David Brito estudia para ingeniero comercial en Chile y mientras tanto no deja de pensar en cómo echar una mano a las personas más afectadas por la pandemia en su país. Y se le ocurren buenas ideas. Su madre ya era voluntaria de la Cruz Roja Chilena para la extinción de incendios forestales, cuando su hijo de 23 años entró en el Comité Regional de O´Higgins hace tres años, donde desempeña su labor y desarrolla su creatividad en la lucha contra la COVID-19.

Varios voluntarios mayores de entre 70 y 80 años atienden las llamadas, mientras que otros más jóvenes se ocupan de la cuenta de Facebook y la línea de WhatsApp. Según David: “el proyecto me pareció una idea excelente para ofrecer un doble servicio de apoyo psicosocial: por un lado, los voluntarios mayores que no podían salir debido a la situación de confinamiento, ahora pueden trabajar desde sus domicilios sin sobrexponerse al virus, y por otro, muchas personas necesitadas están recibiendo apoyo en estos momentos tan difíciles”. El equipo de 7 voluntarios y voluntarias que reciben las llamadas cuenta con formación psicosocial, y para atender los casos mas difíciles reciben asesoramiento por parte de una psicóloga. “Debo reconocer que no fue fácil poner en marcha el servicio- prosigue David- porque todos pensaban que era muy complicado que saliese bien, pero ahora nos hemos hecho tan famosos, que hasta nos llaman de otros países. Recuerdo un día en el que me sonó el teléfono a las cuatro de la mañana… era una señora mayor desde España, Doña Concepción, que estaba muy sola y necesitaba apoyo. Derivamos el caso a Cruz Roja Española para que pudieran atenderla desde allí”.
También reciben llamadas de personas que han detectado que algún vecino está muy solo y necesita compañía, o alimentos, artículos de higiene, o incluso medicamentos. Unos de los casos más tristes que recuerda David fue el de un aviso que les llegó sobre 32 familias migrantes de distintos países de Latinoamérica que vivían el confinamiento hacinadas en un espacio minúsculo, en condiciones pésimas. “Fue gratificante poder ayudarles, sobre todo a los niños, que necesitaban de todo… el mejor pago es la sonrisa sincera de alguien que dice gracias”.
Según David, “nos adaptamos a cualquier situación por difícil que sea, la voluntad de todo el equipo es lo que ha hecho que el proyecto funcione porque no nos vamos a rendir ante el coronavirus. Nuestro lema es: hacemos posible lo imposible”, termina.
La Cruz Roja Chilena en respuesta a la pandemia han brindado más de 49,000 servicios en actividades policlínicas, apoyo a campañas de vacunación, entrega de ayuda humanitaria a migrantes y comunidades vulnerables, distribución de EPP, distribución de alimentos, apoyo psicosocial, etc. Además, ha difundido información y medidas de prevención y ha realizado visitas domiciliarias a personas con dificultades de movilidad y ancianos.