Hace poco más de un mes, un terremoto de magnitud 6,2 sacudió la prefectura de Linxia, en la provincia de Gansu (China). El sismo se produjo en la medianoche del 18 de diciembre de 2023, mientras la gente dormía en una fría noche de invierno, destruyendo hogares y cobrándose vidas.
La Cruz Roja China, que cuenta con una capacidad de preparación para desastres bien desarrollada y con un mecanismo de cooperación establecido con sus secciones provinciales, respondió de inmediato, llevando a cabo rápidamente labores de rescate y socorro mientras corría contrarreloj para salvar vidas.
El primer lote de artículos de socorro enviado por la Cruz Roja China llegó en las primeras 12 horas después del terremoto.
En las horas y días siguientes, se enviaron a la zona del desastre más de 20 equipos de rescate de la Cruz Roja de cinco categorías, desde ayuda médica hasta apoyo psicológico.
Los equipos llevaron a cabo una amplia labor de respuesta, que incluyó búsqueda y rescate, material de primeros auxilios, apoyo psicológico, suministro de comidas y aseos, construcción de lugares de reasentamiento, así como transporte y distribución de material de ayuda para desastres.
A los diez días del terremoto, las personas afectadas se habían trasladado a refugios provisionales limpios y cálidos; y las escuelas habían reanudado las clases. Ahora, una vez finalizada la respuesta rápida, la operación ha pasado a la fase de recuperación y reconstrucción tras la emergencia.
Foto: Cruz Roja China
Salud mental: clave en la recuperación
Con la normalización gradual de la vida de la gente, algunos lugares de la aldea han empezado a ofrecer cursos de capacitación en oficios como soldadura, cuidado de personas adultas mayores y tareas domésticas, con subvenciones para la formación. Las sesiones de formación pretenden que la gente tenga más confianza en sí misma y sea capaz de reconstruir sus hogares y medios de subsistencia.
Otro elemento clave de la recuperación es ayudar a la gente a adaptarse al enorme impacto que ha tenido el terremoto en sus vidas. Esta es una de las razones por las que el voluntariado organiza regularmente sesiones de asesoramiento, así como actividades lúdicas y juegos para la niñez en muchas de las zonas de reasentamiento.
"¿Volverás mañana?", pregunta un niño a Chunhui Ji, jefe del equipo de servicio psicológico Gansu Mingrui de la Cruz Roja, tras una de esas alegres sesiones de juegos en uno de los lugares de reasentamiento.
"La intervención en situaciones de crisis es una parte importante de la recuperación después de un desastre", dice Chunhui Ji. "Si no se proporciona asesoramiento a tiempo, afectará a la salud psicológica e incluso física de las personas afectadas mucho tiempo después del desastre, afectando especialmente al crecimiento de las personas jóvenes".
La diferencia que está marcando el asesoramiento puede verse en la forma en que las infancias interactúan entre sí, antes y después de las sesiones. Un niño pequeño, asustado por el terremoto y sus consecuencias, era reacio a jugar o hablar. Sin embargo, después del asesoramiento con el miembro del equipo psicológico, su nerviosismo disminuyó mucho y empezó a participar activamente en los juegos con sus pares.
"Los desastres como los terremotos son repentinos y provocan graves daños", explica Tao Tian, miembro del equipo de rescate psicológico y médico del Hospital Ningxia Ningan. "A lo largo del desastre y los periodos posteriores, las personas pueden mostrar distintos grados de estrés psicológico en diferentes momentos, lo que requiere técnicas de intervención adaptadas para ayudar a restablecer la salud mental".
La Cruz Roja China concedió gran importancia al bienestar mental de la población afectada, dando prioridad al asesoramiento psicológico de la niñez y adolescencia. En respuesta a la imperiosa necesidad, 25 miembros de los equipos de rescate psicológico de la Cruz Roja de Gansu y Ningxia estuvieron trabajando a tiempo completo en los lugares de reasentamiento, desde el tercer día después del terremoto.
"Las personas están expuestas a acontecimientos sumamente angustiantes cuando ocurren desastres, como un terremoto", dice Olga Dzhumaeva, Jefa de la Delegación de Asia Oriental de la IFRC. "Ocuparse de la salud mental de las personas es una parte vital de lo que hacemos durante y después de un desastre. El apoyo psicosocial a las personas afectadas, incluida la niñez, es clave para la respuesta humanitaria, ya que tiene un impacto inestimable en la vida de las personas que se encuentran en una situación de necesidad crítica."
Parte de la información fue facilitada por la Agencia de Noticias Xinhua