construcción, esta ayuda es magnífica, estas herramientas nos ayudarán mucho”, comenta Agustín Chicaiza, poblador de la comunidad Laime Capulispungo en Chimborazo, Ecuador.Así como Agustín, muchas familias de la comunidad han sido afectadas con la caída de ceniza volcánica del Sangay, cuya actividad se incrementó desde la madrugada del 20 de setiembre de este año. Por ello, la Cruz Roja Ecuatoriana activó el Protocolo de Acción Temprana (PAT), el cual le permitió asistir de manera inmediata a las familias en las comunidades rurales más afectadas en los siguientes días.“El mecanismo de Preparación Basada en Pronósticos nos ha permitido activar nuestro primer Protocolo de Acción Temprana (PAT) de caída de ceniza volcánica. Gracias al apoyo de la Federación Internacional de la Cruz Roja, Cruz Roja Alemana y el Centro del Clima, desde Cruz Roja Ecuatoriana hemos brindado asistencia humanitaria a mil familias de las comunidades de Totorillas, Laime y Cebadas que han sido afectadas por la caída de ceniza del volcán Sangay”, complementa Maria Fernanda Ayala, especialista en Sistemas de Información Geográficas del Programa Nacional de Gestión de Riesgos de la Cruz Roja Ecuatoriana.El PAT tiene como objetivo establecer una acción temprana adecuada, utilizando pronósticos de dispersión y deposición de cenizas, que beneficien a las familias más vulnerables en las áreas más afectadas. En esta ocasión, luego del incremento de la actividad del Sangay, la Cruz Roja Ecuatoriana realizó un análisis donde cruzó variables como la capacidad de respuesta, vulnerabilidad, exposición y los pronósticos de dispersión y caída de ceniza del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IGEPN), y decidió activar el PAT el mismo 20 de setiembre por la noche. De esta manera, los pronósticos permiten a la Cruz Roja poder responder de manera anticipada.Asimismo, el PAT permitió que se distribuyera un aporte económico, a través del Programa de Transferencia Monetaria, donde las familias reciben una tarjeta IFRC con un monto que les ayudará a cubrir sus necesidades básicas y proteger sus medios de vida. “A través del Programa de Transferencia Monetaria, las personas tienen la libertad de comprar sus materiales, cubren realmente las necesidades que tienen por los daños ocurridos por la ceniza volcánica y realizar acciones tempranas. Se les entrega una tarjeta de débito, y este dinero va orientado como una ayuda complementaria. Se les indicó la forma de cómo retirar el dinero del cajero automático y a dónde va redireccionado el dinero (protección del ganado, cultivos y protección de su salud)", comenta Luis Alberto Rocano, Coordinador Zonal 3 de la Cruz Roja Ecuatoriana.A través de los Protocolos de Acción Temprana, la Cruz Roja puede acceder a fondos de manera inmediata para que estén preparadas y pre-posicionadas ante este tipo de eventos. En el caso de este PAT se realizó la entrega de kits de salud y de protección de medios de vida (lonas y herramientas), a 142 familias de la comunidad Laime Capulispungo y 317 familias de la comunidad Laime San Carlos, y se entregaron tarjetas de débito a 378 familias de las comunidades Laime Capulispungo y Totorillas, ambos en Chimborazo."Cruz Roja ha tenido un corazón solidario, es una gran ayuda para este desastre que estamos viviendo, esta ayuda nos va a servir mucho”, dice Armando Daiquelema, beneficiario de la comunidad de Totorillas.

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Cruz Roja Ecuatoriana: una respuesta rápida frente a la caída de ceniza

22 de setiembre de 2020.- Ante el incremento de actividad que ha presentado el volcán Sangay desde la madrugada del 20 de setiembre, la Cruz Roja Ecuatoriana ha activado el Protocolo de Acción Temprana (PAT) con fondos de emergencia de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC), que le permitirá asistir de manera inmediata a 1,000 familias en las comunidades rurales que están siendo más afectadas.“Las primeras acciones han sido que nuestros voluntarios en Chimborazo, Bolívar y Guayas participen en los Comités de Operaciones de Emergencia locales. Desde las Juntas Provinciales se activaron equipos de voluntarios para la evaluación de daños y análisis de necesidades. En Bolívar, una de las provincias más afectadas, se procedió a la entrega de insumos como mascarillas”, comenta Roger Zambrano, Coordinador Nacional de Gestión de Riesgos y Atención en Emergencia y Desastres de la Cruz Roja Ecuatoriana.Debido al umbral de depósito de ceniza, la Cruz Roja Ecuatoriana entregará mil kits de salud familiares, que consisten en mascarillas N95 y gafas de protección ocular para adultos y niños; mil kits de protección animal , que consisten en lonas de plástico y herramientas para que las comunidades puedan proteger a sus animales y/o sus cultivos. Asimismo, se activará el Programa de Transferencia en Efectivo mediante la entrega de tarjetas de débito de IFRC.Desde el 2019 el PAT permite que la Cruz Roja Ecuatoriana pueda acceder a fondos para estar preparada y pre-posicionada frente a un evento de esta naturaleza y poder realizar acciones tempranas de manera inmediata. El objetivo es establecer acciones tempranas adecuadas, utilizando pronósticos de dispersión y deposición de cenizas volcánicas, que permita realizar acciones para proteger a las familias más vulnerables y sus medios de vida en las áreas más potencialmente afectadas por las cenizas volcánicas.Con este tipo de intervenciones, se busca comprender mejor el comportamiento de los riesgos a desastres, prevenir sus impactos de ser posible, y reducir el sufrimiento y pérdidas humanas. “No podemos prevenir la ocurrencia de los peligros naturales, pero sí utilizar la información disponible para anticiparnos a sus consecuencias siempre que sea posible”, añade Inés Brill, jefa de la Delegación para los Países Andinos de IFRC. “La acción temprana y la preparación efectiva pueden salvar a la población y a sus medios de vida”.

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Yo quiero, yo puedo

Por Olivia AcostaMariela Bareiro tiene 43 años, es licenciada en enfermería, pero dejó de ejercer hace dos años debido a una tragedia familiar de la que todavía se está recuperando. “Cuando la Cruz Roja Paraguaya lanzó un llamamiento en busca de voluntarios para ofrecer información sobre la pandemia a la población, no me lo pensé, necesitaba hacer algo, sentirme útil… pensé: yo soy capaz de hacer esto, yo quiero, yo puedo”. Y así fue como el 8 de junio comenzó la aventura de Mariela en el call center del Centro Nacional de Enlace. El servicio, que recibe más de mil llamadas al día, consiste en una línea gratuita habilitada para orientar y atender las preguntas e inquietudes de la ciudadanía en relación a COVID-19, implementada por el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social de Paraguay.Mariela dedica 18 horas semanales a esta labor, en turno de mañana, junto a otros 18 voluntarios de la Cruz Roja Paraguaya. Su misión es ofrecer información sobre medidas de prevención y aislamiento y agendar citas para la realización de test de coronavirus. “La mayoría de las personas nos llaman para reportar síntomas de COVID-19, nosotros los verificamos y agendamos citas para que puedan hacerse el test lo antes posible y confirmar si han contraído el virus”. Pero en muchas ocasiones las llamadas que reciben requieren otro tipo de intervención: “Mucha gente nos llama porque está muy triste, han perdido seres queridos por la pandemia y necesitan desahogarse, por eso recibimos formación en contención emocional, para poder apoyarles en esos duros momentos”. Según Mariela, mucha gente que vive sola siente mucha ansiedad cuando presenta algún síntoma de coronavirus y llaman angustiados para saber qué hacer. “Es ahí cuando tenemos que hacer un trabajo de escucha para luego tranquilizar y al final dar las instrucciones precisas que deben seguir”. Recuerda a un señor de 54 años que había perdido a su mujer y dos hijos: “tenia síntomas, pero decía que no le importaba haber contraído el virus, porque estaba solo y ya no le quedaba nadie… son llamadas muy difíciles. Ojalá que todo esto nos ayude a ser más empáticos, más solidarios y más humanos”.En algunas ocasiones, también reciben llamadas de personas que necesitan ayuda urgente: “Recuerdo un caso bastante dramático de una mujer de 43 años que se cayó y se golpeó la cabeza. Nos llamaron sus dos hijas, que habían pedido ayuda a los vecinos, pero nadie quiso acercarse, porque ambas habían dado positivo en COVID-19 unos días antes. Tuvimos que derivar el caso a atención hospitalaria”, recuerda.Mariela comenzó como voluntaria hace 8 años en la filial de Cruz Roja de Ñemby, una de las ciudades del departamento Central de Paraguay, en el área de juventud y luego en el de Damas Voluntarias. Tiene 4 hijos que también son voluntarios de la organización, la más pequeña tiene 13 años, nos cuenta. “Lo que hago me llena y me apasiona, me siento útil y doy lo mejor de mi”, concluye con una sonrisa.La Cruz Roja Paraguaya implementa actividades de salud, agua y saneamiento para responder a la pandemia. Se han instalado 120 estaciones de lavado móviles en ubicaciones estratégicas y se han distribuido más de 5,000 kits de higiene familiar. La Cruz Roja Paraguaya también realiza seguimiento del estado de salud de poblaciones vulnerables en riesgo de contraer el virus y trabaja en albergues para apoyar a la población que regresa al país y tiene que realizar cuarentena. Además, asiste a varios hospitales del país en el traslado de pacientes con COVID.

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Hacemos posible lo imposible

Por Olivia AcostaDavid Brito estudia para ingeniero comercial en Chile y mientras tanto no deja de pensar en cómo echar una mano a las personas más afectadas por la pandemia en su país. Y se le ocurren buenas ideas. Su madre ya era voluntaria de la Cruz Roja Chilena para la extinción de incendios forestales, cuando su hijo de 23 años entró en el Comité Regional de O´Higgins hace tres años, donde desempeña su labor y desarrolla su creatividad en la lucha contra la COVID-19.Según nos cuenta David, desde que se declaró la pandemia estuvo pensando en cómo podría ayudar Cruz Roja a las personas que se sentían solas y aisladas durante los meses de confinamiento. Al mismo tiempo, muchos voluntarios mayores de la organización también se sentían muy frustrados por tener que permanecer en casa sin poder ejercer su labor voluntaria. Y así fue como, a finales de marzo, surgió el proyecto Habla Conmigo. “Todo empezó con la compra de una tarjeta SIM que costó menos de 2,000 pesos chilenos (2 euros). Con esa tarjeta y un teléfono, pudimos ponernos a disposición de la población en situación de confinamiento que buscaba un desahogo emocional… Al principio nos sorprendió comprobar que no solo nos llamaban las personas mayores que vivían solas, también se ponían en contacto con nosotros padres y madres, o incluso jóvenes que buscaban hablar con alguien que los escuchase y obtener información veraz sobre el virus. Este servicio nos está ayudando mucho a combatir falsos rumores que ponen en riesgo la salud de las personas”. Primero fue el teléfono, pero tal fue la aceptación del proyecto en la comunidad, que rápidamente habilitaron una línea de WhatsApp y una cuenta en Facebook para poder llegar a más personas.Varios voluntarios mayores de entre 70 y 80 años atienden las llamadas, mientras que otros más jóvenes se ocupan de la cuenta de Facebook y la línea de WhatsApp. Según David: “el proyecto me pareció una idea excelente para ofrecer un doble servicio de apoyo psicosocial: por un lado, los voluntarios mayores que no podían salir debido a la situación de confinamiento, ahora pueden trabajar desde sus domicilios sin sobrexponerse al virus, y por otro, muchas personas necesitadas están recibiendo apoyo en estos momentos tan difíciles”. El equipo de 7 voluntarios y voluntarias que reciben las llamadas cuenta con formación psicosocial, y para atender los casos mas difíciles reciben asesoramiento por parte de una psicóloga. “Debo reconocer que no fue fácil poner en marcha el servicio- prosigue David- porque todos pensaban que era muy complicado que saliese bien, pero ahora nos hemos hecho tan famosos, que hasta nos llaman de otros países. Recuerdo un día en el que me sonó el teléfono a las cuatro de la mañana… era una señora mayor desde España, Doña Concepción, que estaba muy sola y necesitaba apoyo. Derivamos el caso a Cruz Roja Española para que pudieran atenderla desde allí”. También reciben llamadas de personas que han detectado que algún vecino está muy solo y necesita compañía, o alimentos, artículos de higiene, o incluso medicamentos. Unos de los casos más tristes que recuerda David fue el de un aviso que les llegó sobre 32 familias migrantes de distintos países de Latinoamérica que vivían el confinamiento hacinadas en un espacio minúsculo, en condiciones pésimas.  “Fue gratificante poder ayudarles, sobre todo a los niños, que necesitaban de todo… el mejor pago es la sonrisa sincera de alguien que dice gracias”.Según David, “nos adaptamos a cualquier situación por difícil que sea, la voluntad de todo el equipo es lo que ha hecho que el proyecto funcione porque no nos vamos a rendir ante el coronavirus. Nuestro lema es: hacemos posible lo imposible”, termina. La Cruz Roja Chilena en respuesta a la pandemia han brindado más de 49,000 servicios en actividades policlínicas, apoyo a campañas de vacunación, entrega de ayuda humanitaria a migrantes y comunidades vulnerables, distribución de EPP, distribución de alimentos, apoyo psicosocial, etc. Además, ha difundido información y medidas de prevención y ha realizado visitas domiciliarias a personas con dificultades de movilidad y ancianos.

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Una labor permanente a favor de las personas migrantes

Por Olivia AcostaYa han pasado más de cinco meses desde que las fronteras se cerraron en Guatemala y un número considerable de personas en situación de movilidad humana han quedado inmovilizadas al interior del país. La situación representa un reto para Guatemala ya que muchos de las personas migrantes deben recurrir a la búsqueda de empleos o generación de actividades económicas en el país para poder sobrevivir. En la mayoría de los casos, las personas migrantes se ven forzadas a convivir en poblaciones locales cercanas a los puntos fronterizos, lo cual también implica un desafío en torno a la convivencia armónica entre pobladores de las localidades y los migrantes.La mayoría de las personas tienen dificultades económicas y se arriesgan a salir de sus países en busca de una mejor vida. El tránsito por Centro América siempre es muy complejo, pero actualmente con la situación creada por la pandemia de COVID_19 todo se ha vuelto aun más difícil y dependen del apoyo de organizaciones como la Cruz Roja para solventar parte de sus necesidades. Es el caso de Hosni Contreras, un nicaragüense que quedó atrapado en Petén, Guatemala, tras el cierre de las fronteras, y hace dos meses fue atropellado por un vehículo. “La Cruz Roja Guatemalteca me ayudó en mi proceso de recuperación. Ahora ya me siento mucho mejor, ya puedo caminar sin muletas”, comenta Hosni.Como parte de la respuesta para atender a personas como Hosni, existe uno de los principales proyectos ejecutados por la Cruz Roja Guatemalteca desde el año 2014 en los departamentos de Petén, Chiquimula y San Marcos. El proyecto se lleva a cabo en coordinación con ACNUR y busca generar acciones de fortalecimiento de capacidades a nivel institucional relativas a la asistencia y protección en el ámbito migratorio; acciones de derivación a instituciones pertinentes para casos de protección; desarrollo de comunicaciones (Restablecimiento del Contacto entre Familiares, RCF); y activación de procesos de sensibilización y protección en comunidades de tránsito. Hasta el momento se han atendido más de 47,000 personas.Treinta voluntarios trabajan en el proyecto. La Cruz Roja Guatemalteca ha venido realizando permanentes actividades de capacitación al voluntariado para responder en el contexto de la COVID-19. “Queremos que nuestros voluntarios estén seguros, sin peligro de contagiarse, y que sepan como trabajar para atender de la mejor manera a las personas migrantes, Señala Héctor.La Cruz Roja Guatemalteca está realizando un importante trabajo para informar a esta población sobre el virus e impulsar medidas de prevención. “Este trabajo lo realizamos en las comunidades, generamos el material lo más didáctico posible para que las personas lo vean como algo atractivo y se familiaricen con los mensajes. También, se ha hecho un importante trabajo desde comunicación con redes sociales y otros medios que nos permiten llegar con mensajes de manera eficiente”, Comenta Héctor.El trabajo que la Sociedad Nacional ha venido emprendiendo se ha enfocado fundamentalmente a generar procesos sostenibles, lo cual ha implicado la participación activa de las comunidades. “Es un trabajo muy intenso que hemos venido desarrollando con los años. Se han generado mecanismos con los cuales los habitantes de las poblaciones han cambiado de comportamiento. Hemos visto que la percepción de las personas locales ha venido transformándose, e incluso que están ayudando a las personas migrantes de manera voluntaria”.En este mismo sentido, la Cruz Roja Guatemalteca trabaja para desarrollar procesos sostenidos que permitan identificar las necesidades de las personas migrantes. “Esto lo hacemos de tres formas: una es a través de la asistencia directa, desde que las personas migrantes ingresan a Guatemala entablamos comunicación con ellos. La otra es la interlocución con los actores claves de las comunidades. Al estar más tiempo en las comunidades tenemos más tiempo para el diálogo, para generar confianza y las personas nos cuentan sus cosas. Y finalmente, estamos trabajando con personal de gobierno para generar un registro más sistemático a partir de la retroalimentación que obtenemos de ellos”.Con la llegada de la Pandemia, la Cruz Roja Guatemalteca ha venido adecuando sus procesos de trabajo de acuerdo con la evolución de los diferentes escenarios. El proyecto se ha desarrollado durante tres años y seguirá ejecutándose hacia el 2021. “No sabemos exactamente como vamos a estar trabajando de aquí en un par de meses ya que cada vez nos encontramos con una realidad cambiante, pero seguiremos con todo nuestro contingente para dar apoyo a las personas migrantes”, dice Héctor.

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A un año del huracán Dorian: miles reciben apoyo durante la pandemia y en medio de temporada de huracanes

Un año después de que el huracán Dorian devastó comunidades en las Bahamas, la Cruz Roja ha ayudado a miles de familias durante con asistencia en la emergencia, ayuda financiera y apoyo para la recuperación a largo plazo.El huracán Dorian tocó tierra en las Bahamas el 1º de septiembre de 2019 como un huracán categoría 5. Causó grandes inundaciones y daños en las Islas Abaco y la Gran Bahamas.Rundell Fowler es un residente de Gran Bahamas. El techo de su vivienda fue destruido durante el huracán. A través del programa de reparación de viviendas de la Cruz Roja, recibió asistencia financiera que le permitió pagar las reparaciones y fortalecer su casa en caso de futuras tormentas."Fue una gran ayuda y estamos en temporada de huracanes otra vez, así que estoy muy agradecida", dijoDespués del huracán Dorian, Joel Hepburn dijo que su casa estaba tan destruida que no estaba seguro de poder quedarse en la isla de Abaco, un lugar donde había vivido toda su vida. Pero con el apoyo financiero de la Cruz Roja ha podido comprar los materiales que necesita para arreglarla y quedarse.Los voluntarios y el personal de la Cruz Roja de las Bahamas han apoyado a las comunidades desde antes de la tormenta. Trabajaron en refugios, entregaron ayuda de emergencia, incluyendo más de 11 millones de dólares en asistencia financiera de emergencia, a más de 3.000 familias, apoyaron los programas de asistencia a través de alquileres durante la recuperación y reparación de viviendas, adicionalmente ayudaron a las familias a prepararse para la actual temporada de huracanes, que ya ha traído 14 tormentas a través del Caribe."A medida que continuamos ayudando a la gente en las Bahamas a recuperarse y reconstruir después del huracán Dorian, lo hacemos teniendo en cuenta el próximo huracán. Si las comunidades se reconstruyen más fuertes y resilientes, se puede reducir el impacto de los fenómenos meteorológicos extremos", dijo Baylar Talibov, Gerente de Operaciones del huracán Dorian de la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.Esta importante labor continúa mientras se opera dentro de la situación tremendamente compleja creada por COVID-19, que limitó el movimiento de los voluntarios y el acceso en persona a las comunidades de las islas afectadas. La pandemia de COVID-19 afectó directamente a las familias vulnerables que se recuperaban del huracán Dorian. A lo largo de este difícil momento, la Cruz Roja sigue apoyando a las personas en su proceso de recuperación, al tiempo que ayuda a los afectados por COVID-19. La Cruz Roja de Bahamas y sus socios del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja siguen apoyando las intervenciones de recuperación en curso, que incluyen asistencia para el alquiler, asistencia para la reparación de viviendas, subsidios para pequeñas empresas, apoyo psicosocial y participación comunitaria."Sabemos que el camino hacia la recuperación es largo, y la Cruz Roja estará acompañando este viaje. Estuvimos en las comunidades para apoyar a las personas vulnerables antes, y estamos allí ahora y en el futuro. Es muy importante reconocer la dedicación del personal y los voluntarios de la Cruz Roja de Bahamas, ya que siguen apoyando a otros en estos tiempos difíciles", dijo Ariel Kestens, jefe de la Oficina del Cluster para el Caribe de habla inglesa y holandesa de la IFRC.

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Vichada: la Cruz Roja Colombiana acompaña a las comunidades con servicios integrales en contextos de frontera

Por Melissa Monzón“¿Cuándo nos debemos lavar las manos?” pregunta Sergio Gutiérrez, a tres niños que lo han estado escuchando con mucha atención. Los niños responden en coro: “Antes de comer, después de ir al baño …”, uno de los niños lo mira con duda, y Sergio le responde la mirada como diciendo Tú puedes. “…y después de jugar” contesta el pequeño con el orgullo que muestra un estudiante cuando ha aprendido la lección.Estos pequeños, provenientes de Venezuela, han estado participando de las actividades lúdicas que realiza la Cruz Roja Colombiana en el municipio de Puerto Carreño, capital del departamento de Vichada, Colombia.“Tenemos un trabajo cercano y pedagógico con niños, niñas, adolescentes, madres gestantes, lactantes, sobre todo en el tema de la actualidad, que es el COVID-19. Por medio de actividades lúdicas y personajes, ya sean los títeres o el trabajo con los voluntarios, se ha podido generar interacción con las familias, para seguir sensibilizando y generando espacios de reflexión en temáticas que respondan a las necesidades de la población”, nos comenta Sergio, psicólogo de profesión, quien se trasladó desde su natal Bucaramanga hasta Vichada para encargarse del espacio amigable de la Cruz Roja Colombiana, donde niños, niñas, adolescentes y adultos aprenden desde el juego, estrechando sus lazos de conexión y proporcionándoles un entorno de protección con acciones enmarcadas en salud mental y bienestar psicosocial.Para llegar a Bogotá, capital del país, desde Vichada, uno se debe embarcar en un viaje por tierra de aproximadamente dos días, con muchos traslados de por medio. Vichada es un departamento con muchas necesidades, y también un paso fronterizo para quienes migran desde Venezuela hacia Colombia, ya sea este su destino final o de tránsito hacia otro país. Es también un territorio con un ecosistema diverso, cruzado por el río Meta y el Orinoco, con un potencial cultural y social enorme, que demanda una respuesta humanitaria integral, sostenible y que garantice la participación colectiva para el desarrollo.En Vichada, los índices de pobreza son altos y el acceso a los servicios de salud es escaso: la proporción de personas con necesidades básicas insatisfechas del departamento alcanza el 67%, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia, y la situación de las comunidades indígenas (muchas de ellas transfronterizas, y que representan más del 58% de la población) es preocupante: solo alrededor del 10% de la población indígena del Vichada cuenta con servicio de energía eléctrica, la cobertura de acueducto alcanza apenas el 9% para los pueblos indígenas y en general, los servicios de atención en salud son muy limitados, afectando directamente la calidad de vida en la zona.La llegada del COVID-19 ha vuelto la situación aún más compleja. La Cruz Roja Colombiana ha venido brindando desde abril del 2019, servicios de medicina, enfermería y psicología, actividades de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, así como entrega de medicamentos gratuitos dirigidos a la población migrante, y también a población local vulnerable, así como servicios de protección a través del espacio amigable. Ahora, en medio de la pandemia, es la única organización brindando el servicio de salud ambulatoria de forma continua en la zona, debido a que el hospital municipal, de forma temporal, solo brinda atención de urgencias.Para Jessica Teherán, enfermera de la seccional, lo que más le satisface, más allá de dar las atenciones, es saber que está aportando al cambio de comportamiento: “No solo estamos brindando atenciones médicas o psicológicas, sino que también estamos enseñando a la madre que no sabe cómo amamantar, sensibilizando al adulto mayor que no sigue su tratamiento de hipertensión, felicitando a la futura mamá que aún en tiempos difíciles tiene las ganas de seguir con su embarazo. Estar en Vichada y trabajando con todos ellos me cambió totalmente la visión que tenía del mundo, enriqueciendo así mi vida personal y profesional”.Hasta final de junio de 2020, la Cruz Roja Colombiana - Seccional Vichada, con el apoyo de IFRC a través del Llamamiento de emergencia: Movimiento Poblacional Colombia, ha brindado más de 27 mil atenciones en salud, casi 10,000 de ellas en servicios de enfermería, más de 4,800 atenciones en psicología y atendió a cerca de 3,500 niños, niñas y personas vulnerables en su espacio amigable. Además, en cada atención los pacientes pueden acceder a medicamentos gratuitos y participan de las charlas educativas de prevención de enfermedad y promoción de la salud y temas relacionados con salud mental. Asimismo, se han entregado kits de higiene, kits prenatales, kits de alimentos, kits de apoyo psicosocial, preservativos y gel antibacterial. Finalmente, se han instalado dos puntos de hidratación en el departamento, para dar acceso a agua segura a cualquier persona que la necesite.“El impacto que tiene el trabajo con la población migrante lo evidencio a diario en la consulta, con pacientes agradecidos, ya que encuentran en la Cruz Roja Colombiana no solo asistencia, sino también una mano amiga en esta situación de vulnerabilidad a la cual están expuestos. Para mí como migrante, es una experiencia gratificante poder trabajar con otros migrantes para poder brindarles orientación o una palabra de aliento”, concluye Ligia Helena Gómez, venezolana de nacimiento, y médica del proyecto de movilización poblacional de la Cruz Roja Colombiana en Vichada.[embed]https://www.youtube.com/watch?v=yBEm1Y3F8JU[/embed]*Algunas tomas del video fueron grabadas antes de que el COVID-19 llegue a Colombia. 

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Bolivia: cruzando el país para salvar vidas

por Melissa MonzónSanta Cruz, 10 de agosto, 10:00am. Magdalena se prepara para la ardua jornada. La sala situacional se activa. Hoy, voluntarios y personal de la Cruz Roja Boliviana de la filial de Santa Cruz estarán iniciando con la misión: acompañar al traslado de 3 camiones que llevarán oxígeno a diferentes hospitales en los departamentos de Cochabamba, Oruro y La Paz.En Bolivia los casos de COVID-19 se han ido incrementando en las últimas semanas, y en muchos hospitales hay escasez de oxígeno. Por ello, esta misión es tan importante. Pero no será una misión fácil, desde hace días hay bloqueos en diferentes puntos del país, por lo que el lograr que la caravana llegue a su destino requiere de grandes esfuerzos de coordinación.“Ha sido muy importante el rol que cada voluntario ha desempeñado en el traslado, dialogando con las comunidades. Demostrando la imparcialidad y neutralidad de la institución, y dándole esa confianza a la población de que Cruz Roja iba enmarcada en una misión humanitaria.”, comenta Magdalena Choque, responsable del equipo para el convoy humanitario de la Cruz Roja Boliviana – filial Santa Cruz.“Desde el área de planificación se empezaron a elaborar el plan de acción, el plan de seguridad, el análisis de riesgo, de acuerdo con el operativo. Se activó un equipo de monitoreo y logística, y se conformó un equipo idóneo y capacitado para este operativo. De igual manera, desde el área de monitoreo se coordinó con la filial Cochabamba para dar continuidad al convoy humanitario.”, agrega.Cochabamba, 12 de agosto, 04:00 am. Karla Vogt está despierta desde temprano, monitoreando que el traslado se dé dentro de los parámetros de seguridad. Ella, como punto focal de Acceso más seguro, vela porque la misión se lleve a cabo correctamente, cuidando la seguridad de quienes participan en ella.Ya son las 17:00hrs. y la filial Santa Cruz a está por llegar al punto de encuentro para hacer el relevo con la filial de Cochabamba; aquí, otros voluntarios y personal tomarán la posta para continuar el camino hasta lograr llevar el oxígeno hasta dónde se necesite.“Uno de los retos más grandes que tuvimos fue el mantener una coordinación y monitoreo constante; coordinación con distintas organizaciones y entes gubernamentales, para no tener riesgos posteriores. Demostrando nuestra misión humanitaria, y sobre todo el respeto a nuestros principios fundamentales, lo que permitió poder entablar diálogos y conversaciones en puntos de bloqueo”, comenta Karla. “Las filiales y los voluntarios en terreno han podido adaptarse a los distintos cambios, a una situación complicada y tensa, y han podido aplicar todos los principios ya inculcados. La Cruz Roja Boliviana ha podido potenciar esas virtudes en los voluntarios y es algo muy resaltable.”En total fueron más de 28 personas entre voluntarios y personal quienes acompañaron a la caravana, a lo largo de seis días desde que salió de la ciudad de Santa Cruz hasta llegar a La Paz. La caravana trasladó 66 toneladas de oxígeno, los cuales abastecieron a hospitales en diferentes puntos del país. La coordinación entre cinco filiales de la Cruz Roja Boliviana - Santa Cruz, Cochabamba, Chuquisaca, Oruro y La Paz – permitió que esto se lograra. No fue un trabajo fácil, pero todos estaban convencidos de la importancia de la operación. “Los voluntarios y personal fuimos los guardianes de aquel elemento clave para salvar vidas en esta época. Creo que todos teníamos en mente esto y pusimos todos los esfuerzos, y todo el corazón y todos los conocimientos y capacidades que teníamos para lograr el objetivo.”, concluye Karla.

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COVID-19 Cruz Roja Argentina gestiona un centro de aislamiento para 2.000 personas

Por Olivia AcostaTecnópolis, lo que antes de la pandemia fue una feria de ciencia y tecnología situada en la provincia de Buenos Aires, Argentina, hoy es un espacio que ha sido readaptado y convertido en un centro sanitario para acoger a personas con COVID-19, con una capacidad para más de 2.000 plazas El centro está gestionado por la Cruz Roja Argentina, que coordina los protocolos de bioseguridad y proporciona los equipos de protección (mascarillas, delantales, alcohol, etc.) al personal sanitario. Además, también es la encargada de organizar los turnos de los voluntarios y voluntarias que atienden a los pacientes, las 24 horas del día, 7 días de la semana.Según Daniel Russo de Cruz Roja Argentina y responsable del centro: “Tecnópolis es un espacio temporal de aislamiento para personas entre 18-50 años, que hayan sido diagnosticados de COVID-19, y que no presenten síntomas graves que necesiten de hospitalización. El objetivo es que puedan pasar la enfermedad en las mejores condiciones posibles de aislamiento y evitar el contagio del virus a otras personas”Efectivamente las personas que llegan al centro cumplen allí las medidas de aislamiento y se las controla medicamente hasta que reciben el alta. Según Russo, “Muchas de las personas que nos llegan, que suelen permanecer con nosotros entre 10 y 15 días, no pueden mantener las medidas de aislamiento por vivir hacinados en espacios pequeños, o son personas sin hogar que no tienen un lugar dónde aislarse para prevenir el contagio a otras personas”. “Lo más destacable del proyecto -prosigue Russo- es el compromiso de las personas voluntarias. Es admirable el coraje y las ganas de ayudar con las que llegan, su gran compromiso con las personas a las que apoyan”. Y eso es precisamente lo que trasmite Camila Vélez, 22 años, voluntaria de Cruz Roja Argentina y encargada de coordinar los turnos de los 100 voluntarios y voluntarias que ejercen su labor en el centro cada día: “el espacio se divide en tres zonas, según la exposición al virus. La zona verde está libre de riesgo, la zona amarilla es en la que el personal sanitario y el voluntariado se viste o se desviste con los equipos de seguridad cuando entra o sale de la zona roja, lugar donde se encuentran las personas infectadas por el virus a las que atendemos”.La zona roja es sin duda el punto neurálgico del centro sanitario, donde el voluntariado ejerce su labor principal realizando, por ejemplo, las tareas de admisión a los pacientes que llegan en ambulancia, acompañados del personal sanitario. Según Camila, es allí dónde se siente realmente útil: “muchos enfermos nos buscan porque necesitan apoyo psicosocial y esto supone todo un desafío porque las personas a las que atendemos tienen miedo, acaban de ser diagnosticadas de COVID-19, y encima nosotros les recibimos vestidos con todas las medidas de seguridad, parecemos astronautas, no hay contacto, apenas nos pueden ver el rostro. Tenemos que buscar la manera en que se sientan cómodos, a través de la mirada, los gestos, las palabras…” Otro gran desafío, según Camila, es el de la descontaminación: “es esencial respetar las medias de bioseguridad y aprender a poner y quitarse los mamelucos (trajes de protección personal) correctamente, lo que lógicamente al principio, causa cierto estrés. Además, los voluntarios y voluntarias cuando permanecen en la zona roja no pueden consumir alimentos ni ir al baño para evitar riesgos de contagio, por lo que los turnos no pueden ser muy largos. Una de mis labores principales es hablar con ellos, para saber lo que sienten, ese es mi rol, conocer de primera mano cómo están para Identificar cualquier malestar, e intentar solucionarlo”Camila está orgullosa de lo que hace, se nota en la manera en que lo cuenta. Según ella, los enfermos de COVID le escriben bonitas cartas de agradecimiento a las que tiene que tomar fotos, porque no se puede sacar nada de la zona roja para evitar riesgos de contagio: “El equipo humano es increíble, es lo que permite cumplir con toda esta labor, en este contexto tan difícil… es maravillo cuidarnos entre todos y hacer algo tan importante por los demás. Cruz Roja me ha cambiado la vida y me ha ayudado a sentirme útil ofreciendo herramientas a los que más lo necesitan para ayudar a preservar su dignidad”.

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Lucha contra el Dengue en tiempos de COVID-19

Por Fernando Gandarillas Paraguay es el tercer país de la región con mayor incidencia en casos de Dengue. Este es el tercer año consecutivo en el que se presenta un intenso brote de la enfermedad. En 2020 se ha tenido el mayor número de casos en la historia del país (más de 220 mil casos) y hasta el momento 73 personas han fallecido. Las ciudades con mayor afectación son Asunción, Mariano, Limpio y Capiatá. La Cruz Roja Paraguaya ha venido trabajando desde inicios del año para atender la emergencia en dichas localidades. Con el apoyo de la IFRC la Sociedad Nacional implementó un proyecto de respuesta al dengue en dichas ciudades llegando a 1280 familias. Las acciones se enfocaron en generar actividades educativas para la prevención, higiene y saneamiento, así como entrega de kits de protección y de higiene. Estas actividades sufrieron serias complicaciones para su ejecución con la aparición de la COVID-19 en el país. La pandemia complicó los trabajos que la Sociedad Nacional venía desarrollando. “Debido a las restricciones de movilidad y las medidas de distanciamiento social nos vimos imposibilitados de continuar con las actividades que realizábamos en las comunidades” señala Magali Paredes, Responsable de Salud para Dengue y COVID-19 de la Cruz Roja Paraguaya. Gran parte del trabajo con la comunidad se realizaba a través de reuniones comunitarias, donde se impartían talleres y se socializaban conocimientos. Una de las labores más importantes fue la creación de brigadas comunitarias para trabajar en la prevención y respuesta del brote de la enfermedad a nivel local. Algunas de las familias que viven en las zonas afectadas trabajan en reciclaje de basura. Muchos de los accesorios reciclados son guardados por las personas en los patios de sus hogares o en lugares cercanos a donde viven. Ahí se acumula el agua lluvia y se generan criaderos de mosquitos. Debido al vínculo directo con los medios de vida de las personas, la acción del personal de la Cruz Roja estaba encaminado a informar y capacitar a miembros de la comunidad sobre cómo prevenir la propagación de las larvas del mosquito sin que la actividad económica se vea afectada. “Sentimos que siempre existió una importante participación e interés por parte de los miembros de la comunidad porque sabían que nosotros somos conscientes de esto y que queremos trabajar con ellos para encontrar soluciones” indica Magali. Por otro lado, parte del trabajo que la Cruz Roja Paraguaya vino haciendo se focalizó en 12 escuelas de las ciudades de intervención. El trabajo con niños para enseñarles sobre medidas de prevención del virus tuvo mucho impulso en un principio. Cuando se adoptaron las medidas de aislamiento los niños dejaron de ir a la escuela. Debido a estas circunstancias la Sociedad Nacional está trabajando para generar un proceso de capacitación a los profesores como agentes replicadores de conocimientos. La idea es que ellos participen de manera activa en la respuesta y atención a los niños. La Cruz Roja incluyó el componente de COVID-19 en las acciones comunitarias desde el brote del virus. La creación de las brigadas comunitarias ha sido clave para difundir información y promover acciones de prevención tanto del dengue como del nuevo Coronavirus. Además, se crearon mecanismos de vigilancia comunitaria que implica un trabajo coordinado entre los miembros de la comunidad y la Unidad de Salud Familiar local (punto de atención pública de salud en la localidad) para que las personas informen, sin miedo a ser discriminadas, si han estado en contacto con personas que han dado positivo a la COVID-19 o si han estado seriamente expuestas al virus. “Muchas veces las personas no quieren informar sobre su condición de salud, si están presentando síntomas o si han estado en contacto con personas con COVID-19 debido a que se siente observadas” dice Magali. La Cruz Roja ha trabajado como intermediadora entre la comunidad y esta entidad estatal para facilitar las condiciones que generan seguridad en los informantes. Las acciones de la Sociedad Nacional se llevaron a cabo en un momento en el que la emergencia de la COVID-19 captó totalmente la atención pública, en consecuencia, el interés público por la emergencia de dengue bajó considerablemente. En este sentido, la Sociedad Nacional trabajó desde el campo de la comunicación para mantener procesos de difusión en torno al nuevo Coronavirus y el dengue paralelamente. El trabajo que ha venido desarrollando la Cruz Roja Paraguaya se ha sostenido con la participación activa de decenas de voluntarios que han sumado esfuerzos. Uno de los resultados más importantes del proyecto ha sido lograr un trabajo conjunto con un considerable empoderamiento de las personas de las comunidades afectadas. A pesar de las complicaciones generadas por los efectos de la Pandemia, los esfuerzos por controlar el dengue deberán continuar en el margen del esfuerzo y coordinación permanente de los actores locales, gubernamentales y de organizaciones humanitarias.

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Una pausa en la frontera antes de seguir su camino

Por Melissa MonzónA 3695 metros sobre el nivel del mar se encuentra el campamento de Tata Santiago, ubicado en el distrito de Pisiga, Bolivia, en la frontera con Chile. Este campamento fue acondicionado para recibir a las personas que estaban retornando a Bolivia, quienes debían cumplir con el aislamiento obligatorio como medida preventiva, antes de seguir su camino hacia sus respectivos destinos dentro del país.El campamento contaba con una capacidad de más de 400 personas, y se diseñó para que quienes se encuentren ahí puedan tener acceso a diversos servicios. Son aproximadamente tres mil personas las que pasaron por el campamento, en diferentes turnos desde su apertura hace ya casi tres meses hasta su cierre, el miércoles 01 de julio.Todas las personas que pasaron por el Tata Santiago se encontraban en camino a sus hogares en distintas localidades del país; algunas viajaban solas, algunas con sus familias. Muchos tenían trabajos temporales en el país vecino de Chile, pero en el contexto del COVID-19 los perdieron, y al no contar con una fuente de ingreso, decidieron retornar a Bolivia.Poder estar en comunicación con sus familias se convirtió en algo muy importante en las dos semanas que debían quedarse en el campamento. Por ello, la Cruz Roja Boliviana otorgó el servicio de restablecimiento de contactos familiares, el cual permitió que las personas puedan estar en contacto con quienes aman durante su estadía.La coordinación interinstitucional se convierte en un factor clave en casos como este, y eso lo sabe muy bien la Cruz Roja Boliviana. Por ello, coordinaron con el Viceministerio de Defensa Civil, acciones para la administración del campamento, y con la Organización Internacional de Migraciones (OIM) la gestión y cobertura de necesidades básicas humanitarias. Por otro lado, en coordinación con Defensa Civil se pudo incrementar la capacidad del campamento para que los albergados tengan un nivel de vida digno y seguro. Además, se coordinó con el sistema de salud para atender los casos necesarios.Asimismo, se coordinaba con cada nuevo grupo de personas que llegaba al campamento, para el apoyo en las labores de limpieza y de entrega de comida, así como las reglas de convivencia, como el tiempo de uso de cada sala del campamento, y principalmente, se les realizaba constantes controles médicos durante su estadía. Para los más pequeños se estableció una sala didáctica, donde pintaban, jugaban o veían alguna película. De esta manera, todos y todas colaboraron para que haya una buena convivencia.La Cruz Roja Boliviana también ha venido apoyando la administración de otros dos campamentos en la frontera con Brasil y Argentina. Asimismo, en la respuesta frente al COVID-19, viene realizando atenciones en salud y apoyo psicosocial, labores de desinfección, entrega de kits de alimentos y de higiene, e información para la prevención y el cuidado en español y en lenguas originarias.

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La Cruz Roja insta a los gobiernos y a las personas a prepararse antes de la temporada de huracanes ya que el COVID-19 podría retrasar la asistencia

La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) se está preparando para la Temporada de Huracanes 2020 en las regiones del Atlántico y el Pacífico, mientras la segunda tormenta de la temporada cruza el norte del Caribe.Walter Cotte, Director Regional de IFRC para las Américas, dijo que la predicción de la temporada de huracanes 2020 está por encima de un año normal, con 13 a 19 tormentas con nombre y a esto se suma la pandemia de COVID-19, que es motivo de preocupación.“Aunque estamos enfocados en abordar COVID-19, también debemos pensar en prepararnos para la temporada de huracanes. Uno de los principales desafíos será la logística, ya que las medidas de salud pública para evitar la propagación de COVID-19 han provocado el cierre de fronteras y restricciones de movimiento.”Las organizaciones de la Cruz Roja de América Latina y el Caribe están compartiendo mensajes de preparación, instando a las personas a tener alimentos, agua y otros artículos esenciales a  mano, ya que la ayuda puede tardar más tiempo en llegar. La Cruz Roja también alienta a los gobiernos a apoyar los esfuerzos humanitarios.“Utilizando la diplomacia humanitaria estamos trabajando con los gobiernos, abogando por la flexibilidad en el marco regulatorio para permitir el acceso y el movimiento de bienes humanitarios para garantizar el acceso en caso de desastre en la región”, dijo Cotte.“Además, para intentar mitigar los impactos de un huracán y las inundaciones y deslizamientos de tierra asociados, hemos posicionado previamente alrededor de 200 toneladas de suministros de emergencia en áreas clave de toda la región.”Esta semana, durante una reunión de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja se está planificando la temporada de huracanes. Las estrategias están cambiando para reflejar la realidad de COVID-19, por ejemplo, en Trinidad y Tobago, se están organizando capacitaciones en línea con voluntarios del equipo comunitario de respuesta a emergencias y administradores de refugios. Cientos de voluntarios de la Cruz Roja se están movilizando en toda la región para compartir mensajes de alerta temprana, ayudar a las comunidades a prepararse y apoyar después del desastre donde sea necesario. La acción temprana y la preparación efectiva pueden salvar vidas y medios de vida.América Latina y el Caribe son las regiones del mundo más propensas a los desastres. IFRC aboga por medidas de adaptación al cambio climático para mitigar el impacto humanitario de estos desastres, especialmente en las poblaciones urbanas.

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Cruz Roja Ecuatoriana brinda soporte a migrantes durante la emergencia por COVID-19

“Con lo que recibimos no nos alcanza para comer, ni para el arriendo, para nada. Tenemos que dormir en la calle y exponernos al virus” Comenta José Gregorio uno de los cientos de miles de migrantes Venezolanos que vive en Ecuador. José es parte de la población que trabaja en el mercado informal vendiendo caramelos en las calles de Quito. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) a finales de 2019 habían 330.000 venezolanos en este país.La emergencia sanitaria por COVID-19 ha complicado las condiciones de vida de las poblaciones migrantes. Una de las principales afectaciones se debe a la reducción de sus medios de vida. Muchos migrantes obtenían sus ingresos de negocios o empleos que se han visto obligados a cerrar temporalmente a causa de la emergencia. Otros trabajan en el sector informal y les es muy complicado costear sus gastos de arriendo, alimentación, salud, y acceso a servicios básicos.Para dar soporte a esta población, la Cruz Roja Ecuatoriana ha brindado asistencia humanitaria con la entrega de kits de higiene y alimentos. En la provincia de Pichincha la Sociedad Nacional ha entregado 4.630 kits de alimentos, mientras que en Guayas se entregaron 500. Además, se distribuyeron 1.000 kits de higiene entre Guayas, Pichincha y 5 provincias más. Esta ayuda se destinó a personas en situación de vulnerabilidad, incluyendo migrantes.“Todas nuestras acciones están coordinadas con el Estado para no duplicar esfuerzos y ayudar de la manera más eficiente. En el caso de la Provincia de Pichincha trabajamos con el Centro de Operaciones de Emergencia Metropolitano. De igual forma, hemos articulado acciones de cooperación con el sector privado que ha sido clave para poder movilizar recursos durante la emergencia” Indica Roberto Bonilla, Técnico de la Cruz Roja Ecuatoriana.Uno de los serios problemas a los que se enfrentan las personas en situación de movilidad humana es la afectación psicológica. El distanciamiento de sus familias, la ansiedad generada durante la cuarentena, así como el estigma y discriminación de la que muchas veces son víctimas, son situaciones que pueden generar profundos estados de depresión. En tal sentido, la Cruz Roja Ecuatoriana ha estado trabajando en la línea de apoyo psicosocial con teleasistencia. Este es un servicio que está abierto a toda la comunidad incluyendo población migrante y en la que intervienen voluntarios de la salud mental que apoyan desde diferentes puntos del país.Según Roger Zambrano, Coordinador Nacional de Gestión de Riesgos de la Cruz Roja Ecuatoriana, al momento la institución lleva a cabo un proceso de preparación para sus voluntarios con miras a extender sus acciones en terreno en el marco del brote del COVID-19.“La seguridad de nuestros voluntarios y personal es lo primero” Comenta “Estamos elaborando protocolos y procedimientos de bioseguridad, así como capacitaciones presenciales y virtuales. También estamos gestionando el envío de equipos de protección para nuestros voluntarios. La idea es ampliar nuestro accionar en el país garantizando el bienestar de nuestro personal”.

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Cruz Roja sigue apoyando a medida que las personas regresan a sus hogares

[et_pb_section bb_built="1"][et_pb_row][et_pb_column type="4_4"][et_pb_image _builder_version="3.7" src="http://media.ifrc.org/ifrc/wp-content/uploads/2019/12/20191105_Bahamas-hurricane-dorian_IMG_LS_2-1.jpg" /][et_pb_text _builder_version="3.7"]Por Angela Hill, IFRCEn los tres meses transcurridos desde que el huracán Dorian azotara las Bahamas, devastando partes de las islas de Gran Bahama y Ábaco, la Cruz Roja ha ayudado a miles de familias con artículos vitales de emergencia, asistencia financiera y apoyo psicosocial.A medida que las personas regresan a sus hogares para comenzar la recuperación, la Cruz Roja brinda apoyo continuo.Más de seis semanas después de que evacuaran Murphy Town, en la isla Ábaco, Della y Jacob Davis regresaron al lugar al que llaman hogar. Como muchos, tuvieron problemas para reconocer a su comunidad ya que la tormenta de categoría 5 cambió el panorama por completo.Della recuerda la noche de la tormenta como si fuera ayer. Dice que recuerda como el agua llegaba hasta las ventanas y que partes del techo se habían volado cuando escuchó que la llamaban."El agua estaba tan alta que mi corazón no podía permitir que la gente se quedara allí en ese momento", dijo. "Dije ... No puedo dejar que estas personas mueran allá afuera ".Los invitó a todos a su casa y esperaron mientras el agua seguía subiendo.   "Si el agua hubiera subido más, simplemente nos habríamos quedado allí parados y habíamos muerto porque no teníamos ningún otro lugar a donde ir".Todos en la casa evacuaron a Nassau. Jacob dijo que a medida que las personas regresan a Ábaco, "tratan de estar allí el uno para el otro".La Cruz Roja pudo apoyar a la pareja con ayuda de emergencia. Mientras algunas personas regresan a su casa en Ábaco, otras planean quedarse en Nassau, al menos en el futuro cercano.[/et_pb_text][et_pb_image _builder_version="3.7" src="http://media.ifrc.org/ifrc/wp-content/uploads/2019/12/20191019_Bahamas-hurricane-dorian-IMG_LS_1-1.jpg" /][et_pb_text _builder_version="3.7"]Laurel Dean y su hermana Emilyann Johnson fueron evacuadas a la isla de Nueva Providencia, luego del huracán Dorian. Ambas están trabajando duro para recuperarse y sacar a sus familias adelante."Cuando tienes esta mentalidad, lo único que puedes hacer es seguir adelante”, dijo Emilyann.  "Ustedes trabajan de la mano con nosotras", dijo sobre el apoyo que recibieron de la Cruz Roja.Durante una reciente distribución financiera, más de una familia se fue con lágrimas de alegría. Una y otra vez, la gente decía cuán agradecidos estaban, cómo se acerca la Navidad y cómo no sabían cómo iban a poder seguir con los gastos del día a día y a la vez tener una celebración navideña para su familia.[/et_pb_text][et_pb_image _builder_version="3.7" src="http://media.ifrc.org/ifrc/wp-content/uploads/2019/12/20191129_Bahamas-Hurricane-Dorian_IMG_LS_1-1-DA.jpg" /][et_pb_text _builder_version="3.7"]Ray y Agnes Cumberbatch abrazaron a todos los voluntarios en el edificio después de recibir asistencia en Gran Bahama.“Vine aquí cargada. Estaba pasando por muchas cosas, tenía muchas cosas en mente, con el paso del huracán Dorian. Pero entrar aquí y dejarlo todo… simplemente estoy asombrada”, dijo Agnes.[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]

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Venezuela: Nuevo envío de materiales de salud de la Cruz Roja llega a Caracas procedente de Italia

Caracas/Panamá/Ginebra/Roma, 31 de julio de 2019 - El presidente de la Cruz Roja Venezolana, Dr. Mario Villarroel, ha confirmado que esta mañana llegó al aeropuerto internacional de Caracas un cargamento de 34 toneladas de medicamentos y suministros médicos procedentes de Italia.Esta carga fue enviada por la Cruz Roja Italiana, con el apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores italiano y de donantes privados: se trata de una donación en especie de 3 millones de euros a la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), destinados al llamamiento de emergencia de 50 millones de francos suizos cuyo objetivo es hacer llegar una serie de servicios de salud a 650.000 personas en Venezuela durante 12 meses.El cargamento que llegó hoy incluye medicamentos esenciales como antibióticos y antiinflamatorios, productos sanitarios desechables y una serie de equipos médicos como desfibriladores.El plan de asistencia de la Federación Internacional se centra en prestar apoyo a los centros de salud venezolanos, incluida la red de salud de la Cruz Roja Venezolana, con medicamentos y equipo. El plan también garantizará que los hospitales y clínicas que reciben apoyo tengan acceso a agua potable y saneamiento eficaz.Francesco Rocca, Presidente de la FICR y de la Cruz Roja Italiana, dijo: “Este envío nos permitirá ampliar nuestras operaciones, aumentar nuestro apoyo a las instalaciones sanitarias venezolanas y garantizar que las personas vulnerables puedan acceder a este apoyo tan necesario". "Sabemos que este envío no satisfará todas las necesidades del país: pedimos a todos los socios y donantes que apoyen nuestro llamamiento para aliviar el sufrimiento de los venezolanos. Agradezco al Ministerio de Asuntos Exteriores italiano y a los donantes italianos que nos apoyaron en este nuevo envío".El Dr. Mario Villarroel, Presidente de la Cruz Roja Venezolana, dijo: "La ayuda humanitaria salva vidas y la Cruz Roja Venezolana busca apoyar las necesidades de salud del país. Este es el apoyo a las personas más necesitadas, que siempre ha sido el espíritu de nuestro trabajo humanitario".

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Luimer Guerrero ha llevado su música desde Venezuela hasta Colombia

Luimer Guerrero llegó a Bucaramanga hace más de un año con sus dos hijos, su esposa y su suegra en un autobús que pudieron tomar con la ayuda de su congregación religiosa en Venezuela.  Luimer emprendió su viaje lleno de sueños y expectativas con la convicción de que tendría nuevas oportunidades de resurgir en un país que desconocía por completo. Y como si se tratara de una señal, el primer lugar al que se acercaron fue el Centro de Atención Solidaria y de Apoyo (CASA) de la Cruz Roja Colombiana. Allí recibieron una de las atenciones más importantes para él y su familia, la explicación de cómo obtener el Permiso Especial de Permanencia (PEP), un documento que entrega el Gobierno colombiano a migrantes venezolanos. Para Luimer ese fue el primer contacto en el que conoció a quienes hoy considera una familia e “impresionante” entidad, la Cruz Roja Colombiana.Después de este acercamiento vinieron otras oportunidades; la Cruz Roja Colombiana llegó con medicina y jornadas de salud al lugar donde estaba viviendo Luimer junto con decenas de personas. En otra ocasión, Luimer cuenta que en medio de una urgencia odontológica, y sin saber con exactitud a dónde acudir, se acercaron a la institución humanitaria y allí les prestaron atención. “Nos ayudaron a llegar al sitio más cercano donde nos podrían ayudar; puedo decir que siempre que solicitamos ayuda encontramos una mano amiga para mí y para mi familia”.La música, una bendición de vidaHoy, este migrante venezolano es docente de música gracias al personal de la Cruz Roja que lo animó a dictar clase y a las personas que lo fueron conociendo y recomendando con sus amigos. Tiene 25 alumnos entre niños, adultos y grupos de jóvenes a los que les enseña un arte que alegra los corazones y además es el trabajo que le permite darle sustento a su familia.Bucaramanga (Santander) ha sido para Guerrero un espacio en el cual ha podido aprender de la cultura colombiana y a la vez ha sido una oportunidad para ser un embajador de los acordes venezolanos con los que creció. La música ha sido y seguirá siendo un sello toda su vida.Guerrero insiste en que para salir adelante en Colombia y en cualquier parte del mundo se necesita tener una mente de emprendedor. Por esta razón ha conformado su academia de música StaffGL y gracias a su emprendimiento ha estado en varios escenarios, uno de ellos la Casa del Libro en Bucaramanga (Santander). Su esposa, por su parte, también está trabajando en una iniciativa de café express. Luimer tiene esperanza y asegura que con esfuerzo y dedicación seguirá saliendo adelante.

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La FICR traerá ayuda humanitaria a Venezuela

Caracas/Panamá/Ginebra, 29 de marzo de 2019- El Presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) ha anunciado que la FICR tendrá acceso irrestricto a la ayuda humanitaria en Venezuela para apoyar una importante ampliación de la atención médica y otra asistencia de la Cruz Roja Venezolana.El anuncio se produce tras una serie de reuniones esta semana en la capital venezolana, Caracas, con instituciones y grupos humanitarios, sociales y políticos.En una conferencia de prensa en Caracas, el Presidente de la FICR, Francesco Rocca, dijo:"La Federación Internacional podrá ampliar las actividades de salud en todo el país de manera independiente, neutral, imparcial y sin trabas, llegando a las personas más vulnerables"."En un país desgarrado por la lucha entre poderes, el poder de la humanidad ha prevalecido. Este es un paso crucial en la expansión de los servicios humanitarios en Venezuela, con un enfoque específico en la salud, salvando más vidas y aliviando el sufrimiento de las personas vulnerables que se enfrentan a una situación desesperada".Con el apoyo de la FICR, la Cruz Roja Venezolana dirige actualmente una red de 8 hospitales y 33 centros ambulatorios. También ofrece exámenes médicos comunitarios, consultas y programas de prevención de enfermedades e higiene.  La Cruz Roja Venezolana cuenta con más de 2.600 voluntarios que trabajan en todo el país, entre ellos 500 que prestan primeros auxilios."A medida que ampliamos nuestras operaciones, podemos contar con el compromiso de los voluntarios de la Cruz Roja Venezolana para llegar a las personas necesitadas, quienesquiera que sean y dondequiera que estén, con la atención de la salud como prioridad", dijo el Sr. Rocca.

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La FICR traerá ayuda humanitaria a Venezuela

Caracas/Panamá/Ginebra, 29 de marzo de 2019- El Presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) ha anunciado que la FICR tendrá acceso irrestricto a la ayuda humanitaria en Venezuela para apoyar una importante ampliación de la atención médica y otra asistencia de la Cruz Roja Venezolana.El anuncio se produce tras una serie de reuniones esta semana en la capital venezolana, Caracas, con instituciones y grupos humanitarios, sociales y políticos.En una conferencia de prensa en Caracas, el Presidente de la FICR, Francesco Rocca, dijo:"La Federación Internacional podrá ampliar las actividades de salud en todo el país de manera independiente, neutral, imparcial y sin trabas, llegando a las personas más vulnerables"."En un país desgarrado por la lucha entre poderes, el poder de la humanidad ha prevalecido. Este es un paso crucial en la expansión de los servicios humanitarios en Venezuela, con un enfoque específico en la salud, salvando más vidas y aliviando el sufrimiento de las personas vulnerables que se enfrentan a una situación desesperada".Con el apoyo de la FICR, la Cruz Roja Venezolana dirige actualmente una red de 8 hospitales y 33 centros ambulatorios. También ofrece exámenes médicos comunitarios, consultas y programas de prevención de enfermedades e higiene.  La Cruz Roja Venezolana cuenta con más de 2.600 voluntarios que trabajan en todo el país, entre ellos 500 que prestan primeros auxilios."A medida que ampliamos nuestras operaciones, podemos contar con el compromiso de los voluntarios de la Cruz Roja Venezolana para llegar a las personas necesitadas, quienesquiera que sean y dondequiera que estén, con la atención de la salud como prioridad", dijo el Sr. Rocca.

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