Sean inundaciones, terremotos u otras crisis, el impacto en el acceso al agua potable es inmediato y duradero.

Water, water everywhere, but even during major floods, clean water can be very hard to find. Here, a volunteer with the Libyan Red Crescent wades into flood waters in the days following floods caused by Storm Daniel in September 2023.

Agua, agua por todas partes, pero incluso durante las grandes inundaciones puede ser muy difícil encontrar agua limpia. Aquí, un voluntario de la Media Luna Roja Libia se sumerge en las aguas en los días posteriores a las inundaciones causadas por la tormenta Daniel en septiembre de 2023.

Foto: Media Luna Roja Libia

Tras una crisis, el agua puede estar en todas partes o ser extremadamente escasa. El terremoto de Marruecos y las inundaciones de Libia representan estos dos extremos. Ambos muestran también la importancia crítica del agua limpia y segura para las personas durante y después de una crisis.

Los desastres se presentan en muchas formas, desde la fuerza estremecedora de los terremotos hasta las incesantes inundaciones. 
En medio del caos y la destrucción, hay una necesidad crítica que trasciende las características específicas de la catástrofe: el acceso a agua limpia.  

La población de Marruecos y Libia se enfrentó cara a cara con esta realidad tras el terremoto de magnitud 6,8 que sacudió Marruecos el 8 de septiembre de 2023, y las devastadoras inundaciones que asolaron partes del este de Libia un par de días después, tras una tormenta masiva.

Inmediatamente después de estos dos desastres, la deshidratación se convirtió en una amenaza, especialmente grave para poblaciones vulnerables como la niñez y las personas adultas mayores. Sin embargo, los peligros iban mucho más allá de la sed.

"El agua contaminada, consecuencia de la interrupción de las infraestructuras o de la propagación de aguas residuales por las inundaciones, se convierte en un caldo de cultivo para enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera y la disentería", explica Jamilee Doueihy, oficial senior de agua, saneamiento e higiene (WASH) de la IFRC en la región de Oriente Medio y Norte de África. 

"Estas enfermedades pueden desbordar rápidamente unos recursos médicos ya de por sí sobrecargados, añadiendo otra capa de sufrimiento a una comunidad ya devastada". 

Tras el terremoto de septiembre de 2023 en Marruecos, no hubo de otra más que llevar agua embotellada a las comunidades cuyos pozos y sistemas de abastecimiento de agua quedaron destruidos. La Media Luna Roja Marroquí llevó en camión miles de botellas como estas a comunidades remotas.

Tras el terremoto de septiembre de 2023 en Marruecos, no hubo de otra más que llevar agua embotellada a las comunidades cuyos pozos y sistemas de abastecimiento de agua quedaron destruidos. La Media Luna Roja Marroquí llevó en camión miles de botellas como estas a comunidades remotas.

Foto: Benoit Carpentier/IFRC

Un delicado equilibrio roto

Los desastres alteran el delicado equilibrio de las infraestructuras hídricas. Los terremotos pueden romper las tuberías y dañar las plantas de tratamiento, mientras que las inundaciones pueden dejarlas sumergidas e inoperativas. Esta pérdida de acceso a un suministro de agua limpia y fiable, crea un efecto dominó que afecta al saneamiento, la higiene y la capacidad de preparar alimentos de forma segura.

Inmediatamente después de una catástrofe de grandes proporciones, como la inundación masiva y repentina de Libia, los cadáveres que se encuentran cerca o dentro de las reservas de agua, también pueden provocar graves problemas de salud.

Sin embargo, el impacto va más allá de los problemas sanitarios inmediatos. Sin agua para las necesidades básicas, la gente tiene dificultades para mantener la higiene, lo que aumenta el riesgo de infección. Las comunidades desplazadas que se enfrentan a la escasez de agua a menudo recurren a alternativas poco seguras, lo que pone aún más en peligro su salud. La escasez de agua también puede paralizar los esfuerzos de recuperación, ya que las personas se ven obligadas a dedicar tiempo a buscar agua en lugar de reconstruir sus vidas. 

 Un voluntario de la Media Luna Roja Marroquí da los últimos toques a una cabina de ducha para una comunidad que perdió casi todo su acceso al agua potable, tras el terremoto de septiembre de 2023.

Un voluntario de la Media Luna Roja Marroquí da los últimos toques a una cabina de ducha para una comunidad que perdió casi todo su acceso al agua potable, tras el terremoto de septiembre de 2023.

Foto: Justine Touaux/IFRC

La buena noticia es que el suministro de agua potable es una intervención poderosa en tiempos de desastre.  

"Tanto en Marruecos como en Libia, el agua fue una parte esencial de los esfuerzos de socorro durante la fase inicial de las dos emergencias", afirma Doueihy.

En muchos asentamientos provisionales, que surgieron cuando la gente abandonó sus hogares inseguros, simplemente no había agua corriendo, ni agua potable. La gente también carecía de acceso a inodoros e instalaciones sanitarias.

Por lo tanto, además de primeros auxilios, tiendas de campaña de emergencia y otros suministros esenciales, la Media Luna Roja Marroquí, la IFRC y otras Sociedades Nacionales asociadas entregaron botiquines de higiene e instalaron instalaciones provisionales de agua, saneamiento e higiene (retretes, duchas, puntos de agua e incineradores) para las personas que vivían en asentamientos provisionales.

En Libia, mientras tanto, la Media Luna Roja Libia -junto con asociados del Movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja- atendió las necesidades inmediatas de agua, saneamiento e higiene distribuyendo más de 240.000 botellas de agua y unos 6.000 kits de higiene, entre otras cosas. 

El delegado de agua, saneamiento e higiene de la IFRC, Gregory González, comprueba la calidad de un punto de agua recién instalado en una remota aldea marroquí, tras el terremoto de septiembre de 2023.

El delegado de agua, saneamiento e higiene de la IFRC, Gregory González, comprueba la calidad de un punto de agua recién instalado en una remota aldea marroquí, tras el terremoto de septiembre de 2023.

Foto: Justine Touaux/IFRC

Otras Sociedades Nacionales apoyaron los esfuerzos. La Cruz Roja Alemana, por ejemplo, apoyó la instalación de dos plantas de tratamiento de agua, que posteriormente fueron sustituidas por sistemas de filtración que responden mejor a la evolución de las necesidades. Hasta la fecha, se han instalado cinco plantas desalinizadoras sencillas, además del mantenimiento de pozos de agua subterránea, entre otros esfuerzos.

El próximo gran reto, afirma Doueihy, es ayudar a las comunidades a desarrollar soluciones a más largo plazo.

"Proporcionamos agua potable limpia a la población afectada, pero el paso gradual de la fase de emergencia a una fase de recuperación a largo plazo, significa que se necesitan soluciones sostenibles -como la reparación de las infraestructuras dañadas- para restablecer la seguridad hídrica y la capacidad de las comunidades de acceder a agua limpia."

La seguridad del agua no es un lujo ante el desastre, es un salvavidas. Si damos prioridad al acceso al agua potable en la respuesta a los desastres a corto y largo plazo, podemos salvar vidas, prevenir brotes de enfermedades y capacitar a las comunidades para la reconstrucción.  

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Apoye a la población de Marruecos y Libia en su camino hacia la recuperación donando a los dos llamamientos de emergencia: Marruecos: Terremoto y Libia: Tormenta Daniel. 

 

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