Climatológico

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Emergencia

Suroeste del Océano Índico: Ciclón tropical Chido

El ciclón tropical Chido, una tormenta equivalente a la categoría 4 con vientos y lluvias devastadores, impactó gravemente en la región suroeste del Océano Índico, causando al menos 117 muertes y afectando a más de un millón de personas en Madagascar, las Comoras, Mayotte, Mozambique y Malawi. Chido es la tercera tormenta con nombre de la temporada de ciclones 2024-2025, que se espera que continúe hasta mayo de 2025. Su donación ayudará a las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja de Mozambique, Madagascar, Comoras y Malawi a brindar asistencia para salvar vidas y mejorar la preparación para futuras tormentas.

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Emergencia

Sudán del Sur: Inundaciones

Desde mayo de 2024, Sudán del Sur ha sufrido importantes inundaciones, causadas por las fuertes lluvias y el desbordamiento de las cuencas del río Nilo. Las inundaciones han afectado a más de 700.000 personas, han causado grandes daños en viviendas y han devastado ganado y cultivos. A través de este llamamiento de emergencia, la IFRC y sus miembros se proponen atender las necesidades urgentes de 300.000 personas mediante intervenciones en las áreas de salud, agua, saneamiento e higiene, refugio y medios de subsistencia.

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Artículo

Benín y Togo: Quemar menos, plantar más y combatir el cambio climático en cada plato: damos la bienvenida al "Club de las Madres"

En los remotos rincones de Benín y Togo se está produciendo una transformación.Con el apoyo de las Sociedades de la Cruz Roja de Benín y Togo, grupos de madres han unido sus fuerzas para llevar a cabo intervenciones que cambian la vida y mitigan los efectos del cambio climático, combaten la deforestación, mejoran la nutrición y la salud de las personas.Les damos la bienvenida a los Clubes de Madres de Benín y Togo, donde las mujeres están uniendo fuerzas con el voluntariado local, jóvenes estudiantes, profesores y otras personas para reducir el consumo de combustible, plantar árboles y sembrar cultivos adaptados a temporadas de crecimiento más cortas,Uno de los proyectos clave tiene que ver con la forma en que se preparan los alimentos en muchas comunidades rurales.Las mujeres de los Clubes de Madres, por ejemplo, están recibiendo formación para fabricar y utilizar cocinas mejoradas, que reducen el consumo de leña y el humo nocivo. Esta innovación no sólo alivia su lucha diaria, sino que también frena la deforestación y la contaminación del aire."Antes usábamos estufas hechas de piedras, que nos causaban muchos problemas", dice Dgniri Ouseni, de la comunidad de Kara (Togo). "Esas estufas consumían mucha leña, y la leña empezaba a escasear"."Con estas nuevas cocinas de bajo consumo, un trozo de leña basta para cocinar una comida. Nuestras luchas se han reducido".Más allá de las estufas mejoradas, la formación en preparación para desastres, el cultivo de semillas de ciclo corto y la reforestación han capacitado a las comunidades para hacer frente a los retos climáticos.Los Clubes de Madres no son exclusivos de Togo y Benín. Creados por mujeres de las comunidades locales con el apoyo de la Cruz Roja, responden a los retos específicos a los que se enfrentan sus comunidades.En Nigeria, los Clubes de Madres abordan la desnutrición aguda enseñando a las nuevas madres la importancia de la lactancia materna y mejores formas de utilizar los cereales locales. Las integrantes de los Clubes de Madres también se convierten en voluntarias de la Cruz Roja y suelen contar con un coordinador de la Cruz Roja que apoya sus actividades.En Benín, también apoyaron los esfuerzos para plantar más de 21.000 árboles en escuelas, pueblos y zonas comunales. Estos árboles son verdaderos multiusos: Combaten la erosión del suelo y aportan beneficios nutricionales y económicos, son símbolos de esperanza."Acogieron muy bien la iniciativa. El día que empezamos a plantar los árboles, no podíamos con las prisas, todo el mundo quería participar, incluso el personal docente", recuerda Fagnihou Kokouvi, subdirector del CEG de Abomey.Los beneficios de los árboles van más allá del presente."El impacto en las generaciones futuras es evidente", señala Frabrice Soutin, Presidenta local de la Cruz Roja en Abomey. "Dentro de dos o tres años, la niñez de este campo se beneficiará de la sombra de estos árboles para protegerse del sol".En ambos países, el personal voluntario y los liderazgos comunitarios han recibido formación sobre preparación para desastres, resiliencia climática y gestión de los recursos naturales.En Togo, la Cruz Roja Togolesa apoyó a 920 miembros de Clubes de Madres y Comités de Hombres, fomentando la sensibilización medioambiental y las prácticas sostenibles."Los Clubes de Madres recibieron formación sobre técnicas para fabricar cocinas mejoradas y sobre cómo evitar la tala innecesaria de árboles", explica Addom Aklesso, gestor de proyectos de la Cruz Roja Togolesa. "También han aprendido a vigilar los indicadores locales que señalan inundaciones, para poder preparar sus aldeas".Además de estas intervenciones centradas en el clima, los hogares de personas desplazadas y las familias vulnerables del norte de Benín recibieron ayuda vital, como kits de alimentos, utensilios de cocina y mosquiteros.La formación en semillas de ciclo corto como el maíz y los tomates -que producen frutos con relativa rapidez- ha mejorado la seguridad alimentaria, a pesar de los patrones climáticos cada vez más impredecibles que han acortado la temporada de cultivo habitual.Con financiación de la Oficina de Asuntos Humanitarios (BHA) de USAID y apoyo de la IFRC, estos proyectos han llegado a miles de personas, desde personas voluntarias y Clubes de Madres hasta escolares y familias desplazadas.Para Aklesso Quentin Adom, que dirige el proyecto para la Cruz Roja Togolesa en el norte de Togo, los progresos realizados hasta ahora le dan esperanzas."Si todas estas plantas se mantienen y alcanzan la madurez, esto nos permitirá tener buenas precipitaciones en la localidad, en la región", afirma. "Más allá de eso, las comunidades serán más resistentes, la pobreza se reducirá porque a nivel de los Clubes de Madres y los Comités de Hombres, identificaremos las actividades que generan ingresos para que cada miembro pueda participar en las necesidades del hogar. Este es el impacto a largo plazo que todas estas intervenciones tendrán en las comunidades locales".

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Estados Unidos: El voluntariado de la Cruz Roja lleva esperanza tras los incendios forestales en el sur de California

Originario de Colombia, Kennis Eduardo Díaz perdió su casa y todas sus posesiones en los incendios. Sin otro lugar adonde ir, encontró refugio en un nuevo albergue temporal gestionado por la Cruz Roja Americana.El refugio en este caso es una sección del Centro de Convenciones de Pasadena. Las enormes salas del centro, que normalmente se utilizan para grandes reuniones de negocios y ferias comerciales, se han transformado en un refugio temporal para cientos de personas evacuadas.Aquí, Kennis ha recibido algo más que comida y un lugar seguro donde dormir. También ha encontrado un camino hacia la recuperación gracias al apoyo del voluntariado local de la Cruz Roja."Me están dando la ayuda que no tenía", dice Kennis.Una de esas voluntarias es Gracie Castro, de la sección de San Bernardino de la Cruz Roja Americana, que forma parte de un equipo que ayuda a quienes evacuaron, como Kennis, a hacer frente a tareas administrativas, encontrar ayuda financiera y obtener derivaciones a servicios que ayudan a propietarios e inquilinos a encontrar soluciones de vivienda a largo plazo, entre otras cosas."Mi papel es ver cómo podemos llevarle adonde quiere ir", dice Gracie. Historias de resiliencia y generosidadLa historia de Blanca Pérez es otro testimonio del poder de la comunidad y la solidaridad.Junto con su marido Antonio, su hija y el novio de su hija, Blanca tuvo que evacuar su apartamento en Altadena con sus mascotas a cuestas, dejando atrás su casa y la querida tienda de ropa de Blanca.Días después, se enteraron de que tanto su casa como la tienda de ropa habían sido destruidas por las llamas.A pesar de esta profunda pérdida, Blanca encontró consuelo en el apoyo proporcionado por la Cruz Roja. Cuando recibió la noticia de que su tío había fallecido a causa de los incendios, un voluntario le ofreció apoyo emocional inmediato, la ayudó a superar el duelo y la puso en contacto con servicios de atención espiritual."He hecho nuevas amistades en el refugio, y las personas voluntarias de la Cruz Roja han mostrado tanta amabilidad y un interés genuino por nuestro bienestar", comparte Blanca. Pequeños gestos, como recibir material de tejer para mantener sus manos ocupadas, le han aportado momentos de paz en medio del caos.Estas son sólo dos de las muchas historias que se desarrollan en los refugios de la Cruz Roja en el área metropolitana de Los Ángeles. En total, unas 580 personas se alojan en los refugios de emergencia de la Cruz Roja y cada una de ellas tiene necesidades específicas. Hasta ahora, la Cruz Roja ha proporcionado más de 11.300 noches de alojamiento y más de 102.000 comidas y meriendas con el apoyo de sus socios.Voluntariado de todo el paísLa respuesta de la Cruz Roja a los incendios forestales del sur de California no sería posible sin el apoyo de personas voluntarias de todo el país. Fernando Fernández, voluntario de servicios en casos de desastre de la sección de la costa del golfo de Texas, viajó a California para ofrecer atención espiritual a las personas que se vieron obligadas a evacuar.Voluntario desde hace 15 años y veterano de la Guardia Costera estadounidense, Fernando comprende la importancia de ser una presencia reconfortante. "La mayoría de las personas a las que he ayudado sólo necesitan que alguien les escuche", afirma. Más del 60% de las personas a las que ha ayudado en esta crisis han sido hispanas, afirma, lo que subraya el papel vital de la atención culturalmente sensible en la respuesta a los desastres.Más allá del refugio: asistencia a largo plazoEl apoyo de la Cruz Roja va más allá del refugio inmediato. Ya están en marcha programas de asistencia económica para la población de numerosos municipios que se han visto gravemente afectados por los incendios. Esta ayuda económica ayuda a las personas evacuadas a cubrir sus necesidades básicas, desde la reposición de productos de higiene hasta la compra de ropa adecuada.Todos los servicios están a disposición de las personas independientemente de su nacionalidad, raza, sexo o estatus de ciudadanía, reafirmando el compromiso de la organización con la inclusión."Si necesitas ayuda, no tengas miedo de pedírsela a la Cruz Roja", exhortó Fernando, el voluntario de la sección de la costa del golfo de Texas, haciendo eco de un sentimiento compartido por muchas personas voluntarias y sobrevivientes.Mientras las comunidades comienzan a reconstruirse tras los incendios forestales, la Cruz Roja se mantiene firme en su misión de proporcionar esperanza, seguridad y recursos a quienes los necesitan. De hecho, esas necesidades son inmensas y es probable que no disminuyan aunque se contengan los incendios.Más de 16.000 estructuras han sido destruidas por los incendios, por lo que la gente necesitará refugio temporal durante algún tiempo. Mientras tanto, las lluvias anticipadas plantean la perspectiva de nuevas amenazas: inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra sobre las zonas quemadas.En cualquier caso, la Cruz Roja seguirá al lado de las personas necesitadas. Alrededor de 580 socorristas de la Cruz Roja se aseguran de que la gente no esté sola.Mientras se reabren las comunidades, la Cruz Roja también presta apoyo con artículos de limpieza, linternas, mascarillas, guantes, agua y otros artículos de primera necesidad. A finales de enero se habían distribuido casi 22.000 artículos de emergencia.

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Filipinas: La Cruz Roja se mantiene firme en su apoyo a las comunidades en proceso de reconstrucción tras seis tifones consecutivos

"¿Aún podemos con esto? Solo llevemos esta carga. Llevémosla, aunque sea pesada. No nos rindamos, podemos superarlo de algún modo".Las palabras de Janet Menes, de Camarines Sur, resuenan profundamente en Filipinas, donde familias como la suya se esfuerzan por reconstruir sus vidas después de que seis tifones sin precedentes azotaran el país en menos de un mes a finales del año pasado.Tres meses después, el personal y el voluntariado de la Cruz Roja de Filipinas siguen trabajando incansablemente para ayudar a la gente a volver a ponerse en pie. En uno de los países más expuestos a desastres del mundo -con una media de 20 ciclones tropicales al año- proporcionan asistencia vital antes, durante y después de las emergencias.Apoyo crítico en medio de la devastación Entre octubre y noviembre de 2024, los tifones y supertifones Kristine, Leon, Marce, Niko, Ofel y Pepito (todos ellos nombres locales) arrasaron el país, dejando más de 14 millones de personas afectadas.Las lluvias torrenciales, los vientos huracanados y los deslizamientos de tierra destruyeron viviendas, dañaron infraestructuras y perjudicaron los medios de subsistencia. Comunidades enteras como la de Janet fueron golpeadas repetidamente, apenas recuperándose de un desastre antes de que llegara el siguiente.En Albay, Jeanette y Jefferson Mata Septo experimentaron una devastación que nunca antes habían vivido. "Fue una tormenta muy fuerte. No esperábamos que el agua subiera tanto en nuestra zona", recuerda Jeanette.La crecida de las aguas les obligó a buscar refugio en múltiples lugares, incluidas las casas de personas vecinas. Cuando las aguas subieron demasiado, no había otro lugar al que ir que la autopista. Allí, junto a la carretera, esperaron empapados, exhaustos y con los pocos documentos que habían conseguido salvar.Cuando Jefferson volvió a su casa después de que bajaran las aguas para salvar lo que pudo, no podía creer lo que veía. "Esa mañana, cuando regresó a nuestra casa, las aguas seguían altas. Estaba intentando salvar nuestras pertenencias, y creo que el estrés de la situación le provocó un derrame cerebral", cuenta Jeanette.Tras una visita de urgencia al hospital local, Jefferson tuvo que empezar a tomar medicación de por vida para evitar otro derrame cerebral.La Cruz Roja de Filipinas demostró ser un salvavidas, proporcionando medicamentos para la hipertensión de Jefferson, junto con kits de cocina y de higiene para ayudar a la familia a reconstruir. "Los medicamentos de la Cruz Roja fueron de gran ayuda. Los medicamentos son caros", explica Jeanette.Ayudar a las familias a reconstruir desde ceroEn la vecina provincia de Camarines Sur, Janet, su marido Albiz y sus seis hijos se enfrentaron a la misma situación devastadora causada por el tifón Kristine. Pero mientras caían las fuertes lluvias, a Janet le había subido la fiebre y estaba demasiado enferma para evacuar a un refugio adecuado."Por la noche, el agua subió", recuerda. "Mi marido ayudó a trasladar nuestras cosas a un terreno más elevado, pero algunas de nuestras pertenencias se perdieron. Yo no pude ayudar mucho debido a mi fiebre".La familia buscó refugio en el cementerio cercano, donde soportaron días de aguas altas y duras condiciones.La familia regresó a casa y encontró su vivienda en ruinas, de la que sólo quedaba el techo. Una vez más, la Cruz Roja de Filipinas les brindó asistencia vital."Antes de Navidad, recibimos 5.000 pesos (unos 100 dólares) de la Cruz Roja", explica Janet. "Lo utilizamos para arreglar el techo y la cocina. Ahora hemos hecho algunos cuartos: un salón, una cocina y luego las paredes".Apoyo todo el tiempo que sea necesarioLa Cruz Roja de Filipinas, apoyada por un Llamamiento de Emergencia de la IFRC, ha estado a la vanguardia de los esfuerzos de respuesta y recuperación tras el tifón Kristine y los otros cinco grandes tifones consecutivos que azotaron el país.Desde las misiones de búsqueda y rescate hasta el apoyo a las personas que viven en centros de evacuación, sus esfuerzos han sido fundamentales para mantener la salud y el bienestar tras el paso del tifón.En los centros de evacuación se distribuyeron comidas calientes compuestas de arroz, huevos cocidos y sardinas, así como agua potable limpia. Esto es crucial porque cuando la gente pierde sus pertenencias en un tifón, también suelen perderse las cocinas y los utensilios de cocina.La niñez fue supervisada en espacios acogedores, con actividades para colorear, cantar y bailar, y la oportunidad de hablar con personas voluntarias capacitadas sobre sus necesidades y preocupaciones. En los mostradores de salud se realizaron revisiones médicas, incluida la toma de la presión arterial. Cuando fue necesario, se suministraron medicamentos para prevenir la propagación de enfermedades e infecciones que suelen aparecer con el clima extremo.A medida que las comunidades se recuperan, la Cruz Roja seguirá aportando lo que la gente necesita: dinero en efectivo para reconstruir viviendas y comprar artículos de primera necesidad, apoyo a los medios de subsistencia para que la gente pueda volver a trabajar, y el apoyo psicosocial del personal y voluntariado integrado en sus propias comunidades locales.Janet dice que ahora habla con sus hijos sobre cómo prepararse para futuros desastres, y sus palabras son tanto para los niños y niñas como para ella y Albiz."No nos rindamos: podemos salir de esta, de alguna manera".

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Nota de prensa

La Alianza por la Amazonía de la Cruz Roja tiene como fin salvaguardar vidas y reforzar la resiliencia comunitaria

Panamá/Ginebra, 16 de diciembre - En respuesta a las crecientes amenazas que plantean la crisis climática, el aumento de los desastres y la pérdida de biodiversidad, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) ha anunciado la reactivación de su programa por la Amazonía, la Alianza de la Cruz Roja por la Amazonía. Esta iniciativa, que une inicialmente a las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Venezuela, tiene como objetivo mejorar la resiliencia de las comunidades y apoyar a las personas afectadas por los impactos climáticos en la selva del Amazonas.La presencia local y el alcance mundial de la Cruz Roja la convierten en un socio clave para la protección de las comunidades y los ecosistemas amazónicos. Con filiales y personal voluntario en los nueve países amazónicos, la Cruz Roja combina un profundo conocimiento local con experiencia en reducción de riesgos, resiliencia climática y operaciones humanitarias para hacer frente a las crecientes necesidades de la región. La Amazonía, hogar del 10% de todas las especies conocidas y responsable de generar el 20% del oxígeno del mundo, se acerca a un punto de inflexión. La deforestación, los incendios forestales y las actividades extractivas, agravadas por fenómenos climáticos extremos como inundaciones, incendios y sequías prolongadas, amenazan la vida y los medios de subsistencia de más de 40 millones de personas, incluidos 350 grupos de pueblos indígenas. “En el corazón de nuestra propuesta está la convergencia del conocimiento indígena, la experiencia de la Cruz Roja y los avances tecnológicos y de investigación. Esta fórmula, implementada en estrecha coordinación con los Estados, los pueblos indígenas y otras partes interesadas, maximizará los esfuerzos para fortalecer la resiliencia de las comunidades y anticipar y responder a las crisis que afectan a las poblaciones amazónicas”, dijo Xavier Castellanos, Secretario General Adjunto de la IFRC, Desarrollo de Sociedades Nacionales y Coordinación de Operaciones. La Alianza de la Cruz Roja por la Amazonía se centra en la gestión del riesgo de desastres y la resiliencia climática, la salud comunitaria, los medios de vida sostenibles y la respuesta a los desastres y el desplazamiento climático. Armonizar, maximizar y racionalizar el trabajo de la Cruz Roja en estas áreas ayudará a anticipar y reducir el impacto de los peligros que podrían verse exacerbados por la crisis climática en los próximos años. Sólo entre enero y agosto de este año, los incendios destruyeron 62.268 kilómetros cuadrados de la Amazonía, una superficie doce veces mayor que la ciudad de Londres. Esta devastación, agravada por una sequía histórica, ha afectado gravemente al acceso a la salud y a la alimentación y ha aumentado el riesgo de desplazamientos inducidos por el clima. Ante estos escenarios de crisis múltiples, la Cruz Roja ya está trabajando en varias comunidades en el Amazonas. En Ecuador, el voluntariado trabaja con los pueblos indígenas en la aplicación de técnicas agrícolas que reducen el riesgo de sequías, contribuyendo a la diversificación de los ingresos y a la restauración de los ecosistemas para mejorar la seguridad alimentaria y económica. En Colombia, la Cruz Roja proporciona asistencia de salud y acceso a medicamentos en zonas remotas y de difícil acceso. La Alianza de la Cruz Roja por la Amazonía se basa en una sólida experiencia. Las Sociedades de la Cruz Roja de los países amazónicos han colaborado con más de 53 comunidades amazónicas para promover la salud comunitaria y reducir el riesgo de desastres. Este nuevo esfuerzo busca ampliar estos éxitos al mismo tiempo que se alinea con la experiencia global de la IFRC en resiliencia climática y gestión de desastres. Para más información y para solicitar una entrevista, póngase en contacto con: [email protected]   En Panamá: Susana Arroyo Barrantes +50769993199  En Ginebra: Tommaso Della Longa +41797084367                       Hannah Copeland +41762369109 

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Centroamérica: Cruz Roja responde al mayor brote de dengue con educación y prevención.

El dengue ha sido una de las principales amenazas para la salud pública en América Latina durante décadas, con epidemias que se producen de forma cíclica cada tres a cinco años.Transmitido por las hembras del mosquito Aedes aegypti, este virus afecta a millones de personas cada año, pero nunca como ahora.En lo que va del año, se han reportado más de 12,7 millones de casos sospechosos de dengue en la Región de las Américas, una cifra récord en la historia de la enfermedad.En Centroamérica y México, sólo en la última semana de noviembre se notificaron más de 17.000 nuevos casos sospechosos de dengue. Esto equivale a 100 casos cada hora, un aumento del 198% respecto a la media de los últimos cinco años.Este aumento en la propagación del dengue es un reto para los sistemas de salud en una región que enfrenta condiciones climáticas y sanitarias complejas.Los efectos de la crisis climática, las temperaturas extremas y los fenómenos meteorológicos más intensos – como los huracanes Eta e Iota en 2020, las olas de calor históricas de inicios de este año, o la reciente tormenta tropical Sara - están transformando los hábitos de miles de familias centroamericanas que viven en condiciones de riesgo y vulnerabilidad.El aumento de la pobreza y la desigualdad, sumado a servicios de agua y saneamiento insuficientes e inadecuados, empujan a la población a almacenar la poca agua a la que tienen acceso. Muchas veces el agua se almacena de forma incorrecta, por falta de información o por falta de insumos adecuados para almacenarla de forma segura.Esta y otras prácticas como la deficiente gestión de residuos sólidos, pueden facilitar la creación de criaderos de mosquitos en objetos como contenedores de agua sin tapa, neumáticos, macetas, pilas y canales.En medio de este desafío multifactorial, la Cruz Roja se ha destacado por su respuesta integral, que abarca diversas estrategias centradas en la prevención y la educación.Durante el 2023 y el 2024, nuestros equipos locales han implementado seis operaciones de respuesta al dengue en Centroamérica, con apoyo del Fondo de Emergencia para la Respuesta a Desastres de la Federación (IFRC-DREF).Este año, también se han realizado acciones contra el dengue en las operaciones de respuesta al incendio en el hospital de Roatán, en Honduras; y a las inundaciones en junio en El Salvador.Gracias a estas ocho operaciones del IFRC-DREF, llegaremos a más de 182.000 personas en Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica y Panamá con acciones de respuesta, pero también de prevención para futuros brotes.Prevención y educación comunitariaUna de las principales iniciativas de la Cruz Roja ha sido la sensibilización de las comunidades sobre los peligros del dengue y la importancia de eliminar los criaderos de mosquitos.Las personas voluntarias trabajan directamente en las comunidades, encoordinación con los entes reguladores de salud realizan intervenciones comunitarias orientadas hacia la prevención y el control vectorial.Las principales acciones incluyen charlas educativas, identificación y eliminación de criaderos de mosquitos, aplicación de larvicidas en pilas y contenedores de agua, la ejecución de campañas de fumigación y limpieza, y visitas domiciliarias.Durante estas acciones, la población aprende cómo prevenir la acumulación de agua estancada, cuáles con los sitios preferidos de los mosquitos para poner huevos; y cómo promover medidas prácticas y efectivas como la inversión de recipientes y la limpieza regular de sistemas de drenaje.Además, la respuesta incluye la distribución de contenedores para el almacenamiento seguro de agua y kits de limpieza para hogares, así como filtros de agua, repelentes y mosquiteros para grupos en riesgo de salud como mujeres embarazadas, niños y niñas menores de 5 años, población adulta mayor, personas con discapacidad y/o con movilidad reducida.Comunidades fuertes y preparadasLa Cruz Roja también trabaja con la mirada puesta en el largo plazo, en la capacitación del personal local para fortalecer las capacidades comunitarias en la lucha contra el dengue.A través de talleres y entrenamientos, las personas voluntarias aprenden cómo identificar los síntomas del dengue, cómo evitar los brotes de manera eficaz y cómo implementar programas sostenibles de control de mosquitos.Además, el personal voluntario ha contribuido a la creación y capacitación de Comités Comunitarios de Salud, para promover la vigilancia epidemiológica a nivel comunitario.En distintos lugares, la capacitación también se extiende al personal local de salud, quienes reciben formación en el manejo clínico de pacientes con dengueA través de su enfoque integral de educación y prevención, la Cruz Roja ha desempeñado un papel clave en la lucha contra el dengue en Centroamérica, una región altamente vulnerable debido a factores climáticos, sociales y sanitarios.Las acciones llevadas a cabo por el voluntariado y el personal capacitado no sólo han permitido responder a emergencias, sino también preparar a las comunidades para futuros brotes.Desde la eliminación de criaderos y la distribución de suministros hasta la formación en gestión clínica y estrategias sostenibles de control de vectores, estas intervenciones han fomentado la resiliencia de las comunidades. En algunos lugares, las acciones de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja en apoyo a los ministerios de salud de la región han permitido reducir los casos de dengue.En Panamá, por ejemplo, se ha registrado una reducción de los casos de dengue en las últimas semanas, que podría estar vinculada a los esfuerzos de varios actores, entre ellos el Ministerio de Salud, la Cruz Roja Panameña, otros organismos internacionales y las propias comunidades.Algunas comunidades también han proporcionado testimonios que sugieren que los esfuerzos de educación y disminución del dengue están marcando la diferencia.A pesar de los avances, el dengue sigue siendo un desafío, lo que subraya la importancia de continuar adaptando nuestras estrategias de respuesta a los cambios climáticos y sociales que afectan la salud pública en la región.

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IFRC en la COP29: Todas las personas merecen ser advertidas antes de que se produzcan los desastres

Bakú, Azerbaiyán (13 de noviembre de 2024) - En un momento en que las inundaciones, las tormentas y las olas de calor sin precedentes cobran un costo cada vez mayor en las comunidades de todo el mundo, la IFRC se ha unido a los principales organismos de las Naciones Unidas que se ocupan del clima para hacer sonar la alarma sobre un mecanismo de defensa de primera línea contra la crisis climática, que es fundamental pero que con demasiada frecuencia se pasa por alto: la alerta temprana y la acción temprana.El llamado se hizo durante un evento de alto nivel en la COP29, cuyo objetivo era hacer un balance de los progresos realizados hasta la fecha por Alertas Tempranas para Todos (EW4All), una iniciativa encabezada por las Naciones Unidas. La iniciativa pretende ampliar las alertas y acciones tempranas en los países más afectados por las emergencias relacionadas con el clima. Como líder mundial del Pilar 4 de la iniciativa - “Preparación para responder a las alertas”- la IFRC está trabajando con las Naciones Unidas y otra gran variedad de socios de EW4All para asegurar que todas las personas del planeta estén protegidas por sistemas de alerta temprana para 2027.La reunión de alto nivel congregó a los codirectores de los cuatro pilares, a saber, la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU) y la IFRC, así como a representantes gubernamentales, organizaciones humanitarias y medioambientales, grupos de financiación privada y otros socios y colaboradores clave.Dirigiéndose a la audiencia, el Secretario General de la IFRC, Jagan Chapagain, dijo que el mundo no sólo debe aumentar la financiación para la alerta temprana, sino también garantizar que la inversión llegue al nivel local, asegurando que las comunidades más afectadas por las crisis climáticas reciban el apoyo que necesitan.“Desde los satélites hasta los sacos de arena, estamos construyendo una línea de defensa sin fisuras contra los riesgos climáticos”, declaró Chapagain. “La tecnología nos trae alertas tempranas desde arriba, pero son las comunidades sobre el terreno -llenando sacos de arena y construyendo resiliencia- las que realmente hacen que estos sistemas funcionen”.Las organizaciones representadas en la reunión señalaron que la campaña está progresando, pero coincidieron en que los gobiernos y las organizaciones financieras reunidas en la COP29 deben establecer nuevos objetivos de financiación climática para garantizar que los países y las comunidades más vulnerables al clima reciban el apoyo adecuado. El Secretario General de la ONU, António Guterres, que convocó el evento, señaló que aunque la crisis climática afecta a todo el mundo, muchos países sufren consecuencias desproporcionadas. Un ejemplo es la creciente intensidad de las olas de calor.“Este va camino a ser el año más caluroso de los libros de historia”, señaló Guterres. “El calor ha abrasado países y comunidades con temperaturas que sobrepasan los límites de la resistencia humana. Y en todo el mundo hemos visto lluvias y huracanes récord, incendios históricos y sequías mortales.En esta era de catástrofes climáticas, los sistemas de alerta temprana y la protección contra el calor extremo no son lujos. Son necesidades”.Más allá de eso, señaló, son una inversión sólida, que proporciona un retorno de casi diez veces, con medidas estándar de seguridad laboral que responden al calor extremo ahorrando un potencial de 360.000 millones de dólares al año. El Presidente de la COP29, Mukhtar Babayev, hizo eco de esta opinión y citó estimaciones según las cuales la inversión en alertas tempranas podría evitar pérdidas de hasta 16.000 millones de dólares al año.Situación global de los sistemas de alerta temprana multiamenazasLa buena noticia es que, según el informe de este año sobre la situación mundial de los sistemas de alerta temprana multiamenaza (MHEWS, por sus siglas en inglés), el mundo se encuentra en sus niveles más altos de cobertura de alerta temprana notificada desde 2015.Por el contrario, sigue habiendo un impacto desproporcionado de los desastres en diferentes países. El informe muestra que los países con MHEWS menos completos tienen una tasa de mortalidad relacionada con los desastres que es casi seis veces mayor que la de los países con cobertura entre “sustancial” y “completa”, y casi cuatro veces más personas afectadas por desastres.“Los avances siguen siendo desiguales. La mitad de los países de África y sólo el 40% de los países de América y el Caribe han informado de la existencia de sistemas de alerta temprana de peligros múltiples”, según el informe. “Pero incluso entre los países que cuentan con tales sistemas, muchos siguen teniendo lagunas en uno o más de los cuatro pilares: conocimiento del riesgo, previsión y detección, difusión de alertas y acción temprana”.En un principio, la iniciativa EW4ALL dio prioridad a treinta países para una actuación rápida, pero ahora se ha ampliado. Al mismo tiempo, se están incorporando nuevos socios, incluido el sector privado, para garantizar un mayor alcance e impacto.La necesidad es urgente. Las estimaciones realizadas muestran que entre 2000 y 2019 se produjeron aproximadamente 489.000 muertes anuales relacionadas con el calor, el 45% de ellas en Asia y el 36% en Europa. En todo el mundo, se reconoce que el diagnóstico oficial y la notificación de enfermedades, lesiones y muertes relacionadas con el calor están subregistrados.La OMS y la OMM estiman que la ampliación de los sistemas de alerta sanitaria por calor a 57 países podría salvar unas 98.314 vidas al año.IFRC: invertir en las comunidades más afectadas¿Cómo se ve sobre el terreno esa inversión en prevención? Para la IFRC, que lidera el pilar de preparación de la iniciativa, la clave del éxito reside en combinar las inversiones en alerta temprana con la capacidad de las organizaciones locales para actuar en consecuencia. Esto significa invertir en la creación de sistemas locales, capacidades y preparación de la comunidad para ampliar la cobertura de la acción temprana y anticipatoria.Abordando esta necesidad de inversión, Chapagain también ofreció una visión general de la ambición de la IFRC a 5 años para el calor extremo a través de la Plataforma Mundial de Resiliencia Climática, con el objetivo de llegar a 100 millones de personas en 100 ciudades, movilizando 500 millones de francos suizos.La IFRC también pide una mayor inversión en acciones locales multisectoriales para que las ciudades y las comunidades reduzcan el riesgo de calor. Esto incluye planes de acción contra el calor, sistemas de protección social sensibles a los impactos y soluciones basadas en la naturaleza que ayuden a las comunidades a adaptarse mejor y reducir los riesgos. También es necesario que todos los socios pertinentes colaboren para definir los factores desencadenantes, actualizar la normativa y sensibilizar a la población.La IFRC y su red de 191 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja están bien situadas para desempeñar un papel clave en la EW4ALL. “Nuestra misión con Alertas Tempranas para Todos es conectar los recursos mundiales con la acción local”, concluyó Chapagain, “para que todas las comunidades, por remotas que sean, estén preparadas para lo que se avecina”.

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IFRC en la COP29: Invertir cuándo y dónde más importa – de forma temprana, en la salud de las personas más afectadas

Calor extremo y olas de calor prolongadas. Inundaciones y tormentas nunca antes registradas en todos los rincones del planeta. Sequías y tormentas fuera de lo común.Estas son algunas de las formas en que el cambio climático está teniendo repercusiones profundas y muchas veces devastadoras en la salud de las personas y las comunidades de todo el mundo. Mientras líderes mundiales se reúnen en la cumbre climática COP29 que se celebra en Bakú, Azerbaiyán (11-22 de noviembre), la IFRC vuelve a señalar lo que se ve todos los días en las respuestas de emergencia a inundaciones repentinas, olas de calor extremas, sequías prolongadas, crisis económicas y hambre. No sólo hay personas que mueren, pierden sus hogares y sus medios de subsistencia, sino que la crisis climática tiene efectos duraderos en la salud y el bienestar de la población. Las olas de calor extremas, las inundaciones y las tormentas están exponiendo a cada vez más personas al riesgo de contraer enfermedades infecciosas y desnutrición, al tiempo que reducen su acceso a la atención sanitaria."Los impactos de la crisis climática están teniendo un efecto masivo en la salud de las personas", dijo el Secretario General de la IFRC, Jagan Chapagain, durante el primer día de la Conferencia COP29. "Así que debemos abordar los impactos en la salud de una manera muy integral".Igual de importante es cómo y cuándo se abordan esas cuestiones, añade. La financiación y la inversión en salud comunitaria y preparación no sólo deben aumentar, sino que deben dirigirse a las comunidades locales donde más se necesitan."La inversión tiene que ser del nivel adecuado y llegar al lugar adecuado", afirma Chapagain. "Por el momento, no hay suficiente inversión y esa inversión no llega al nivel comunitario. Menos del diez por ciento de la financiación para el clima llega a las comunidades". "Tenemos que apoyar la acción comunitaria sobre el terreno, allí donde la gente vive y se enfrenta a las consecuencias cada día".Esa inversión no puede esperar hasta después de que se produzca el desastre. "También es importante cómo y cuándo se hace esa inversión", añadió. "Si se hace la inversión pronto -con sistemas de alerta temprana o acciones anticipatorias- se salvan vidas, medios de subsistencia y dólares".Un problema en llamasUn ejemplo es la creciente amenaza del calor extremo. En los últimos años se ha llegado a récords mundiales de temperatura mes tras mes, a medida que el cambio climático hace más extremas las olas de calor, un asesino silencioso y mortal. Cada año, el calor mata a casi medio millón de personas en todo el mundo.Sin embargo, sólo el 0,5% de la financiación multilateral para la adaptación al clima se destina a medidas sanitarias que podrían reducir drásticamente esa cifra. Esas medidas sanitarias también podrían mejorar el bienestar de las personas y ahorrar dinero a largo plazo. Para 2030, especialistas prevén entre 2.000 y 4.000 millones de dólares de costos adicionales en salud si no se toman medidas de adaptación ahora.Las soluciones pasan por una serie de acciones, desde la construcción de ciudades y sistemas sanitarios resistentes al clima, hasta el desarrollo de planes nacionales de acción contra el calor y protocolos de alerta temprana. Otras acciones garantizarían que los sistemas de protección social y de salud respondan a las perturbaciones relacionadas con el clima, mientras que las soluciones basadas en la naturaleza podrían aprovechar el poder protector natural de los ecosistemas para proteger a las comunidades del calor extremo o las mareas de tempestad.“A medida que se intensifican los impactos climáticos, los sistemas de salud deben adaptarse para proteger a las personas más vulnerables”, dijo Petra Khoury, Directora del Departamento de Salud y Cuidadosde la IFRC, en un evento especial de la COP29 organizado por la Alianza para la Acción Transformadora sobre el Clima y la Salud, un programa organizado por la OMS.“La red de la IFRC está en primera línea, construyendo sistemas de salud resilientes al clima a través de la movilización comunitaria”, dijo. “Las soluciones que abordan el triple nexo entre salud, clima y migración deben centrarse en la comunidad”.“Incorporar tanto a las comunidades de acogida como a las desplazadas en el proceso de toma de decisiones y en las soluciones es clave para mitigar el impacto de este nexo”.Entre otras cosas, la IFRC está trabajando para ampliar la vigilancia comunitaria de las enfermedades relacionadas con el clima, profundizar sus actuales esfuerzos de participación comunitaria y ampliar el alcance de su trabajo mediante el enfoque de "una salud".El enfoque "una salud" es una forma holística de mejorar la salud humana teniendo en cuenta la salud del entorno en el que viven las personas. Por ejemplo, si el ganado se vuelve vulnerable a las enfermedades por el calor o la falta de alimentos o agua, esto repercute en la salud humana. Hasta el 75% de las enfermedades infecciosas emergentes que afectan a la especie humana, tienen su origen en los animales. La IFRC también está muy implicada en la vigilancia calle por calle, casa por casa, de enfermedades como el dengue, la malaria y el cólera, entre muchas otras. Pero el cambio climático exige mayores esfuerzos en la participación de la comunidad en el seguimiento, la prevención y la respuesta a las enfermedades.Para hacer todo esto, hay que invertir en todos los niveles, desde los presupuestos de los gobiernos nacionales hasta los bancos multilaterales de desarrollo, los fondos multilaterales para el clima, las instituciones de financiación de la salud, las agencias bilaterales de desarrollo y los actores del sector privado.Poner esto en práctica también significa integrar la acción por la salud y el calor como parte de un enfoque holístico de la acción de adaptación en los planes climáticos nacionales, así como mejorar la coordinación entre los gobiernos con las autoridades locales, los actores y las comunidades. Ya se han visto signos de progreso. En la COP28, el Marco de los EAU para la Resiliencia Climática Mundial reforzó las medidas de adaptación, mientras que 151 países firmaron la primera Declaración de la COP sobre el Clima y la Salud. Y cada vez hay más conciencia de la urgencia de abordar los efectos de las olas de calor en la salud. La IFRC siguió haciendo sonar la alarma organizando la primera Cumbre Mundial sobre el Calor Extremo y nuestro Día de Acción contra el Calor anual el 2 de junio. Los recientes y graves huracanes -a veces denominados "tormentas monstruosas"-, junto con una racha de graves inundaciones en amplias zonas de Europa, África occidental y central, las Américas y el Sudeste Asiático y Oceanía, también están poniendo de manifiesto la urgente necesidad de este tipo de inversión local. Estas inundaciones están desplazando a millones de personas, dejándolas sin acceso a agua potable y saneamiento. A menudo, las comunidades más afectadas también se enfrentan a un acceso limitado al agua potable, el saneamiento, la nutrición, la atención de la salud y la educación. Que la COP29 se considere finalmente un éxito dependerá de si se asumen compromisos para revertir estas realidades con inversiones reales en salud, preparación y alerta temprana que lleguen al ámbito local. «Si en la COP29 logramos avanzar en estos ámbitos, yo lo consideraría un éxito», concluyó Chapagain.Más información:Enfoque de la IFRC en materia de salud y cuidadoEnfoque de la IFRC ante la crisis climáticaIniciativa Alerta Temprana para Todos de la Organización Meteorológica MundialPágina de Alertas tempranas para todas las personas de la IFRC

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Nota de prensa

Los Estados deben abordar el impacto humanitario de la pérdida de biodiversidad reduciendo el riesgo de desastres y fortaleciendo la resiliencia

Bogotá, Ginebra - 21 de octubre de 2024.Al inicio de la Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP16), la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) exhorta a los Estados parte del Convenio a abordar la interrelación entre la degradación ambiental, el cambio climático, los desastres y los impactos que éstos causan en las personas, la naturaleza y el patrimonio cultural. Todo ello contribuirá a alcanzar los objetivos del Marco Global de Biodiversidad (MGB)."La pérdida de biodiversidad, el cambio climático y la contaminación deben ser entendidas también como crisis humanitarias. Estas tres crisis aumentan el riesgo de escasez de agua y alimentos, epidemias y pandemias, desastres más frecuentes e intensos, así como la migración y el desplazamiento forzado” dijo Martha Keays, Directora Regional de la IFRC para América. “Llamamos a los gobiernos locales y nacionales, a la sociedad civil y a todos los participantes en la COP16 para que se incrementen los compromisos técnicos y financieros en la reducción del riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático.”Dos metas específicas del MGB son fundamentales para evitar una situación en la que, para 2050, 200 millones de personas requieran ayuda humanitaria internacional cada año como resultado de una combinación de desastres relacionados con el clima, la degradación del medio ambiente y los impactos socioeconómicos resultantes. La «meta 8» pretende aumentar la resiliencia climática de los ecosistemas y los medios de vida mediante la mitigación, la adaptación y la reducción del riesgo de catástrofes, o soluciones basadas en la naturaleza. La "meta 11" pretende restaurar, conservar y mejorar la contribución de la naturaleza al bienestar humano."Es crucial acelerar la acción conjunta para salvar la naturaleza y salvar vidas. La experiencia de la Cruz Roja y su rol clave en la reducción del riesgo de desastres, la adaptación y el fortalecimiento de la resiliencia de las comunidades puede apoyar directamente los esfuerzos para proteger, restaurar y utilizar de manera sostenible la biodiversidad”, explicó Keays.Los equipos locales de la Cruz Roja en toda América ya están aplicando medidas como la protección de los manglares para reducir el impacto de las inundaciones, la restauración de los arrecifes de coral, la reforestación de bosques y cuencas hidrográficas y la protección de las fuentes de agua. Estas soluciones basadas en la naturaleza se complementan con sistemas de acción temprana, anticipación basada en pronósticos y protocolos de acción temprana que permiten a la red de la IFRC proteger a las personas y la naturaleza antes de que se produzcan los desastres. Los ejemplos de este trabajo incluyen: El trabajo de la Cruz Roja Argentina en apoyo a la restauración de más de 25.000 hectáreas de vegetación natural tras los destructivos incendios de la provincia de Corrientes en 2022.El desarrollo por parte de la Cruz Roja Mexicana de una medición participativa y localizada de la resiliencia que considera y destaca la interconexión entre sistemas y sectores, facilitando el análisis y la acción colectiva a través de los capitales físico, humano, social, financiero y natural.El apoyo de la Cruz Roja Canadiense a varias organizaciones indígenas en la restauración de sus tierras tras los desastres para aumentar la resiliencia.La colaboración de cruzrojistas canadienses con la Cruz Roja de Belice para apoyar a comunidades locales en la restauración de su cultura y sus bosques y en el aumento de la resiliencia al cambio climático mediante la plantación de árboles de Nuez Maya.El trabajo de la Cruz Roja Hondureña y la Cruz Roja Suiza para ayudar a reducir los riesgos de desastres combinando la bioingeniería del suelo y la reforestación para reducir el riesgo de deslizamientos con actividades de agroecología para ayudar a recuperar zonas productivas, aumentar la seguridad alimentaria y ofrecer oportunidades económicas.En Colombia, República Dominicana, Jamaica y Granada, la acción de la Cruz Roja para promover la gestión sostenible y la restauración de los ecosistemas de manglares para reforzar la resiliencia ante inundaciones, reduciendo los riesgos de desastre y contribuyendo a la vez a conservar la biodiversidad.“Instamos a los Estados a integrar las estrategias de conservación de la biodiversidad y las iniciativas de desarrollo sostenible en la reducción del riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático”, dijo la Dra. Judith Carvajal de Álvarez, Presidente Nacional de la Cruz Roja Colombiana."Como auxiliares de los poderes públicos la Cruz Roja puede apoyar a fortalecer la resiliencia de las comunidades, promoviendo el dialogo de saberes entre las comunidades biodiversas, y el conocimiento científico."La COP16 tendrá lugar en Cali, Colombia, del 21 de octubre al 1 de noviembre de 2024.Para mayor información por favor contacte a: [email protected] Colombia – Rafael Payares +573135644837 / Angie Rodríguez +573204314860En Panamá - Susana Arroyo Barrantes +50769993199En Ginebra – Tommaso Della Longa +41797084367 / Hannah Copeland +41762369109Nota al editor:En la actualidad, la IFRC está ampliando su trabajo sobre la adaptación dirigida a nivel local, la reducción del riesgo de desastres y el cambio climático en el marco de su Plataforma Global de Resiliencia Climática, apoyada por la ruta hacia la acción climática de la IFRC, que tiende un puente entre la financiación y el apoyo climático, humanitario, de desarrollo, privado e innovador para fortalecer la resiliencia de las comunidades y adaptarse a los riesgos relacionados con el clima. En las Américas, esta iniciativa incluye enfoques sobre Programación Climáticamente Inteligente, Sistemas de Alerta Temprana, Acción Anticipatoria y Soluciones Basadas en la Naturaleza en comunidades en condiciones de vulnerabilidad debido a los impactos del cambio climático. Este trabajo cuenta con el apoyo de la Cooperación Española, IRISH AID, USAID, y donantes del sector privado como la Fundación Z Zurich.Como líderes de la Carta sobre el Clima y el Medio Ambiente para las Organizaciones Humanitarias, la IFRC también se ha comprometido a reducir la huella medioambiental de sus operaciones y programas.

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Emergencia

Camerún: Inundaciones

Desde principios de agosto de 2024, las lluvias torrenciales han afectado gravemente a las regiones del extremo norte, oeste, noroeste y suroeste de Camerún, afectando a más de 360.000 personas y provocando múltiples muertes, pérdida de medios de subsistencia, viviendas, infraestructuras, instalaciones educativas, daños agrícolas y medioambientales, así como pérdidas de ganado. Este llamamiento ayudará a la Cruz Roja de Camerún a marcar una diferencia significativa para 99.100 personas afectadas por estas devastadoras inundaciones.

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Artículo

Temporada de inundaciones: "Fue aterrador", pero el voluntariado de la Media Luna Roja lo arriesgó todo para salvar vidas y ayudar a la gente a recuperarse.

El pueblo de Devipur, en Noakhali, un extenso distrito de la región del delta sur de Bangladesh, fue una de las zonas más afectadas cuando las inundaciones arrasaron la zona a finales de agosto. Todo el pueblo desapareció bajo el agua, y miles de personas se enfrentaron a la aterradora realidad de morir ahogadas.La filial de la Media Luna Roja de Noakhali entró inmediatamente en acción."Una vez que activamos la línea directa, las llamadas no cesaron. Recibíamos entre 10 y 12 llamadas por minuto, la mayoría de rescate", cuenta Nusrat Jahan Nishi, una joven voluntaria. Su equipo trabajó sin descanso, rescatando a cientos de personas y poniéndolas a salvo en la escuela primaria de Devipur, convertida en refugio.Estar en el refugio no era nada cómodo. Las familias, desde personas mayores hasta niñas y niños pequeños, vivían hacinadas, a menudo dormían en los bancos de la escuela y cocinaban en condiciones inseguras.Agua por todos lados, pero nada para beberSin agua potable ni inodoros, mantenerse saludable se convirtió en una lucha. Muchas familias no encontraban alimentos suficientes, especialmente para la niñez y la población audlta mayor, y los residuos empezaron a amontonarse, creando un entorno inseguro.Para aliviar su sufrimiento, personas voluntarias de la Media Luna Roja distribuyeron alimentos secos y cocinados junto con agua potable. También se enviaron equipos médicos para brindar asistencia y reducir los crecientes riesgos para la salud."En realidad, las personas que tienen hijos o maridos pueden arreglárselas más fácilmente con la comida aquí", explicó Tahera, destacando las dificultades que afrontan las mujeres para vivir y obtener alimentos en el refugio.Todo empezó el 20 de agosto de 2024, tras unas lluvias torrenciales en la India. En 24 horas, las zonas bajas de los distritos de Feni, Noakhali, Cumilla y Lakshmipur, en el este y sureste de Bangladesh, quedaron bajo el agua.Al día siguiente, el 90% de Feni y Noakhali estaban sumergidas y la Media Luna Roja de Bangladesh en Noakhali estableció rápidamente una sala de control y una línea de emergencia para organizar las labores de rescate.Inicialmente, el plan era rescatar a las personas voluntarias afectadas por las inundaciones y a sus familias, pero la situación era mucho peor de lo esperado. Personal voluntario y antiguos miembros de la juventud de todo el distrito se unieron, con la determinación de ayudar."Tomar decisiones en aquellas primeras horas fue lo más difícil», recuerda Farhana Haider Meem, Jefa de Juventud de la Unidad de Noakhali. "No teníamos ni idea de cómo gestionar tan rápidamente una emergencia tan masiva".Zobaer Hosen, uno de los primeros miembros jóvenes del equipo de rescate de Noakhali, afirma que se enfrentaron a enormes retos. "No teníamos suficiente equipo, ni barcos, ni nada en realidad. Pasé tres o cuatro noches sin dormir", cuenta Zobaer. "Nos quedábamos en la oficina de la unidad, pero cada vez que me dormía, me despertaba pensando que estaba sonando el teléfono".A pesar de las noches sin dormir y la falta de recursos, Zobaer y su equipo no se detuvieron."Fue aterrador"La unidad de Feni lo tuvo aún más difícil. Sabían que muchas familias estaban atrapadas en las peligrosas aguas de la inundación y no disponían del equipo de rescate adecuado. Salieron a ayudar a pesar de ello, pero por desgracia subestimaron gravemente las aguas y se quedaron atrapados también.Pasaron 36 horas atrapados, sin comida ni agua. Finalmente, cuando las aguas bajaron un poco, nadaron hasta ponerse a salvo utilizando cañas de bambú. Afortunadamente, las 23 personas voluntarias están sanos y salvos."Pasamos todo el día en el tejado de una casa de una planta, usando los cascos para coger agua para beber. Fue aterrador", cuenta Labib, de la Juventud de la Media Luna Roja en la unidad de Feni. "Después de aguantar ese día, por fin conseguimos volver al mercado cercano, donde encontré a mi padre, que había estado tan preocupado por mí".Magnitud inesperadaEl voluntariado de Feni se enfrentó a dos grandes retos. En primer lugar, no había mucha coordinación entre todas las organizaciones de rescate de la zona, ya que nadie había sufrido una inundación de esta magnitud. Otro desafío era la falta de equipos de rescate adecuados. La unidad de Feni fue el primer grupo de rescate que llegó para ayudar en las zonas más afectadas. Por desgracia, aún no había embarcaciones de rescate disponibles.Una vez más, como ninguno de los distritos afectados había sufrido inundaciones de esta magnitud en décadas, no había equipos ni embarcaciones preabastecidos para una respuesta inmediata al desastre.Muchas de las perosnas voluntarias de los distritos afectados insistieron en que, debido a estas inundaciones, había que abordar ahora estos problemas para prepararse mejor ante futuras catástrofes.Las inundaciones también afectaron a la población de las remotas colinas de Khagrachari, lejos de las zonas bajas donde se centraron las inundaciones, gente como Natun Kumar Chakma, un agricultor que también sufrió los devastadores efectos de las inundaciones."Mis campos siguen bajo el agua, y todas las cosechas se han perdido", dijo.Equipos voluntarios de la Media Luna Roja se desplazaron a estas remotas zonas montañosas, donde viven algunas de las minorías étnicas de la región, para suministrar alimentos de emergencia y prestar apoyo.Manos amigasUna vez que las aguas bajaron, los equipos de la Media Luna Roja de Bangladesh viajaron con un miembro del Equipo Nacional de Respuesta a Desastres a la aldea sumergida de Suborno Char, Noakhali, donde desinfectaron pozos tubulares para suministrar agua potable a la comunidad.Uno de los pozos que desinfectaron pertenecía a Halima. Ella y sus tres hijos se quedaron en su casa inundada mientras el agua hacía estragos fuera."No tengo ayuda, ni familia, así que pensé que era mejor quedarme que ir al refugio", explicó. Su marido, jornalero, se quedó sin trabajo a causa de la inundación. Durante casi una semana, la familia sobrevivió con comida seca. Gracias a la Media Luna Roja, ahora tienen agua potable y la familia de Halima recibirá más ayuda para reconstruir su vida.La Media Luna Roja de Bangladesh desplegó en Feni equipos médicos del Hospital de la Sagrada Familia (un hospital de la Sociedad de la Media Luna Roja de Bangladesh) que incluían personal médico, paramédico y suministros de emergencia."La gente venía con todo tipo de problemas de salud: sarpullidos, infecciones, resfriados y diarrea", explica Fatema Akter, miembro del Equipo de Juventud de la Media Luna Roja de Feni. Estos equipos médicos fueron cruciales para prevenir la propagación de enfermedades tras el desastre.Las inundaciones no sólo afectaron a la salud física. El trauma de perder el hogar, los medios de subsistencia y la seguridad también tuvo un costo mental. Las y los voluntarios, formados en primeros auxilios psicológicos, escucharon y consolaron a la gente mientras atravesaban el miedo y la incertidumbre.Adrita Tabassum Ome, voluntaria de Juventud de la Cruz Roja de Feni, trabajó durante cinco días ofreciendo apoyo en salud mental. "Me centré en escuchar a las mujeres, las ancianas y a la niñez, mientras mi compañero de equipo apoyaba a los hombres", dijo. Este equipo voluntario desempeñó un papel crucial ayudando a la gente a controlar el estrés y la ansiedad durante el desastre.Más de 14 millones de personas se han visto afectadas por las inundaciones que desde junio azotan Bangladesh en las regiones del norte, noreste y sureste, desplazando a millones de personas y causando daños generalizados. En septiembre, la IFRC lanzó un llamamiento de emergencia solicitando 7,5 millones de francos suizos para apoyar los esfuerzos de recuperación de la Media Luna Roja de Bangladesh.Mientras prosiguen las operaciones, la Media Luna Roja está seleccionando y dando prioridad a las comunidades más afectadas, con el objetivo de llegar a 400.000 personas con apoyo para refugios seguros, seguridad alimentaria, recuperación de medios de subsistencia y servicios de salud, así como apoyo en materia de agua, saneamiento e higiene.Este artículo fue redactado por Nahidul Islam y Al-Shahriar Rupam y editado por Rachel Punitha, oficial superior de comunicaciones de la IFRC. Fotos de Al-Shahriar Rupam y Mustakim Billah Muhit.Ver más fotos e historias impactantes sobre las inundaciones en Feni y Noakhali.Ver el llamamiento de emergencia de la IFRC para donaciones que ayuden a la recuperación en Bangladesh.

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Emergencia

Myanmar: Tifón Yagi

Los fuertes vientos y las lluvias torrenciales del tifón Yagi provocaron graves inundaciones y deslizamientos de tierras en todo Myanmar, afectando a más de 60 municipios en nueve estados y regiones, con un número estimado de 631.000 personas afectadas, 320.000 desplazadas y cerca de 200 víctimas mortales.El objetivo de este llamamiento de emergencia es proporcionar ayuda inmediata y asistencia para la recuperación temprana a los hogares más gravemente afectados en las nueve zonas afectadas.

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Emergencia

Nigeria: Inundaciones

Nigeria se enfrenta actualmente a devastadoras inundaciones que han afectado a múltiples estados. Las inundaciones han arrasado pueblos y asentamientos enteros, especialmente en las zonas rurales y de la periferia urbana, donde las casas eran en su mayoría de barro, bambú y otros materiales incapaces de resistir las inundaciones. La magnitud de la destrucción no tiene precedentes y empeora aún más la ya difícil situación económica del país. A través de este llamamiento de emergencia, la IFRC y sus miembros se proponen atender las necesidades urgentes de 400.000 personas mediante intervenciones en las áreas de salud, agua, saneamiento e higiene, refugio y dinero en efectivo para múltiples fines.

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Vietnam: Tifón Yagi

El tifón Yagi tocó tierra en Vietnam el 7 de septiembre, dejando tras de sí graves inundaciones y deslizamientos de tierra, particularmente en las provincias montañosas del norte y en zonas urbanas como Hanoi. La Cruz Roja de Vietnam, con el apoyo de la IFRC, se propone ofrecer asistencia humanitaria a 130.000 de las personas más afectadas por el tifón mediante intervenciones en las áreas de agua, saneamiento e higiene, refugio, seguridad alimentaria, medios de subsistencia y salud en las siete provincias seleccionadas.

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Níger: Inundaciones

Las fuertes y persistentes lluvias registradas desde julio se han cobrado la vida de más de 300 personas, han destruido más de 95 mil viviendas y han arrasado miles de hectáreas de cultivos y ganado. Las precarias condiciones socioeconómicas del país agravan también la vulnerabilidad de su población, en particular la que vive en campos de personas refugiadas, barrios periféricos, zonas propensas a las inundaciones y zonas urbanas densamente pobladas.A través de este llamamiento de emergencia, la IFRC y sus miembros se proponen atender las necesidades urgentes de 250.000 personas en 5 regiones mediante intervenciones en las áreas de salud, agua, saneamiento e higiene, refugio y seguridad alimentaria.

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Chad: Inundaciones

Semanas de lluvias torrenciales en Chad han afectado a las 23 provincias, causando al menos 340 muertes y 1,5 millones de personas con necesidad urgente de alimentos, atención sanitaria, refugio, protección y servicios de saneamiento e higiene del agua. Las previsiones indican que en septiembre continuarán las lluvias torrenciales y las inundaciones en gran parte de África occidental y central, con una alta concentración de precipitaciones en Chad.Done ahora y contribuya en marcar una diferencia significativa para las 389.000 personas apoyadas por la Cruz Roja de Chad en esta respuesta.

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Zimbabue: un proyecto hídrico ofrece un jardín de esperanza en una región devastada por la sequía

Patience Makuya, de 37 años y madre de siete, es una de las muchas mujeres que se han llevado la peor parte de una sequía devastadora que ha convertido campos antes fértiles en extensiones estériles.Desencadenada por el fenómeno meteorológico de El Niño, la sequía ha asolado el sur de África, dejando a millones de personas frente a la inseguridad alimentaria y la escasez de agua.En Mwenezi, provincia de Masvingo, un distrito famoso por sus lluvias irregulares y sus altas temperaturas, el impacto ha sido especialmente grave. Aquí, más del 80% de la región ha recibido precipitaciones por debajo de la media, lo que ha provocado la pérdida generalizada de las cosechas y ha agravado la crisis del hambre.Para mujeres como Patience, la lucha diaria por la supervivencia se ha convertido en una dura realidad, aunque un sistema de riego y un huerto recién creados están aliviando la presión de muchas familias. "Antes de este sistema de agua corriente y el huerto, solíamos hacer largos viajes para buscar agua y dejábamos a nuestras hijas e hijos todo el día con hambre", recuerda Patience. "No teníamos verduras que darles para comer con sadza (harina de maíz), así que comprábamos azúcar para que comieran con la sadza".Esta sombría realidad es compartida por mucha gente en Mwenezi, donde la sequía ha llevado la inseguridad alimentaria a niveles alarmantes, con casi la mitad de la población luchando contra el hambre severa.Un conducto de esperanzaLa Cruz Roja de Zimbabue, consciente de las necesidades acuciantes de Mwenezi ha puesto en marcha varios proyectos destinados a salvar vidas y mitigar los efectos de la sequía, con el apoyo de la IFRC.Uno de esos proyectos es el Sistema de distribución de agua por tubería de Gudomutovhoti, una red de tuberías de 2 km puesta en servicio en mayo de 2024, que ha llevado el agua que tanto necesitaba el distrito, transformando vidas en el proceso.La red de tuberías alimenta el huerto nutricional de 1,5 hectáreas, donde Patience y muchas otras mujeres de 100 hogares cuidan diligentemente las parcelas que les han sido asignadas.Para Patience y las mujeres de la comunidad de Gudomutovhoti, en el distrito 14, bajo el mando del jefe Neshuro, el sistema de agua corriente ha sido casi un milagro. En una región propensa a la irregularidad de las lluvias y a los problemas hídricos, especialmente ante el cambio climático, el plan no sólo ha reducido la ardua tarea de ir a buscar agua, sino que también ha proporcionado los medios para mantener a sus familias.Gracias a la creación de un huerto nutricional, Patience y otras mujeres de la comunidad pueden ahora cultivar verduras y legumbres, que constituyen una fuente vital de nutrición. "Ahora nuestras niñas y niños se alimentan mejor gracias a este huerto", dice Patience. "Podemos cocinar espinacas de nuestro huerto y alimentar a nuestras familias". El huerto nutricional también ha fomentado un sentimiento de autosuficiencia entre las mujeres, que han asumido la propiedad de sus parcelas y ahora son capaces de mantener a sus familias, a pesar de las duras condiciones."Muchas personas de la comunidad se mostraban escépticas y se reían de nosotras por participar en el proyecto, pero ahora vienen a pedirnos verduras para comer de nuestros huertos y vendemos para recaudar dinero con el que pagar las tasas escolares o comprar cereales para evitar el hambre en esta sequía", nos cuenta Patience.Desafíos aún pendientesAunque el sistema de agua potable y el huerto nutricional han proporcionado un alivio muy necesario, los retos a los que se enfrenta Mwenezi están lejos de haber terminado. La sequía sigue estrechando sus garras, exacerbando la inseguridad alimentaria y provocando una serie de problemas sociales, como la violencia de género, los matrimonios infantiles y el abandono escolar."La sequía ha agravado estos problemas", afirma Abigail Murwira, responsable de género del Ministerio de Asuntos de la Mujer y Desarrollo Comunitario y de la Pequeña y Mediana Empresa del distrito. "Las parejas discuten más cuando faltan alimentos, y muchas niñas abandonan la escuela para casarse mientras sus familias buscan formas de ganarse la vida".La sequía se ha cobrado un alto costo entre quienes se dedican a la ganadería, con la muerte de muchos animales por falta de agua y pastos. La estación de agua de Gudomutovhoti está proporcionando un alivio crítico, suministrando el agua que tanto necesitan los pastores y su ganado, aliviando el duro impacto de la sequía.La evaluación de las necesidades de la Cruz Roja de Zimbabue en Mwenezi, apoyada por la IFRC, subraya la urgente necesidad de ampliar la respuesta, como se pide en el actual llamamiento de emergencia de la IFRC para los países afectados por la sequía y la inseguridad alimentaria en África. Sin apoyo adicional, millones de personas en Zimbabue y en toda la región se enfrentarán a niveles cada vez peores de inseguridad alimentaria aguda, malnutrición y escasez de agua.La historia de Patience Makuya es un duro recordatorio del costo humano del cambio climático y de la necesidad crítica de esfuerzos humanitarios sostenidos. Si bien la Cruz Roja de Zimbabue y la IFRC han dado pasos significativos para aliviar el sufrimiento inmediato en Mwenezi, y la resistencia de personas como Patience es inspiradora, estos hechos no deben ser vistos como un sustituto del apoyo que tan desesperadamente necesitan.Por Rumbidzai Nenzou, Oficial de Comunicación de la IFRC

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Lesotho: Sequía

Lesotho se enfrenta a una grave crisis de seguridad alimentaria, agravada por el fenómeno meteorológico de El Niño, que está interrumpiendo la importante temporada de siembra y las lluvias del verano 2024/25. Las persistentes malas cosechas, la disminución en la producción de alimentos, la escasez de agua y la subida desmedida de los precios de los alimentos han afectado gravemente a la producción agrícola del país, donde el 41% de los hogares rurales se ven ahora obligados a gastar más de la mitad de sus ingresos sólo para llevar comida a la mesa. A través de este llamamiento de emergencia, la Cruz Roja de Lesotho ayudará a 87.381 personas (17.473 hogares) que se enfrentan a los niveles más graves de inseguridad alimentaria a mantener sus medios de subsistencia, aumentar su resiliencia y recuperarse de la actual crisis alimentaria.

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Namibia: Sequía

Durante la última década, Namibia se ha enfrentado a una prolongada sequía, que se ha visto agravada por el actual fenómeno de El Niño en el centro y este del Océano Pacífico. Las condiciones de El Niño han provocado que la mayor parte del país experimente precipitaciones por debajo de lo normal entre octubre de 2023 y abril de 2024, lo que ha llevado a que más de 1,4 millones de personas experimenten altos niveles de inseguridad alimentaria aguda y necesiten ayuda urgente para hacer frente a la escasez de alimentos y proteger sus medios de subsistencia.

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Bangladesh: Inundaciones

Bangladesh ha sufrido graves inundaciones debido a las fuertes lluvias provocadas por una activa estación monzónica. Más de 14,6 millones de personas se han visto afectadas en el sureste, noreste y norte del país, con 71 víctimas mortales registradas hasta el 3 de septiembre sólo en la región sureste.A través de este llamamiento, la Media Luna Roja de Bangladesh prestará asistencia humanitaria mediante intervenciones de agua, saneamiento e higiene, refugio, seguridad alimentaria, medios de subsistencia y salud en los ocho distritos más afectados.

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Olas de calor: La Cumbre Mundial sobre el Calor de la IFRC abordará el "asesino invisible"

Con temperaturas extremadamente altas que se cobran vidas en todo el mundo, la Cumbre Mundial sobre el Calor señala la urgente necesidad de ayudar a las comunidades a hacer frente a las olas de calor.Las olas de calor son cada vez más frecuentes y extremas, y se cobran cada vez más vidas, por lo que se reconocen cada vez más como una de las consecuencias más mortíferas del cambio climático.Una cumbre mundial sobre el calor organizada por la IFRC el jueves 28 de marzo (13:30 CET) pretende dar la voz de alarma sobre la creciente urgencia de las olas de calor y la amenaza que suponen para la salud y el bienestar humano.Organizada en Alianza con USAID, la cumbre pretende estimular el diálogo y la inversión en torno a soluciones que permitan salvar vidas y mitigar costos mediante la mejora de la preparación, la alerta temprana, la coordinación y la respuesta rápida, entre otras cosas.La Administradora de USAID, Samantha Power, y el Secretario General de IFRC, Jagan Chapagain, estarán acompañados por líderes de todo el mundo que están desarrollando soluciones innovadoras para reducir el impacto de los eventos de calor extremo.El calor extremo se define generalmente como periodos prolongados con temperaturas superiores a 37° C. Pero las recientes olas de calor han superado con creces las expectativas normales. En Brasil, recientemente, las temperaturas en algunas ciudades superaron los 60° C. En algunas zonas del norte de África y el sudeste asiático, las olas de calor alcanzan habitualmente los 50 grados."Partes de Sudamérica y Australia acaban de salir de los dos veranos más calurosos de su historia", señala el Secretario General de la IFRC, Jagan Chapagain. "En todo el mundo, 2023 fue el año más caluroso jamás registrado, con un margen enorme. La mitad de la población mundial -3,5 millones de personas- ha sufrido olas de calor.Para la IFRC, la Cumbre será también la ocasión de lanzar una campaña de acción de dos meses sobre el calor extremo antes del Día de Acción contra el Calor, el 2 de junio. La campaña incluirá un conjunto de herramientas en línea para ayudar a las personas a difundir conocimientos y prepararse para la estación estival del hemisferio norte, que para muchos ya ha comenzado. Asesinas silenciosasA veces se hace referencia a las olas de calor como asesinas «silenciosas» o «invisibles» porque las personas que sucumben suelen morir en sus casas y es posible que en un principio no se reconozca que su muerte se debe a un calor prolongado.Sin embargo, las autoridades sanitarias y especialistas del clima están observando una clara correlación entre las altas temperaturas y el aumento de las tasas de mortalidad en muchas partes del mundo. Las olas de calor en Europa mataron a más de 60.000 personas en 2022; en el Reino Unido, las carreteras se derritieron y murieron casi 3.000 personas.En la India se producen al menos 1.000 muertes al año atribuibles al calor extremo. En Estados Unidos, la cifra es similar. Según The Lancet, China va camino de registrar entre 20.000 y 80.000 muertes al año por olas de calor. Sin embargo, se cree que estas cifras subestiman enormemente el impacto real del calor extremo. ¿Quién corre más riesgo?Las olas de calor pueden ser especialmente peligrosas para las poblaciones vulnerables, como las personas adultas mayores, niñas y niños pequeños, las personas con discapacidad y las mujeres embarazadas. Las personas con enfermedades preexistentes, como obesidad, cardiopatías o afecciones respiratorias como el asma, también corren un riesgo elevado de sufrir complicaciones de salud a causa de las olas de calor.Además, ciertos grupos de población que pasan tiempo al aire libre durante las horas de más calor -trabajadores agrícolas, jornaleros, peones camioneros y personal que trabaja al aire libre- corren un riesgo especialmente elevado.Las personas que se enfrentan a la inseguridad de la vivienda, como las personas sin hogar y las que viven en asentamientos informales y barrios marginales, o que carecen de acceso a atención médica o a lugares donde puedan refrescarse (parques, playas, estaciones de refrigeración, espacios con aire acondicionado, etc.) también corren un mayor riesgo.Áreas UrbanasLas ciudades y las zonas densamente pobladas se enfrentan a un reto único con respecto al cambio climático y el calor extremo debido a su infraestructura urbana innata. Este fenómeno puede explicarse por el «efecto isla de calor urbano», en el que los materiales de construcción utilizados habitualmente para construir infraestructuras urbanas absorben y retienen el calor más de lo que lo harían los recursos materiales naturales.Esto, junto con una actividad humana muy concentrada, asentamientos informales, subestructuras y poblaciones densas y espacios verdes abiertos mínimos, perpetúan el calor extremo.¿Qué está haciendo la IFRC?Para 2025, la IFRC se propone ayudar a 250 millones de personas a estar mejor protegidas contra el calor en al menos 150 ciudades y pueblos. Para ello, la IFRC facilita la adopción de medidas climáticamente inteligentes para ayudar a las comunidades mundiales a prepararse, responder y recuperarse de los desastres climáticos.La Plataforma Mundial de Resiliencia Climática de la IFRC tiene como objetivo mejorar la resiliencia y desarrollar las capacidades de adaptación de 500 millones de personas en los países más vulnerables al clima. La Iniciativa de Alerta Temprana para Todas las Personas de la IFRC tiene como fin proporcionar alerta temprana de condiciones meteorológicas extremas a todas las personas del planeta para 2027, lo que incluye el calor extremo. Y la IFRC alerta periódicamente a través de su red de 191 Sociedades Nacionales y mediante actividades mundiales de sensibilización y eventos internacionales como el Día de Acción contra el Calor, que se celebrará el 2 de junio de 2024.

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Tomando medidas contra el calor: Adelantarse al calor extremo llevando un mensaje a las calles

Anticipándose a la próxima temporada de olas de calor en el Líbano, la Cruz Roja Libanesa (CRL) ha iniciado una amplia campaña para sensibilizar y dotar a las personas vulnerables de los conocimientos y recursos que necesitan para mantenerse a salvo durante el calor extremo.La campaña cobró impulso el 2 de junio, Día de Acción contra el Calor, cuando las personas voluntarias de la CRL salieron a la calle y distribuyeron folletos con medidas preventivas en numerosas comunidades. Acudieron a obras, gasolineras, comisarías, lugares de culto, supermercados y farmacias. Incluso dejaron folletos en los parabrisas de los coches.Reconociendo la importancia de la hidratación durante el calor extremo, la CRL también distribuyó botellas de agua a la población de las comunidades seleccionadas, dando prioridad a las personas más vulnerables a los riesgos para la salud relacionados con el calor.La CRL también compartió folletos del Día de Acción contra el Calor en sus plataformas de redes sociales, utilizando el hashtag #BeatTheHeat, y animando a sus seguidores a volver a compartirlos. La Sociedad Nacional también colabora activamente con los medios de comunicación para difundir información vital sobre la preparación ante la ola de calor y las medidas preventivas.Más allá del día de acción contra el calorPero la Sociedad Nacional subrayó que estas acciones continuarán mucho más allá del Día de Acción contra el Calor, una jornada internacional de eventos destinada a llamar la atención sobre el creciente riesgo de olas de calor."Esta iniciativa va más allá de un solo día de acción, ya que como CRL estamos promoviendo activamente la resiliencia y la anticipación como un llamado humanitario central, asegurando nuestro compromiso permanente de apoyar a las comunidades y a los grupos vulnerables", dijo Kassem Chaalan, Director de Reducción del Riesgo de Desastres de la Cruz Roja Libanesa.A lo largo de la semana que siguió al Día de Acción contra el Calor, la CRL llevó a cabo una campaña masiva de concientización sobre las olas de calor en el territorio libanés. Para hacer frente a la temporada de olas de calor, la CRL seguirá impartiendo estas sesiones hasta octubre.Un día global de acciónLa Cruz Roja Libanesa es sólo una de las muchas Sociedades Nacionales que se unieron a organizaciones locales y mundiales, empresas privadas y particulares de todo el mundo para amplificar sus mensajes y esfuerzos de prevención durante el Día de Acción contra el Calor.Para mucha gente, el Día de Acción contra el Calor es una oportunidad para poner de relieve las medidas que deben adoptar debido al aumento del número de olas de calor y días de calor extremo provocados por el cambio climático. Estas acciones son tan variadas como coloridas y creativas.La Cruz Roja India, por ejemplo, aprovechó la ocasión para destacar la amplia labor que su voluntariado realiza en todo el país, instalando puestos de agua en las calles y repartiendo información sobre cómo mantenerse saludable durante una ola de calor, entre otras muchas actividades.La Cruz Roja Indonesia coorganizó un taller centrado en el estudio sobre el riesgo de calor extremo que se está realizando en alianza con una importante sociedad meteorológica indonesia con sede en Yakarta. También lanzó una campaña de sensibilización sobre el calor que coincidió con el Día sin Coches en la ciudad de Surabaya, animando a la comunidad a participar en diversas actividades ecológicas los domingos por la mañana, como desfiles, música y mucho más.Más allá de la Cruz Roja y la Media Luna RojaMuchas organizaciones ajenas a la red de la Cruz Roja y la Media Luna Roja también se implicaron.Cuando las olas de calor azotaron la región de Asia y el Pacífico, el Banco Asiático de Desarrollo hizo suyo el llamado, emitiendo declaraciones y patrocinando talleres que promovían la resiliencia a las olas de calor y la concientización sobre el «estrés térmico» y la necesidad de acciones con perspectiva de género.En Dallas (Texas, Estados Unidos), estudiantes de secundaria elaboraron un podcast educativo para resaltar las medidas que pueden tomarse para mitigar el aumento de las temperaturas como parte de una clase de arquitectura medioambiental.En Kampala (Uganda), un grupo de jóvenes utilizó el fútbol para sensibilizar a la población mediante la entrega de regalos ecológicos, como plantones de árboles, que pretenden cambiar el equilibrio entre el número de árboles que se plantan y el número de árboles que se talan.En Zanzíbar (Tanzania), los submarinistas que suelen entretener a turistas hacen sus inmersiones con carteles que animan a la gente a beber más agua, vigilar a sus familiares y otras pequeñas pero importantes medidas preventivas.Y en todo el mundo, la gente creó pinturas, grandes murales al aire libre y otras obras de arte como parte de un esfuerzo global para concienciar a través del arte. Estas son solo algunas de las muchas maneras en que la gente utilizó el Día de Acción contra el Calor para difundir el mensaje, compartir ideas y atraer a más personas a la tarea de tomar medidas contra el calor extremo.

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Alertar sobre el calor extremo a través del arte

No cabe duda de que las olas de calor son cada vez más frecuentes y graves, y que pueden ser mortales. De hecho, son uno de los fenómenos climáticos más mortíferos que afectan a la población mundial.Pero no están recibiendo la atención y la acción que merecen. A diferencia de los tornados, los ciclones, las inundaciones o las tormentas, son relativamente invisibles. Suelen empezar gradualmente y acumularse, y las personas que mueren o enferman a causa de ellas no siempre se declaran como víctimas de una ola de calor. Como lo describió recientemente el Secretario General de la IFRC, el calor extremo es el asesino silencioso del cambio climático.Por eso, el Centro del Clima de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja decidió ir más allá de las palabras para transmitir el mensaje en vísperas del Día de Acción contra el Calor, el domingo 2 de junio. Bajo el lema «Arte urbano para la acción contra el calor», el Centro del Clima invitó a la gente a crear y compartir su arte sobre el tema del calor extremo.Para ayudar a avivar el fuego creativo, el Centro del Clima encargó a dos artistas -Andrew Rae y Ruskin Kyle- que crearan imágenes sobre el impacto de las olas de calor en los grandes núcleos de población.Una 'invasión alien'Los artistas sabían que tenían que crear algo que llamara la atención de la gente, así que optaron por contar la historia de las olas de calor como si fueran escenas de una película épica de Hollywood."Pensamos en películas apocalípticas clásicas, como Independence Day o Godzilla, y decidimos personificar el peligro del calentamiento como robots gigantes merodeadores", explicó Rae en una entrevista reciente.Al igual que los humanos han contribuido a crear este monstruo del calor extremo, los artistas crearon estos monstruos para dejar claro cómo está respondiendo el mundo a la creciente amenaza de emergencias por calor extremo."Nos pareció que si el mundo estuviera siendo calentado gradualmente por robots alienígenas o por un estado enemigo, los gobiernos y la gente actuarían con rapidez", explica. "Por desgracia, como el problema lo estamos causando nosotros mismos, es mucho más difícil movilizarse y hacer cambios. Quizá si pudiéramos visualizar el problema como un robot enemigo externo, eso nos ayudaría a motivarnos para actuar".Mantener la calma, pasar a la acciónLa idea es seguir creando conciencia para que los gobiernos, los funcionarios municipales, las empresas y la población comprendan la amenaza que supone el calor extremo, se preparen y actúen cuando llegue. Otras formas de arte que se están creando también ayudan a las personas afectadas por las olas de calor, muchas de las cuales ya se encuentran en situaciones vulnerables por ser adultas mayores, carecer de acceso a asistencia sanitaria, agua corriente, electricidad u otros medios para mantenerse frescas durante el calor extremo.Desde los muros de las calles de Jodphur (India) hasta el metro y las calles de Honduras, personas de todo el mundo están creando murales, pinturas e imágenes fotográficas con el objetivo de transmitir que la gente está sufriendo y que hay que tomarse en serio esta amenaza.Estas obras de arte tan variadas están colgadas en escuelas, en las paredes de las calles y se están recopilando en un libro de fotos en línea que está compartiendo el Centro del Clima de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.Muchas de las obras enviadas al Centro transmiten tristeza y preocupación, otras expresan rabia o comparten información concreta sobre qué hacer cuando llega una ola de calor. Las obras abarcan todos los medios, desde pintura sobre lienzo hasta rotulador sobre papel, fotografía, arte digital e incluso una obra creada por inteligencia artificial. Mientras tanto, los perfiles de las personas involucradas son igualmente diversos en cuanto a formación, sexo y edad de las y los artistas.Héroes de la ola de calorAunque muchas de las imágenes reflejan la dura realidad a la que se enfrentan ahora muchas comunidades, también transmiten una sensación de esperanza, de que se puede hacer algo. De que aún tenemos la oportunidad de ser héroes en nuestra propia historia sobre las olas de calor.La gente no sólo puede hacer cosas para protegerse, como se muestra en los murales de Jodphur (India), sino también para cambiar la narrativa y la respuesta general al cambio climático y sus múltiples repercusiones."Era importante mostrar que hay cosas que la gente puede hacer para luchar contra las olas de calor», explica Roop Singh, asesor sobre riesgos climáticos del Centro del Clima de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. «En una de las obras de arte, un niño lleva una mochila con botellas de agua y abanicos. Cosas sencillas, pero gracias a ellas, es un chico sin miedo. Los rayos que salen de él -azules- contrastan con los rojos y naranjas. Simbolizan la esperanza".

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Nota de prensa

La IFRC lanza un llamamiento mientras Mongolia se enfrenta al invierno más crudo de los últimos 50 años

Ginebra/Kuala Lumpur/Ulaanbaatar, 18 de marzo de 2024: Mongolia está sufriendo su invierno más duro en casi medio siglo, luchando contra los devastadores efectos del Dzud. Desde noviembre del año pasado, las condiciones meteorológicas extremas han envuelto al 76% del país en condiciones de Dzud Blanco y Dzud de Hierro. Estas condiciones cubren las zonas de pastoreo con nieve profunda y hielo, limitando críticamente el acceso a los alimentos para el ganado.Sin embargo, desde febrero de este año, la tasa de mortalidad del ganado se ha disparado, afectando a cerca del 75% de todos los hogares de pastores. El costo actual de la pérdida de ganado supera los 4,7 millones de cabezas y las previsiones oficiales apuntan a un empeoramiento de la situación.Los medios de subsistencia de los pastores, que dependen del ganado vacuno, caprino y equino, están gravemente amenazados. Según la evaluación del Centro de Operaciones de Emergencia, esta crisis será dos veces más grave que el Dzud del año pasado. Predice un impacto mayor que el importante evento del Dzud de 2010, que provocó la pérdida de 10,3 millones de cabezas de ganado y afectó al 28% de la población de Mongolia. La crisis afecta de forma desproporcionada a los pastores con rebaños más pequeños, que se enfrentan a importantes retos de recuperación.Más de 7.000 familias carecen ahora de alimentos adecuados, y las fuertes nevadas han sepultado los gers (viviendas tradicionales) y refugios de más de 1.000 familias de pastores. Hasta la fecha, 2.257 familias de pastores han perdido más del 70% de su ganado, y miles más necesitan servicios sanitarios básicos, combustible y carbón.Bolormaa Nordov, Secretario General de la Cruz Roja de Mongolia, declaró:"Como uno de los actores humanitarios más activos en el país, la Cruz Roja de Mongolia trabaja incansablemente para prestar asistencia humanitaria a las personas afectadas junto con sus asociados en estos momentos difíciles. Agradecemos a la IFRC que siempre haya estado con nosotros, apoyando nuestros esfuerzos humanitarios a lo largo de los años. Con este llamamiento de emergencia, esperamos minimizar el impacto de la emergencia del Dzud y apoyar a los hogares con soluciones a más largo plazo para sus vidas y medios de subsistencia."Desde noviembre de 2023, la Cruz Roja de Mongolia ha dirigido los esfuerzos de respuesta, identificando las necesidades urgentes, como la escasez de alimentos, el acceso a la atención sanitaria y la destrucción de los medios de subsistencia. Además, ha distribuido suministros vitales, como mantas de abrigo para animales, que han beneficiado a 5.100 familias de pastores con necesidades urgentes.Olga Dzhumaeva, Jefa de la Delegación de Asia Oriental de la IFRC, señaló:"Somos testigos de las numerosas dificultades que afrontan muchas familias de pastores, desde la pérdida de su preciado ganado hasta la carga de las dificultades financieras, la escasez de recursos y las inmensas presiones sobre la salud mental y física de las personas. Sin embargo, vemos la esperanza inquebrantable y la resistencia de tantas familias que luchan contra la fuerza del invierno con una fortaleza increíble. Las continuas muertes de ganado, la disminución de recursos y el deterioro de las condiciones de cientos de miles de personas en Mongolia este invierno son un crudo recordatorio de la urgente necesidad de ayuda".Para apoyar a la población de Mongolia, el llamamiento de emergencia de la IFRC solicita 4,5 millones de francos suizos para prestar asistencia en efectivo, protección de los medios de subsistencia, apoyo sanitario y psicosocial, formación profesional y participación comunitaria a un máximo de 10.000 familias de pastores afectadas por el Dzud.Si desea más información o solicitar una entrevista, póngase en contacto al correo: [email protected] Beijing:Kexuan Tong: +86 13147812269En Kuala Lumpur:Afrhill Rances: +60 192713641En Ginebra:Tommaso Della Longa: +41 797084367 Mrinalini Santhanam: +41 763815006