Nicaragua

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Actualización sobre la Cruz Roja Nicaragüense

La IFRC está profundamente preocupada por la disolución de nuestra Sociedad Nacional miembro, la Cruz Roja Nicaragüense. Esta situación podría poner en riesgo actividades humanitarias muy necesarias en el país, así como el trabajo del personal y el voluntariado. En este momento, estamos monitoreando de cerca la situación y evaluando la mejor manera de proceder. A partir de los resultados de ese análisis, informaremos sobre nuestros próximos pasos. Para más información, favor contactarse al correo [email protected]

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Alianza para la Inversión en las Sociedades Nacionales: Anuncio de financiación para 2022

La Alianza para la Inversión en las Sociedades Nacionales (NSIA, en inglés) es un mecanismo de financiación común, gestionado conjuntamente por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Proporciona una financiación flexible y plurianual para apoyar el desarrollo a largo plazo de las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja -en particular, las que se encuentran en situaciones de emergencia complejas y crisis prolongadas- para que puedan aumentar el alcance y el impacto de sus servicios humanitarios. La NSIA puede conceder hasta un millón de CHF de financiación aceleradora a cualquier Sociedad Nacional durante un período de cinco años. Además, las subvenciones puente de hasta 50.000 CHF durante 12 meses pueden ayudar a las Sociedades Nacionales a preparar el terreno para futuras inversiones de la NSIA o de otros organismos. Este año, la NSIA se complace en anunciar que las siguientes seis Sociedades Nacionales han sido seleccionadas para recibir financiación del acelerador en 2022: Cruz Roja de Burundi Cruz Roja de Kenia Cruz Roja de Malawi Cruz Roja Rusa Media Luna Roja Árabe Siria Cruz Roja de Zambia Estas Sociedades Nacionales recibirán una importante inversión de hasta un millón de francos suizos, que se utilizará en un máximo de cinco años, para ayudar a acelerar su camino hacia la sostenibilidad a largo plazo. Tres de estas Sociedades Nacionales (Siria, Malawi y Zambia) recibieron anteriormente premios puente de la NSIA, lo que demuestra una vez más la pertinencia del enfoque gradual del fondo hacia el desarrollo sostenible. Además, otras 14 Sociedades Nacionales recibirán hasta 50.000 CHF de financiación puente: Benín, República Democrática del Congo, Guinea, Indonesia, Irak, Jordania, Liberia, Libia, Malí, Nicaragua, Palestina, Panamá, Ruanda y Sierra Leona. En total, la NSIA asignará este año 5,4 millones de francos suizos a 20 Sociedades Nacionales diferentes. Esto supone más del doble de los fondos asignados en 2021 y representa la mayor asignación anual desde el lanzamiento de la NSIA en 2019. Esta asignación histórica es posible gracias al generoso apoyo de los gobiernos de Suiza, Estados Unidos, Canadá y Noruega, y de las Sociedades Nacionales de Noruega y los Países Bajos. Tanto el CICR como la IFRC también han reforzado fuertemente su compromiso, asignando 10 millones de CHF y 2 millones de CHF respectivamente en los próximos años. Los copresidentes del Comité Directivo de la NSIA, Xavier Castellanos, Secretario General Adjunto de la IFRC para el Desarrollo de las Sociedades Nacionales y la Coordinación de Operaciones, y Olivier Ray, Director de Movilización, Movimiento y Asociaciones del CICR, dijeron: "Nos complace haber podido seleccionar 20 iniciativas de las Sociedades Nacionales para ser financiadas por la NSIA en 2022. Nuestra visión y nuestros planes se están haciendo realidad. Vemos que las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja que operan en contextos frágiles acceden a fondos para desarrollarse de manera sostenible y prestar y ampliar sus servicios humanitarios. Esto es localización en acción y a escala. Es particularmente alentador ver que el enfoque de la NSIA en dos etapas, con fondos iniciales que proporcionan un trampolín para ayudar a las Sociedades Nacionales a prepararse para una mayor inversión destinada a lograr un impacto sostenido en la organización y las comunidades vulnerables, está funcionando. Esperamos ver a muchas más Sociedades Nacionales planificando y siguiendo este camino. El año 2022 será recordado como un hito para la NSIA. Nuestra ambición es mantener este impulso y seguir creciendo en los próximos años. Consideramos que este mecanismo es una palanca valiosa y estratégica para apoyar a las Sociedades Nacionales en entornos frágiles y de crisis a emprender su camino hacia el desarrollo sostenible." Si desea más información, haga clic aquí para visitar la página web de la NSIA.

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Crisis migratoria en México y Centroamérica

Desde principios de 2022, se ha producido un aumento masivo del número de refugiados, migrantes y retornados en tránsito por tierra hacia el norte a través de Centroamérica. Las personas se desplazan en su mayoría por vías irregulares, y en el camino se enfrentan a barreras burocráticas, sufren accidentes y lesiones, se enfrentan a la extorsión y la violencia sexual o desaparecen y se separan de sus familias. Trágicamente, otros son asesinados o mueren por enfermedades o por las duras condiciones ambientales. Este llamamiento de emergencia apoya a las Sociedades de la Cruz Roja de Panamá, Costa Rica, Honduras, El Salvador, Guatemala y México para ampliar la asistencia humanitaria y la protección de 210.000 personas a lo largo de las rutas migratorias.

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| Nota de prensa

Las comunidades afectadas por los huracanes Eta e Iota están amenazadas por la seguridad alimentaria, el desplazamiento y el cambio climático

Ginebra, Ciudad de Panamá, 11 de noviembre de 2021 - Un año después de que los huracanes Eta e Iota azotaran Centroamérica, afectando a más de 7,5 millones de personas, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC) exige acciones e inversiones urgentes para proteger a las personas vulnerables que enfrentan el impacto combinado del COVID-19, la pobreza y los desastres relacionados con el clima en Guatemala, Honduras y Nicaragua. Solo en Honduras, más de 3 millones de personas padecen inseguridad alimentaria y 2,8 millones de personas necesitan asistencia humanitaria, más del doble de la estimación anterior emitida a principios de 2020. Otras comunidades enfrentan la destrucción de sus medios de vida, como la pesca y la agricultura, obligando a las familias más vulnerables a elegir entre vender sus bienes para garantizar su seguridad alimentaria o reducir el número de comidas diarias. Roger Alonso, Jefe de la Unidad de Desastres, Clima y Crisis de la IFRC, dijo: “En los últimos 12 meses, los equipos de la Cruz Roja en Guatemala, Honduras y Nicaragua han trabajado incansablemente para atender las necesidades de más de 620.000 personas afectadas por Eta e Iota. Hemos brindado albergue, atención médica, apoyo psicosocial, acceso a alimentos, agua potable, saneamiento y ser-vicios de transferencia de efectivo. Sin embargo, el desastre no ha terminado. Se necesitan acciones urgentes ahora para proteger los medios de vida de las personas, prevenir enfermedades y acelerar la recuperación del impacto social y económico de los huracanes, que han afectado gravemente a mujeres, migrantes y personas desplazadas”. En 2020, al menos 1,5 millones de personas fueron desplazadas en Centroamérica como consecuencia de desastres relacionados con el clima, incluidos los huracanes Eta e Iota: 937.000 en Honduras, 339.000 en Guatemala y 232.000 en Nicaragua. Eta e Iota acabaron con el ganado y destruyeron más de 700.000 hectáreas de cultivos que eran fuente fundamental de sustento y seguridad alimentaria para muchas familias que ya enfrentaban exclusión social y dificultades económicas debido a la pandemia del COVID-19 y niveles de pobreza preexistentes. Estos impactos adversos han contribuido a que las personas decidan abandonar sus hogares o unirse a las "caravanas de migrantes" que se dirigen hacia América del Norte. Martha Keays, directora regional de la IFRC para las Américas, dijo: “Necesitamos actuar a nivel global y local antes de que las comunidades se vean desplazadas e invertir en adaptación climática y acción temprana para combatir el efecto de desastres como Eta e Iota. Guatemala, Honduras y Nicaragua están clasificados como países de alto riesgo de enfrentar desastres relacionados con el clima y, al mismo tiempo, están en el grupo de países que carecen de inversión para financiar los esfuerzos de preparación y adaptación. Las organizaciones humanitarias, gobiernos, sociedad civil, donantes y especialistas en clima deben colaborar para revertir ese patrón y promover medidas de financiamiento climático que salven vidas y empoderen a las comunidades, particularmente a aquellas con los mayores riesgos y menores capacidades”. En respuesta a los huracanes Eta e Iota en Guatemala, Honduras y Nicaragua, la IFRC ha lanzado un llamamiento de emergencia de 20 millones de francos suizos para salvar vidas, entregar ayuda humanitaria y poner en marcha planes de preparación y medidas de adaptación al cambio climático que fomenten la resiliencia y minimicen el impacto de futuros desastres. En noviembre de 2020, la IFRC también activó su Fondo de Emergencia de Socorro en Caso de Desastres (DREF) para entregar ayuda humanitaria rápida y efectiva a más de 26,000 personas afectadas por Eta o Iota en Belice, Colombia, Costa Rica y Panamá. Para más información: Susana Arroyo Barrantes, [email protected] + 506 8416 1771 María Victoria Langman, [email protected] +507 65501090

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IFRC está preocupada por el impacto del huracán Eta en la transmisión del coronavirus

La Cruz Roja, que trabaja en todos los países de la región, viene apoyando a miles de personas afectadas por las fuertes lluvias e inundaciones provocadas por el huracán Eta.Eta atravesó partes de Centroamérica después de tocar tierra en Nicaragua el 3 de noviembre como un huracán de categoría 4. Aunque se degradó a tormenta tropical a medida que avanzaba hacia Honduras y Guatemala, las constantes lluvias y los fuertes vientos han causado inundaciones y devastación en toda la región, incluyendo docenas de deslizamientos de tierra mortales. Belice, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México y Nicaragua se han visto afectados significativamente.Miles de personas han sido evacuadas de sus hogares debido a las inundaciones y los deslizamientos de tierra que vienen causando graves daños en toda la región. Se cree que la tormenta ha cobrado la vida de más de 200 personas, aunque la cifra real podría ser mucho mayor, ya que muchas personas siguen desaparecidas.[caption id="attachment_70236" align="aligncenter" width="1024"] Se han enviado voluntarios de búsqueda y rescate de la Cruz Roja Hondureña a las zonas afectadas por deslizamientos de tierra. (Crédito: Cruz Roja Hondureña)[/caption]A medida que las familias luchan por aceptar lo sucedido, aumentan las preocupaciones sobre el impacto que este desastre tendrá en las transmisiones del coronavirus.Es casi seguro que las medidas de prevención de COVID-19, como lavarse las manos con regularidad y el distanciamiento social, se dificulten más en los refugios de evacuación, en hogares familiares sobrepoblados u otros lugares seguros a los que las personas se han mudado.“Hay miles de personas sin hogar, en refugios temporales o albergues y bajo condiciones de vulnerabilidad.  En estos momentos prevenir la propagación de la COVID-19 es fundamental a pesar de los enormes desafíos de la emergencia.  No es improbable que veamos un aumento significativo de casos en las próximas semanas, debido a la dificultad de aplicar las medidas de salud pública en un contexto tan complejo,” advierte la Dra. María Tallarico, Coordinadora de Salud de IFRC en las Américas.[caption id="attachment_70212" align="aligncenter" width="947"] Los esfuerzos de evacuación continuaron durante el fin de semana mientras las fuertes lluvias continuaron causando estragos. (Crédito: Cruz Roja Hondureña)[/caption]Miles de voluntarios de la Cruz Roja en toda la región están ayudando a las familias afectadas por las inundaciones, apoyando las evacuaciones, y la búsqueda y rescate, proporcionando primeros auxilios y apoyo psicosocial, así como transportando a las personas de manera segura al hospital. Estos mismos voluntarios han estado apoyando a las comunidades para que se mantengan seguras durante la pandemia.“Las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja enfrentan la difícil tarea de responder a las lluvias incesantes, las inundaciones, así como al COVID-19. Se están proporcionando a los voluntarios los equipos de protección personal necesarios y se continuará apoyando a las comunidades con los insumos y las medidas de prevención y protección. Es importante ahora que estas medidas no solo se mantengan, sino que se incrementen para limitar la transmisión del virus del COVID-19,” continúa la Dra. Tallarico.[caption id="attachment_70232" align="aligncenter" width="1024"]  Los voluntarios de la Cruz Roja Guatemalteca están apoyando a los niños afectados por la tormenta con apoyo psicosocial en refugios de evacuación en todo el país. En toda la región, los voluntarios ya están distribuyendo kits de higiene para ayudar a las personas a mantenerse seguras. (Crédito: Cruz Roja Guatemalteca)[/caption]Las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja, con el apoyo de IFRC en la región, ya están distribuyendo kits de higiene a las personas desplazadas, que incluyen mascarillas y desinfectante de manos. Los voluntarios también están hablando con las familias sobre cómo mantenerse seguros durante este tiempo.IFRC recomienda que todas las respuestas deben considerar la necesidad de intensificar las medidas de prevención contra el virus, así como otras enfermedades transmisibles, como el Zika, que comúnmente aumentan durante y después de las inundaciones.“Instamos a las personas a que se aseguren de continuar siguiendo los consejos de salud, usando las mascarillas y lavándose o desinfectando sus manos con la mayor regularidad posible, hacer uso de agua segura para evitar la diarrea y otras infecciones debidas a agua contaminada, proteger a las niñas y niños, y vigilar el surgimiento de enfermedades respiratorias o de la piel. El personal de la Cruz Roja está en el terreno ayudando y apoyando en estas tareas,” comentó la Dra. Tallarico.[caption id="attachment_70228" align="aligncenter" width="1024"] Voluntarios de la Cruz Roja Nicaragüense despejan un camino obstruido por escombros y árboles arrastrados por las corrientes de la inundación. (Crédito: Cruz Roja Nicaragüense)[/caption]La Cruz Roja también insta a las personas a que sigan considerando medidas de protección personal, como usar mascarillas y lavarse las manos con la mayor frecuencia posible. Se están realizando evaluaciones para evaluar los daños causados ​​por la tormenta. Las preocupaciones inmediatas son garantizar que las personas tengan acceso a agua potable, alimentos y un refugio seguro.[caption id="attachment_70224" align="aligncenter" width="1024"] La Cruz Roja Costarricense está apoyando las evacuaciones en las áreas afectadas por la tormenta. (Crédito: Cruz Roja Costarricense)[/caption]Pueden pasar días o incluso semana antes de que se conozca la verdadera magnitud del daño, pero las lluvias constantes, incluso después de que ha pasado la tormenta, significan que fuertes corrientes y deslizamientos de tierra continúan destruyendo hogares, tierras de cultivo y, lamentablemente, cobrando vidas.[caption id="attachment_70220" align="aligncenter" width="1024"] Un voluntario de la Cruz Roja Guatemalteca habla con una persona afectada por las inundaciones. Muchas familias enfrentan la incertidumbre económica causada por las restricciones del coronavirus. Estas inundaciones traen un factor adicional a quienes ya luchan por hacer frente al COVID-19. (Crédito: Cruz Roja Guatemalteca)[/caption]Esta devastación se produce en un momento en que muchas comunidades de la región ya están profundamente afectadas por los impactos económicos y de salud de la pandemia por coronavirus.Los efectos a largo plazo de este desastre amenazan con llevar al límite a las comunidades que ya luchan por afrontarlo.“Los efectos a largo plazo de esta emergencia están afectando al límite las comunidades que ya luchan con los impactos económicos y de salud de la pandemia por COVID-19. IFRC continúa trabajando junto con las Sociedades Nacionales para asegurarnos de que nadie se quede atrás ".IFRC ha lanzado un llamamiento de emergencia regional por 20 millones de francos suizos para ayudar a 75.000 personas en los países de Honduras, Guatemala y Nicaragua, durante los próximos 18 meses. También continúa apoyando a otros países afectados, incluidos Belice, Costa Rica y Panamá, trabajando en estrecha colaboración con las Sociedades Nacionales que responden. IFRC en la región continúa respondiendo a la pandemia de COVID-19.

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La pandemia no se ha acabado

Por Olivia AcostaAlexander Arauz tiene 22 años, es diseñador de interiores y está estudiando Administración de Empresas en Rivas, una ciudad del Pacífico Sur de Nicaragua, muy cerca de la frontera con Costa Rica. Comenzó su voluntariado en la Cruz Roja Nicaragüense como socorrista en la filial de la Rivas hace 7 años, donde participó en la emergencia de la tormenta tropical Nate, así como en proyectos de prevención de Zika, además es parte de la Red de Comunicadores de la Institución, entre otros.Desde que empezó la pandemia, Alexander ha querido apoyar en el diseño y la puesta en marcha de distintas actividades para apoyar a la población en la lucha contra la pandemia, como la difusión de las medidas de prevención frente al virus y el servicio de apoyo psicosocial, para ayudar a manejar el estrés de las personas que han contraído la enfermedad, o han perdido algún familiar a causa del coronavirus.Según Alexander, “La gente con la que hablamos lo está pasando muy mal, incluso practicamos con ellos ejercicios de auto relajación para intentar rebajar su estrés.  Luego hay otras personas que quieren saber cómo deben protegerse y recibir información veraz sobre la COVID-19. También hemos habilitado una cuenta en Facebook para difundir cómo se deben utilizar las mascarillas, cuáles son los mecanismos de transmisión del virus y cómo debe protegerse la población para evitar el contagio. Alexander tiene muchas cosas que contar, pero una de las experiencias que más le ha marcado es el apoyo ofrecido a los cientos de conductores de camiones que se quedaron varados en la frontera con Costa Rica durante varias semanas, debido a las restricciones de movimiento impuestas por la pandemia. “Se trataba de trasportistas de varias nacionalidades de la región (Panamá, Guatemala, México, Honduras y Costa Rica), que no podían acceder con sus camiones a través de la frontera a Costa Rica o Panamá, para entregar sus mercancías.  La situación en la que se encontraban era deplorable, tenían que vivir a la intemperie con lo puesto y dormir debajo de los camiones, expuestos a condiciones de insalubridad, e incluso a robos… “La Cruz Roja Nicaragüense se ha encargado de apoyarles en esta dura situación y ha entregado más de 1,300  kits de alimentos a los transportistas y además ha revisado su estado de salud. Según Alexander, “muchos de ellos tenían miedo de contraer el virus y hemos tenido que tomar temperatura para comprobar si tenían fiebre o algún otro síntoma de la COVID-19. Recuerdo que, entre todos ellos, había una sola mujer. Estaba muy preocupada por contactar con sus hijos y gracias a los vecinos de la zona, pudo recargar su móvil varias veces para poder hablar con ellos”.Todos los voluntarios y voluntarias de la Cruz Roja Nicaragüense llevan equipos de protección con mascarillas, gorros y lentes protectoras para poder ejercer su labor. Según Alexander, “al principio todos estábamos intranquilos pensando que podíamos contraer el virus y contagiar a nuestras familias, sobre todo cuando trasportamos en ambulancia a personas que pueden tener coronavirus. Pero si se siguen las medidas de protección establecidas, sientes seguridad y te das cuenta que lo más importante es el valor del trabajo que hacemos por los demás. Me siento muy bien, satisfecho, estamos trabajando para apoyar a la población en estos duros momentos, nos sentimos como héroes sin capa ayudando a personas que no conocemos, tratándolos como si fuesen nuestros familiares”. Según Alexander, como también está ocurriendo en otros países de la región, las medidas de prevención ante el virus se están relajando y algunas personas ni siquiera llevan mascarilla. “Aunque en Nicaragua nunca ha habido un confinamiento obligatorio, las personas al principio salían poco de casa, respetaban más las distancias y casi todos llevaban mascarilla. Incluso había personas que parecían astronautas de lo protegidos que iban por la calle. Ahora vemos a mucha gente sin protección, en aglomeraciones, e incluso muchas familias hacen turismo y van a la playa… tenemos un duro trabajo por delante para seguir sensibilizando a la población, porque la pandemia no se ha acabado”, concluye. Cruz Roja Nicaragüense. Desde que comenzó la pandemia, las acciones de la Cruz Roja Nicaragüense se han centrado en contribuir al control epidémico del virus a nivel nacional mediante la promoción de la higiene, el uso de mascarillas y la distribución de kits de higiene a las poblaciones más vulnerables. Asimismo, desde el pasado mes de marzo la Cruz Roja Nicaragüense ha estado implementando el desarrollo de una campaña masiva de comunicación enfocada en la prevención de la COVID-19, llegando a más de 1,5 millones de personas.

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Acción comunitaria contra el Dengue

En el patio de un centro de salud de un barrio de Managua, Nicaragua, una madre y una hija comparten una sonrisa cómplice. Sus miradas transmiten alegría y seguridad. Acaban de compartirnos una historia de supervivencia y empoderamiento. Tras haber vivido una muy dura experiencia personal con el dengue, ambas son voluntarias comunitarias en una operación de control vectorial de la Cruz Roja Nicaragüense.En 2019, la región de Centro América sufrió la mas extensa epidemia de dengue de la década. Más de un millón de personas se han visto afectadas por el brote, con los números más altos de casos reportados en Honduras y Nicaragua. La Cruz Roja está trabajando en estos dos países, así como también en Costa Rica, El Salvador y Guatemala para empoderar a las comunidades locales para hacer frente tanto al brote actual como a posibles futuros brotes.Con el apoyo de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Rojas (FICR), las Sociedades Nacionales trabajan junto a comunidades en las zonas más afectadas para equiparlos con la información y materiales necesarios para controlar y mitigar los efectos del actual brote, y prevenir brotes futuros. Este enfoque comunitario se conoce como Vigilancia Epidemiológica Basada en la Comunidad (VEBC), y ha sido empleado en la región anteriormente con resultados positivos en otras crisis epidémicas, como la de zika en 2016. Esta estrategia permite que sean los propios miembros de la comunidad quienes identifiquen los riesgos presentes en su entorno y lleven a cabo acciones para eliminarlos o mitigarlos, empoderándoles para que se conviertan en agentes activos de cambio.El primer paso de la VEBC es identificar a líderes sociales que, trabajando en conjunto con las Sociedades Nacionales, organizan a grupos comunitarios. Una vez formados estos grupos, la Cruz Roja los capacita sobre el brote epidémico para que puedan identificar señales de alarma y conozcan las vías de referencia a atención sanitaria disponibles si se identifica un posible caso de dengue, así como las medidas de higiene y saneamiento que hay que adoptar para prevenir y mitigar brotes. Con base en esta información, las comunidades crean mapas de riesgo y planes para implementar medidas preventivas y de mitigación. El último paso de la VEBC es la puesta en práctica de estos planes a través de campañas de identificación y eliminación de criaderos, visitas domiciliarias en las que replican la información aprendida sobre prevención del dengue, y actividades de divulgación en escuelas.Una enfermedad que te cambia la vidaKaren Rodríguez, quien participa de las actividades organizadas por la Cruz Roja Nicaragüense, compartió su experiencia con el dengue. Su hija, Jade Gámez, había sufrido dengue tres veces, a los 11, 12 y 13 años. La última de esas veces, Jade había sido diagnosticada con dengue severo. Esta última vez, la enfermedad fue grave y la menor sufrió daños en los riñones y el hígado, así como un pre-infarto.Los niños y niñas menores de 15 años son un grupo especialmente vulnerable. En datos de agosto de 2019, el 66% de los fallecimientos reportados en Honduras como parte del actual brote correspondía a menores de 15 años y en Guatemala, el 52% de los casos de dengue severo reportados también correspondía a este grupo de edad.Tras haber sobrevivido a una enfermedad tan dura, ahora madre e hija son voluntarias de la Cruz Roja Nicaragüense. Como parte de la actual operación, su labor consiste en replicar la información recibida entre sus vecinos, así como llevar a cabo campañas de limpieza para eliminar criaderos en su comunidad. “Las dos hacemos lo mismo, cuando una no puede ir a las actividades de limpieza, acude la otra”, dice Karen. Para ellas, esta es una oportunidad de ayudar a sus vecinos para que eviten pasar una experiencia como la que pasaron ellas hace años. “Ahora que estoy apoyando a la Cruz Roja y que puedo ayudar a la gente, me siento tranquila, me siento feliz”, dice Karen. “Más que todo para que la gente no viva la experiencia que yo viví”, añade Jade.Los brotes de dengue son cíclicos y se repiten cada año durante la estación de las lluvias, presentando epidemias extensas con una frecuencia de entre cuatro y cinco años. En 2019, la Organización Mundial de la Salud reconoció el dengue como una de las diez mayores amenazas a la salud global, con un estimado 40% de la población mundial actualmente en riesgo. Las epidemias pueden tener un efecto devastador sobre los grupos más vulnerables. Por eso, es importante el trabajo de las Sociedades Nacionales en materia de sensibilización, así como su fortalecimiento de capacidades que permitan continuar empoderando a las comunidades en la preparación y respuesta al dengue y otras enfermedades transmitidas por vectores como el zika y chikungunya

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