Mpox en la RDC: "No tengo más remedio que ir e intentar salvar vidas", explica una voluntaria de la Cruz Roja

Hélène Mula is a volunteer with the DRC Red Cross in Mbandaka, Equateur province, and is currently supporting her community to stay safe during the mpox epidemic.

Hélène Mula is a volunteer with the DRC Red Cross in Mbandaka, Equateur province, and is currently supporting her community to stay safe during the mpox epidemic.

Foto: Alioune Ndiaye/IFRC

Mientras la República Democrática del Congo lucha contra una creciente epidemia de viruela símica, lea el relato de primera mano de Hélène, voluntaria de la Cruz Roja de la RDC, que intenta proteger a su comunidad en una de las provincias más afectadas.

"Me llamo Hélène Mula. Soy voluntaria desde 2018. Hacía tiempo que conocía la Cruz Roja, pero al principio tenía miedo de unirme porque solo sabía de su trabajo realizando entierros [durante el ébola]. Pensaba que eso era todo lo que hacían. Así que tenía miedo.

Pero cuando llegué aquí, a Mbandaka, un amigo de mi hijo vino a visitarle. Llevaba una camiseta de la Cruz Roja. Le hice algunas preguntas sobre el tema, diciéndole que me encantaba la Cruz Roja pero que tenía miedo. Me tranquilizó.  

Cada día dedico unas cuatro horas a sensibilizar sobre temas de salud. Lo hago en la comunidad donde vivo con miembros de mi comunidad y mi familia. Me conocen muy bien. Cuando me ven me dicen: 'Ay, mamá Cruz Roja, ¿cómo estás? Entonces me acerco y hablo con ellos. Es un trabajo que hacemos con el corazón. Si pasa algo, me lo cuentan.  

El mpox está aquí. Supe del mpox a través de la Cruz Roja, que hay una epidemia. Antes no conocía la enfermedad. Recibí formación sobre el mpox a través del CP3 [Programa Comunitario de Preparación ante Epidemias y Pandemias]. Ahora soy capaz de hablar de la enfermedad en la comunidad. Explico cuáles son los síntomas, cómo se propaga, cómo evitarla y cómo la gente puede protegerse a sí misma y a la comunidad.  

Al principio me daba miedo ir a las comunidades a hablar de la viruela y de los riesgos. Porque sé que puede contagiarse de una persona a otra. Pero está bien tener miedo. Soy voluntaria, no tengo más remedio que ir e intentar salvar vidas.

Ha sido difícil porque antes de que empezáramos a sensibilizar a la comunidad, algunas personas no creían en el mpox. Otras creían que existía, pero pensaban que era una especie de maldición. Alguna gente pensaba que el Ministerio de Salud había hecho una maldición para venir a pedir dinero a la comunidad.

Pero con el tiempo, cuando empezaron a ver que cada vez moría más gente, empezaron a llamarnos diciendo 'venid, venid, aquí hay un problema'. Yo llamaba a mi supervisor y hacíamos un seguimiento para ver si había casos. El hecho de que la gente me llame ahora me tranquiliza porque estoy haciendo un buen trabajo.

En mi barrio, la gente ha empezado a proteger a sus hijos e hijas, a lavarse las manos con regularidad y a limitar el contacto con personas enfermas o sospechosas de estarlo. Ahora llevan al hospital a las personas que presentan síntomas. Antes se quedaban en casa con las personas enfermas. Pero ahora, cuando ven síntomas, entienden que no pueden dejarles en casa, que hay riesgo de que la enfermedad se propague".

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Hélène Mula es una voluntaria de la Cruz Roja de la RDC con base en Mbandaka, Equateur - una de las provincias más afectadas por el brote de mpox. Este testimonio fue captado a mediados de julio de 2024.

Hélène forma parte del Programa Comunitario de Preparación ante Epidemias y Pandemias (CP3), un programa multinacional financiado por USAID que apoya a las comunidades, las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y otros socios en la preparación, prevención, detección y respuesta ante amenazas de enfermedades. El programa CP3 ha estado activo en la RDC desde 2018. Obtenga más información aquí. 

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