En una zona residencial repleta de niñez y animales -y bajo un calor abrasador diario-, el voluntariado organiza actividades con la comunidad para ayudar a prevenir y controlar la propagación de enfermedades infecciosas.
La comunidad carece de la infraestructura necesaria para suministrar agua potable o verter sus aguas residuales. Y como las fuentes públicas utilizadas para recoger agua no se mantienen rigurosamente, el riesgo de infección aquí es alto.
La falta de sistemas de saneamiento hace que otras prácticas de riesgo, como la defecación al aire libre, planteen importantes riesgos higiénicos y epidemiológicos.
Por esta razón, las personas voluntarias están informando a la población sobre las formas en que pueden protegerse de la infección, por ejemplo mediante la limpieza y el saneamiento adecuados de las fuentes de agua, además de las prácticas que deben evitarse.
"Las actividades aumentaron realmente la conciencia entre la comunidad", dice Catherine, una voluntaria de 26 años de la Cruz Roja de Chad y residente local. "Notamos en particular que el centro de vacunación está mucho más concurrido".
Foto: IFRC
Catherine, técnica farmacéutica, es voluntaria de la Cruz Roja del Chad desde hace más de un año. Se encarga de divulgar los peligros de defecar al aire libre.
Las personas voluntarias de la Cruz Roja y miembros de la comunidad se movilizan tres veces por semana para limpiar las zonas de mayor riesgo y sensibilizar sobre las buenas prácticas.
"El proyecto seguirá viviendo por sí solo sobre el principio de que la comunidad transmita [esta información] a la comunidad", añade Catherine.
A Catherine le apasiona su trabajo para aumentar los conocimientos y la resiliencia de su comunidad, y evitar que las enfermedades se propaguen. "El objetivo", explica, "es luchar contra el sarampión, la fiebre amarilla, la polio, el gusano de Guinea y el COVID-19".
Foto: IFRC
Las personas voluntarias de la Cruz Roja utilizan métodos comunitarios de vigilancia de enfermedades para mantener a salvo a la población: registran datos sanitarios sobre cuestiones específicas o la incidencia de enfermedades que afectan a la comunidad, y animan a la gente a notificar los casos sospechosos.
Marie-Claire, enfermera diplomada y residente en Bongor, quien dirige un centro de salud dirigido por mujeres en la ciudad, opina que los esfuerzos de la Cruz Roja son eficaces porque han generado confianza en la comunidad.
"La Cruz Roja es un intermediario de confianza entre la población y el centro de salud", afirma. "La Cruz Roja lleva a cabo la vigilancia de las enfermedades y envía a las mujeres embarazadas o con sospecha de enfermedad a consultas [con el centro de salud]".
La labor de prevención de enfermedades que realizan las personas voluntarias en varios barrios de Bongor cuenta con el apoyo de la Alianza Programática entre la red de la IFRC y la Unión Europea. La alianza proporciona financiación estratégica, flexible, previsible y a largo plazo, para que las Sociedades Nacionales puedan actuar antes de que se produzca una crisis o una emergencia sanitaria. Se está aplicando en 24 países de todo el mundo.