Dos años después, una sobreviviente del terremoto de Turquía-Siria ve un futuro mejor, más seguro y más sano.
Los devastadores terremotos que asolaron el sur de Turquía en 2023 afectaron millones de vidas, dejando destrucción y penurias a su paso. Entre quienes sobrevivieron se encuentra Canan, madre de cuatro hijos que, junto con su familia, reside en una ciudad de contenedores en Hatay.La historia de Canan es una historia de perseverancia a pesar de las cicatrices físicas y emocionales. "Durante el terremoto, una pared se derrumbó sobre mi cara y mi espalda", recuerda. "Resulté gravemente herida. Ese periodo fue increíblemente doloroso. Durante un tiempo estuve postrada en cama. Me sometí a largos tratamientos. Ahora puedo andar sin andador".Aunque Canan recuperó la movilidad tras su prolongado tratamiento, también perdió la visión en un ojo debido a los restos que le cayeron en la cara. Lo que más le afectó fue la pérdida del párpado, que la dejó incapaz de cerrar uno de los ojos."No soportaba mirarme al espejo. Siempre me sentía mal al verme así y no quería salir a la calle", dijo, reflexionando sobre el costo emocional que le causó la experiencia.No está solaAfortunadamente, Canan no tuvo que afrontar sola este enorme reto vital. En el camino, su recuperación psicológica ha contado con el apoyo de la Media Luna Roja Turca, que proporcionó asesoramiento traumatológico a las personas que sobrevivieron al terremoto. El proyecto se llevó a cabo en colaboración con la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC), que lanzó un llamamiento mundial de emergencia pocos días después del terremoto inicial.También recibió ayuda crucial a través de otro programa de colaboración de la Media Luna Roja Turca y la IFRC, cuyo objetivo es garantizar la seguridad y la protección de las personas que suelen ser especialmente vulnerables tras un desastre de gran magnitud: mujeres, niñez, población adulta mayor y personas con discapacidad.Estos esfuerzos incluyen ayuda financiera que puede proporcionar a las personas mayor estabilidad e independencia, al tiempo que les ayuda a cubrir otras necesidades urgentes como asistencia en salud, acceso a medicamentos, oportunidades de educación, ayuda legal o apoyo psicológico.Estos servicios reducen en gran medida las posibilidades de que las personas en situación de vulnerabilidad sufran más daños, abusos o explotación, y aumentan enormemente las posibilidades de una recuperación plena y digna.En el caso de Canan, el programa le permitió acceder a servicios de salud para recibir fisioterapia y tratamiento para recuperar la función de sus párpados.Aunque todavía no puede ver con un ojo, Canan siente un inmenso alivio y gratitud por la oportunidad de recuperar la confianza en sí misma."Me apoyaron mucho", dice sobre la Media Luna Roja. "No quería mostrar mi cara a nadie. Ya lo he superado. Ahora tengo mucha confianza. Soy normal. Tengo un ojo ciego, pero sigo teniendo muchas amistades y seres queridos".Comodidad y confianzaOtro impacto significativo de los terremotos fue su intenso miedo a entrar en edificios, una reacción común entre las personas afectadas. "Antes no podía entrar en edificios de hormigón. Estaba aterrorizada. Pero después de recibir apoyo psicológico semanal de la Media Luna Roja Turca durante varios meses, empecé a superarlo".Ahora Canan puede entrar en los edificios, incluso en los de gran altura."Por primera vez después del terremoto, incluso fui al apartamento de mi hermana, en el piso 12º. Antes del apoyo psicológico, ni siquiera salía a la calle. Ahora me siento más cómoda, más segura. Me siento mucho mejor", explicó.Los terremotos dejaron a millones de personas sin hogar ni medios de subsistencia, y los grupos vulnerables se han visto especialmente afectados. Para personas como Canan, que se enfrentaron a retos tanto físicos como psicológicos, estos mecanismos de apoyo ofrecen un salvavidas crucial que les permite recuperar su dignidad y reconstruir sus vidas.Una mejor vida por delanteUna encuesta reciente demostró que el programa de asistencia en efectivo está teniendo un impacto concreto y medible. Según el estudio, el 88% de las personas que participaron en el proyecto declararon haber mejorado sus condiciones de vida.La evaluación de seguimiento del programa, conocida como monitoreo post-distribución, revela que el 51% de quienes participaron utilizaron la ayuda proporcionada para reducir o eliminar los riesgos de protección relacionados con la salud.El 95% de las personas también declararon haber mejorado la comunicación y las relaciones en el hogar, lo que refuerza los beneficios sociales más amplios de la asistencia.Escrito por Sevil ErkuşOficial Senior de Comunicación, Delegación de la IFRC en Turquía