Jamaica

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Nota de prensa

Los Estados deben abordar el impacto humanitario de la pérdida de biodiversidad reduciendo el riesgo de desastres y fortaleciendo la resiliencia

Bogotá, Ginebra - 21 de octubre de 2024.Al inicio de la Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP16), la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) exhorta a los Estados parte del Convenio a abordar la interrelación entre la degradación ambiental, el cambio climático, los desastres y los impactos que éstos causan en las personas, la naturaleza y el patrimonio cultural. Todo ello contribuirá a alcanzar los objetivos del Marco Global de Biodiversidad (MGB)."La pérdida de biodiversidad, el cambio climático y la contaminación deben ser entendidas también como crisis humanitarias. Estas tres crisis aumentan el riesgo de escasez de agua y alimentos, epidemias y pandemias, desastres más frecuentes e intensos, así como la migración y el desplazamiento forzado” dijo Martha Keays, Directora Regional de la IFRC para América. “Llamamos a los gobiernos locales y nacionales, a la sociedad civil y a todos los participantes en la COP16 para que se incrementen los compromisos técnicos y financieros en la reducción del riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático.”Dos metas específicas del MGB son fundamentales para evitar una situación en la que, para 2050, 200 millones de personas requieran ayuda humanitaria internacional cada año como resultado de una combinación de desastres relacionados con el clima, la degradación del medio ambiente y los impactos socioeconómicos resultantes. La «meta 8» pretende aumentar la resiliencia climática de los ecosistemas y los medios de vida mediante la mitigación, la adaptación y la reducción del riesgo de catástrofes, o soluciones basadas en la naturaleza. La "meta 11" pretende restaurar, conservar y mejorar la contribución de la naturaleza al bienestar humano."Es crucial acelerar la acción conjunta para salvar la naturaleza y salvar vidas. La experiencia de la Cruz Roja y su rol clave en la reducción del riesgo de desastres, la adaptación y el fortalecimiento de la resiliencia de las comunidades puede apoyar directamente los esfuerzos para proteger, restaurar y utilizar de manera sostenible la biodiversidad”, explicó Keays.Los equipos locales de la Cruz Roja en toda América ya están aplicando medidas como la protección de los manglares para reducir el impacto de las inundaciones, la restauración de los arrecifes de coral, la reforestación de bosques y cuencas hidrográficas y la protección de las fuentes de agua. Estas soluciones basadas en la naturaleza se complementan con sistemas de acción temprana, anticipación basada en pronósticos y protocolos de acción temprana que permiten a la red de la IFRC proteger a las personas y la naturaleza antes de que se produzcan los desastres. Los ejemplos de este trabajo incluyen: El trabajo de la Cruz Roja Argentina en apoyo a la restauración de más de 25.000 hectáreas de vegetación natural tras los destructivos incendios de la provincia de Corrientes en 2022.El desarrollo por parte de la Cruz Roja Mexicana de una medición participativa y localizada de la resiliencia que considera y destaca la interconexión entre sistemas y sectores, facilitando el análisis y la acción colectiva a través de los capitales físico, humano, social, financiero y natural.El apoyo de la Cruz Roja Canadiense a varias organizaciones indígenas en la restauración de sus tierras tras los desastres para aumentar la resiliencia.La colaboración de cruzrojistas canadienses con la Cruz Roja de Belice para apoyar a comunidades locales en la restauración de su cultura y sus bosques y en el aumento de la resiliencia al cambio climático mediante la plantación de árboles de Nuez Maya.El trabajo de la Cruz Roja Hondureña y la Cruz Roja Suiza para ayudar a reducir los riesgos de desastres combinando la bioingeniería del suelo y la reforestación para reducir el riesgo de deslizamientos con actividades de agroecología para ayudar a recuperar zonas productivas, aumentar la seguridad alimentaria y ofrecer oportunidades económicas.En Colombia, República Dominicana, Jamaica y Granada, la acción de la Cruz Roja para promover la gestión sostenible y la restauración de los ecosistemas de manglares para reforzar la resiliencia ante inundaciones, reduciendo los riesgos de desastre y contribuyendo a la vez a conservar la biodiversidad.“Instamos a los Estados a integrar las estrategias de conservación de la biodiversidad y las iniciativas de desarrollo sostenible en la reducción del riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático”, dijo la Dra. Judith Carvajal de Álvarez, Presidente Nacional de la Cruz Roja Colombiana."Como auxiliares de los poderes públicos la Cruz Roja puede apoyar a fortalecer la resiliencia de las comunidades, promoviendo el dialogo de saberes entre las comunidades biodiversas, y el conocimiento científico."La COP16 tendrá lugar en Cali, Colombia, del 21 de octubre al 1 de noviembre de 2024.Para mayor información por favor contacte a: [email protected] Colombia – Rafael Payares +573135644837 / Angie Rodríguez +573204314860En Panamá - Susana Arroyo Barrantes +50769993199En Ginebra – Tommaso Della Longa +41797084367 / Hannah Copeland +41762369109Nota al editor:En la actualidad, la IFRC está ampliando su trabajo sobre la adaptación dirigida a nivel local, la reducción del riesgo de desastres y el cambio climático en el marco de su Plataforma Global de Resiliencia Climática, apoyada por la ruta hacia la acción climática de la IFRC, que tiende un puente entre la financiación y el apoyo climático, humanitario, de desarrollo, privado e innovador para fortalecer la resiliencia de las comunidades y adaptarse a los riesgos relacionados con el clima. En las Américas, esta iniciativa incluye enfoques sobre Programación Climáticamente Inteligente, Sistemas de Alerta Temprana, Acción Anticipatoria y Soluciones Basadas en la Naturaleza en comunidades en condiciones de vulnerabilidad debido a los impactos del cambio climático. Este trabajo cuenta con el apoyo de la Cooperación Española, IRISH AID, USAID, y donantes del sector privado como la Fundación Z Zurich.Como líderes de la Carta sobre el Clima y el Medio Ambiente para las Organizaciones Humanitarias, la IFRC también se ha comprometido a reducir la huella medioambiental de sus operaciones y programas.

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Artículo

Huracán Beryl: Para las islas más afectadas, la preparación dio sus frutos con una rápida respuesta. Pero la recuperación se complica por los daños generalizados.

Mucho antes de que el huracán Beryl tocara tierra en las islas caribeñas de Jamaica, Granada y San Vicente y las Granadinas, el voluntariado de la Cruz Roja, las autoridades locales y la población habían trabajado duro para prepararse para lo peor.Anticipándose a los bloqueos de carreteras, los cortes de electricidad y la escasez de agua potable y alimentos, los equipos de la Cruz Roja estaban preparando paquetes de socorro y trasladando suministros lo más cerca posible de los lugares con más probabilidades de necesitarlos después de la tormenta.Cuando el huracán Beryl tocó tierra en Granada, San Vicente y las Granadinas y Barbados, estaba clasificado como huracán de categoría 4. Los fuertes vientos derribaron árboles y tendidos eléctricos. Los fuertes vientos derribaron árboles y tendidos eléctricos, arrancaron tejados enteros de las casas y, en algunos casos, volaron edificios completamente de sus cimientos.En las islas de Carriacou y Petite Martinique, más del 95% de las viviendas resultaron dañadas o destruidas, según las estimaciones oficiales. Las fotos aéreas mostraron grandes franjas de destrucción donde antes había barrios. La tormenta tampoco perdonó a las instalaciones sanitarias, los edificios aeroportuarios, las escuelas o las gasolineras.Cuando el huracán Beryl llegó a Jamaica, causó grandes daños en toda la isla. Las carreteras quedaron bloqueadas por árboles caídos, tendidos eléctricos derribados y deslizamientos de tierra, mientras que los cortes de electricidad y los daños estructurales en importantes instalaciones públicas dificultaron los esfuerzos de respuesta."Este es el huracán más fuerte que ha azotado Jamaica en casi 17 años, desde el huracán Dean en 2007", dijo Rhea Pierre, responsable de desastres de la IFRC para el Caribe de habla inglesa y neerlandesa.En todas las islas, las labores de socorro y rescate se complicaron por la persistencia del mal tiempo, los cortes de electricidad, los bloqueos de carreteras y los daños en las infraestructuras. En muchos casos, las zonas más afectadas también quedaron aisladas de los servicios básicos.Gracias a las alertas de tormenta, miles de personas se refugiaron en lugares seguros. Pero la tormenta también se cobró vidas. Las autoridades han confirmado hasta ahora al menos 15 muertes: cinco en Granada, cinco en San Vicente y las Granadinas, dos en Jamaica y tres en Venezuela. Pero la cifra podría aumentar a medida que continúe la evaluación.La preparación dio frutosA pesar de los daños, el trabajo previo dio sus frutos. Tras el paso del huracán, los equipos de personas voluntarias estaban listos para actuar, visitando las comunidades más afectadas y evaluando detalladamente las necesidades de la gente. Repartieron suministros, ofrecieron primeros auxilios y escucharon a las personas que se enfrentaban a sus pérdidas."Estamos distribuyendo lonas y bidones, así como cintas de limpieza y alimentos para las familias afectadas por el huracán", explica Zoyer John, voluntaria de la Cruz Roja de Granada, frente a una casa gravemente dañada."La mayor parte de los daños en nuestro estado triinsular se produjeron en las islas de Carriacou y Petite Martinique. Pero aquí en la isla principal, en el norte de la isla, mucha gente también se vio afectada".En Jamaica, el personal voluntario de la Cruz Roja también estuvo sobre el terreno realizando evaluaciones rápidas y distribuyendo suministros que habían preparado al principio de la temporada de huracanes. A medida que se acercaba el huracán, esas reservas se trasladaron a almacenes seguros cerca de los lugares donde se preveía que el impacto sería más fuerte.Todo este trabajo anticipado se vio reforzado por una asignación de 1,7 millones de francos suizos del Fondo de Emergencia para la Respuesta a Desastres de la IFRC (IFRC-DREF), basada en las necesidades previstas de las personas en la trayectoria de la tormenta. Este desembolso anticipado significó que las comunidades podían contar con ayuda de emergencia sin tener que esperar a la recaudación de fondos después de la tormenta.En los días posteriores al huracán, la IFRC también lanzó un llamamiento de emergencia de 4 millones de francos suizos para prestar asistencia humanitaria inmediata, protección y apoyo a la recuperación de las familias más afectadas. La operación prestará apoyo a 25.000 personas (5.000 hogares) durante un año.En los primeros días, la atención se centrará en la distribución de artículos de socorro y soluciones de refugio a corto plazo que cubran las necesidades inmediatas de las personas. Con el tiempo, sin embargo, el plan es llevar a cabo también intervenciones que ayuden a las personas a garantizar el acceso a un refugio digno y seguro -centrándose en reconstruir mejor-, así como el suministro de asistencia en efectivo y cupones para bienes específicos.También se prestarán distintos apoyos para restablecer los medios de subsistencia. Debido al impacto de la tormenta en las infraestructuras, muchas personas de las islas se han quedado sin ingresos. En Barbados, la industria pesquera y los pequeños empresarios de las costas meridionales se vieron muy afectados por las marejadas de la tormenta, que causaron daños generalizados.También se prevén intervenciones sanitarias para prevenir la transmisión de enfermedades infecciosas. Las Sociedades Nacionales se centrarán en apoyar las necesidades de higiene de la población, así como de agua potable, principalmente mediante la entrega de equipos domésticos para el tratamiento del agua.Más tormentas por venirEn las mentes de todas las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja de la región está el hecho de que la temporada de huracanes acaba de comenzar. Esta es una de las razones por las que el llamamiento de emergencia también apoya intervenciones destinadas a reducir la vulnerabilidad de las personas a futuros desastres y a mejorar la respuesta comunitaria a los desastres.Una semana después del paso del huracán Beryl, la población local debe intentar rehacer su vida y, al mismo tiempo, prepararse para lo que pueda venir después.Esta es la nueva realidad a la que se enfrentan las pequeñas naciones insulares del Caribe, ya que las temperaturas del agua más altas de lo normal en el sur del Atlántico y el Caribe actúan como combustible para las tormentas, haciendo que se intensifiquen rápidamente hasta convertirse en grandes huracanes. Esto da a las comunidades menos tiempo entre tormentas para recuperarse y prepararse."Este tipo de eventos ya no se producen una sola vez y esto demuestra la necesidad de que los actores locales lideren la preparación y la acción anticipatoria", añadió Rhea Pierre, responsable de desastres de la IFRC para el Caribe de habla inglesa y neerlandesa. "Estamos viendo ese tipo de preparación en acción ahora mismo".

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Emergencia

Huracán Beryl (San Vicente y las Granadinas, Granada, Barbados y Jamaica)

El huracán Beryl tocó tierra en Granada y San Vicente y las Granadinas el 1 de julio como huracán de categoría 4 y desde entonces ha dejado un rastro de devastación en todo el Caribe. A través de este llamamiento de emergencia, la IFRC y sus miembros se proponen apoyar a las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja de San Vicente y las Granadinas, Granada, Barbados y Jamaica en su respuesta al huracán mediante la prestación de asistencia humanitaria inmediata, protección y apoyo para la recuperación de las familias más afectadas. La IFRC y sus miembros prestarán apoyo a 25.000 personas (5.000 hogares) durante un período de 12 meses.

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Nota de prensa

Aumentan las necesidades humanitarias tras el paso de Beryl, un huracán sin precedentes que abre una nueva realidad para el Caribe.

Ciudad de Panamá, Ginebra, 4 de julio de 2024 - El huracán Beryl, el más temprano en alcanzar la intensidad de categoría cinco en el Océano Atlántico, ha causado una devastación sin precedentes en todo el Caribe, haciendo su destructiva trayectoria a través de San Vicente y las Granadinas, Granada, Dominica, Barbados y Jamaica.Este huracán sin precedentes de principios de temporada muestra la nueva realidad de la crisis climática a la que se enfrentan las pequeñas naciones insulares del Caribe: es más probable que las tormentas se intensifiquen rápidamente y se hagan más fuertes, causando graves destrozos y dando a las comunidades menos tiempo para recuperarse entre choque y choque. Las temperaturas del agua más cálidas de lo normal en el sur del Atlántico y el Caribe están actuando como combustible para las tormentas, haciendo que se intensifiquen muy rápidamente y se conviertan en huracanes de gran intensidad -categoría tres o superior.En Jamaica, la Cruz Roja ya ha preposicionado suministros en todas sus filiales en previsión de una posible respuesta humanitaria. En San Vicente y las Granadinas, Granada, Dominica y Barbados, los equipos locales de la Cruz Roja ya están sobre el terreno prestando asistencia vital a pesar de las importantes dificultades para acceder a las zonas afectadas, la mayoría de las cuales están dispersas y aisladas."Ya se han enviado a las islas más afectadas kits de higiene, de limpieza, de herramientas, de cocina, lonas, mantas y mosquiteras para cubrir las necesidades inmediatas de la población afectada. En los próximos días tendremos una idea más clara del impacto total de Beryl en la salud física y mental de la población y en sus medios de subsistencia. No obstante, la rápida evaluación de los daños muestra que la devastación es masiva", señala Rhea Pierre, Directora de Desastres de la IFRC para el Caribe de habla inglesa y neerlandesa.La tormenta impactó primero en Barbados, causando graves daños en la costa sur y afectando significativamente a la industria pesquera, con más de 200 barcos pesqueros dañados o destruidos. En San Vicente y las Granadinas, el 90% de las infraestructuras han resultado dañadas, incluidas viviendas, carreteras y la terminal del aeropuerto de Union Island. Las comunicaciones con el sur de las Granadinas siguen interrumpidas y el acceso a los servicios básicos sigue siendo limitado.Mientras estaba en Granada, Beryl tocó tierra en Carriacou como huracán de categoría 4, dañando el 95% de las viviendas de Carriacou y Petite Martinique. Sigue vigente el estado de emergencia, con 3.000 personas en refugios. La Cruz Roja de Granada está distribuyendo artículos de primera necesidad y coordinando con las autoridades el restablecimiento de los servicios de comunicación y electricidad. En Dominica, la población necesita refugio tras verse obligada a trasladarse. La Cruz Roja de Dominica ha distribuido suministros de emergencia a las personas más afectadas, especialmente en la zona de Baytown."Gracias al despliegue de equipos comunitarios de respuesta a desastres y al posicionamiento previo de suministros, hemos podido responder rápidamente, pero sólo estamos en el segundo día de las secuelas de Beryl, y se necesitará más apoyo en las próximas semanas y meses. A partir de ahora, afrontaremos dos retos a la vez: responder a la operación y preparar a las comunidades para la próxima sacudida, ya que la temporada de huracanes no ha hecho más que empezar", añade Pierre.La IFRC seguirá apoyando a los equipos locales de la Cruz Roja en todo el Caribe y hace un llamamiento a los gobiernos, donantes y partes interesadas para que respalden sus esfuerzos de respuesta y acción temprana, ya que las necesidades humanitarias siguen aumentando y se prevé que la temporada de tormentas sea una de las más activas de las que se tiene registro.Para más información o para solicitar una entrevista, póngase en contacto con: [email protected] Panamá:Susana Arroyo Barrantes: +507 6999-3199En Ginebra:Mrinalini Santhanam: +41 76 381 50 06Tommaso Della Longa: +41 79 708 43 67

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Nota de prensa

Alianza innovadora entre IFRC y The Nature Conservancy equipa a las comunidades caribeñas para combatir la crisis climática

Ginebra/Panamá, 21 de febrero de 2024: La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) y The Nature Conservancy (TNC) han preparado con éxito a más de 3.000 personas en la República Dominicana, Granada y Jamaica para adaptarse a la crisis climática. Aprovechando los hábitats costeros para reducir el riesgo, esta iniciativa fusiona la ciencia de la conservación de última generación con la preparación ante desastres.Un elemento central de este éxito es el Proyecto Resilient Islands (Islas Resilientes), una colaboración entre la IFRC y TNC que redefine la resiliencia comunitaria, utilizando el poder protector de la naturaleza contra la crisis climática. Este enfoque es fundamental en el Caribe, donde la proximidad del 70% de la población a la costa subraya su vulnerabilidad.En Granada, el proyecto ha diseñado una instalación para pescadores, con inteligencia desde el punto de vista climático. Cuenta con veintiún compartimentos, y capacidad para recoger agua de lluvia y energía solar para la generación de electricidad. Otras ventajas son: un muelle para facilitar el acceso a las embarcaciones de pescadores; y la siembra de vegetación costera para mejorar el hábitat cercano a la costa, reducir la erosión y filtrar el agua de la corriente. Estas soluciones hacen que la pesca artesanal sea más segura y sostenible.Eddy Silva, Gerente de Proyecto de The Nature Conservancy, subraya las implicaciones más amplias:"Las lecciones aprendidas de Resilient Islands aumentarán la conciencia sobre la resiliencia climática y ayudarán a ampliar los esfuerzos a nivel local y nacional en todas las pequeñas islas en desarrollo del Caribe. En un momento en que los peligros relacionados con el clima y el aumento de la temperatura de los océanos son cada vez más extremos y destructivos, este programa ha demostrado que los manglares, los arrecifes de coral y la reforestación pueden salvar vidas y medios de subsistencia."Proteger, gestionar y restaurar estos ecosistemas es clave para limitar la exposición y vulnerabilidad de las personas a los peligros. La IFRC y TNC muestran que esto debe hacerse mediante leyes, políticas y planes de desarrollo resilientes al clima que promuevan la toma de decisiones con base científica, mejoren los sistemas de alerta temprana y anticipen los desastres relacionados con el clima. En Jamaica, el programa Resilient Islands ha mejorado el actual índice nacional de clasificación de la vulnerabilidad incluyendo indicadores de los ecosistemas. Esto permite a los organismos supervisar y medir no sólo los niveles de vulnerabilidad de las comunidades, sino también la capacidad de los hábitats para proteger a las personas y los medios de subsistencia.Las comunidades y organizaciones locales también han desempeñado un papel fundamental a la hora de garantizar que las soluciones al cambio climático respondan a las necesidades locales y sean inclusivas y sostenibles. Martha Keays, Directora Regional de la IFRC para las Américas, destaca el papel indispensable de la participación local:"Una importante lección aprendida por el programa Resilient Islands es que no hay resiliencia sin localización. Las soluciones basadas en la naturaleza son soluciones basadas en la comunidad, y los actores locales, incluidas las personas voluntarias de la Cruz Roja, deben estar en el centro de su diseño e implementación. También hemos aprendido que el cambio es más probable cuando organizaciones complementarias trabajan juntas. La alianza entre la IFRC y TNC es un modelo de la innovación, generosidad y visión que el mundo necesita para abordar la crisis climática, posiblemente el mayor reto de nuestro tiempo."El Dr. Rob Brumbaugh, Director Ejecutivo de The Nature Conservancy Caribbean, reflexiona sobre la sinergia única de la Alianza:"El proyecto es un enfoque modelo para reunir a organizaciones con capacidades muy diferentes pero muy complementarias. TNC, con experiencia en la avanzada ciencia de la conservación, datos y técnicas de conservación, y la IFRC, líder mundial en planificación y respuesta a desastres."El Proyecto Resilient Islands es una iniciativa de cinco años ejecutada en conjunto por la IFRC y TNC con el apoyo de la Iniciativa Internacional sobre el Clima (IKI) del Gobierno de Alemania. El programa finalizó oficialmente con una ceremonia de clausura y revisión del proyecto en Ciudad de Panamá el 20 de febrero de 2024.Para solicitar una entrevista u obtener más información, póngase en contacto con:The Nature Conservancy - Claudia Lievano [email protected] - [email protected]

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Artículo

Jamaica: Estudiantes con discapacidad auditiva aprovechan el poder de la agricultura climáticamente inteligente con el apoyo de la Cruz Roja

Plantar, regar, deshierbar, cosechar y alimentar a los animales forman parte de la vida del Centro Cristiano Caribeño para Personas Sordas (CCCD) de Manchester (Jamaica) desde hace mucho tiempo. Un día cualquiera, el personal y estudiantes del campus Knockpatrick de la escuela pueden estar cosechando frijoles, calabazas y vegetales como parte del programa educativo nutricional y de subsistencia.Pero cuando las consecuencias económicas de la pandemia de Covid-19 hicieron que disminuyeran los ingresos de las empresas y las donaciones a la escuela, la administración se centró aún más en utilizar sus tierras para ayudar a producir parte de sus demandas internas de alimentos. Mientras tanto, había otros retos: la sequía persistente significaba que simplemente no había suficiente agua para regar adecuadamente el invernadero del campus y los cultivos de campo abierto.Fue entonces cuando la escuela recurrió a la agricultura "climáticamente inteligente". Con el apoyo de la Cruz Roja de Jamaica (CRJ), el campus de Knockpatrick utiliza ahora bombas alimentadas con energía solar para ayudar a cosechar y almacenar agua para su invernadero y granja. El CCCD ya había instalado un sistema de captación de agua en los años sesenta, pero el sistema estaba en mal estado.Tyreke Lewis, uno de los 130 estudiantes que viven en el campus de Knockpatrick, de 130 hectáreas, afirma que las modificaciones han cambiado las cosas para mejor. "La escuela también podrá producir más bienes para vender a la comunidad y a otras partes interesadas", afirma. "Los ingresos adicionales nos ayudarán a pagar nuestras facturas y otros gastos. Nos permitirá desarrollar nuestras capacidades para ser más autosuficientes en el futuro".Una isla que se está secandoEl Campus Knockpatrick no es el único que se enfrenta a los impactos del cambio climático. Según los Servicios Meteorológicos de Jamaica, todas las zonas recibieron precipitaciones por debajo de lo normal en diciembre de 2022.En combinación con el COVID-19, los cambios en el clima han tenido importantes consecuencias humanitarias, y las personas más pobres y vulnerables son las que más sufren sus efectos a través de la pérdida de vidas, los contratiempos económicos y la pérdida de medios de subsistencia.Como parte de sus planes para ayudar a las personas afectadas por la crisis climática y los efectos socioeconómicos del COVID-19, la CRJ se puso en contacto con el CCCD a través de la Autoridad de Desarrollo Agrícola Rural (RADA)."En nuestras conversaciones con el CCCD, nos dimos cuenta de que la sequía y la escasez de agua existentes, unidas a la menor generación de ingresos debido al COVID-19, agravaban la crisis alimentaria, empujándoles a producir más para sí mismos", explica Leiska Powell, Project Manager de la CRJ. "Pero, para ello, necesitaban ayuda para gestionar el agua con el fin de mejorar y aumentar la producción. Queríamos encontrar la forma de ayudarles a conseguirlo".Agricultura climáticamente inteligentePara conseguirlo, la CRJ contrató a una empresa local que ofrece soluciones energéticas alternativas para instalar la bomba de agua solar; y proporcionó cuatro depósitos de agua de 1.000 galones para facilitar el almacenamiento de agua adicional.La iniciativa consistió en construir una rampa para albergar los cuatro depósitos de agua e instalar una bomba de agua solar para trasladar el agua del actual depósito de captación a los nuevos bidones de almacenamiento, para abastecer de agua al invernadero.John Meeks, responsable de empresas sociales del CCCD, señaló que esta alianza con la Cruz Roja marca el primer paso en su apuesta estratégica por desarrollar un programa agrícola resistente al clima y climáticamente inteligente."Sin riego, no podemos plantar ni criar animales", afirma. "Esta iniciativa, por tanto, supone un paso clave en la dirección correcta y nos permitirá ampliar nuestra producción de cultivos de 2-3 hectáreas a hasta 10 hectáreas, porque ahora contamos con el sistema de riego".En la siguiente fase de la iniciativa, la CRJ colaborará con RADA para ofrecer formación sobre agricultura climáticamente inteligente a estudiantes y al personal del CCCD, con el fin de reforzar su capacidad en agricultura sostenible y gestión del agua. También hay planes para ampliar la iniciativa de agricultura climáticamente inteligente a otros campus del CCCD, una vez que se consiga financiación adicional."La alianza ahora también forma parte central de las actividades emprendidas a través de la iniciativa de recuperación de medios de subsistencia climáticamente inteligentes COVID-19, llevada a cabo por la CRJ y apoyada por la IFRC", añadió Keisha Sandy, Oficial Técnica de Sostenibilidad Climática y Ambiental de la IFRC para el Caribe."La red de la Cruz Roja está comprometida a ayudar a las personas en las comunidades a hacer la transición de la recuperación inmediata de los impactos socioeconómicos del COVID-19, a soluciones de medios de subsistencia climáticamente inteligentes a largo plazo; orientadas a aumentar la resiliencia sostenida de las comunidades a las que servimos", dice Keisha.

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Nota de prensa

“Necesitamos hacerlo mejor”: un informe de la Federación Internacional revela brechas en la protección infantil durante desastres relacionados con el clima

Kingston, Jamaica - 19 de noviembre de 2021. La abrumadora mayoría de los adolescentes sienten que no tienen la información necesaria para estar a salvo de posibles actos de violencia, abuso y explotación en desastres relacionados con el clima. Este es uno de los principales hallazgos de “Necesitamos hacerlo mejor: desastres relacionados con el clima, protección infantil y acción de localización en el Caribe”, un estudio reciente realizado por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC). El informe ha revelado que, aunque los desastres relacionados con el clima afectan a todas las personas de la región, los niños están particularmente en riesgo. Constituyen una gran parte de la población del Caribe y son más vulnerables a la violencia, el abuso y la explotación en situaciones de desastre, mientras que los sistemas para protegerlos no siempre funcionan. El estudio también destaca que no existen leyes específicas para proteger a los niños de la violencia, el abuso y la explotación cuando ocurren desastres. Gurvinder Singh, Asesor Principal de Protección Infantil de la Federación Internacional y uno de los autores del informe, dijo: “Si bien los niños tienen potencialmente una gran capacidad de liderazgo e innovación, desafortunadamente, sus voces rara vez se buscan o se escuchan. Además, existe un enorme déficit de oportunidades significativas para que los niños participen en las decisiones que les afectan. Esto es especialmente importante en las etapas de preparación y respuesta a desastres. Los adolescentes creen que incluso si participan, es posible que los adultos no tomen en serio sus opiniones”. Al poner las voces, perspectivas e ideas de los niños al frente, el informe busca comprender las relaciones generalmente inexploradas entre los desastres relacionados con el clima y las preocupaciones de los niños en torno a la violencia, el abuso, la explotación y los desafíos de salud mental. También envía una advertencia a los gobiernos y organizaciones cívicas para que desempeñen un papel más activo en la promoción y el respeto de los derechos del niño, especialmente en lo que respecta al tema del abuso infantil y la necesidad de programas de prevención urgentes y eficaces. Ariel Kestens, jefe de delegación de la Federación Internacional para el Caribe de habla holandesa e inglesa, dijo: “Es fundamental que los gobiernos mejoren las leyes nacionales, inviertan en sistemas de protección infantil, mejoren la coordinación local, capaciten al personal de respuesta local, incluyan la protección y el cambio climático en el plan de estudios escolar y recopilen datos desglosados ​​por sexo, edad y discapacidad en las respuestas a desastres. La Red de la Federación Internacional en todo el Caribe está lista para apoyarlos para que continúen esforzándose por satisfacer el interés superior de cada niño afectado por desastres climáticos cada vez más frecuentes y destructivos ". El informe también recomienda acciones prácticas para el sector humanitario, como el diseño de comunicaciones adaptadas a los niños, la implementación de mecanismos de retroalimentación de la comunidad, incluida la protección infantil en la acción anticipatoria, la integración de la protección infantil en la preparación, las evaluaciones y la planificación, y la creación de espacios para que los niños y adultos participen, se apoyen mutuamente y encuentren soluciones viables a los riesgos de protección. El estudio se basó en discusiones y una encuesta en línea con 198 adolescentes de 14 a 17 años en las Bahamas, Jamaica y Trinidad y Tobago; entrevistas con 30 adultos de diferentes agencias de protección infantil y de desastres, e investigación de antecedentes. Es parte de la campaña "Necesitamos hacerlo mejor" de la Federación Internacional para mejorar la protección de los niños en desastres relacionados con el clima. El informe completo está accesibleaquí. El resumen del informe para adolescentes estáaquí. Para más información pueden contactar con: En Jamaica: Trevesa DaSilva | +876 818-8575 | [email protected] En Panamá: Susana Arroyo Barrantes | + 506 8416 1771 | [email protected]

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Nota de prensa

La Federación Internacional y TNC instan a los gobiernos a invertir en medidas de adaptación al cambio climático para abordar la crisis climática

Kingston, Jamaica - 15 de noviembre de 2021.La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) y The Nature Conservancy (TNC) piden a los gobiernos que inviertan urgentemente en medidas de adaptación al cambio climático para abordar la creciente crisis climática en el Caribe. La convocatoria sigue a dos eventos climáticos clave: la 26ª Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP26) y la 7ª Plataforma Regional para la Reducción del Riesgo de Desastres en las Américas y el Caribe (RP21). En el Caribe, las tormentas representan un promedio anual de pérdidas de US $ 7 mil millones (o US $ 135 mil millones entre 1990 y 2008). Las investigaciones indican que el 70% de la población del Caribe vive cerca de la costa, donde la vulnerabilidad al cambio climático es mayor. Los estudios también han demostrado que los impactos del cambio climático se ponderan de manera desigual contra las personas más desatendidas: las que son las más pobres, las más expuestas y tienen menos recursos para resistir los impactos y las tensiones climáticas. Además, los datos del Informe Mundial sobre Desastres 2020 de la Federación Internacional revelan que las finanzas internacionales para la reducción del riesgo de desastres y el clima no están a la altura de las necesidades de adaptación climática en los países de bajos ingresos, y los países con el riesgo más alto y las capacidades de adaptación más bajas no están siendo priorizados. De hecho, se puso a disposición menos de 1 dólar estadounidense por persona para la financiación de la adaptación climática en países de alta vulnerabilidad. “La prioridad y el enfoque deben ser las comunidades que están más expuestas y vulnerables a los riesgos climáticos y la región del Caribe ha demostrado ser una de las más susceptibles a los desastres relacionados con el clima. Por lo tanto, los gobiernos deben garantizar que todos los esfuerzos y acciones para abordar el cambio climático deben priorizar, y no dejar atrás, a los más propensos a sus impactos”, dijo Velda Ferguson Dewsbury, Gerente de Proyectos de la Federación Internacional para las Islas Resilientes por Diseño (RI) imitativo en el Caribe. Las sociedades de la Cruz Roja están a la vanguardia en ayudar a las comunidades a prepararse, responder y recuperarse de desastres relacionados con el clima y ver, todos los días, los crecientes riesgos para las personas vulnerables. A través de proyectos como las Islas Resilientes, la Federación Internacional, en asociación con TNC, ha estado trabajando con las comunidades para ayudarlas a encontrar medidas de adaptación y reducción de riesgos innovadoras, de bajo costo y sostenibles basadas en la naturaleza. “El cambio climático no es una amenaza lejana, está sucediendo ahora. Todos hemos visto los impactos visibles del cambio climático ante nuestros ojos, como el clima más extremo y los desastres naturales, la sequía crónica y la inestabilidad económica. Si bien nuestro trabajo con la Cruz Roja ayuda a las comunidades en riesgo en todo el Caribe a adaptarse al cambio climático, con el poder de la naturaleza, necesitamos más inversiones en estas y otras comunidades y necesitamos acciones conjuntas de todas las partes interesadas relevantes”, dijo Eddy. Silva, Gerente de Proyectos de TNC RI. La Federación Internacional y TNC están trabajando con comunidades en la República Dominicana, Granada y Jamaica ayudándolas a proteger y restaurar hábitats naturales, como los manglares, que ayudan a reducir el impacto de tormentas e inundaciones severas. Los estudios indican que hasta un 65% del aumento de las pérdidas económicas proyectadas debido al cambio climático podría evitarse mediante una adaptación oportuna al cambio climático. Además, las soluciones basadas en la naturaleza para minimizar el cambio climático pueden reducir el 37% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030. Las Islas Resilientes incorporan medidas de reducción del riesgo de desastres basadas en ecosistemas (Eco-RRD), que aprovechan los sistemas naturales para prevenir y reducir los peligros naturales y los impactos del cambio climático. Por ejemplo, protegiendo y apoyando el crecimiento de los arrecifes de coral que proporcionan barreras naturales rentables, protegiendo nuestras costas de olas, tormentas e inundaciones, o plantando más árboles de mangle, que desarrollan raíces que mitigan la erosión costera, brindan alimentos y otros servicios. y sirven como viveros para una diversidad de especies de peces. Estas acciones ayudan a las comunidades a reducir su exposición a las amenazas identificando y disminuyendo sus vulnerabilidades y, al mismo tiempo, mejorando sus fuentes de sustento, así como desarrollando sus capacidades y resiliencia para prepararse y responder a emergencias. La iniciativa de RI tiene como objetivo proteger a los caribeños contra los impactos del cambio climático no solo promoviendo el uso de hábitats costeros y marinos naturales para reducir los riesgos, sino también ayudando a los gobiernos, socios y comunidades a implementar planes de desarrollo sostenible que prioricen la naturaleza. Resilient Islands es parte de la Iniciativa Climática Internacional (IKI). El Ministerio Federal de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear (BMU) apoya esta iniciativa sobre la base de una decisión adoptada por la Cámara Baja del Parlamento alemán. Para más información, contacten con: En Jamaica: Trevesa DaSilva | +876 818-8575 | [email protected] En Panamá: Susana Arroyo Barrantes | + 506 8416 1771 | [email protected] En Washington, D.C.: Claudia Lievano | +1 786 230-6144 | [email protected] En Ginebra: Marie Claudet | +33 7 86 89 50 89 | [email protected]

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Fortalecimiento de la preparación regional: el Caribe se prepara para la temporada de huracanes de 2019

♪ Water come inna mi roomHuh huh!Mi sweep out some with mi broomDi likkle dog laugh to see such funAnd di dish run away with the spoon ♪Fue pegadiza, fue graciosa, fue disfrutada por personas hasta Nicaragua, sin embargo, habló de un tema muy serio. Era una canción sobre el huracán Gilbert y la devastación causada en Jamaica en 1988. No hay canciones populares sobre los huracanes Irma y María, tal vez porque Lovindeer no escribió una o tal vez porque, en este caso, los dos huracanes llegaron uno detrás del otro y causaron tanta destrucción en 2017 que fue difícil encontrar humor en la situación.En preparación para la temporada de huracanes de 2019, cinco organizaciones internacionales, con sede en el Caribe, están trabajando con las oficinas nacionales de desastres y las comunidades para fortalecer la preparación para desastres. Santa Lucía, Dominica, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, así como la República Dominicana, mejorarán la preparación durante la temporada de huracanes a través de mejoras de sistemas localizados de alerta temprana. La asistencia financiera fue proporcionada por la Dirección General de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea (ECHO).El proyecto tiene un enfoque de cuatro frentes que incluye mejorar la coordinación de las organizaciones de ayuda. Después de Gilbert, muchas agencias de ayuda internacional enviaron zinc a Jamaica porque miles de hogares habían perdido sus techos. Sin embargo, como especialista técnica de alerta temprana comunitaria de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), Nicole Williams recuerda que “no había madera sobre la cual colocar el zinc o ningún clavo para sujetarlo a las casas. "Esta desafortunada circunstancia tuvo un resultado positivo: condujo a la formación de organizaciones regionales como la Agencia de Manejo de Emergencias y Desastres del Caribe (CDEMA). Sin embargo, la respuesta al huracán María en Dominica demostró que todavía hay margen de mejora. CDEMA y la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (UNOCHA) han estado trabajando juntos para mejorar el Mecanismo de Respuesta Regional.Como parte del proyecto, hubo una formación de formadores en Dominica, donde los miembros de la Cruz Roja de Dominica recibieron entrenamiento sobre cómo implementar sistemas de alerta temprana con las comunidades. Los sistemas de alerta temprana son un aspecto importante de la preparación porque permiten una acción temprana para salvar vidas y proteger activos. La alerta temprana nacional a menudo no es específica de una comunidad en riesgo. Se prefieren las nuevas herramientas de comunicación a los mensajes tradicionales de radio y televisión. Comprender por que medios las personas reciben mensajes y sus necesidades es esencial. Las necesidades de grupos vulnerables como mujeres o personas con capacidades diferentes se consideran más en el diseño de los mensajes de alerta. Karen Lawrence, quien forma parte del Servicio Meteorológico de Dominica, describió la capacitación como "empoderamiento, intercambio de conocimientos, creación de redes, tanto que la gente estará tan informada que podrá tomar las decisiones correctas en el momento adecuado, y por lo tanto, mitigando el impacto de los desastres".El objetivo de esta alianza internacional es trabajar con las oficinas nacionales de desastres y las comunidades para mejorar la preparación. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lidera el equipo en este proyecto y trabaja con las oficinas nacionales de desastres para mejorar las comunicaciones, los planes de prueba a través de simulaciones y apoyar la concientización pública y la educación. Las comunidades desarrollarán una mejor comprensión del riesgo potencial que animará a sus miembros a tomar medidas de protección.Las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja en los cinco países, junto con la Federación Internacional, apoyan otras acciones a nivel local. Diez comunidades implementarán sistemas locales de alerta temprana y también se les proporcionará la tecnología necesaria para mitigar el riesgo. Tecnología de alerta temprana que incluye pluviómetros, indicadores de inundación y señales de calentamiento. La tecnología no se limita al equipo sino que implica la capacitación de los Equipos Comunitarios de Respuesta a Desastres (CDRT, por sus siglas en inglés) y la actualización de los planes de respuesta a desastres que se prueban mediante ejercicios de simulación.Se prevén entre 9 y 15 tormentas para la temporada de huracanes de 2019, con la probabilidad de entre 4 y 8 huracanes. Existe la posibilidad de que 2-4 de esos huracanes sean mayores. Como se vio con Irma y María en 2017, dos huracanes importantes pueden tener un impacto severo en el Caribe, por lo que el equipo internacional se reunió recientemente en la Conferencia de Entendimiento sobre Riesgos del Banco Mundial en Barbados, para compartir el progreso y planificar los próximos pasos. Esperemos que no haya necesidad de que se canten canciones ingeniosas después de la temporada de huracanes de 2019, ¡pero ha llegado, ¡así que a prepararse!