Alimentando el futuro: La alimentación escolar y la asistencia alimentaria transforman vidas en Binga, Zimbabue

A ZRCS Volunteer helps children line up to wash their hands before they get a daily serving of porridge made with corn and soybeans

Un voluntario de la Cruz Roja de Zimbabue ayuda a la niñez a hacer cola para lavarse las manos antes de recibir su ración diaria de papilla de maíz y soja.

Foto: Rumbidzai Nenzou/IFRC

En el árido distrito de Binga, en Zimbabue, los efectos de la peor sequía del país en décadas están grabados en cada rincón de la vida. Los ríos se han secado, el ganado yace sin vida y, para muchas familias, la resiliencia es lo único que se interpone entre la supervivencia y la desesperación. Con el apoyo de la IFRC, la Cruz Roja de Zimbabue presta asistencia inmediata y trabaja para fomentar la resiliencia a largo plazo. "Estos alimentos nos mantienen con vida".

Para la población infantil de las zonas de Binga (Zimbabue) asoladas por la sequía, el hambre ha sido durante mucho tiempo un obstáculo para la educación. Muchos faltaban por completo a la escuela, la abandonaban o tenían dificultades para concentrarse en clase.  

Pero eso está empezando a cambiar con la ayuda de un programa de alimentación escolar de la Cruz Roja de Zimbabue que proporciona una ración diaria de papilla (elaborada con una mezcla de maíz y soja) a más de 12.000 estudiantes de 11 escuelas primarias.  

Esta comida enriquecida, rica en nutrientes esenciales, se ajusta a las directrices dietéticas de UNICEF y del Programa Mundial de Alimentos, garantizando que la niñez reciba la nutrición que necesita para aprender y crecer. 

Lo que antes era el cauce de un río cerca de la comunidad de Binga, Zimbabue, es ahora sólo una alfombra de arena seca gracias a la prolongada sequía que azota a amplias zonas del país.

Lo que antes era el cauce de un río cerca de la comunidad de Binga, Zimbabue, es ahora sólo una alfombra de arena seca gracias a la prolongada sequía que azota a amplias zonas del país.

Foto: Rumbidzai Nenzou/IFRC

"Para muchos de estos niñosy niñas, esta es su única comida del día", afirma un profesor de la escuela primaria Siasundu, una de las escuelas beneficiarias del programa. "Hemos observado mejoras notables: ha aumentado la asistencia, ha disminuido el abandono escolar y las niñas y niños están mucho más atentos en clase. Realmente está cambiando sus vidas".

Ejecutado en alianza con el Ministerio de Educación Primaria y Secundaria, el Departamento de Desarrollo Social y el Ministerio de Salud y Atención a la Infancia, el programa se centra en las escuelas de las zonas más afectadas. La intervención de la Cruz Roja de Zimbabue también ha contado con el apoyo de una asignación de fondos activada como parte de los Protocolos de Acción Temprana del Fondo de Emergencia para la Respuesta a Desastres de la IFRC (IFRC-DREF). 

Un salvavidas frente al hambre

Más allá de las escuelas, la Cruz Roja de Zimbabue presta asistencia alimentaria a familias vulnerables. En el Distrito 9 de Binga, Esnathi Mudhimba, de 67 años, cuida de su nieta enferma. Para ellas, la bolsa de 10 kilos de harina de maíz proporcionada por persona en cada hogar es un salvavidas.

"Esta comida nos mantiene con vida", dice Esnathi. "Antes vendía baobabs para sobrevivir, pero ahora soy demasiado vieja y mi nieta no puede ayudarme. Sin esta ayuda, no sé qué habríamos hecho".

Esnathi Mudhimba, de 67 años, es una de las más de 3.400 personas vulnerables afectadas por la sequía provocada por El Niño en el distrito de Binga, en Zimbabue.

Esnathi Mudhimba, de 67 años, es una de las más de 3.400 personas vulnerables afectadas por la sequía provocada por El Niño en el distrito de Binga, en Zimbabue.

Foto: Rumbidzai Nenzou/IFRC

La historia de Esnathi se repite en muchos otros distritos. Más de 3.400 personas de los distritos 9 y 10 han recibido ayuda alimentaria a través del apoyo de acción temprana del IFRC-DREF, que ha proporcionado un alivio muy necesario a las familias que luchan contra la inseguridad alimentaria.

Para Monica Mpande, de 52 años, que vive en la aldea de Mupambe, la ayuda es más que una simple comida: es una oportunidad para reconstruir. "Con esta ayuda alimentaria, puedo ahorrar algo de dinero para comprar libros a mis hijos», afirma. «Me da esperanzas de que saldremos de ésta". 

 Gracias a la asistencia alimentaria que brindan la IFRC y la Cruz Roja de Zimbabue, Monica Mpande, de 52 años, puede ahorrar lo suficiente para comprar libros de texto a sus hijos.

Gracias a la asistencia alimentaria que brindan la IFRC y la Cruz Roja de Zimbabue, Monica Mpande, de 52 años, puede ahorrar lo suficiente para comprar libros de texto a sus hijos.

Foto: Rumbidzai Nenzou/IFRC

Construir resiliencia para el futuro

La Cruz Roja de Zimbabue también trabaja para garantizar que las comunidades estén mejor preparadas para futuras sequías. Los pozos que han sido rehabilitados y los puntos de agua alimentados por energía solar proporcionan un acceso confiable a agua potable, mientras que los programas de limpieza y desparasitación del ganado ayudan a los ganaderos a proteger sus rebaños y sus medios de subsistencia. 

Un voluntario de la Cruz Roja de Zimbabue administra un producto químico antiparasitario para ayudar a reforzar la resistencia del ganado frente a la sequía.

Un voluntario de la Cruz Roja de Zimbabue administra un producto químico antiparasitario para ayudar a reforzar la resistencia del ganado frente a la sequía.

Foto: Rumbidzai Nenzou/IFRC

En Binga, donde los efectos de la sequía se dejan sentir en todas las facetas de la vida, estos programas son un salvavidas vital. Representan un compromiso para aliviar el sufrimiento y capacitar a las comunidades para construir un mañana mejor. Para familias como las de Esnathi y Mónica, esta ayuda es algo más que alimentos: es una promesa de esperanza, dignidad y resistencia ante la adversidad. 

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