COVID-19

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"La pandemia ha prosperado debido a las desigualdades y las ha exacerbado"

“La pandemia ha prosperado debido a las desigualdades y las ha exacerbado. Cualquier nuevo instrumento legal, ya sea un tratado o no, debe afirmar un compromiso con la equidad: equidad en el acceso a los servicios de salud y atención, equidad en el acceso a las vacunas, datos, diagnósticos y otros tratamientos, y equidad en el acceso a los esfuerzos de recuperación, incluyendo recuperación económica. “Con demasiada frecuencia descuidamos el importante trabajo de los socorristas a nivel comunitario. Necesitamos mayores inversiones y coordinación en programas que pongan a las comunidades en el centro de la respuesta. “Esta pandemia ha dejado en claro que necesitamos soluciones nuevas y audaces, tanto en las leyes nacionales como internacionales, para evitar que vuelvan a ocurrir los mismos errores. “Las emergencias de salud pública son nuestro pasado, nuestro presente, y las volveremos a enfrentar. La pandemia de COVID-19 no ha terminado, pero dos años después seguimos siendo demasiado reactivos y descoordinados. Las variantes, como Ómicron, seguirán apareciendo mientras el virus continúa circulando. La equidad de vacunas, datos y conocimientos son fundamentales para proteger a la población mundial. “Basándonos en los años de experiencia de la Federación Internacional en la respuesta a crisis de salud en todo el mundo, y en el mandato de nuestra red de ayudar a los gobiernos con la preparación legal para desastres y emergencias de salud pública, estamos listos para fortalecer este trabajo. Cualquiera que sea el resultado de estas sesiones, no solo debe ser poderoso en el papel, sino que también debe ser transformador en la realidad ". Para más información: En Londres: Teresa Goncalves, +44 (0) 7891 857 056, [email protected]

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Bangladés: Se necesitan mayores esfuerzos para mantener a las personas seguras en Bhashan Char

Kuala Lumpur/Daca/Ginebra, 23 de noviembre de 2021: Se están tomando medidas urgentes para mantener a las personas a salvo de los ciclones y la pandemia de COVID-19 en la isla Bhashan Char. Se han puesto en marcha las vacunas COVID-19 para las personas mayores de 55 años en la isla, y se deben administrar más dosis a los adultos restantes. Alrededor de 18.000 personas desplazadas de Rakhine, Myanmar, han sido reubicadas por las autoridades de los campamentos en Cox’s Bazar a hogares más resistentes en Bhashan Char. La Media Luna Roja de Bangladés ha estado trabajando directamente con las personas desplazadas para que se implementen medidas para salvar vidas antes del próximo gran ciclón, ya que grandes tormentas amenazan regularmente la zona desde septiembre hasta diciembre. Feroz Salah Uddin, Secretario General de la Media Luna Roja de Bangladesh dijo: “Se están haciendo todos los esfuerzos posibles en la isla Bhashan Char para mejorar las condiciones de vida y ayudar a las personas a estar bien preparadas para tomar medidas tempranas para salvar vidas antes de los superciclones. Los equipos de voluntarios han sido capacitados en simulacros de acción de alerta temprana, primeros auxilios, búsqueda y rescate y manejo de refugios contra ciclones. "Nuestros equipos han estado ayudando con las vacunas COVID-19 para las personas mayores con mayor riesgo de contraer la enfermedad, al tiempo que ayudan a todos a mantenerse seguros y saludables con agua limpia, paquetes de alimentos, kits de higiene y acceso a la atención médica". La Federación Internacional hace un llamamiento por 86 millones de francos suizos para brindar apoyo humanitario crítico inmediato y a más largo plazo a casi un millón de personas desplazadas que viven en los campamentos de Cox's Bazar y en la isla de Bhashan Char, incluido un refugio más seguro, atención médica y un mejor acceso a servicios de limpieza. agua y saneamiento y proteger a las personas de los crecientes riesgos de desastres climáticos. En las últimas semanas, los voluntarios de la Media Luna Roja de Bangladés han ayudado a vacunar a más de 1.000 personas mayores de 55 años, y se planean más vacunaciones tan pronto como estén disponibles. Alexander Matheou, director de Asia Pacífico, Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, dijo: “Todos los que viven en la isla Bhashan Char deben sentirse seguros y se deben hacer todos los esfuerzos posibles para permitir que Bangladesh tenga una parte justa de las vacunas COVID-19. Esta es una parte fundamental para que Bangladesh pueda gestionar la responsabilidad de acoger a un número tan grande de personas desplazadas ”. “La Federación Internacional ha revisado su Llamamiento de Emergencia para los próximos tres años, para ayudar a satisfacer las crecientes necesidades humanitarias en Cox's Bazaar y Bhashan Char, incluidos los riesgos de desastres climáticos. Existe un déficit de financiación crítico de 75 millones de francos suizos. Después de reunirse con el Ministro de Estado de Gestión y Ayuda en Desastres de Bangladesh, Alexander Matheou dijo: "Más allá de la asistencia humanitaria inmediata, está claro que debemos trabajar juntos para apoyar la seguridad, los medios de subsistencia, la recreación y el bienestar general de las personas que atraviesan una experiencia tan prolongada y traumática de desplazamiento." Alexander Matheou visita hoy Bhashan Char con el liderazgo de la Media Luna Roja de Bangladés. Lea y descargue el llamamiento de emergencia revisado aquí. Para más información o concertar entrevistas, contacte con: En Daca: Sajid Hasan, +880 1673 019617, [email protected] Mahmudul Hasan, +880 1716 103333, [email protected] En Kuala Lumpur: Antony Balmain, +60 12 230 8451, [email protected]

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Al borde del abismo: nuevo estudio de la Federación Internacional revela la magnitud de las repercusiones socioeconómicas de la pandemia de COVID-19

Ginebra, 22 de noviembre de 2021 – Las mujeres, las poblaciones urbanas y las personas en desplazamiento se han visto afectadas de manera singular y desproporcionada por las devastadoras consecuencias socioeconómicas derivadas de la pandemia de COVID-19. Así se desprende del nuevo estudio publicado hoy por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC). La pandemia de COVID-19 ha tenido repercusiones significativas en todos los países del mundo. El nuevo estudio de la Federación Internacional pone también de manifiesto la magnitud de las consecuencias secundarias de la pandemia para las personas y las comunidades. La crisis ha conllevado el aumento de los niveles de pobreza y desempleo, la agudización de la inseguridad alimentaria, el aumento de los niveles de vulnerabilidad ante la violencia, un descenso en la educación, y la reducción de oportunidades para los niños. Además, ha exacerbado los problemas de salud mental. Francesco Rocca, presidente de la Federación Internacional, señaló: “Nuestra investigación demuestra algo que se sospechaba y se temía desde hace algún tiempo, esto es, que las consecuencias secundarias adversas de esta pandemia han perjudicado el tejido social de una manera que permanecerá perceptible durante años, cuando no decenios, en el futuro. Quienes ya eran vulnerables debido a conflictos, al cambio climático y a la pobreza, se encuentran al borde del precipicio. Muchas de las personas que antes podían resistir a las crisis son ahora vulnerables y necesitan asistencia humanitaria por primera vez en la vida”. Esta reciente investigación aporta un panorama mundial, con particular énfasis en diez países: Afganistán, Colombia, El Salvador, España, Filipinas, Iraq, Kenia, Líbano, Sudáfrica y Turquía. En general, las mujeres acusaron efectos más significativos que los hombres en lo que atañe a sus ingresos, riesgos más elevados ante la COVID-19 debido a sus funciones de cuidado de otras personas, una mayor exposición a la violencia sexual y por motivos de género, y efectos en su salud mental. La pobreza aumentó en las zonas urbanas, en ciertos casos, a un ritmo más acelerado que en las zonas rurales. Las personas en desplazamiento fueron más proclives a perder su empleo, o a una reducción de horas de trabajo durante la pandemia y fueron objeto de amplio olvido en las medidas oficiales de protección y salvaguarda. Además, la falta de preparación dificultó la configuración de una intervención integral por parte de los países ante lo que se ha convertido simultáneamente en una emergencia de salud pública, una sacudida económica mundial, y una crisis política y social. “En calidad de agentes de primera intervención a nivel comunitario, las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja de todo el mundo han colmado los vacíos en esta reacción. Habida cuenta de su profundo conocimiento de las desigualdades existentes y de los cauces que las perpetúan, se encuentran entre los agentes que gozan de mejores condiciones para ayudar a las personas a recuperarse de los perjuicios causados a sus medios de vida, su salud y la educación. No obstante, necesitarán apoyo adicional, tanto político como financiero, para continuar con esta labor”, añadió Rocca. El informe denota también que el mundo se encamina a una recuperación en extremo desigual, dependiendo de la equidad y de la eficacia de los programas de vacunación. “Reiteradamente hemos advertido que la distribución inequitativa de las vacunas, además de favorecer la persistencia de elevados niveles de contagio, agravará, prolongará, o exacerbará las repercusiones de esta pandemia. Mientras las consideraciones de ganancias primen sobre el sentido humanitario, y mientras los países ricos sigan monopolizando las dosis de vacunas, no podremos decir que la pandemia ha terminado”. “Las personas deben abrir los ojos y tomar conciencia de lo que ocurre a su alrededor, y dejar de lado las palabras para concentrarse en la acción. Caso contrario, existe el riesgo de que la recuperación tras la pandemia deCOVID-19 sea tan injusta y desigual como las repercusiones de esta en sí”, concluyó Rocca. Solicite más información dirigiéndose En Londres: Teresa Goncalves, coautora del informe y coordinadora de comunicación sobre la COVID-19, Federación Internacional: +44 (0) 7891 857 056, [email protected]. Haga click aquí para descargar y leer el informe (disponible en inglés, árabe, francés y español). Mire este vídeo corto sobre el informe:

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En la carrera contra la pandemia, los más pobres, los más vulnerables y los marginados se están quedando muy atrás

“Aproximadamente la mitad de la población mundial ha recibido al menos una dosis de la vacuna COVID-19. Este es un inmenso logro que incluso hace un año parecía inalcanzable. Sin embargo, mientras que los países más ricos están avanzando rápidamente con las campañas de vacunación para sus poblaciones, en los países de bajos ingresos, solo alrededor del cuatro por ciento de las personas han recibido siquiera una dosis de una vacuna. Más de la mitad de los países que enfrentan crisis humanitarias no tienen dosis suficientes para vacunar ni siquiera al diez por ciento de su población. “En la carrera contra la pandemia, los más pobres, los más vulnerables y los marginados se están quedando muy atrás. Es un imperativo humanitario y una responsabilidad global, sin mencionar una necesidad económica y de recuperación, garantizar que todos tengan acceso a las vacunas, no solo aquellos en países con los medios para comprar protección”. La semana pasada, la ONU y el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja formularon conjuntamente cinco solicitudes al gobierno y la comunidad internacional, para lograr la distribución y entrega equitativa de las vacunas. Para más información En Londres: Teresa Goncalves, +44 7891857056, [email protected]

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Palaos e Islas Cook lideran la vacunación frente a la COVID-19

Kuala Lumpur/Suva, 14 de octubre de 2021 - El pequeño país del Pacífico de Palaos tiene más del 99 por ciento de su población elegible completamente vacunada, compitiendo con el primer puesto en el mundo por las tasas de vacunación COVID-19, según datos del gobierno. Otras naciones del Pacífico también han escalado en la clasificación mundial de vacunas. Las Islas Cook tienen el 96 por ciento de la población elegible completamente vacunada, mientras que el 96 por ciento ha recibido su primer pinchazo en Fiyi, según datos gubernamentales de las Islas Cook y Fiji. Si bien hay éxito en partes del Pacífico con el lanzamiento de la vacuna COVID-19, todavía hay países que tienen bajas tasas de vacunación. Menos del 10 por ciento de la población ha sido completamente vacunada en las Islas Salomón y Kiribati, según Our World in Data. En Papúa Nueva Guinea, menos del 1% de las personas están completamente vacunadas. La jefa de la Oficina del Pacífico de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC), Katie Greenwood, dijo: “Es importante celebrar el éxito de alcanzar altas tasas de vacunación en muchos países del Pacífico, incluidos Palaos, Fiyi y las Islas Cook, que está salvando vidas y ayudando a las personas a rejuvenecer sus medios de vida destrozados por esta pandemia. “Si bien el ritmo de vacunación ha sido notable en algunos países, es fundamental que las dosis de las vacunas estén disponibles en todos los países del Pacífico para que las dosis se puedan administrar rápidamente. “Generar confianza en las vacunas es vital en el Pacífico para asegurarnos de llegar a una masa crítica de personas vacunadas en todos los países. Con la relajación de las restricciones, es importante que logremos vacunas aún más altas y mantengamos las medidas de salud pública. Nadie está a salvo hasta que todos estemos a salvo". Cruz Roja ha desempeñado un papel de liderazgo en los lanzamientos de campañas de vacunación junto con las autoridades sanitarias en los países del Pacífico, con el apoyo de la Federación Internacional. Con la temporada de ciclones en el Pacífico, a solo unas semanas de distancia, se deben mantener todos los esfuerzos para evitar mayores impactos en los medios de vida ya devastados por la pandemia. “En todo el Pacífico, cientos de voluntarios capacitados de la Cruz Roja han estado ayudando a aumentar las vacunas, incluso en las comunidades más remotas. Hemos estado generando confianza en las vacunas escuchando y hablando de las preocupaciones clave. "Es fundamental que tratemos de que todos se vacunen antes de la temporada de ciclones, que amenaza con dañar los hogares y la infraestructura, lo que agota los recursos y servicios necesarios para contener COVID-19". Para mas información contacte: En Suva: Soneel Ram, +679 9983 688, [email protected] En Hobart: Courtney Wilson, +61 481 150 973, [email protected] En Kuala Lumpur: Antony Balmain, +60 12 230 8451, [email protected] Sobre la Federación Internacional La Federación Internacional es la red humanitaria más grande del mundo, integrada por 192 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja que trabajan para salvar vidas y promover la dignidad en todo el mundo. www.ifrc.org - Facebook - Twitter - YouTube

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Se necesitan medidas urgentes ya que el COVID-19 abruma el sistema de salud de Papúa Nueva Guinea

Kuala Lumpur / Port Moresby, 22 de octubre de 2021 - La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) pide una acción internacional concertada para apoyar a Papúa Nueva Guinea (PNG), ya que el aumento de casos de COVID-19 abruma el sistema de salud del país. El último aumento ha alcanzado el mayor número de casos diarios de COVID-19 registrados desde el comienzo de la pandemia. Uvenama Rova, secretario general de la Cruz Roja de PNG, dijo: “Los hospitales están llenos y los pacientes están siendo rechazados en Port Moresby y las áreas provinciales. Se necesitan esfuerzos urgentes y más apoyo en la atención médica para evitar una pérdida masiva de vidas en los próximos días y semanas. "En todas las áreas de PNG, estamos profundamente preocupados de que los riesgos de hospitalización y muerte por COVID-19 se disparen debido a la infraestructura de salud limitada y las altas tasas de enfermedad, todo ello agravado por el acceso deficiente a instalaciones de agua potable, higiene y saneamiento". El lanzamiento de la vacuna, que ha ayudado a contener el virus en otros países, sigue siendo extremadamente bajo en Papúa Nueva Guinea debido a una variedad de problemas, que incluyen información errónea, aprehensión pública y desafíos logísticos con el lanzamiento. Solo el 1,5 por ciento de la población ha recibido al menos una dosis de la vacuna, y el 0,67 por ciento está completamente vacunada, según Our World in Data de la Universidad de Oxford. La Cruz Roja de PNG está apoyando los esfuerzos del gobierno y las autoridades sanitarias para contener la propagación del virus, distribuyendo equipos de protección personal como máscaras faciales y brindando apoyo específico a algunos de los más vulnerables de la comunidad que han sido confinados en sus hogares por el virus. John Fleming, Jefe de Salud de la Federación Internacional para Asia Pacífico, dijo: “Si este aumento de COVID continúa a una velocidad tan alarmante, el frágil sistema de salud de PNG corre el riesgo de colapsar. Es vital que se incrementen los servicios de atención médica de emergencia para evitar un mayor sufrimiento y la pérdida de vidas. “Necesitamos responder a la pandemia de desinformación que se está propagando junto con el virus. Necesitamos informar urgentemente a las personas sobre los beneficios de la vacuna, mientras aceleramos el desafiante despliegue de las vacunas en todas las áreas de PNG, desde las tierras altas hasta las aldeas costeras”. Para mas información contacte: En Kuala Lumpur: Antony Balmain, +60 12230 8451, [email protected] En Melbourne: Joe Cropp, +61481150973, [email protected] En Hobart: Courtney Wilson, +61481150973, [email protected] Sobre la Federación Internacional La Federación Internacional es la red humanitaria más grande del mundo, integrada por 192 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja que trabajan para salvar vidas y promover la dignidad en todo el mundo. www.ifrc.org - Facebook - Twitter - YouTube

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Las acciones deben hablar más alto que las palabras: Cinco llamados para lograr la equidad en la entrega de vacunas

En junio de 2020, unos meses después del inicio de la pandemia de la COVID-19, las Naciones Unidas y el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja pidieron conjuntamente a los gobiernos, el sector privado, las organizaciones internacionales y de la sociedad civil acelerar sus esfuerzos para desarrollar, probar y producir una “vacuna popular” segura y asequible para proteger a todos y a todas, en todas partes y poner fin a la crisis. Una vacuna popular debe proteger a las personas ricas y pobres, a las mayores y a las jóvenes, a aquellas desplazadas por la fuerza, migrantes independientemente de su situación migratoria y a otras poblaciones a menudo desatendidas, tanto en las zonas urbanas como en las comunidades rurales. Quince meses después, gracias a los extraordinarios avances científicos y tecnológicos, así como a la colaboración global y la confianza mutua en los aspectos regulatorios, múltiples vacunas seguras se encuentran disponibles y están siendo administradas contra la COVID-19 en países alrededor del mundo. Sin embargo, a pesar de la elevada retórica sobre la solidaridad mundial, el objetivo de una "vacuna popular" está lejos de alcanzarse. La distribución equitativa de vacunas es una prioridad política, moral y económica que hasta ahora se ha descuidado en gran medida. Las ganancias y la visión sesgada sobre el nacionalismo de las vacunas continúan triunfando sobre la humanidad en lo que respecta a la distribución equitativa de las vacunas. Aunque más del 48% de la población mundial ha recibido al menos una dosis de la vacuna, ese porcentaje se reduce a apenas el 3% en los países de bajos ingresos. La situación es particularmente preocupante en los países en crisis humanitaria que necesitan casi 700 millones de dosis más para alcanzar el objetivo de la Organización Mundial de la Salud de vacunar al 40% de su población antes de fin de año. Más de la mitad de los países con un llamamiento humanitario no tienen dosis suficientes para vacunar ni siquiera al 10% de su población. Siete de los más pobres del mundo solo tienen dosis suficientes para llegar a menos del 2% de su población (Burundi, Camerún, Chad, República Democrática del Congo, Haití, Sudán del Sur y Yemen). Los países ricos con acceso a grandes cantidades de vacunas se han comprometido generosamente a donar sus dosis excedentes a países de ingresos bajos y medianos a través de COVAX. Sin embargo, se han recibido muy pocas de estas donaciones. El suministro de dosis a las personas más vulnerables sigue teniendo limitaciones por las restricciones a la exportación y la falta de voluntad de los países de ceder su lugar en la línea de suministro de producción a COVAX, incluso si no pueden utilizar esas dosis de inmediato. El Búfer humanitario, que forma parte de la instalación COVAX, ha estado abierto para solicitudes desde junio de 2021. El Búfer es una medida de último recurso para garantizar que se llegue a las poblaciones desplazadas y otras vulnerables del mundo con las vacunas contra la COVID-19. También forma parte de los esfuerzos para frenar la desigualdad, que de otro modo pondría en peligro la recuperación social y económica en contextos humanitarios. Por lo tanto, necesitamos impulsar urgentemente el suministro, compartir vacunas y asegurarnos de que todas las personas tengan acceso. Pero tener dosis de vacunas disponibles es solo una parte de la solución a esta crisis. Debemos asegurar que la vacuna llegue desde la pista del aeropuerto a los brazos de las personas más vulnerables, incluidas las refugiadas, las migrantes, las solicitantes de asilo, los grupos marginados, las personas apátridas y aquellas que viven en áreas controladas por grupos armados y/o afectados por conflicto armado. Debe haber una mayor inversión en los mecanismos y la capacidad de entrega local, no solo para garantizar que las vacunas se entreguen de manera rápida y justa, sino también para fortalecer los sistemas nacionales de salud para una preparación y respuesta más efectivas ante una pandemia. Alrededor del mundo, los esfuerzos para frenar la pandemia se ven socavados por la desconfianza que conduce a la indecisión sobre las vacunas. Más que nunca, es importante trabajar con y dentro de las comunidades, incluyendo las redes sociales y las comunitarias, para generar confianza y fortalecer la certeza en la eficacia y seguridad de las vacunas. Las actividades que fortalecen el apoyo a los actores locales y abordan la desinformación son clave para garantizar la entrega exitosa de vacunas a las comunidades locales, especialmente a las que están en mayor riesgo. Las Naciones Unidas y el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se mantienen firmes en su compromiso de garantizar un acceso equitativo y eficaz a las vacunas COVID-19 alrededor del mundo. Dado que la pandemia requiere que la comunidad internacional tome medidas extraordinarias, hoy unimos nuestras voces nuevamente para decir que es hora de que las acciones hablen más alto que las palabras. --- Es un imperativo humanitario y nuestra responsabilidad compartida garantizar que las vidas en todas partes estén protegidas, no solo en los pocos países que tienen los medios para comprar protección. Hacemos un llamado a los gobiernos, socios, donantes, el sector privado y otras partes interesadas: aumentar el suministro de la vacuna COVID-19 y el acceso a COVAX, incluso a través de donaciones de países de altos ingresos para donar vacunas a aquellos países y regiones que siguen recibiendo servicios de manera desigual; aumentar el financiamiento y el apoyo a los actores locales para garantizar que las vacunas salgan de los aeropuertos de la capital y lleguen a todas las personas, incluso a través de la inversión tanto en los sistemas de salud locales necesarios para la entrega como en la participación de la comunidad para mejorar la aceptación y la confianza en las vacunas COVID-19 también como de otras vacunas en general; fortalecer la capacidad de producción y distribución de la vacuna COVID-19 en todo el mundo, particularmente en países de ingresos bajos y medianos; acelerar la transferencia de tecnología y conocimientos: las inversiones realizadas ahora durarán mucho más allá de esta emergencia de salud pública y fortalecerán la capacidad mundial de respuesta a futuras epidemias y pandemias; solicitar el levantamiento de todas las barreras restantes (por parte de los fabricantes) para permitir que las agencias humanitarias accedan a las dosis de COVID-19, incluso mediante la exención del requisito de indemnización, particularmente donde las poblaciones más vulnerables solo pueden ser alcanzadas por las agencias humanitarias que utilizan el Búfer Humanitario COVAX. Para más información, por favor contactar a: Tommaso Della Longa, IFRC, +41 79 708 43 67, [email protected] Crystal Ashley, ICRC, +41 79 642 80 56, [email protected] Anna Jefferys, UNOCHA, + 1 347 707 3734, [email protected]

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Declaración del Secretario General de la FICR sobre la Reunión Ministerial de Alto Nivel en relación a la Situación Humanitaria en Afganistán

Excellencies, Distinguished Representatives, Ladies and Gentlemen, It is an honour to address you on behalf of the International Federation of Red Cross and Red Crescent Societies and our member National Society, the Afghan Red Crescent. I give this in complementarity to ICRC’s President, Peter Maurer’s earlier statement. As current events in Afghanistan unfold, the Afghan Red Crescent continues to carry out critical humanitarian work through its network of 34 provincial branches, 2,000 staff and more than 30,000 trained volunteers. The Afghan Red Crescent and the IFRC’s staff have been there through it all and are always there to fulfil our humanitarian mandate. We had no option to leave. We continue to deliver. The IFRC has been in Afghanistan for more than 30 years uninterrupted. We have worked with the Afghan Red Crescent throughout this time in their institutional development, in bringing much needed humanitarian supplies, in bringing the community voices to the global stage and in providing leadership in coordination. We will remain by their side, for as long as we are needed. Last week we launched a revised Emergency Appeal for 36 million Swiss Francs to ramp up support to the work of the Afghan Red Crescent in meeting the needs of those affected by one of the country’s worst ever droughts, acute food shortages, a fractured health system, displacement as well as the devastating impact of COVID-19. We have also provided support to the neighbouring countries’ National Red Crescent Societies, and we will need an additional 15 million Swiss francs to continue to do so. Ladies and Gentlemen, I have three messages for you to consider, and act upon: We must work together to ensure that humanitarian corridors are kept open. This may include making exceptions to sanctions, which allow for medical and urgent humanitarian supply chains. Now is the time to ensure that there are no bureaucratic obstacles to committing humanitarian aid. In return, we will ensure that support is provided to the most vulnerable, to enable locally managed and delivered aid, in line with our fundamental principles. Now is the time to support local action, empower strong local organizations and make good on your localization commitments in the Grand Bargain. The Afghan Red Crescent has unique access to people in need - recognized for its neutrality, impartiality and independence. Its’ Afghan staff and volunteers work every day in every province of Afghanistan, with direct access to support communities with ongoing relief and health services. Now is not the time to ignore Afghanistan; it is vital that we look to the future and support the people of Afghanistan as they work hard to heal and recover. I thank you. Excelencias, distinguidos representantes, señoras y señores, Es un honor dirigirme a ustedes en nombre de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y de nuestra Sociedad Nacional miembro, la Media Luna Roja Afgana. Ofrezco esta declaración como complemento de la declaración anterior del presidente del CICR, Peter Maurer. A medida que se desarrollan los acontecimientos actuales en Afganistán, la Media Luna Roja Afgana continúa llevando a cabo una labor humanitaria fundamental a través de su red de 34 sedes provinciales, 2.000 personas empleadas y más de 30.000 personas voluntarias capacitadas. La Media Luna Roja Afgana y el personal de la Federación Internacional han estado allí durante todo este proceso y siempre están allí para cumplir con nuestro mandato humanitario. No teníamos opción de irnos. Seguimos cumpliendo. La Federación Internacional ha estado en Afganistán durante más de 30 años ininterrumpidos. Hemos trabajado con la Media Luna Roja Afgana durante todo este tiempo en su desarrollo institucional, para traer suministros humanitarios muy necesarios, para llevar las voces de la comunidad al escenario mundial y para proporcionar liderazgo en coordinación. Permaneceremos a su lado todo el tiempo que se nos necesite. La semana pasada lanzamos un llamamiento de emergencia revisado por 36 millones de francos suizos para aumentar el apoyo a la labor de la Media Luna Roja Afgana para satisfacer las necesidades de las personas afectadas por una de las peores sequías de la historia del país, la escasez aguda de alimentos, un sistema de salud fracturado, desplazamiento, así como el impacto devastador del COVID-19. También hemos prestado apoyo a las Sociedades Nacionales de la Media Luna Roja de los países vecinos y necesitaremos 15 millones de francos suizos adicionales para seguir haciéndolo. Damas y caballeros, tengo tres mensajes para que consideren y actúen sobre ellos: Debemos trabajar juntos para garantizar que los corredores humanitarios se mantengan abiertos. Esto puede incluir hacer excepciones a las sanciones, que permitan cadenas de suministro médico y humanitario urgente. Ha llegado el momento de garantizar que no haya obstáculos burocráticos para la entrega de ayuda humanitaria. A cambio, nos aseguraremos de que se brinde apoyo a los más vulnerables, para permitir la ayuda administrada y entregada localmente, de acuerdo con nuestros principios fundamentales. Ahora es el momento de apoyar la acción local, empoderar a las organizaciones locales sólidas y cumplir con sus compromisos de localización en el Gran Acuerdo. La Media Luna Roja Afgana tiene un acceso único a las personas necesitadas, reconocida por su neutralidad, imparcialidad e independencia. Su personal y voluntariado trabajan todos los días en todas las provincias de Afganistán, con acceso directo a las comunidades de apoyo con servicios de socorro y salud en curso. Ahora no es el momento de ignorar a Afganistán; Es vital que miremos hacia el futuro y apoyemos al pueblo de Afganistán mientras trabaja arduamente para sanar y recuperarse. Gracias

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Más de 139 millones de personas afectadas por la crisis climática y el COVID-19, revela un nuevo análisis de la Federación Internacional

Nueva York, Ginebra, 16 de septiembre de 2021 - Desde el comienzo de la pandemia COVID-19, los desastres relacionados con el clima han afectado a al menos 139,2 millones de personas y han matado a más de 17.242. Este es el hallazgo de un nuevo análisis publicado hoy por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) y el Centro Climático de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, sobre los impactos compuestos de los fenómenos meteorológicos extremos y el COVID-19. Se estima que 658,1 millones de personas vulnerables han estado expuestas a temperaturas extremas. A través de nuevos datos y estudios de casos específicos, el informe muestra cómo las personas en todo el mundo enfrentan múltiples crisis y enfrentan vulnerabilidades superpuestas. El documento también destaca la necesidad de abordar ambas crisis simultáneamente, ya que la pandemia de COVID-19 ha afectado los medios de vida en todo el mundo y ha hecho que las comunidades sean más vulnerables a los riesgos climáticos. El presidente de la Federación Internacional, Francesco Rocca, quien presentó hoy el nuevo informe en una conferencia de prensa en Nueva York, dijo: “El mundo se enfrenta a una crisis humanitaria sin precedentes en la que el cambio climático y el COVID-19 están llevando a las comunidades al límite. En el período previo a la COP26, instamos a los líderes mundiales a tomar medidas inmediatas no solo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también para abordar los impactos humanitarios existentes e inminentes del cambio climático ”. El informe llega un año después de un análisis inicial [1] de los riesgos superpuestos de eventos climáticos extremos que han ocurrido durante la crisis del COVID-19. La pandemia continúa causando estragos, con impactos directos en la salud de millones de personas en todo el mundo, pero también un impacto indirecto masivo, en parte debido a las medidas de respuesta implementadas para contener la pandemia. La inseguridad alimentaria causada por los fenómenos meteorológicos extremos se ha visto agravada por el COVID-19. Los sistemas de salud están llevados al límite y los más vulnerables han sido los más expuestos. En Afganistán, los impactos de la sequía extrema se ven agravados por el conflicto y el COVID-19. La sequía ha paralizado la producción de alimentos agrícolas y disminuido el ganado, dejando a millones de personas hambrientas y desnutridas. La Sociedad de la Media Luna Roja Afgana ha intensificado la ayuda, incluida la asistencia alimentaria y en efectivo para que las personas compren alimentos, planten cultivos alimentarios resistentes a la sequía y protejan su ganado. En Honduras, responder a los huracanes Eta e Iota durante la pandemia también significó desafíos adicionales. Miles de personas se quedaron sin hogar en refugios temporales. Las medidas anti-COVID-19 en esos refugios requirieron distanciamiento físico y otras medidas de protección, que limitaron la capacidad. En Kenia, los impactos del COVID-19 están conviviendo con inundaciones en un año y sequías en el próximo, así como con una plaga de langostas. Más de 2,1 millones de personas se enfrentan a una inseguridad alimentaria aguda en las zonas rurales y urbanas. En el país y en todo el este de África, las restricciones de COVID-19 ralentizaron la respuesta a las inundaciones y el alcance a las poblaciones afectadas aumentando sus vulnerabilidades. Las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja de todo el mundo no solo están respondiendo a esas crisis superpuestas, sino que también ayudan a las comunidades a prepararse y anticiparse a los riesgos climáticos. En Bangladesh, por ejemplo, la Sociedad de la Media Luna Roja ha utilizado los fondos designados por la Federación Internacional para la acción anticipada a fin de difundir mensajes de alerta temprana relacionados con las inundaciones a través de altavoces en áreas vulnerables para que las personas puedan tomar las medidas necesarias o evacuar si es necesario. Julie Arrighi, directora asociada del Centro Climático de RCRC dijo: “Los peligros no tienen por qué convertirse en desastres. Podemos contrarrestar la tendencia de aumento de los riesgos y salvar vidas si cambiamos la forma en que anticipamos las crisis, financiamos la acción temprana y la reducción de riesgos a nivel local. Finalmente, necesitamos ayudar a las comunidades a ser más resilientes, especialmente en los contextos más vulnerables ”. La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto duradero en los riesgos climáticos. Los gobiernos deben comprometerse a invertir en la adaptación comunitaria, los sistemas de anticipación y los actores locales. “El gasto masivo en la recuperación de COVID-19 demuestra que los gobiernos pueden actuar rápida y drásticamente frente a las amenazas globales. Es hora de convertir las palabras en hechos y dedicar la misma energía a la crisis climática. Todos los días, somos testigos del impacto del cambio climático provocado por el hombre. La crisis climática está aquí y debemos actuar ahora ”, dijo Rocca. [1] Walton, D. y M.K. van Aalst (2020). Fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el clima y COVID-19. Un primer vistazo al número de personas afectadas por desastres que se cruzan. Federación Internacional, Ginebra. 21 págs. ISBN ISBN / EAN: 978-90-818668-1-10. Descargue el documento: El impacto conjunto de los fenómenos meteorológicos extremos y el COVID-19 Para obtener más información o concertar una entrevista, comuníquese con: En Ginebra: Tommaso Della Longa, +41 79708 43 67, [email protected] Marie Claudet, +33 786 89 50 89, [email protected] Acerca de la Federación Internacional La Federación Internacional es la red humanitaria más grande del mundo, que comprende 192 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja que trabajan para salvar vidas y promover la dignidad en todo el mundo. www.ifrc.org - Facebook - Twitter - YouTube

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La Cruz Roja intensifica su apoyo a las personas migrantes venezolanas, incluidas las refugiadas, en 17 países de América

Ciudad de Panamá / Ottawa / Ginebra, 15 de junio de 2021 - Para responder a las necesidades insatisfechas de las personas migrantes venezolanas, incluidas las refugiadas, que viven en América Latina y el Caribe, el Movimiento de la Cruz Roja y la Media Luna Roja está fortaleciendo su respuesta para brindar protección y asistencia a los venezolanos y comunidades de acogida en 17 países de América durante 36 meses. Los nuevos programas de migración de la Cruz Roja, por un total de 236 millones de francos suizos (264 millones de dólares), abordarán las necesidades a corto, mediano y largo plazo y apoyarán a los migrantes venezolanos vulnerables, incluidos los refugiados, para que tengan acceso a atención en salud, apoyo psicosocial, oportunidades de generación de ingresos, servicios de protección e inclusión social en sus comunidades de acogida. Desde 2018, más de 5 millones de venezolanos han dejado su país. Muchos de ellos aún no ven satisfechas sus necesidades básicas. La pandemia actual y los bloqueos y cierres fronterizos relacionados con la COVID-19 han deteriorado aún más una situación que ya era precaria para muchos migrantes, incluidos los refugiados, que han perdido oportunidades de ingresos, enfrentado un aumento de la discriminación y encontrado un sinfín de obstáculos que les impide acceder a servicios básicos y de protección. Francesco Rocca, presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), dijo: “Hoy en día, las necesidades básicas de los refugiados y migrantes venezolanos vulnerables siguen sin ser satisfechas. Muchos de ellos aún no pueden acceder a alimentos, agua y saneamiento, vivienda y primeros auxilios. Además, ahora enfrentan desafíos importantes para acceder a la atención en salud, incluidas las vacunas COVID-19, el apoyo psicosocial y los trabajos formales o informales. “Antes de la Conferencia Internacional de Donantes en Solidaridad con los Refugiados y Migrantes Venezolanos, que tendrá lugar a finales de esta semana, hacemos un llamado a los gobiernos, donantes, organizaciones internacionales y la sociedad civil para que redoblen sus esfuerzos para garantizar que ningún refugiado o migrante se quede atrás. Es necesario actuar ahora ". La situación es particularmente grave para los grupos vulnerables como los migrantes, incluidos los refugiados, sin un estatus regular reconocido, los que transitan en áreas afectadas por conflictos armados o detenidos por su condición de inmigrantes; así como para las mujeres, niñas y niños, personas mayores, la comunidad LGBTIQ y las personas con discapacidad, que están expuestas a la violencia, las barreras sociales y culturales, la exclusión económica y la xenofobia. En respuesta al movimiento masivo de población venezolana a través de las fronteras, más de 6,900 voluntarios y personal de la Cruz Roja se han movilizado en el continente americano desde 2017 y continuarán trabajando en coordinación con actores locales, nacionales e internacionales, así como con los mismos refugiados y migrantes, para garantizar que todos estén seguros y sean tratados con dignidad. El presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, dijo: “Nadie debe quedar desprotegido y solo cuando necesita ayuda. Las políticas migratorias deben estar siempre guiadas por la humanidad y la dignidad y deben estar en consonancia con las obligaciones internacionales. “Innumerables personas desaparecen a lo largo del camino de la migración, lo que genera una enorme angustia para las familias que se quedan esperando respuestas. Los Estados deben tomar todas las medidas posibles para prevenir la separación familiar y el riesgo de que los migrantes desaparezcan o mueran. Y finalmente, la detención no es una solución a los desafíos migratorios. La detención por motivos relacionados con la inmigración es un último recurso. Los niños y niñas nunca deben ser detenidos ". Los programas de migración de la Cruz Roja en América Latina y El Caribe aún requieren financiamiento y abordarán también la sostenibilidad ambiental y la adaptación y mitigación del cambio climático, ya que la crisis climática en la región también puede afectar a los migrantes. El éxodo de migrantes, incluidos refugiados, de Venezuela sigue siendo el mayor movimiento de población en la historia reciente de América Latina y uno de los mayores desplazamientos del mundo. Los 17 países incluidos en la respuesta de la Cruz Roja son: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Curazao, República Dominicana, Ecuador, Guyana, México, Panamá, Paraguay, Perú, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.

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La IFRC advierte que la única forma de ganar la carrera contra las variantes es impulsar las vacunas y las medidas de protección

Ginebra, 16 de julio de 2021 – La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) advierte que la tasa mundial de vacunación debe aumentar rápidamente y las medidas de protección deben mantenerse, si queremos ganar la carrera contra variantes más transmisibles y potencialmente más mortales. Al menos tres cuartas partes de las personas en la mayoría de los países quieren vacunarse en todo el mundo, frente a nuevas variantes emergentes, según los nuevos datos reflejados por las encuestas[1]. Sin embargo, a pesar de la elevada retórica sobre la solidaridad global, existe una brecha mortal en el plan global para distribuir equitativamente las vacunas COVID-19. Solo alrededor de una cuarta parte de la población mundial ha recibido al menos una dosis[2] de la vacuna. Este número desciende drásticamente en los países de bajos ingresos, donde solo el 1% de las personas ha recibido una dosis. Y algunos países aún no han iniciado campañas de vacunación masiva. Jagan Chapagain, Secretario General de la IFRC, dijo: “A los líderes mundiales les decimos que es hora de hacer todo lo posible para impulsar la producción de vacunas. Esto incluye una exención temporal sobre la propiedad intelectual, así como el intercambio de conocimientos y tecnología entre países. La equidad de la vacuna es clave para reducir la probabilidad de variantes y salvar vidas al limitar la propagación del virus. Esta es la única forma en que realmente podemos poner fin a esta pandemia. La Federación Internacional ya está haciendo su parte para que las vacunas lleguen a los brazos de los más vulnerables, pero en algunos países, las campañas de vacunación apenas han comenzado. Nuestros datos muestran que la gente quiere vacunarse, pero la producción y la distribución de la dosis de la vacuna deben realizarse mucho más rápido si queremos que la vacunación supere a las variantes. El número global de casos nuevos notificados la semana pasada (del 5 al 11 de julio de 2021) fue de casi tres millones, un aumento del 10% en comparación con la semana anterior[3]. Esto se debe a que la variante Delta, más transmisible, se ha identificado como la variante dominante en varios países del mundo, muchos de los cuales se han visto muy afectados en los picos más recientes*.” A medida que los casos continúan aumentando en varios lugares del mundo, la IFRC envía un fuerte recordatorio de que, a corto plazo, los mejores métodos para frenar las transmisiones siguen siendo los mismos que han sido desde el principio, incluso cuando las restricciones disminuyen en varios países. Emanuele Capobianco, director de salud y atención de la IFRC, quien ha liderado la respuesta de salud global de la organización desde el inicio de la pandemia, dijo: “Nos enfrentamos a una situación de déjá-vu. A menos que se tomen medidas para frenar la transmisión e impulsar la distribución equitativa de vacunas, corremos el riesgo de volver al punto de partida. Este virus no se ha tomado un descanso, y nosotros tampoco deberíamos hacerlo. A medida que se buscan soluciones globales, recordamos urgentemente que todos somos parte de la solución. Si tiene acceso a la vacuna, vacúnese; continúe usando su mascarilla, mantenga la distancia física y reúnase al aire libre o en espacios bien ventilados. “La circulación descontrolada del virus aumentará significativamente el riesgo de aparición de variantes nuevas y más agresivas. Este es un riesgo mortal para todos en el mundo, incluidas las personas que ya están vacunadas. La única forma de reducir este riesgo es mantener las medidas de salud pública y aumentar la cobertura de vacunación en todo el mundo”. La IFRC y las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja ya están sobre el terreno facilitando la entrega de vacunas a las comunidades vulnerables y desatendidas de todo el mundo. Continúan sin descanso tratando, cuidando y apoyando a cientos de millones de personas, como lo han hecho desde el comienzo de esta crisis. La Cruz Roja Colombiana ha apoyado la vacunación de poblaciones indígenas y de alta vulnerabilidad en la Amazonía, mientras que la Cruz Roja Chilena está apoyando la vacunación de migrantes. La Sociedad de la Cruz Roja de Seychelles ha apoyado la vacunación del 83% de la población vacunada del país, mientras que la Media Luna Roja de Comoras está ayudando a identificar y apoyar a las personas mayores más vulnerables que desean vacunarse. La Media Luna Roja de Pakistán opera la única instalación no gubernamental designada como Centro de Vacunación Masiva y en Bangladesh, la Sociedad de la Media Luna Roja de Bangladesh ha apoyado la vacunación de más del 50% de la población vacunada del país. La Cruz Roja Italiana gestiona varios centros de vacunación en el país, y la Cruz Roja Francesa ha apoyado la inmunización de alrededor de 1,5 millones, incluso a través de equipos móviles que vacunan a las personas vulnerables en sus hogares. La Cruz Roja Libanesa gestiona el centro de vacunación más grande del Líbano, con capacidad para vacunar hasta 5.000 personas por día y la Media Luna Roja de Túnez ha apoyado la recepción y atención de más de 80.000 personas que reciben su vacuna. Chapagain enfatizó que aunque estos son algunos de los días más difíciles que el mundo ha enfrentado, todos estamos juntos en esto: "Hemos visto cómo todas las partes de la sociedad se han unido para protegerse mutuamente durante esta crisis. No debemos renunciar a esto ahora. Millones de voluntarios y voluntarias de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se han puesto al lado de sus comunidades para brindar apoyo vital y acceso equitativo a una vacuna. Hemos estado allí desde el principio y lo seguiremos estando todo el tiempo que se nos necesite". Notas para la edición: * En Túnez se notifican diariamente más de 7.500 casos, casi cuatro veces más que hace un mes. También se reporta un aumento significativo de casos en Libia, Irán e Irak, una tendencia que preocupa a la IFRC por el efecto dominó que podría provocar en la región. Indonesia es el nuevo epicentro de Asia, con 54.517 casos registrados, lo que supone un aumento del 565%. En toda Europa, los casos han aumentado de manera constante durante el último mes, con fuertes aumentos registrados en las últimas dos semanas (30% y 20%, respectivamente), incluidas nuevas variantes. En muchos países se han reportado picos preocupantes de casos y muertes, pero la situación es particularmente preocupante en Europa del Este, el Cáucaso Meridional y Asia Central, ya que los sistemas de salud en esas áreas a menudo son frágiles y la mayoría de las personas aún no han sido vacunadas. África ha registrado un aumento semanal del 43% en las muertes por COVID-19. El sur de África informa sobre el número de casos nuevos con los sistemas de salud al límite de su capacidad y la disminución del suministro de oxígeno. La mayoría de los casos nuevos ahora se secuencian como la variante Delta. Todos los países de mayor preocupación han informado que menos del 5% de su población recibe al menos una dosis de vacuna. La región de las Américas continúa reportando la mayor incidencia de casos y muertes a nivel mundial, y Cuba y Colombia reportaron el mayor número relativo de casos nuevos en la última semana. Para mayor información: En Ginebra: Ann Vaessen, +41 79 405 77 50, [email protected] Tommaso Della Longa, +41 79 708 43 67, [email protected] Acerca de la IFRC La IFRC es la red humanitaria más grande del mundo, integrada por 192 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja que trabajan para salvar vidas y promover la dignidad en todo el mundo. www.ifrc.org-Facebook-Twitter-YouTube [1] El Servicio Colectivo de RCCE es una iniciativa liderada por IFRC, GOARN, UNICEF y la OMS https://www.rcce-collective.net/resource/data-synthesis-public-perceptions-of-the-covid-19-vaccinations-june-2021/ [2] https://ourworldindata.org/covid-vaccinations [3] COVID-19 Weekly Epidemiological Update - WHO

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Nuevo informe: Los migrantes se encuentran con un "muro invisible" en el acceso a la atención y las vacunas del COVID-19

Ginebra, 9 de marzo de 2021 - Un nuevo informe publicado hoy documenta un "muro invisible" que ha bloqueado el acceso de los migrantes a los servicios básicos desde el comienzo de la pandemia de COVID-19, y que ahora les impide acceder a las vacunas.El informe – ¿Confinados y excluidos? Por qué el acceso a los servicios básicos para los migrantes es fundamental para nuestra respuesta y recuperación ante el COVID-19 – se basa en la investigación realizada en todas las regiones por el recién creado Laboratorio Mundial de la Migración de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, auspiciado por la Cruz Roja Australiana y apoyado por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC) y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).Jagan Chapagain, Secretario General de la IFRC, dijo:“Nuestra investigación revela lo que llamamos un 'muro invisible' que ha bloqueado a los migrantes – en particular a los indocumentados o en situación irregular – en el acceso a los servicios básicos. Curiosamente, este muro no está construido por políticas diseñadas para excluir a los migrantes. Por el contrario, se compone de exclusiones involuntarias, así como de las consecuencias imprevistas de los esfuerzos por contener y controlar la pandemia”.El informe muestra que, si bien los cierres y otras medidas se diseñaron para controlar la propagación del COVID-19, en muchos contextos aumentaron inadvertidamente el sufrimiento de los migrantes. Como resultado de estas restricciones, muchos migrantes perdieron sus empleos y medios de vida y, por consiguiente, no pudieron satisfacer sus necesidades más básicas, lo que condujo a niveles preocupantes de inseguridad alimentaria, falta de vivienda por no poder pagar el alquiler y empeoramiento de las condiciones de salud mental.La investigación también descubrió que, incluso en situaciones en las que los migrantes habían sido incluidos en las políticas de COVID-19, su capacidad real de acceso a los servicios básicos se veía a menudo limitada. Por ejemplo, en algunos países, los migrantes no han podido acceder a las pruebas o al tratamiento de COVID-19 porque no tienen un número de identidad nacional o de seguridad social. Es probable que esto también afecte al acceso a las vacunas de COVID-19, incluso si existe la elegibilidad en la ley.En otras situaciones, los migrantes informaron de que dudaban en consultar a un médico, buscar tratamiento o, más recientemente, inscribirse en la vacunación de COVID-19 por miedo a revelar información privada que pudiera ser compartida con las autoridades de inmigración para arrestarlos, detenerlos o deportarlos. El hecho de que, en algunos países, los migrantes tengan que registrarse en línea para vacunarse contra el COVID-19 también contribuye a la exclusión, debido al limitado acceso a Internet de algunos migrantes o a sus conocimientos digitales y a las barreras lingüísticas.Jagan Chapagain, Secretario General de la IFRC, dijo:“La inclusión de los migrantes en las políticas nacionales de COVID-19 no se traduce necesariamente en un acceso inclusivo y efectivo en la práctica. No sólo es un imperativo humanitario garantizar la inclusión de todos los migrantes, independientemente de su estatus legal, en los programas nacionales de vacunación contra el COVID-19, sino que también es en interés de todos los países”. “Al virus del COVID-19 no le importa el estatus migratorio de una persona, y nosotros tampoco deberíamos preocuparnos. Si no se incluye a todo el mundo, el virus seguirá circulando y mutando, lo que podría socavar la eficacia de todos los esfuerzos de vacunación”.Garantizar la inclusión de todos los migrantes en las políticas de vacunación contra el COVID-19 y en las estrategias de implementación es fundamental para acabar con la pandemia.Para más información:Para más información sobre la investigación y para descargar el informe en varios idiomas, visite la página web del Laboratorio Mundial de la Migración.

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Lucha contra el Dengue en tiempos de COVID-19

Por Fernando Gandarillas Paraguay es el tercer país de la región con mayor incidencia en casos de Dengue. Este es el tercer año consecutivo en el que se presenta un intenso brote de la enfermedad. En 2020 se ha tenido el mayor número de casos en la historia del país (más de 220 mil casos) y hasta el momento 73 personas han fallecido. Las ciudades con mayor afectación son Asunción, Mariano, Limpio y Capiatá. La Cruz Roja Paraguaya ha venido trabajando desde inicios del año para atender la emergencia en dichas localidades. Con el apoyo de la IFRC la Sociedad Nacional implementó un proyecto de respuesta al dengue en dichas ciudades llegando a 1280 familias. Las acciones se enfocaron en generar actividades educativas para la prevención, higiene y saneamiento, así como entrega de kits de protección y de higiene. Estas actividades sufrieron serias complicaciones para su ejecución con la aparición de la COVID-19 en el país. La pandemia complicó los trabajos que la Sociedad Nacional venía desarrollando. “Debido a las restricciones de movilidad y las medidas de distanciamiento social nos vimos imposibilitados de continuar con las actividades que realizábamos en las comunidades” señala Magali Paredes, Responsable de Salud para Dengue y COVID-19 de la Cruz Roja Paraguaya. Gran parte del trabajo con la comunidad se realizaba a través de reuniones comunitarias, donde se impartían talleres y se socializaban conocimientos. Una de las labores más importantes fue la creación de brigadas comunitarias para trabajar en la prevención y respuesta del brote de la enfermedad a nivel local. Algunas de las familias que viven en las zonas afectadas trabajan en reciclaje de basura. Muchos de los accesorios reciclados son guardados por las personas en los patios de sus hogares o en lugares cercanos a donde viven. Ahí se acumula el agua lluvia y se generan criaderos de mosquitos. Debido al vínculo directo con los medios de vida de las personas, la acción del personal de la Cruz Roja estaba encaminado a informar y capacitar a miembros de la comunidad sobre cómo prevenir la propagación de las larvas del mosquito sin que la actividad económica se vea afectada. “Sentimos que siempre existió una importante participación e interés por parte de los miembros de la comunidad porque sabían que nosotros somos conscientes de esto y que queremos trabajar con ellos para encontrar soluciones” indica Magali. Por otro lado, parte del trabajo que la Cruz Roja Paraguaya vino haciendo se focalizó en 12 escuelas de las ciudades de intervención. El trabajo con niños para enseñarles sobre medidas de prevención del virus tuvo mucho impulso en un principio. Cuando se adoptaron las medidas de aislamiento los niños dejaron de ir a la escuela. Debido a estas circunstancias la Sociedad Nacional está trabajando para generar un proceso de capacitación a los profesores como agentes replicadores de conocimientos. La idea es que ellos participen de manera activa en la respuesta y atención a los niños. La Cruz Roja incluyó el componente de COVID-19 en las acciones comunitarias desde el brote del virus. La creación de las brigadas comunitarias ha sido clave para difundir información y promover acciones de prevención tanto del dengue como del nuevo Coronavirus. Además, se crearon mecanismos de vigilancia comunitaria que implica un trabajo coordinado entre los miembros de la comunidad y la Unidad de Salud Familiar local (punto de atención pública de salud en la localidad) para que las personas informen, sin miedo a ser discriminadas, si han estado en contacto con personas que han dado positivo a la COVID-19 o si han estado seriamente expuestas al virus. “Muchas veces las personas no quieren informar sobre su condición de salud, si están presentando síntomas o si han estado en contacto con personas con COVID-19 debido a que se siente observadas” dice Magali. La Cruz Roja ha trabajado como intermediadora entre la comunidad y esta entidad estatal para facilitar las condiciones que generan seguridad en los informantes. Las acciones de la Sociedad Nacional se llevaron a cabo en un momento en el que la emergencia de la COVID-19 captó totalmente la atención pública, en consecuencia, el interés público por la emergencia de dengue bajó considerablemente. En este sentido, la Sociedad Nacional trabajó desde el campo de la comunicación para mantener procesos de difusión en torno al nuevo Coronavirus y el dengue paralelamente. El trabajo que ha venido desarrollando la Cruz Roja Paraguaya se ha sostenido con la participación activa de decenas de voluntarios que han sumado esfuerzos. Uno de los resultados más importantes del proyecto ha sido lograr un trabajo conjunto con un considerable empoderamiento de las personas de las comunidades afectadas. A pesar de las complicaciones generadas por los efectos de la Pandemia, los esfuerzos por controlar el dengue deberán continuar en el margen del esfuerzo y coordinación permanente de los actores locales, gubernamentales y de organizaciones humanitarias.

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Perú: “Ser enfermero me permite compartir, conversar y conocer las necesidades de los migrantes”

Por Melissa Monzón Andrés Yares es voluntario de la Cruz Roja Peruana desde hace diecisiete años, y desde el 2019 viene apoyando como enfermero en las actividades en salud dirigida hacia la población migrante. “El 2019 empecé a trabajar en este proyecto, apoyando a las jornadas comunitarias de salud. Visitábamos muchos distritos en la periferia de Lima, donde no solo había migrantes, sino también población local con muchísima necesidad, y dábamos atención a todos”, comenta Andrés. “Para mí es importante trabajar con migrantes porque son personas que además de no estar en su país, tienen muchas necesidades sin cubrir. Muchos de ellos no tienen acceso a atenciones en salud o han tenido que dejar sus tratamientos porque una cita médica les era muy costosa.” Por la pandemia del COVID-19 el Perú mantiene sus fronteras cerradas desde el 16 de marzo hasta la fecha. Cientos de migrantes que se encontraban en ruta, no han podido salir del país. Asimismo, muchos de ellos que ya están establecidos en el país se han quedado sin fuentes de ingreso, por lo que no pueden pagar costos como el alquiler de viviendas. Un gran porcentaje de estos migrantes no tiene acceso al sistema de salud del estado peruano, y ante una situación como la del COVID-19, quedan desprotegidos incrementando los riesgos a su salud Por ello desde el 03 de abril, la Cruz Roja viene brindando atención en salud en diferentes albergues de diversos distritos de Lima, capital del Perú, que alberga aproximadamente al 80% de migrantes venezolanos que se encuentran en el país. Desde el mes de marzo las jornadas de salud comunitarias tuvieron que tomar un giro, ya que el país entró en cuarentena por más de tres meses. Por lo que Andrés, junto con el equipo del proyecto empezaron a visitar diferentes albergues donde se encontraban migrantes y solicitantes de refugio de diversas nacionalidades. “Algo que resalto mucho del trabajo, más allá de la atención médica, es el compartir, conversar con ellos, sobre sus necesidades, sus preocupaciones, y entender la manera cómo ven las cosas y también sus costumbres. En mi trabajo hablo con muchas personas, y esto me ha marcado mucho. En los albergues hemos atendido a personas de diferentes países como Venezuela, Haití, Nigeria. Es increíble ver cómo, si se desea, te puedes comunicar con el otro, conocerlo. Con las personas que no hablaban español nos comunicábamos por señas, o con la traducción del celular. Así podías hacerles sentir el calor humano, y ellos estaban muy agradecidos”, relata Andrés quien hoy trabaja dando información sobre el COVID-19 a través de la línea de WhatsApp que la Cruz Roja ha implementado en el Perú. Desde abril hasta la fecha la Cruz Roja, con el apoyo de la Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha brindado más de 500 atenciones en salud en albergues ubicados en seis distritos de Lima, Perú, así como charlas en salud, con énfasis en medidas de prevención frente al COVID-19.

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Una voluntaria sobre ruedas en la lucha contra la pandemia

Por Olivia Acosta. Gina Mejia tiene 27 años, es arquitecta de profesión y desde hace tres años es voluntaria de la Cruz Roja Mexicana en la ciudad de México, capital del país, con una población de casi nueve millones de habitantes.Según Gina, siempre ha sentido el impulso de apoyar a los que más lo necesitan: “Siempre he tenido la chispita de ayudar y en muchas ocasiones, cuando estaba trabajando como arquitecta en alguna obra, pensaba: si ocurre algún accidente, realmente no sabría cómo actuar para socorrer al accidentado”. Y así fue cómo decidió entrar en Cruz Roja y comenzar a formarse en primeros auxilios. Incluso ha impartido cursos en su empresa y siempre sensibiliza a sus compañeros y amigos sobre su importancia. Más tarde ingresó en el programa “Voluntarios sobre Ruedas”, una labor solidaria que ejerce junto con otros 20 compañeros voluntarios recorriendo en moto toda la ciudad. “Yo tengo mi propia moto y el programa consiste ir por distintas zonas de la ciudad, junto con otros voluntarios, para apoyar a las personas que más lo necesitan. Por ejemplo, repartimos pan y café en los hospitales y barrios marginales, o hacemos distribución de juguetes para niños de familias sin recursos”.Con la llegada de la pandemia de COVID-19 todo cambió, incluso el programa de “Voluntarios sobre Ruedas” en el que participa Gina: “En Cruz Roja rápidamente detectamos la necesidad de ofrecer información y medidas de protección a la población, sobre todo a las personas con pocos recursos que pasan mucho tiempo en la calle, como ejemplo los vendedores ambulantes de alimentos”. Y así fue como tanto ella como sus compañeros comenzaron a recorrer la ciudad en sus motos, esta vez para tomar la temperatura en los mercados, distribuir mascarillas (o cubrebocas como dicen en México), geles hidroalcohólicos, y ofrecer información veraz y consejos sobre cómo protegerse contra el virus.Al principio muchas personas no llevaban mascarilla porque realmente no sabían lo importante que era para protegerse contra la pandemia. Según Gina: “Nos dimos cuenta que hacía falta hacer mucha labor de sensibilización para explicar a la población la importancia de protegerse contra el COVID-19 y ofrecer medidas de protección. La Cruz Roja Mexicana es una organización de referencia en el país y notamos que si éramos nosotros quienes les aconsejábamos llevar mascarilla o respetar las distancias, nos hacían caso”, cuenta orgullosa.Los voluntarios y voluntarias de la Cruz Roja Mexicana se protegen con todas las medidas de protección para ejercer su labor con seguridad. Y además saben dónde ir para ayudar a los que más lo necesitan. Además de zonas con mucha aglomeración de gente como hospitales o mercados, uno de los puntos de su ruta es la Glorieta de Insurgentes. Allí hay palapas que ofrecen acceso a wifi y es una zona donde se congregan muchas personas con pocos recursos, lo que supone mucho riesgo de contagio. Muchas de estas personas viven en la calle. Según Gina: “Es muy grato ver cómo las personas sin hogar se acercan a nosotros para pedirnos mascarillas y preguntarnos sobre cómo protegerse contra la pandemia. Muchos de ellos nos piden más de una, porque al principio había escasez y además ellos no pueden comprarlas, y se muestran muy agradecidos cuando se las entregamos y pueden ponerse las mascarillas”.“Para mi poder ayudar en estos momentos, aunque parezca poca cosa, es muy importante, y ahora sé que la labor de los voluntarios de Cruz Roja es fundamental en una situación como esta”, concluye Gina. Según ella, ahora más que nunca, tiene claro que se quedará en Cruz Roja para siempre.

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México: aumentan los casos de violencia y ataques contra el personal de salud en el contexto de la pandemia de COVID-19

Por Fernando Gandarillas.En México, los paramédicos de la Cruz Roja están acostumbrados a atender casos de violencia. Sin embargo, desde el comienzo de la pandemia de COVID-19, el personal de salud se enfrenta cada vez más a ataques personales.“A veces nos ha tocado atender personas heridas de bala. Tenemos que aprender a manejarnos en este contexto porque son situaciones de mucha tensión donde la gente se pone muy agresiva. Nunca me han apuntado con una pistola, pero si he sido atacado”, indica Alejandro, paramédico de 21 años perteneciente a la delegación de Huixquilucan de la Cruz Roja Mexicana. "Los efectos de la pandemia han hecho que el trabajo se vuelva más difícil. La gente está desesperada. El encierro y el hecho de que las personas se están contagiando está creando muchísimo malestar”, explica.Hace unos meses Alejandro tuvo que enfrentar un incidente atendiendo a un paciente de más de 60 años que tenía COVID-19. “Cuando llegamos a su domicilio, la persona se encontraba en estado crítico, tenía complicaciones severas de respiración. Además, sus síntomas evidenciaban otras afectaciones de salud que había venido arrastrando desde semanas atrás, lo cual empeoraba su condición”. Debido al estado de este hombre, Alejandro sugirió a sus familiares movilizar al paciente al hospital más cercano. Ellos se resistieron y empezaron a molestarse, querían que se lo lleve a un hospital que conocían pero que estaba ubicado mucho más lejos. Finalmente accedieron a que se lo traslade al hospital más cercano. En el trayecto, el paciente falleció a pesar de todos los esfuerzos realizados por el personal paramédico para mantenerlo estable. Al llegar al hospital los familiares se percataron del hecho y estallaron en ira. Agredieron a Alejandro y a otro médico del hospital alegando que murió por culpa de ellos. “Los ataques al personal médico se está convirtiendo en algo muy común. Con la pandemia de COVID-19, la situación se está poniendo peor”, explica Alejandro.El aislamiento social es otra de las realidades con las que tienen que bregar los paramédicos. Muchos deben alejarse de sus familias. “Lo estamos manejando. Sin embargo, es duro no poder ver a tus seres queridos y estar alejado de tus amigos. La demanda del trabajo y el asilamiento me costó incluso mi relación de pareja”, comenta Alejandro. La Cruz Roja Mexicana ha invertido un gran esfuerzo para dar soporte emocional a personas como Alejandro que deben trabajar directamente en las calles y zonas donde el virus está atacando. Además, la Sociedad Nacional ha trabajado duro para capacitar a su personal en acceso seguro y manejo de protocolos de bioseguridad. “Nosotros no vamos a parar, vamos a seguir trabajando para ayudar, pero si vamos a hacerlo de manera más segura”, afirma.La noche se empieza a poner, y Alejandro se dirige al hostal en donde se encuentra hospedado como medida preventiva para no estar en contacto físico con sus familiares. Ha finalizado su turno de 24 horas y ahora le corresponden dos días de descanso, los cuales aprovechará para estudiar. Sigue una carrera de aeronáutica y debe dedicarle la gran parte de su tiempo libre. “Me gusta mantenerme ocupado, no me gusta lo fácil”, afirma. Su vocación como paramédico viene por herencia. Sus padres también han estado vinculados al Movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja desde hace muchos años. Frente a lo difícil de la situación, él se mantiene con actitud positiva. A pesar de las complicaciones, Alejandro está determinado a seguir dando lo mejor de sí para enfrentar la pandemia. “Hago mi trabajo con amor y pasión. Es normal tener miedo en las actuales circunstancias, pero me llena de vida hacer lo que hago. Es muy padre poder ayudar a la gente”.

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Luchando en los aviones contra la COVID-19

Por Fernando Gandarillas.Cristian es voluntario de la Cruz Roja Chilena y es especialista en apoyo psicosocial. Junto a otros voluntarios médicos y psicólogos, viene realizando desde abril acciones de apoyo psicosocial a pasajeros en vuelos nacionales. Hasta el momento se ha llegado a cerca 1.000 personas en 15 viajes cubiertos por una alianza establecida con la empresa privada en Chile. “La combinación de pandemia y vuelo aéreo puede ser intimidadora para una persona. La gente se pone muy nerviosa”, dice Cristian.El está en el pasillo dando una charla de apoyo psicosocial a los pasajeros. Al finalizar la charla un compañero le hace señas desde el otro lado del pasillo para que se acerque a conversar con una mujer adulta mayor que se encuentra en estado de pánico. Minutos antes, los voluntarios médicos de la Cruz Roja estaban realizando demostraciones prácticas sobre el uso de mascarillas y adecuado lavado de manos. Cuando uno de los voluntarios se había acercado a la mujer vio que tenía lesiones en las manos, esto le llamó la atención. Al dirigirse a ella se percató de que estaba atravesando un cuadro de estrés agudo. Esperó a que Cristian terminara su charla y lo llamó.Cristian empieza a conversar con ella creando un vínculo de confianza. La mujer está regresando a Santiago de Chile después de haber acudido a un velorio familiar en Iquique. Durante esos días se había lavado las manos con cloro creyendo, erróneamente, que este era un método adecuado para prevenir el contagio de la COVID-19. Le cuenta a Cristian toda esta historia una y otra vez mientras se consume de nervios por el miedo de contagiarse en el avión y llevar el virus a su casa.Son las diez de la noche y el vuelo está a punto de llegar a Santiago. Cristian se aleja de la mujer a quien vino dando contención emocional en el trayecto y se ubica en su asiento para prepararse para el aterrizaje. Ha sido un día largo para los voluntarios. A las 6 de la mañana ya estaban en el Aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago para brindar soporte a la tripulación y pasajeros que viajaban en el vuelo de ida desde la capital a Iquique. “Las personas que salen de la capital a las diferentes regiones suelen presentar importantes niveles de ansiedad. Pero son aquellos que viajan desde ciudades o pueblos pequeños del país a Santiago quienes enfrentan mayores niveles de miedo, porque saben que ahí es donde está la mayor concentración de casos. Muchas de estas personas tienen que viajar a capital necesariamente, ya que deben hacerse tratamientos de salud”, señala Cristian.Chile es uno de los países de la región más afectado por la COVID-19. En respuesta, la Cruz Roja Chilena ha venido trabajando en acciones de sensibilización a la ciudadanía sobre medidas de prevención de la enfermedad, apoyo psicosocial y entrega de accesorios para protección personal en distintas ciudades del país. Se han coordinado acciones con el sector privado para fortalecer este trabajo y parte de esta coordinación ha consistido en el soporte que los voluntarios de la Sociedad Nacional han estado dando en vuelos comerciales al interior de Chile.El avión aterriza y Cristian, junto a sus compañeros, espera a que salgan todos los pasajeros. “Aprendí mucho sobre medidas de prevención en este vuelo, y sobre todo me sentí acompañada. Me encantaron las técnicas de descarga emocional que nos enseñaron”, indica una de las pasajeras. Antes de bajar del avión, los voluntarios de la Cruz Roja realizan una pequeña reunión para escuchar las observaciones del capitán y tripulación. “Desde que entramos al avión ellos nos acogen y nos hacen parte de su equipo”, menciona Cristian.Con la satisfacción de haber ayudado un día más en las labores de lucha contra la pandemia, Cristian cruza la pista de vuelo para dirigirse a los controles aeroportuarios. “Desde lo personal creo que esta es una manera de cumplir con nuestra misión humanitaria. Y para mí es una forma de agradecerle a la vida”.

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El Salvador: sobreviviendo en medio del COVID-19 y las inundaciones

Sandra no podía conciliar el sueño. Era la noche del 31 de mayo, el agua caía por toneladas del cielo y el viento parecía quebrar la estructura de las paredes de su casa. La Tormenta Amanda se impuso en la comunidad La Anona de San Luis La Herradura en el departamento de La Paz. Esa misma noche el caudal del Rio Comapa reventó y cubrió con agua y lodo los poblados aledaños. Entre las casas afectadas estuvo la de Sandra y su familia. “Esa misma noche tuvimos que salir en búsqueda de refugio”, comenta. “El agua se metió a la casa e inundó todo”.Al día siguiente ella, al igual que miles de familias en todo el país, se ubicó en una escuela cercana que fue utilizada como albergue temporal. Al momento existen 152 albergues abiertos por el Gobierno Nacional con cerca de 5.400 albergados.Sandra ya salió de este centro de resguardo y ha regresado a su tierra. Su casa y condiciones de vida están afectadas y se enfrenta a una situación sanitaria compleja. Dichas condiciones la hacen vulnerable en medio de un escenario marcado por el brote del COVID-19. “De por si estábamos muy complicados con la pandemia. Muchos vecinos que viven de la venta ambulante no podían salir a vender”, comenta mientras espera su turno para recibir kits de alimentos entregados por la Cruz Roja Salvadoreña en su comunidad. “Con la tormenta esto se ha empeorado. Las tierras agrícolas ya no han podido ser trabajadas y todo lo que teníamos ahí se perdió. Se perdieron sembríos, se perdieron animales y no tenemos ingresos”.Desde el inicio de las inundaciones la Cruz Roja inició con labores de rescate y entrega de ayuda humanitaria. Al momento la Sociedad Nacional trabaja directamente con 30 albergues del país y 5 centros de resguardo en donde ha entregado kits de higiene y de aseo, así como colchones y frazadas. También está trabajando en comunidades que se encuentran fuertemente afectadas. En estas actividades han participado más de mil voluntarios que se han movilizado a 10 departamentos del país desde la sede central y diferentes filiales de la Sociedad Nacional. Sin embargo, el cierre de carreteras por deslaves ha complicado la movilización del personal de la Cruz Roja al interior de El Salvador.Al momento las lluvias han disminuido en el país, pero lo más fuerte está por venirse. Existen miles de familias que han perdido sus hogares y otras que están regresando a sus casas expuestas a riesgos por deslaves y con condiciones complicadas de salubridad. “Muchas personas de la comunidad están con gripe y fiebre, y están teniendo que irse a los centros de salud para hacerse la prueba (de la COVID-19).”, señala Sandra”. “Los mosquitos están por todos lados y tenemos miedo de que nos de dengue”, añade. Con el bajar de las aguas el riesgo de brotes de enfermedades empieza a incrementarse y surge la necesidad de brindar soporte alimenticio, apoyo psicosocial, provisión de agua y saneamiento, entre otras necesidades surgidas en las personas afectadas. La Cruz Roja Salvadoreña está formulando un proyecto para poder brindar apoyo en algunas de estas áreas. “Con este proyecto se pretende trabajar con tres comunidades del departamento de La Libertad apoyando en algunas de estas áreas de acción”, indica Valle.La intensidad de los efectos generados por la tormenta ha cobrado treinta vidas. Sin embargo, este fue el primer golpe dado por la emergencia. El trabajo de recuperación implica un gran esfuerzo para apoyar a estas poblaciones que se han visto afectadas por los efectos generados por la pandemia de la COVID-19 y las inundaciones.“Esta es la primera vez que tenemos que enfrentarnos a una emergencia de estas características, pero ahí estaremos”, afirma Valle.

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Una intensa labor humanitaria junto a comunidades vulnerables del norte de Argentina

La noche anuncia su llegada, y el calor se aferra a la arena en los últimos minutos que le quedan. Y mientras el ocaso se posiciona detrás del campamento base, un cacique wichi, su esposa y sus hijos conversan relajados con un par de voluntarios y voluntarias de la Cruz Roja que ya terminaron su jornada y se sientan a disfrutar del momento. El hombre les cuenta sobre su vida y como eran esas tierras hace décadas atrás. Una zona de contrastes desérticos y un eterno vaivén de calores secos y fríos medulares siempre acompañados del viento. La comunidad Wichi, al igual que los Toba, Chorote y otras etnias de la región, han sido los eternos moradores de la provincia de Salta. En este lugar el agua siempre ha sido una preocupación, pero en los últimos años la situación se ha tornado crítica.A inicios del 2020, el Gobierno Provincial declaró el estado de emergencia socio sanitaria. La desnutrición cobró la vida de 8 niños, y el desabastecimiento del líquido vital implicó serias complicaciones higiénicas. Acorde a un estudio realizado en febrero por el Observatorio Humanitario de Cruz Roja Argentina, el 90% de las poblaciones Wichi que habitan en la zona se encuentran en una situación nutricional por debajo de lo normal, y el 84% de los niños tuvieron diarrea en el último mes.La Cruz Roja Argentina ha venido trabajando en este territorio desde algunos años atrás. Ha sido un trabajo sostenido que ha generado un fuerte vínculo con los miembros de la comunidad. “Desde hace años nos vienen acompañando” Comenta Joaquín, Cacique de la Comunidad Quebracho Blanco “Ya son personas conocidas. Ahora falta que más personas vengan a trabajar aquí”. A inicios de este año la Sociedad Nacional, con el apoyo de la IFRC, montó un campamento base con el que se llega a más de 38 comunidades. Fundamentalmente, se ha brindado atención primaria en salud y se han realizado labores en agua y saneamiento.En este campamento base se ha instalado una planta de potabilización de agua con una capacidad de 60.000 litros diarios donada por la Cruz Roja Española. Esto ha ayudado de manera significativa a la población. “Han mejorado los signos de salud, se nota que las personas están mayormente hidratadas” indica Merina Moreno, voluntaria que apoya en la línea de salud en la zona y quien ha estado vinculada en procesos de atención primaria desde hace meses en Salta. Además, se ha hecho la entrega de filtros comunitarios, bidones y 556 filtros familiares en 17 comunidades de la zona.El trabajo ha requerido un enorme esfuerzo, más aún con las complicaciones generadas por los efectos de la Pandemia de la COVID-19. Debido a las medidas de aislamiento decretadas, la movilización de equipos dentro del país, y traída de insumos requeridos desde el exterior, debieron tomar más tiempo, implicaron retrasos en el proyecto y aumentaron costos. Algo similar está ocurriendo con la movilización de voluntarios y voluntarias.  “Las distancias son enormes, por ejemplo, mover un voluntario o voluntaria desde Buenos Aires al campamento, implica más de 20 horas de viaje. En consecuencia, la planificación operativa tuvo que ajustarse a estos tiempos dado que implica 4 días de viaje, 2 de ida y 2 de vuelta” Indica Abel Martínez, Director de Respuesta a Emergencias de la Cruz Roja Argentina. “Por cuestiones especialmente de salud mental, los voluntarios y voluntarias deben estar en el campamento por un máximo de 15 días y de ahí ser relevados”.Sin embargo, el optimismo y las ganas de ayudar son más fuertes que las complicaciones enfrentadas. Los voluntarios y voluntarias de la Sociedad Nacional encuentran en esta actividad gratificación al conectarse con las personas de esta zona.La noche termina de ponerse, y entre el cálido viento que se escurre en el desierto se esparcen los relatos del cacique. Los voluntarios y voluntarias lo escuchan atentos y con un profundo sentimiento de satisfacción. Saben que ha sido un día más de acciones positivas en la comunidad, y que mañana continuarán aportando y aprendiendo en una de las zonas más olvidadas del país, junto a personas que los reciben con calidez y dispuestos a trabajar por un cambio en sus localidades.

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Valorar más allá de lo material, valorar a quien tienes al lado

De profesión, Dora es docente de nivel inicial, y William informático a nivel técnico. Ambos se conocieron hace treinta y dos años en su querida Venezuela. Fueron amigos durante mucho tiempo, antes de convertirse en compañeros de vida, como les gusta llamarse. Tienen ya dos años de relación, el mismo tiempo que llevan viviendo en Lima, la capital del Perú. Hace dos años decidieron migrar hacia este país, en búsqueda de una mejor calidad de vida y para juntos, emprender proyectos que tienen planeados a largo plazo.“Salimos de Barquisimeto, estado Lara, y nos trasladamos hasta Táchira, para poder cruzar el puente Simón Bolívar. Luego del proceso de registro, que fue cinco horas aproximadamente, ingresamos a Colombia. De ahí tomamos un bus desde Cúcuta a Rumichaca. En Ecuador tomamos una minivan para Quitumbes, ahí el cambio de clima fue fuerte, mucho frío. De ahí nos tomó doce horas para llegar a la frontera con Perú, y entrar por el CEBAF en Tumbes. Ya ahí tomamos un bus a Lima”. Así nos relatan el trayecto de seis días que tuvieron que emprender por tierra para poder llegar hasta su lugar de destino. En este trayecto fueron víctimas de robo tres veces. Es así como llegaron a Lima sin dinero, sin teléfono, y sin manera de comunicarse con sus familias en el trayecto.Cuando salieron a buscar empleo, conocieron a los dueños del edificio donde ahora viven, quienes al inicio les dieron la oportunidad de quedarse en un pequeño local en el sótano, sin cobrarles nada en ese periodo. Ellos consideran que, gracias a estas personas y a su generosa ayuda, tuvieron la oportunidad para emprender, y para poder costear el alquiler y los gastos y servicios básicos del departamento que ocupan hoy.“La primera odisea de empleo no fue nada fácil, la vida del migrante es bastante dura en cualquier país” nos comenta William. En estos dos años, entre él y Dora han tenido varios trabajos, siempre temporales, y también periodos de desempleo. El primer trabajo de Dora fue en una zapatería en un mercado, y el de William en un restaurante donde hacía todas las labores, y donde pasaba casi todo el día “El horario era bastante fuerte. Yo salía de aquí a las 9 de la mañana y regresaba 2 o 3 de la mañana del día siguiente”, relata.Tanto para Dora como para William los meses de enero a marzo, son los más difíciles, pues es donde usualmente falta el trabajo, y porque muchos de los contratos son hasta el mes de diciembre. El año pasado decidieron hacer diferentes cosas para generar ingresos en esta época, y juntos se pusieron a trabajar con manualidades, y también con repostería. “También hicimos sopa, pero esta no la vendimos, se la llevamos a los vecinos para que prueben nuestra comida”, cuenta Dora. Luego, juntos, trabajaron en un colegio haciendo la renovación del mobiliario del área de educación inicial. Lograron terminar este trabajo con mucho esfuerzo, y entregarlo a tiempo antes del inicio de clases, las cuales fueron suspendidas tres semanas después, debido al COVID-19.Dora y William llevan más de dos meses acatando el aislamiento obligatorio que decretó el gobierno peruano como una medida de respuesta a la emergencia por COVID-19. “La cuarentena no ha sido fácil a nivel económico porque no producimos, no tenemos un ingreso; pero a nivel de convivencia, ha sido muy grato, porque desde que llegamos al país lo único que hemos hecho ha sido trabajar todo el tiempo. Aquí las jornadas son de más de ocho horas, más el tiempo de traslado que toma llegar a tu trabajo, estás todo el día en la calle. Ahora, este tiempo de aislamiento nos ha ayudado a compenetrarnos como pareja, y también nos ha ayudado a valorar a la persona que tienes al lado antes de lo material, y a colaborar dentro de tus posibilidades con los que están en tu entorno”, reflexiona Dora. También nos comenta que este tiempo les está sirviendo para prepararse en diferentes cosas, y se han abocado a seguir cuantos cursos, talleres, y conferencias encuentren a su paso.Pero no generar ingresos, incrementaba la presión y preocupación por el mañana. “La ayuda de la Cruz Roja nos llegó caída del cielo, porque ese día se nos terminaba la comida, teníamos una semana a pan y agua, y esto ha sido una bendición. Si no hubiese sido por esa ayuda, imagínese cómo estuviésemos ahorita”, agrega Dora.Dora y William forman parte del programa de transferencia monetaria de la Cruz Roja, implementada con apoyo de la Unión Europea. Este programa entrega una tarjeta a familias vulnerables, para que puedan gastar en lo que más necesiten en estos momentos.“El mismo día que nos entregan la tarjeta, una vecina que tiene una bebé pequeña se quedó sin leche, sin nada, y bueno, así también pudimos tenderle una mano, ayudarla.”, nos dice Dora, mostrando ser un ejemplo de solidaridad aún en tiempos de emergencia.

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Respuesta al COVID-19 en un país de dimensiones continentales

"Durante este período de miedo y angustia en todo el mundo, en el que la mayoría de la población está en casa, nosotros elegimos cuidar de los demás, por amor” dice Joice Batista, enfermero de la Cruz Roja Brasileña que, junto a más de 2.800 voluntarios y técnicos de esta Sociedad Nacional, se dedica de lleno a la noble labor de salvar vidas en tiempos de la COVID-19.Brasil es uno de los países del continente americano mayormente afectado por el brote del virus. Esta situación demanda grandes esfuerzos para dar soporte al sistema nacional de salud y apoyar a las poblaciones que se encuentran en mayor condición de vulnerabilidad.La Cruz Roja Brasileña, a través de sus 21 filiales, está brindando ayuda especialmente en la entrega de kits de higiene y aseo, así como apoyo psicosocial. Acciones con las cuales se ha llegado a más de 133 mil personas en el país, abarcando principalmente a 11 estados entre los que se encuentran Sao Paulo, Ceará, Rio de Janeiro, Amazonas, y otros fuertemente afectados por el brote. El trabajo se ha realizado visitando localidades afectadas y asistiendo al personal de la salud. Se han entregado kits de alimentos y comida a personas en situación vulnerable de 15 ciudades, y se han donado artículos de higiene a profesionales de clínicas y hospitales públicos. “Esta es una importante contribución. Es lo que necesitamos, protección a los profesionales de la salud para que a su vez nosotros podamos atender a la población enferma” dice Maria Liduína Jales, una trabajadora de la salud de uno de los hospitales a los que la Cruz Roja ha entregado materiales.La Sociedad Nacional ha implicado mucho esfuerzo para poder gestionar la distribución de este tipo de insumos. Al momento, cientos de voluntarios están ayudando con la producción de 35 mil kits de higiene adicionales que serán distribuidos en los siguientes días. Además, la Cruz Roja está manejando 4 hospitales y 2 clínicas en Brasil.Este trabajo ha requerido una importante gestión especialmente para la movilización de recursos. “Este es un país de dimensiones continentales, y como entidad auxiliar de los poderes públicos nos hemos movido con todo para poder llegar de manera eficiente a las poblaciones en mayor condición de vulnerabilidad” indica Julio Cals, Presidente de la Sociedad Nacional. “Hemos hecho alianzas con varias empresas y organizaciones, y hemos potenciado nuestra comunicación con las comunidades, voluntarios y colaboradores” Agrega.La Pandemia por la COVID-19 ha generado elevados niveles de estrés y afectación emocional en las personas. Por ello, la Cruz Roja Brasileña emprende un importante trabajo en apoyo psicosocial especialmente en los Estados de Río de Janeiro, Amazonas, Distrito Federal, Mato Grosso del Sur, Paraná y Río Grande del Sur. Voluntarios de la Sociedad Nacional realizan visitas domiciliarias para brindar atención en las localidades, y también se habilitó un servicio de teleasistencia. En este mismo sentido, existe un importante esfuerzo para proteger la salud mental de los voluntarios de la Sociedad Nacional. Se han creado espacios de soporte emocional para el personal de la Cruz Roja y también está abierto el servicio de teleasistencia.La activación de la Sociedad Nacional, y el trabajo que se está realizando en terreno, es posible gracias al apoyo incondicional de miles de voluntarios que han decidido entregar lo mejor de sí para ayudar a otras personas. “Me siento agradecido de hacer el bien a los demás y a la comunidad” dice Joice “Esta labor me genera una sensación natural de satisfacción y gratificación personal, incluso con el miedo”.

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La Cruz Roja insta a los gobiernos y a las personas a prepararse antes de la temporada de huracanes ya que el COVID-19 podría retrasar la asistencia

La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) se está preparando para la Temporada de Huracanes 2020 en las regiones del Atlántico y el Pacífico, mientras la segunda tormenta de la temporada cruza el norte del Caribe.Walter Cotte, Director Regional de IFRC para las Américas, dijo que la predicción de la temporada de huracanes 2020 está por encima de un año normal, con 13 a 19 tormentas con nombre y a esto se suma la pandemia de COVID-19, que es motivo de preocupación.“Aunque estamos enfocados en abordar COVID-19, también debemos pensar en prepararnos para la temporada de huracanes. Uno de los principales desafíos será la logística, ya que las medidas de salud pública para evitar la propagación de COVID-19 han provocado el cierre de fronteras y restricciones de movimiento.”Las organizaciones de la Cruz Roja de América Latina y el Caribe están compartiendo mensajes de preparación, instando a las personas a tener alimentos, agua y otros artículos esenciales a  mano, ya que la ayuda puede tardar más tiempo en llegar. La Cruz Roja también alienta a los gobiernos a apoyar los esfuerzos humanitarios.“Utilizando la diplomacia humanitaria estamos trabajando con los gobiernos, abogando por la flexibilidad en el marco regulatorio para permitir el acceso y el movimiento de bienes humanitarios para garantizar el acceso en caso de desastre en la región”, dijo Cotte.“Además, para intentar mitigar los impactos de un huracán y las inundaciones y deslizamientos de tierra asociados, hemos posicionado previamente alrededor de 200 toneladas de suministros de emergencia en áreas clave de toda la región.”Esta semana, durante una reunión de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja se está planificando la temporada de huracanes. Las estrategias están cambiando para reflejar la realidad de COVID-19, por ejemplo, en Trinidad y Tobago, se están organizando capacitaciones en línea con voluntarios del equipo comunitario de respuesta a emergencias y administradores de refugios. Cientos de voluntarios de la Cruz Roja se están movilizando en toda la región para compartir mensajes de alerta temprana, ayudar a las comunidades a prepararse y apoyar después del desastre donde sea necesario. La acción temprana y la preparación efectiva pueden salvar vidas y medios de vida.América Latina y el Caribe son las regiones del mundo más propensas a los desastres. IFRC aboga por medidas de adaptación al cambio climático para mitigar el impacto humanitario de estos desastres, especialmente en las poblaciones urbanas.

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Cruz Roja Colombiana apoya a miles de migrantes durante la pandemia de COVID-19

En pleno Parque del Agua de Bucaramanga, Santander, es posible mirar durante jornadas médicas a personal de la Cruz Roja Colombiana brindando atención primaria de salud a personas migrantes. Familias enteras acuden aquí para poder ser atendidos. Mientras esperan su turno, con un distanciamiento de metro y medio uno de otros, reciben material y consejos de voluntarios de la Sociedad Nacional sobre que es el COVID-19 y como prevenirlo. Esta es una de las múltiples actividades que la Cruz Roja está realizando para atender a personas en situación de movilidad humana, una de las poblaciones más afectadas por la COVID-19. En Colombia, decenas de miles de migrantes (especialmente de nacionalidad venezolana) decidieron regresar a sus países de origen para enfrentar la crisis. Desde el cierre de fronteras, cerca de 60.000 venezolanos se han movilizado en el interior de Colombia. “El escenario migratorio se ha complicado mucho”, comenta Marilyn Bonfante, Directora de la Unidad de Desarrollo Social y Humanitario de la Cruz Roja Colombiana. “Se ha generado un aumento de necesidades básicas insatisfechas entre los migrantes, y existe un retroceso en procesos de inclusión social y económica en las que se había avanzado notablemente previo a la pandemia”. Además, Bonfante establece que las actuales condiciones de movilidad son de alto riesgo. “Se ha detectado reclutamiento irregular de migrantes y existen riesgos asociados al paso de frontera por rutas informales, especialmente en Ipiales y Nariño con flujos promedios de 250 personas por día”. A pesar de lo complicado de realizar labores humanitarias en plena pandemia, los voluntarios de la Cruz Roja Colombiana han respondido con mucha positividad a esta realidad. La Sociedad Nacional tiene activas las líneas de atención primaria en salud, apoyo psicosocial, protección, asistencia humanitaria y distribución de agua. Y al igual que otras sociedades nacionales de la región y el mundo, ha tenido que adaptarse a trabajar en un contexto sin precedentes. Con el intenso trabajo llevado a cabo, especialmente en departamentos fronterizos, se ha llegado a cerca de 40.000 migrantes. La Cruz Roja brinda atención primaria en salud con la utilización de unidades móviles, puntos fijos y realización de jornadas en espacios públicos. De igual forma, se tiene abierta una línea telefónica y otra de WhatsApp para orientación médica y apoyo psicosocial. También, se han creado espacios de protección orientados a niños y familias que han requerido de apoyo emocional. En estos espacios se generan acciones lúdicas y se promueve sensibilización sobre la enfermedad y formas de prevención. Además, para brindar ayuda en la provisión de artículos de primera necesidad, se ha realizado la entrega de kits alimentarios y entrega de bonos con sistema “cash transfer” a cerca de 30.000 personas. Dadas las condiciones de la pandemia, se ha dado un especial énfasis en la protección del voluntariado que se encuentra realizando acciones de primera línea. La Sociedad Nacional ha puesto a disposición de su personal y familiares una línea de teleasistencia. Además, ha generado espacios con sus 29 seccionales para brindar soporte en salud mental y bienestar del voluntariado. Esta acción ha sido muy efectiva a través de enlaces virtuales con los que se ha llegado hasta el momento a 287 miembros. En las últimas semanas la Cruz Roja Colombiana ha estado trabajando en la preparación de sus voluntarios y personal técnico para fortalecer la respuesta en terreno e incrementar la seguridad de los voluntarios durante el desarrollo de sus labores.

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“No solo aliviamos con medicamentos, sino también con saber escucharlos”

“La medicina ha sido mi pasión desde que estaba en el colegio” comenta Damarys Solano vía telefónica, mientras se alista para salir. Hoy irá a prestar atención médica a un albergue en la ciudad de Tumbes, donde varios migrantes se encuentran cumpliendo con el aislamiento obligatorio que se ha dispuesto en Perú debido a la emergencia por COVID-19.Damarys nació en Tumbes, una ciudad al norte del Perú, que comparte frontera con Ecuador, y desde temprana edad se dio cuenta de que había muchas personas que tenían limitaciones para acceder a los servicios de salud, y quería hacer algo por ayudarlos, es así que decidió estudiar medicina. Cursó sus estudios universitarios en Cuba, y estando en la universidad formó parte de la Brigada Estudiantil de Salud, para ayudar a las personas que no tenían un acceso fácil al sistema de salud. Y esa pasión la sigue acompañando el día de hoy.La Dra. Solano trabaja en Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) desde setiembre del 2018, en el Puesto de Atención de la Cruz Roja en el Centro Binacional de Atención en Frontera – CEBAF, en la frontera con Ecuador, colocado en respuesta al incremento en el número de migrantes que ingresaban al país.“La necesidad de los migrantes cada vez era mayor, tenía que pensar a diario en que métodos usar para no solo aliviar con medicamentos sus dolencias, sino también emocionalmente, porque a veces con solo escucharlos se quitaban sus dolencias. Para ellos, viajar como caminantes era muy fuerte, pero han sido valientes”, comenta la Dra. Solano, para quien prestar ayuda a quien lo necesite, sin importar nacionalidad, raza, religión, condición social ni credo político, es uno de los principios de su trabajo, principio que comparte con IFRC y que fue una de las cosas por la que decidió trabajar aquí.Ella recuerda de manera agridulce las diferentes personas que ha visto pasar por el CEBAF, como pacientes adultos mayores que habían realizado su recorrido a pie con la esperanza de encontrarse con su familia en el Perú, o a madres que viajaban solas y que habían tenido a sus bebés poco antes, en alguno de los países de tránsito. “El principio de humanidad de la IFRC es algo que uno vive y aplica en el día a día de su trabajo, con sus pacientes, eso marca una gran diferencia.”, agrega Damarys.El contexto migratorio fue cambiando con el tiempo, si bien seguían pasando migrantes por el CEBAF, cada vez se incrementaba el número de personas que se quedaban en la ciudad. El puesto de atención en el CEBAF no era suficiente para poder atender las necesidades de salud de la población vulnerable, y es así como se empezaron a implementar las Jornadas de Salud Comunitarias. Damarys recuerda con gran satisfacción la gran participación que se tuvo por parte de la población, tanto migrante como local, en estas jornadas, que llevaron atención médica a más de 650 pacientes.Hoy, en el contexto del COVID-19, muchos de los migrantes que se encontraban a la espera de una respuesta en el CEBAF han sido trasladados a albergues. Eso no significa que Damarys descanse; ella, junto con el resto del equipo del Puesto de Atención, continúan trabajando, visitando los albergues, brindando atención en salud y tratamiento, asegurándose de que estén bien, y vigilando y monitoreando su situación.“Siento que toda esta experiencia ha reforzado mi sentimiento por la medicina, ya que a veces crees que te sientas en un escritorio a brindar recetas a quienes manifiesten dolencias y no es así; es aliviar con el arte de curar a quienes necesitan de nosotros. A valorar la vida, darles esperanza de que no todo está perdido.”, concluye Damarys.

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La importancia de una buena comunicación en tiempos del COVID-19

[et_pb_section bb_built="1"][et_pb_row][et_pb_column type="4_4"][et_pb_text _builder_version="3.7"]La información salva vidas; y en el contexto de la pandemia por COVID-19, donde se ha producido un exceso de información y rumores falsos, la Cruz Roja Boliviana ha venido desarrollando diferentes acciones para combatir la desinformación, y llegar con mensajes claros a toda la población.En tiempos de aislamiento, las redes sociales se convierten en un gran medio para seguir cerca de las personas, y poder llevarles información relevante y confiable. La Cruz Roja Boliviana ha desarrollado una estrategia digital que incluye mensajes presentados de forma didáctica, y videos donde voluntarios brindan consejos sobre diferentes temas cómo nuevas formas de saludar, cómo usar y deshacerse de las mascarillas, cómo lavarse las manos, entre otros.Esta estrategia también incluye una serie de sesiones transmitidas por Facebook Live, las cuales han tenido una gran acogida, ya que no solo son un espacio para brindar información, sino también para escuchar a la población, y poder atender y responder sus interrogantes. La primera transmisión fue Mitos y verdades sobre el COVID-19, que ha llegado a más de 8,500 usuarios, y que recibió una serie de consultas por parte del público como ¿cómo desinfectar los alimentos?, ¿qué cuidados se debe tener con una persona con discapacidad y un adulto mayor?, ¿se pueden reutilizar las mascarillas? y más, preguntas que fueron absueltas en la transmisión. Desde esa primera transmisión se han tocado temas como el manejo del estrés en cuarentena, técnicas de relajación en tiempo de aislamiento, violencia intrafamiliar, y qué viene después del COVID-19.“Consideramos que el uso de las redes sociales nos ayuda no solo a poder dar información, sino también a conocer qué está pensando la gente, cuáles son sus principales preocupaciones, cuáles son sus principales dudas alrededor del tema, y esto nos ayuda a poder ajustar los mensajes, para que puedan responder a sus necesidades. Además, también ha sido una manera de involucrar a los voluntarios y voluntarias que están cumpliendo con las medidas de aislamiento, y que puedan ayudar desde sus hogares. De esta manera, aunque a distancia, la Cruz Roja se mantiene cerca.”, comenta Mariela Miranda, Responsable Nacional de Comunicación de la Cruz Roja Boliviana.Pero se sabe que no todos tienen acceso a internet, por ello, también se ha venido realizando la difusión de mensajes a través de spot radiales en español, quechua, aymara y guaraní, en diferentes partes del territorio boliviano. También se ha venido realizando el perifoneo en diferentes mercados, difundiendo medidas de prevención como el lavado de manos y el distanciamiento social.“Quiero agradecer a la Cruz Roja Boliviana por todo su desempeño, por todo su amor y el esfuerzo que hacen, informando y educándonos con toda la información que brindan ya sea para proteger, prevenir o seguir un protocolo en cuanto a la salud del día a día.”, nos dice Alé Marin, una de las usuarias más activas en redes.La Cruz Roja Boliviana está comprometida y continuará llevando información a todas las personas que lo requieran, para de esta manera aclarar dudas y preguntas de quienes lo necesiten.[audio mp3="http://media.ifrc.org/ifrc/wp-content/uploads/2020/05/CRUZ-ROJA-BOLIVIANA-CARTELLANO.mp3"][/audio][/et_pb_text][et_pb_image _builder_version="3.7" src="http://media.ifrc.org/ifrc/wp-content/uploads/2020/05/20200515-Bolivia-COVID-FbLive.jpg" /][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]

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