Temporada de inundaciones: "Fue aterrador", pero el voluntariado de la Media Luna Roja lo arriesgó todo para salvar vidas y ayudar a la gente a recuperarse.
El pueblo de Devipur, en Noakhali, un extenso distrito de la región del delta sur de Bangladesh, fue una de las zonas más afectadas cuando las inundaciones arrasaron la zona a finales de agosto. Todo el pueblo desapareció bajo el agua, y miles de personas se enfrentaron a la aterradora realidad de morir ahogadas.La filial de la Media Luna Roja de Noakhali entró inmediatamente en acción."Una vez que activamos la línea directa, las llamadas no cesaron. Recibíamos entre 10 y 12 llamadas por minuto, la mayoría de rescate", cuenta Nusrat Jahan Nishi, una joven voluntaria. Su equipo trabajó sin descanso, rescatando a cientos de personas y poniéndolas a salvo en la escuela primaria de Devipur, convertida en refugio.Estar en el refugio no era nada cómodo. Las familias, desde personas mayores hasta niñas y niños pequeños, vivían hacinadas, a menudo dormían en los bancos de la escuela y cocinaban en condiciones inseguras.Agua por todos lados, pero nada para beberSin agua potable ni inodoros, mantenerse saludable se convirtió en una lucha. Muchas familias no encontraban alimentos suficientes, especialmente para la niñez y la población audlta mayor, y los residuos empezaron a amontonarse, creando un entorno inseguro.Para aliviar su sufrimiento, personas voluntarias de la Media Luna Roja distribuyeron alimentos secos y cocinados junto con agua potable. También se enviaron equipos médicos para brindar asistencia y reducir los crecientes riesgos para la salud."En realidad, las personas que tienen hijos o maridos pueden arreglárselas más fácilmente con la comida aquí", explicó Tahera, destacando las dificultades que afrontan las mujeres para vivir y obtener alimentos en el refugio.Todo empezó el 20 de agosto de 2024, tras unas lluvias torrenciales en la India. En 24 horas, las zonas bajas de los distritos de Feni, Noakhali, Cumilla y Lakshmipur, en el este y sureste de Bangladesh, quedaron bajo el agua.Al día siguiente, el 90% de Feni y Noakhali estaban sumergidas y la Media Luna Roja de Bangladesh en Noakhali estableció rápidamente una sala de control y una línea de emergencia para organizar las labores de rescate.Inicialmente, el plan era rescatar a las personas voluntarias afectadas por las inundaciones y a sus familias, pero la situación era mucho peor de lo esperado. Personal voluntario y antiguos miembros de la juventud de todo el distrito se unieron, con la determinación de ayudar."Tomar decisiones en aquellas primeras horas fue lo más difícil», recuerda Farhana Haider Meem, Jefa de Juventud de la Unidad de Noakhali. "No teníamos ni idea de cómo gestionar tan rápidamente una emergencia tan masiva".Zobaer Hosen, uno de los primeros miembros jóvenes del equipo de rescate de Noakhali, afirma que se enfrentaron a enormes retos. "No teníamos suficiente equipo, ni barcos, ni nada en realidad. Pasé tres o cuatro noches sin dormir", cuenta Zobaer. "Nos quedábamos en la oficina de la unidad, pero cada vez que me dormía, me despertaba pensando que estaba sonando el teléfono".A pesar de las noches sin dormir y la falta de recursos, Zobaer y su equipo no se detuvieron."Fue aterrador"La unidad de Feni lo tuvo aún más difícil. Sabían que muchas familias estaban atrapadas en las peligrosas aguas de la inundación y no disponían del equipo de rescate adecuado. Salieron a ayudar a pesar de ello, pero por desgracia subestimaron gravemente las aguas y se quedaron atrapados también.Pasaron 36 horas atrapados, sin comida ni agua. Finalmente, cuando las aguas bajaron un poco, nadaron hasta ponerse a salvo utilizando cañas de bambú. Afortunadamente, las 23 personas voluntarias están sanos y salvos."Pasamos todo el día en el tejado de una casa de una planta, usando los cascos para coger agua para beber. Fue aterrador", cuenta Labib, de la Juventud de la Media Luna Roja en la unidad de Feni. "Después de aguantar ese día, por fin conseguimos volver al mercado cercano, donde encontré a mi padre, que había estado tan preocupado por mí".Magnitud inesperadaEl voluntariado de Feni se enfrentó a dos grandes retos. En primer lugar, no había mucha coordinación entre todas las organizaciones de rescate de la zona, ya que nadie había sufrido una inundación de esta magnitud. Otro desafío era la falta de equipos de rescate adecuados. La unidad de Feni fue el primer grupo de rescate que llegó para ayudar en las zonas más afectadas. Por desgracia, aún no había embarcaciones de rescate disponibles.Una vez más, como ninguno de los distritos afectados había sufrido inundaciones de esta magnitud en décadas, no había equipos ni embarcaciones preabastecidos para una respuesta inmediata al desastre.Muchas de las perosnas voluntarias de los distritos afectados insistieron en que, debido a estas inundaciones, había que abordar ahora estos problemas para prepararse mejor ante futuras catástrofes.Las inundaciones también afectaron a la población de las remotas colinas de Khagrachari, lejos de las zonas bajas donde se centraron las inundaciones, gente como Natun Kumar Chakma, un agricultor que también sufrió los devastadores efectos de las inundaciones."Mis campos siguen bajo el agua, y todas las cosechas se han perdido", dijo.Equipos voluntarios de la Media Luna Roja se desplazaron a estas remotas zonas montañosas, donde viven algunas de las minorías étnicas de la región, para suministrar alimentos de emergencia y prestar apoyo.Manos amigasUna vez que las aguas bajaron, los equipos de la Media Luna Roja de Bangladesh viajaron con un miembro del Equipo Nacional de Respuesta a Desastres a la aldea sumergida de Suborno Char, Noakhali, donde desinfectaron pozos tubulares para suministrar agua potable a la comunidad.Uno de los pozos que desinfectaron pertenecía a Halima. Ella y sus tres hijos se quedaron en su casa inundada mientras el agua hacía estragos fuera."No tengo ayuda, ni familia, así que pensé que era mejor quedarme que ir al refugio", explicó. Su marido, jornalero, se quedó sin trabajo a causa de la inundación. Durante casi una semana, la familia sobrevivió con comida seca. Gracias a la Media Luna Roja, ahora tienen agua potable y la familia de Halima recibirá más ayuda para reconstruir su vida.La Media Luna Roja de Bangladesh desplegó en Feni equipos médicos del Hospital de la Sagrada Familia (un hospital de la Sociedad de la Media Luna Roja de Bangladesh) que incluían personal médico, paramédico y suministros de emergencia."La gente venía con todo tipo de problemas de salud: sarpullidos, infecciones, resfriados y diarrea", explica Fatema Akter, miembro del Equipo de Juventud de la Media Luna Roja de Feni. Estos equipos médicos fueron cruciales para prevenir la propagación de enfermedades tras el desastre.Las inundaciones no sólo afectaron a la salud física. El trauma de perder el hogar, los medios de subsistencia y la seguridad también tuvo un costo mental. Las y los voluntarios, formados en primeros auxilios psicológicos, escucharon y consolaron a la gente mientras atravesaban el miedo y la incertidumbre.Adrita Tabassum Ome, voluntaria de Juventud de la Cruz Roja de Feni, trabajó durante cinco días ofreciendo apoyo en salud mental. "Me centré en escuchar a las mujeres, las ancianas y a la niñez, mientras mi compañero de equipo apoyaba a los hombres", dijo. Este equipo voluntario desempeñó un papel crucial ayudando a la gente a controlar el estrés y la ansiedad durante el desastre.Más de 14 millones de personas se han visto afectadas por las inundaciones que desde junio azotan Bangladesh en las regiones del norte, noreste y sureste, desplazando a millones de personas y causando daños generalizados. En septiembre, la IFRC lanzó un llamamiento de emergencia solicitando 7,5 millones de francos suizos para apoyar los esfuerzos de recuperación de la Media Luna Roja de Bangladesh.Mientras prosiguen las operaciones, la Media Luna Roja está seleccionando y dando prioridad a las comunidades más afectadas, con el objetivo de llegar a 400.000 personas con apoyo para refugios seguros, seguridad alimentaria, recuperación de medios de subsistencia y servicios de salud, así como apoyo en materia de agua, saneamiento e higiene.Este artículo fue redactado por Nahidul Islam y Al-Shahriar Rupam y editado por Rachel Punitha, oficial superior de comunicaciones de la IFRC. Fotos de Al-Shahriar Rupam y Mustakim Billah Muhit.Ver más fotos e historias impactantes sobre las inundaciones en Feni y Noakhali.Ver el llamamiento de emergencia de la IFRC para donaciones que ayuden a la recuperación en Bangladesh.