Luimer Guerrero llegó a Bucaramanga hace más de un año con sus dos hijos, su esposa y su suegra en un autobús que pudieron tomar con la ayuda de su congregación religiosa en Venezuela. Luimer emprendió su viaje lleno de sueños y expectativas con la convicción de que tendría nuevas oportunidades de resurgir en un país que desconocía por completo. Y como si se tratara de una señal, el primer lugar al que se acercaron fue el Centro de Atención Solidaria y de Apoyo (CASA) de la Cruz Roja Colombiana. Allí recibieron una de las atenciones más importantes para él y su familia, la explicación de cómo obtener el Permiso Especial de Permanencia (PEP), un documento que entrega el Gobierno colombiano a migrantes venezolanos. Para Luimer ese fue el primer contacto en el que conoció a quienes hoy considera una familia e “impresionante” entidad, la Cruz Roja Colombiana.
Después de este acercamiento vinieron otras oportunidades; la Cruz Roja Colombiana llegó con medicina y jornadas de salud al lugar donde estaba viviendo Luimer junto con decenas de personas. En otra ocasión, Luimer cuenta que en medio de una urgencia odontológica, y sin saber con exactitud a dónde acudir, se acercaron a la institución humanitaria y allí les prestaron atención. “Nos ayudaron a llegar al sitio más cercano donde nos podrían ayudar; puedo decir que siempre que solicitamos ayuda encontramos una mano amiga para mí y para mi familia”.
La música, una bendición de vida
Hoy, este migrante venezolano es docente de música gracias al personal de la Cruz Roja que lo animó a dictar clase y a las personas que lo fueron conociendo y recomendando con sus amigos. Tiene 25 alumnos entre niños, adultos y grupos de jóvenes a los que les enseña un arte que alegra los corazones y además es el trabajo que le permite darle sustento a su familia.
Bucaramanga (Santander) ha sido para Guerrero un espacio en el cual ha podido aprender de la cultura colombiana y a la vez ha sido una oportunidad para ser un embajador de los acordes venezolanos con los que creció. La música ha sido y seguirá siendo un sello toda su vida.
Guerrero insiste en que para salir adelante en Colombia y en cualquier parte del mundo se necesita tener una mente de emprendedor. Por esta razón ha conformado su academia de música StaffGL y gracias a su emprendimiento ha estado en varios escenarios, uno de ellos la Casa del Libro en Bucaramanga (Santander). Su esposa, por su parte, también está trabajando en una iniciativa de café express. Luimer tiene esperanza y asegura que con esfuerzo y dedicación seguirá saliendo adelante.
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