Luimer Guerrero ha llevado su música desde Venezuela hasta Colombia
Luimer Guerrero llegó a Bucaramanga hace más de un año con sus dos hijos, su esposa y su suegra en un autobús que pudieron tomar con la ayuda de su congregación religiosa en Venezuela. Luimer emprendió su viaje lleno de sueños y expectativas con la convicción de que tendría nuevas oportunidades de resurgir en un país que desconocía por completo. Y como si se tratara de una señal, el primer lugar al que se acercaron fue el Centro de Atención Solidaria y de Apoyo (CASA) de la Cruz Roja Colombiana. Allí recibieron una de las atenciones más importantes para él y su familia, la explicación de cómo obtener el Permiso Especial de Permanencia (PEP), un documento que entrega el Gobierno colombiano a migrantes venezolanos. Para Luimer ese fue el primer contacto en el que conoció a quienes hoy considera una familia e “impresionante” entidad, la Cruz Roja Colombiana.Después de este acercamiento vinieron otras oportunidades; la Cruz Roja Colombiana llegó con medicina y jornadas de salud al lugar donde estaba viviendo Luimer junto con decenas de personas. En otra ocasión, Luimer cuenta que en medio de una urgencia odontológica, y sin saber con exactitud a dónde acudir, se acercaron a la institución humanitaria y allí les prestaron atención. “Nos ayudaron a llegar al sitio más cercano donde nos podrían ayudar; puedo decir que siempre que solicitamos ayuda encontramos una mano amiga para mí y para mi familia”.La música, una bendición de vidaHoy, este migrante venezolano es docente de música gracias al personal de la Cruz Roja que lo animó a dictar clase y a las personas que lo fueron conociendo y recomendando con sus amigos. Tiene 25 alumnos entre niños, adultos y grupos de jóvenes a los que les enseña un arte que alegra los corazones y además es el trabajo que le permite darle sustento a su familia.Bucaramanga (Santander) ha sido para Guerrero un espacio en el cual ha podido aprender de la cultura colombiana y a la vez ha sido una oportunidad para ser un embajador de los acordes venezolanos con los que creció. La música ha sido y seguirá siendo un sello toda su vida.Guerrero insiste en que para salir adelante en Colombia y en cualquier parte del mundo se necesita tener una mente de emprendedor. Por esta razón ha conformado su academia de música StaffGL y gracias a su emprendimiento ha estado en varios escenarios, uno de ellos la Casa del Libro en Bucaramanga (Santander). Su esposa, por su parte, también está trabajando en una iniciativa de café express. Luimer tiene esperanza y asegura que con esfuerzo y dedicación seguirá saliendo adelante.
Fortalecimiento de la preparación regional: el Caribe se prepara para la temporada de huracanes de 2019
♪ Water come inna mi roomHuh huh!Mi sweep out some with mi broomDi likkle dog laugh to see such funAnd di dish run away with the spoon ♪Fue pegadiza, fue graciosa, fue disfrutada por personas hasta Nicaragua, sin embargo, habló de un tema muy serio. Era una canción sobre el huracán Gilbert y la devastación causada en Jamaica en 1988. No hay canciones populares sobre los huracanes Irma y María, tal vez porque Lovindeer no escribió una o tal vez porque, en este caso, los dos huracanes llegaron uno detrás del otro y causaron tanta destrucción en 2017 que fue difícil encontrar humor en la situación.En preparación para la temporada de huracanes de 2019, cinco organizaciones internacionales, con sede en el Caribe, están trabajando con las oficinas nacionales de desastres y las comunidades para fortalecer la preparación para desastres. Santa Lucía, Dominica, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, así como la República Dominicana, mejorarán la preparación durante la temporada de huracanes a través de mejoras de sistemas localizados de alerta temprana. La asistencia financiera fue proporcionada por la Dirección General de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea (ECHO).El proyecto tiene un enfoque de cuatro frentes que incluye mejorar la coordinación de las organizaciones de ayuda. Después de Gilbert, muchas agencias de ayuda internacional enviaron zinc a Jamaica porque miles de hogares habían perdido sus techos. Sin embargo, como especialista técnica de alerta temprana comunitaria de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), Nicole Williams recuerda que “no había madera sobre la cual colocar el zinc o ningún clavo para sujetarlo a las casas. "Esta desafortunada circunstancia tuvo un resultado positivo: condujo a la formación de organizaciones regionales como la Agencia de Manejo de Emergencias y Desastres del Caribe (CDEMA). Sin embargo, la respuesta al huracán María en Dominica demostró que todavía hay margen de mejora. CDEMA y la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (UNOCHA) han estado trabajando juntos para mejorar el Mecanismo de Respuesta Regional.Como parte del proyecto, hubo una formación de formadores en Dominica, donde los miembros de la Cruz Roja de Dominica recibieron entrenamiento sobre cómo implementar sistemas de alerta temprana con las comunidades. Los sistemas de alerta temprana son un aspecto importante de la preparación porque permiten una acción temprana para salvar vidas y proteger activos. La alerta temprana nacional a menudo no es específica de una comunidad en riesgo. Se prefieren las nuevas herramientas de comunicación a los mensajes tradicionales de radio y televisión. Comprender por que medios las personas reciben mensajes y sus necesidades es esencial. Las necesidades de grupos vulnerables como mujeres o personas con capacidades diferentes se consideran más en el diseño de los mensajes de alerta. Karen Lawrence, quien forma parte del Servicio Meteorológico de Dominica, describió la capacitación como "empoderamiento, intercambio de conocimientos, creación de redes, tanto que la gente estará tan informada que podrá tomar las decisiones correctas en el momento adecuado, y por lo tanto, mitigando el impacto de los desastres".El objetivo de esta alianza internacional es trabajar con las oficinas nacionales de desastres y las comunidades para mejorar la preparación. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lidera el equipo en este proyecto y trabaja con las oficinas nacionales de desastres para mejorar las comunicaciones, los planes de prueba a través de simulaciones y apoyar la concientización pública y la educación. Las comunidades desarrollarán una mejor comprensión del riesgo potencial que animará a sus miembros a tomar medidas de protección.Las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja en los cinco países, junto con la Federación Internacional, apoyan otras acciones a nivel local. Diez comunidades implementarán sistemas locales de alerta temprana y también se les proporcionará la tecnología necesaria para mitigar el riesgo. Tecnología de alerta temprana que incluye pluviómetros, indicadores de inundación y señales de calentamiento. La tecnología no se limita al equipo sino que implica la capacitación de los Equipos Comunitarios de Respuesta a Desastres (CDRT, por sus siglas en inglés) y la actualización de los planes de respuesta a desastres que se prueban mediante ejercicios de simulación.Se prevén entre 9 y 15 tormentas para la temporada de huracanes de 2019, con la probabilidad de entre 4 y 8 huracanes. Existe la posibilidad de que 2-4 de esos huracanes sean mayores. Como se vio con Irma y María en 2017, dos huracanes importantes pueden tener un impacto severo en el Caribe, por lo que el equipo internacional se reunió recientemente en la Conferencia de Entendimiento sobre Riesgos del Banco Mundial en Barbados, para compartir el progreso y planificar los próximos pasos. Esperemos que no haya necesidad de que se canten canciones ingeniosas después de la temporada de huracanes de 2019, ¡pero ha llegado, ¡así que a prepararse!
La alegría de aprender ayudando
Para Gladys su experiencia en el proyecto “Niños Afectados por la Migración”, ha sido gratificante. Se sorprende al ver como los niños se expresan, su manejo de la información acerca de la migración y el efecto que esta produce en ellos tanto directa como indirectamente. Hay niños que tienen padres que están en otros países y otros niños que tienen el temor a que los padres tomen las decisión de irse; convivir con ellos le ha cambiado la perspectiva que tiene de la vida, total cambio en el ámbito personal y profesional.“Como cualquier proyecto ha tenido sus ventajas y desventajas” menciona Gladys, señalando que trabajar con los niños es un poco cansado, ya que están en su etapa de desarrollo y están llenos de energía.Pero la mayor dificultad no es trabajar con niños pequeños, sino sus padres, quienes algunas veces no muestran suficiente apoyo al proyecto, cuando en ocasiones se sugiere dar seguimiento con un tratamiento. “Nosotros hacemos remisión a los niños que van a recibir atención psicológica que están siendo afectados emocionalmente, entonces en ese caso si hemos tenido un poco de rechazo por parte de los padres, ya que entran en negación”, afirmó Gladys.Con respecto al desarrollo del proyecto, Gladys comentó que han sido increíbles todas las actividades que se han llevado a cabo. Estas actividades se realizan conforme a un guión metodológico, mostrando la competencia de todos los voluntarios en sus trabajos, tanto los psicólogos voluntarios como aquellos que son parte del apoyo que brinda la municipalidad.Gladys comenzó su voluntariado en Cruz Roja Hondureña siendo estudiante en la Universidad; Cruz Roja Hondureña fue la primera organización dónde empezó a desarrollar lo aprendido en la carrera de Psicología. El proyecto “Niños Afectados por la Migración”, ha sido una manera de crecer profesionalmente, ya que le permite poner en práctica todo lo aprendido, ayudándola a entender mejor el trabajo con los niños.“Es una experiencia increíble. Entender la mentalidad de los niños, lo creativos que son; trabajar con los maestros, que muchas veces no están familiarizados con la manera adecuada de apoyar a un niño y mostrarles técnicas para ayudarles en un problema emocional”, afirma Gladys emocionada.Tras preguntarle si volvería a ser voluntaria de Cruz Roja Hondureña sin dudarlo dijo que sí, contando una anécdota que en un tiempo estuvo enferma pero que cuando se recuperó regreso a la organización sin dudarlo, convirtiendo Cruz Roja Hondureña en parte de su vida.
IFRC en la COP 28: Los impactos están aquí, el momento de actuar es ahora
Ya sea por la creciente fuerza de las tormentas, la proliferación de los incendios forestales, el empeoramiento de las olas de calor y las sequías -o el desplazamiento de comunidades enteras debido a todo lo anterior-, los impactos de la crisis climática nos acompañan desde hace tiempo.
Por ello, la IFRC se dirige una vez más a la Cumbre Mundial sobre el Clima, COP28, en los Emiratos Árabes Unidos, con un mensaje urgente: no hay más tiempo que perder. El momento de actuar es ahora y la acción debe ser audaz.
Así como los líderes mundiales deben acordar reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para prevenir impactos humanitarios aún peores, también debemos ampliar enormemente las acciones de adaptación a nivel local, para llegar a las personas más expuestas y afectadas, según la IFRC.
Martha Makaniko, una agricultora de la aldea de Chiwalo, en la ciudad de Mulanje (Malawi); perdió su casa y todos sus cultivos a principios de año, debido a las inesperadas inundaciones provocadas por el ciclón Freddy. Después de eso, las lluvias normales no llegaron y ahora el fenómeno de El Niño amenaza con hacer que la próxima temporada de escasez sea aún más escasa. [Enlace al artículo en IFRC.org].
"Año tras año, cada vez es más difícil obtener buenos rendimientos agrícolas y buenos ingresos", afirma Makaniko. "Ya no confiamos en los patrones climáticos regulares. Antes obtenía ocho sacos de maíz de mi campo. Ahora tengo suerte si consigo dos".
Este tipo de historias son cada vez más comunes en las comunidades donde está arraigada la red de la IFRC. También son la razón por la que la IFRC ha intensificado sus propios esfuerzos para trabajar con las comunidades locales y las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja a fin de aliviar el sufrimiento inmediato -proporcionando dinero en efectivo, alimentos, agua, higiene y apoyo sanitario- y, al mismo tiempo, prevenir y reducir los riesgos en el futuro.
Por ello, la IFRC insta a los líderes mundiales reunidos en la Cumbre sobre el Clima COP 28 a que adopten las siguientes medidas urgentes:
dar prioridad a la acción local
aumentar la financiación para ayudar a las comunidades a adaptarse
ampliar la acción temprana y las medidas que ayuden a las comunidades a anticiparse a los riesgos
reforzar los sistemas sanitarios resilientes al clima y ayudar a las personas a evitar, minimizar y hacer frente a las pérdidas y daños provocados por fenómenos relacionados con el clima.
Empeora antes de mejorar
Es fundamental invertir mucho más en todos estos ámbitos para ayudar a las comunidades a hacer frente a la situación, que probablemente empeorará antes de mejorar. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) confirma que el cambio climático ya está contribuyendo a aumentar el número de crisis humanitarias (con una temperatura media mundial de 1,15 °C por encima de la media de 1850-1900).
Y ahora existe una amenaza muy real de que las temperaturas suban aún más. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, con las políticas actuales, el mundo va camino de alcanzar un calentamiento global de 2,8 °C en 2050.
A corto plazo, se espera que el fenómeno de El Niño de este año agrave el impacto del cambio climático inducido por la acción humana, empujando las temperaturas globales a un territorio desconocido, según la Organización Meteorológica Mundial.
Razones para tener esperanza
Sin embargo, hay motivos para la esperanza. Si se adoptan medidas urgentes, existe la posibilidad de ralentizar o detener el aumento de las temperaturas y, al mismo tiempo, hacer que las comunidades sean mucho menos susceptibles a las crisis relacionadas con el clima.
En toda la red de la IFRC, que incluye 191 Sociedades Nacionales, hay numerosos ejemplos de comunidades que trabajan con la IFRC y otros organismos para aumentar su resiliencia y evitar así la inseguridad alimentaria, los riesgos para la salud y los impactos económicos de los desastres relacionados con el clima.
En Jamaica, por ejemplo, la Cruz Roja trabajó con una escuela para estudiantes con discapacidad auditiva, en un proyecto climáticamente inteligente para reforzar su granja autosuficiente del campus, con un sistema de riego alimentado por energía solar.
En Somalia, la IFRC y la Media Luna Roja Somalí trabajaron con la aldea de Cuun para restablecer pequeñas granjas con la ayuda de un nuevo pozo de agua potable, y un sistema de bombeo para ayudarles a hacer frente a varios años de sequía.
"Nos costaba acceder a agua limpia para beber, cocinar, bañarnos y mantenernos", dice uno de los líderes de la comunidad, Yasiin Maxamed Jamac. "Esto repercutía negativamente en nuestra salud y bienestar, y nos dificultaba el cultivo de cosechas, frutas, verduras y la cría de ganado".
Ahora más de 100 hogares tienen sus propias granjas pequeñas -de 100 metros por 100 metros- donde cultivan diversas frutas, verduras y cosechas.
La IFRC está horrorizada y consternada por la pérdida de vidas en un hospital del norte de Gaza
La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) está horrorizada y consternada por los trágicos acontecimientos ocurridos en el Hospital Al Ahli Arab, en el norte de Gaza, en la tarde del 17 de octubre de 2023. Los hospitales son lugares de ayuda y refugio; deben ser protegidos a toda costa. No se trata sólo de una obligación moral, sino también de un imperativo legal. Los hospitales deben ser santuarios para todas las personas; donde, tanto el personal sanitario como la población civil puedan buscar seguridad y atención.
El liderazgo de la IFRC responde
Jagan Chapagain, Secretario General de la IFRC, expresó su profunda preocupación,
"Estoy horrorizado y consternado por lo ocurrido en el Hospital Al Ahli de #Gaza. Los hospitales son lugares de ayuda y refugio. Deben ser protegidos. Es un imperativo moral y legal".
Jagan Chapagain
Secretario General, IFRC
Francesco Rocca, President of IFRC, echoed these sentiments, stating,
“Horrified by what happened at the Al Ahli Arab Hospital in Gaza. The hospital was full of patients and people seeking protection. Civilians, healthcare workers and facilities are protected under international humanitarian law. Even war has rules!”
Francesco Rocca
Presidente, IFRC
Llamado a la humanidad
La crisis humanitaria en Gaza es catastrófica. Con los hospitales desbordados y los medicamentos agotados, escasean el combustible, el agua y los alimentos. Instamos a actuar con moderación, respetar el derecho humanitario y proteger a la población civil. No podemos insistir más en esto. Hay que proteger las vidas civiles. También hay que proteger a los hospitales, el personal médico y de enfermería.
Otras declaraciones
Publicamos una declaración conjunta de Jagan Chapagain, Secretario General de la IFRC, y Robert Mardini, Director General del CICR, sobre la escalada de las hostilidades en Israel y Gaza el 14 de octubre de 2023. Lea la declaración conjunta.
También nos afligimos al confirmar la muerte de siete miembros de nuestra red, debido a las hostilidades armadas en Israel y la Franja de Gaza. Lea la declaración publicada el 11 de octubre de 2023 (la cifra era de cinco en el momento de la declaración).
Manténgase al tanto
Para obtener información actualizada en tiempo real sobre la situación actual y conocer más detalles, le invitamos a escuchar los últimos Espacios X (antes Twitter) semanales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
Para entrevistas en medios de comunicación, escriba a [email protected]
[email protected].
Crisis de sarampión en Kirguistán: El voluntariado de la Media Luna Roja toma la iniciativa
En medio de un preocupante aumento de los casos de sarampión, la Media Luna Roja de Kirguistán (MLRK), en colaboración con la IFRC, ha lanzado una campaña de inmunización para combatir lo que se ha convertido en una importante amenaza para muchas comunidades de Kirguistán.
A principios de septiembre, Kirguistán había notificado la alarmante cifra de 1.982 casos confirmados, lo que convierte al sarampión en una grave amenaza para las comunidades de la República Kirguisa; y en una de las mayores tasas de incidencia del sarampión a escala mundial.
El sarampión, una enfermedad muy contagiosa y una de las principales causas de mortalidad infantil en todo el mundo, se puede prevenir casi por completo con la vacunación. El primer gran reto para atajar el brote consiste en atender la desinformación sobre la enfermedad y la vacunación.
"La lucha contra el sarampión y otras enfermedades transmisibles empieza y termina en las comunidades", afirma Chingiz Djakipov, presidente de la MLRK, y añade que las comunidades desempeñan un papel fundamental en la lucha contra enfermedades como el sarampión. "Algo tan sencillo como una vacuna puede ayudar a prevenir muchas muertes y enfermedades inevitables. Pero nos queda un largo camino por recorrer para hacer frente a las dudas sobre las vacunas en el país".
Además, la Sociedad Nacional y la IFRC han desplegado voluntariado y personal capacitado en todo el país para apoyar la campaña nacional de inmunización del Gobierno. Su misión incluye sensibilizar sobre la prevención del sarampión y la rubéola, disipar la desinformación, aliviar los temores, responder a las preguntas y facilitar el acceso a los puntos de vacunación y los servicios de salud.
Como ayuda adicional, el Fondo de Emergencia para la Respuesta a Desastres (DREF) de la IFRC, asignó 139.000 francos suizos para reforzar los esfuerzos de la MLRK para frenar el brote. En los próximos meses, la Media Luna Roja se propone llegar a 70.000 personas en las regiones y ciudades más afectadas, incluidas las ciudades de Osh y Bishkek, y las regiones de Osh y Chui.
"Desacreditar la información errónea sobre la enfermedad y la vacunación es el primer gran obstáculo para hacer frente a este próximo brote", señala Seval Guzelkilinc, jefe de la Delegación de la IFRC en Asia Central. "Durante muchos años, la Media Luna Roja de Kirguistán ha desempeñado un papel fundamental en la respuesta a emergencias relacionadas con la salud en todo el país; y se la considera una fuente de información fiable y de confianza para las comunidades."
Declaración de la IFRC en la conferencia de donantes Apoyando el Futuro de Siria y la región
Excelencias, distinguidos representantes, señoras y señores, durante años nos hemos reunido aquí para apoyar el futuro de Siria y de la región.
Tras años de conflicto implacable, el colapso de la economía siria y un reciente y devastador terremoto, todavía no hay una solución a la vista.
Y la magnitud de la crisis supera nuestra respuesta humanitaria colectiva.
La IFRC, con su presencia de larga data en Siria, apoya a la Media Luna Roja Árabe Siria (SARC) -el mayor proveedor comunitario de asistencia humanitaria del país- para que preste servicios de calidad y responsables.
La SARC proporciona alimentos y artículos de socorro a 5 millones de personas cada mes y apoya su resiliencia a largo plazo con apoyo a los medios de subsistencia y servicios de salud, agua y saneamiento.
En los países vecinos y de acogida, la IFRC y sus miembros, con el apoyo de la Unión Europea y otros socios, han estado prestando asistencia a las personas sirias y a las comunidades de acogida. Esperamos que esto continúe.
La presión para ampliar nuestros programas humanitarios es inmensa.
La ayuda por sí sola no reducirá las necesidades humanitarias ni contribuirá a una resiliencia a largo plazo y a una recuperación sostenible en Siria.
Esta conferencia es una oportunidad vital para centrarnos en un mensaje clave:
Salvar vidas debe ser nuestra prioridad colectiva.
SARC tiene un acceso sin precedentes y de confianza en la mayor parte del país.
Es esencial invertir en actores locales como la SARC y las Sociedades Nacionales de los países vecinos.
Garantizar la prestación de asistencia sin trabas asegura que la financiación de los donantes apoye directamente programas humanitarios y de recuperación diseñados por y para las comunidades que más lo necesitan.
Garantizar los servicios básicos y las oportunidades económicas a largo plazo es fundamental para millones de personas sirias.
El apoyo a los medios de subsistencia y el refuerzo de servicios básicos como la sanidad, el saneamiento y la educación son intervenciones a largo plazo que fomentan la resiliencia y deben desarrollarse teniendo en cuenta las necesidades del pueblo sirio.
También debemos seguir trabajando en conjunto para reducir los efectos no deseados de las sanciones en la respuesta humanitaria.
La IFRC, en estrecha colaboración con otros asociados del Movimiento, seguirá prestando ayuda humanitaria imparcial, neutral e independiente, pero para ello necesitamos un liderazgo colectivo y convergente que trascienda la división política.
Ha llegado el momento de que la comunidad internacional comparta realmente la responsabilidad y la solidaridad si queremos ver un cambio real y sostenible en la vida del pueblo sirio.
Muchas gracias.
Colapso de la presa de Nova Kakhovka (Ucrania): cómo ayudamos a las personas afectadas por las inundaciones
El colapso de la presa de Nova Kakhovka, en el sur de Ucrania, el 6 de junio, ha provocado una inundación devastadora que ha afectado a numerosas comunidades. La población ya ha sufrido los devastadores efectos del conflicto y ahora se ve desplazada de sus hogares; muchas familias han perdido sus casas y pertenencias con las aguas de la inundación. Los riesgos para la salud de las personas afectadas podrían aumentar en las próximas semanas y se necesita agua potable limpia.
La red de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) está trabajando junto con la Cruz Roja Ucraniana para prestar asistencia vital a las personas afectadas.
Atender las necesidades humanitarias inmediatas
Reconociendo la urgencia de la situación, la IFRC, junto con sus miembros, está apoyando activamente a la Cruz Roja Ucraniana en sus esfuerzos de respuesta. Esto incluye asistencia operativa, técnica y financiera para reforzar su capacidad local de prestar ayuda, distribuir artículos de socorro, prestar apoyo sanitario, promover buenas prácticas de saneamiento e higiene y atender las necesidades inmediatas de la población afectada.
Recuperación y rehabilitación a largo plazo
Además de las actividades de socorro inmediato, la red de la IFRC sigue comprometida a apoyar a las comunidades afectadas por las inundaciones en su recuperación y rehabilitación a largo plazo. Esto incluye facilitar proyectos para restablecer los medios de subsistencia de las personas, prestar apoyo psicosocial y rehabilitar las infraestructuras dañadas para ayudar a las comunidades a reconstruir sus vidas.
Tras el derrumbe de la presa de Nova Kakhovka, la red de la IFRC y la Cruz Roja Ucraniana permanecen unidas para prestar un apoyo inquebrantable a las comunidades afectadas.
Desde febrero de 2022, la IFRC ha ampliado su respuesta con la Cruz Roja Ucraniana, junto con Sociedades Nacionales de todo el mundo. En conjunto, prestamos asistencia humanitaria urgente a la población de Ucrania y a quienes se han visto en la obligación de huir a otros países.
Trabajamos incansablemente para atender las necesidades inmediatas, ofrecer esperanza y allanar el camino para la recuperación a largo plazo. Con el poder de la compasión y la solidaridad, nos comprometemos a reconstruir vidas y restaurar la resiliencia ante este acontecimiento devastador.
--
Haga clic aquí para obtener más información sobre nuestra labor de apoyo a la población ucraniana.
Regalar luz: Los generadores donados proporcionan electricidad vital a los equipos hospitalarios de Ucrania
"¿Cómo puede sentirse una persona que antes lo tenía todo? Tenía una casa, un trabajo estable y familiares. Ahora soy una persona mayor sin hogar. Ya no tengo donde vivir. Sólo queda un cráter de una bomba de aviación donde antes estaba mi casa. ¿Cómo puedo sentirme?".
Ihor Manohin pasó toda su vida en Bakhmut, oblast de Donetsk. Allí tenía un lugar al que llamar hogar, su familia y su medio de vida.
Ihor trabajaba como Jefe del Departamento de Rayos X en el hospital local de Bakhmut. Durante muchos años, la vida fue normal. La vida era pacífica. Pero desde que el conflicto armado internacional se intensificó en Ucrania en febrero de 2022, Ihor ha tenido que trabajar en una situación de creciente violencia y peligro.
"El Departamento de Rayos X siguió funcionando hasta el 9 de agosto. Nuestro equipo trabajaba las 24 horas del día, atendiendo diariamente a unas 300 personas heridas por el conflicto. Pero tras semanas sin electricidad, y debido a los constantes bombardeos, tuvimos que abandonar la ciudad. Simplemente se hizo imposible salir de casa para ir a trabajar", recuerda.
Gran parte del personal médico del hospital de Bakhmut fue evacuado el 9 de agosto, junto con el equipo del hospital, a la ciudad de Brovary, en la provincia de Kiev. Aunque desconsolados por tener que abandonar Bakhmut, Ihor y su equipo mantuvieron su compromiso de prestar asistencia médica vital a los heridos. En su nueva ubicación, siguieron prestando asistencia médica a otros ciudadanos desplazados que lo habían perdido todo.
Pero los retos continuaron en Brovary. Los continuos ataques a las infraestructuras dejaban a Ihor y a su equipo sin electricidad, lo que dificultaba su vital labor.
Reconociendo la urgente necesidad de apoyo, la IFRC, junto con la Cruz Roja Ucraniana, donó un generador de alta potencia a Ihor y su equipo en su hospital reubicado. El generador proporciona una fuente fiable de electricidad, calefacción y luz, lo que les permite continuar su labor de salvar vidas ayudando a la población local y a quienes huyen del conflicto.
El generador entregado al equipo de Ihor es uno de los 150 entregados a Ucrania por la IFRC en el marco de un programa de apoyo a la población vulnerable del país durante la estación fría. Pronto se entregarán otros 30 generadores.
Hablando del programa, Jaime Wah, coordinador de Salud de la IFRC en Ucrania, dijo: "Al fin y al cabo, se trata de las personas. Nuestro compromiso de suministrar generadores de alta potencia a Ucrania no consiste sólo en suministrar energía a los equipos, sino en garantizar el acceso ininterrumpido a una atención médica que salva vidas a quienes más la necesitan. Es un honor para nosotros ayudar a las comunidades más vulnerables de Ucrania en estos momentos de necesidad".
--
Estos generadores son sólo una parte de nuestra respuesta en Ucrania y los países vecinos.
Un año después de la escalada del conflicto, la devastación sigue afectando a todos los aspectos de la vida de las personas. La IFRC sigue apoyando a la Cruz Roja Ucraniana y a otras Sociedades Nacionales de la región, que están codo a codo con las comunidades, prestando ayuda humanitaria crucial y a largo plazo para atender una amplia gama de necesidades. Más información aquí.
La historia de Ihor es tristemente compartida por tantas personas en Ucrania, incluidos muchos voluntarios de la Cruz Roja Ucraniana. Pero a pesar de todo, han encontrado la fuerza para ayudar a sus comunidades en los momentos más difíciles.
Estaremos ahí para personas como Ihor, mientras nos necesiten.
Alianza para la Inversión en las Sociedades Nacionales: Anuncio de financiación para 2022
La Alianza para la Inversión en las Sociedades Nacionales (NSIA, en inglés) es un mecanismo de financiación común, gestionado conjuntamente por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Proporciona una financiación flexible y plurianual para apoyar el desarrollo a largo plazo de las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja -en particular, las que se encuentran en situaciones de emergencia complejas y crisis prolongadas- para que puedan aumentar el alcance y el impacto de sus servicios humanitarios.
La NSIA puede conceder hasta un millón de CHF de financiación aceleradora a cualquier Sociedad Nacional durante un período de cinco años. Además, las subvenciones puente de hasta 50.000 CHF durante 12 meses pueden ayudar a las Sociedades Nacionales a preparar el terreno para futuras inversiones de la NSIA o de otros organismos.
Este año, la NSIA se complace en anunciar que las siguientes seis Sociedades Nacionales han sido seleccionadas para recibir financiación del acelerador en 2022:
Cruz Roja de Burundi
Cruz Roja de Kenia
Cruz Roja de Malawi
Cruz Roja Rusa
Media Luna Roja Árabe Siria
Cruz Roja de Zambia
Estas Sociedades Nacionales recibirán una importante inversión de hasta un millón de francos suizos, que se utilizará en un máximo de cinco años, para ayudar a acelerar su camino hacia la sostenibilidad a largo plazo. Tres de estas Sociedades Nacionales (Siria, Malawi y Zambia) recibieron anteriormente premios puente de la NSIA, lo que demuestra una vez más la pertinencia del enfoque gradual del fondo hacia el desarrollo sostenible.
Además, otras 14 Sociedades Nacionales recibirán hasta 50.000 CHF de financiación puente: Benín, República Democrática del Congo, Guinea, Indonesia, Irak, Jordania, Liberia, Libia, Malí, Nicaragua, Palestina, Panamá, Ruanda y Sierra Leona.
En total, la NSIA asignará este año 5,4 millones de francos suizos a 20 Sociedades Nacionales diferentes. Esto supone más del doble de los fondos asignados en 2021 y representa la mayor asignación anual desde el lanzamiento de la NSIA en 2019.
Esta asignación histórica es posible gracias al generoso apoyo de los gobiernos de Suiza, Estados Unidos, Canadá y Noruega, y de las Sociedades Nacionales de Noruega y los Países Bajos. Tanto el CICR como la IFRC también han reforzado fuertemente su compromiso, asignando 10 millones de CHF y 2 millones de CHF respectivamente en los próximos años.
Los copresidentes del Comité Directivo de la NSIA, Xavier Castellanos, Secretario General Adjunto de la IFRC para el Desarrollo de las Sociedades Nacionales y la Coordinación de Operaciones, y Olivier Ray, Director de Movilización, Movimiento y Asociaciones del CICR, dijeron:
"Nos complace haber podido seleccionar 20 iniciativas de las Sociedades Nacionales para ser financiadas por la NSIA en 2022. Nuestra visión y nuestros planes se están haciendo realidad. Vemos que las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja que operan en contextos frágiles acceden a fondos para desarrollarse de manera sostenible y prestar y ampliar sus servicios humanitarios. Esto es localización en acción y a escala.
Es particularmente alentador ver que el enfoque de la NSIA en dos etapas, con fondos iniciales que proporcionan un trampolín para ayudar a las Sociedades Nacionales a prepararse para una mayor inversión destinada a lograr un impacto sostenido en la organización y las comunidades vulnerables, está funcionando. Esperamos ver a muchas más Sociedades Nacionales planificando y siguiendo este camino.
El año 2022 será recordado como un hito para la NSIA. Nuestra ambición es mantener este impulso y seguir creciendo en los próximos años. Consideramos que este mecanismo es una palanca valiosa y estratégica para apoyar a las Sociedades Nacionales en entornos frágiles y de crisis a emprender su camino hacia el desarrollo sostenible."
Si desea más información, haga clic aquí para visitar la página web de la NSIA.
100 días de crisis: Huyendo de casa, volviendo a la alegría
Ya habíamos metido nuestros pasaportes en la bolsa. Viviendo en Kiev, ya éramos testigos de la tensión en el aire y veíamos las noticias de lo que ocurría cerca de la frontera de Ucrania.Habíamos aceptado que probablemente tendríamos que buscar seguridad fuera de casa en algún momento.
Pero esa noche llegó mucho antes de lo que esperábamos. Unos fuertes golpes y destellos a través de la ventana nos despertaron, la crisis aterrizó en nuestra puerta.
Mi hija de siete años y yo viajamos a casa de nuestros parientes, a pocas horas de distancia. Dejar nuestra acogedora y familiar casa en las afueras de la ciudad, junto al bosque por el que nos gustaba pasear los fines de semana, no fue una decisión fácil. Éramos muy felices allí, pero sabíamos que ya no era seguro quedarnos.
El viaje fue surrealista. La música en la radio del coche sonaba como si no pasara nada, pero a nuestro alrededor se oían sonidos de guerra. Y nada más llegar a la casa de nuestra familia, nos dimos cuenta de que, una vez más, era demasiado peligroso quedarse.
Durante los días siguientes, continuamos moviéndonos de un lugar a otro hacia la parte occidental de Ucrania, temiendo que el conflicto nos siguiera.
La agitación hizo mella rápidamente, sobre todo en mi hija. Soy psicóloga profesional de formación, así que sabía exactamente a qué atenerme para identificar esos signos de estrés grave. Varias veces por la noche, nos despertábamos con el sonido de las sirenas y las alarmas aéreas. Se negaba a dormir en pijama y, en cambio, insistía en dormir con ropa de invierno. No dormía en absoluto, en realidad, por miedo a tener que volver a levantarse y buscar seguridad. Estaba asustada todo el tiempo, y su oso de juguete no le proporcionaba mucho consuelo.
Fue entonces cuando supe que teníamos que salir del país. Conocíamos a algunas personas en Polonia, también de Ucrania, que habían recibido ayuda de la acogedora comunidad polaca. Habían ido más allá para ayudar a albergar a las familias que huían de Ucrania.
Todo en mi vida dio un vuelco de la noche a la mañana. Incluso la familiaridad con mi profesión de trabajadora humanitaria y psicóloga del Comité Internacional de la Cruz Roja, (CICR). Allí, mi trabajo consistía en apoyar a las familias de los desaparecidos en Ucrania. Pero cuando empezó el conflicto, todos cambiamos de marcha y nos centramos por completo en la emergencia que teníamos delante.
Fui uno de los primeros miembros del personal que formó a los voluntarios de la Cruz Roja en la prestación de asistencia psicosocial a las personas en peligro. Los voluntarios de la Cruz Roja ucraniana se esforzaron mucho desde el principio de la crisis para ayudar a las personas necesitadas. También les enseñé a reconocer si necesitaban buscar ayuda para ellos mismos. Y ahora parecía que todos la necesitábamos.
Tras haber trabajado con la Cruz Roja durante años, intenté hacer todo lo posible para apoyarles en su labor de salvar vidas utilizando mis conocimientos.
Junto con mi equipo del CICR, creamos líneas telefónicas de atención para personas que necesitaban ayuda psicológica, el mismo apoyo que yo necesitaba.
Al cruzar la frontera con Polonia, fuimos recibidos por amables voluntarios al igual que cuando estábamos en camino en Ucrania. Los voluntarios nos proporcionaron comida y juguetes para mi hija, actos sencillos que me hicieron sentir mucho mejor. Me di cuenta de que esto parecía ser un punto de inflexión para mi hija, y pronto volvió a dormir y a jugar con los demás niños.
Poco después de llegar a Polonia, estaba en el banco cuando una mujer también ucraniana escuchó mi voz, el mismo idioma que ella hablaba, y empezó a compartir conmigo su propia historia. Empezó a llorar. Fue entonces cuando supe que necesitaba que la escuchara.
Quería compartir su historia con alguien que se tomara el tiempo de acompañarla en su dolor. Es lo que tantas personas anhelan, a menudo sin palabras para expresarlo. Me quedó claro que esta era una forma de contribuir utilizando mis habilidades, especialmente ahora que tenía más capacidad para cuidar de otros mientras me sentía segura.
Me puse en contacto con mis colegas de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) y ahora estoy ayudando a dirigir un programa en los países vecinos de Ucrania para proporcionar salud mental y apoyo psicosocial a las personas que han huido de Ucrania, que incluye muchas actividades diferentes en las que los voluntarios pueden apoyar a las personas mediante el uso de habilidades de primeros auxilios psicológicos, la organización de espacios amigables para los niños, ofreciendo referencias a otros proveedores de servicios y mucho más.
Las heridas de la guerra son profundas, a veces demasiado profundas para manejarlas solo.
No sé cuándo podré volver a casa y ayudar a mi gente en Ucrania. Todavía no es seguro regresar. Por ahora, sólo puedo planificar con unos pocos días de antelación. Cuando pueda -cuando cualquiera de nosotros pueda- volveremos a casa, a esa sencilla alegría que antes sentíamos.
--
Nataliia K es delegada de salud mental y apoyo psicosocial de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Ayuda a devolver a las personas que han soportado más de 100 días de crisis en su país, Ucrania. Es de Kiev.
El Apoyo psicosocial a la niñez del Amazonas colombiano
En la región de las Américas de la inversión total en salud solo 1.8% es destinada a la salud mental de acuerdo con la OMS. Esta brecha resalta con el gran impacto negativo que la pandemia por COVID-19 ha tenido en el bienestar de las personas.
Sin el apoyo de servicios básicos psicosociales, las comunidades han enfrentado la dramática pérdida de 2.3 millones de vidas en el continente, los devastadores efectos socioeconómicos traducidos en el incremento de pobreza, con 209 millones de personas a 2020 en América Latina y el Caribe, la pérdida de ingresos en los hogares o la falta de acceso a educación para niños y niñas.
La niñez ha sido gravemente afectada; CEPAL y OIT estiman que entre 100 mil y 300 mil niños, niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe, ingresarían al mercado laboral como consecuencia de la pandemia, dejando de lado su formación . Con ello, su salud mental, así como las oportunidades para desarrollar su máximo potencial están en riesgo.
Para aquellas personas en situación de vulnerabilidad el panorama es más grave. En Colombia, a noviembre de 2021 menos de la mitad de la población (48 por ciento) cuenta con un esquema de vacunación completo, con lo cual la recuperación socioeconómica para la otra mitad aún tiene un largo camino por delante. El acceso desigual de vacunas y las limitaciones para recibir servicios de apoyo psicosocial supondrán una recuperación desigual.
38,6% de la población en Colombia sufrió de nerviosismo en 2020 , y en respuesta el Estado priorizó el apoyo psicosocial durante la pandemia mediante la oferta servicios telefónicos. En zonas aisladas como el departamento del Amazonas esta ayuda no llegó para todas las personas, a pesar de registrar la mayor tasa de mortalidad por COVID-19 en junio de 2020.
Las comunidades indígenas del Amazonas Colombiano, que representan un 17 por ciento de la población del departamento, sufrieron el cierre de las fronteras de países vecinos y puertos fluviales, con lo cual su economía local, su seguridad alimentaria, su acceso a salud y a servicios como educación fueron afectados.
Para paliar la emergencia humanitaria en esta región la Cruz Roja Colombiana (CRC) implementó dos proyectos con el apoyo de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC).
De esta forma se brindó ayuda psicosocial a la niñez indígena, la entrega de asistencia monetaria multipropósito a personas adultas en situación de vulnerabilidad, la implementación de actividades de agua y saneamiento, el fortalecimiento de la red hospitalaria local y la entrega de insumos médicos a hospitales públicos de Leticia y Puerto Nariño.
Las personas voluntarias de la Cruz Roja, un eje fundamental de la intervención
654 personas se han beneficiado de los encuentros comunitarios de salud mental y apoyo psicosocial dirigido a la comunidad, personal sanitario, y niños y niñas de cuatro instituciones educativas. El personal de la CRC implementa estas actividades, con el apoyo de personas voluntarias, como Laura Londoño, que a sus 21 años estudia ingeniería industrial y trabaja con la Seccional Amazonas de la CRC como voluntaria y directora de juventudes. También destina su tiempo libre apoyando al hospital público de Leticia donde realiza vigilancia epidemiológica en compañía de su madre.
“Ser voluntaria, lo es todo, es la oportunidad de sembrar algo en la vida de alguien, ayudar sin recibir nada a cambio, tener un conocimiento y poderlo transmitir…”
Laura Londoño
Voluntaria de la Cruz Roja Colombiana
Desde hace tres años entró a fortalecer el grupo de personas voluntarias que hacen frente a las consecuencias de la pandemia. Al inicio muchas de ellas se vieron afectadas por la pérdida de empleo, e incluso tres perdieron la vida con síntomas de COVID-19 cuando el grupo estaba conformado por cuatro menores de edad y dos adultos mayores. Hoy más de 20 menores de edad se han unido a este grupo, que aún recuerda el fallecimiento de un miembro del personal de CRC y 10 familiares del equipo de personas voluntarias.
Para brindar el apoyo psicosocial a las poblaciones indígenas afectadas, Laura y su equipo de voluntarios, así como el personal de la CRC viajan en lancha durante dos horas surcando el rio Amazonas con destino a la escuela del corregimiento de Puerto Nariño. ‘’La COVID-19 se llevó a varios familiares de los niños y profesores de la escuela’’ Explica Adler Ahué Ruíz, rector de la escuela local.
El equipo se prepara con 40 grados de sensación térmica para armar un teatrino, que sirve como inicio de las actividades psicosociales que generan la confianza necesaria en niños y niñas, mediante risas, bromas e interacciones, y facilitan la intervención.
Las metodologías lúdicas avanzan en talleres de dibujo, con los cuales quienes participan tienen la oportunidad de expresar sus emociones y conocer cómo buscar apoyo según lo requieran. ’’Fue difícil el encierro de la pandemia, ahora en la escuela nos sentimos mejor porque podemos jugar con nuestros y nuestras amigas y aprender en compañía’’ comenta uno de los niños participantes.
Con el direccionamiento del equipo del voluntariado, niños y niñas reconocen técnicas para trabajar en grupo, compartiendo materiales de trabajo y dibujando una camiseta que lleva impresa un mandala, como un mecanismo de relajación y sostenimiento de sus emociones, y que cada quien pinta según sus gustos y personalidad.
En estas actividades de apoyo psicosocial, Laura da continuidad a una larga tradición humanitaria que comparte con su madre y padre, John Jairo Londoño Rivera que en 2007 y con 33 años, falleció como socorrista en el rio Magdalena después de haber rescatado a 7 personas.
La labor filantrópica de 14 millones de personas voluntarias del Movimiento de la Cruz Roja y la Media Luna Roja se ve representado también en este equipo, que desde la Amazonía colombiana, contribuye a llevar asistencia humanitaria, acá y en más de 192 países, dirigida a las personas en mayor situación de necesidad.
Gracias a este valioso trabajo, a octubre de 2021, el proyecto Appeal COVID-19 implementado por la CRC en los departamentos de Bolívar, Chocó, Nariño y Amazonas, ha alcanzado a millones de personas bajo sus tres ejes de intervención: 4.718.036 personas han sido beneficiadas en actividades para frenar la pandemia y mantener la salud, 1.409 se han beneficiado de acciones para aliviar el impacto socioeconómico y 6.160 personas han hecho parte de labores de fortalecimiento de la CRC.
Dar una respuesta más eficaz es posible
Por Olivia Acosta
El paso del poderoso Huracán Eta, el segundo más fuerte de la temporada de huracanes del 2020, provocó en Panamá el pasado mes de noviembre deslizamientos de tierra, inundaciones y fuertes vientos, que obligaron a miles de personas a abandonar sus hogares. La Cruz Roja Panameña desplegó un operativo de emergencia para dar respuesta en distintas comunidades aisladas en la parte occidental del país, a través de actividades de búsqueda y rescate; distribución de alimentos, mantas y lonas; acceso a higiene y agua potable; apoyo psicosocial y restablecimiento de contactos familiares, entre otras.
Según Nadia de la Cadena, punto focal encargada de la preparación institucional de la Cruz Roja Panameña, uno de los principales obstáculos a los que se enfrentaron fue el de la distribución de la ayuda, en un contexto de desastre agravado por la pandemia de Covid-19, que dificultó la respuesta por problemas de movilidad y limitación de adquisición de productos. Los equipos de la Cruz Roja Panameña constataron que era necesario que la capacidad local a nivel logístico fuese más fuerte para poder dar una mejor respuesta a las comunidades afectadas. "Dar una respuesta eficaz en esta emergencia, en la que también teníamos que hacer frente a la pandemia del Covid-19, fue muy complejo. Comprobamos que, si no teníamos la capacidad suficiente de distribuir, se podía establecer una alianza de coordinación con otros actores para poder hacerlo", afirma.
Y pudieron darse cuenta de ello, porque por primera vez implementaron el Enfoque de Preparación para una Respuesta Eficaz, a través de un chequeo rápido de las prioridades y la capacidad de la Sociedad Nacional para ofrecer servicios humanitarios de forma rápida y de calidad. Esto permitió evaluar y mejorar los componentes claves de su mecanismo de respuesta que ya se habían identificado en análisis de la capacidad de la Sociedad Nacional el año anterior. Lo interesante de esta experiencia, según Nadia, es que al detectar debilidades pudieron ajustar y mejorar su respuesta durante la propia emergencia, para ayudar a más personas."Realizamos una comprobación de la preparación y detectamos que teníamos debilidades en logística, comunicación y coordinación con las autoridades y otros actores sobre el terreno. Se buscaron soluciones inmediatas y la respuesta fue sin duda fue más eficaz, adecuada a las necesidades reales de los afectados".
Una de las claves de la respuesta fue la coordinación con diferentes actores sobre el terreno. La Cruz Roja Panameña, previa evaluación de necesidades y ajustes en la respuesta (comunicación, participación en el centro nacional de operaciones, mejora del equipamiento, etc.), recibió apoyo nacional e internacional que permitió gestionar ayuda adicional para las comunidades afectadas. "Nos reunimos con autoridades, alcaldes y gobernación, lo que nos facilitó mucho las cosas porque nos cedieron espacios de almacenaje y celadores. Y lo hicieron porque eran muy conscientes de la labor que llevamos a cabo para apoyar a los damnificados en las comunidades afectadas".
Krystell Santamaria, Oficial Senior de Preparación para Covid-19 de la IFRC y voluntaria de la Cruz Roja Panameña, estuvo apoyando en la identificación y mejora de la respuesta. "La mejora en la respuesta en esta emergencia ha sido evidente, las personas afectadas también lo han percibido. Una señora una de las comunidades más afectadas, en Corotú Civil, nos confirmó que durante estas inundaciones había enfermado mucha menos gente que en otras situaciones similares. Tenía muy claro que era debido a la distribución de agua potable, cloración y limpieza de pozos que llevamos a cabo”, nos confirma orgullosa. “Las personas de las comunidades a las que hemos apoyado están muy agradecidas y dan las gracias a los voluntarios compartiendo sus naranjas y plátanos con ellos".
Además, según Nadia, la presencia del voluntariado a nivel local es un valor agregado, porque se ha podido atender a comunidades indígenas por parte de voluntarios que hablaban su mismo idioma. "Quiero destacar el apoyo total del presidente de la Cruz Roja Panameña y de la Junta de Gobierno a todo el proceso y también a los cientos de personas voluntarias que ha hecho posible esta respuesta. El voluntariado sin duda se merece un gran reconocimiento".
La mejora en la respuesta a la emergencia también contribuyó a incrementar la visibilidad de las actividades de la Cruz Roja Panameña, lo que supuso más impacto en los medios de comunicación y un mayor apoyo por parte de donantes nacionales y extranjeros. Un ejemplo de ello fueron las donaciones del gobierno francés para la adquisición de vehículos y de otras empresas locales para el transporte y las entregas de la ayuda, agua potable y alimentos no perecederos, entre otros.
Según nos cuenta Nadia, ya en 2019 empezaron a trabajar en la implementación del enfoque PER a través de talleres de facilitadores y jornadas de sensibilización. "Este enfoque es el resultado de la experiencia y de las buenas prácticas aprendidas durante muchos años respondiendo a emergencias en todo el mundo. Es evidente que invertir en la preparación para desastres en las Sociedades Nacionales merece la pena, se salvan más vidas y la recuperación económica y social es mucho más rápida".
En el caso de la Cruz Roja Panameña, a través de este enfoque han detectado la necesidad, entre otras, de elaborar un manual de compras para asegurar los suministros durante una emergencia, y se está habilitando un espacio seguro para almacenar la ayuda y los equipos de respuesta.
Actualmente la Cruz Roja Panameña está reforzando la recaudación de fondos para revisar y fortalecer su plan y capacidad de respuesta, y la elaboración del plan estratégico de la Sociedad Nacional, en el que se incluirán todas las áreas de mejora detectadas durante la emergencia, como por ejemplo el establecimiento de procesos y la búsqueda de nuevos colaboradores.
Estar preparado: Responder a dos poderosos huracanes en medio de una pandemia
Por Olivia AcostaLa pasada temporada de huracanes en el Atlántico ha sido de las peores para Honduras desde el huracán Mitch, que ocasionó más de 5.000 muertos en 1998.Los huracanes Eta e Iota, de categoría 4 y 5 respectivamente, tocaron tierra el pasado mes noviembre y entraron por el Departamento del Paraíso, la zona en la que Carlos Colindres, Gerente Nacional de Riesgos de la Cruz Roja Hondureña, vive habitualmente. “Cuando confirmé que la situación podía llegar a ser muy grave, comencé a preocuparme por mi familia. Estábamos ya diseñando los planes de contingencia para la población, cuando recordé que tenia que hablar con mi padre para prevenirle. Le expliqué que iban a venir días de mucha lluvia y vientos fuertes y era necesario prepararse, contar con víveres y abrigarse… me contestó que ya había vivido situaciones parecidas a lo largo de su vida, pero ahora se sentía más tranquilo porque según él, se manejaban de una forma más eficiente. De eso se trata, le dije, de estar preparados para poder dar la mejor respuesta posible, tratar de minimizar el impacto y salvar vidas”.Responder durante una pandemiaSegún Colindres, gerente desde 2014, la pandemia de Covid ha dificultado la respuesta de las instituciones al desastre ocasionado por los dos huracanes, por problemas de movilidad y limitación de adquisición de productos, entre otros. “La Cruz Roja Hondureña tiene mucha experiencia en enfrentar situaciones epidemiológicas endémicas de la zona, como son el dengue o el zika, y estamos preparados para actuar ante situaciones meteorológicas adversas como huracanes o inundaciones, pero no con una pandemia de tal magnitud al mismo tiempo… un país nunca está preparado para una situación como esta”. Para dar una atención de calidad en tiempo adecuado, según Colindres, fallaron muchas cosas, como los sistemas de alerta temprana, porque no hay tecnología adecuada y disponible en el país que permita hacer una proyección y previsión certera. “Pese a todo, nuestra respuesta fue la adecuada, llegamos en el momento justo. Los voluntarios y voluntarias de Cruz Roja Hondureña, junto a las fuerzas de seguridad nacional bajo la dependencia de las Unidades de Respuesta Humanitaria UHR, estuvieron desde el principio evacuando a personas y trasladando a la población a los albergues y otros lugares seguros. Solo Cruz Roja salvó la vida de más de 4.900 personas, a través de rescates acuáticos y aéreos. También realizaron tareas de rescate, apoyo psicosocial, primeros auxilios, y limpieza de viviendas… pero el segundo huracán, Iota, vino a empeorarlo todo, dejando a 1,2 millones de personas expuestas al desastre”, recuerda.Estar preparadoPara poder responder de la manera más eficaz a una catástrofe como esta, según Colindres, son necesarios muchos años de trabajo duro y entrenamiento previos. Es fundamental estar preparados a todos los niveles, desde el institucional al local. La clave es contar con la capacitación y los recursos adecuados, además del entrenamiento constante del voluntariado. “Contar con un plan nacional de respuesta claro que forma parte del fortalecimiento de nuestra capacidad operativa, nos ha servido para planificar nuestra respuesta. Además, el voluntariado ha sido capacitado para hacer frente a emergencias, incluidas las epidemias. Muchas Sociedades Nacionales, con el apoyo de la IFRC, estamos implementando un enfoque que denominamos PER (Preparación para una Respuesta Eficaz) que nos permite mejorar nuestro mecanismo de respuesta ante desastres. Este enfoque es el resultado de la experiencia y de las buenas practicas aprendidas durante muchos años respondiendo a emergencias en todo el mundo”. El paso de los huracanes Eta e Iota desencadenó una crisis humanitaria agravada por la pandemia de COVID, que ha dejado más de 100 muertos en Honduras, millones de desplazados, así como la destrucción de viviendas, puentes, carreteras, cultivos y pérdidas económicas millonarias, que tardarán años en recuperarse.
Cuando la pandemia llegó a las comunidades indígenas del norte de Argentina
Por Olivia AcostaMaximiliano tiene 24 años, es estudiante de enfermería de último año del Instituto Superior de Cruz Roja Argentina en Salta, provincia ubicada al noroeste de Argentina que hace frontera con Bolivia, Chile y Paraguay. También es responsable del campamento humanitario de Cruz Roja Argentina en Salta, en el que cada día él y sus compañeros apoyan a 800 familias indígenas de etnias wichis, tobas y chorotes. El proyecto comenzó a principios de año por la declaración de emergencia a raíz de la muerte de 10 niños indígenas por desnutrición y falta de acceso al agua. Según Maximiliano, “fue en ese momento cuando Cruz Roja Argentina decidió implementar un campamento humanitario para dotar de atención en salud, alimentos y agua potable a las familias indígenas afectadas por la desnutrición y la sequia, y apoyar el desarrollo de sus capacidades”.El campamento se encuentra en el corazón de las comunidades, en medio de la nada, y a través de sus 10 tanques y una planta potabilizadora es capaz de dotar entre 45.000 y 60.000 litros diarios de agua a las familias indígenas de la zona. La supervivencia en Salta es muy difícil, la temperatura puede llegar a 45º, la zona es muy árida y desértica. “El acceso a las comunidades es muy complicado, no hay caminos, los hemos tenido que crear nosotros mismos para poder llegar con los vehículos y llevar agua cada dos o tres días. Los niños nos esperan muy ilusionados, con los vasitos preparados… he aprendido a valorar mucho el agua, te das cuenta de lo importante que es cuando careces de ella. Desde que les llevamos el agua, hemos conseguido que disminuyan las diarreas y mejore la talla de los niños, porque antes la tomaban de ríos contaminados, lo que ponía en riesgo su salud”. Ante la escasez de atención médica en el lugar, el campamento también cuenta con una carpa de primeros auxilios y un equipo móvil para poder trasladar a los pacientes de las aldeas más remotas.Todos los voluntarios y voluntarias del campamento tienen formación en primeros auxilios y brindan apoyo a las familias con una perspectiva de protección, género e inclusión. Cuando el COVID-19 llegó a la zona, Maximiliano pensó que, si había un alto número de contagios, la pandemia podría causar estragos, porque sería muy difícil de controlar. Las familias indígenas son muy vulnerables y sus casas, que apenas miden 8 metros cuadrados, con paredes de barro y techos de plástico, albergan a familias de más de 8 personas, en condiciones de mucha pobreza y hacinamiento. “Lo primero que pensé fue: ¿cómo vamos a enseñarles a lavarse las manos para evitar contagios, si apenas tienen agua?Ante la nueva situación, los voluntarios del campamento se pusieron manos a la obra para adaptarse a las condiciones de aislamiento y decidieron aumentar la distribución de agua potable con la intención de generar hábitos más higiénicos en las familias. Además de eso, comenzaron a colaborar con el Hospital San Victoria en el “Plan Detectar”. Su labor consiste en visitar las comunidades para evaluar sintomatologías y problemas respiratorios, con el objetivo de verificar la necesidad de realizar pruebas PCR si se cumplen los criterios establecidos. Para los casos graves coordinan el traslado al hospital y para los leves, realizan seguimiento de su estado de salud en sus casas y distribuyen mascarillas y kits higiénicos de desinfección. Según Maximiliano, “el uso de mascarillas ha resultado complicado para ellos, porque nunca se habían puesto ninguna. Tuvimos que realizar talleres y dar pautas a través de la radio comunitaria para que, por ejemplo, se evitasen las aglomeraciones. Ahora, casi el 75% usa las mascarillas y sigue las medidas de prevención, lo que ha resultado todo un éxito y ha compensado todo el esfuerzo. De momento hemos tenido 18 casos positivos y 16 ya han sido dados de alta”, relata con orgullo.Según Maximiliano son comunidades nómadas muy arraigadas a su cultura, religión, e idioma y no es fácil establecer relaciones. “Llevo 250 días en el campamento y ahora todos nos conocen, varios voluntarios están aprendiendo su idioma, algunos incluso ya lo hablan, ¡y eso que el wichi es muy complicado! Para los niños de las familias indígenas, el campamento es un lugar de diversión con tráilers, motos, luces, vehículos… les resulta muy llamativo y les encanta venir a visitarnos”.Ahora comienza la segunda etapa del proyecto para el desarrollo de estas comunidades y mejora de su calidad de vida, a través de un plan de cultivos y huertas, formación para el uso del reciclaje, recolección de residuos, construcción y acceso a letrinas, entre otros. “A veces nos frustramos cuando pensamos en todo el trabajo que tenemos por delante para apoyar el desarrollo de estas comunidades, nos sentimos como hormigas, pero luego siempre pienso: si no estuviésemos aquí, ¿cómo estarían ahora? Y entonces veo los avances que hicimos junto a las familias, me doy cuenta del gran valor que aportamos y lo importante que es para las comunidades”, concluye Maximiliano.