La actual crisis en Medio Oriente, desencadenada por el conflicto entre Israel y Gaza, ha provocado conmociones en toda la región, afectando a países vecinos y comunidades mucho más allá de la zona de conflicto inicial.
En la ciudad de Sidón, en la Gobernación Sur de Líbano, el personal y voluntariado del hospital Al-Hamshari de la Media Luna Roja Palestina (MLRP) se ha estado preparando para los peores escenarios, ya que los bombardeos ocurren regularmente justo en su puerta y la región sur de Líbano se ve cada vez más afectada por la escalada de las hostilidades.
Al-Hamshari es uno de los dos hospitales de la Media Luna Roja Palestina en el sur del Líbano, y atiende a personas refugiadas palestinas y de todas las nacionalidades. También es el mayor de los cinco hospitales de la MLRP en Líbano, lo que significa que es un centro sanitario crucial, especialmente en tiempos de conflicto, cuando más se necesitan sus servicios.
Este entorno volátil ha obligado a la Media Luna Roja Palestina en el Líbano a prepararse para un aumento de las necesidades, movilizando recursos y estando en alerta máxima para responder a la crisis que se está desencadenando.
"Tenemos más de 300 personas entre el voluntariado y el personal que han recibido formación en el marco de nuestro plan de emergencia", explica el Dr. Ziad El Ainen, Director del Servicio de Emergencias y Ambulancias de la filial libanesa de la Media Luna Roja Palestina.
Una parte importante de esa formación se ha realizado con la Cruz Roja Libanesa, que también tiene una gran experiencia en la respuesta a incidentes con víctimas masivas. "La Cruz Roja Libanesa ha formado bien [al personal del hospital] para responder eficazmente en tiempos de conflicto", dice El Ainen.
Para reforzar su capacidad de responder eficazmente a la escalada del conflicto, el hospital Al-Hamshari de la MLRP puso en marcha un amplio programa de formación, que abarcaba una serie de conocimientos esenciales, como soporte vital básico, soporte vital cardíaco avanzado, ecocardiografía de urgencia, triaje de víctimas masivas y técnicas avanzadas de primeros auxilios. Estas formaciones dotaron al personal del hospital de los conocimientos y habilidades necesarios para mitigar el impacto de las lesiones relacionadas con el conflicto y garantizar una intervención médica oportuna y adecuada.
Una persona que se ha beneficiado de estas formaciones y está preparada para servir a su pueblo, especialmente durante este conflicto, es Hossam Sabha, de 58 años, un socorrista que lleva casi 40 años en la Media Luna Roja Palestina del Líbano.
"Como unidad de Servicios Médicos de Emergencia de la Media Luna Roja Palestina en el Líbano, hemos tomado todas las precauciones y medidas necesarias para responder a cualquier emergencia", dice Hossam.
"Hemos completado nuestra formación y estamos preparados para movilizarnos en cualquier momento. Tenemos un plan de emergencia para el sur y Beirut, y todos nuestros equipos están preparados. No tenemos miedo".
Foto: Joe Baaklini/IFRC
No es sólo Hossam quien está impulsado por un sentido de humanidad. Su propia hija, Saja, ha heredado la valentía de su padre. El conflicto no le impedirá prestar servicios que salvan vidas, dice.
"No tengo ningún miedo. Vengo al hospital todos los días porque quiero ayudar a otras personas, incluyendo a mis colegas", dice Saja, de 22 años, voluntaria en el hospital Al-Hamshari y estudiante de enfermería. Considera que el voluntariado no se parece a nada de lo que ha vivido hasta ahora.
"Cuando eres voluntaria, estás expuesta a tanta gente, ves lo que ocurre en el mundo real. No hay nada como la expresión de gratitud y alivio en la cara de una persona después de haberle proporcionado la ayuda que necesita".
Sin embargo, no hay que avergonzarse de sentir miedo, y tanto el personal como las personas voluntarias del hospital reciben formación para ayudarse mutuamente a sobrellevar sus reacciones emocionales ante los acontecimientos que se desarrollan a su alrededor. Saja trabaja estrechamente con Nagham Chanaa, de 20 años, la interna más joven del hospital Al-Hamshari, que persigue su sueño de ser médica.
Foto: Joe Baaklini/IFRC
A pesar de la naturaleza estresante de su trabajo y de la turbulenta situación del país, Nagham se las arregla para sonreír a pesar de todo.
"Soy una persona muy ansiosa", dice. "Sentí mucho miedo cuando oí una explosión hace unos días -que resultó ser un falso ataque aéreo-, pero todos en el hospital vinieron a verme e intentaron consolarme. Recibo mucho apoyo mental de mis colegas de aquí. Nos apoyamos mutuamente y transmitimos ese apoyo también a quienes atendemos".
Foto: Joe Baaklini/IFRC
Aunque profesionales de la medicina como Nagham y Saja son esenciales para prestar asistencia de emergencia, cualquiera puede contribuir a su comunidad en momentos de necesidad. Todo lo que se necesita es un corazón solidario y la disposición de practicar el voluntariado.
Ahmad Marwan El Issa, de 19 años, que estudia Ingeniería Mecánica, es un buen ejemplo de ello. Es voluntario de la Media Luna Roja Palestina en Líbano como técnico de urgencias médicas, y lo hace sabiendo los riesgos que implica.
"La situación asusta porque es impredecible", dice. "No sabemos cuándo caerá un ataque aéreo ni dónde, pero estamos listos para servir a quienes lo necesiten, pase lo que pase".