El Salvador: Cruz Roja apoya a las comunidades antes, durante y después de los desastres

Rosa Cándida from western El Salvador feeds chickens outside her home with her granddaughters.

Rosa Cándida, del oeste de El Salvador, alimenta pollos en el exterior de su casa con sus nietas.

Foto: IFRC

Escrito por David Quijano

Rosa Cándida es una campesina del pueblo Las Maravillas, en las afueras de Ahuachapán, al oeste de El Salvador. Ella, su marido, sus dos hijas y sus dos nietas pequeñas viven de la tierra, cultivando maíz, frijol y maicillo en el campo, a 2 kilómetros de su hogar.  

En un marcado contraste con el idílico entorno, en los últimos años Rosa ha visto cómo tormentas tropicales, deslizamientos de tierra, lluvias torrenciales y terremotos devastaban su país y su comunidad.   

El Salvador es el país más pequeño de Centroamérica, pero se enfrenta a grandes catástrofes y riesgos relacionados con el clima. En 2022, Rosa fue una de las más de 1,7 millones de personas que necesitaron algún tipo de ayuda humanitaria o protección en el país debido a los desastres.  

Un terremoto en enero de este año dañó su casa, creando grandes grietas en sus paredes de adobe y obligando a su familia a dormir a la intemperie mientras encontraban el dinero necesario para repararla. 

Rosa se dirige a sus tierras de cultivo con su hija y su nieta para recoger algunas de sus cosechas.

Rosa se dirige a sus tierras de cultivo con su hija y su nieta para recoger algunas de sus cosechas.

Foto: IFRC

Media jornada de trabajo agrícola sólo genera ingresos suficientes para que Rosa alimente a su familia durante el día, lo que significa que desastres como el terremoto tienen un impacto drástico en las finanzas y el bienestar de su familia.  

Afortunadamente, la ayuda llegó de Cruz Roja Salvadoreña. Sus equipos realizaron rápidamente una evaluación de los daños causados y proporcionaron ayuda en efectivo a más de 600 familias de la región, incluida la de Rosa. 

"El apoyo de la Cruz Roja nos ayudó a comprar alimentos, medicinas y otros artículos para el hogar", dice.  

Una voluntaria de la Cruz Roja Salvadoreña ayuda a Rosa, del oeste de El Salvador, a sacar dinero de un cajero automático para ayudarla a ella y a su familia a hacer frente al terremoto de enero de 2023.

Una voluntaria de la Cruz Roja Salvadoreña ayuda a Rosa, del oeste de El Salvador, a sacar dinero de un cajero automático para ayudarla a ella y a su familia a hacer frente al terremoto de enero de 2023.

Foto: IFRC/Hermanos Corallo

Los equipos de la Cruz Roja realizaron dos transferencias de efectivo, asegurándose de que el dinero llegara a las personas que más lo necesitaban:  

"Dimos prioridad a los hogares más afectados por el terremoto, entre los que había personas mayores, mujeres embarazadas, madres en periodo de lactancia e infantes", explica Fátima Évora, de la Cruz Roja Salvadoreña. 

Rosa sonríe con su nieta en brazos frente a su casa en el oeste de El Salvador.

Rosa sonríe con su nieta en brazos frente a su casa en el oeste de El Salvador.

Foto: IFRC

La asistencia en efectivo es una de las muchas formas en que la Cruz Roja Salvadoreña ayuda a las comunidades locales de todo el país a prevenir, prepararse y responder a los desastres. El personal voluntario también ha estado estableciendo sistemas de alerta temprana para preparar a las comunidades para sequías e inundaciones, ofreciendo apoyo a la gente para que adapte sus medios de subsistencia a la crisis climática. 

Dos mujeres participan en un ejercicio interactivo de preparación para desastres durante un taller organizado por la Cruz Roja Salvadoreña en el oeste de El Salvador.

Dos mujeres participan en un ejercicio interactivo de preparación para desastres durante un taller organizado por la Cruz Roja Salvadoreña en el oeste de El Salvador.

Foto: IFRC/Hermanos Corallo

La Cruz Roja Salvadoreña organizó talleres comunitarios a principios de este año, para que la gente conociera los riesgos de desastre y saber cómo prepararse. Todo como parte de la Alianza Programática entre la IFRC y la Unión Europea. 

Asistentes a un taller de preparación ante catástrofes en el oeste de El Salvador observan imágenes que explican los riesgos y posibles repercusiones de las mareas y los deslizamientos de tierra.

Asistentes a un taller de preparación ante catástrofes en el oeste de El Salvador observan imágenes que explican los riesgos y posibles repercusiones de las mareas y los deslizamientos de tierra.

Foto: IFRC/Hermanos Corallo

 "Aprendimos que hay alertas verde, amarilla, naranja y roja, y que cada una indica un nivel de riesgo diferente. Podemos estar preparadas y avisar por megáfono a la gente para que evacúe y busque ayuda", dice Juana Santa María, que asistió a un taller en San Luis Herradura.  

"Lo más valioso ha sido saber que, como comunidad, podemos pedir ayuda a la alcaldía, a las asociaciones de desarrollo comunitario y al personal de protección civil. Hoy tenemos más información para prepararnos y responder a los desastres", añade. 

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En 2022, llegamos a 3.000 personas en El Salvador a través de la Alianza Programática con la Unión Europea.  

Implementada por 24 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en todo el mundo, incluyendo en Panamá, Guatemala, Honduras, El Salvador y Ecuador en las Américas, la Alianza Programática ayuda a las comunidades a reducir sus riesgos y estar mejor preparadas para desastres y emergencias de salud.     

Con la coordinación de la Cruz Roja Española, Cruz Roja Italiana y Cruz Roja Noruega y el apoyo de la IFRC, la Cruz Roja Salvadoreña está:  

  • Construyendo conocimiento comunitario   
  • Prestando asistencia a las personas que se desplazan  
  • Previniendo y respondiendo a los brotes de salud  
  • Garantizando que las percepciones y preocupaciones de la comunidad se tengan en cuenta y se utilicen para mejorar su asistencia humanitaria. 

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