Por Olivia Acosta
El paso del poderoso Huracán Eta, el segundo más fuerte de la temporada de huracanes del 2020, provocó en Panamá el pasado mes de noviembre deslizamientos de tierra, inundaciones y fuertes vientos, que obligaron a miles de personas a abandonar sus hogares. La Cruz Roja Panameña desplegó un operativo de emergencia para dar respuesta en distintas comunidades aisladas en la parte occidental del país, a través de actividades de búsqueda y rescate; distribución de alimentos, mantas y lonas; acceso a higiene y agua potable; apoyo psicosocial y restablecimiento de contactos familiares, entre otras.
Según Nadia de la Cadena, punto focal encargada de la preparación institucional de la Cruz Roja Panameña, uno de los principales obstáculos a los que se enfrentaron fue el de la distribución de la ayuda, en un contexto de desastre agravado por la pandemia de Covid-19, que dificultó la respuesta por problemas de movilidad y limitación de adquisición de productos. Los equipos de la Cruz Roja Panameña constataron que era necesario que la capacidad local a nivel logístico fuese más fuerte para poder dar una mejor respuesta a las comunidades afectadas. "Dar una respuesta eficaz en esta emergencia, en la que también teníamos que hacer frente a la pandemia del Covid-19, fue muy complejo. Comprobamos que, si no teníamos la capacidad suficiente de distribuir, se podía establecer una alianza de coordinación con otros actores para poder hacerlo", afirma.
Y pudieron darse cuenta de ello, porque por primera vez implementaron el Enfoque de Preparación para una Respuesta Eficaz, a través de un chequeo rápido de las prioridades y la capacidad de la Sociedad Nacional para ofrecer servicios humanitarios de forma rápida y de calidad. Esto permitió evaluar y mejorar los componentes claves de su mecanismo de respuesta que ya se habían identificado en análisis de la capacidad de la Sociedad Nacional el año anterior. Lo interesante de esta experiencia, según Nadia, es que al detectar debilidades pudieron ajustar y mejorar su respuesta durante la propia emergencia, para ayudar a más personas."Realizamos una comprobación de la preparación y detectamos que teníamos debilidades en logística, comunicación y coordinación con las autoridades y otros actores sobre el terreno. Se buscaron soluciones inmediatas y la respuesta fue sin duda fue más eficaz, adecuada a las necesidades reales de los afectados".
Una de las claves de la respuesta fue la coordinación con diferentes actores sobre el terreno. La Cruz Roja Panameña, previa evaluación de necesidades y ajustes en la respuesta (comunicación, participación en el centro nacional de operaciones, mejora del equipamiento, etc.), recibió apoyo nacional e internacional que permitió gestionar ayuda adicional para las comunidades afectadas. "Nos reunimos con autoridades, alcaldes y gobernación, lo que nos facilitó mucho las cosas porque nos cedieron espacios de almacenaje y celadores. Y lo hicieron porque eran muy conscientes de la labor que llevamos a cabo para apoyar a los damnificados en las comunidades afectadas".
Krystell Santamaria, Oficial Senior de Preparación para Covid-19 de la IFRC y voluntaria de la Cruz Roja Panameña, estuvo apoyando en la identificación y mejora de la respuesta. "La mejora en la respuesta en esta emergencia ha sido evidente, las personas afectadas también lo han percibido. Una señora una de las comunidades más afectadas, en Corotú Civil, nos confirmó que durante estas inundaciones había enfermado mucha menos gente que en otras situaciones similares. Tenía muy claro que era debido a la distribución de agua potable, cloración y limpieza de pozos que llevamos a cabo”, nos confirma orgullosa. “Las personas de las comunidades a las que hemos apoyado están muy agradecidas y dan las gracias a los voluntarios compartiendo sus naranjas y plátanos con ellos".
Además, según Nadia, la presencia del voluntariado a nivel local es un valor agregado, porque se ha podido atender a comunidades indígenas por parte de voluntarios que hablaban su mismo idioma. "Quiero destacar el apoyo total del presidente de la Cruz Roja Panameña y de la Junta de Gobierno a todo el proceso y también a los cientos de personas voluntarias que ha hecho posible esta respuesta. El voluntariado sin duda se merece un gran reconocimiento".
La mejora en la respuesta a la emergencia también contribuyó a incrementar la visibilidad de las actividades de la Cruz Roja Panameña, lo que supuso más impacto en los medios de comunicación y un mayor apoyo por parte de donantes nacionales y extranjeros. Un ejemplo de ello fueron las donaciones del gobierno francés para la adquisición de vehículos y de otras empresas locales para el transporte y las entregas de la ayuda, agua potable y alimentos no perecederos, entre otros.
Según nos cuenta Nadia, ya en 2019 empezaron a trabajar en la implementación del enfoque PER a través de talleres de facilitadores y jornadas de sensibilización. "Este enfoque es el resultado de la experiencia y de las buenas prácticas aprendidas durante muchos años respondiendo a emergencias en todo el mundo. Es evidente que invertir en la preparación para desastres en las Sociedades Nacionales merece la pena, se salvan más vidas y la recuperación económica y social es mucho más rápida".
En el caso de la Cruz Roja Panameña, a través de este enfoque han detectado la necesidad, entre otras, de elaborar un manual de compras para asegurar los suministros durante una emergencia, y se está habilitando un espacio seguro para almacenar la ayuda y los equipos de respuesta.
Actualmente la Cruz Roja Panameña está reforzando la recaudación de fondos para revisar y fortalecer su plan y capacidad de respuesta, y la elaboración del plan estratégico de la Sociedad Nacional, en el que se incluirán todas las áreas de mejora detectadas durante la emergencia, como por ejemplo el establecimiento de procesos y la búsqueda de nuevos colaboradores.
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