Los derrames de petróleo no son sólo desastres ambientales; también provocan graves riesgos para la salud y los medios de subsistencia. Más aún cuando los manantiales contaminados son la principal fuente de agua potable de la población local.
Es el caso de la región costera del norte de Ecuador, donde, el 13 de marzo de 2025, una ruptura en el sistema de tuberías de petróleo de Ecuador causó un derrame catastrófico en la provincia de Esmeraldas; contaminando los ríos Caple, Viche y Esmeraldas. El 22 de marzo, un segundo vertido agravó la situación.
La crisis ha afectado a 300.000 personas, obligando a las autoridades a cortar el suministro de agua potable y a recurrir a la distribución de agua de emergencia. Sin una intervención urgente, esta crisis seguirá agravándose, poniendo en peligro a un mayor número de personas.
Para entender el impacto de un derrame de petróleo como este, hablamos con el Dr. Pedro Porrino, Coordinador de Salud en Emergencias de la oficina de la IFRC en América, quien divide el impacto en tres niveles principales:
1. Riesgos directos para la salud
El petróleo es una sustancia tóxica tanto por contacto directo como por los gases que emite. El contacto con la piel puede provocar reacciones dermatológicas que van desde una irritación leve hasta reacciones alérgicas graves que pueden suponer una seria amenaza para la vida.
Además, la inhalación de gases tóxicos supone un riesgo importante, ya que no requiere contacto directo con la sustancia. Cualquier persona que se encuentre en la zona contaminada puede sufrir problemas respiratorios, desde molestias leves hasta inflamaciones graves de las vías respiratorias que pueden dificultar o imposibilitar la respiración.
Esto es especialmente peligroso para las personas con enfermedades respiratorias preexistentes, como asma o bronquitis crónica, así como para las infancias, la población adulta mayor y las mujeres embarazadas, que corren un mayor riesgo.
El desastre también tiene importantes consecuencias para la salud mental. La incertidumbre, la pérdida de recursos y la alteración de la vida cotidiana generan altos niveles de estrés y ansiedad. Las familias afectadas sufren angustia emocional debido al desplazamiento, los problemas de salud y la inestabilidad económica.
2. Contaminación del agua y riesgos para la salud pública
El vertido ha contaminado ríos y arroyos de los que dependen las poblaciones locales, lo que impide que el agua sea apta para el consumo y otros usos. Dependiendo de la zona afectada, los acuíferos subterráneos -otra fuente crucial de agua- también pueden estar contaminados.
Esta situación conduce a una crisis en el acceso al agua potable que, en casos de vertidos de petróleo, puede prolongarse por largos periodos. El uso de fuentes de agua inseguras puede provocar enfermedades gastrointestinales y brotes de infecciones transmitidas por el agua, lo que complica aún más la emergencia.
Además, la falta de agua afecta a la higiene y el saneamiento, aumentando los riesgos para la salud. También es fundamental garantizar el suministro de agua potable a los centros de salud para mantener los servicios médicos esenciales.
3. Alteración de los medios de subsistencia
Más allá de los riesgos para la salud, el derrame de petróleo ha afectado a la agricultura, la ganadería y la pesca, fuentes fundamentales de ingresos para muchas comunidades.
La contaminación puede afectar a la seguridad alimentaria, ya que las toxinas pueden entrar en la cadena de alimentos a través del agua o por exposición directa. Además, la interrupción de actividades económicas vitales para muchas comunidades empeora las condiciones socioeconómicas. Los efectos de los vertidos de petróleo pueden persistir durante largos periodos, aumentando la pobreza y la precariedad de las condiciones de vida, que son importantes factores de riesgo para la salud.
Respuesta de la Cruz Roja
Desde que inició la crisis, el voluntariado de la Cruz Roja Ecuatoriana ha estado sobre el terreno, proporcionando asistencia esencial y apoyo a las familias afectadas. Sus esfuerzos han incluido:
- Distribución de suministros de agua de emergencia: Más de 1.1 millones de litros de agua potable han sido tratados y entregados a 22 comunidades.
- Suministro de kits de higiene y utensilios de limpieza: Para ayudar a prevenir la propagación de enfermedades.
- Asistencia médica: Primeros auxilios y atención de emergencia a las personas que sufren problemas de salud relacionados con la exposición.
- Evaluación y restauración de plantas de tratamiento de agua: Expertos de la Cruz Roja Ecuatoriana, junto con especialistas de la IFRC, están asegurando el estado operativo de las plantas de tratamiento de agua en Esmeraldas, y distribuyendo hipoclorito de sodio para purificar las fuentes de agua.
La IFRC ha lanzado un Llamamiento de Emergencia por un valor de 4 millones de francos suizos para apoyar a 176.200 personas en las provincias de Esmeraldas, El Oro, Guayas y Manabí durante los próximos 12 meses.
La operación se centrará en el suministro de agua potable, asistencia de salud y apoyo a la salud mental, ayuda para la construcción de refugios, artículos de higiene y transferencias monetarias para las familias más afectadas.
Como parte de este Llamamiento de Emergencia, la Cruz Roja Hondureña movilizó a Ecuador un sofisticado sistema de purificación masiva de agua, con el que se espera distribuir agua potable a más de 15.000 personas al día en las comunidades más afectadas. Este envío va acompañado del despliegue de dos especialistas en agua, saneamiento e higiene de la Cruz Roja Hondureña.
La Cruz Roja Hondureña envía estos recursos como líder del Wash Hub, un centro de equipamiento y conocimiento formado por las Sociedades de la Cruz Roja de Centroamérica y la IFRC.
En respuesta a las crecientes necesidades humanitarias causadas por el vertido de petróleo en el río Esmeraldas en Ecuador, la Cruz Roja Hondureña ha desplegado un avanzado sistema de purificación de agua que puede suministrar agua a más de 15.000 personas al día.
Foto: Jefferson Mejía / Cruz Roja Hondureña
La Cruz Roja Ecuatoriana está al frente de los esfuerzos de respuesta, pero necesita apoyo internacional para mantener y ampliar sus operaciones humanitarias. Al actuar ahora, se pueden proteger las vidas, los medios de subsistencia y la dignidad de las personas afectadas por este desastre.