Kate Forbes, presidenta de la IFRC, en Rafah: "La lucha ya no es sólo por sobrevivir, sino por conservar la humanidad"

IFRC president Kate Forbes and Ali Saad, a staff member from the Lebanese Red Cross Society, survey the damage cause by ongoing conflict in the southern coastal town of Tyre.

Kate Forbes, presidenta de la IFRC, y Ali Saad, miembro del personal de la Cruz Roja Libanesa, examinan los daños causados por el conflicto en la ciudad costera de Tiro, al sur del país.

Foto: Liana Ghukasyan/IFRC

Doce meses después de su última visita, la presidenta de la IFRC regresa a la frontera entre Egipto y Gaza para encontrarse con personas en circunstancias aún más terribles y con personal humanitario que trabaja con más ahínco que nunca para mantener viva la esperanza.

Escrito por Kate Forbes, presidenta de la IFRC


Mi primera visita fue en febrero del año pasado, cuando la crisis ya había alcanzado niveles insoportables. Esperaba encontrar una situación diferente a mi regreso. Pero cuando llegamos, la realidad era dolorosamente familiar.

Durante mi primera visita, lo primero que observé fue la fila de camiones repletos de suministros que la población de Gaza necesitaba desesperadamente pero que sólo podía recibir a cuentagotas.

Esta vez, un año después, había menos camiones atascados en la frontera, ya que, durante los primeros días del alto el fuego, la Media Luna Roja Egipcia había conseguido hacer llegar más ayuda a Gaza.

La ayuda seguía siendo demasiado escasa para cubrir las enormes necesidades, pero permitió a la Media Luna Roja Palestina entregar suministros y servicios esenciales. Lamentablemente, el 2 de marzo, el paso fronterizo volvió a cerrarse a las entregas de ayuda.

Determinación silenciosa, esperanza erosionada

Lo segundo de lo que he sido testigo en el paso fronterizo de Rafah es la silenciosa determinación del personal y el voluntariado de la Media Luna Roja Egipcia, que trabajan incansablemente para clasificar, coordinar y hacer llegar tanta ayuda como sea posible.

Su trabajo es invisible para mucha gente, pero sin su ayuda la cadena humanitaria colapsaría. Son las manos silenciosas que tratan de unir los pedazos de vidas rotas.

Hace doce meses, la situación humanitaria en Gaza ya era desesperada. Era un lugar de movimiento limitado, de bloqueos, de violencia recurrente que estallaba y retrocedía, dejando cicatrices más profundas cada vez. Pero aún quedaba un atisbo de esperanza, la creencia de que las cosas podían cambiar.

Esa creencia se ha erosionado. Hoy, la población de Gaza está atrapada, no sólo por fronteras físicas, sino también por limitaciones políticas y geopolíticas. La reciente escalada del conflicto no sólo ha remodelado el paisaje de la destrucción, sino que ha alterado fundamentalmente las vidas en toda la región.

En el sur del Líbano, la tensión ha aumentado, convirtiendo la vida cotidiana en una existencia precaria en la que la próxima escalada podría llegar en cualquier momento.

En Egipto, la ciudad fronteriza de Rafah se ha convertido en testigo involuntario de uno de los bloqueos humanitarios más prolongados de nuestro tiempo. Además, Egipto se ha convertido en un puerto seguro para quienes huyen de los conflictos, la violencia y otras crisis humanitarias. En la actualidad, acoge a cientos de miles de personas obligadas a huir de sus hogares en busca de seguridad y dignidad: población Palestina de Gaza, sudaneses que escapan de un devastador conflicto armado y personas de Siria desplazadas por más de una década de conflicto.

Para la población de Gaza, la lucha ya no consiste sólo en sobrevivir, sino en aferrarse a su humanidad en un mundo que a menudo parece haberles olvidado.

¿Qué ha cambiado en 12 meses? La magnitud del sufrimiento ha aumentado. Las esperanzas de paz se han desvanecido aún más. El acceso de la ayuda humanitaria se ha vuelto aún más difícil. 

La presidenta de la IFRC, Kate Forbes, escucha a la Dra. Amal Emam, directora general de la Media Luna Roja Egipcia, explicar la situación de las entregas de ayuda humanitaria en la frontera de Rafah.

La presidenta de la IFRC, Kate Forbes, escucha a la Dra. Amal Emam, directora general de la Media Luna Roja Egipcia, explicar la situación de las entregas de ayuda humanitaria en la frontera de Rafah.

Foto: Media Luna Roja Egipcia

Servir a la humanidad contra viento y marea

Lo que no ha cambiado es la resistencia de nuestros equipos de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

Frente a estas crisis humanitarias múltiples y superpuestas, nuestro voluntariado y nuestro personal siguen, contra viento y marea, sirviendo y quedándose a las puertas de la crisis, negándose a dar la espalda a quienes lo necesitan. Siguen demostrando un valor, profesionalismo y humanidad extraordinarios.

En el sur del Líbano, el personal de la Cruz Roja Libanesa sigue respondiendo a las crecientes necesidades de las comunidades afectadas por el aumento de las tensiones, prestando servicios médicos de urgencia y apoyo a las personas desplazadas.

En los territorios palestinos ocupados, nuestros equipos de la Media Luna Roja Palestina siguen trabajando en condiciones inimaginables, prestando asistencia y apoyo vitales a comunidades destrozadas por la violencia y las pérdidas.

Al otro lado de la frontera, la Media Luna Roja Egipcia desempeña un papel vital en sostener la respuesta humanitaria. Los dedicados equipos de la Sociedad Nacional coordinan el flujo de ayuda, apoyan a las personas desplazadas y garantizan que la esperanza siga cruzando a Gaza incluso cuando las fronteras están cerradas.

Pero nuestras Sociedades Nacionales no han estado solas. La red de la IFRC siempre ha estado a su lado. Desde el inicio de la escalada de las hostilidades, la IFRC ha proporcionado financiación de emergencia y suministros médicos, ha desplegado conocimientos técnicos, ha coordinado la logística y ha velado por que la diplomacia humanitaria amplíe las necesidades de quienes se encuentran en situaciones vulnerables.

Hoy nos enfrentamos al reto no sólo de responder a las necesidades inmediatas, sino de mantener nuestro apoyo a lo largo del tiempo, garantizando al mismo tiempo la seguridad de nuestros equipos en Gaza. La fatiga humanitaria es real. Los recursos están al límite. Las crisis se multiplican. Sin embargo, las necesidades crecen día a día.

Al volver de estos viajes, no dejo de pensar en las palabras de un miembro del personal de la Media Luna Roja Egipcia: "No tenemos una estrategia de salida. Somos de estas comunidades, y estamos con la gente de nuestras comunidades mientras nos necesiten".

Esta es la esencia y el espíritu de nuestras Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, algo de lo que soy testigo en todas mis visitas, algo que hace que nuestra red de la IFRC sea tan singular y tan profundamente humana.

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